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Bioètica Reproducció humana Full:1/19

REPRODUCCIÓN HUMANA
I. EL COMIENZO DE LA VIDA
I EL COMIENZO DE LA VIDA HUMANA
Ante el problema del comienzo de la vida humana se plantean dos cuestiones fundamentales:
• ¿Cuándo empieza una nueva vida humana?
• ¿Cuándo esa vida humana que ha empezado está ya individualizada? Esta problemática se
puede analizar desde diversas perspectivas:
• Aspectos biológicos
• Aspectos genéticos:
• Unicidad y unidad
• Mismidad o identidad genética
• Aspectos embriológicos: Referencia al término
• Aspectos filosóficos: Suficiencia constitucional

En este contexto es importante señalar tres aspectos relacionados con todo proceso biológico en
general y con el proceso de desarrollo en particular:
• El primer aspecto es el de la continuidad, que imposibilita distinguir con exactitud el "antes" y el
"después".
• El segundo aspecto hace referencia, sin embargo, a que la continuidad de los procesos biológicos es
compatible con la emergencia instantánea de propiedades nuevas cualitativamente diferentes a las
existentes en un momento anterior.
• El tercer aspecto se refiere a que el todo biológico no es igual a la suma de las partes, indicando con
ello el riesgo de la aplicación del reduccionismo en Biología.

II. CONSIDERACIONES GENÉTICO-BIOLÓGICAS SOBRE EL DESARRO-


LLO EMBRIONARIO HUMANO

1. ASPECTOS BIOLÓGICOS

El ciclo vital de un ser humano se inicia a partir de una célula única -el cigoto- formado por la
fecundación de dos gametos (óvulo y espermatozoide) que tras el proceso de desarrollo dará lugar a la
formación del individuo adulto el cual, al alcanzar la madurez sexual, producirá a su vez gametos, iniciando
así un nuevo ciclo de reproducción sexual.
En el proceso biológico de la reproducción humana se pueden diferenciar cuatro etapas que
representan situaciones genéticas y embriológicas muy distintas a las que pueden corresponder cuestiones
éticas y jurídicas diferentes.

PRIMERA ETAPA: GAMETO → FECUNDACIÓN → CIGOTO


En relación con la primera etapa, ya se ha dicho antes que supone un cambio drástico, por cuanto se
pasa de la existencia de dos realidades diferentes (los dos gametos) a una nueva realidad única (el cigoto).
Sin embargo, es conveniente resaltar aquí ya el aspecto de la continuidad de los procesos biológicos a que se
hacía referencia antes. Incluso en esta primera etapa, que es aparentemente la más clara en la problemática
que nos ocupa, hay que señalar que el propio proceso de fecundación es largo y complejo desde que —
después de atravesar la zona pelúcida que envuelve al ovocito— entra el espermatozoide en el citoplasma de
la célula femenina liberando en él su núcleo haploide hasta que se produce la fusión de los dos pronúcleos.
¿En qué momento preciso prodría decirse, por tanto, que existe ya el cigoto? Este interrogante afectaría a las
posturas que mantienen que la persona aparece en el momento de la fecundación.

SEGUNDA ETAPA: CIGOTO → MÓRULA → BLASTOCISTO → ANIDACIÓN


La segunda etapa es, desde el punto de vista genético, la más crucial en relación con la problemática
de la reproducción humana por lo que respecta al denominado estatuto del embrión ya que, como se verá
más adelante, cuestiona la individualización del nuevo ser. Ello tiene repercusión tanto con determinados
métodos interceptivos como con las nuevas técnicas de reproducción asistida que implican la manipulación de

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embriones. En esta etapa, tras la fecundación del óvulo por el espermatozoide, que ocurre en la parte superior
de las trompas de Fallopio, el huevo fecundado inicia su camino hacia el útero, a la vez que se va dividiendo,
alcanzándolo a los tres o cuatro días. Es decir, a la semana de haber ocurrido la fecundación es cuando el
embrión, ya en estadio de blastocisto, comienza a fijarse en las paredes del útero, tardando otra semana
aproximadamente en concluir su fijación (anidación). Por consiguiente, puede aceptarse como regla general
que la anidación concluye unas dos semanas (catorce días) después de ocurrida la fecundación. La
importancia de la anidación en el proceso embriológico es tan grande que, por ejemplo, la Sociedad Alemana
de Ginecología considera que el embarazo empieza con el final de la anidación, no con la fecundación. Otros
argumentan, en esta misma línea, que hasta que el embrión no está anidado no es posible diagnosticar
clínicamente el embarazo.

TERCERA ETAPA: ANIDACIÓN → FETO


Durante el principio de la tercera etapa se produce la gástrula (del 15º al 18º día), diferenciándose las
tres capas germinales primitivas (ectodermo, mesodermo y endodermo) de las que derivarán los tejidos y
órganos del futuro organismo. Durante la gastrulación, el ectodermo da lugar al tejido de la placa neural que
más tarde se repliega para formar la cuerda espinal y el cerebro. Aunque la inducción neural se descubrió
hace más de medio siglo, sin embargo hasta hace poco tiempo han resultado fallidos los intentos de encontrar
la señal molecular que pone en marcha el proceso. En 1993 se demostró que una proteína embriónica
denominada noggin actúa como señal endógena de inducción neural en embriones de anfibio (Xenopus). Por
otro lado, también se ha encontrado el gen noggin en roedores, sugiriendo la posibilidad de que pueda
realizar funciones similares en mamíferos y, por tanto, en embriones humanos. Desde el punto de vista
genético, no cabe duda que el momento de expresión del gen noggin representa un hito importante dentro del
proceso cronológico del desarrollo embrionario humano; de ahí la importancia que puede tener su posible
descubrimiento para arrojar nueva luz en la problemática del estatuto del embrión humano.
El embrión continúa su desarrollo de manera que al final de la cuarta semana se puede decir que ya
ha adquirido el plano general del futuro ser; es decir, representa un sistema en el que empieza a estar
definido, aunque sea de forma inicial, el término: el ser nacido. Al final de la octava semana la diferenciación
del "sistema como sistema" ha terminado, dando lugar al desarrollo fetal: el embrión es reconocible como
humano (Alonso Bedate, 1989)

CUARTA ETAPA: FETO → NACIMIENTO


A partir del estadio anterior y durante la cuarta etapa se produce el desarrollo fetal desde el tercero al
noveno mes para dar lugar al nacimiento del nuevo ser humano.

2. UN DEBATE TERMINOLÓGICO: PREEMBRIÓN VERSUS EMBRIÓN


PREIMPLANTATORIO
Para cualquier consideración posterior de tipo ético o jurídico parece inevitable plantear ya aquí la
posible valoración diferencial del embrión a lo largo del desarrollo y muy especialmente en relación con
aquellos estadios embrionarios anteriores a la anidación o implantación del embrión (blastocisto) en la pared
del útero, que corresponden a los primeros catorce días desde que se produjo la fecundación. Algunos
autores lo consideran y denominan preembrión, con lo cual parece que aceptan ya a priori una valoración
diferente con respecto al embrión postimplantatorio. Con ello parece que prejuzgan la licitud de su
manipulación y eventual eliminación. Otros autores, por el contrario, insisten en utilizar términos tales como
embrión de dos células, embrión de dieciséis células, etc., precisamente para presuponer la ilicitud de su
manipulación y eliminación. Controversia que lleva implícito aquello de que los cambios en las palabras
producen cambios en las actitudes. No hay duda, pues, de que el problema es importante y complejo y por
ello debe ser tratado con cierto detalle. Sin que suponga por mi parte hacer juicio de valor alguno, yo soy
partidario de no utilizar el término pre-embrión sino el de embrión preimplantatorio.
En el apartado II del preámbulo de la ley española sobre "Técnicas de Reproducción Asistida"
(Ley35/1988, de 22 de noviembre) se hace referencia a esta controversia terminológica (preembrión versus
embrión preimplantatorio), inclinándose por utilizar el término preembrión para designar al "grupo de células
resultantes de la división progresiva del óvulo desde que es fecundado hasta aproximadamente catorce días
más tarde, cuando anida establemente en el interior del útero -acabado el proceso de implantación que se
inició días antes- y aparece en él la línea primitiva". Mientras que por embrión propiamente dicho entiende "la
fase del desarrollo embrionario que, continuando la anterior si se ha completado, señala el origen e
incremento de la organogénesis o formación de los órganos humanos, y cuya duración es de unos dos meses
y medio más", correspondiéndose esta fase con la conocida como embrión postimplantatorio.
A mí me resultan muy sorprendentes posturas como las adoptadas por los Consejos Europeos de
Investigación Médica de nueve países (Dinamarca, Finlandia, República Federal de Alemania, Italia, Suecia,
Países Bajos, Reino Unido, Austria y Bélgica) que en una comunicación sobre la "fecundación humana in
vitro", elaborada en una reunión que tuvo lugar en Londres los días 5 y 6 de Junio de 1986 bajo los auspicios
de la Fundación Europea de la Ciencia, utilizaba la expresión "un grupo de células denominado preembrión"

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(ver Palacios, 1989, p, 179). Obviamente, a mi juicio, lo que habrá que valorar científicamente y éticamente es
si se trata simplemente de un montón de células humanas (como si fuera un cultivo celular) o si realmente en
dicho conjunto de células hay ya "humanidad".
Por su parte, en cambio, el Comité Ad Hoc de Expertos sobre el Progreso de las Ciencias Biomédicas
(CAHBI) del Consejo de Europa, en su "Proyecto de Recomendación n. R (87)... del Comité de Ministros a los
Estados miembros relativo a la procreación artificial humana" (ver Palacios, 1989, pp. 169-178) definía el
embrión como "el resultado de la fusión de gametos humanos en todos los estadios de desarrollo antes del
estadio fetal" (la cursiva es mía). Parece, por tanto, que el CAHBI del Consejo de Europa no era partidario de
la utilización del término preembrión.

3. CONSIDERACIONES GENÉTICAS: INDIVIDUALIZACIÓN E IDENTIDAD


(MISMIDAD) GENÉTICA

3.1. INDIVIDUALIZACIÓN: UNICIDAD Y UNIDAD

Desde el punto de vista genético, el desarrollo puede definirse como "un proceso regulado de
crecimiento y diferenciación resultante de la interacción núcleo-citoplásmica, del ambiente celular interno y del
medio externo, de tal manera que en su conjunto el desarrollo constituye una secuencia programada de
cambios fenotípícos (de apariencia externa), controlados espacial y temporalmente, que constituyen el ciclo
vital del organismo". Es decir, al producirse la fecundación de los gametos se origina el cigoto, que reúne, ya
desde el mismo instante de su formación, toda la información genética necesaria para programar la formación
del nuevo ser, de manera que, de no mediar alteraciones de cualquier tipo que interfieran con el proceso, a
partir del momento que empiece a funcionar el primer gen en dicha célula inicial única, la programación
genética conducirá inexorablemente a la formación del individuo adulto. Es obvio que en el caso del desarrollo
humano por factores ambientales se entienden no sólo los físicos, sino también los culturales.
Todas estas consideraciones nos sitúan ante los interrogantes genéticos fundamentales en torno al
estatuto del embrión humano y que se podría concretar en esta doble pregunta: ¿cuándo empieza la vida
humana? ¿cuándo esa vida humana que ha empezado es ya un ser humano individualizado? Dicho en otras
palabras, cuando en los primeros estadios de vida embrionaria sólo hay un conglomerado de células en activa
división ¿existe ya humanidad o se trata simplemente de un montón de células humanas cuya consideración
no tendría que ser diferente de la de cualquier cultivo de células que habitualmente se utilizan en
determinados análisis clínicos (cultivos de leucocitos, biopsias, etc.)?
En cuanto a la primera pregunta -cuándo empieza una nueva vida humana-, ningún científico dudaría
en responder que en el momento de la fecundación; es decir, cuando de dos realidades distintas -el óvulo y el
espermatozoide- surge una realidad nueva y distinta -el cigoto- con una potencialidad propia y una autonomía
genética, ya que, aunque dependa de la madre para subsistir, su desarrollo se va a realizar de acuerdo con su
propio programa genético. Puesto que ese programa genético es específicamente humano y no de ratón o de
zanahoria, la nueva vida surgida es, evidentemente, humana.
En cuanto a la segunda cuestión -cuándo la vida humana que ha empezado es ya un ser humano-, el
abanico de opiniones es enormemente amplio: desde los que consideran que desde el mismo momento de la
fecundación o que el feto tiene forma humana o que empieza a desarrollar actividad eléctrica cerebral
detectable por un electroencefalograma, hasta los que se basan en criterios relacionales tales como "ser
aceptados por sus padres", "ser reconocidos por la sociedad", "ser procreado intencionadamente", "estar
destinado a vivir" (este criterio utilizado por algunos autores hace referencia a experimentos embriológicos
como los que aquí nos ocupan: fecundación in vitro, congelación de embriones, etc.) o, incluso para otros,
"que la cosa en crecimiento diga que es un ser humano", etc. Obviamente, en el contexto biológico en el que
nos movemos tales criterios relacionales no pueden ser tomados en consideración.
Volviendo, pues, al terreno científico, en cuanto a la cuestión de cuándo empieza el nuevo ser humano
debemos decir que, desde el punto de vista genético, no existe hoy por hoy una respuesta científica cierta, por
las razones que luego se aducirán.
La individualización de un nuevo ser requiere que se den dos propiedades: la unicidad -calidad de ser
único- y la unidad, realidad positiva que se distingue de toda otra; es decir, ser uno solo. Pues bien, existe una
amplia evidencia experimental que demuestra que estas dos propiedades fundamentales no están
definitivamente establecidas en el nuevo ser en desarrollo antes de que termine la anidación.

• PROPIEDAD DE UNICIDAD
En relación con la unicidad hay que hacer referencia a los gemelos monocigóticos. Aproximadamente
uno de cada 89 nacimientos son gemelos, entre los que un 20-30 por 100 son monocigóticos, lo cual da una
frecuencia global aproximada de gemelos monocigóticos de un 2 por 1.000. Los gemelos monocigóticos -que
es el único caso posible de identidad genética entre individuos humanos- se forman por la división de un
embrión. Tal división solamente puede producirse antes de la formación de la línea primitiva o cresta neural, lo
cual ocurre hacia los catorce días, coincidiendo con la terminación de la anidación. La conclusión es evidente:

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la unicidad del nuevo ser no está fijada durante las etapas de desarrollo embrionario anteriores a la
terminación de la anidación.
Desde el punto de vista genético, es también importante señalar que los datos experimentales de que
se dispone indican que, así como en la formación de gemelos dicigóticos se admite una cierta causa genética,
en los monocigóticos no. Es decir, no se podría argumentar que en la especie humana pudiera ocurrir una
situación similar a la de algunos animales, como ocurre en el armadillo, en los que siempre se producen
gemelos monocigóticos en cada parto, en cuyo caso podría tratar de cambiarse el sentido de la unicidad. Pero
no es éste el caso humano.

• PROPIEDAD DE UNIDAD
En relación con la propiedad de la unidad -condición de ser solamente uno- hay que hacer referencia a
la existencia comprobada de quimeras humanas; es decir, personas que realmente están constituidas por la
fusión de dos cigotos o embriones distintos. Desde el punto de vista genético, es importante distinguir los
conceptos de mosaico y de quimera, que algunas veces se utilizan inadecuadamente como sinónimos. Por
mosaico se entiende la existencia de más de una estirpe celular en un mismo individuo originadas después de
la fecundación por algún fenómeno genético anormal (mutaciones génicas o cromosómicas, recombinación
somática, etc.), mientras que por quimera se entiende la aparición de líneas celulares distintas originadas a
partir de diferentes fuentes de fecundación. En este caso se puede distinguir entre quimeras cigóticas
-producidas por la fecundación simultánea del óvulo por un espermatozoide y de un cuerpo polar derivado del
mismo ovocito primario por otro espermatozoide, originando un solo individuo- y quimeras postcigóticas
producidas por fusión de dos embriones distintos.
En el primer caso se trataría de la formación de un solo individuo a partir de dos cigotos distintos,
mientras que en el segundo caso la fusión sería de dos embriones diferentes a partir de los cuales sólo se
originaría un individuo; en cualquier caso, la propiedad de unidad no estaba establecida ni en los cigotos ni en
los embriones fusionados. Parece ser que la fusión natural de embriones independientes en mamíferos,
incluyendo la especie humana, es difícil, aunque no imposible. Lo que sí parece claro es que tal fusión tiene
que producirse obligatoriamente antes de aparecer la línea primitiva o cresta neural terminar la anidación.
En la especie humana se han descrito casos de quimerismo. Normalmente, la existencia de una
quimera humana se descubre al constatar la existencia de células con dotaciones cromosómicas sexuales
diferentes XX/XY; es decir, el individuo tiene células femeninas y masculinas. Esto hace suponer que puede
haber otros casos de quimeras que pasan inadvertidos por ser los individuos XX/XX o XY/XY. Lógicamente,
una vez descubierta la existencia de las dos líneas cromosómicas celulares se realizan estudios
inmunológicos complementarios de grupos sanguíneos.
Por otro lado, la obtención de quimeras artificiales en mamíferos de laboratorio producidas por fusión
de dos mórulas en estadio de ocho células indica que algo semejante podría hacerse en la especie humana,
con lo que, aunque fuera de manera artificial, se podría ir en contra de la propiedad de unidad.
En consecuencia, puede también decirse que, desde el punto de vista genético, la unidad del nuevo
ser no está fijada durante las primeras etapas embrionarias anteriores a la anidación.
En resumen, de los datos expuestos podría deducirse que la anidación representa un hito embriológico
importante en relación con la individualización del nuevo ser. No obstante, es importante volver a recordar la
imposibilidad de fijar el momento preciso aún en el caso de que así fuera debido a la continuidad del proceso
biológico del desarrollo.
Por otro lado, algunos autores ponen de manifiesto que la anidación supone también un cambio
drástico en cuanto se refiere a la reducción de la frecuencia de abortos espontáneos. La precariedad en que
se desenvuelve el embrión en las etapas anteriores a la anidación, no tienen, sin embargo, a mi juicio, ni con
mucho, el peso genético que ante la problemática del estatuto del embrión humano pueden tener los
fenómenos de gemelismo y quimerismo descritos que afectan plenamente a la individualización del nuevo ser,
ya que tal precariedad no es necesariamente expresión de inestabilidad o indeterminación genéticas.

3.2. LA IDENTIDAD O MISMIDAD GENÉTICA

El concepto de identidad o mismidad genética de un individuo está íntimamente relacionado con su


capacidad genética de distinguir inmunológicamente lo propio de lo extraño y ello depende de las moléculas
de clase I y II codificadas por los respectivos genes del sistema principal de histocompatibilidad. En otras
palabras, el "carnet o documento de identidad" de un individuo está escrito en los genes de su sistema HLA.
Para una mejor comprensión de este concepto hay que hacer referencia a algunos aspectos
inmunogenéticos.

• RESPUESTA INMUNE
La respuesta inmune dentro de los vertebrados superiores puede consistir en una respuesta humoral,
en la que se producen anticuerpos circulantes con especificidad hacia el antígeno que ha inducido su
producción, y en una respuesta celular en la que los efectores son las propias células linfoides. En ambos
tipos de respuesta se produce una proliferación de linfocitos B o T que reconocen el antígeno y reaccionan
con él de manera específica. Una diferencia importante entre los linfocitos B y T es que los primeros se

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activan con la sola presencia del antígeno que les es específico, mientras que los linfocitos T sólo se activan si
el antígeno está expuesto en la superficie de una célula que lleve además las "señas de identidad" del propio
individuo. Tales "señas de identidad" están determinadas por su sistema principal de histocompatibilidad
(MHC) codificado por un conjunto de genes situados en el cromosoma 6 y que constituyen el denominado
sistema HLA. Dentro del sistema HLA son especialmente importantes los genes de la clase I y de la clase II.

• TOLERANCIA INMUNOLÓGICA
Una característica fundamental del fenómeno inmune es la capacidad del organismo para reconocer
cuándo una macromolécula o cualquier posible antígeno es propio o extraño, de forma que sólo en este último
caso pondrá en funcionamiento los mecanismos precisos para desarrollar una respuesta inmune. No hay
duda que, de alguna forma, los sistemas inmunológicos aprenden a reconocer sus propias moléculas en un
proceso de aprendizaje que tiene lugar durante las primeras etapas de la vida, obviamente antes de que se
desarrolle la respuesta inmune para las proteínas o antígenos extraños. A esta falta de respuesta inmune
frente a cualquier antígeno presente ya en el organismo cuando éste inicia el desarollo de su sistema
generador de anticuerpos o de células T se le llama tolerancia inmunológica; es decir, la capacidad de
reconocer "lo propio" y no responder inmunológicamente.
Así como en el apartado anterior se hacía hincapié en que hacia el día 14 después de la fecundación
se podría decir que quedaba establecida la individualidad del nuevo ser humano al quedar fijadas las
propiedades de unicidad y de unidad, podemos ahora plantearnos la cuestión de cuándo en el desarrollo del
individuo se actualiza su identidad o mismidad genética. Es decir, aunque el genotipo del cigoto incluye ya,
obviamente, el sistema HLA propio (haplotipo), su actualización no se hace efectiva hasta que los genes que
contiene se expresen (transcripción) y se sinteticen (traducción) las proteínas correspondientes. En ese
momento podría decirse que quedan fijadas las señas de identidad del individuo.
¿Cuándo ocurre dicho momento? Los datos científicos de que se dispone son todavía muy imprecisos
y por tanto hay que tomarlos con precaución. Parece ser que las proteínas MHC de la clase II se expresan a
las 7 semanas de desarrollo embrionario, mientras que las proteínas MHC de la clase I lo hacen a las 8
semanas. Por otro lado, también se estima que los genes que codifican para los polipéptidos α y ß del
receptor de las células T (TCR α y ß) se expresan a las 12 semanas; es decir, "la ventana crítica de tiempo
para la maduración tímica ocurre entre la 7ª y la 12ª semana de gestación". En otras palabras, todas las
moléculas estarían funcionales alrededor de los 3 meses.
Tratando de unificar los tiempos, parecería correcto decir que la identidad o mismidad genética del individuo
empieza a quedar establecida entre las ocho y doce semanas de gestación. Una cuestión importante que
ahora se plantea es si el establecimiento de la identidad o mismidad genética puede tener un significado
especial a la hora de hacer valoraciones éticas o jurídicas como lo tiene, a mi juicio, la individualización
establecida por las propiedades de unicidad y unidad.

4. EL DESARROLLO EMBRIONARIO Y LA REFERENCIA AL TÉRMINO


(EL INDIVIDUO NACIDO)
En un intento de establecer un nuevo paradigma de comprensión del valor ético de la entidad biológica
humana en desarrollo, Carlos Alonso Bedate (1989) razonaba que, para que exista suficiente conexión física
entre la realidad biológica (embrión) definible en términos de inviolabilidad y el término declarado como
inviolable (individuo nacido), el embrión debe haber establecido (en términos de potencia) a través de los
procesos de crecimiento celular y diferenciación el sistema de complejidades del término reconocido como
persona.
Durante los primeros estadios de división cada blastómero tiene la capacidad de dividirse y de originar
por separado un blastocisto, pero llega un momento en que esa capacidad se pierde, deteniéndose la división
y comenzando otro proceso totalmente diferente: la diferenciación. A partir de cierto momento, el blastocisto
se desarrolla en el útero con absoluta dependencia fisiológica de la madre: es el comienzo de la diferenciación
embriónica. ¿Qué información decide que un blastómero se desarrolle como trofoblasto (placenta), membrana
extraembriónica o embrioblasto?. A este respecto, es importante señalar que no puede decirse que los
blastómeros que dan lugar al trofoblasto o a las membranas extraembriónicas -por razón de la posibilidad de
haberse desarrollado en embriones completos- hayan tenido un valor ético participativo del término (individuo
nacido) o que, si lo hubieran tenido, lo habían perdido; es decir, nunca han tenido la inviolabilidad propia del
término. Entonces, si esos blastómeros nunca habían tenido la inviolabilidad propia del término, ¿por qué los
blastómeros que han de originar el embrioblasto sí la tienen?
º º
Como se indicaba anteriormente (Apartado I), durante la tercera semana (días 15 a 18 a partir de la
fecundación) se produce la gastrulación, formándose las tres capas germinales primitivas (ectodermo,
mesodermo y endodermo) de las que derivarán los tejidos y órganos del futuro organismo. Para Alonso
(1989), la gástrula per se no posee toda la determinación del sistema con respecto al término ni toda la
información para la construcción del término.
En la cuarta semana el embrión humano deja de tener las características generales de los vertebrados
y empieza a ser reconocido morfológicamente como un embrión de mamífero. Según Alonso, el final de la
cuarta semana representa un estadio crucial para la valoración biológica y ética del embrión puesto que

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adquiere el plano general del nuevo ser humano, representando un sistema en el que ya empieza a estar
definido -aunque sea de forma inicial- el término: el ser nacido.
A partir de entonces se producen constantes e intensas modificaciones en la histogénesis,
organogénesis y morfogénesis del embrión humano, alcanzando al final de la octava semana un estadio de
desarrollo tal que ya se han manifestado de forma primitiva casi todos los órganos del futuro ser nacido,
permitiendo distinguir el embrión humano de otros embriones de primates; es decir, el embrión es reconocible
como humano. A partir de ese momento comienza la etapa de desarrollo fetal.
Según Alonso Bedate, desde el punto de vista biológico la realidad que cumple mejor las
características de potencia actual con relación al término (individuo nacido) es el embrión de 6-8 semanas. En
ese estadio como todos los órganos internos están diseñados con especialización histológica, las
características externas están ya establecidas, el mecanismo neuromuscular iniciado y la diferenciación
sexual histológicamente y organogénicamente dirigida; es decir, "el sistema está diferenciado en origen y lo
que resta es la actualización en crecimiento del proceso diferenciante del sistema. Desde este momento y en
adelante, la mayor parte de la información necesaria para finalizar el proceso ontogenético será de tipo
general capaz de conformar y mantener el sistema ya definido que emerge con las complejidades propias del
humano".

5. UN PROBLEMA FILOSÓFICO FUNDAMENTAL: LA SUFICIENCIA


CONSTITUCIONAL
El Profesor Diego Gracia (1993), en su trabajo "Problemas filosóficos en Genética y en Embriología",
resalta la importancia creciente que en el debate sobre el desarrollo embriológico humano está adquiriendo el
concepto científico y filosófico de constitución: "Genes y desarrollo -como posturas contrapuestas de dos
enfoques (genético y embriológico, respectivamente) diferentes de la realidad humana- convergen en el hecho
de la constitución de una nueva realidad viva, y deben ser entendidos sólo como momentos del proceso de
constitución. De ahí que el concepto filosófico fundamental sea éste, y no el de herencia genética o el de
desarrollo morfofuncional. La cuestión está en definir en qué consiste la constitución de una realidad viva y
cuándo acontece" (la cursiva es mía).
Dice el Prof. Gracia que Zubiri es el filósofo que ha estudiado el concepto de "constitución" con más
detalle. Así, Zubiri define la realidad como un campo estructurado o una estructura clausurada de elementos o
notas. Cuando esa estructura es coherente alcanza la suficiencia constitucional y, por tanto, la sustantividad.
Es decir, para Zubiri realidad es sustantividad y sustantividad es suficiencia constitucional, de manera que el
concepto de constitución adquiere en la filosofía zubiriana un rango filosófico fundamental. Por ello -señala
Gracia- ni los genes ni los factores extragenéticos tienen sustantividad independiente mientras no
"constituyen" el nuevo ser; es decir, hasta que no logran la suficiencia constitucional. Puesto que sin
suficiencia constitucional no hay realidad, las consecuencias éticas y jurídicas son importantes ya que lo que
no es realidad no puede considerarse sujeto de derechos propios ni objeto de obligaciones ajenas, concluye
Gracia.
La cuestión fundamental que se plantea en este contexto es, por consiguiente, saber en qué momento
del desarrollo se puede decir que la realidad humana está ya constituída. El Prof. Gracia acepta las
argumentaciones y datos genético-biológicos de Byrne (1988) y Alonso Bedate (1989): "Trabajos como los de
Byrne y Alonso Bedate hacen pensar que ese cuándo debe acontecer en torno a la octava semana del
desarrollo, es decir, en el tránsito entre la fase embrionaria y la fetal. En cuyo caso cabría decir que el embrión
no tiene en el rigor de los términos el estatuto ontológico propio de un ser humano, porque carece de
suficiencia constitucional y de sustantividad, en tanto que el feto sí lo tiene. Entonces sí tendríamos un
individuo humano estricto, ... , no antes".
Concluye Gracia interpretando que también "para el último Zubiri la suficiencia constitucional se
adquiere en un momento del desarrollo embrionario, que bien puede situarse, de acuerdo con los recientes
datos de la literatura, en torno a las ocho semanas. A partir de ese momento el feto tendría personeidad, sería
una persona". También señala Gracia cómo los trabajos de Zubiri y Alonso Bedate han comenzado a influir en
otros pensadores como, por ejemplo, el Prof. Laín Entralgo (1988,1991).
Ante el razonamiento filosófico que, basado en los datos embriológicos, acepta que la realidad
humana como suficiencia constitucional aparece en torno a la octava semana, me parece oportuno señalar la
coincidencia en el tiempo que supone el hecho de que la expresión de los genes del sistema principal de
histocompatibilidad que determina la identidad o mismidad genética del individuo ocurra también
aparentemente entre la 7ª y la 8ª semana. ¿Se trata de una simple casualidad o, por el contrario, dicha
coincidencia tiene un profundo significado genético? Por el momento no tengo contestación a esta cuestión.

III. BIBLIOGRAFIA
ABEL,F.; BONE,E.; HARVEY,J.C.; (eds.). 1989. La vida humana: Origen y desarrollo. Reflexiones
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E. López de la Osa, M. Vidal, M. Yzquierdo), Nuevas técnicas de reproducción humana. Biomedicina, Etica y
derecho, Univ. Pontif. Comillas, Madrid, pp. 169-229
LACADENA,J.R. 1995. Consideraciones genético-biológicas sobre el desarrollo embrionario humano.
En (C.Romeo Casabona ed.) Genética Humana, Cátedra de Derecho y Genoma Humano, Fundación BBV,
Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao,pp.77-103
LAIN ENTRALGO,P. 1988. El cuerpo humano: Teoría actual. Espasa-Calpe, Madrid
LAIN ENTRALGO,P. 1991. Cuerpo y alma: Estructura dinámica del cuerpo humano. Espasa-Calpe,
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PALACIOS,M. 1989. Biolegislación española y Consejo de Europa -Analogías-. Editorial Stella, Gijón,
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PALACIOS,M. 1990. Reproducción asistida. Discurso y recurso. Editorial Stella, Gijón. 309 pp.

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II. TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

I. INTRODUCCIÓN

A modo de introducción, puede ser interesante recoger aquí parte del Preámbulo de la Ley
española 35/1988 sobre “Técnicas de Reproducción Asistida”, que dice así:

“Los modernos avances y descubrimientos científicos y tecnológicos, y en especial en los


campos de la Biomedicina y la Biotecnología, han posibilitado, entre otros, el desarrollo y
utilización de técnicas de reproducción alternativas a la esterilidad de la pareja humana,
generalmente conocidas como Técnicas de Reproducción Asistida o Artificial, algunas de ellas
inimaginables hasta hace muy poco. De ellas, la Inseminación Artificial (IA) con semen del marido
o del varón de la pareja (IAC) o con semen de donante (IAD), se viene realizando desde hace
bastantes años: concretamente en España, el primer Banco de semen data de 1978 y han nacido
ya unos 2.000 niños en nuestra nación y varios cientos de miles en el resto del mundo por este
procedimiento. La Fecundación In Vitro (FIV) con Transferencia de Embriones (TE), de mayor
complejidad técnica, se dio a conocer universalmente en 1978 con el nacimiento de Louise Brown,
en el Reino Unido, mientras que en nuestra nación el primero de los hoy casi cincuenta
nacimientos por esta técnica tuvo lugar en 1984. La Transferencia Intratubárica de Gametos (TIG)
comienza a realizarse también en España.
Las técnicas de Reproducción Asistida han abierto expectativas y esperanzas en el tratamiento
de la esterilidad cuando otros métodos son poco adecuados o ineficaces. Se calcula que en
España hay unas 700.000 parejas estériles casadas en edad fértil, admitiéndose un porcentaje del
10-13 por 100 del total, de las que un 40 por 100 podrían beneficiarse de la FIVTE o técnicas
afines y un 20 por 100 de la Insemnización Artificial. Existen, además, 13 Bancos de gametos y 14
Centros o Establecimientos sanitarios, públicos o privados, en los que se realizan estas técnicas o
sus procedimientos accesorios.
Pero tales expectativas, y sin duda la satisfacción de constatar tanto los progresos como la
capacidad creadora del ser humano, se acompañan de una inquietud e incertidumbre sociales
ostensibles en relación con las posibilidades y consecuencias de estas técnicas. Ya no sólo es
factible utilizarlas como alternativa de la esterilidad. La disponibilidad del investigador de óvulos
desde el momento en que son fecundados in vitro, le permite su manipulación con fines
diagnósticos, terapéuticos, de investigación básica o experimental, o de ingeniería genética, sin
duda beneficiosos para el individuo y la humanidad, pero en cualquier caso, y dado el material con
el que se trabaja, propiciadores de una diáspora de implicaciones que suscitan temor e
incertidumbre con alcances sociales, ético, biomédico y jurídico principalmente.
Se toma conciencia paulatinamente de que estos sorprendentes descubrimientos invaden en lo
más íntimo el mundo de los orígenes y transmisión de la vida humana, y de que el ser humano se
ha dado los recursos para manipular su propia herencia e influir sobre ella, modificándola. No
parece haber duda de que la investigación científica y tecnológica debe continuar su expansión y
progreso, y que no debe ser limitada si no es en base a criterios fundados y razonables que eviten
su colisión con los derechos humanos y con la dignidad de los individuos y las sociedades que
constituyen, a la que no puede renunciarse. Es preciso por ello una colaboración abierta, rigurosa y
desapasionada entre la sociedad y la ciencia, de modo que, desde el respeto a los derechos y las
libertades fundamentales de los hombres, la ciencia pueda actuar sin trabas dentro de los límites,
en las prioridades y con los ritmos que la sociedad le señale, conscientes ambas, ciencia y
sociedad de que en estricto beneficio del ser humano no siempre va a ser posible ni debe hacerse
lo que se puede hacer. Trátase de asuntos de enorme responsabilidad, que no pueden recaer ni
dejarse a la libre decisión de los científicos, que por otra parte tal vez rechazarían. En este orden
de cosas, la creación de Comisiones Nacionales multidisciplinares, constituidas con amplia
representación social que recoja el criterio mayoritario de la población y por expertos en estas
técnicas, encargadas del seguimiento y control de la Reproducción Asistida, así como de la
información y asesoramiento sobre las mismas en colaboración con las autoridades públicas
correspondientes, facilitará, como se está haciendo en otros países, y como recomienda el
Consejo de Europa a sus Estados miembros en la Recomendación 1.046 de septiembre de 1986,
la definición de sus límites de aplicación, contribuyendo además a superar normativas nacionales
aisladas que, dadas las posibilidades de expansión de estas técnicas, resultarían ineficaces o
contradictorias.
Desde una perspectiva ética, el pluralismo social y la divergencia en las opiniones se expresan
frecuentemente sobre los distintos usos que se dan a las técnicas de Reproducción Asistida. Su
aceptación o su rechazo habrían de ser argumentados desde el supuesto de una correcta

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información, y producirse sin motivaciones interesadas ni presiones ideológicas, confesionales o


partidistas, sustentándose únicamente en una ética de carácter cívico o civil, no exenta de
componentes pragmáticos, y cuya validez radique en una aceptación de la realidad una vez que ha
sido confrontada con criterios de racionalidad y procedencia al servicio del interés general; una
ética, en definitiva, que responda al sentir de la mayoría y a los contenidos constitucionales, pueda
ser asumida sin tensiones sociales y sea útil al legislador para adoptar posiciones o normativa.”

II
“Los avances científicos, por otra parte, cursan generalmente por delante del Derecho, que se
retrasa en su acomodación a las consecuencias de aquéllos. Este asincronismo entre la ciencia y
el Derecho origina un vacío jurídico respecto de problemas concretos, que debe solucionarse, si no
es a costa de dejar a los individuos y a la sociedad misma en situaciones determinadas de
indefensión. Las nuevas técnicas de Reproducción Asistida han sido generadoras de tales vacíos,
por sus repercusiones jurídicas de índole administrativa, civil o penal. Se hace precisa una revisión
y valoración de cuantos elementos confluyen en la realización de las técnicas de Reproducción
Asistida, y la adaptación del Derecho allí donde proceda, con respecto a: el material embriológico
utilizado, los donantes de dichos materiales, las receptoras de las técnicas, y en su caso a los
varones a ellas vinculados, los hijos, la manipulación a que las técnicas pueden dar lugar
(estimulación ovárica, crioconservación de gametos y preembriones, diagnóstico prenatal, terapia
génica, investigación básica o experimental, ingeniería genética, etc.).
El material biológico utilizado es el de las primeras fases del desarrollo embrionario, es decir,
aquel desarrollo que abarca desde el momento de la fecundación del óvulo hasta el nacimiento.
Con frecuencia, se plantea la necesidad de definir el status jurídico del desarrollo embrionario,
especialmente en los primeros meses, pero hasta ahora no se ha hecho o se hace de forma muy
precaria, pues difícilmente puede delimitarse jurídicamente lo que aún no lo está con criterios
biológicos, por lo que se presenta como necesaria la definición previa del status biológico
embrionario, tal y como indica el Consejo de Europa en su Recomendación 1.046, de 1986.
Generalmente se viene aceptando el término «preembrión» -también denominado «embrión
preimplantatorio», por corresponderse con la fase de preorganogénesis-, para designar al grupo de
células resultantes de la división progresiva del óvulo desde que es fecundado hasta
aproximadamente catorce días más tarde, cuando anida establemente en el interior del útero -
acabado el proceso de implantación que se inició días antes-, y aparece en él la línea primitiva.
Esta terminología ha sido adoptada también por los Consejos Europeos de investigación
médica de nueve naciones (Dinamarca, Finlandia, República Federal de Alemania, Italia, Suecia,
Países Bajos, Reino Unido, Austria y Bélgica), en su reunión de los días 5 y 6 de junio de 1986, en
Londres, bajo el patrocinio de la Fundación Europea de la Ciencia. Por «embrión» propiamente
dicho, se entiende tradicionalmente a la fase del desarrollo embrionario que, continuando la
anterior si se ha completado, señala el origen e incremento de la organogénesis o formación de los
órganos humanos, y cuya duración es de unos dos meses y medio más; se corresponde esta fase
con la conocida como de «embrión posimplantatorio», a que hace referencia el Informe de la
Comisión del Parlamento de la República Federal de Alemania para estudio de las «Posibilidades y
riesgos de la tecnología genética» presentado como Documento 10/6.775 de 6 de enero de 1987.
Las consideraciones precedentes son coincidentes con el criterio de no mantener al óvulo
fecundado in vitro más allá del día 14 al que sigue a su fecundación, sostenido en la aludida
Recomendación 1.046 del Consejo de Europa, en el Documento del CAHBI o Comité adhoc de
Expertos sobre el Progreso de las Ciencias Biomédicas, de 5 de marzo de 1986 (Principio 18,
variante 2d), en el Informe de la Comisión Especial de Estudio de la Fecundación in vitro y la
Inseminación Artificial Humanas del Congreso de los Diputados, aprobado por el Pleno el 10 de
abril de 1986, y en otros Informes o documentos, con lo que se manifiesta la tendencia a admitir la
implantación estable del óvulo fecundado como un elemento delimitador en el desarrollo
embriológico. Al margen de tales consideraciones biológicas, diversas doctrinas constitucionales
apoyan tal interpretación. Así el Tribunal Constitucional de la República Federal de Alemania en
sentencia de 25/2/75, al establecer que «según los conocimientos fisiológicos y biológicos la vida
humana existe desde el día 14 que sigue a la fecundación», mientras que por su parte, el Tribunal
Constitucional español, en sentencia de 11/4/85, fundamento jurídico 5.a), se manifiesta
expresando que «la vida humana es un devenir, un proceso que comienza con la gestación, en el
curso del cual, una realidad biológica va tomando corpórea y sensitivamente configuración humana
que termina con la muerte»; queda así de manifiesto que el momento de la implantación es de
necesaria valoración biológica, pues anterior a él, el desarrollo embriológico se mueve en la
incertidumbre, y con él, se inicia la gestación y se puede comprobar la realidad biológica que es el
embrión. Finalmente, por «feto», como fase más avanzada del desarrollo embriológico, se conoce
el embrión con apariencia humana y sus órganos formados, que maduran paulatinamente
preparándole para asegurar su viabilidad y autonomía después del parto. En consecuencia,
partiendo de la afirmación de que se está haciendo referencia a lo mismo, al desarrollo

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embrionario, se acepta que sus distintas fases son embriológicamente diferenciables, con lo que
su valoración desde la ética, y su protección jurídica también deberían serlo, lo cual permite ajustar
argumentalmente la labor del legislador a la verdad biológica de nuestro tiempo y a su
interpretación social sin distorsiones.
Teniendo en cuenta que la fecundación in vitro y la crioconservación facilitan la disponibilidad
de gametos y óvulos fecundados, y no sólo para realizar las técnicas de Reproducción Asistida en
las personas que los aportan o en otra, sino también para manipulaciones diversas, de carácter
diagnóstico, terapéutico o industrial (farmacéutico), de investigación o experimentación, es
evidente que los materiales embriológicos no pueden ser utilizados de forma voluntarista o
incontrolada, y que su disponibilidad, tráfico, usos y transporte deben ser regulados y autorizados,
al igual que los Centros o Servicios que los manipulen o en los que se depositen.
La colaboración de donantes de material reproductor en la realización de estas técnicas
supone la incorporación de personas ajenas a las receptoras y a los varones a ellas vinculados en
la creación de los futuros hijos, que llevarán su aportación genética, con lo que se ponen en
entredicho cuestiones del máximo interés relacionadas con el Derecho de Familia, la maternidad,
la paternidad, la filiación y la sucesión; es necesario, por lo tanto, establecer los requisitos del
donante y de la donación, así como las obligaciones, responsabilidades o derechos, si los hubiere,
respecto de los donantes con los hijos así nacidos.
Desde una perspectiva biológica, la maternidad puede ser plena o no plena, y ello es
importante en relación con las técnicas que aquí referimos; en la maternidad biológica plena, la
madre ha gestado al hijo con su propio óvulo; en la no plena o parcial, la mujer sólo aporta la
gestación (maternidad de gestación), o su óvulo/s (maternidad genética), pero no ambos; son
matices de gran interés que no siempre están claros, y que conviene establecer sin equívocos. Por
su parte, la paternidad sólo es genética, por razones obvias de imposibilidad de embarazo en el
varón. Finalmente, pueden la maternidad y la paternidad biológicas serlo también legales,
educacionales o de deseo, y en tal sentido, es importante valorar cuál es la más humanizada, la
más profunda en relación con el hijo, pues habida cuenta de las posibilidades y combinaciones que
puedan darse, especialmente cuando en la gestación intervienen donantes de gametos u óvulos
fecundados, los Códigos han de actualizarse sobre cuestiones determinadas que no contemplan.
En cualquier caso, y sin cuestionar el alcance de las otras variantes, se atribuye a la maternidad de
gestación el mayor rango, por la estrecha relación psicofísica con el futuro descendiente durante
los nueve meses de embarazo.
Los Centros o Establecimientos donde se realicen estas técnicas habrán de ser considerados
de carácter sanitario en los términos de la Ley General de Sanidad o que se establezcan
normativamente; contarán con los medios necesarios para sus fines y deberán someterse a los
requisitos legales de acreditación, homologación, autorización, evaluación y control oportunos. Los
equipos sanitarios que en ellos actúen habrán de estar contrastadamente cualificados y actuarán
bajo la responsabilidad de un Jefe de Centro o Servicio, en el ámbito de equipos de trabajo.”

II. TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA


Las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRA) hacen referencia a cualquier manipulación
de los elementos reproductores humanos ( células germinales, gametos, cigotos, embriones) encaminada
a la procreación por medios no naturales. Las TRA pueden agruparse en dos tipos fundamentales: la
Inseminación Artificial (IA) y la Fecundación in vitro (FIV), tal como se indica a continuación:

1. INSEMINACIÓN ARTIFICIAL

Aspectos científicos y técnicos de la IA (basado en J.M.Guerra Flecha y .Fernández-Morís, 1998;


J.C.Alberto Bethencourt y R.N.Rodríguez Díaz, 1995). La IA consiste en el depósito de semen en el tracto
genital femenino, bien sea con semen del cónyuge (IAC) o con semen de donante (IAD).
Estudio básico de la pareja infértil
• Analítica y serología, exploraciones básicas
• Temperatura basal
• Seminograma
• Test postcoital
• Determinaciones analíticas de la función ovárica
• Estudio del endometrio
• Cariotipo (si procede)
• Laparoscopia (si fuera preciso)
Condiciones
• Por parte del varón

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• Semen normal
• Seminograma > 20.000.000 espermatozoides/ml
• Motilidad +++ > 20%
• Forma normal > 30%
• Número espermatozoides/ml postcapacitación > 2,5 millones
• Por parte de la mujerr
• Ovulación
• Permeabilidad tubárica
• Por parte de ambos
• Edad, años de infertilidad, tratamientos realizados
• Posibles alteraciones anatómicas o funcionales
Indicaciones
• Infertilidad masculina
• Hipospadia, eyaculación retrógrada, impotencia
• Anomalías seminales
• Esterilidad inmunológica
• Infertilidad femenina
• Alteraciones del factor cervical (evaluación del moco, test postcoital)
• Esterilidad inmunolcógica (anticuerpos anti-espermatozoide)
• Endometriosis
Técnicas IAC – IAD
• Inseminación intravaginal
• Inseminación intracervical
• Inseminación intrauterina (normalmente aplicable a la IAC)
Resultados
Los resultados clínicos varían de unos laboratorios a otros. Así, por ejemplo, haciendo dos
inseminaciones, una el día de la ovulación y otra al día siguiente, la frecuencia de gestaciones/ciclo oscila
entre el 7,9% y el 19% para la IAC y entre el 10% y el 54% para la IAD. En cambio, en otro laboratorio los
resultados experimentales han sido: IAC: 17,1% – 38,6% gestaciones / paciente y 8,4% – 13,7%
gestaciones / ciclo. Incluso, en casos en los que se ha aplicado la IAC durante cuatro ciclos se ha
conseguido un 92% de gestaciones. IAD: 31,5% – 42,8% gestaciones / paciente y 17,6% – 20,2%
gestaciones / ciclo

2. FECUNDACIÓN IN VITRO

La FIV consiste en cualquier técnica en la que se produce en condiciones de laboratorio la


fecundación de un ovocito que ha sido extraído quirúrgicamente de la mujer por un espermatozoide.

2.1. FIV CONVENCIONAL

Indicaciones
• Factor masculino (el 50% de la etiología de la pareja infértil)
• Factor tubárico
• Esterilidad de origen desconocido
• Esterilidad inmunológica
• Endometriosis
• Fracaso de otras terapéuticas
Etiología de la infertilidad
• Factores absolutos (la FIVTE único recusro terapéutico): 17% de los casos
• Patología tubárica: 37,7%
• Subfertilidad masculina (< 2 millones de espermatozoides / ml)
• Factores relativos (fracasan los tratamientos convencionales): 64% de los casos
• Factores asociados (factores relativos de ambos miembros de la pareja): 19% de los casos

SECUENCIA TEMPORAL TERAPÉUTICA EMBARAZOS


Estudio previo de la esterilidad 9%
Inducción de la ovulación (IO) (3 – 6 meses) 27%
IO, monitorización ecográfica y/o IAC (3 – 6 meses) 23%
Laparoscopia
IO + IAC (3 – 6 meses) 7% + 10%
FIV 16%

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Desarrollo de la técnica FIVTE


• Estimulación ovárica: La utilización de drogas (citrato de clomifeno, HMG, FSH-HP, etc.) que
estimulan el crecimiento folicular permite iniciar simultáneamente el desarrollo de muchos
folículos que serán recuperados 36 horas después de la administración de la hormona
gonadotropina coriónica humana (hCG)
• Monitorización de la estimulación: Comprobación si la respuesta a las gonadotropinas es
adecuada y evitar la hiperestimulación ovárica. El control de la maduración folicular puede
hacerse por ecografía con sonda vaginal o por análisis de estradiol sérico.
• Recuperación de ovocitos: Mediante laparoscopia (técnica introducida por Steptoe y Edwards en
1978) o por ecografía transvaginal que resulta menos dolorosa y costosa.
• Fecundación in vitro: Los ovocitos maduros se ponen en un pocillo en presencia de semen
capacitado. Bastan unos 10.000 a 20.000 espermatozoides por ovocito para alcanzar la máxima
tasa de fecundación (≈ 80%).
• Transferencia embrionaria: En caso de mujeres jóvenes con elevada tasa de fecundación se
transfieren dos o tres embriones (en estadio de 6 u 8 células), mientras que si se trata de mujeres
de 40 años o más se pueden transferir cuatro o cinco embriones.
• Apoyo a la fase lútea: Administración de hCG o de progesterona.

Resultados clínicos de la FIVTE convencional

TRANSFERENCIA DE EMBRIONES: PROPORCIÓN DE ÉXITOS


Número de embriones Frecuencia Frecuencia Frecuencia Frecuencia
transferidos gestación concepción única gemelos trillizos
1 9,56% 9,56% --- ---
2 16,59% 14,07% 2,52% ---
3 21,77% 15,53% 5,57% 0,67%
4 25,58% 15,24% 8,20% 1,96%

INFLUENCIA DE LA EDAD DE LA MUJER


Edad (años)
< 37 38 - 39 40 - 41 > 42∗ ∗
Punciones 98,5% 97,3% 96,4% 94,4%
Transferencia / punción 77,5% 76,2% 74,5% 72,5%
Embarazo / punción∗ 19,0% 14,4% 11,9% 7,4%
Embarazo / transferencia 24,4% 18,9% 16,0% 10,3%

∗ En una estadística sobre series grandes (120.000 ciclos) se logra un 13% de nacimientos
∗ ∗ La tasa de abortos en mujeres mayores de 42 años es superior al 50%

EMBARAZOS MÚLTIPLES
Número de embriones Embarazos (%)
transferidos Simples Gemelares Triples o más
1 98,6 1,4 0,0
2 85,4 13,7 0,9
3 73,1 21,6 5,3
4 64,1 27,8 8,1
5 o más ∗ 58,8 27,7 13,4

∗ Solamente se transfieren cinco embriones en mujeres de edad avanzada en las que disminuye la
probabilidad de embarazo

Crioconservación
• Crioconservación de embriones: Se estima una supervivenmcia entre el 60% y el 80%
• Crioconservación de ovocitos: Por ahora, baja supervivencia y baja tasa de fecundación

2.2. VARIANTES DE LA FIV CONVENCIONAL

Transferencia intratubárica de gametos (GIFT)


• Se inyectan en cada trompa de Fallopio dos ovocitos y, al menos, 400.000 espermatozoides.
Técnica poco utilizada (menos de un 10%) porque necesita anestesia general y hospitalización y
los resultados son semejantes a los obtenidos con otras técnicas. Resultados clínicos: 28,8%
gestaciones / transferencia.

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Transferencia intratubárica de cigotos (ZIFT)


• Una vez hecha la FIV se recuperan los cigotos formados y se transfieren dos o tres mediante
laparoscopia al extremo fimbrial de una trompa de Fallopio. Hoy está prácticamente en desuso
(menos del 1%). Resultados clínicos: 27,9% - 43% gestaciones / transferencia.

Transferencia intratubárica de embriones (TET)


• Los embriones en fase de división celular son depositados en la trompa en lugar del útero. Puede
resultar ventajosa frente a la GIFT y a la FIVTE convencional al no dañar el endometrio y dar
tiempo a que siga madurando el embrión en sincronía con las paredes del útero, facilitando la
anidación.

Inyección intracitoplásmica de espermatozoides (ICSI)


• Utilizada por vez primera por Palermo y colaboradores en 1972. Está indicada en casos de factor
masculino grave (oligozoospermia, necrospermia, azoospermia), esterilidad inmunológica
(anticuerpos anti-espermatozoides en el semen). Resultado clínico: 30% de embarazos, con una
tasa de abortos del 15%, similar a los de la FIVTE convencional.

Inyección intracitoplásmica de espermátidas redondas (ROSI, ROSNI) o alargadas (ELSI)


• Técnica semejante a la ICSI que se emplea cuando no hay espermatozoides en los testículos.

Técnica de co-cultivo
• Se trata de cultivar embriones obtenidos por FIV hasta el estadio de blastocisto sobre una capa
de células procedentes del cúmulo ooforo o del epitelio tubárico o endometrial que son capaces
de secretar factores embriotróficos que aporten un ambiente similar al del embrión
preimplantatorio

2.3. DIAGNÓSTICO PRECONCEPCIONAL Y PREIMPLANTATORIO

Las técnicas de diagnóstico preconcepcional o preimplantatorio se pueden utilizar en aquellas


parejas que tienen un riesgo de transmitir a la descendencia un defecto genético recesivo por ser ambos
portadores (heterocigotos) del mismo, o solamente la mujer si se trata de una enfermedad producida por
un gen dominante.

Diagnóstico preconcepcional
• En la primera división meiótica femenina se origina el ovocito secundario (que constituirá
posteriormente el gameto femenino) y el primer cuerpo polar. El diagnóstico preconcepcional se
realiza sobre el primer cuerpo polar. El corpúsculo polar es aspirado por micromanipulación y
posteriormente se lleva a cabo una amplificación de su ADN mediante la técnica PCR (reacción
en cadena de la polimerasa) para analizar su contenido genético, de cuyo análisis podrá
deducirse cómo es el ovocito secundario correspondiente y, por tanto, ser aceptado o rechazado
en el proceso de FIV en caso de que pudiera dar lugar a un gameto portador del gen deletéreo.
La ventaja de esta técnica es que, al realizar la selección en el estadio de ovocito y no de
embriones, se evita cualquier reparo ético que pudiera tener la pareja portadora del defecto
genético frente a la eliminación de embriones. En cualquier caso, en igualdad de condiciones y
desde el punto de vista ético, siempre es preferible eliminar ovocitos que embriones. No obstante,
desde el punto de vista técnico, la eficacia del diagnóstico preconcepcional se cifra en un éxito de
diagnóstico cada 35 ciclos, mientras que la del diagnóstico premimplantatorio ha llegado a ser de
un 50% (un éxito cada dos ciclos).

Diagnóstico preimplantatorio
• Se realiza extrayendo una (excepcionalmente dos) célula (blastómero) de un embrión en estadio
de 6-8 células que puede ser analizada posteriormente mediante técnicas cromosómicas (por
ejemplo, hibridación in situ con fluorescencia, FISH) o moleculares (PCR). Una vez realizado el
diagnóstico se decide su eliminación si es desfavorable o su transferencia al útero de la mujer si
es favorable. Es importante señalar que puede existir un error en el diagnóstico pues, por
ejemplo, en el caso de utilizar la técnica PCR se estima que puede haber hasta un 8% de fallos.

3. ¿CLONACIÓN HUMANA?

¿Podría considerarse la clonación humana como una posible técnica de reproducción asistida? En
cualquier caso, este tema ha sido tratado ya en otro lugar de esta página web, por lo que se remite a él al
lector.

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III. ASPECTOS ÉTICOS Y JURÍDICOS

Se indican a continuación algunos de los problemas éticos y jurídicos que pueden plantearse como
consecuencia de la utilización de las técnicas de reproducción humana asistida (véase J.Gafo ed., 1986,
1998):
• Hiperestimulación ovárica. El tratamiento de estimulación ovárica puede dar lugar a embarazos
múltiples. Cuando el número de embriones es excesivo se corre el riesgo de que todos mueran,
además del peligro que supone para la madre, en cuyo caso se plantea el dilema ético de si debe
aplicarse una reducción embrionaria para dejar sólo un número de ellos compatible con una
expectativa de supervivencia
• Selección de embriones. Cuando se realiza la FIV, puede observarse si el cigoto es de origen
polispérmico (por tener más de dos pronúcleos), y por tanto poliploide, o si el embrión formado
tiene un desarrollo celular anormal, en cuyo caso se eliminan. Desde el punto de vista ético, la
valoración de dicha eliminación debe contraponerse con la irresponsabilidad que supondría
transferir al útero materno un embrión sabiendo que no es normal. En otras ocasiones, en parejas
de riesgo, se puede utilizar el diagnóstico preimplantatorio. La legislación española permite la
manipulación y selección de embriones con fines diagnósticos; por lo tanto, el diagnóstico
preimplantatorio no presenta problemas jurídicos. Otra cosa es su valoración ética, que
dependerá del concepto que se tenga sobre el estatuto del embrión preimplantatorio. Para una
valoración del problema ético, véase en esta página web el tema anterior “Reproducción
humana. I. El comienzo de la vida”. Desde el punto de vista legal, la legislación española sólo
autoriza la selección de embriones por su sexo en los casos de enfermedades ligadas al
cromosoma X. Por ejemplo, cuando la madre es portadora en heterocigosis de un gen recesivo
deletéreo (hemofilia, distrofia muscular de Duchenne, agamaglobulinemia, etc.) y se quiere evitar
que nazca un hijo varón que tendría una probabilidad del 50% de padecer la enfermedad.
• Embriones sobrantes. La estimulación ovárica permite recoger simultáneamente muchos
ovocitos que, al ser fecundados, dan lugar a un número de embriones superior a los tres o cuatro
que la prudencia clínica aconseja transferir al útero de la mujer. Los embriones sobrantes son
congelados a la espera de una ulterior utilización por la misma pareja o por otra. La ley española
actual sólo permite la crioconservación por un periodo máximo de cinco años. En la actualidad, se
estima que en España hay unos 25.000 embriones congelados de los que aproximadamente un
15% han superado los cinco años. ¿Qué hacer con los embriones “caducados”? (ver el I Informe
de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, 1998). En mi opinión, los embriones
sobrantes es el precio que se paga en aras de una mayor eficacia médica. Los problemas éticos
y jurídicos que plantean podrían ser evitados si se tomara la decisión, como sucede por ejemplo
en la República Federal de Alemania, de no permitir la obtención de más embriones que los que
se van a transferir posteriormente. Ello significaría, en la práctica, que deberían obtenerse por
ejemplo cuatro ovocitos que, dada la tasa de fecundación, darían lugar probablemente a tres
embriones que es el número adecuado para obtener éxito en la gestación deseada. Sin embargo,
por lo general, los especialistas que trabajan en el campo de la FIVTE siguen siendo partidarios
de dejar las cosas como están, a pesar de la acumulación de embriones congelados.
• Congelación de ovocitos. La legislación española actual prohibe la congelación de ovocitos “en
tanto no haya suficientes garantías sobre la viabilidad de los óvulos después de su
descongelación”. Pues bien, hoy día parece que puede abrirse una puerta de esperanza ante el
progreso científico y técnico que llegue a hacer posible la congelación de ovocitos con garantía.
La valoración ética positiva de la manipulación de ovocitos frente a la manipulación de embriones
aliviaría enormemente el problema de los embriones sobrantes (ver el I Informe Anual de la
Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, 1998).
• Maternidad tardía. La cuestión ética que plantea es si una mujer de edad avanzada, que ha
sobrepasado la menopausia, debe tener acceso a las técnicas de reproducción asistida. La
valoración ética, a mi juicio, sería negativa.
• Maternidad subrogada. Aunque la legislación española prohibe la maternidad subrogada o de
alquiler, existe una controversia importante desde el punto de vista ético por cuanto podría haber
circunstancias muy particulares que valoraran positivamente dicha posibilidad.
• Donación de gametos y preembriones. La donación de gametos y preembriones está
autorizado por la legislación española siempre que sea con carácter gratuito, no lucrativo y
anónima. Para algunos, la valoración ética puede ser diferente en el caso de la IAD frente al juicio
positivo de la “adopción biológica” que supone la donación de preembriones.
• Consentimiento informado. Como en cualquier acto médico, el consentimiento informado es
fundamental dentro de una valoración ética.

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• Clonación. A mi juicio, la clonación reproductiva humana tiene una valoración ética negativa, tal
como se argumentaba en el tema correspondiente de esta página web. Jurídicamente, existe una
prohibición legal expresa, tanto en España como en otros muchos países.

IV. BIBLIOGRAFÍA

ALBERTO BETHENCOURT,J.C.; RODRÍGUEZ DÍAZ,R.N. 1995. Técnicas de reproducción


asistida. En Genética humana (Romeo Casabona,C.M. ed.), Cátedra de Derecho y Genoma Humano,
Fundación BBV, Diputación Foral de Bizkaia, pp.327-346.
COMISIÓN NACIONAL DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA. 1998. I Informe Anual (Diciembre
1998), Ministerio de Sanidad y Consumo, Madrid, VII+115 pp.
EGOZCUE,J. 1995. Diagnóstico preconcepcional y preimplantatorio. En Genética humana (Romeo
Casabona,C.M. ed.), Cátedra de Derecho y Genoma Humano, Fundación BBV, Diputación Foral de Bizkaia,
pp. 105-113.
GAFO,J. (ed.).1998. Procreación humana asistida: aspectos técnicos, éticos y legales. Dilemas
éticos de la Medicina actual – 11, Publ.Univ.Pontif.Comillas, Madrid,232 pp.
GAFO,J.; CASTÁN,J.M.; HIGUERA,G.; HORTAL,A.; LACADENA,J.R.; LÓPEZ DE LA OSA,E.;
VIDAL,M.; YZQUIERDO,M. 1986. Nuevas técnicas de reproducción humana. Biomedicina, Ética y
Derecho. Publ. Univ. Pontif. Comillas, Madrid, 229 pp.
GUERRA FLECHA,J.M.; FERNÁNDEZ-MORÍS,J. 1998. Aspectos científicos de la inseminación
artificial. En Procreación humana asistida: aspectos técnicos, éticos y legales. (Gafo,J. ed.) Dilemas éticos
de la Medicina actual – 11, Publ.Univ.Pontif.Comillas, Madrid, pp. 21-43.
LACADENA,J.R. 1992, Una lectura genética de la ley española sobre "Técnicas de Reproducción
1
Asistida". En (M. Palacios, coord.). Reproducción asistida, 12 Curso de Verano-San Roque, Servicio Publ.
Univ. Cádiz, pp. 3-13
ROMEO CASABONA,C.M. (ed.) 1995. Genética humana. Cátedra de Derecho y Genoma Humano,
Fundación BBV, Diputación Foral de Bizkaia, XXI+357 pp.
RUIZ BALDA,J.A. 1998. Aspectos científicos de la fecundación in vitro. En Procreación humana
asistida: aspectos técnicos, éticos y legales. (Gafo,J. ed.) Dilemas éticos de la Medicina actual – 11,
Publ.Univ.Pontif.Comillas, Madrid, pp.45-66.

V. COMISIÓN NACIONAL DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA


I INFORME ANUAL, 1998
(Hecho público el 3 de Marzo de 1999)

RESUMEN GENERAL

1.- La Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida fue creada el 21 de Marzo de l997, y
comenzó su funcionamiento el 11 de noviembre del mismo año. La demora en su constitución, que estaba
prevista desde la Ley de Reproducción Humana Asistida de 1988, ha contribuido a acumular los temas
que deben ser tratados por la Comisión, y ha obligado a ésta, en su trabajo durante este primer año de
funcionamiento, a establecer necesariamente prioridades en los temas a tratar.
Más adelante se resumen los análisis realizados sobre los temas que se consideraron prioritarios,
que no agotan todas las cuestiones que se están suscitando, incluso con carácter urgente, en este campo
de desarrollo técnico acelerado. Este desfase sólo podrá ser subsanado con el sostenimiento de la
actividad de la Comisión.
2.- Desde un punto de vista estructural, la Comisión considera que debe resolverse en el tiempo
más breve posible la potencial superposición de sus cometidos y los de la comisión prevista en la Ley
42/1988, de 28 de Diciembre, sobre donación y utilización de embriones y fetos humanos o de sus
células, tejidos u órganos.
Las soluciones posibles a ese problema potencial que se consideran más adecuadas son la
supresión de esta última Comisión y la atribución de sus funciones, dada la similitud de su composición
posible y cometidos, a esta Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Esas soluciones
precisan en todo caso de una norma con rango de ley.
3.- Desde el punto de vista del funcionamiento de esta Comisión, ésta tiene un carácter asesor, sin
capacidad ejecutiva. Aunque está prevista la posibilidad de atribuirle algunas funciones de gestión de
proyectos en materia de investigación, sus propias naturaleza, composición y el régimen de dedicación de
sus miembros dificultan su implicación en tareas ejecutivas más amplias.

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En todo caso, se considera que podría establecerse formas de colaboración entre la Comisión y
las administraciones encargadas de velar por el buen funcionamiento y la calidad de los servicios de
reproducción humana asistida, tareas que se consideran en todo caso una cuestión prioritaria.
4.- Para el desarrollo y control de la calidad de los centros se considera imprescindible el desarrollo
de los registros previstos en las normas que desarrollan la ley de reproducción humana asistida.
De ellos, sólo el Registro de Centros, dependiente de la Dirección General de Salud Pública del
Ministerio de Sanidad y Consumo está desarrollado de una manera adecuada. Se considera urgente el
desarrollo del Registro de Actividad de los centros, que se encuentra en fase de preparación por parte de
las administraciones responsables del mismo. En su defecto, se propone la aplicación inmediata de un
cuestionario voluntario de autoevaluacion de los centros, cuyos posibles inconvenientes se considera
serían en todo caso superados por la información pública que podría proporcionar a los usuarios de las
técnicas de reproducción asistida, la cual constituye un mecanismo de garantía imprescindible para los
mismos. Este cuestionario, que no pretende en ningún caso sustituir al Registro de Actividad de los
centros, sólo debe ser considerado como un estímulo para el desarrollo inmediato de éste, y sería
prescindible si el Registro de Actividad fuese posible a muy corto plazo.

Se analizan a continuación los aspectos más importantes de los temas que han sido considerados
prioritarios por la Comisión, para ser tratados durante el presente año.

CRIOCONSERVACIÓN DE SEMEN

5.- Los datos científicos acumulados muestran que la congelación de semen, espermatozoides o
tejido testicular puede prolongarse sin merma de su seguridad. Por otro lado, la práctica médica actual ha
hecho posible que hombres en edad reproductiva afectos de patologías que ocasionan esterilidad,
puedan beneficiarse preventivamente de la crioconservación de semen y espermatozoides. En
consonancia con estas realidades, se hace aconsejable eliminar las limitaciones contenidas en el artículo
11.1 de la Ley 35/1988 para el mantenimiento del semen congelado durante cinco años.
La solución más adecuada parece la supresión del citado plazo, permitiendo la congelación del
semen por tiempo indefinido.
6.- Deben promoverse medidas para que los centros que realizan criopreservación preventiva de
semen, espermatozoides o tejido testicular apliquen medidas y procedimientos que minimicen el riesgo de
oscilaciones térmicas en los recipientes criogenicos y prevengan la contaminación cruzada de agentes
infecciosos.
La vía más adecuada para promover estas medidas son los protocolos o reglas de buen
funcionamiento, que se están haciendo comunes en la práctica médica.

CRIOCONSERVACIÓN DE OVOCITOS

7.- La congelación de ovocitos se encuentra vedada en el momento actual en España ñpor lo


establecido en el apartado 2 del artículo 11 de la Ley 35/1988, que establece que “no se autorizará la
crioconservación de óvulos con fines de reproducción asistida en tanto no haya suficientes garantías
sobre la viabilidad de los óvulos después de su descongelación”.
Sin embargo, en el momento actual hay diferentes razones científicas y técnicas parciales que,
consideradas en conjunto, aconsejan facilitar ya en el momento actual la congelación de ovocitos, óvulos
y tejido ovárico para su utilización en reproducción humana asistida.
8.- El nivel de conocimientos disponibles en este campo aconseja como más conveniente en el
momento actual el desarrollo de experiencias controladas de dichas técnicas, más que una autorización
generalizada sin la evaluación ni control de sus resultados.
El desarrollo de esas experiencias se estima que no precisa de modificación de la ley de
reproducción humana asistida, pero sí de un desarrollo normativo que posibilite promover esas
experiencias en centros concretos.
Con el fin de evitar la proliferación territorial d esas experiencias, se considera que debe
promoverse la colaboración en este campo entre las Comunidades autónomas, a través del Consejo
Interterritorial y los organismos nacionales (Fondo de Investigaciones sanitarias; Comisión Interministerial
de Ciencia y Tecnología) de investigación.

CRIOCONSERVACIÓN DE EMBRIONES

9.- La Ley de Reproducción Humana Asistida prevé la congelación de embriones y su


conservación durante un plazo máximo de cinco años, sin especificar que hacer con los embriones
congelados no utilizados al final de dicho plazo.
En esta situación, está aumentando de manera creciente el número de embriones congelados, que
en el momento actual supera los 25.000, de los cuales al menos el 15% superan el plazo legal máximo de
conservación, previsto en cinco años.

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10.- La acumulación de embriones congelados en el número y la proporción citadas, que es


previsible que aumente de manera creciente, se considera un problema ética y social relevante, que debe
ser evitado.
La manera más eficaz de afrontarlo es la adopción de una serie de medidas, alguna de las cuales
precisa modificación legal, mientras que otras pueden ser aplicadas sin necesidad de cambiar las normas,
en las que en todo caso el denominador común es promover el compromiso de los padres en las distintas
fases del desarrollo y conservación de los embriones para adoptar las medidas adecuadas en cada caso y
momento.
Además del compromiso de utilización de los embriones por parte de las parejas progenitoras, se
considera que se debe3 estimular la donación de aquellos que no vayan a ser utilizados por las propias
parejas, de manera que se reduzca de la forma más amplia posible el número de embriones “sobrantes”.
Dentro de las medidas legales a promover, se estima que en el momento actual no está tampoco
justificada desde el punto de vista científico la limitación del plazo de congelación de los embriones a
cinco años, proponiéndose que éste se amplíe. La forma de ampliación que se considera
mayoritariamente más adecuada es el establecimiento de un plazo en relación con la vida reproductiva de
la madre, estableciendo ésta en promedio con arreglo a lo que se considera el término de la vida fértil,
alrededor de los 50 años.
Desde el punto de vista legal se estima en todo caso que es preciso también concretar qué hacer
con los embriones que finalmente alcancen los plazos máximos establecidos sin haber sido utilizados de
otra forma. En ausencia de esa concreción legal es previsible que los centros continúen manteniendo sus
cautelas en evitación de posibles demandas por sus actuaciones. Esa actitud contribuiría a mantener el
problema del número creciente de embriones congelados conservados.
Entre las soluciones que deben contemplarse de manera expresa, la Comisión considera
mayoritariamente que debe incluirse como última medida su destrucción. Otra posible solución para esos
casos sería su utilización para la investigación, con preferencia sobre la destrucción. Esta posibilidad, que
tiene importantes repercusiones éticas, y que es contemplada por la Ley en condiciones muy concretas,
no ha sido sin embargo debatida con suficiente amplitud por la Comisión, por no encontrarse entre sus
prioridades iniciales, por lo que no se formula una recomendación expresa al respecto, que queda
pendiente de su estudio más amplio para un pronunciamiento posterior de la Comisión.

CLONACIÓN HUMANA

11.- El análisis de los problemas relacionados con la aplicación de las técnicas de clonación a
seres humanos requiere en primer lugar una adecuada definición de los términos utilizados.
En el informe, además de otros términos, se distingue entre la clonación realizada con fines
reproductivos y la clonación no reproductiva, y dentro de la primera se diferencia entre la realizada por
gemelación y la practicada por transferencia de núcleos. Esta última es la que se ha utilizado en el caso
mundialmente conocido de la oveja Dolly, y en otros experimentos similares posteriores.
12.- En España no se conocen líneas de investigación en el campo indicado que, sin embargo,
podrían ser desarrolladas con arreglo a la capacidad técnica de los centros y equipos que trabajan en
esta área.
13.- Las perspectivas de estas técnicas son diferentes para cada uno de los tipos de clonación que
se han definido:
— Desde el punto de vista técnico, la utilización futura de las técnicas de gemelación no parece
abierta a grandes posibilidades, que se limitarían en la práctica a la obtención de una mayor número de
embriones disponibles en parejas en las que sea muy difícil la obtención de una embrión.
Por su parte, respecto a las técnicas de transferencias de núcleos, hay que constatar de entrada la
ausencia de una experimentación suficientemente amplia en animales, que hace no recomendable su
práctica en el momento actual en seres humanos. Sin embargo, los desarrollos conocidos posteriores a la
oveja Dolly hacen prever que, salvadas las dificultades técnicas que presentan estas aplicaciones todavía,
su aplicación a seres humanos sí podrá ser posible en el futuro.
A su vez, la clonación no reproductiva abre un amplio campo de posibilidades para la obtención de
tejidos y órganos para transplantes. El que estos últimos se obtengan a partir de células troncales de
embriones logrados por transferencia de núcleos es una línea práctica ya iniciada. Sin embargo, se están
desarrollando otras líneas de investigación para la obtención de la misma clase de productos a partir de
células troncales presentes en órganos de individuos ya desarrollados que, de confirmarse, pueden hacer
menos necesario el desarrollo de la investigación para la obtención de esos productos a partir de células
embrionarias.
— Desde el punto de vista ético es también diferente la valoración de unos y otros tipos de
técnicas. Las técnicas de gemelación suscitan la consideración del status embrionario que, a juicio de
algunos miembros de la Comisión, sin que este criterio sea mayoritario, podría verse afectado (o no sería
respetado) por la manipulación realizada.
Por su parte, los principios generales acerca de la consideración del hombre como un fin en sí
mismo y no como un medio, así como los derechos a no ser programado genéticamente y a ser

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genéticamente único oe irrepetible constituyen una grave y seria objeción ética en contra de la clonación
reproductiva por transferencia de núcleo de célula somática. Por otra parte, este tipo de clonación
presenta el problema adicional de su inseguridad, no salvada por experiencias suficientemente amplias en
animales.
Respecto a la clonación no reproductiva, la cuestión principal es que la obtención de cultivos
celulares o, en su caso, de órganos, se realiza a partir de células troncales obtenidas de embriones
generados con técnicas de transferencia de núcleos, lo que plantea el problema de status de los
embriones así obtenidos. El debate sobre esta cuestión, así como la consideración del momento en que
comienza una vida independiente a partir de una vía de reproducción distinta a la habitual, temas sobre
los que existen posiciones diferentes entre distintos miembros de la Comisión, no se ha cerrado todavía.
La Comisión considera que, de confirmarse su posibilidad, sería claramente preferible utilizar para este
tipo de clonación no reproductiva células troncales no embrionarias, sobre las cuales se están
desarrollando también diferentes experiencias.
— Desde el punto de vista legal, pese a considerar que la prohibición de la clonación, exigida por
la ratificación por España del protocolo adicional al Convenio Europeo de Bioética, se encuentra cubierta
por lo establecido en el artículo 161.2 del Código Penal, se recomienda la modificación del texto de dicho
artículo, para evitar dudas interpretativas que pudieran sugerir que sólo se prohibe la clonación de seres
humanos en el caso en que fuera dirigida a la selección de la raza.

RETRIBUCIÓN DE LA DONACIÓN DE GAMETOS

14.- La donación de gametos es, conforme a lo establecido en la Ley de Reproducción Humana


Asistida, “un contrato gratuito, formal y secreto entre el donante y el centro autorizado”, que no debe tener
nunca “carácter lucrativo o comercial” ni, por tanto estar guiada o promovida por el interés económico.
Estos preceptos legales resultan conformes a los principios éticos que se considera deben orientar la
donación, tanto en este campo como en otros ya establecidos.
Esta consideración es común a todos los países en los que se practica la reproducción asistida, y se
estima que no debe ser sustituida en la legislación española por otras disposiciones que abran el paso a
la donación de carácter lucrativo o comercial.
15.- Sin embargo, la consideración anterior no significa que la donación tenga que resultar gravosa
para el o la donante. La realidad de nuestro país, y la de otros, ha dado lugar al establecimiento de
indemnizaciones o compensaciones económicas o en especie por los gastos en que pueda haberse
incurrido como consecuencia de la donación, así como de las molestias y trastornos producidos. Hay
también indicios de que, pese a las previsiones normativas y las recomendaciones existentes, la
compensación puede ser en algunos casos el motivo fundamental de la donación.
16.- Así como la donación de semen es un acto en el que los conceptos posibles a compensar se
reducen a los gastos de desplazamiento necesarios para llevar a cabo la donación, sin otras
repercusiones sanitarias, la donación de ovocitos es un acto sanitario que produce molestias y puede
tener complicaciones, tanto por el acto en sí mismo, como por los tratamientos añadidos que conlleva.
También el número de desplazamientos en este caso es muy superior al necesario en el caso de la
donación de semen.
Esas razones han llevado a algunos países a prohibir la donación de ovocitos por parte de mujeres
jóvenes y sanas que no vayan a ser sometidas por sí mismas a ninguna intervención quirúrgica abdominal
que permita la extracción simultánea de ovocitos ni a posible tratamiento de su propia esterilidad.
17.-El mantenimiento de las donaciones de gametos en los niveles existentes, incluyendo las que
se realizan en ese momento a cambio de compensaciones se considera necesario para evitar el
establecimiento probable de un mercado oculto de gametos si se produjera la restricción absoluta de las
compensaciones. Siendo recomendable la promoción de la donación altruista por parte de las
administraciones correspondientes, se estima, sin embargo, que esas soluciones no podrían proporcionar
a corto plazo una vía de sustitución que garantizase el mismo nivel de donaciones ni, por tanto, evitar en
esos plazos la posibilidad del mercado oculto citado, cuya existencia se considera éticamente rechazable.
18.- El establecimiento de compensaciones por la donación de gametos de manera descontrolada
corre el riesgo, comprobado en otros países, de que las compensaciones alcancen cifras que desvirtúen
el principio de la donación como un acto de finalidad fundamentalmente no lucrativa.
19.- El procedimiento que se ha considerado más adecuado para hacer compatibles unos y otros
conceptos es la estimación, inevitablemente subjetiva, de los límites de lo que en el momento actual en
España podría no considerarse una donación de finalidad fundamentalmente lucrativa.
La Comisión estima que no tendría este carácter la compensación en especie, la compensación
económica en torno a las 5.000 ptas. por la donación de semen y, según el criterio mayoritario, la
compensación económica no superior a las 100.000 ptas. por la donación de ovocitos.
Las valoraciones citadas son puestas a disposición de las administraciones sanitarias
responsables del control de los centros de reproducción asistida en el ejercicio de las funciones asesoras
de esta Comisión. Tales cifras orientativas, sin embargo, pueden producir efectos contrarios a los
deseados si por parte de dichas administraciones no se lleva a cabo el control de los centros.

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A estos efectos, las actividades de control, hasta ahora no desarrolladas de manera suficiente,
podrían comenzar por orientarse a los centros que estimulan o han estimulado la donación en los medios
de comunicación a través de la oferta pública y explícita de compensaciones, los que podrían añadirse
aquellos centros que, sin disponer de programas de donación altruista o con compensación en especie,
mantienen unos niveles más altos de donación.
20.- Las valoraciones anteriores deben hacerse compatibles con el fomento de los programas de
donación altruista ya existentes, sea a través de centros regionales de donación o de otras modalidades
organizativa, por considerarlos la opción de futuro preferible. Entre los medios adicionales que podrían
contribuir a promover esa forma de donación, se ha sugerido la implantación de una "tarjeta de
solidaridad” cuya implantación podría ser común para diferentes programas de donación, y de la que los
titulares podrían obtener diferentes compensaciones en especie en áreas no relacionadas directamente
con los actos de donación de distinto tipo que pudieran efectuarse.

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