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Teorías de la Comunicación

Profesor: Julián Pindado

Miguel González García


Grupo B
Grado de Publicidad y Relaciones Públicas

Comentario de texto

Tema: La violencia en los medios

Se dice que “la violencia es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños
físicos o psicológicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión física,
ya que también puede ser psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas”. La definición
refleja una realidad de un mal endémico que abraza a nuestra sociedad en varias vertientes, y
conocemos cada día más de ella a través de los medios de comunicación. Guerras, terrorismo o los
casos de la violencia de género son varios de asuntos que nos llevan a hacer una reflexión sobre la
propia violencia en sí. ¿Conoceríamos de la violencia si los medios no se hicieran eco de ella?
Seguro que si, aunque la repercusión sería menor, o no trascendería más del ámbito que la rodea.
¿Qué papel desempeña los propios medios de comunicación cuando trata la violencia? ¿La
violencia crea más violencia? ¿Por qué nos hacemos eco de la violencia?
La violencia ha existido de siempre, ya que ha podido ser hasta un argumento para la defensa en
algunos casos, quizás en los menos, y sin una justificación en sí. Durante los últimos años los
medios de comunicación trata los asuntos de violencia con cierta delicadeza queriendo desempeñar
un papel de prevención que, más que ayudar en algunos casos, casi la propaga más, o al menos con
un conocimiento más profundo y detallado. La violencia de género es uno de los asuntos que, a
diario, en prensa, radio y televisión, se habla cada día. Puede que el hecho de que se conozca más
no quiere decir que antes no existiera. Quizás no tenía la repercusión que tiene en estos días.
Uno de los temas más que indignación levantó sobre este asunto fue la presencia de una mujer que
acudió a un programa de televisión a denunciar públicamente la palizas a la que era sometida a
diario por su marido. Hacerlo público trajo consigo su propio asesinato, ya que fue quemada viva
por la persona que la había sometido a las agresiones durante años. El nombre de Ana Orantes
marcó un antes y un después en el tratamiento de la violencia de género en los medios de
comunicación. Desde entonces, se tiene más sensibilidad y se le da una mayor repercusión a estos
actos delictivos. También son los mismos medios los que contabilizan las muertes que se realizan
durante el año junto con estadísticas que, en algunos casos, son demoledoras.
Pero hay otras violencias que no pasan desapercibidas. Las luchas entre bandas juveniles, robos en
los que se aplica la agresión física o el propio terrorismo son actos violentos que también produce
cierta sensibilidad, aunque según qué medios le puede dar un mayor o menor sensacionalismo.
Más que la propia noticia de la violencia en sí, despierta más o menos interés según quién o como lo
cuente y de quién se trata. No es lo mismo darle a la información un tratamiento en su justa medida
que no recrearse con el tema para hacerlo un serial.
Pero la violencia no sólo aparece en actos reales. La ficción es otra de las vías de acceso que se
tiene para recibir altas dosis de ella que llega a través del cine, los propios vídeo juegos e incluso la
música.
La Dra. Mariana Herrera, analiza en un estudio realizado que “la investigación ha corroborado
los efectos notables e insidiosos de los medios de comunicación, manifestados en la vida diaria por
comportamientos agresivos, miedos y desensibilización a la violencia”.
¿Nos obliga los medios a imitar los actos a los que nos exponen? Hasta en EE.UU la violencia se
ha aceptado como un problema de salud pública, detalle que recoge la propia doctora, aunque más
bien se podría tratar de la negativa no saber aceptar unos roles que evitaría el temer que imitar todo
lo que se nos ofrece.

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