y al calor de tu enseñanza
La gloriosa trinitaria
de moral y de civismo.
preparara la conciencia
la soñada independencia.
En la escuela se te honra
Y al honrarte recordamos
tu patriótico heroísmo,
es al prócer y al maestro
que los dos son uno mismo.
y al decirlo se revela
señalándonos la escuela.
Nacido en el seno de una familia española de origen humilde, a la edad de 15 años fue
enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios;
desde allí pasó a Francia y posteriormente a España. En Europa, convulsionada
entonces por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se
impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo
del régimen de libertades y de los derechos que tenían los europeos. Mostró especial
interés por las reformas de Cromwell, los cambios producidos en Alemania y en
Francia, pero sobre todo los acontecimientos en España y las reformas de la Cortes de
Cádiz. En España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase
derecho.
Fue entonces cuando comenzó a perfilarse el ideario político de Juan Pablo Duarte, en
el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: los
dominicanos eran un pueblo con identidad propia, que los hacía dignos de la
independencia política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del
institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del
pensamiento liberal. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas
ideas.
Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para
entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban solidarizados
con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años,
su cooperación. Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía
imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades
europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así
surgió la sociedad La Trinitaria, cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El
lema de esta sociedad fue: "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La
Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación
de piezas teatrales.
En 1843 luchó junto a los revolucionarios haitianos para derrocar a Boyer, pero el
objetivo de Duarte era la independencia de la parte española de la isla, por lo que
continuó su lucha tras la caída de Boyer. El 2 de agosto de 1843 tuvo que exiliarse en
Caracas, perseguido por el nuevo gobierno haitiano. Pese a ello las ideas
independentistas de Duarte siguieron ganando adeptos y el 27 de febrero de 1844 sus
seguidores declararon la independencia del país. Tras algunas batallas la causa
independentista triunfó y los haitianos fueron expulsados a su parte de la isla y se
configuraron las fronteras actuales entre Haití y la República Dominicana.
Juan Pablo Duarte fue recibido, el 14 de marzo, por el nuevo gobierno como un héroe
nacional y fue nombrado general del ejército. El triunfo del movimiento iniciado el 27
de febrero impulsó al presidente haitiano Herard a invadir la República con un ejército
dividido en dos cuerpos, de los cuales uno penetró por el Norte y otro por el Sur.
Correspondió a Pedro Santana enfrentarse a este último y lograr una resonante victoria
en Azua, el 19 de marzo. Pero la victoria no fue aprovechada y el general Santana se
retiró desordenadamente a Baní donde exigió al cónsul francés, que hiciera válidas sus
promesas relativas al protectorado.
Mientras tanto, en Haití, la derrota de su ejército provocó una grave crisis política que
fue aprovechada por Santana para imponer su dominio. Así las cosas, la Junta Central
Gubernativa ordenó a Duarte que se dirigiera a Baní, con una fuerza militar organizada
por Pedro Alejandrino Pina, a fin de llegar a un acuerdo con Santana sobre la estrategia
a seguir contra el invasor. Al no ser posible este acuerdo, Duarte requirió de la Junta la
necesaria autoridad para actuar por su cuenta; la Junta, dominada por Bobadilla,
representante junto con Santana del sector denominado colonialista, partidario de la
unión con España, respondió ordenando a Duarte que regresara con sus tropas a la
capital. El desacuerdo entre el sector colonialista y el duartismo se hizo evidente. Duarte
se exilió una vez más.