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“GRANDES BATALLAS No es tan fiero el espartano... En Esfacteria fueron derrotados los lacedemonios y, por vez primera, se rindieron sin haber llegado siquiera a la lucha cuerpo a cuerpo. Esta batalla marcé el inicio del ascenso de la infanteria ligera y de las armas arrojadizas: Ja falange podia ser vencida sin emplear otra falange Fernando Quesada Sanz Derecha, hoplita Profesor titular de Historia Antigua ateniense Universidad Auténoma de Machi completamente ‘ACIA MEDIADOS DEL SIGLO SEGUN- de un anciano, quizé DO después de Cristo, en pleno Imperio su padre. Su escudo Romano, Pausanias, viajero y gedgrafo teva colgante una de origen griego, escribid una detallada cortina de cuero Descripcién de Grecia que describe costumbres, para proteger sus monumentos y fenémenos naturales siguiendo un plermas de fechas y ‘orden geogratico y topogréfico, como si de una gula dardos (eritera turistica se tratase. Su obra constituye todavia hoy —tica de iguras para historiadores y arque6iogos una fuente inapre~ rojas, s. Vac.) lable de informacién sobre monumentos ya perdi- dos 0 arruinados, cuya significacién de otro modo ‘se nos escaparia. En el primer libro de su Periegesis, dedicado 2 Atenas y al Atica, nos cuenta Pausanias sus paseos por el gora de Atenas, Ia principal plaza publica y ‘monumental de la ciudad. En su 6poca, poco se pa- recla al Agora de época clasica, seis siglos més an- tigua, pero conservaba todavia muchos monumen- tos de aquella lejana época de esplendor. Al llegar a la Stoa Poikilé 0 “pértico pintado”, donde gran- « des frescos narraban las victorias de Atenas y la mi- tica lucha de Teseo con las amazonas, llamaron la atencién de Pausanias unos grandes. escudos de bronce “untados con pez, para que el tiempo y a herrumbre no los estropeen. Se dice que pertene- cen a los lacedemonios apresados en la isla de Es- facteria” (Pausanias, 1, 15, 4). Como en muchas otras ocasiones, la arqueologia ha contirmado to que Pausanias escribi6. Todavia hoy, en una vitrina del cercano museo del agora situado en Ja Stoa de Atalo, se exhibe un gran escudo hoplita de bronce fen cuya superficie una mano torpe grabé una bre- ve, pero clarificadora, inscripcién en grandes letras, maydsculas que pudieran ser leidas de lejos: “(capturado porlLos Atenienses, de los Lacedemo- ros, en Pilos”. ‘Sabemos por el historiador Tucfdides que la ba- talla de Esfacteria entre atenienses y espartanos se libré cerca da Pilos en el afio 495 aC, casi seis- Centos afios antes de que Pausanias preguntara a ‘algin ateniense ocioso la razén de que, untados ‘con pez para preservarlos, todavia colgaran en la stoa aquellos recordatorios de una victoria pretéri- ta, 2Qué especial significado encerraba, qué fibra 1 control ateniense del mar durante cast to da Ia Guerra del Peloponeso era incontesta ble, mientras que Esparta habia formado una coalicin fundamentalmenteterresrc. nisi? MACEDONIA’? caLcibiey, TESALIA ~~ sae state | } | | } Trofeo de guer! |. 7) se cade op recente. | | JH. excavaciones del égora de Atenas. Aparei6 en J una cistema rellenada y cegada durante els 111, yportamo no pudo ser uno de los que Paw suns vio en I Stoa Poikilé mis de cuatrocientos aos después, Sin embargo, sin duda pertenece ala smisma sere: a formada por el botin capturado a los eyartanos tas la balla de Esfactesia cerca de Plos ¥ exhiido pabieamente para orgllo de los atenien: ses, La lnscripcin grabada en punteado no deja lu sara dudas:"Aeniot/ apo Laked /simonion / ek Pyio" Se trata de un gran eseudo circular de casi un aetro de diimetro, cubierio de lémina de bronce hoy muy dada, y que debi6 tener un nécleo ine ro de madera y cuero; el borde esti decorado con lun motivo de linexs eo zig-zag. Sin embargo, puede parecer extraio que si este escudo fue arojado a ‘ana cistern ene siglo Ill, ottos continearan ex- estos silos después; qui deur ast, 0 qu los fescudos que vera Pausanas eran otros postriores aque nada tenn que ver Con aquella contend. De cualquier forma, lo relerinte es que para los ate- nienses de época romana aquell vetoria seguit slendo importante, y para ellos los escudos de Ia toa eran los de os esparanos. sensible tocaba en la mentalidad de los atenienses aquella lejana victoria? Por qué aquel empefio en perpetuar ese batella? Los terribles espartanos La respuesta a esta pregunta est4 en a psicolo- gla colectiva de! mundo heleno durante el siglo V a. . Durante muchas décadas, el ejército de Esparta, la ciudad més militarizada de la antigua Grecia, ha- bia sido sindnimo de profesionalidad y eficacia com- bativa, La disciplina, el riguroso entrenamiento y el valor de los espartanos eran proverbiales; todo el mundo sabra que cualquier soldado espartano de la clase de los ciudadanos de pleno derecho, de los es- partiatas, preferia mil veces morir en combate que arrastrar una vida de deshonor y oprobio por huir 0 rendirse: la peculiar organizacién de la sociedad es- partana aseguraba que un cobarde arrastrara una muerte en vida, mediante un rechazo social absolu- to. Bien conocido era el aforismo transmitido por Plutarco, segin el cual las madres espartanas des- pedian a sus hijos amonesténdoles mientras les en- tregaban el escudo: “Hijo, vuelve con él, o sobre él”, aludiendo a la costumbre de traer a los cadéveres a 69 hhomiros de sus camaradas con el escudo como p- rinuela; por contra, era impensable la mera idea de regresar sin escudo, lo que implicaba que habia sido abandonado en la huida para poder correr con mas facilidad. YY que todo esto no era teoria lo habian probado ccon su sangre en 490 a.C. los trescientos espartanos ‘que habian luchado contra el ejército persa en el pa- so de las Termépilas, llave de Grecia, y que alli ha- bian muerto hasta el ultimo hombre cubriendo la re- tirada del resto del multinacional contingente griego ‘que habla defendido el desfiladero. La inmortal na- rracién de Herodoto, y el famoso epigrama que Si ménides de Ceos habia compuesto y que se vela en tuna inscripcién del campo de batalla, transmitian la historia que certificaba la tenaz decisiGn de los ho- plitas de Esparta: "Extranjero, anuncia a los Lacede- monios que aqul yacemos todos, cumplidores de sus leyes". Episodios como éste habfan mitificado la Ccualidad de los hombres de Esparta, casi petrticén- doles y adomdndoles con el aura de la invencibili- dad. No en vano los helenos habian cedido con na- turalidad a Esparta el mando de la coalicién griega Contra el terrible enemigo persa; no en vano un es- partano habia mandado el ejército coaligado en la batalla decisiva contra los asiaticos, la de Platea en 479 a.C. que habla supuesto el fin de las Guerras, Médicas. {Qué ocurrié pues de especial en Esfacteria? Su: ccedié lo impensable: un contingente espartano fue completamente derrotado; mas ain, la mayorfa de ‘sus componentes se rindi6 sin haber llegado siquie- +a a una batalla cuerpo a cuerpo. Nunca antes habia ‘ocurrido algo asi, y la conmocién en Grecia fue in- se encuadra dentro del conteto de la terrible Guerra de Peloponeso, ‘que enfrent6 entre 431 y 40446, arma ‘oalicin helena encabezada por Aenas ‘con ota liderada por Esparta. Nuestra ‘mejor fuente para la guerra es sin dda ‘ucidides. Tras la drrota de Persia en 479 aC, se perflaron dos. potencias ‘emergentes, una de base marta, Mte- ‘nas, ¥ otra fundamentalmente pelopone- sia y terreste, Esparta; ambas ideraban confederaciones 0 ‘igis’ de ciudades ‘qu silo nominalmente eran igual. ‘Aunque en las décades anteriores se ha ban prodcido confcosy paces, la gue- 1m total estall6 en 431 26. esealando a pari de coaficos locales entre Estados ‘menores, que fueron arasirando a las potencas. Bajo la direccién de Pericles festa su fllecimiento en una epidemia, Jos primeras dee afos de guerra (431- 421) verona los orcs expantanos sa «quar los campos cos sin poder tomar Lee 42625 a6 de aciudad. 70 La Guerra del Peloponeso Jacinda de Atenas, ya querr extender- se dese Sia al Mar Negro. Fortunas aleras favorecieron a es- paranos y aenienses, y en ese contexto se produjo a batlla de Esfacteria con ‘victoria ateniense. El dominio del mar segura el abesecimiento de Atenas y sa capacdad de transportar tropas donde fuera necesrio, Por fn, la derro- ta ateniense en Anfpolis leva fa firma de la Paz de Nicis, que se mantuvo d- rane unos aos en los que no faltaron conficis menores en ls que atenienses ¥ espartanos reforzaron posiciones. La ram expedicin que Atenas lanzé en 415 ‘AC. contra la ciudad scan de Sracu- sa, aliada de los espartanos, desaté a se- sgunda pare de la guerra, que conus en 404 26. cuando los expartanos, aye dados por el oro pers, canignerna ‘veneer a Atenas en su propio terreno, el mar ena victoria de Egospotamos, yblo- ‘quear definivamente-el abasecimiento Dereca estaulla de ‘un hoplita de fines del sac en ‘aciimad de ataque: Je falta la lanza. Hacia 1425 el tipo de ‘coraza que Neva esta ‘igura, muy pesado ‘e incmodo, habia cio en desuso a {avor de modelos sis lsianos hechos ‘con eapas de lino (la pileza procede del santuario de Zeus en odona,fpiro, norte de Gree, Staatliche Muscen, Berlin). mensa. Los espartanos podian ser derrotados; lo que ‘es mas, podian ser llevadas a la rendicién incondi- clonal. Tucidides se hace eco del hecho, é! mismo estupefacto, en su Historia de /a Guerra del Pelopo- rneso (4, 40,1): “Este fue para los griegos -nétese: ro s6lo para los atenienses- el hecho més inespera- do de las acaecidos en el curso de la guerra, pues es- timaban que los lacedemonies no depondrian las ar- ‘mas ni por hamire ni por ninguna necesidad, sino ‘que moriian empufiéndolas y combatiendo hasta el limite de sus fuerzas’ En realidad, el combate de Esfacteria fue un epi- odio militarmente menor, en el que lucharon efecti- vos reducidos; sin embargo, su impacto moral fue ‘enorme, tanto para los atenienses ~que vieron aténi- tos la vulnerabilidad espartana-, como para los lace- demonios. Segin cuenta Tucidides (4, 15 y ss.) e5- tos tiltimos llegaron —infructuosamente- a pedir la paz ante la sola perspectiva de que un contingente dde unos cuatrocientos espartiatas pereciera en bata- lla: tal era la debilidad demogréfica de Esparta, ver- dadero talon de Aquiles de una ciudad que posela el mejor ejército de Grecia, pero que era a la vez fa mas reacia a empleario, por temor a las baja. EI contexto: |a campaiia de Pilos Durante los primeros afios de la Guerra del Pelo- oneso los atenienses, temerosos de la reputacién espartana, habian permitida el saqueo de los campos. del Atica mientras resistian parapetados tras los mu- ros desu ciudad. Pase a ello, Esparta era incapaz de decidir la guerra mientras la supremacta naval ate- niense asegurara el abastecimiento de la ciuda: ‘Atenas era igualmente incapaz de acabar con el ejér- cito de Esparta, aunque si podia enviar expediciones por mar contra sus aliados mas débiles. En la pri- mavera del afo 425, séotimo de la guerra, mientras aque el grueso del ejécito espartanc quemaba los campos de Atenas, ésta envid cuarenta naves para apoyar a sus alados en Sicilia. Una tempestad, sin embargo, lle a la flota a la costa oeste del Pelopo- reso, junto ala bahia de Navarino, en Mesenia, te ritro espartano. En la parte norte dela bahia se stuaba Pils (Ko- tifasion para los espartanos), un promontorioacanti- lado que proporcionaba posibilidades de detensa por mary tierra, Dado que Pios era una posicién coste 1a fécilmente defendible en terior enemigo, que podia ser abastecida por mar, que no estaba defen- {ida pese a situarse a stlo 75 km al oaste de ES- pata, y dado que se hallaba en temitorio mesenio, ‘ominado por Esparta pero sblo por la fuerza de las armas, el ateniense Deméstenes convenci6@ la flota pata realizar un desembarco y crear una bese en te- ritorio enemigo: las posiblidades de accin ulterior fran inmensas, por ejemplo alentar una sublevaciGn de los iatas mesenios,sierios de Espart “Tras seis dias de trabajos en los que se fortiicé la parte del cabo que miraba a tier, el grueso Ge la flota partié hacia Cort y Sicilia, dejando a Demstenes con cinco naves y una guarni- idm en esta zona practicamente deshabitedn {A principio, los espartanes no dieron importan- cia a la netic, considerando que cuando se Tes antojar podrian tomar al esata la fortale 2a apresuracamente constvida; pero luego ayeron en la cuenta del peligro potencal y su ejrcito, tras solo quince dias de cam- Bafa, abandon6 preci- pitadamente su sa- queo dei Atica pare regresar_a| Pelo- corciea \ para tos lacedemonios. Por eso Hamaron ast ‘ota que estaba en Corcira, ya su ejército ‘que asediaba Atenas, Todo les saBi6 mal: \ ‘st marina fue derrotada y su pe | infanteria, desembareada en lacedemonta © Esfacteria, quedo asiada. Cefalonia La cabera de puente atenicnse en Mesenia, cere ‘de Ia propia Esparta, suponia un grave peligro acintos SEE II Protegido por cisco, ‘coraza, grebas y ‘escudo, in hoplita espartano pareceria invulnerable, y su aspecto era temible. ste hombre leva tun exsco anticuado en elano 425 ac, pero todavia titi. Su ran escudo circular tiene la superficie de Bronce pulido, mientras que en otras ciudades aricgas cada hombre adormaba su escudo con un simbolo herilico © protector individual © familiar. Los espartanos slo cseribian la letra 1 lambda inicial de Lacedemonia. Con encomiable energla, los lacedemnonios reunie- ron tropas frente a la fachadaterrestre de Pilos, y tra- jeron desde Corfi una flota de sesenta naves. La cla- ve de la operacién radica en que la bahia semicircu- lar de Navaring, urientada al Oeste, esta casi cerrada pr la isla de Esfacteria, que corre unos 4,5 kiléme- tos de Sur a Norte, defando sélo un estrecho paso Ccapaz para dos triremes a la vez en la parte septen- trional -el llamado canal de Sikia-. El fuerte ate- niense estaba en la costa del continente, justo sobre el promontorio que dominaba la entrada norte. Si los espartanos ocupaban Esfacteria con una guarnicién y bloqueaban con barcos el canal de Sikia, podrian impedir la entrada de la flota ateniense a la ensena- da, Unico puerto natural, y dejar sin abastecimientos. a los defensores de la guamicin, que caeria como fruta madura si un asalto inicial no tenfa éxito. La isla de Esfacteria estaba deshabitada, era bos- cosa y carecia de caminos, y fue ocupada por un pe- ‘uefo contingente de cuatracientos veinte hoplitas espartanos (entre espartiatas y periecos, ciudadanos, de primera y de segunda clase, por asi decir), acompafiados de sus ilotas 0 siervos, que combatian ‘como infanteria ligera (aunque cabe suponer que con escaso entusiasmo}; estaban mandados por Epi- tadas, hijo de Molobro, na n See eerie peta eee some eos b eepepotant bas ae aaa barcos que regresen 4; entrando en Ia bahia, recipe emipanas pepsi eerie eee eee isla 5 se sitian junto al tinico pozo 6, eee eee cere eerie ees eee aioe eee eee Se peeeereaes == Entretanto, Deméstenes organiz6 en tierra firme tna enérgica defensa de circunstancias con sus es- casas fuerzas, mientras enviabe dos de sus cinco na- ves a solicitar el regreso del grueso de la flota ate- rilense que iba hacia Corfi. Sitiado por tierra y mar, en territorio dominado por el enemigo, con poca agua y comida, su situacién parecia desesperada Sin embargo, un primer asalto combinado espartano, desde tierra y con fuerzas de desembarco desde el mar, fracas6 pese al valor desplegado por un trierar- co (capitan de nave) llamado Brasidas, que llegaria a ser uno de los grandes generales espartanos de la ‘guerra. Tucfdides (4,12,3) da cuenta de la irénica in- versién de papeles: “Hasta tal punto se habian vuel to las tornas, que los atenienses se defendian desde tierra, y tierra laconia por afadidura, contra los lace- demonios que los atacaban por mar, mientras que éstos, con una flota y en su propia tierra, en aquel momento enemiga, intentaban efectuar un desem- arco contra las atenienses Si las cosas habian empezado mal para los espar- tangs, ahora empeoraron con la llegada de la flota ateniense, muy superior en calidad a la lacedemonia, Atrapadas en la bahia de Navarino, las naves espar- tanas sufrieron una derrota, cuyo efecto fue dejar aislada en Ia isla de Fsfacteria al contingente antes citado de 420 hoplitas. Ahora los espartanos asedia- ban la guarnicién de Pilos en tera firme (aunque Deméstenes podia ser reforzado o evacuado desde el mat), mientas que 2 su vez uno de sus contingentes estaba atrapado en la isla de Esfacteria (pero sin po- sibilidad de refuerzo o rescate por carecer del do- rminio del mar). Fue entonces cuando los alarmados espartanos propusieron una tregua local y decidieron enviar una embajada a Atenas para acordar una paz; cualquier cosa antes que perder a unos irreemplaza- bles espartiatas de las mejores familias, a quienes no ppodian ayudar pese a tenerlos a la vista {Un grupo de jovenes hoplitas se arma, preparindose para 1a batalla, Por los términos de la tregua, los espartanos en- tregaron temporalmente las naves de guerra que no hablan perdido en la batalla, mientras que los ate- nienses permitieron que se enviara diariamente a la guarnicién de Esfacteria “una cantidad fija de hari- na ya amasada, dos quénices aticas de harina de ce- bbada por soldado [unos dos litros], con dos cdtilas de vino [algo més de medio litro] y carne, y para sus siervos la mitad de esta racién”. Cuando los emisa- rios espartanos enviados a Atenas regresaran de su misién, los atenienses de Pilos se comprometian a devolver las naves lacedemonias que habjan reteni: do. Sin embargo, la embajada espartana regres6 de ‘Atenas con las manos vacias: el éxito hasta ahora ob- tenido, y el tener a aquellos espartanos a su alcance, nizo exigentes a los negociadores atenienses; Cleén, hijo de Céeneto, un demagogo dirigente del partido popular, persuadié a la asamblea para que exigiera de los espartanos unas condiciones inaceptables. La gue- Cronologia de un siglo conflictivo | 499 a.C. Cases nia (de Gre | ia dal Ese) se sublevan contra a resin pera 494 aC. Naspersas desrwyen Mi leo | 490-479 a.C. Guerras Médicas | 490 a.C. Espedicion de castigo | pers contra Grecia. Dari der do en Maran. | 480 a.C. eres 1 lana de nuevo una gran expediin contra Grecia | Derrota terete grega en Termep- bas, Los persas ocupan Alena, De- | rota naa pera en Sania. 479 a.C. Defiitvs der. t= ress persis, terest en Plate y ral en Mica 478 a.C. Formacién de la Liga de Delos ¢ inicio del imperialism ate 478-77 aC. Atenas organiza Ia liga de Delos. Atenas foriicn su puerto del Peo 464 a.C. Los lous se sublern contra Esparta en Mesenia. I Gue- sa Nesénica 461-445 aC. Primera Guerra {el Ploponeso. 445 A.C. La Pande los Trent ais entre tens y sparta, 442-437 aC. Perils gobiema en Atenas. Inanguraién del nuevo Panenn 431-404 aC. Guerra del Pelopo- ‘eso: se enfrentaron ls coaliiones encaberaas por Atenas yEspata. 431 a.C. BL rey spartan Arq amo saque las campos del ica 429 a.C. B gran gobernante P- ‘icles muere por la peste desatada 44 causa del asedo esparano de 427 a.C. Primera expeticin ate nas ' Pericles, jefe del partido sdemécrata y del Estado asteniense (495-429 aC). riense a lia Clén domina en seas 425 a.C. Derota espana en Es face, jaa Pes. 422. aC. Viana spartina de Brass en Afi 421 aC. Par de Nas fn de a primera pate de guerra. “$18 a.C. para asta cuentas € invade a Al 416 aC teas ares Mab. 415-413 a.C. Gran expticiin teins conta Sac Sia «que temina en desasre y esenc= dena mueanente a guerra con B= cast a 405, 4.C Sorprendente wera aval expartana sobre Ales Fesspotumos. rra se reanud6, y los atenienses, aduciendo violacio- nes menores de la tregua -el mismo Tucidides, un general ateniense, asi las considera-, se negaron 2

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