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ASOCIACIÓN NACIONAL DE
AUXILIARES VETERINARIOS

1er Concurso “Cuéntanos Tu

Historia” ANAVET- Hill’s
ASOCIACIÓN NACIONAL DE
AUXILIARES VETERINARIOS

En ANAVET siempre nos hemos

interesado por conoceros y por ese
motivo, y conjuntamente con HILL’S,
decidimos poner en marcha un concurso
de narración con el que simplemente
queríamos conocer vuestras historias:
lo que hizo que decidierais ser auxiliar
veterinario, que experiencias habéis vivido
en vuestros lugares de trabajo que hacen
que vuestro trabajo merezca la pena…

Evidentemente en dicho concurso sólo podían participar socios de

ANAVET en activo y trabajando en el sector veterinario.

Cada socio podía enviar una historia, siendo ésta inédita y los propios
participantes debían ponerles título.

El plazo de recepción de las historias terminó el pasado 24 de Sep-

tiembre, siendo todas las historias publicadas en la página web de la
Asociación.
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El Jurado, formado por un representante de la empresa Hill´s Pet

Nutrition, y por miembros de la junta directiva de ANAVET, designó la
historia ganadora con un premio que consistía en:

“Asistencia a las Jornadas de Auxiliares Veterinarios del Congreso An-

daluz 2010, incluyendo los gastos de desplazamiento y la renovación
gratuita de socio de ANAVET durante un año natural”.

La entrega del Premio se realizó durante el Congreso Andaluz 2010.

La historia ganadora fue:

“A MI GRAN AMIGO” de MARI CARMEN FERNÁNDEZ SOLER

Entre todos los participantes se sortearon 5 Atlas de Anatomía de

Hill´s, que correspondieron a:

• “Noel cambió mi vida” de María José Ramos Amez

• ”Es mi vida” de Sara Cabeza Fernández
• ”Las baldosas de mi camino” de Yésika Hipólito
• ”La historia de Borroca” de Paloma Barba
• ”¿Una obligación? Una satisfacción” de Ester Moreno

Texto
Beatriz Navarrete
Dpto. Comunicación
ANAVET
Fotografías
Lorena Romero
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ASOCIACIÓN NACIONAL DE
AUXILIARES VETERINARIOS
“A MI GRAN AMIGO”
ASOCIACIÓN NACIONAL DE
AUXILIARES VETERINARIOS
Hace 10 años que falta.
Siempre recordaré sus ojos
marrones y su mancha en
la frente. Me hice auxiliar
de veterinaria por él, para
intentar que no volviera a
pasar nadie por lo que él.
Mi gran amigo se llamaba
Roy, era un pointer precioso,
blanco y canela, que mi padre
un día me trajo a casa lleno
de barro, con dos meses
de edad. Le puse el nombre
de una caja de zapatos en
la que ponía Roy Lumen.
Desde entonces fuimos
inseparables: dormía
a los pies de mi cama,
me despertaba por las
mañanas tirando de la
manta, incluso cuando me
ausentaba de casa algunos
días era capaz de pedir a
mi madre que me llamara
por teléfono para oírme.
María del Carmen González Soler
Un día en el veterinario
vieron que tenía heridas
en cara y al poco le
diagnosticaron leishmania.
No nos dijeron que había
que tratarlo, ni que teníamos
que hacerle controles,
ni que esa enfermedad
era de por vida.
Al tiempo, no sabría decir
cuánto, una noche mi amigo
se acercó a mi cama, y me
besó en la cara. Le pregunté
que le pasaba y al mirarlo
vi que respiraba mal y con
mucha dificultad. Lo cogí
corriendo, le subí al coche
y lo llevé a urgencias: tenía
problemas cardiacos graves.
Estuvo ingresado 3 días y
su deterioro fue alarmante.
Ese día de septiembre
tuve que tomar una de
las decisiones más duras
de mi vida: dejar que mi
amigo dejara de sufrir. Fue
a mi lado, solo se durmió
y no volvió a despertar.
Desde ese día decidí que
no me volvería a pasar
algo así por no saber, y
mi amor por mi amigo
y por los animales han
hecho que hoy sea una
Auxiliar volcada en su
trabajo, estudiando y
aprendiendo cada día.
Ahora tengo a Thor y la
mala suerte ha querido
que él también tenga
leishmania, pero ahora
es diferente: está tratado,
controlado por mí misma,
y tiene una larga y buena
vida por delante todos
los años que le queden.
Gracias amigo, siempre
estás presente.