Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist
CORREO
Vol. VIII, número 80, 1º de marzo de 2011. CEDICULT Director: Leonel Durán Solís
E sta Historia del Caribe en seis volúmenes publicada por la UNESCO apunta a
integrar la experiencia histórica de sus pueblos y sociedades desde las épocas
más tempranas hasta nuestros días. La región estudiada incluye las costas bañadas
por el Mar Caribe allí donde una explicación histórica de las actividades de las
sociedades en las islas obliga a una extensión de la frontera al sur o al oeste.
El trabajo ofrece una historia completa del Caribe, centrada en su pueblo y su paisaje,
y escrita en la medida de lo posible por historiadores caribeños. En él se reseña lo
que es común a todos, así como lo que es peculiar a algunos, al tiempo que se
afirma la identidad cultural de la región. El trabajo está
organizado por temas, pero se ha tenido en cuenta
la cronología tanto para determinar los límites de los
volúmenes como para ordenar el contenido de cada
volumen. La elección de los temas ha sido determinada,
en parte, por la decisión de escribir una historia de la
región que sea más que la mera suma de los relatos
de las islas y las tierras adyacentes, pero también con
vistas a evitar que todo el trabajo quede dominado
por las experiencias comunes a toda la región a través
de la primacía de azúcar, la esclavitud y la consiguiente presencia militar y política
de las potencias europeas. Se ha encontrado espacio para los pueblos, sociedades,
culturas y actividades, sin duda menos importantes que el azúcar y la esclavitud,
pero lo suficientemente importantes como para haber dejado huella en la cultura
contemporánea del Caribe. Entre ellos figuran los primeros inmigrantes, sus
sociedades autóctonas, la formación de nuevas sociedades mediante la interacción
2
de los pueblos en un nuevo paisaje, las sociedades periféricas con relaciones
recíprocas, tales como taínos, mayas, bucaneros y cimarrones, la transformación de
las sociedades europeas criollas en caribeños criollos, el cultivo de productos para la
exportación que no eran básicos, y diversas formas de trabajo, los campesinos y los
migrantes procedentes de Asia.
Los capítulos sobre el siglo XX pres-
tan atención a la continuidad y al
cambio, a la lenta modificación de
la vida cotidiana, así como a los
cambios estructurales y los procesos
que hacen la vida en el Caribe con-
temporáneo diferente a la de siglos
anteriores. En el último volumen, los
editores debaten acerca de la meto-
dología, la naturaleza de las pruebas de las fuentes orales, y examinan la historiografía
de cada territorio, así como la labor que se ha hecho sobre la esclavitud, la resisten-
cia, la emancipación, el origen étnico, de clase, sexo, ideología, el nacionalismo y el
imperialismo en la historia del Caribe.
Esta historia en su conjunto resume el estado actual del conocimiento histórico que
permite narraciones que superan las barreras de la geografía, el idioma y la política.
Cultura
Queda por hacer gran parte ibérica. insular
del trabajo Finales sobre
S. III, las
inicios
ideasS.yIIlos
a.C.
acontecimientos
antes de que se pueda escribir una historia del Caribe más ampliamente integrada.
Por el momento estos seis volúmenes han establecido los hitos para el trabajo futuro.
Fuente: www.unesco.org/culture/caribbean/
3
Historia
4
en el cual cuelgo mis novelas; Arciniegas expresó su fórmula en el discurso
con que ingresó como miembro de número en la Academia de la Historia: La
buena historia tiene gusto de novela. Y con tal recurso escribiría títulos como
El estudiante de la Mesa Redonda, Los alemanes en la conquista de América,
El Continente de Siete Colores, El revés de la historia, América Mágica.
Una vez dijo: ”He escrito un solo libro, y no es un chiste”. Ese libro único
fue América, su gran tema. La devoción americana fue su obsesión; la
comprensión sociológica de estas tierras, el apetito de su entendimiento. Y
alrededor de América tejió sus hipótesis más revulsivas y polémicas. Cuando
impartía clases de Sociología, por ejemplo, enseñaba que dicha ciencia se debe
a América y no a Europa, y no fueron Augusto Comte y Spencer los primeros
sociólogos, sino los cronistas de Indias: Bernal Díaz del Castillo, Bartolomé
de Las Casas, el jesuita Joseph de Acosta, los frailes que se internaban en
las Indias Occidentales y que recogían en volúmenes las palabras, los ritos,
las maneras de vivir de los nativos de estas tierras. Es esa contemplación del
fenómeno americano, esa descripción de eslabones perdidos en la evolución
de la sociedad humana, la materia sociológica ideal, según argumentaba.
Historia no es lo que hicieron los grandes gobernantes y guerreros, dijo
en otro de sus típicos postulados. Hay que acercarse al hombre de la calle,
a la criatura vulgar que forma parte de la caudalosa muchedumbre de las
ciudades o al campesino Cultura
que seibérica.
pierdeFinales
en laS.pampa
III, inicios
o laS.montaña.
II a.C. En vez de
la Historia Política, la que fundan héroes y reyes, propugnaba Arciniegas que
se escribiera la Historia Natural, la que retrata el alma de los pueblos a partir
de sus gentes comunes.
¿Descubrimiento de América? ¡No, CUBRIMIENTO!: fue este otro de
sus planteamientos brillantes. Leamos cómo se explicaba:
La afirmación de que los españoles descubrieron la América a finales
del siglo XV y principios del XVI es inexacta y se funda en el vocabulario
que por rutina heredamos de quienes se han consagrado a la tarea
de escribir lo que en el lenguaje figurado solemos llamar así. Si digo
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que no hubo tal descubrimiento, no lo hago porque en este momento
me preocupen las incursiones que practicaron los mongoles entrando
por Alaska diez o veinte siglos antes que los españoles, ni las posibles
invasiones de los polinesios que pudieron llegar a las costas de Chile, ni las
naves escandinavas que seguramente tocaron los bordes de Groenlandia
en los tiempos de Erik el Rojo. Me refiero al espíritu mismo del viaje de
Colón, al hecho de que no es posible considerar como descubridores a
quienes en vez de levantar el velo de misterio que envolvía a las Américas,
se afanaron por esconder, por callar, por velar, por CUBRIR todo lo que
pudiera ser expresión del hombre americano [...] ¿Qué vinieron a hacer
a estas tierras los capitalistas, los empresarios, los encomenderos, los
gobernadores, los virreyes? Vinieron para imponer un sistema económico,
un dogma religioso, un tipo de arquitectura, una raza, que eran otra cosa
distinta de la economía, la religión, la arquitectura y la raza americana.
Germán Arciniegas era un pensador abierto, iconoclasta, un libertario.
Rebeldía que tal vez le viniera en sangre, precisamente de la herencia de
su bisabuelo materno, que fue el autor de La Bayamesa, el himno nacional
cubano. Dos de las hijas de Perucho Figueredo huyeron a Estados Unidos
cuando el padre fue fusilado. Una de ellas, Luz, se casó con un cubano y
viajaron a Colombia, donde nació Aurora Angueyra Figueredo, la madre
del escritor.
Desde los tiempos de estudiante fue un ciudadano incómodo, un agitador.
Sería secretario de la Asamblea Universitaria, que promovió trasladar a su
país la experiencia de la Reforma Universitaria de Córdoba. Para esos fines
fundó la revista Universidad en 1928. Luego continuó su proyección hacia la
vida cultural y política de su país con la publicación Los Nuevos. No cesaría
durante toda su vida de fundar revistas que recogieran lo más destacado del
pensamiento y la creación literaria de su época: Revista de las Indias (1939),
Revista de América (1945), Cuadernos (1953), en las que hallaron su espacio
los talentos de Horacio Quiroga, Mariano Picón Salas, Uslar Pietri, Carlos
6
Pellicer, Macedonio Fernández. Probó la dureza del exilio, en Estados
Unidos, años en los que escribió uno de sus libros claves: Entre la libertad
y el miedo (1952).
Levantó el estandarte de la defensa de América derrochando a partes iguales
lucidez y pasión. Sus visiones originales y el humor sutil serían de sus mejores
armas.
Fuente: www.caimanbarbudo.cu
Germán Arciniegas
(Santa Fé de Bogotá, 1900-1998)
7
8
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
9
Historia
10
llevaba escrito y firmado por los demás: Ego vox clamantis in deserto. Hecha
su introducción y dicho algo de lo que tocaba a la materia del tiempo del
Adviento, comenzó a encarecer la esterilidad del desierto de las conciencias
de los españoles de esta isla y la ceguera en que vivían; con cuánto peligro
andaban de su condenación, no advirtiendo los pecados gravísimos en
que con tanta insensibilidad estaban continuamente zambullidos y en ellos
morían. Luego torna sobre su tema, diciendo así: “Para daroslos a conocer
me he subido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto de esta isla, y
por tanto, conviene que con atención, no cualquiera, sino con todo vuestro
corazón y con todos vuestros sentidos, la oigáis; la cual voz os será la más
nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa
que jamás pensasteis oír”.
Esta voz encareció por buen rato con palabras muy punitivas y terribles, que
les hacía estremecer las carnes y que les parecía que ya estaban en el divino
juicio. La voz, pues, en gran manera, en universal encarecida, les declaró cuál
era o qué contenía en sí aquella voz: “Esta voz, dijo él, que todos estáis
en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que
usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué
justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con
qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes
Cultura ibérica.
que estaban en sus tierras mansasFinales S. III, inicios
y pacíficas, dondeS. II tan
a.C. infinitas de
ellas, con muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo
los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en
sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren
y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro
cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan
a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas
y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales?
¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no
entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de
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sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado [en]
que estáis no os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y
no quieren la fe de Jesucristo”. Finalmente de tal manera se explicó la voz
que antes tanto había encarecido, que los dejó atónitos, a muchos como fuera
de sentido, a otros más empedernidos y algunos algo compungidos, pero a
ninguno, por lo que yo después entendí, convertido. Concluido su sermón,
bájase del púlpito con la cabeza no muy baja, porque no era hombre que
quisiese mostrar temor, así como no lo tenía, si se daba mucho por desagradar
los oyentes, haciendo y diciendo lo que, según Dios, le parecía convenir;
con su compañero se va a su casa pajiza, donde, por ventura, no tenían qué
comer, sino caldo de berzas sin aceite, como algunas veces les acaecía. Salido
él, queda la iglesia llena de murmullo, que, según yo creo, apenas
dejaron acabar la misa.
Puédese bien juzgar que no se leyó lección de Menosprecio del
mundo a las mesas de todos aquel día. En acabando de comer, que
no debiera ser muy gustosa la comida, júntase toda la ciudad en
casa del Almirante, segundo de esta dignidad y real oficio, D. Diego
Colón, hijo del primero que descubrió estas indias, en especial
Diego Colón los oficiales del rey..., y acuerdan de ir a reprender y asombrar al
predicador y a los demás, si no lo castigaban como a hombre escandaloso,
sembrador de doctrina nueva, nunca oída, condenando a todos, y que había
hablado contra el rey y su señorío que tenía en estas Indias, afirmando que
no podían tener los indios habiéndoselos dado el rey, y éstas eran cosas
gravísimas e irremisibles. Llaman a la portería, abre el portero, le dicen que
llame al vicario, y aquel fraile que había predicado tan grandes desvaríos;
sale solo el vicario, venerable padre, fray Pedro de Córdoba; le dicen con más
imperio que humildad que haga llamar al que había predicado. Responde,
como hombre prudentísimo, que no había necesidad; que si su señoría y
mercedes mandan algo, él era prelado de aquellos religiosos y él respondería...
Finalmente... comenzaron a blandear humillándose, y ruéganle que lo mande
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llamar, porque, él presente, les quieren hablar y preguntarles cómo y en qué se
fundaban para determinarse a predicar una cosa tan nueva y tan perjudicial,
en deservicio del rey y daño de todos los vecinos de aquella ciudad y de toda
esta isla. Viendo el santo varón que llevaban otro camino e iban templando
el brío con que habían venido, mandó llamar al dicho padre fray Antón
Montesino, el cual maldito el miedo con que vino; sentados todos, propone
primero el Almirante por sí y por todos su querella, diciendo que cómo aquel
padre había osado predicar cosas en tan gran deservicio del rey y daño de
toda aquella tierra... El padre vicario respondió que lo que había predicado
aquel padre había sido de parecer, voluntad y consentimiento suyo y de todos,
después de muy bien mirado y conferido entre ellos... Poco aprovechó el habla
y razones de ella, que el santo varón dio en justificación del sermón, para
satisfacerlos y aplacarlos de la alteración que habían recibido al oír que no
podían tener los indios tiranizados, como los tenían...
Convenían todos en que aquel padre se desdijese el domingo siguiente
de lo que había predicado, y llegaron a tanta ceguera, que les dijeron, que si
no lo hacían, que aparejasen sus pajuelas para embarcarse e irse a España...
Finalmente..., concedieron los padres, por despedirse ya de ellos y dar fin a
sus frívolas importunidades, que fuese así en buena hora, que el mismo padre
fray Antón Montesino tornaría el domingo siguiente a predicar y tornaría a la
materia y diría sobre loCultura ibérica.
que había Finales S. lo
predicado III,que
inicios S. II le
mejor a.C.
pareciese y, en
cuanto pudiese, trabajaría por satisfacerlos... esto así concertado, se fueron
alegres con esta esperanza.
Publicaron ellos luego, o algunos de ellos, que dejaban concertado con el
vicario y con los demás, que el domingo siguiente de todo lo dicho se había
de desdecir aquel fraile; y para oír este segundo sermón no fue menester
convidarlos, porque no quedó persona en toda la ciudad que no se hallase
en la iglesia... Llegada la hora del sermón, subido en el púlpito, el tema
que para fundamento de su retractación y desdecimiento se halló, fue una
sentencia del santo Job, en el cap. 36, que comienza: Repetam scientiam
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meam a principio et sermones meos sine mendatio esse probabo: “Tornaré
a referir desde su principio mi ciencia y verdad, que el domingo pasado
os prediqué y aquellas mis palabras, que así os amargaron, mostraré ser
verdaderas”. Oído este su tema, ya vieron luego los más avisados a dónde
iba a parar, y fue harto sufrimiento dejarlo pasar de allí. Comenzó a fundar
su sermón y a referir todo lo que en el sermón pasado había predicado y a
corroborar con más razones y autoridades lo que afirmó de tener injusta y
tiránicamente opresas y fatigadas a aquellas gentes, tornando a repetir su
ciencia, que tuviesen por cierto no poder salvarse en aquel estado; por eso,
que con tiempo se remediasen, haciéndoles saber que a hombres de ellos no
los confesarían, más que a los que andaban asaltando, y que publicasen esto y
escribiesen a quien quisiesen en Castilla; en todo lo cual tenían por cierto que
servían a Dios y no chico servicio hacían al rey. Acabado su sermón, se fue a
su casa, y todo el pueblo en la iglesia quedó alborotado, gruñendo y mucho
más indignado con los frailes que antes... Peligrosa cosa es y digna de llorar
mucho [la condición] de los hombres que están en pecados, mayormente los
que con robos y daños de sus prójimos han subido a mayor estado del que
nunca tuvieron, porque más duro les parece, y aun lo es, decaer de él, que
echarse de grandes barrancos abajo... de aquí es tener por muy áspero y
abominable oírse reprender en los púlpitos, porque mientras no lo oyen, les
parece que Dios está descuidado y que la ley divina es revocada, porque los
predicadores callan. De esta insensibilidad, peligro y obstinación y malicia,
más que en otra parte del mundo, ni género de gente consumada tenemos
ejemplos sin número y experiencia ocular en estas nuestras Indias padecer la
gente de nuestra España. Fuente: http://webs.advance.com.ar/
1. No se conservan los textos autógrafos de los sermones. Los conocemos mediante un resumen
que consigna fray Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias. Cf. primera edición crítica,
Transcripción del texto autógrafo por M. A. Medina, fuentes bibliográficas J.A. Barreda, estudio
preliminar y análisis crítico I. Pérez Fernández, Obras Completas T. 3-5 (Madrid 1994) 5, 1761-1762.
Hemos respetado el estilo de Fr. Bartolomé y sólo hemos corregido la grafía, adaptándola a los usos
modernos, y la redacción, cuando ésta resultaba demasiado abstrusa para el lector no especializado.
2. Luciano Pereña, La idea de justicia en la conquista de América, Madrid 1992, 16.
3. Cf. Id., 16-21.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
15
Etnografía
Costumbres
Los Caribes se agrupaban en clanes patrilineales que, poco a poco, en las
Antillas, cedieron terreno a los matrilineales. Predominaba la exogamia y era
frecuente la poligamia, siendo la posición de la mujer inferior a la del hombre.
Cultivaban maíz, yuca, frijoles y frutas tropicales, especialmente en las
Guayanas y las Antillas. La pesca constituía también parte de su actividad.
Las primeras crónicas los describen como un pueblo agresivo y practicante del
canibalismo. De hecho el término español caníbal es una deformación de caribe.
Expansión
La rápida expansión precolombina del pueblo caribe fue debida a su habilidad
y conocimientos: eran expertos navegantes y constructores de canoas ligeras
de gran capacidad. Los territorios ocupados se extendieron del norte del
Amazonas (carijonas, panares), hasta la falda de los Andes, donde destacaron
las tribus de yukpas, macoas, chaparros, caratos, parisis, kiri-kiris, etc.; y de la
meseta brasileña a las fuentes de Xingú: tribus arara, yuma, palmella, bacairi, etc.
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La amplia expansión caribe propició el contacto, por lo general poco amis-
toso, con tribus arawak y tupíes. Su violencia los llevó a arrasar los pobla-
mientos igneripueblo arawak. Mataron y comieron a sus hombres y tomaron
a sus mujeres, aunque los antropólogos se muestran divididos en cuanto a
la realidad de tales leyendas, si bien el hecho de que las mujeres hablasen
arawak fortalece la teoría. De esta manera surgieron diferencias culturales
muy marcadas entre los caribes de una zona y otra, de acuerdo a las adap-
taciones adquiridas por dichos contactos. Cuando los europeos llegaron a la
zona (la primera que exploraron en el nuevo continente) los caribes libraban
una guerra con la etnia de los taínos, a quienes iban venciendo.
17
18
Etnografía
Los garífuna
19
a los británicos en 1796, los “caribes negros” fueron considerados como
enemigos y deportados, inicialmente hacia Jamaica y luego a Roatán, isla que
pertenece hoy a Honduras. Los británicos los separararon, distinguiendo entre
los que tenían mas apariencia de indígenas y los que tenían más parecido a
los africanos, siendo estos últimos declarados como los “reales” enemigos que
debían deportarse mientras que a los otros se les permitió permanecer en la isla.
Más de 5,000 caribes negros fueron deportados, pero sólo unos 2,500
sobrevivieron al viaje hasta Roatán. Dado que la isla era muy pequeña e infértil
para mantener la población, los garífuna solicitaron a las autoridades hispanas
de Honduras que se les permitiera asentarse en tierra firme. Los españoles se
los permitieron a cambio de usarlos como soldados y así se expandienon por
la costa caribeña centroamericana.
Hoy la mayoría de los garífunas se han asentado en el golfo de Honduras
y, en particular, al sur de Belice, en la costa de Guatemala (alrededor de
Livingston), en la isla de Roatán, en las ciudades costeras de Honduras y
Nicaragua, así como en varias ciudades de Estados Unidos.
Los garífuna hablan inglés, español, y garífuna. Los garífuna de Guatemala y
Honduras hablan garífuna y español, mientras que los de Belice y de Estados
Unidos también hablan inglés como idioma materno. Algunos Garinagu
estadounidenses suelen tener el inglés como único idioma.
Lengua y cultura
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Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. A los garífuna también se
les conoce por su estilo de música único, llamado punta. Entre las figuras
profesionales más importantes de destacan Andy Palacio y Aurelio Martínez en
el ámbito de la música, Salvador Suazo y Wingston González en las letras y el
proyecto de mujeres garífunas Umalali. Se sabe de fuentes muy confiables que
la mayor concentración de garífunas se encuentra en Honduras, país donde
se conmemora el 12 de abril de 1797 como la llegada de afrodescendientes
a la zona de Punta Gorda, Roatán, procedentes de la isla de San Vicente.
Fuente: http://es.wikipedia.org/
21
Museos
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Han pasado más de 14 años recuperando la relación de Barranquilla con
el río Magdalena. Primero fue el edificio de la Aduana en 1995, que acogió
la biblioteca Piloto del Caribe, dándole un aire de esperanza a una zona
marginal de la ciudad. Posteriormente vinieron nuevos proyectos, el más
ambicioso: el Parque Cultural, diseñado por el arquitecto GianCarlo Mazzanti,
en Barlovento, un área profundamente deprimida.
En ese lugar estratégico de la ciudad, donde el río que recorre más territorio
colombiano desemboca en el mar Caribe, el gran centro cultural alberga el
primer museo regional del país: el Museo del Caribe.
Cuando el visitante llega a este centro, a través de videos, hologramas,
audio y otros recursos museográficos, realiza un viaje por la naturaleza y por
la gente de esta región que baña el mar.
Todo empieza en una sala para la naturaleza que refleja la geografía
del litoral. De ahí, a través de las tradiciones y la sabiduría indígenas, se llega
a las gentes del caribe colombiano y su mestizaje (desde los nativos hasta
los inmigrantes árabes, pasando por españoles y africanos). Enseguida está
la sala para la palabra, la cual rinde homenaje a escritores, poetas y a la
gran tradición oral que caracteriza esta región. La sala de la acción narra
la historia social, económica y política desde los tiempos prehispánicos. La
de las expresiones recoge la tradición artística, como la danza, la música y
las fiestas, que no podríaCultura
sino ibérica. Finales S. III,
hacer homenaje al inicios S. IIde
Carnaval a.C.
Barranquilla, al
Festival Vallenato, a las Corralejas y a otras fiestas tradicionales. Y el recorrido
concluye con la sala Gabriel García Márquez, un merecido tributo a este
personaje insigne no sólo de nuestro país sino de la identidad caribe.
Así fue como Marcello Dantas, experto del Museo de la lengua portuguesa,
interpretó los deseos de la directora Carmen Arévalo de recoger en un gran
espacio cultural el sabor, el olor, las imágenes, los sonidos y las texturas de su
querida región. Es decir, un lugar que incluyera el Caribe en todo sentido.
23
Loby del Museo del Caribe
24
Arquitectura
Fortificaciones americanas
25
capaces de cubrir con su artillería toda la entrada. Dos fuertes guardaron la
entrada a la bahía de Portobelo, y dos fuertes guardaron la entrada a la bahía
de La Habana. De estos dos últimos, trazados por Antonelli, el del Morro
tenía en su interior edificios para vivienda de los soldados y el alcaide. Este
mínimo trazado ortogonal pareció deficiente al ingeniero Spanoqui a fines del
XVI y desde la corte se pretendió mejorarlo. Las críticas a las fortificaciones
americanas por su adaptación al terreno comenzaron ya entonces y fueron
durante siglos motivo de disensiones entre los ingenieros que trabajaron en
ellas y los que en Madrid supervisaban lo realizado o incluso daban proyecto
sin conocer el terreno. Como ejemplo de otro siglo podemos escoger el del
ingeniero general Juan Martín Zermeño, modificando, en 1767, el proyecto
hecho por Roncaf para Puerto Cabello. Santo Domingo, Acapulco, San Juan
de Ulúa, Campeche, San Juan de Puerto Rico... éstos y otros muchos puertos
fueron fortificados y sus fortificaciones renovadas a lo largo de los siglos
para adaptarlas a las nuevas necesidades defensivas. Cristóbal de Roda, de
la familia de los Antonelli, fue uno de los ingenieros que se ocupó durante
años (1609-1632) de las fortificaciones de Cartagena de Indias, uno de los
enclaves fortificados más espectaculares que se conservan hoy día y que sufrió
frecuentes ataques de franceses e ingleses desde el siglo XVI. La construcción
de las fortificaciones del Caribe no sólo diferenció a sus ciudades definiendo
una imagen urbana presidida por las fortificaciones, sino que también fue una
de las causas de la llegada de población negra para trabajar en ellas.El lograr
que unos fuertes se relacionaran con otros para apoyarse mutuamente y crear
así un sistema efectivo de defensa fue un proceso lento que en algunas zonas
se logró ya en el siglo XVII, pero en otras hubo que esperar a las inversiones
realizadas por la monarquía en el siglo XVIII para defender sus fronteras. Las
fortalezas siempre defendieron la riqueza allí donde la hubiera. En Brasil, por
ejemplo, las importantes fortificaciones de la Bahía de Todos los Santos se
hicieron sobre todo cuando era ése el camino del comercio, pero en el siglo
XVIII fue la Bahía de Guanabara, en la que estaba Río de Janeiro, la que recibió
26
La Habana, Cuba
27
fortificaciones planteada
por el virrey Mendoza
(1535-50) en la Nueva
España como frontera
frente a los chichimecas fue
continuada posteriormente
para defender las rutas de la
minería, pero resulta difícil
conocer la arquitectura de
esos presidios hasta que no Fuerte de San Felipe, Cartagena de Indias, Colombia
llegamos al siglo XVIII.
Fue entonces cuando el ingeniero J. de Urrutia proyectó una línea defensiva
a base de fuertes, desde el Pacífico al Golfo de México, que se proyectaron
cuadrados, de tapias, con capilla, viviendas, etc. La relación entre arquitectura
militar y civil se manifiesta continuamente en la época moderna y en América
quizá se puede decir que de manera especial. Puertas como la del Fuerte de
San Felipe del Morro en San Juan de Puerto Rico o las bóvedas empleadas
en Montevideo a imitación de las de su ciudadela ponen de manifiesto
los préstamos de modelos arquitectónicos en todo lo que fue arquitectura
pública, incluyendo en ésta las obras de defensa. Incluso se puede pensar que
la quincha, esa mezcla de cañas y barro recubierta después con cal que se
empleó en las construcciones de Lima por su ligereza, versatilidad y resistencia
a los terremotos, coincidiera con la experiencia de un ingeniero militar que
sabía de la construcción de tierra y fagina en algunas fortificaciones.
28
Reseña
29
Emprendió entonces una carrera política participando en el Movimiento de
Educación del Pueblo, a partir de 1950, cuya finalidad era construir en Trinidad y
Tobago una base política mediante la educación popular. El 15 de enero de 1956,
fundó el partido Movimiento Nacional del Pueblo. Siempre con una perspectiva
política pancaribeana, federalista, fue el líder de la estrategia que conseguiría la
independencia de Trinidad y Tobago en 1962. Con esta visión impulsó el proyecto
de Comunidad Económica del Caribe que ideó y presentó en la primera reunión de
jefes de gobierno de la Mancomunidad del Caribe de julio de 1963. A la fecha de su
muerte el 29 de marzo de 1981, el proyecto estaba limitado y acotado, por lo que
falleció inmerso en la decepción y el aislamiento político.
El libro que nos ocupa, From Columbus to Castro: The History of the Caribbean,
1492-1969, fue publicado por primera vez en inglés en 1970. Resultado de casi
treinta años de investigación, tuvo una finalidad académica y política simultáneas.
Esta es una obra monumental, cuya elaboración justifica el autor al señalar que,”en
términos tanto intelectuales como políticos, el Caribe es una expresión geográfica.
No hay historia de la región caribeña en conjunto. En efecto, sólo en algunos pocos
territorios del Caribe hay historias que merezcan llevar el mismo nombre”.2 “Este
trabajo se diseñó para llenar ese hueco y para corregir las deficiencias. Su alcance es
toda el área de las Indias Occidentales, incluyendo las Guayanas, ya sea que sus vínculos
hayan sido o bien sean todavía británicos o franceses, españoles o estadounidenses,
holandeses o daneses, o que hayan retirado o estén a punto de retirar el dominio
extranjero de los siglos anteriores. Su objetivo es la integración cultural de toda el
área, una síntesis de los conocimientos existentes, como un cimiento esencial de la
gran necesidad de nuestro tiempo, una colaboración más estrecha entre los diversos
países del Caribe, con su herencia común de subordinación al dictado de intereses”.3
El libro de Eric Williams es una cumbre a la historiografía caribeña, un esfuerzo
intelectual de contenido erudito y objetivos universalistas. Es equiparable a obras
como la Biografía del Caribe, de Germán Arciniegas, publicado en 1945 y al libro de
2 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.95
3 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.96
30
titulo similar: De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera imperial, escrito por
Juan Bosh y publicado por Casa de las Américas, también en 1970.
Para Germán Arciniegas “la Tierra Firme es de los españoles: México, el Perú,
la América Central, la Nueva Granada, Chile, la Plata: virreinatos, gobernaciones.
Del Caribe, le interesan las islas grandes; Cuba, la Española. Pero quedan para
uso y regalo de la piratería, islas menudas esparcidas por todo el mar; y las Antillas
Menores… de estas islitas, unas son volcánicas, y otras apacibles llanuras que
pudieron ser mesetas en la hundida cordillera. Vistas en el mapa forman una línea de
puntos suspensivos. Los puntos suspensivos se usan en las novelas cuando el autor
quiere dejar algo en penumbra de misterio, de emoción, de ironía…”4 Otro es el
enfoque de Juan Bosh, quien afirma que “el Caribe fue conquistado y convertido en
un escenario de debates armados de los imperios –y por tanto, en frontera imperial–
debido a que la historia de Europa produjo de su seno el capitalismo mercantil y con
él la competencia entre las naciones capitalistas que se repartían a cañonazos los
territorios que se iban descubriendo en el Nuevo Mundo”.5
Para Williams el Caribe es aquella “área que es todas
las islas y áreas en tierra firme cuyo desarrollo económico
nos permiten considerarlas como parte de la escena del
Caribe”.6 Dicho de otra manera, para Williams el Caribe
tiene características que lo definen en sí mismo, que lo
Cultura ibérica.
hacen diferente de Latinoamérica Finales S.
y distinguible enIII, inicios S. II a.C.
toda
América. Tiene una historia económica, social y política
propia en el mundo.
El Che Guevara juzgó que en Biografía del Caribe estaban ausentes los datos
económicos7, los que por otro lado, para Bosh están subordinados a la narración de
rebeliones, insurrecciones y acontecimientos político-militares.
En cambio el libro de Eric Williams es un tratado de historiografía acerca de los
4 Arciniegas, Germán. Biografía del Caribe. Editorial Sudamericana. Novena Edición, 1966. pág. 186
5 De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera imperial. Casa de las Américas. 1981.pág.13
6 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.73
7 Véase Casa de las Américas. La Habana. Núm. 184 julio-septiembre 1991. pág.27
31
hechos y procesos económico-sociales que configuraron esta región desde que
la descubrió Colón y que generaron a lo largo de cuatro siglos una relación de
dependencia con el capitalismo metropolitano, simultáneamente a una perspectiva
política anticolonial y nacionalista para cambiar esta situación. Con este enfoque
analítico Williams otorgó un lugar central en la historiografía caribeña a la esclavitud
afirmando que “en el siglo XVI los negros habían sido llevados al Caribe para
establecerse y perpetuarse, donde se les permitieran sus costumbres tribales africanas
–como el coumbite y el vudú en Haití, el arte del bush negro en Surinam, el shangó y
el susu en Trinidad– para producir una civilización en el Caribe en la que, como dice
Paulo Freyre de Brasil, “Europa reinaba sin gobernar; era África la que gobernaba”.
Hacia mediados del siglo XVI el cambio etnológico que había ocurrido en el Caribe
en tan sólo 50 años –a pesar del pequeño número de negros introducidos en
comparación con periodos posteriores– era tan notable que el historiador Herrera
en su Historia de las Indias escribió acerca de La Española: “En esta isla hay tantos
negros como resultado de las fábricas de azúcar, que la tierra parece una efigie o
imagen de la misma Etiopía”.8
Para el historiador trinitario, las características de la economía
metropolitana, demandante de materias primas, propiciaron que en
el Caribe se realizara un cambio etnológico y demográfico inédito en
el mundo al afirmar que “el desarrollo de la economía del azúcar en
Jamaica en el siglo XVIII completó la transformación etnológica que
había empezado en La Española en el XVI y proseguía en Barbados en el XVII. A medida
que la industria del azúcar se tornaba promisoria para los grandes capitalistas, fue
apoyándose cada vez más en el trabajo de negros. El cuadro demográfico del siglo XVIII
en el Caribe mostraba una proporción constantemente creciente de negros por cada
blanco. En 1698 había un blanco por cada seis negros en Jamaica. En 1703 la isla tenía
3,500 hombres blancos y 45 mil esclavos. En 1778 los blancos sumaban 18,420 y los
esclavos 205,261, una proporción de más de once negros por cada blanco.9
8 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.127
9 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.189.
32
En su perspectiva económica de la historia Colonial del Caribe, Williams siempre
tiene presente la ubicación del archipiélago en la correlación de fuerzas internacional,
enfatizando la forma en que el proceso económico caribeño impactó a las metrópolis,
por ejemplo cuando señala que “lo que las Indias Occidentales habían hecho por
Sevilla en España en el siglo XVI, lo hicieron por Bristol en Inglaterra y para Burdeos
en Francia en el siglo XVII. Cada ciudad se convirtió en la metrópoli del comercio del
país con el Caribe, aunque ni Bristol ni Burdeos gozaron del monopolio que se había
concedido a Sevilla. En 1661 únicamente un barco, que era holandés, llegó a Burdeos
de las Indias Occidentales. En 1685 zarparon 49 barcos de ese puerto hacia las Indias
Occidentales… La base y sostén de este asombroso florecimiento comercial eran los
esclavos negros, “la fuerza y sostén de este mundo occidental”.10
Williams aporta a la historiografía económica
caribeña, demostrando con detalle la importancia
trascendental de la esclavitud al afirmar que “el
comercio de esclavos era central en el comercio
triangular. Era, en palabras de un mercantilista
británico “el manantial y el origen del que fluyen
los demás”, “el principio y los cimientos de todo
el resto”, replicaba otro, “el muelle principal de
la máquina que pone todas las ruedas en movi-
Cultura
miento. El trafico de esclavos ibérica.
mantuvo Finaleslas
girando S. ruedas
III, inicios S.industria
de la II a.C. metropolita-
na; estimuló la navegación, la construcción de barcos y dio empleo a marineros; hizo
crecer aldeas de pescadores hasta convertirlas en ciudades florecientes; dio sustento
a nuevas industrias basadas en el procesamiento de materias primas coloniales,
produjo enormes ganancias que se reinvirtieron en la industria metropolitana y, final-
mente, dio paso a un comercio sin precedente en las Indias occidentales y colocó los
territorios caribeños entre las colonias más valiosas que el mundo ha conocido”.11
33
Su análisis de la estrecha interrelación entre los fenómenos económicos y
políticos se revela de manera magistral en su descripción de la revolución haitiana,
porque Williams se aleja del realismo maravilloso de Carpentier, de las explicaciones
antropológicas de Arciniegas y de la apología del heroísmo de la sublevación esclava
de Juan Bosh, para hacer una reflexión rigurosa de la economía y la estructura
social de la sociedad isleña, afirmando que “el progreso de Saint-Domingue desde
1783 (el año de la independencia de Estados Unidos de América) a 1789 (el año del
estallido de la revolución francesa) es uno de los fenómenos más asombrosos en la
historia del imperialismo… abastecía a la mitad de Europa con productos tropicales.
Sus exportaciones eran una tercera parte más de todas las de las Indias Occidentales
británicas sumadas; su comercio empleaba 1,000 buques y 15,000 marineros franceses.
Saint-Domingue era el primer productor de azúcar del mundo, la joya del Caribe.12
Continúa Williams describiendo que “en 1789 la estructura social de Saint-
Domingue consistía en cinco clases. La primera era la de los plantadores… La segun-
da era la de los oficiales reales… Luego seguían los blancos pobres, los capataces,
los artesanos… Los tres grupos de blancos sumaban 40 mil individuos. Debajo de
ellos estaba la cuarta clase, los mulatos y los negros libres, que eran 28,000 posee-
dores de una tercera parte de las propiedades y dueños de una cuarta parte de la
propiedad personal de la Colonia, pero a quienes se negaban la igualdad social y
política con los blancos. Por último estaban 452 mil esclavos, muchos de ellos recién
llegados de África, sobre quienes se cimentaba la prosperidad y la superioridad de
Saint-Domingue”. La revolución francesa cayó sobre esta sociedad como un trueno,13
agudizando las contradicciones sociales y estimulando la revuelta de los negros y
mulatos contra los blancos. Además, “la revolución de mulatos y esclavos en Saint-
Domingue condujo a la renovación de la lucha del siglo XVIII entre Gran Bretaña y
Francia en el Caribe.14
12 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pag.331.
13 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pag.341
14 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pag.344
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Williams explica con erudición la historia caribeña, en su estrecha interacción
de ida y vuelta con las metrópolis europeas, a lo largo de setecientas páginas, en
capítulos que llevan por títulos: Hacia Occidente; Cristóbal Colón y el descubrimiento
de las Indias Occidentales; Oro y Azúcar; Capital blanco y mano de obra de color;
El colonialismo español; El nacionalismo colonial; La gallera de Europa; Los blancos
pobres; El rey azúcar; Capitalismo y esclavitud; El sistema exclusivista; Colonos
blancos contra colonos negros; Acabad con la infamia; Abajo el colonialismo. La
revolución norteamericana; Abajo el colonialismo y la esclavitud. La revolución
de Haití: Colonialismo y esclavitud después de la revolución haitiana; La abolición
del sistema esclavista en el Caribe; La experiencia del trabajo libre; La inmigración
asiática; La economía azucarera en las Indias Occidentales en el siglo XIX; La lucha por
el mercado mundial del azúcar; El colonialismo en el siglo XIX; Destino manifiesto; El
Mediterráneo americano; El reinado estadounidense del azúcar; El colonialismo del
siglo XX; El movimiento colonial nacionalista; El castrismo; El futuro del Caribe.
En los dos capítulos finales, quien fuera primer ministro de Trinidad y Tobago
culmina su análisis construyendo una postura propia frente a la realidad caribeña de
los años sesentas del siglo XX, de la que él es un protagonista como constructor de
la independencia de su país, en el contexto generado por la revolución cubana.
Williams el historiador del Caribe afirma que, “la revolución de Castro de 1958
fue un tardío intento de ponerse al día con el movimiento nacionalista del resto del
Cultura
Caribe… La Cuba anterior ibérica.noFinales
a Castro estabaS. subdesarrollada,
III, inicios S. II a.C.
atrasada en el
mismo sentido que la mayor parte de los países de África y de Asia. Por el contra-
rio, figuraba entre los países altamente desarrollados de Latinoamérica. El atraso de
Cuba se debía principalmente al hecho de que estaba a merced de fuerzas externas
en el mercado mundial”.15
Consecuente con su caracterización de la realidad del universo caribeño, afirma
que “el programa inicial de Castro era el tema recurrente de los nacionalistas
caribeños...
15 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.591
35
El rasgo esencial de la revolución de Castro era el sentimiento anti Estados
Unidos”.16 La reflexión de Eric Williams sigue la secuencia de la radicalización del
gobierno de Castro al sostener que, “Estados Unidos produjo la comedia de la inva-
sión de Bahía de Cochinos en abril de 1961. El resultado fue una resonante victoria
para Castro, quien, a partir de ese momento y con sus características audacia, siguió
agravando la situación al colocarse el mismo firmemente en el campo soviético y
declarando ser marxista-leninista. Tal como había profetizado Jrushov en las Naciones
Unidas en septiembre de 1960, Estados Unidos hizo de Castro un comunista.”17
Coincide Eric Williams con el enfoque del liberal Germán Arciniegas, para quien
“la revolución cubana introdujo un ingrediente totalmente nuevo en el desarrollo
político de América… El líder Fidel Castro organizó su expedición en México y una vez
en la Sierra Maestra, su grupo fue creciendo hasta desbordar… Lo que luego acaeció,
la conversión al marxismo comunista, el desprendimiento de la sociedad de naciones
americanas, el repudio al pacto de Río de Janeiro, y la íntima vinculación a Rusia y
China, implicaron un cambio radical no simplemente en los principios originales de
la revolución, sino en los conceptos corrientes de los demócratas de América… Cuba
quedó así incorporada no a la historia de occidente, sino del oriente comunista.” 18
Otro es el punto de vista de Juan Bosh, para quien “la historia del Caribe tenía
una coherencia; seguía una ley que se hallaba inscrita en lo más profundo de sus raí-
ces. Región del mundo americano modelada por la violencia que la había convertido
en una frontera imperial, su única manera de avanzar hacia un destino mejor era
respondiendo a la escalada de la agresión con la escalada de la revolución; y para
librarse de la opresión norteamericana, el camino de la revolución cubana era el del
socialismo. Fidel Castro no tenía opción.” 19
16 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969”. Instituto Mora. 2009. pág.592.
17 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pág.596
18 Arciniegas, Germán. Biografía del Caribe. Editorial Sudamericana.
Novena Edición, 1966. Capítulo XX. Entre Ariel y Calibán. F. Castro.pag. 623-625.
19 De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe frontera imperial. Casa de las Ameritas. pag. 337.
36
América, en tanto que para Juan Bosh fue la culminación lógico
histórica de la centenaria lucha de los pueblos caribeños por
liberarse de la opresión imperialista.
Para el historiador y político Williams, “marxista-leninista o no,
la revolución cubana sigue siendo la revolución de Castro, y el
partido Comunista no tiene poder en Cuba. En lo referente al resto,
el programa de Castro es simplemente nacionalista, comprensible
y aceptable para cualquier otro nacionalista caribeño. El lugar de
honor lo ocupan los logros en educación”. 20
*Claudio de Jesús Vadillo López nació en 1954. Doctor en Antropología por la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, INAH, 1999. Profesor-Investigador Titular C de la
Licenciatura de Historia de la Escuela Nacional de Antropología e Historia 1989-2009. Autor
del Guión y Curador de la Colección del Museo de Ciudad del Carmen, Campeche. 1997.
20 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969. Instituto Mora. 2009. pag.597
21 De Colón a Castro: la historia del Caribe 1492-1969.Instituto Mora. 2009. pág..628
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