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MINISTERIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA

DIVISIÓN DE DESARROLLO CURRICULAR


DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA SEXUALIDAD

“RELANZAMIENTO DE LA EDUCACIÓN COSTARRICENSE”

2004
INDICE

Bases Biológicas de la sexualidad ....................................................... 3

Todo nuestro cuerpo es sexuado ......................................................... 3

Órganos sexuales femeninos ............................................................... 4

Órganos sexuales masculinos ............................................................. 7

Hormonas sexuales, diferenciación sexual y pubertad ....................... 10

Sistema hormonal sexual de la mujer .................................................. 11

Sistema hormonal sexual del varón ..................................................... 11

Ciclo menstrual ..................................................................................... 14

Menopausia .......................................................................................... 16

Respuesta sexual humana ................................................................... 18

Fases de la respuesta sexual femenina .............................................. 19

Fases de la respuesta sexual masculina ............................................. 22

Métodos de planificación familiar ......................................................... 25

Una clasificación de los métodos de planificación familia ................... 27

Métodos de barrera .............................................................................. 32

Métodos de abstinencia periódica ........................................................ 34

Sociedad y sexualidad ......................................................................... 42

Socialización de genero y papel social ................................................ 48

Bibliografía ............................................................................................ 58

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BASES BIOLÓGICAS DE LA SEXUALIDAD
Recopilación elaborada por: MSc. José Joaquín Sánchez Ramírez

Todo nuestro cuerpo es sexuado. 1

El programa genético, el sistema endocrino, los órganos genitales internos y externos,


el cerebro y la figura corporal son sexuados. Cada célula, órgano y función son
sexuados.

Por ello podemos afirmar que somos biofisiológicamente sexuados o, en otras


palabras, que la sexualidad tiene una dimensión biológica indudable. Desde nuestras
unidades mínimas, las células, hasta nuestra figura corporal global, todo nuestro
cuerpo es sexuado en sus estructuras y funciones.

La sexualidad esta, de esta forma enraizada en lo biológico y no puede ser entendida


sin tener en cuenta esta dimensión. Nuestros deseos y conductas sexuales dependen,
entre otros factores, de nuestras hormonas sexuales, la edad, nuestra figura corporal y
nuestro estado físico general. Así, por señalar algunos ejemplos, un niño no se excita
de igual manera que un joven o un anciano ante un estímulo erótico; la fatiga física, el
exceso de alcohol, una lesión en la columna, etc., pueden imposibilitar la erección; una
deficiencia importante de testosterona puede hacer desaparecer el deseo sexual. Los
ejemplos pueden multiplicarse.

Por otra parte, no sólo la actividad sexual está condicionada por factores
biofisiológicos, sino que también la propia actividad sexual produce cambios
fisiológicos. Así, por ejemplo, la actividad coital produce aceleración del pulso y el
ritmo cardíaco, respiraciones aceleradas y profundas y otros muchos cambios
fisiológicos.

Somos psicosocialmente sexuados.

No sólo somos biofisiológicamente sexuados, sino que también nuestro psiquismo,


toda nuestra organización social y nuestra cultura son sexuadas.

SEXO.

En términos biológicos, es la suma de características sexuales primarias y


secundarias.

Las características sexuales primarias, son cromosómicas, están en el genoma.

• XX en la mujer y XY en el varón. ( Esquema 1)


• Gónadas. (ovarios en la mujer, testículos en el varón)
• Órganos genitales. (vulva en la mujer, pene en el varón)
1
Tomado de López F. Fuertes A. Para comprender la sexualidad. Editorial Verbo Divino. Navarra
España.1989.

3
• Hormonas específicas. ( predominancia de estrógenos en la mujer y
predominancia de andrógenos en el varón)

Las características sexuales secundarias son las que aparecen en la maduración


sexual.

• Crecimiento y modificaciones en órganos y tejidos. Desarrollo de mamas,


glúteos, útero, y vulva en la mujer. Pene, testículos y escroto en el varón.

Estos cambios permiten la diferenciación física y funcional entre los sexos.

El establecimiento del sexo en condiciones ordinarias es resultado de un proceso


gradual de diferenciación que comienza en el momento de la fecundación y se
prolonga a lo largo del desarrollo y la madurez

Variables del sexo.

Son variables de orden puramente biológico.

1- Sexo cromosómico. Cromosomas sexuales XX en la mujer, XY en el varón.

2- Sexo gonadal. Ovarios en la mujer, testículos en el varón.

3- Sexo hormonal. Predominio de estrógenos y presencia de progesterona en la


mujer, preponderancia de testosterona en el varón.

4- Sexo genital interno. Trompas de Falopio, útero y vagina en la mujer; próstata,


vesículas seminales y conductos deferentes en el varón.

5- Sexo genital externo. Clítoris, labios mayores y menores y entrada vaginal en la


mujer en la mujer; pene y escroto en el varón.

6- Sexo estructural. Presencia o ausencia de rasgos sexuales secundarios,


femeninos o masculinos, tales como estructura esquelética, distribución de la
grasa, vellosidad corporal, tono de voz etc., a partir de la pubertad.

ORGANOS SEXUALES FEMENINOS.

Se distinguen órganos externos y órganos internos. El conjunto de órganos sexuales


externos de la mujer forma la vulva. En ésta se incluyen el Monte de Venus, labios
mayores, labios menores, las Glándulas de Barttholin, las glándulas de Skene, el
clítoris, el meato urinario y la entrada de la vagina o introito vaginal.

Los órganos sexuales internos están en la cavidad abdominal. Son la vagina, útero, las
trompas de Falopio y los ovarios.

Órganos sexuales externos.

Los órganos externos de la mujer forman la vulva. La piel de la vulva es un poco más
oscura que en partes del cuerpo.

En la parte superior de la vulva hay una zona de forma triangular llamada monte de
Venus. Este es abultado en mayor o menor grado, debido a que existe mucho tejido

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graso bajo su piel; unas mujeres lo presentan más bien plano, en tanto que otras lo
tienen muy sobresaliente.

Abajo del monte de Venus están los labios mayores, dos pliegues de piel que van de
adelante hacia atrás; convergen bajo el monte de Venus para formar la comisura
anterior de la vulva, en la parte trasera, forman la comisura posterior de la vulva,
llamada también horquilla vulvar. En unas mujeres los labios mayores son lisos y
delgados, en otras gruesos y sobresalientes. Durante la niñez y al comienzo de la
pubertad, están bastante cercanos y ocultan las otras estructuras vulvares, pero a
partir de la pubertad, se separan un poco; en la mujer que ha parido aparecen
entreabiertos. La superficie interna de los labios mayores posee una mucosa que se
continúa con la mucosa de los labios menores.

Bajo la piel de los labios mayores hay una fina capa muscular semejante a la túnica
dartos( escroto) capaz de algunas reacciones y movimientos tenues. En el monte de
Venus y en la superficie externa de los labios mayores, por lo común crece alguna
vellosidad. A menudo también hay vellos en las ingles, el arranque de las piernas, la
rabadilla y alrededor del ano. La mayor o menor abundancia de vellos está relacionada
con factores hereditarios, entre ellos raciales.

Los labios menores, también denominados NINFAS, son dos pliegues más delgados
que se encuentran entre los labios mayores y que se hacen más visibles al separar
éstos. Su forma y tamaño son sumamente variables; en unas mujeres son pequeños y
delgados y están ocultos entre los labios mayores; en otras son grandes y gruesos y
sobresalen notablemente de los labios mayores. Carecen de vello, pero poseen
numerosas glándulas sebáceas y sudoríparas. Su color es rosado en las mujeres de
piel clara, encarnado oscuro en las trigueñas y prieto en las morenas; en las mujeres
que han parido se vuelven un poco más oscuro.

Los labios menores a veces aparecen plegados y ocultan la entrada de la vagina y el


meato urinario. Contiene gran cantidad de vasos sanguíneos que explican su
capacidad eréctil, así como muchas terminaciones nerviosas que le comunican una
gran sensibilidad. En la mayor parte de las mujeres se unen hacia delante para formar
el prepucio clitórico, o capuchón del clítoris, hacia atrás, se unen a los labios mayores.

El clítoris es un órgano sensible y de gran importancia en la respuesta sexual


femenina. Tiene tres partes: las extremidades, el cuerpo y el glande. Las extremidades
del clítoris son dos, situadas una a cada lado de la vulva, bajo los tejidos de los labios
mayores. En el lugar de unión de las dos extremidades clitóricas, en la parte superior
de la vulva, está el cuerpo del clítoris, formado por dos cuerpos cavernosos, no es
visible por estar cubierto por piel y otros tejidos, pero si es localizable por el tacto. En
el extremo del cuerpo clitórico, cubierto por el capuchón, se encuentra el glande del
clítoris, que sobresale en forma de una pequeña protuberancia.

En estado de reposo, el cuerpo y el glande del clítoris miden juntos de 7 a 25 mm de


longitud; en estado de excitación las dimensiones aumentan. También es variable la
posición de estas dos partes del clítoris. En algunas mujeres, el cuerpo y el glande
clitóricos se localizan justo abajo del arranque de los labios mayores, en otras, ocupan
una disposición más baja. Por esta combinación de tamaño y posición es que el
conjunto, cubierto por el capuchón, puede sobresalir bastante o quedar oculto entre los
labios mayores de la vulva. No existe ninguna relación entre el tamaño y la disposición
del clítoris y su capacidad de estimulación.

Todos los tejidos que forman las partes del clítoris son eréctiles. Durante la excitación
sexual, se llenan de sangre; las extremidades del clítoris se hinchan un poco bajo los

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tejidos de los labios mayores; el cuerpo y el glande aumentan de longitud y grosor y se
vuelven más fácilmente localizables por el tacto.

El clítoris es una de las principales zonas erógenas de la mujer. El epitelio de su


glande posee muchísimas terminaciones nerviosas que le comunican una
extraordinaria sensibilidad. Su única función conocida es actuar como receptor y
transformador de estímulos sexuales; es decir; se relaciona únicamente con el placer
sexual. Desde el punto de vista, es una estructura única, ya que ningún órgano de la
mujer o del varón tiene esa sola misión.

El canal que se extiende desde el clítoris a la horquilla vulvar forma lo que se


denomina vestíbulo vulvar. En él se encuentran el meato urinario, la entrada de la
vagina, el himen, las glándulas de Bertholin y las glándulas de Skene.

El meato urinario en la mujer es un pequeño orificio que se localiza entre el clítoris y


la entrada de la vagina. Da paso a la orina hacia el exterior.

El introito vaginal o entrada de la vagina es visible cuando están separados los


labios menores. Se distingue fácilmente el meato urinario por su mayor tamaño. El
aspecto de la entrada vaginal varía según la forma y el estado del himen; es mayor y
más aparente en las mujeres que han parido.
El himen es una membrana que se encuentra frente a la entrada de la vagina.
Normalmente tiene alguna perforación que permite la salida del sangrado menstrual.
El grosor y la rigidez del himen y también su tamaño y forma varían mucho. Si se
presenta como un anillo que rodea la entrada vaginal, se llama himen anular; si divide
la entrada de la vagina, se llama himen septado; si aparece como una cubierta en
forma de cedazo, es decir, con varias perforaciones, se llama himen cribiforme, En
ocaciones el himen anular es tan elástico que resiste uno o más coitos sin romperse.
Algunas mujeres nacen sin himen.

Hay dos pares de órganos glandulares en la vulva. Un primer par, las glándulas de
Bertholin, llamadas también glándulas bulbovaginales o glándulas vestibulares
mayores, se abren a cada lado de la entrada vaginal, cerca de los labios menores. Su
función no es bien conocida; se sabe que durante la excitación sexual segregan unas
pocas gotas de líquido. Más arriba, se encuentran las dos glándulas de Skene,
también conocidas como glándulas parauretrales o glándulas vestibulares menores.
Sus conductos se abren dentro del meato, a cada lado. No se sabe cuál es su función.

A ambos lados del vestíbulo vulvar, bajo la piel y el fino músculo de los labios
mayores, se encuentran los bulbos vestibulares, formaciones constituidas por
conjuntos complejos de delgadas venas que les comunican capacidad eréctil. Tienen
forma almendrada y miden de 3 a 4 cm de longitud y cerca de 1 cm de espesor. Bajo
la piel del perineo, la zona que está entre la horquilla vulvar y el ano, se halla la
esponja perineal, que también está irrigada por muchas venas finas y tiene capacidad
eréctil.

La configuración general de la vulva, así como la forma, el color y el tamaño de cada


una de sus partes, son muy variables. Igualmente varían la cantidad, el color y la
forma de los vellos sexuales, así como la disposición que adopta la vellosidad sexual.
La diversidad de todos estos rasgos se relaciona con aspectos hereditarios y raciales.
Todo la región genital de la mujer tiene glándulas que producen sustancias olorosas
que sirven como atrayentes sexuales.

Órganos sexuales internos.

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La vagina es un conducto de naturaleza músculo-membranoso, lleno de rugosidades y
cubierto por una mucosa que le comunica su humedad característica. No forma un
tubo, sino que sus paredes, superior e inferior están en contacto. Comunica el cuello
del útero con el exterior. Tiene varias funciones. Es el órgano femenino de la cópula
sexual y receptor del semen. Por ella pasan el flujo menstrual y el bebé durante el
nacimiento. Produce un líquido que lubrica sus paredes durante la excitación sexual el
cual facilita la introducción del pene durante el coito.

El útero o matriz es un órgano muscular hueco en forma de pera en el que se aloja y


se nutren el embrión y más adelante el feto, hasta el nacimiento. La capa interna se
llama endometrio; su estructura varía según la fase del ciclo menstrual y la edad de la
mujer. La capa muscular, o miometrio, esta compuesta por fibras musculares que le
dan fuerza y elasticidad y permiten su expansión durante el embarazo. Es esta capa
muscular la que, mediante una serie de contracciones, provoca la expulsión del
producto durante la labor de parto.

Las trompas de Falopio se encuentran situadas a ambos lados del útero. Son dos
tubos unidos a ese órgano que tiene como función recoger el óvulo después de la
ovulación y transportarlo hacia la cavidad de la matriz. Por lo regular, la fecundación
ocurre en el tercio más externo de una trompa.

Los ovarios son dos estructuras ubicadas una en cada extremo de una trompa de
Falopio. Tiene dos funciones: Producir un óvulo maduro a mitad de cada ciclo
menstrual y elaborar hormonas femeninas.

Las mamas o pechos tiene una relación estrecha con el aparato genital y la respuesta
sexual. De forma esférica o cónica y consistencia firme en la mujer joven, su turgencia
disminuye con la edad, para volverse cada vez más colgantes.
Hacia el centro hay una zona redondeada, más oscura, llamada areola; en el centro de
la areola está el pezón. Bajo la piel hay un grupo de fibras musculares que constituyen
el músculo areolar. A este músculo se deben la erección del pezón y otros cambios de
los pechos durante la excitación sexual. Las mamas son importantes zonas erógenas,
en particular los pezones.

ORGANOS SEXUALES MASCULINOS.

Los órganos sexuales masculinos se pueden agrupar en externos e internos. Los


externos son el pene y los testículos, que están contenidos en una bolsa de piel
llamada escroto. Los testículos se pueden considerar externos por estar fuera de la
cavidad pélvica ( aunque cada uno está conectado con ella por un conducto.)

Los órganos sexuales internos son los vasos deferentes, las vesículas seminales, la
próstata, las glándulas de Cowper y la uretra.

Órganos sexuales externos.

La piel de los órganos sexuales externos del varón es de color más oscuro que en
otras partes del cuerpo. La coloración, la forma y el tamaño de estos órganos varían
considerablemente. También son muy variables la cantidad, el color y la forma de los
vellos sexuales; igualmente la disposición que adopta la vellosidad sexual. También
puede haber vello en las ingles, el vientre, el arranque de los muslos y alrededor del
ano. La variabilidad se relaciona con la herencia y con factores raciales.

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En la parte baja del abdomen está el monte pubiano, una zona algo saliente, cubierta
por alguna cantidad de vello. Inmediatamente debajo, se encuentra el pene, un órgano
cilíndrico en el que se distinguen exteriormente dos partes: el fuste, o cuerpo del pene
y el glande.

Internamente, el pene está formado por tres cuerpos, dos cavernosos y uno
esponjoso. Los cuerpos cavernosos tienen muchas cavidades que, al llenarse de
sangre durante la excitación sexual, ocasionan el aumento del tamaño y la rigidez que
caracterizan la erección. Existe una gran diversidad en la forma y las dimensiones del
pene, tanto en estado de reposo como erecto. La investigación ha encontrado que en
estado de erección tiene una longitud promedio un poco menos de 15 cm.

El cuerpo esponjoso es una estructura que contiene la uretra del pene y que en su
extremo se extiende formando el glande o cabeza del pene. Como su nombre lo
indica, tiene una estructura esponjosa; las pequeñas cavidades de su tejido también
se llenan de sangre durante la excitación sexual, de modo que su crecimiento en
volumen contribuye a la erección del pene. El glande tiene importancia, ya que está
muy dotado de terminaciones nerviosas y es, en consecuencia, la parte más sensible
del pene.

En el extremo del glande hay una abertura llamada meato urinario, u orificio uretral,
por el que pasan la orina y el semen. El borde del glande recibe el nombre de corona.
La corona se encuentra separada del fuste o cuerpo peneano por el surco
balanoprepucial.

La piel del pene es muy delgada y flexible, característica que permite la expansión del
órgano durante la erección. La piel peneana forma un pliegue protector llamado
prepucio, que cubre el glande. En la cara anterior del pene, el glande y el prepucio se
hallan unidos mediante una estructura denominada frenillo, una zona que también es
muy sensible a la estimulación sexual.

Bajo el prepucio existen unas pequeñas glándulas que producen una sustancia blanca,
de textura sebácea, llamada esmegma. A veces ocurre que, si el prepucio no se retrae
y el glande no se asea bien, la acumulación de esmegma puede producir irritación y
mal olor. Mediante la circuncisión, el prepucio se extirpa y retira; los varones
circuncidados tienen el glande permanentemente expuesto.

El pene tiene importantes funciones. Durante el coito interviene en el placer sexual y el


depósito de semen en la vagina. Además es la vía para la expulsión de la orina.

El escroto está situado por debajo del pene y contiene los testículos. Es una bolsa de
piel delgada y algo rugosa, de color algo más oscuro que el de las otras partes del
cuerpo. Puede tener alguna vellosidad. Posee una delgada capa de músculo
involuntario llamada túnica dartos, que se contrae o relaja por efecto de la
temperatura. En medio frío, se contrae y da al escroto un aspecto corto y corrugado;
en medio tibio, se distiende, por lo cual el escroto luce liso, flácido y colgante. La
túnica dartos desempeña una función de mantener la temperatura de los testículos de
1º a 8 º C más baja que la temperatura corporal, condición de gran importancia en la
producción de espermatozoides. La longitud, la anchura y el aspecto del escroto
varían mucho de un sujeto a otro.

Dentro del escroto están alojados los testículos. Contienen una red muy larga de tubos
muy finos llamados tubos seminíferos, dentro de los cuales se producen los
espermatozoides. Poseen también las células intersticiales, que elaboran los
andrógenos u hormonas masculinas.

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El epidídimo es una estructura en forma de coma que se localiza hacia arriba y hacia
un lado, en cada testículo. Se trata de un tubo largo y delgado, de nos 6 metros de
longitud, que se encuentra muy plegado. En él desembocan los tubos seminíferos.
Funciona como compartimento o cámara de maduración de los espermatozoides. La
parte distal del epidídimo se extiende hacia arriba de los testículos, formando el
conducto deferente.

Órganos sexuales internos.

El conducto deferente viene de cada testículo como una prolongación del epidídimo.
Desde el escroto, los conductos deferentes entran en la cavidad abdominal, suben a
un lado de la vejiga urinaria y llegan a la parte inferior de la vejiga. Aquí las paredes
del conducto se adelgazan un poco y se ensanchan para formar la ampolla
deferencial, a veces llamada glándula ampollar, que actúa como saco de
almacenamiento de espermatozoides y produce secreciones que contribuyen a formar
el semen.

De cada testículo sube hasta la ingle un cordón espermático, estructura tubular


envainada en tejido conectivo que contiene una red de arterias, venas, nervios y la
primera sección del conducto deferente. El cordón espermático sostiene el testículo en
el escroto.

Arrollados alrededor de cada conducto deferente hay haces de fibras musculares


involuntarias que forman el músculo cremáster . El cremáster se contrae por efecto
del frío o por algún contacto o toque en la parte superior del muslo (reflejo
cremáster.)Tiene función protectora, pues al contraerse, eleva el testículo hacia el
cuerpo.

Las vesículas seminales son dos pequeños órganos en forma de saco, de superficie
irregular, que se encuentran detrás de la vejiga. Miden de 5 a 6 cm de longitud por 2 o
3 de ancho. Producen una secreción llamada líquido seminal, que constituye cerca del
70% del semen. En su parte baja cada vesícula forma un tubo recto que se une al
extremo de un conducto deferente para formar el conducto eyaculatorio.

Los conductos eyaculadores se originan en el lugar de confluencia de las vesículas


seminales y las ampollas deferenciales. Desembocan en la parte inicial de la uretra,
por debajo del cuello de la vejiga. Conducen los espermatozoides y el líquido seminal
hacia la uretra.

La próstata es una glándula situada por debajo de la vejiga urinaria, debajo de las
vesículas seminales; se encuentra rodeando la uretra. Elabora el líquido prostático,
que ayuda al transporte de los espermatozoides. La mezcla de espermatozoides,
líquido seminal y líquido prostático es el semen. Dentro de la próstata, los conductos
eyaculatorios se unen a la uretra, que continúa su trayecto dentro del pene, hasta
desembocar en el meato urinario del glande.

La uretra es un conducto que comienza en el cuello de la vejiga urinaria y termina en


el meato urinario. Conduce al exterior la orina y el semen. En su región inicial hay dos
anillos musculares, o esfínteres, que impiden la salida de orina durante la eyaculación.
Las glándulas de Cowper, o glándulas bulbouretrales, se localizan hacia debajo de la
próstata, a los lados de la uretra. Secretan un líquido claro y pegajoso que brota por la
uretra durante la excitación sexual. Este líquido es alcalino y ayuda a neutralizar la

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acidez de la uretra, ocasionada por el paso de la orina, que es nociva a los
espermatozoides. A menudo, contiene algunos espermatozoides, un hecho que debe
tomarse en cuenta cuando se desea evitar el embarazo.

HORMONAS SEXUALES, DIFERENCIACIÓN SEXUAL, PUBERTAD

Efraín Valerlo Charpentler

HORMONAS SEXUALES

Las hormonas son poderosas sustancias químicas elaboradas por las glándulas
endocrinas y vertidas directamente al torrente sanguíneo. Debido a que van
directamente a la sangre, sus efectos se sienten pronto en partes del cuerpo distantes
del lugar en que se producen. Tiroides, suprarrenales, hipófisis y otras, son glándulas
endocrinas. Las endocrinas sexuales de la mujer son los ovarios, que elaboran los
estrógenos, como el estradiol, y la progesterona. Las endocrinas del varón son los
testículos, que producen andrógenos, el principal de los cuales es la testosterona. (
Las glándulas suprarrenales de la mujer elaboran cantidades pequeñas de estrógenos
y testosterona. También los ovarios producen cuotas reducidas de testosterona,
mientras los testículos secretan porciones bajas de estrógenos.)

La elaboración de hormonas está regulada primeramente por la interacción del


hipotálamo y la glándula hipófisis. El hipotálamo es una región del cerebro localizada
inmediatamente por encima de la hipófisis (Fig.1 ) . Por medio de hormonas
específicas controla conductas vitales como hambre, sed, deseo sexual; dirige el
funcionamiento de la hipófisis mediante la producción de sustancias llamadas
hormonas o factores liberadores que desencadenan la producción de hormonas en los
distintos lóbulos hipofisarios. Dos son primordiales en la función sexual: los hormonas
o factores liberadores de gonadotropinas.

Debida su importancia, la hipófisis ha sido llamada "glándula maestra" del sistema


endocrino. Es del tamaño de una arveja y está situada en la parte inferior del cerebro.
Tiene tres lóbulos, denominados anterior , intermedio y posterior. El lóbulo anterior es
el que interactúa con los testículos y los ovarios, mediante unas sustancias llamadas
genéricamente gonadotropinas, que provocan en las gónadas la producción de
gametos y la síntesis de hormonas sexuales. A su vez, los niveles de hormonas
sexuales regulan la cantidad de gonadotropinas.

Por lo tanto, el hipotálamo, la hipófisis y las gónadas (testículos y ovarios) funcionan


coordinadamente. Las tres influyen en los cambios de la pubertad y en el
mantenimiento de rasgos sexuales secundarios, en el ciclo menstrual, el embarazo y
la conducta sexual.

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SISTEMA HORMONAL SEXUAL DE LA MUJER

Los ovarios producen dos grupos de hormonas: estrógenos y progesterona. Las funciones
de los estrógenos, elaborados por los folículos ováricos, incluyen la producción de cambios
puberales, como el crecimiento de los órganos sexuales, el ensanchamiento de la pelvis, el
desarrollo de los pechos; el mantenimiento de las membranas mucosas de la vagina y la
detención del crecimiento. La progesterona, segregada por el cuerpo lúteo (el folículo
ovárico modificado, después de la ovulación), mantiene el endometrio para que el embrión
y el feto prosperen; estimula el crecimiento y las secreciones de las mamas y previene las
contracciones prematuras de la matriz. En la mujer, la hipófisis elabora varias hormonas,
dos de las cuales se relacionan con la regulación de la función ovárica: las gonadotropinas
llamadas hormona estimulante del folículo (HEF) y hormona luteinizante (HL) (Fig. 2). En
las mujeres adultas, las concentraciones de estrógeno y progesterona varían en las
distintas fases del ciclo menstrual y durante etapas como el embarazo y la menopausia.
Ambas hormonas están reguladas por la HEF y la HL hipofisarias, mediante un sistema de
monitoreo químico recíproco entre el hipotálamo, la hipófisis y los ovarios. P .e., el aumento
en el factor liberador de HL hace subir la producción de HL; esta subida ocasiona
eventualmente la elevación de la secreción de estrógeno; r último, el aumento del
estrógeno inhibe la producción del factor liberador de HL y de HL.

La HEF estimula el crecimiento de los folículos ováricos y la secreción de estrógeno. La HL


induce la ovulación y provoca el crecimiento del cuerpo amarillo, que segrega progesterona.
La hipófisis también produce una tercera hormona, la prolactina, u hormona luteotrópica
(HLT), que estimula la secreción de leche en las glándulas mamarias, después de que la
mujer ha parido. El sistema hormonal de la mujer es muy semejante al del varón, excepto
que los ovarios producen dos hormonas y que estas fluctúan en las diversas fases del ciclo
menstrual. La secreción de HEF y de HL está regulada por el factor liberador de HEF y
factor liberador de HL, respectivamente, del hipotálamo.

SISTEMA HORMONAL SEXUAL DEL VARÓN

En el varón, la hipófisis elabora las dos mismas gonadotropinas que se hallan en la


mujer: la hormona estimulante del folículo (HEF) y la hormona luteinizante (HL), que,
en el caso del varón a veces es denominada hormona estimulante de las células
intersticiales (HECI) (Fig. 3). Ambas se relacionan con el desarrollo y el
mantenimiento de caracteres sexuales, gracias a su acción en los testículos. La HEF
estimula la producción de espermatozoides; la HL (HECI) regula la cantidad de
andrógenos, que provocan el crecimiento del pene, la aparición de vellos sexuales,
etc.). La producción de HEF y de HL está, a su vez, controlada por los factores
liberadores de HEF y de HL hipotalámicos.

LA PUBERTAD

Concepto de pubertad
La pubertad no es un momento dado en el tiempo de una persona, sino un proceso
que abarca distintos momentos del desarrollo de la persona. Es la etapa de la vida en
el que el organismo cambia de su estado infantil al adulto, lo que implica el desarrollo
de los caracteres sexuales secundarios y la adquisición de la capacidad de

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reproducción. Puede ser definida como la época en que comienza el crecimiento y la
maduración de las gónadas (testículos, ovarios), de otros órganos sexuales (vagina,
útero, clítoris; pene, próstata, etc.), y los demás caracteres sexuales secundarios
(crecimiento de vellos y de mamas, etc.), lo que conduce a la capacidad reproductora.
Los hechos más importantes de este periodo son la aparición de la eyaculación en el
varón y la menstruación en la mujer, aunque la menstruación no es en esta etapa una
señal de capacidad reproductora, ya que con frecuencia las muchachas no producen
óvulos maduros hasta uno o dos años después de ocurrir la menstruación por primera
vez.

La pubertad se inicia hacia los 12 años de edad en las chicas y hacia los 14 en los
chicos. El proceso fisiológico subyacente en los dos sexos es un gran aumento en los
niveles de hormonas sexuales. Los cambios que ocurren en la pubertad están
gobernados por el hipotálamo, la hipófisis y las gónadas. En estos cambios no solo
interviene la herencia, sino que los factores ambientales tienen también mucha
influencia en todo el proceso. La pubertad ocurre ahora en edades más tempranas
que hace 50 años, hecho que se atribuye a mejores condiciones de vida,
especialmente una alimentación más balanceada.

Cambios en la mujer

Los cambios de la pubertad comienzan cuando la hipófisis comienza a producir HEF,


que estimula en los ovarios la producción de estrógeno. El estrógeno, a su vez, por
vía sanguínea, estimula el crecimiento de las estructuras sexuales y ocasiona otros
cambios importantes.

El cambio más evidente en el aspecto externo de la niña es el desarrollo de las


formas redondeadas que caracterizan la figura femenina. Bajo la influencia del
estrógeno, se produce el crecimiento del tejido mamario; el área pigmentada que
rodea los pezones, o areola, se eleva y las mamas comienzan a aumentar de
volumen como consecuencia de la acumulación de tejido graso. Un proceso similar de
acumulación y distribución de tejido graso ocurre en las caderas y las nalgas, algo
menos en los muslos.

La acción del estrógeno da lugar al crecimiento de los órganos sexuales externos. El


monte de Venus se vuelve más prominente y los labios mayores aumentan de tamaño
y se engruesan, como consecuencia de la acumulación de más tejido graso bajo la
piel; los labios menores también crecen y se engruesan, el clítoris aumenta de
tamaño. Al mismo tiempo, se produce un desarrollo notable del esqueleto, que está
relacionado con una mayor secreción de hormona del crecimiento en la hipófisis. Los
huesos de la pelvis no sólo crecen, sino que adoptan una disposición especial
característica de la mujer, a consecuencia de la cual es mayor el espacio pélvico, por
el cual ha de pasar el bebé en el parto. Los estrógenos provocan una detención
bastante rápida del crecimiento de los huesos y los músculos, lo que explica por qué
las mujeres tienen una talla menor .

El estrógeno también estimula el crecimiento del útero y la vagina. Esta adquiere la


facultad de producir líquido lubricante durante la excitación sexual.

Otro cambio notorio es el crecimiento de vellos alrededor de la abertura sexual que se


presenta poco después del Inicio del desarrollo mamario ; unos dos años después
comienza a crecer el vello axilar; posteriormente puede aparecer alguna vellosidad
fina en otras partes del cuerpo, principalmente en los brazos y las piernas. La

12
vellosidad corporal de la mujer está relacionada mayormente con factores raciales y
hereditarios.

El crecimiento de los vellos y el desarrollo del clítoris son producidos por influencia de
andrógenos, principalmente testosterona, que se elaboran en concentraciones
menores en la mujer, tanto en los folículos ováricos, como en la corteza de las
glándulas suprarrenales, que se localizan encima de los riñones. En la mujer, los
andrógenos también están relacionados con el impulso sexual y la aparición de acné.

Además de los cambios físicos externos e internos, la secreción de estrógeno


también participa en un patrón cíclico de elaboración de hormonas que, en conjunto,
dan como resultado la ovulación y la aparición de los periodos menstruales

La primera menstruación, llamada menarca o menarquia, ocurre entre los 11 y los 14


años de edad. En los primeros años después de la menarquia se produce una
tendencia a periodos menstruales irregulares ("atrasos", "adelantos", "faltas").

Cambios en el varón

Como se dijo antes, la pubertad se inicia en el varón unos dos años después que en
la niña. Además, es de mayor duración. Los cambios comienzan cuando la hipófisis
empieza a producir mayor cantidad de HEF y HL. En los varones la HL se denomina
hormona estimulante de las células intersticiales, HECI, porque provoca que estas
células del testículo produzcan testosterona, que es la principal responsable de la
mayoría de los cambios que ocurren en la pubertad (Fig. 12.2).

El primer cambio observable en el varón es el crecimiento de los testículos y el


escroto, que comienza hacia los 13 o 14 años; al mismo tiempo, puede aparecen
alguna vellosidad en la base del pene. Cerca de un año después el pene comienza a
aumentar de grosor y longitud. Luego los testículos crecen más, la producción de
testosterona aumenta. Por esto se produce un rápido crecimiento del pene, el escroto
y los testículos; el vello sexual se extiende. En cambio, el vello axilar no aparece sino
hasta los 15 años de edad, aproximadamente, y la barba solo unos 2 a 4 años
después, entre los 17 y los 19 años de edad. La presencia de barba y de vello
corporal está relacionada con factores raciales y hereditarios y es muy variable.

Junto con estos cambios, ocurren algunas modificaciones del esqueleto y hay
aumento en el volumen de los músculos. Por esta razón se produce el efecto de
"espalda ancha" que caracteriza a los varones.

Al tiempo que se dan todas estas modificaciones, las erecciones del pene aumentan
su frecuencia. La próstata y las vesículas seminales aumentan de tamaño al mismo
tiempo que los otros órganos sexuales crecen. Entre los 13 y los 14 años puede
ocurrir la primera eyaculación; antes de esta edad el varón puede experimentar
orgasmos sin eyaculación. Alrededor de los 15 años el líquido eyaculado contiene
espermatozoides maduros. La HES es la responsable de que los testículos
comiencen a producir espermatozoides. Después de la primera eyaculación el varón
comienza a tener eyaculaciones involuntarias llamadas "poluciones nocturnas" o
"sueños húmedos". Si el varón no se ha masturbado, un "sueño húmedo" puede ser
su primera eyaculación.

Para que los testículos produzcan espermatozoides es precisa una temperatura más
baja que la normal del organismo humano. Por esta razón los testículos se localizan

13
fuera del cuerpo. Como se dijo antes, los varones en los que no se produjo el
descenso de los testículos al escroto son estériles.

Hacia la misma edad en que el pene y los testículos comienzan a crecer, la laringe
también empieza a desarrollarse bajo el estímulo de la testosterona. Conforme la
laringe crece, la voz cambia hasta hacerse grave.

14
CICLO MENSTRUAL

Efraín Valerio Charpentier

FASES DEL CICLO MENSTRUAL

El ciclo menstrual está regulado por niveles fluctuantes de hormonas sexuales que
provocan cambios en el útero y los ovarios. La fluctuación de las concentraciones
hormonales está regulada por el hipotálamo y la hipófisis.

A diferencia de lo que ocurre en las hembras de la mayoría de los mamíferos, en las


cuales existe un ciclo de estro ( celo o "calentura"), en la mujer se produce un ciclo
menstrual; solo las hembras de antropoides y algunos monos tienen también ciclos
menstruales. En los animales con ciclo de estro no ocurre la menstruación, sino, en
algunos casos, un ligero sangrado, cuando la hembra está "caliente"; además, la
ovulación ocurre en este momento y coincide con la hemorragia, si es que existe. En
estos casos, las hembras sólo son sexualmente receptivas durante el estro. En
cambio, las hembras con ciclos menstruales, incluida la mujer, tienen la ovulación a
mitad del ciclo, cuando no hay ningún sangrado, y son sexualmente receptivas
durante todo el ciclo.

El ciclo menstrual tiene cuatro fases, cada una caracterizada por un grupo de cambios
en las hormonas, los ovarios y el útero. Aunque los días del ciclo menstrual se
cuenten a partir del primer día de la menstruación, la fase última es la menstruación.

Cambios en las hormonas y los ovarios

La primera fase se denomina fase folicular, a veces también llamada fase


proliferativa o preovulatoria. (Fig. 1 ). Al comienzo de esta fase, la hipófisis, en
respuesta al factor liberador de hormona estimulante del folículo secretado por el
hipotálamo, produce cantidades elevadas de hormona estimulante del folículo (HEF),
la cual, como indica su nombre, tiene como función estimular el crecimiento de los
folículos ováricos. Un folículo (a veces varios) comienza a crecer para llegar a la
madurez y liberar el óvulo maduro, al tiempo que segrega estrógeno. Conforme el
óvulo madura, el folículo se mueve hacia la superficie del ovario.

La segunda fase del ciclo es la ovulación, durante la cual el folículo se rompe y libera
un óvulo maduro. Para cuando esto ocurre, el estrógeno ha subido hasta un nivel que
inhibe en la hipófisis la producción de HEF, por lo cual esta desciende a un nivel bajo.
Las concentraciones altas de estrógeno estimulan al hipotálamo a producir el factor
liberador de hormona luteinizante, que induce a la hipófisis a segregar hormona
luteinizante (HL); el aumento de HL es la causa de la ovulación, esto es, el
rompimiento del folículo y la salida del óvulo (Fig.2).

La tercera fase se llama fase luteínica, denominada en ocasiones fase secretora o


posovulatoria. El folículo que ha liberado un óvulo se transforma en una masa de
células glandulares que recibe el nombre de cuerpo amarillo (Iúteo significa amarillo,
de aquí los nombres "fase luteínica" y "hormona luteinizante"). El cuerpo amarillo
elabora progesterona, por lo cual las concentraciones de esta hormona suben durante
esta fase. No obstante, la gran cantidad de progesterona inhibe la secreción de HL en
la hipófisis, de modo que al declinar las concentraciones de HL, el cuerpo amarillo
degenera. Junto con esta degeneración del cuerpo amarillo se produce un descenso
importante del estrógeno y la progesterona a finales de la fase luteínica. Por último,

15
las concentraciones cada vez más bajas de estrógeno estimulan a la hipófisis a
producir HEF, por lo cual todo el ciclo comienza de nuevo.

La cuarta fase es la menstruación, que consiste en el desprendimiento del


revestimiento interior del útero, o endometrio, que luego sale como parte del sangrado
menstrual, a través del cuello uterino y la vagina. Durante esta fase las
concentraciones de estrógeno y progesterona son bajas, mientras suben las de HEF.
Según parece, la menstruación se debe al descenso brusco de la concentración de
estrógeno hacia el final de la fase luteínica.

Cambios en el útero (Fig. 3)


Mientras los ovarios y el sistema endocrino sexual pasan por las fases del ciclo
descritas, en el útero tienen lugar importantes modificaciones Durante la primera fase,
la fase folicular, las concentraciones elevadas de estrógeno estimulan el crecimiento
del endometrio, el cual se engruesa y forma glándulas capaces de nutrir el embrión en
caso de que se produzca fecundación; de esta proliferación del endometrio se deriva
el nombre "fase proliferativa". Durante la fase luteínica la progesterona elaborada por
el cuerpo amarillo estimula la producción de sustancias nutritivas en las glándulas del
endometrio; de aquí el nombre "fase secretora". Si ocurre la fecundación y el proceso
continúa normalmente, el embrión llega al útero unos seis días después de la
fecundación, cuando el endometrio está bien preparado para alojarlo y nutrirlo.
El cuerpo amarillo sigue produciendo estrógeno y progesterona durante unos doce
días, si no ocurre el embarazo, su producción de hormonas declina rápidamente al
final de la fase luteínica. Por esto el revestimiento uterino, o endometrio , no es capaz
de mantenerse y se desprende, lo que ocasiona la menstruación. Inmediatamente
después de la cual el endometrio comenzará otra vez a crecer.

El flujo menstrual es una mezcla de sangre y células degeneradas del endometrio y


moco del cuello uterino y la vagina. La cantidad de flujo equivale en promedio a unas
cuatro cucharadas grandes.

Duración y momentos del ciclo menstrual


Se considera que el ciclo menstrual tiene una duración de 20 a 36 o 40 días dentro de
límites normales. El promedio es de unos 28 días, aunque las variaciones son muy
grandes. El ciclo completamente regular es prácticamente inexistente.
En un ciclo de 28 días, la menstruación se inicia el día 1 del ciclo y continúa hasta el
día 4 o 5. La fase folicular se extiende más o menos desde el día 5 hasta alrededor
del día 13. La ovulación ocurre hacia el día 14 y la fase luteínica va aproximadamente
del día 15 al final del ciclo, es decir, el día 28. En ciclos de menos de 28 días o de
más de 28 días se ha encontrado que la duración de la fase luteínica es bastante
constante; es decir, el paso entre la ovulación y la menstruación es de unos 14 días.
Es la fase folicular la que varía más; por ejemplo, en un ciclo de 44 días la mujer
ovula hacia el día 30; en uno de 22 días, ovula hacia el día 8.

La ovulación no ocurre en todos los ciclos menstruales, lo que significa que puede
ocurrir menstruación aunque no haya tenido lugar la ovulación. Cuando esto sucede
se dice que la mujer tiene un ciclo anovulatorio. Ciclos de esta clase ocurren una o
dos veces al año en mujeres con edades entre los veinte y los treinta años y son muy
comunes en muchachas púberes ( se habla de "esterilidad puberal") y en mujeres
menopáusicas.

16
Otros cambios cíclicos

Dos aspectos fisiológicos del ciclo menstrual merecen destacarse: el ciclo del moco
cervical y el ciclo de la temperatura basal corporal.

El cuello uterino, o cérvix, contiene glándulas que producen cierto tipo de moco
durante todo el ciclo que tiene como función proteger la entrada el cuello manteniendo
fuera las bacterias. La actividad de estas glándulas varía con los cambios de
concentración de los estrógenos durante el ciclo. Así, al aumentar la cantidad de
estrógeno al inicio de un ciclo, el moco es alcalino, grueso, viscoso y opaco. Cuando
la producción de HL empieza poco antes de la ovulación, el moco se modifica mucho;
se vuelve aun más alcalino, pero delgado, acuoso y transparente como clara de
huevo. Por esto durante la ovulación el ambiente del cuello uterino es más
hospitalario en el momento de la ovulación; después de la ovulación el moco regresa
a su condición anterior de más viscosidad y menor alcalinidad. La variación de la
cantidad y las características del moco cervical constituye el fundamento del método
de planificación familiar denominado "método de los Billings" o "método del moco
cervical".

La temperatura basal corporal de la mujer varía ligeramente con las fases del ciclo
menstrual. Los cambios pueden ser medidos oral o rectalmente con un termómetro
especial, capaz de registrar pequeñas oscilaciones. La temperatura se mantiene
"baja" durante la fase folicular y puede, incluso, tener un ligero descenso el día de la
ovulación; al día siguiente aumenta de manera notoria y continúa "elevada" durante el
resto del ciclo. Se sabe que la progesterona aumenta la temperatura basal corporal; la
temperatura más alta que se presenta durante la fase luteínica se debe a la mayor
producción de progesterona durante este tiempo.

Los cambios de temperatura en el ciclo menstrual constituyen la base de otro método


de planificación familiar conocido como "método de la temperatura basal corporal".

MENOPAUSIA

Cambios biológicos

El climaterio es un periodo que dura de 15 a 20 años, aproximadamente de los 45 a


los 60 años de edad, durante los cuales el organismo femenino pasa de tener
capacidad de reproducirse a carecer de esta capacidad.

Aunque el climaterio está caracterizado por una declinación en el funcionamiento de


los ovarios, los cambios que se producen afectan otros sistemas y tejidos. La
menopausia, llamada también "cambio de vida", no es lo mismo que climaterio; es
una parte de este referente a un hecho particular del proceso, el cese de la
menstruación, que ocurre en un período de unos dos años y se inicia alrededor de los
47 años de edad. La menopausia normal se puede presentar entre los 35 y los 60).

Conforme una mujer envejece, la hipófisis continúa produciendo niveles normales de


HEF y HL; son los ovarios los que al envejecer pierden capacidad de responder al
estímulo de estas hormonas. Por consiguiente, los ovarios se vuelven cada vez
menos capaces de responder a la HEF, es decir, de madurar y liberar óvulos. Al
liberarse menos óvulos, la producción cíclica de progesterona se interrumpe, lo que
ocasiona, a su vez, una disminución en los niveles de estrógeno; este último hecho
tiene como consecuencia una merma en la menstruación, pues el estrógeno es
responsable del crecimiento del endometrio en cada ciclo. La hipófisis reacciona

17
mucho ante concentraciones bajas de estrógeno y progesterona, razón por la cual
produce gran cantidad de HEF y HL, hecho que provoca, en consecuencia, un
desequilibrio hormonal mayor. En síntesis, los cambios hormonales de la menopausia
incluyen un descenso en las concentraciones de estrógeno y progesterona y un
desequilibrio ocasionado por altas concentraciones de las hormonas hipofisiarias HEF
y HL.

Síntomas usuales de la menopausia son los llamados "bochornos", cefaleas, mareos,


palpitaciones y dolores articulares. El bochorno es el más conocido y extendido de los
síntomas, descrito por muchas mujeres como una repentina ola de calor que se
desplaza de la cintura hacia arriba; a menudo se presentan eritema (enrojecimiento
de la piel) y "mucha sudoración. Cuando el episodio de calor pasa, es frecuente una
sensación de "frío", acompañada de escalofríos y estremecimientos. La duración y la
frecuencia de los bochornos son variables; pueden durar de unos pocos segundos a
media hora y presentarse de unas pocas a muchas veces al día. En la noche pueden
ocasionar insomnio y sudoración abundante.

Climaterio e Impulso sexual


En el climaterio los cambios físicos también afectan la vagina. Como se sabe, el
estrógeno es responsable de que la mucosa vaginal sea capaz de producir lubricación
como respuesta a la estimulación sexual. Igualmente, la acidez vaginal está
relacionada con la producción de estrógeno. Cuando las concentraciones de
estrógeno disminuyen durante el climaterio, la mucosa vaginal comienza a atrofiarse,
por lo cual se vuelve menos capaz de producir lubricación; al mismo tiempo, las
paredes vaginales se hacen más delgadas y menos elásticas. Uno o ambos de estos
cambios pueden hacer que el coito se vuelva doloroso para la mujer. Sin embargo, la
terapia con hormonas y el uso de un buen lubricante artificial, como la gelatina
lubricante, constituyen remedios eficaces.

Desafortunadamente, muchas mujeres no comunican sus problemas a su compañero


o a su médico, sino que sufren pasivamente y desarrollan aversión al coito. Aparte de
esto, durante el climaterio no ocurre ningún otro cambio físico que impida a la mujer
normal tener actividad sexual satisfactoria o que provoque disminución en su deseo
sexual. Más bien, algunas mujeres informan que su vida sexual mejora después de la
menopausia cuando el temor al embarazo desaparece y pueden manifestar más libre
y espontáneamente sus deseos sexuales. La disminución de la actividad sexual en
las personas llamadas de "tercera edad" puede tener algún fundamento biológico
(disminución del vigor, problemas articulares o musculares, por ejemplo), pero está
fuertemente matizada de prejuicios y creencias muy difundidos en gran cantidad de
sociedades. En realidad, las personas mayores normales y sanas pueden seguir
teniendo actividad sexual satisfactoria.

18
RESPUESTA SEXUAL HUMANA

Efraín Valerlo Charpentier

GENERALIDADES

Se entiende por respuesta sexual humana el conjunto de cambios físicos que se


producen en el cuerpo de la mujer y del varón, ante un estímulo sexual eficaz, es
decir, los cambios que tienen lugar en situaciones sexuales como estimulación mutua
de la pareja, el coito, la masturbación, etc.

Toda persona saludable es capaz de responder a la estimulación sexual, en


circunstancias apropiadas. Aunque la respuesta es distinta en cada persona, existen
algunos patrones básicos que comparten mujeres y varones. La actividad sexual
produce muchas modificaciones en el cuerpo humano, como son un incremento en el
ritmo del pulso y una elevación de la presión sanguínea, hinchazón de ciertos
órganos, contracciones musculares, secreciones glandulares y muchas otras señales
de excitación sexual creciente, hasta que, de repente, toda la tensión es liberada en
una reacción placentera, semejante a una convulsión, conocida como orgasmo.

Los seres humanos pueden ser excitados sexualmente casi todo el tiempo, de
distintas maneras y por gran variedad de estímulos. La excitación puede ser iniciada a
cualquier hora del día o de la noche, por algunos pensamientos, asociaciones o
fantasías de carácter erótico. El tacto es de una enorme importancia en la
estimulación sexual. Algunas zonas del cuerpo que son muy receptivas a la
estimulación sexual reciben el nombre de zonas erógenas ( del griego éros = amor
sexual y gennáo = producir) .En el varón, la más evidente es el extremo del pene,
pero también están las tetillas, el escroto y la región anal. En la mujer, se distinguen el
clítoris, los labios menores y los pechos; además, están el perineo (la región entre los
órganos sexuales externos y el ano), la región anal, las nalgas, la cara interna de los
muslos, la nuca, la boca y las orejas; incluso la espalda, las orejas, el vientre, las
piernas y los pies pueden ser bastante erógenos. No es posible, por este motivo,
poner en una lista todas las zonas erógenas que pueden estimularse con seguridad,
puesto que varían de persona a persona. La mejor manera de averiguar las zonas
erógenas del ser amado es mediante la comunicación, sea verbal o de otro tipo.

La estimulación física de cualquiera de estas zonas puede provocar o incrementar la


excitación sexual. El factor psicológico es también de gran importancia en la
excitación; imágenes mentales en forma de fantasías eróticas, pueden provocar
respuestas sexuales.

Una vez que ha comenzado la excitación sexual, la tendencia natural es aliviar la


tensión que provoca, mediante alguna clase de actividad sexual. Que la actividad se
produzca es algo que depende de las circunstancias. Igualmente, el tipo mismo de
actividad sexual.

La respuesta sexual es muy semejante en las mujeres y los varones, razón por la cual
se puede hablar de una respuesta sexual humana básica. No obstante, para efectos
de mayor claridad, conviene distinguir una respuesta sexual femenina y una
respuesta sexual masculina.

La investigación ha permitido distinguir cuatro fases en la respuesta sexual humana.

19
FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL FEMENINA

1. Excitación

Se creía que la mujer respondía a la estimulación sexual más lentamente que el varón,
pero la investigación científica ha revelado que tal creencia es errónea. La mujer no
sólo puede excitarse sexualmente con gran rapidez, sino que es capaz de
experimentar uno o más orgasmos en unos pocos minutos. Lo que sucede es que la
mujer puede distraerse fácilmente en los primeros episodios de la estimulación, y que
necesita más que el varón una estimulación física continua. Si una mujer es
estimulada del modo que ella prefiere, es capaz de alcanzar orgasmos con tanta
rapidez como un varón.

Como sucede en el pene, las distintas partes del clítoris aumentan de tamaño,
conforme sus tejidos esponjosos se llenan de sangre. Bajo la piel de los labios
mayores, las extremidades clitóricas se hinchan y ocasionan algún levantamiento de
estos dos pliegues vulvares; el cuerpo clitórico se nota más firme y engrosado, el
clítoris se hincha y se enrojece; ambas partes se yerguen un poco y se vuelven no
solo más fácilmente localizables por el tacto, sino también más accesibles a la
estimulación. El útero también comienza a hincharse y es empujado hacia arriba en el
abdomen, lo que contribuye al alargamiento de la vagina.

Bajo la piel y la fina capa muscular de cada uno de los labios mayores, además de las
extremidades clitóricas, existe un tejido esponjoso, denominado bulbo vestibular, que
se llena de sangre, en respuesta a la estimulación sexual. Esta congestión de los
bulbos vestibulares hace aparecer los labios mayores hinchados, cuando la mujer
está sexualmente excitada. Si la mujer no ha tenido hijos, la excitación sexual hace
que los labios mayores se proyecten hacia afuera y expongan la entrada de la vagina.
En la mujer que ha parido, los labios mayores son más grandes; con la excitación se
vuelven aún más voluminosos y exponen más la entrada de la vagina. También los
labios menores se hinchan considerablemente en todas las mujeres y se vuelven de
color rojo oscuro. La esponja perineal, bajo la piel del perineo -la parte que está entre
la vulva y el ano posee un tejido esponjoso, que igualmente se llena de sangre y
contribuye a la hinchazón general de la vulva.

Si bien la hinchazón de las distintas partes de la vulva es fácilmente perceptible, en la


mujer la señal más evidente de excitación es la lubricación de la vagina. En respuesta
a la estimulación, las paredes vaginales comienzan a segregar un líquido claro que
pronto provee a la vagina entera de una capa de humedad, como preparación para el
coito; sin esta lubricación, la introducción del pene en la vagina puede resultar
dolorosa, tanto para la mujer como para el varón. Si la estimulación prosigue, los dos
tercios interiores de la vagina aumentan en longitud y anchura, produciendo un efecto
de ahuecamiento. Hay que recordar que en el estado no excitado las paredes de la
vagina están en contacto.
Durante la excitación, los pezones se ponen erectos, y así se mantienen a lo largo de
otras fases. Pero como la zona oscura alrededor de cada pezón y el pecho entero
también se hinchan, la erección del pezón se vuelve gradualmente menos notable. La
tensión sexual creciente produce contracciones musculares voluntarias e involuntarias
en varias partes del cuerpo, así como un incremento del ritmo del pulso y una
elevación de la presión sanguínea.

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2. Meseta

Esta etapa es la continuación de la fase de excitación. Sólo se produce un ligero


aumento de la longitud y la anchura de los dos tercios interiores de la vagina; pero el
tercio más exterior se congestiona con sangre, lo que hace que esta parte de la
vagina, que estaba algo distendida durante la fase de excitación, se estreche ahora
cerca de un 33%. Este tercio más exterior de la vagina, congestionado y apretado,
más las redes venosas hinchadas de sangre de los labios menores, los bulbos
vestibulares y la esponja perineal, forman lo que se denomina plataforma orgásmica
de esta fase y la siguiente.

Los labios mayores no cambian en esta fase, pero los labios menores se vuelven de
color aún más oscuro, señal de que se acerca el orgasmo. Cuando se alcanza el nivel
de mayor excitación, el glande del clítoris se retrae bajo el capuchón o prepucio
clitórico, por lo cual su estimulación directa es un poco más difícil. Las glándulas de
Bartholin producen unas pocas gotas de líquido durante esta fase o al final de la fase
de excitación.

El útero se eleva más y aumenta algo de tamaño.

Los pechos alcanzan su mayor expansión durante esta fase. Crece la tensión
muscular voluntaria e involuntaria en todo el cuerpo; el pulso y la presión sanguínea
siguen en aumento y la respiración se vuelve más rápida.

3. Orgasmo

El orgasmo es el alivio súbito de las tensiones muscular y nerviosa, en el punto más


alto de la excitación sexual. Es la experiencia más intensa de placer físico que puede
sentir el ser humano. Es semejante en mujeres y varones. Dura tan solo unos pocos
segundos y se experimenta de manera parecida a una rápida sucesión de
convulsiones que afectan todo el cuerpo y conducen a la relajación completa. La
mujer tiene capacidad de experimentar más de un orgasmo en un corto tiempo.
También puede sentir los orgasmos de manera distinta; unas mujeres los tienen
cortos y leves; otras, largos y violentos. Incluso una misma mujer puede sentirlos de
distinto modo en ocasiones diferentes.

En la mujer, el orgasmo comienza con contracciones fuertes y rítmicas de la


plataforma orgásmica, es decir, el tercio más exterior de la vagina. Estas
contracciones, en número de tres a quince, ocurren unas primero en menos de un
segundo y las otras, más débiles, a intervalos más largos. Al mismo tiempo, el útero
también se contrae se forma parecida a como sucede en las primeras fases del parto.
El esfínter anal también se contrae varias veces, al mismo tiempo que la plataforma
orgásmica. En general, se produce una gran tensión muscular, no solo en la región
pélvica o en los órganos sexuales, sino en todo el cuerpo, pero especialmente en la
nuca, los brazos, las manos, las piernas y los pies. El pulso y la presión sanguínea
aumentan algo más que en la fase de meseta, y la respiración es muy rápida. La
intensidad de todas estas reacciones depende, por supuesto, del grado y la duración
de la tensión sexual.

El punto G.

Durante siglos, ha sido motivo de gran discusión en occidente si la mujer presenta uno
o dos tipos de orgasmo. Numerosas anotaciones de médicos han recogido relatos de
mujeres que dicen haber experimentado orgasmos distintos, cuya localización es

21
claramente vaginal, pero siempre ha prevalecido la explicación de que las pacientes
habían sencillamente interpretado mal sus propias sensaciones, pues se ha pensado
que, por las características neurológicas de la vagina, no es posible un orgasmo de
localización u origen vaginal.

El célebre investigador Alfred C. Kinsey insistió en que el clítoris es el órgano


sensible, no la vagina. Los no menos famosos investigadores sexuales William Master
y Virginia Jonson, con base en miles de observaciones y mediaciones directas de la
masturbación femenina y del coito humano heterosexual, aseguran que no existe más
que el orgasmo clitórico y que otras sensaciones que la mujer puede sentir en su
región genital durante el orgasmo, son solo ecos o irradiaciones del orgasmo clitórico.
Múltiples experiencias de mujeres en Europa y América, así como gran variedad de
relatos recogidos en todo el mundo, particularmente en Asia y Oceanía, en relación
con otro tipo de orgasmo , han sido sistemáticamente considerados como un puro
mito, imaginaciones de pueblos primitivos.

De inexacto y poco serio fue calificado el Dr. Ernst Graffenberg, cuando, en 1950,
describió de manera detallada un tipo de orgasmo vaginal, con base en muchas
historias de pacientes y diversas observaciones clínicas. Según este investigador, en
algunas mujeres existe una pequeña zona que se localiza alrededor de la uretra
femenina, a unos 3 cm. de la entrada de la vagina y en la cara superior de ésta, y que
es capaz, si se estimula convenientemente, de desencadenar fuertes sensaciones
eróticas y de conducir al orgasmo, sin necesidad de estimulación clitórica, es decir, a
un orgasmo de tipo vaginal. Las mujeres que lo experimentan lo han descrito como
distinto del orgasmo clitórico, muy profundo, y particularmente placentero.

Esa pequeña zona erógena es conocida ahora como punto de Graffenberg ( Fig. 1) o,
más brevemente, punto G, en honor a quien la localizó y describió y relató
experiencias de muchas mujeres referentes al orgasmo vaginal, por vez primera en
muchos años de la historia de la ciencia occidental. En realidad no fue más que
redescubrir algo de lo que muchos pueblos del mundo hablaban desde hacía siglos.
Varias investigaciones efectuadas en la última década, particularmente las de John O.
Perry, Beverly Whipple y Alice Kahn Kandas, en 1980 y 1981, han establecido, sin que
quepa ninguna duda, que muchas mujeres son capaces de experimentar ambas:
clases de orgasmo.

Como fenómeno adicional, observaciones antiguas y recientes, entre estas


jltimas1asde Graffenberg en 1950, las de Lowndes y Bennet en 1978 y las de Perry ,
Whipple y Kandas a finales de la década de los 70 y principios de la de los 80, hablan
de que algunas mujeres pueden expulsar, en el momento del orgasmo, cierta cantidad
de un líquido claro a lechoso cuyo origen no es vaginal. La cantidad de líquido varía
mucho de una mujer a otra -desde unas pocas gotas a varios mililitros -y se conoce
como eyaculación femenina. El líquido es distinto de la orina y del semen, pero tiene
bastante afinidad con el líquido prostático. Al parecer, es producido por una sección
del tejido esponjoso que rodea la uretra femenina, esto es, el centro del orgasmo
vaginal o punto G. Esta sección de la esponja uretral consiste en un sistema de
glándulas y conductos finos que rodean la uretra; es homóloga de la próstata, esto es ,
ambos órganos tienen origen en idénticos tejidos y estructuras embrionarias.

4. Resolución

Después del orgasmo, los órganos sexuales -y con ellos todo el cuerpo - requieren
algún tiempo para volver al estado no excitado. En la fase de resolución, los labios
mayores pueden tardar hasta tres horas para regresar a su estado no excitado; los

22
labios menores pasan del rojo oscuro al color más claro no excitado, en diez
segundos; el glande del clítoris vuelve a su posición original en unos diez segundos; la
plataforma orgásmica desaparece rápidamente, aunque la totalidad de la vagina
necesita hasta quince minutos para volver a su color, tamaño y posición normales; el
útero tarda unos veinte minutos en volver a su estado de reposo. Los pechos retornan
a su estado normal, el pulso y la presión sanguínea bajan y la respiración se vuelve
lenta.

A diferencia de lo que sucede en el varón, la mujer no experimenta el llamado periodo


refractario característico del varón (ver más adelante "Fases de la respuesta sexual
masculina", 4 "Resolución" ), o ése es tan corto que no se nota. Más bien, si la
estimulación continúa, muchas pueden llegar a experimentar más orgasmos después
del primero, en una sucesión rápida. Esta particularidad se denomina capacidad
multiorgásmica. Por supuesto, si la mujer siente varios orgasmos seguidos, la fase de
resolución no comienza hasta después de experimentar un último orgasmo.
La ausencia de un periodo refractario en la mujer, hace que en ésta la saciedad sexual
sea más difícil de alcanzar particularmente si la estimulación sexual es ineficaz o
insuficientemente prolongada. La saciedad sexual en la mujer parece depender más
de otros mecanismos fisiológicos (cansancio) o de factores psicológicos (
condicionamiento) , que de una verdadera incapacidad temporal para responder a más
estimulación.

FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL MASCULINA

1. Excitación

La señal más evidente de excitación masculina es la erección del pene: este órgano
aumenta de tamaño, tanto en longitud como en grosor, y se pone rígido; los tres
cuerpos eréctiles que contiene -los dos cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso -se
llenan de sangre, lo que provoca que el pene crezca y se ponga erguido. Mientras esto
sucede, los músculos del escroto se encogen y se engruesan; los testículos son
empujados hacia el abdomen, al contraerse los conductos deferentes. Al crecer la
excitación, aumenta la tensión muscular, el pulso se acelera y la presión sanguínea se
eleva .

2. Meseta

Esta fase es la continuación de la fase anterior. La denominación hace referencia a


que el nivel de excitación alcanzado se mantiene durante algún tiempo antes del
orgasmo. En esta fase, sube la tensión muscular en todo el cuerpo; el ritmo del pulso y
la presión sanguíneo siguen en aumento, y la respiración se hace más rápida. El pene
no experimenta cambios importantes, aunque sí aumenta un poco el diámetro del
glande. Los testículos se hinchan considerablemente y son empujados aun más hacia
el abdomen. Las glándulas de Cowper segregan unas pocas gotas de líquido claro
que pueden aparecer en el extremo del pene, en la abertura de la uretra. Estas gotas
pueden contener algunos espermatozoides, un hecho que deben tener en cuenta las
parejas que desean evitar el embarazo.

3. Orgasmo

En el varón, el orgasmo se acompaña regularmente de eyaculación, pero ambos son


procesos separados. Antes de la pubertad, los varones pueden experimentar
orgasmos, pero no eyaculan, puesto que la glándula prostática y las vesículas
seminales no comienzan a producir fluidos hasta entrada la pubertad.

23
Durante el tiempo anterior a la actividad sexual, los espermatozoides han subido de
los testículos a través de los conductos deferentes y han quedado almacenados en
una especie de sacos situados junto a la próstata, llamados ampollas de los conductos
deferentes. Las ampollas y las vesículas seminales vierten sus contenidos al hacia la
uretra por medio de los conductos eyaculadores, en tanto la próstata lo hace mediante
los conductos excretores. La vesícula seminal y la próstata vierten líquidos mucosos
que facilitan el desplazamiento de los espermatozoides y constituyen su vehículo
hacia el exterior. La mezcla de espermatozoides con los líquidos seminal y prostático
constituye el semen.

En la eyaculación se distinguen dos etapas. La primera es la etapa de emisión (Fig. 4


c), que dura apenas unos segundos y ha sido llamada por Masters y Johnson
"jnevitabilidad eyaculatoria". Es la sensación que tiene el varón un momento antes de
eyacular, cuando comienza a perder el control voluntario de sus movimientos. Esta
sensación surge de las contracciones del esfínter interno de la uretra, de la ampolla de
los conductos deferentes, las vesículas seminales, la próstata y el esfínter externo de
la uretra, que empujan el eyaculado hacia un bulbo en la base de la uretra prostática,
por lo cual ése se expande. Mientras esto ocurre, el diámetro del glande aumenta. La
eyaculación es inevitable.

La segunda etapa es denominada etapa de expulsión (Fig. 4 d). Consiste en el avance


del semen desde el bulbo de la uretra prostática , a lo largo del resto de la uretra,
hasta ser expulsado al exterior por el meato uretral del glande. Mientras el esfínter
interno de la uretra permanece cerrado, el avance del semen ocurre por la contracción
rítmica y violenta del esfínter externo de la uretra, de los músculos que rodean ésta, de
los cuerpos esponjoso y cavernosos del pene y de los músculos transversos del
perineo, situados en la base del pene. Al mismo tiempo, también se contrae
rítmicamente el esfínter anal. Todas estas contracciones se producen inicialmente a
intervalos de 0,8 segundos para las primeras tres o cuatro, pero luego las
contracciones disminuyen y se debilitan, hasta extinguirse en cosa de varios
segundos. Como consecuencia de estas contracciones, el semen emerge en forma de
varios chorros rápidos. La cantidad de semen eyaculado varía de 2 a 6 ml, es decir,
aproximadamente, una cucharadita. El orgasmo se acompaña de acometidas pélvicas
y espasmos musculares. Durante el orgasmo, el pene alcanza sus dimensiones
máximas.

Aunque la contracción espasmódica de algunos órganos sexuales y la eyaculación


son los signos más notorios del orgasmo masculino, hay que recordar que éste afecta
todo el cuerpo. Así, el esfínter anal se contrae varias veces al mismo ritmo que los
órganos sexuales; la respiración se hace más rápida, el ritmo del pulso y la presión
sanguínea crecen aun más que durante la fase de meseta. El alivio súbito y convulsivo
de esta tensión general es lo que constituye el orgasmo; la eyaculación del semen es
solo un fenómeno incidental en este alivio tensional.

1. Resolución

Una vez que ha tenido lugar el orgasmo, los órganos sexuales -y con ellos todo el
cuerpo necesitan tan solo un tiempo corto para volver al estado anterior no excitado.
La duración de esta etapa de resolución es directamente proporcional a la extensión
de la etapa de excitación. El cambio más notorio es la pérdida de la erección, que
ocurre en dos etapas. En la primera etapa , la mayor pérdida se produce después de
la eyaculación; el pene se reduce aproximadamente un 50% de su tamaño en estado
de erección.
En la segunda etapa, se produce la reducción hasta el tamaño de reposo que tarda
más tiempo, particularmente si las fases de excitación y de meseta se han prolongado.

24
Después del orgasmo, el varón experimenta lo que se denomina el período refractario,
un lapso durante el cual no puede responder a una estimulación adicional o nueva; es
decir, no es capaz de tener inmediatamente otra erección y otro orgasmo. Este
período puede ser corto en algunos sujetos y prolongado en otros; en general se
alarga con la edad.

25
8. MÉTODOS DE PLANIFICACIÓN FAMILIAR

Efraín Valerio Charpentier

INTRODUCCIÓN

Los métodos de planificación familiar, denominados también métodos de regulación


voluntaria de la natalidad o métodos anticonceptivos, son un conjunto de medios que
están disponibles para las parejas que desean evitar el embarazo o planificar el
tamaño de su familia. No existe ningún método absolutamente seguro que pueda ser
usado por todas las parejas en cualquier circunstancia, y que esté libre de dificultades
o efectos indeseables. No obstante, si la pareja no desea tener un hijo o quiere
espaciar los nacimientos, un método anticonceptivo resulta más seguro que no usar
ninguno. La eficacia de un método depende, en gran medida, de la regularidad y la
propiedad con que se practique, así como de la entera aceptación por ambos
miembros de la pareja.

En el Concilio Vaticano II (1962-1964), el clero de la Iglesia Católica, Apostólica y


Romana ha reconocido el derecho de los cónyuges a planificar el tamaño de la familia,
cuando medien buenas razones y se empleen métodos moralmente válidos. En el año
1968, la Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos reconoció la planificación
familiar como un derecho humano, por lo cual la Declaración Universal de Derechos
Humanos, a partir de ese año, incluye tal derecho.

RAZONES A FAVOR Y RAZONES EN CONTRA DEL USO DE MÉTODOS DE


PLANIFICACIÓN FAMILIAR

Aun cuando los métodos de planificación familiar están muy difundidos en todo el
mundo, y tienen, en general una gran aceptación, es bueno conocer de modo breve
tanto las razones que favorecen su utilización, como aquéllas opuestas a su uso.

Motivos para utilizar métodos de planificación familiar

1. Evitar riesgos de salud para la madre. Para algunas mujeres, un embarazo y un


parto pueden ser peligrosos para su salud, o hasta pueden representar riesgo de
muerte. En este caso, las medidas anticonceptivas tienen como finalidad evitar
situaciones graves.

2. Espaciar los embarazos. Los embarazos muy seguidos no son convenientes, ni


para la salud de la madre, ni para la del bebé. Cuando los nacimientos distan entre sí
alrededor de un año, la tasa de mortalidad de los bebés es 50% más elevada que
cuando los nacimientos tienen una separación de dos años.

3. Evitar el nacimiento de niños con defectos. A veces existe un alto riesgo de que
la mujer tenga un hijo con algún defecto grave: cuando tiene 35 o más años de edad;
cuando ella o su compañero pertenecen a familias en que se da una alta frecuencia de
enfermedades hereditarias; cuando ella o su compañero han estado expuestos a altas
dosis de radiación, capaces de afectar seriamente los óvulos o los espermatozoides.
En estos casos, para algunas parejas resulta muy conveniente el empleo de métodos
anticonceptivos.

4. Favorecer la adaptación psicológica y sexual de la pareja. Durante su primer


año de convivencia, más o menos, toda pareja debe pasar por una importante etapa
de ajuste psicológico, sexual, económico. Un embarazo en los primeros meses de
convivencia, puede añadir una importante carga adicional de tensión, dificultades de

26
ajuste sexual y problemas económicos para los que la pareja no está aún bien
preparada. La espera de uno o dos años antes de buscar el embarazo, permite una
mejor adaptación a la vida en pareja, una más conveniente planificación de la
administración del hogar, así como la exploración y el aprendizaje sexuales más libres
y espontáneos, que favorecen la satisfacción íntima de la pareja. Para las parejas que
desean posponer el embarazo por estas razones, los métodos de planificación familiar
pueden resultar muy útiles.

5. Limitar el número de hijos. En muchas partes del mundo, la mayor parte de las
parejas actuales, por diversas razones, desea tener sólo dos o tres hijos. Por tanto, las
medidas anticonceptivas permiten a la pareja tener un número de hijos planeado de
antemano.

6. Evitar el embarazo en parejas solteras. La intimidad sexual en parejas solteras es


hoy un fenómeno común en muchas sociedades. Y aun cuando se acepta o se tolera
más la convivencia de parejas solteras, se considera que no es deseable tener hijos
en estas condiciones, particularmente si se trata de personas muy jóvenes. Una pareja
soltera puede tener varias razones para no querer el embarazo: ser muy joven,
incapaz de sostenerse así misma y a un hijo; la educación puede verse interrumpida;
puede surgir la obligación de trabajar, con frecuencia en puestos poco calificados y de
baja remuneración económica, etc.

7. Permitir más oportunidades de realización a la mujer. Cada día hay más


mujeres que desean una carrera profesional, un buen trabajo y una mayor y más
satisfactoria actividad social e intelectual. Esto es consecuencia del cuestionamiento
de que ha sido objeto el papel tradicional de la mujer en la familia y la sociedad, así
como del creciente impulso de la igualdad de oportunidades para la mujer en todos
los campos de la actividad humana. La regulación de la natalidad permite a la pareja
planear el número de hijos y el espaciamiento entre los nacimientos, con lo cual se
hacen compatibles la maternidad y otras importantes aspiraciones de la mujer.

8. Regular el crecimiento de la población. En muchas regiones del mundo, el


tamaño de la población aumenta en forma desmesurada, pero la producción de
alimentos y la satisfacción de otras necesidades fundamentales son insuficientes para
atender a todos. Esto genera grandes problemas para los gobiernos y las economías
de los países afectados. La contraconcepción resulta, entonces, importante, no sólo
por conveniencias personales, sino por el bienestar de la sociedad entera. Muchos
países se han visto en la necesidad de establecer vigorosas políticas y acciones
dirigidas a limitar el crecimiento poblacional.

Argumentos en contra del uso de métodos de planificación familiar.

Algunas personas se oponen a la contraconcepción, particularmente a ciertos


métodos. Las siguientes son las principales razones que aducen.

1. Argumentos éticos. Algunas congregaciones religiosas rechazan de plano


cualquier medio de regulación de los nacimientos. La Iglesia Católica Romana y otras
iglesias cristianas sólo admiten como legítimos para un cristiano los métodos basados
en la abstinencia sexual durante el periodo fértil del ciclo menstrual. Argumentan que
los otros métodos violan la "ley natural, porque implican destrucción de vida o del
potencial para la vida. El catolicismo sólo acepta los llamados métodos de "abstinencia
periódica", o "naturales". Para la Iglesia Católica Romana, la única forma verdadera-
mente auténtica de planificación familiar es la llamada "natural", porque -declara -
incluye: a) respeto a la salud de la mujer y del varón; b) respeto a sus valores étnicos,

27
culturales y religiosos; c) capacidad flexible para adaptarse tanto a los problemas de
exceso de población, como de disminución de esta. Sin embargo, la investigación ha
revelado que ésta es la posición del clero, porque en todo el mundo un número muy
alto de católicos emplea métodos no autorizados por Roma.

2. Pérdida de espontaneidad. Para muchas personas, el uso de ciertos métodos


resta espontaneidad a la actividad sexual y a la vida íntima de la pareja en general:
colocarse un condón o un diafragma, aplicarse espuma anticonceptiva, tomar
diariamente la píldora, estar pendiente de los días fértiles del ciclo, etc.

3. Riesgo para la salud. Otro argumento es que el empleo de métodos implica cierto
riesgo para la salud, particularmente de la mujer. Si bien esto es verdad, en cierta
medida, en el caso de algunos métodos, es preciso señalar que otros son inocuos,
aunque puedan resultar algo incómodos.

4. Genocidio lento. En opinión de algunas personas, la utilización generalizada de


medios de planificación familiar puede ser una práctica de dominación política,
impuesta por algunos países poderosos, como medio de control de zonas
subdesarrolladas del mundo.

UNA CLASIFICACIÓN DE LOS MÉTODOS DE PLANIFICACIÓN FAMILIAR.

Existen muchos métodos para regular la natalidad, unos aún en etapa experimental.
Aquí se incluyen sólo los de mayor difusión en todo el mundo.

Algunos autores ordenan los métodos en dos categorías, modernos, que emplean
medios químicos, mecánicos o quirúrgicos, y de abstinencia periódica, basados en la
privación del coito durante el periodo fértil del ciclo menstrual. Pero esta clasificación
es inexacta, por cuanto, si bien la continencia se ha empleado por centurias como una
forma de evitar el embarazo, los principios en que se fundamentan los métodos de
abstinencia periódica corresponde a descubrimientos recientes en la biología de la
reproducción humana, de modo que, en este sentido, también son modernos. Otros
autores los clasifican en naturales y artificiales. De acuerdo con este ordenamiento, los
primeros se basan en el reconocimiento de los días fértiles de la mujer, exigen
abstinencia del coito durante este lapso y excluyen cualquier medio tenido por
impropio; los artificiales, por otro lado, usan distintas sustancias, dispositivos y otras
prácticas definidas como "innaturales". Sin embargo, cabe cuestionar si las
condiciones, tareas y otras exigencias de estos métodos, pueden considerarse
"naturales":
Privarse del coito por periodos más o menos prolongados; señalar días en un
calendario, todos los meses; examinar reiteradamente el moco cervical, durante varios
días, después de la menstruación; medir y anotar la temperatura corporal todos los
días, trazar gráficos de las temperaturas, etc. Aquí se sigue otra clasificación:
reversibles e irreversibles.

A. Los métodos reversibles son aquellos cuyo uso puede ser interrumpido, si la
pareja en algún momento decide tener un hijo.

B. Los métodos Irreversibles provocan esterilidad permanente, y son empleados por


quienes no desean en absoluto un embarazo o tener más hijos. Sólo en algunos casos
técnicas quirúrgicas especiales pueden restablecer la fertilidad.

Tasas de fracaso de los métodos


Los métodos tienen diferentes tasas de fracaso, debidas a una variedad de factores
concernientes a los métodos en sí y al modo de empleo. Esas frecuencias se expresan

28
por medio de dos tasas, la tasa teórica de falla y la tasa real de falla.

La tasa teórica de falla, o tasa teórica de fracaso, se refiere al fracaso del método en
condiciones hipotéticas en que el método se aplica correctamente. Toma en cuenta
únicamente las características propias del método (químicas, fisiológicas, mecánicas,
etc.. Se expresa como porcentaje de falla teórica, que representa el número de
embarazos que se producirían teóricamente por cada 100 mujeres o parejas, al
término de un año de empleo.

La tasa real de falla, o tasa real de fracaso, es la que se produce realmente, cuando el
método es empleado por las personas. Incluye no sólo los fracasos debidos al método
mismo, sino que considera tallas ocasionadas por el error o el uso inadecuado, es
decir, contempla factores humanos; por ejemplo, la mujer olvidó tomar la pastilla; la
temperatura del cuerpo fue leída incorrectamente; la pareja no se abstuvo del coito por
circunstancias particulares, etc. La tasa real de falla surge de las estadísticas que
proporcionan las investigaciones. Se indica como porcentaje de falla real, que
simboliza el número de embarazos que ocurren por cada 100 mujeres o parejas que
usan el método, al cabo de un año de utilización. Si un método determinado tiene una
falla del 20%, significa que en el lapso de un año se produjeron 20 embarazos por
cada 100 mujeres o parejas que lo usaban.

A. MÉTODOS REVERSIBLES

Se incluyen aquí los métodos anovulatorios, los métodos de abstinencia periódica, el


coito interrumpido y el dispositivo intrauterino.

1 MÉTODOS ANOVULATORIOS

Se llaman también métodos hormonales. Con ellos, la evitación del embarazo se


consigue fundamentalmente por medio de la introducción, en el organismo femenino,
de una sustancia de naturaleza hormonal que impide que los óvulos lleguen a la
madurez. Hay varias modalidades; las más conocidas son la pastilla, los inyectables y
los implantes.

1.1 La pastilla o píldora anticonceptiva

La mayor parte de las pastillas anticonceptivas son de un tipo compuesto que contiene
estrógeno y alguna progestina, es decir, una progesterona sintética. El estrógeno
introducido en el organismo femenino a comienzos del ciclo menstrual, inhibe la
elaboración de HEF en la hipófisis, por lo cual el mensaje químico para la ovulación no
se produce. La progestina provoca que el moco cervical se mantenga espeso y, por
consiguiente, hostil al paso de los espermatozoides. Pero hay pruebas de que algunos
de los tipos de pastillas que se han empleado por años, podrían provocar cambios en
la constitución del endometrio, de modo que aun si llegara al útero un óvulo
fecundado, no sería posible la implantación. Esto significa que algunas pastillas
anticonceptivas tendrían un efecto microabortivo; es decir, al menos una de las
sustancias de la pastilla -la progestina- podría provocar el aborto en las primeras fases
del desarrollo embrionario. Datos recientes de la investigación médica señalan que los
anticonceptivos orales modernos carecerían de tal acción sobre el endometrio.

Se venden muchas marcas de pastillas anticonceptivas, con proporciones diferentes


de estrógeno y progestina, pero existen dos tipos básicos: unas vienen en paquetes de
21 unidades, otras en paquetes de 28 unidades. La primera vez que se usan, sean de
un tipo o de otro deben comenzarse cierto número de días después del inicio de la
menstruación; en este aspecto, las distintas marcas comerciales varían, motivo por el

29
cual es aconsejable la consulta con el médico. Pero, en general, las del paquete de 21
unidades se toman todos los días hasta que se acaben; se dejan de tomar durante
siete días y luego se comienza un nuevo paquete al octavo día. Las de 28 unidades se
toman todos los días, de modo que cuando se termina un paquete se comienza otro al
día siguiente.

También hay pastillas que únicamente contienen una progestina como ingrediente
activo. Su mecanismo de acción no está claro aun. No obstante, a partir del efecto
conocido de la progestina en el organismo femenino, algunos autores hacen la
observación de que es muy probable que modifiquen las características del
endometrio, de modo que impedirían la anidación del óvulo fecundado; es decir,
podrían actuar como microabortivos. Con las nuevas dosificaciones de progestina, los
productos más modernos estarían libres de tal efecto.

Ventajas

* Es un método de alta eficacia.


* Es independiente del coito, es decir, no hay que aplicarlo en el momento, lo cual
facilita las relaciones sexuales.
* Ayuda a tratar las menstruaciones irregulares, la pérdida excesiva de sangre y los
calambres menstruales.

Desventajas

* El método requiere receta médica.


* Debe tomarse todos los días, y hay riesgo de olvido.
* Cada pastilla da protección sólo durante 24 horas.
* En algunas mujeres, puede provocar electos indeseables: aumento de la presión
arterial, náusea, vómito, aumento de peso, incremento del flujo vaginal, manchas en la
cara, vaginitis y depresión.
* No todas las mujeres pueden tomarla. Los métodos no la recetan en casos de
diabetes, várices, alta presión, problemas cardiacos y circulatorios, jaqueca frecuente,
obesidad, sangrados vaginales fuera del periodo menstrual, hepatitis, cirrosis, cáncer
de la mama o del útero y otras dolencias.
*Las fumadoras no deben tomar la pastilla, porque el riesgo de ataque cardiaco es
mayor entre ellas si emplean el método.
* En algunos casos, se ha visto que el consumo prolongado de ciertas clases de
pastilla, provoca un estado de esterilidad que requiere tratamiento médico. Según los
especialistas médicos, los anovulatorios orales modernos carecerían de esta
consecuencia.

Los anticonceptivos orales con dosis altas de hormonas sintéticas producen efectos
indeseables más severos, en muchas mujeres. Por esta razón, existe en la actualidad
una fuerte tendencia a prescribir fórmulas de dosis bajas.

NOTA: La tasa teórica de talla es de un O, 34%. El promedio de talla real es de un


5%, que se debe principalmente a uso inadecuado (olvido)

Si la mujer olvida tomar la pastilla un día, deberá tomar dos al día siguiente, una
en la mañana y otra en la tarde. Si olvida tomarla dos días, deberá tomar dos
durante los dos días siguientes, una en la mañana y otra en la tarde; deberá usar
otro método adicional (por ejemplo, el condón) Si olvida tomarla durante tres
días, deberá suspender la pastilla hasta la próxima menstruación y emplear otro
método durante todo el resto del ciclo.

30
1 2 Los anticonceptivos Inyectables

Estos productos también contienen progestinas. Su efecto se prolonga por uno o


varios meses, según el tipo de que se trate El médico receta el que más convenga en
cada caso Como las pastillas, impiden la ovulación. No obstante, se han encontrado
importantes pruebas de que algunos productos a base de progestinas inyectables que
se han usado para regular la natalidad, pueden modificar de tal modo el endometrio
que aun cuando hubiese fecundación, el embrión no podría implantarse; esto es, su
acción seria microabortiva. Los especialistas médicos piensan que los productos
modernos, con nuevas dosificaciones de progestina y una acción de dos a tres meses,
estarían más libres de dichos efectos.

Ventajas

* Tienen una alta eficacia.


* Brindan protección por periodos largos.
* Son independientes del coito, por lo que facilitan las relaciones sexuales.

Desventajas

* Algunos alteran el ciclo menstrual. Pueden causar ausencia de sangrado, sangrado


irregular; cambios en la frecuencia, la duración y la cantidad de sangrado.
• Algunos inyectables empleados como anticonceptivos han producido en
algunas mujeres aumento o disminución de la presión sanguínea y otros
efectos indeseables parecidos a los de la pastilla, pero más intensos y aun
graves. Los productos modernos tienen, sin embargo, menos efectos se-
cundarios.

* Como en el caso de la pastilla, están contraindicados para muchas mujeres que


tienen diversos tipos de padecimientos.
* Por ser su acción de larga duración, no puede ser anulada en caso de que se
presenten efectos indeseables. Únicamente cabe el control médico de tales efectos.
* Con mucha frecuencia, productos inyectables empleados como anovulatorios, han
producido esterilidad. La usuaria no ha recuperado la fertilidad hasta pasados cuatro o
cinco meses del abandono de su empleo. En algunos casos, la recuperación de la
fertilidad ha sido difícil y ha requerido tratamiento especializado. Los especialistas
médicos piensan que los inyectables modernos no estarían libres de dicha
consecuencia.

Por la gravedad de los efectos indeseables que se han producido en muchas mujeres,
algunos productos inyectables que se han empleado como anticonceptivos, están
contraindicados y hasta prohibidos en varios países. De acuerdo con datos recientes,
los anticonceptivos inyectables modernos no tendrían efectos adversos graves.

NOTA: La talla teórica es de casi 0%. La tasa real de talla es muy variable en las
distintas investigaciones disponibles y se refiere a productos distintos. De
acuerdo con la literatura, fluctúa entre 0,2% a 6,2%. El fracaso se debe, según
parece, a que no en todos los casos las progestinas impiden la ovulación en las
primeras semanas de uso.

1.3. Los Implantes de progestágenos

Se trata de pequeños artefactos cilíndricos de una sustancia inerte que se implantan

31
bajo la piel del brazo. Contienen un progestágeno llamado levonorgestrel, el cual
liberan lentamente durante cinco años.
Los implantes han estado en estudio por más de dos décadas, hasta que finalmente
se desarrollaron en la forma del sistema Norplant. La OMS considera que es un
método eficaz, reversible y de larga duración, por lo cual constituye una opción para
mujeres que desean una anticoncepción prolongada. El Norplant se encuentra en el
mercado desde 1991, aunque aún no está disponible en muchos países.

Consiste el método en seis pequeñas varillas de un material denominado silastic R


que contiene el levonorgestrel. Más recientemente se ha desarrollado el Norplant 2,
que consta sólo de dos varillas.

Tanto para colocarlo como para retirarlo, se debe contar con un ambiente clínico
adecuado y debe ser manejado por personal especializado. La inserción y la remoción
requieren una incisión en la piel del brazo, a través de la cual se insertan ose retiran
las varillitas. Se remueven cada cinco años, al cabo de los cuales, si la usuaria lo
desea, se coloca un nuevo juego. Por supuesto, pueden ser retiradas si se presentan
efectos indeseables o no se desea más la anticoncepción. El Norplant se coloca en los
primeros siete días desde el inicio de la menstruación o a las seis semanas del parto.

Son tres los posibles modos de acción: inhibe la ovulación; hace que el moco cervical
se vuelva escaso y viscoso, condiciones que lo hacen hostil a los espermatozoides;
impide el desarrollo del endometrio. En este último caso, su acción sería
microabortiva, pues si ocurriese la fecundación, el embrión no podría anidarse.

Ventajas

* Es de larga duración y muy eficaz.


* Puede ser removido en caso necesario.
* No contiene estrógeno, por lo cual se evitan los efectos de éste cuando los
estrógenos estén contraindicados, como es el caso de mujeres que se encuentran al
final de sus años fértiles.

Desventajas

* Su inserción y su remoción requieren una pequeña cirugía.


* Sólo puede ser administrado por personal especialmente capacitado. Es más fácil
colocarlo que quitarlo.
* Puede provocar hemorragias irregulares, dolores de cabeza, mareos, aumento de
peso.
* Está contraindicado para mujeres que padecen enfermedad hepática aguda, o
sangrados uterinos de causa desconocida o que tienen antecedentes de enfermedad
cardiovascular. No se deben usar cuando hay embarazo o se sospecha que existe o
cuando se han presentado alteraciones en la coagulación sanguínea.
* Produce aumento en los días de menstruación, sangrado intermenstrual amenorrea,
en el 50% de los casos, durante el primer año de uso.
* Algunos medicamentos hacen disminuir su eficacia.

NOTA: La talla teórica es de casi 0%. En la práctica, la talla es de 1% en el primer


año de uso. No obstante, después de varios años su eficacia puede disminuir en
mujeres de más de 70kg de peso.

32
2. MÉTODOS DE BARRERA

Impiden que los espermatozoides alcancen el óvulo. Si para evitar la fecundación


emplea algún objeto, el método es mecánico; si utiliza alguna sustancia líquida o
espumosa, el método es químico.

2.1 Métodos mecánicos

Los tipos más difundidos son el condón y el diafragma. Un condón femenino, que se
coloca dentro de la vagina, está disponible sólo en algunos países, luego de una etapa
de investigación.

2.1.1 El condón

Se conoce también como preservativo o profiláctico. Es una especie de vaina muy


delgada, hecha de hule, en la cual se introduce el pene para impedir que el semen
sea depositado en la vagina. Se pone sobre el pene erecto, antes de iniciar el coito,
dejando en el extremo un espacio para el semen. Al final del coito, estando el pene
aún erecto, y antes de retirarlo de la vagina, se debe sostener el anillo del condón,
para evitar que este resbale y se quede en la vagina, lo que ocasionaría que el semen
se derrame allí.

Ventajas

* No requiere receta médica.


* Es barato.
* Es fácil de usar.
* Brinda alguna protección contra enfermedades de transmisión sexual.

Desventajas

* Debe colocarse en el pene, antes de cada coito.


* Impide el contacto directo entre el pene y la vagina.
* Aunque no es frecuente, puede romperse o presentar perforaciones.
* Algunos varones manifiestan que afecta la sensibilidad del pene.
* En algunas mujeres, puede provocar irritación.

NOTA: El condón tiene una tasa teórica de fracaso de un 3%; en promedio, la


talla real es de un 10%, que se debe a uso inadecuado y a roturas o
perforaciones

2.1.2 El diafragma

Es una pieza circular, hecha de hule, en forma de cúpula, que se inserta en la vagina y
se coloca bien desde el cuello de la matriz hacia adelante, de modo que impida la
entrada de los espermatozoides. Variantes menos conocidas del diafragma son el
capuchón cervical y las copas cervicales, de tamaño más pequeño, que se ajustan
directamente sobre el cuello uterino

La mujer debe consultar al ginecólogo para que le prescriba el diafragma de tamaño


adecuado, y le enseñe a insertarlo y retirarlo.
Después del coito, el diafragma debe dejarse puesto durante doce horas. Su eficacia
aumenta cuando se combina con el uso de un espermaticida.

33
Ventajas

* Es muy durable.
* Sólo se usa cuando se va a tener coito.

Desventajas

* Requiere receta médica e instrucción para aprender a colocarlo y quitarlo.


* Si no se coloca bien, puede fallar.
* Cuando se combina con un espermaticida, puede provocar irritaciones.
* Para algunas mujeres resulta incómodo, debido al largo tiempo que debe
permanecer puesto.
* Después de usado, debe ser lavado bien y examinado para observar que no tenga
ningún daño.

NOTA: El diafragma tiene una tasa teórica de fracaso de un 3%; en promedio, el


fracaso real es de un 17%

2.2 Métodos químicos: los productos espermaticidas

Se producen en forma de dos tipos principales. Uno agrupa cremas, espumas y jaleas;
otro incluye tabletas y supositorios vaginales. Contienen sustancias que matan los
espermatozoides.

Los del primer tipo se envasan en recipientes de plástico o de metal. Traen un


aplicador plástico que, antes del coito, se llena con el producto y se inserta en la
vagina; el espermaticida se empuja mediante un émbolo que trae el instrumento, de
forma que la sustancia quede cerca del cuello de la matriz; luego el aplicador se retira.

Las tabletas y los supositorios vaginales se introducen en la vagina con el dedo índice,
tan profundamente como sea posible. Es necesario esperar unos cinco minutos a que
los supositorios se fundan con el calor del cuerpo, o a que las tabletas se disuelvan
con la humedad vaginal.

Los productos espermaticidas deben dejarse en la vagina de seis a ocho horas


después del coito. Una aplicación de crema, jalea o espuma anticonceptivas, un
supositorio o una tableta vaginales, proporcionan protección para un coito. En general,
la seguridad de estos productos aumenta cuando se combinan con otro métodos,
como el diafragma o el condón.

Ventajas

* No requieren receta médica.


* Son fáciles de usar.
* Pueden ser empleados en cualquier ocasión.

Desventajas

* Deben aplicarse antes de cada coito.


* En algunos varones y mujeres, pueden producir irritaciones o reacciones alérgicas.
* Son untuosos y ensucian.

NOTA: Los espermaticidas tienen, en conjunto, una talla teórica de un 3%; la


tasa real de fracaso es de más del 20%

34
3. MÉTODOS DE ABSTINENCIA PERIÓDICA

Se denominan también métodos de reconocimiento de la fertilidad, o métodos


naturales de planificación Hoy no se familiar o planificación familiar natural. Con estos
métodos el embarazo se evita absteniéndose del coito durante los días de cada ciclo
en que la mujer es fértil, es decir, cuando tiene un óvulo que puede ser fecundado.

Si bien algunos se conocen desde los años 30, en los últimos años distintas
modalidades han recibido un considerable impulso de numerosas instituciones y
grupos en todo el mundo, fundamentalmente por tres razones: no se utilizan
preparados hormonales, sustancias químicas o dispositivos que ofrezcan algún riesgo
a la salud o que ocasionen molestias o incomodidad; producen un mejor conocimiento
del ciclo menstrual y de otros aspectos de la sexualidad humana; favorecen la
comunicación en la pareja.

Constituyen los únicos métodos de planificación familiar aceptados por el clero de la


Iglesia Católica Romana, aunque un buen número de estudios revela que las mujeres
católicas que se inclinan por su empleo están muchísimo más motivadas por la
protección de su salud (evitación de posibles efectos de otros métodos) que por
criterios de tipo moral- religioso.

Por otra parte, muchos católicos son usuarios de métodos no autorizados, por
considerarlos más seguros y fáciles y no requerir abstinencia.

La eficacia de estos métodos ha sido ampliamente difundida en una variada literatura


científica. Del examen de los hallazgos de numerosos estudios, los expertos concluyen
que estos métodos funcionan muy bien. Las tasas reales de fracaso han sido tan bajas
como de 2% a 1% en grupos pequeños de usuarios muy motivados, bien instruidos y
con buen seguimiento

No obstante, al analizar críticamente estudios efectuados en grupos de usuarios muy


diversos en contexto cultura, educación, condición socioeconómica, estado civil, edad,
número previo de hijos, etc., varios investigadores han obtenido, en países
desarrollados, tasas reales de fracaso que oscilan entre 10% y 15%, para el conjunto
de los cuatro métodos principales de este tipo (las tasas significan que de cada 100
mujeres usuarias, entre 10 y 15 quedan embarazadas en el primer año de uso de
estos métodos)

De acuerdo con los expertos, los fracasos tienen su origen en uno o más de los
siguientes principales factores, citados sin orden de importancia: fallas en la
instrucción; fallas en la comprensión de los usuarios; errores en la observación, la
anotación, la lectura y la interpretación de signos indicativos de cambios en el ciclo
menstrual; variaciones naturales imprevistas del ciclo menstrual; nivel educativo de los
usuarios; actitudes y otros aspectos de orden sociocultural; problemas de
comunicación en la pareja; falta de cooperación por un miembro de la pareja; grados
de motivación y disposición insuficientes; fallas en la abstinencia del coito.

Existen varias modalidades, algunos bastante recientes. Aquí se discuten, de modo


muy breve y simplificado, las cuatro más conocidas y empleadas.

3.1 El método del calendario

Llamado también método del ritmo o método de Ogino-Knaus, en honor a los


investigadores que, en forma separada, lo desarrollaron. Fue popularizado en Japón

35
por Ogino, en 1930, y en Austria por Knaus, en 1933. Consiste en la identificación de
los días en que puede haber un óvulo maduro disponible, con base en los datos de las
últimos seis a doce ciclos menstruales anteriores. Esta información es fundamental
para hacer un cálculo teórico de los días fértiles, que deben ser señalados en un
calendario, para abstenerse del coito durante esos días. En nuestro medio, ha sido
bastante difundido.

El cálculo es distinto según los ciclos menstruales sean regulares o irregulares.


Cuando el ciclo menstrual es regular y de 28 días - poco frecuente, por cierto- se
supone que la ovulación ocurre aproximadamente a los 14 días después del inicio de
la menstruación. La ovulación ocurriría entre los días 13 y 15 del ciclo; para reconocer
los días fértiles se agregan 3 días antes, porque algunos espermatozoides pueden
permanecer vivos dentro del cuerpo femenino hasta por 72 horas; se añaden también
dos días después, pues los óvulos pueden durar hasta 48 horas. Así, la pareja no
debe tener coitos entre los días 10 y 17 del ciclo, contados a partir del primer día de la
menstruación.

La mayoría de las mujeres tiene ciclos de duración irregular, por lo cual resulta más
difícil hacer el cálculo. Por ejemplo, para una mujer cuyos ciclos menstruales han
variado entre 26 y 31 días en el periodo de un año, el uso del calendario de la
ovulación significa que hay que establecer un periodo se seguridad de cuatro días
preovulatorios (descontados los cuatro días de menstruación) y de cuatro a diez días
posovulatorios. Esto da un total de catorce días seguros y trece días inseguros; los
últimos caerían siempre entre los días nueve y veintiuno de cada ciclo, contados a
partir del primer día de la menstruación. Si la duración de los ciclos varia entre 25 y 35
días, la abstinencia del coito deberá practicarse, como promedio, entre los días 7 y 23
de cada ciclo, contados a partir del primer día de la menstruación.

Ventajas

* No requiere el empleo de ningún dispositivo o sustancia.


* No tiene ningún efecto secundario para los usuarios.
* El adiestramiento en el uso del método aumenta el conocimiento del ciclo menstrual,
razón por la cual también puede resultar de utilidad si se quiere el embarazo.
* Contribuye a lograr mejor comunicación y cooperación en la pareja, porque ambos
miembros comparten la responsabilidad.

Desventajas

* Requiere un periodo largo de instrucción y, además, seguimiento.


* El método no tiene éxito sin la firme determinación y la cooperación de ambos
miembros de la pareja.
* La pareja debe estar pendiente de los días fértiles señalados previamente en el
calendario.
* La abstinencia sexual puede generar algunas dificultades y provocar tensión
psicológica.
* No es recomendable para mujeres con ciclos menstruales irregulares.

NOTA: La tasa teórica de fracaso es de un 13%. Aun cuando se use bien, tiene
un promedio de talla real de un 21%, que se debe principalmente a variaciones
del momento de la ovulación. Las parejas deben asesorarse bien y tener en
cuenta que el método sólo permite un cálculo aproximado de los días fértiles de
cada ciclo.
La disciplina y la abstinencia que requiere, provocan mucha deserción o el uso
combinado de otro método.

36
3.2 El método de la temperatura basal corporal

Se sabe que la temperatura en la mujer tiene un pequeño aumento después de ocurrir


la ovulación. El método se basa en la observación de ese cambio de temperatura (ver
Otros cambios cíclicos, tema 5). Diariamente, a la misma hora, temprano, antes de
levantarse y después de haber dormido como mínimo durante 2 a 5horas seguidas, la
mujer se toma la temperatura (preferiblemente rectal o vaginal), con un termómetro
especialmente diseñado para registrar pequeñas variaciones en una escala fácil de
leer (son más comunes los termómetros en °F) Luego anota en un papel cuadriculado
especial la temperatura leída en el termómetro. La pareja se abstiene del coito entre el
primer día de la menstruación y el tercer día consecutivo de temperatura más elevada.
Hay que tener en cuenta que cualquier cambio en la rutina diaria, así como las
tensiones,, el cansancio, las emociones, las enfermedades y otros estados y
condiciones, pueden provocar alteraciones en la temperatura y, consecuentemente,
introducir fallas importantes en el método. Este método es poco conocido en nuestro
país.

Ventajas

* No tiene ningún efecto secundario tísico para los usuarios.


* El adiestramiento en el uso del método aumenta el conocimiento del ciclo
menstrual, razón por la cual puede resultar de utilidad si se quiere el embarazo.
* Contribuye a lograr mayor comunicación y cooperación en la pareja, porque ambos
miembros comparten la responsabilidad.

Desventajas

* Necesita una instrucción muy precisa y larga y, además, seguimiento.


* Requiere un termómetro especial, papel cuadriculado, registro diario de
temperatura, trazado e interpretación de gráficos.
* Son necesarias gran disciplina y mucha motivación.
* La pareja debe estar pendiente de los cambios de temperatura, situación que puede
producir preocupaciones y tensión.
* La pareja debe abstenerse del coito durante más de la mitad de cada ciclo
menstrual, lo que puede originar algunas dificultades y provocar tensión.

NOTA: La tasa teórica de talla es de un 7%. El método funciona bien en parejas


muy disciplinadas y motivadas capaces de conseguir una actividad coital baja.
Aun en estas condiciones tiene, según diversos estudios, un promedio de
fracaso real de más del 20%, que se adjudica a variaciones naturales Imprevistas
del ciclo menstrual

En ausencia de seguimiento, la disciplina y la abstinencia que requiere, provoca


mucha deserción, o el uso combinado de otro método.

37
3.3 El método del moco cervical o de la ovulación

Se denomina también método de los Billings. Fue desarrollado en Australia por los
médicos Evelyn y John Billings, en el año 1964. En nuestro medio se ha denominado
también método de la ovulación. Se basa en las variaciones que sufre el moco
producido por el cuello uterino (moco cervical), a lo largo del ciclo menstrual. Opera de
la siguiente forma. En general, existen unos cuantos días del ciclo menstrual, hasta
después de la menstruación, durante los cuales no se produce moco y hay una
sensación general de sequedad vaginal. Éste es un periodo relativamente seguro.
Luego, hacia la mitad del ciclo menstrual, vienen varios días de flujo mucoso; en los
primeros días el moco es blanco o nebuloso, grueso y viscoso; luego la cantidad
aumenta y el moco se vuelve cada vez más claro, hasta que hay uno o dos días
cumbres en que el moco se pone como clara de huevo, casi incoloro, resbaloso y
filamentoso. Hay una sensación de lubricación vaginal.

La ovulación ocurre dentro de las 24 horas después del último día cumbre. El método
requiere la abstinencia del coito desde el primer día de flujo mucoso claro, hasta
cuatro días después de los días cumbres. Después de eso, el moco, si existe, es
nuevamente nebuloso o blanco y el coito es seguro.

Para poder percibir las características del moco, la mujer debe retirarlo de la vulva con
su dedo índice o de la vagina con su dedo índice o los dedos índice y medio, varias
veces al día (mínimo tres veces), antes de orinar, y verificar su aspecto y su
elasticidad. La mujer debe aprender a identificar el síntoma máximo del moco, para lo
cual requiere un adiestramiento de uno a tres meses, a veces más, y seguimiento.

Se recomienda abstenerse del coito durante todo el primer mes de instrucción, para
evitar cualquier confusión del moco cervical con la humedad vaginal producida por la
excitación sexual, residuos de semen, lavados vaginales, infecciones y otras causas.
En los últimos años, el método ha recibido algún impulso en muchos países.

Ventajas

* No emplea ningún dispositivo o sustancia.


* No tiene ningún efecto secundario físico para los usuarios.
* El adiestramiento en el uso del método aumenta el conocimiento del ciclo menstrual,
razón por la cual también puede resultar de utilidad sise quiere el embarazo.
* Contribuye a lograr mayor comunicación y cooperación en la pareja, porque ambos
miembros comparten la responsabilidad.

Desventajas

* Necesita instrucción precisa y bastante prolongada, así como seguimiento.


* Demanda mucha motivación y disciplina de ambos miembros de la pareja.
* La mujer debe estar pendiente de las características del moco cervical.
* El examen del moco cervical resulta molesto y desagradable para algunas mujeres.
* Requiere de abstinencia sexual, lo que puede generar algunas dificultades en la
pareja.

38
NOTA: La tasa teórica de talla es de un 2%. El método funciona bien en parejas
disciplinadas y cooperadoras y con una buena comunicación. Numerosas
Investigaciones ofrecen datos muy dispares acerca de su eficacia, ya que los
resultados de la aplicación del método se refieren a grupos muy diversos en
número, contexto sociocultural, educación, edad, motivación, grado de
instrucción recibido, seguimiento, empleo combinado con otros métodos, etc.

El método es muy eficaz si se emplea correctamente, pero es extremadamente


susceptible al uso indebido. Puesto que el mutuo acuerdo y la obediencia son
difíciles para muchas parejas que desean el coito en momentos en que está
prohibido por sus reglas, este método no puede ser considerado como el Ideal
para la pareja común o típica, que de ordinario es menos obediente que la pareja
voluntaria en estudios clínicos, o la pareja que, habiendo sido de previo bien
entrenada, es objeto de seguimiento. La mayor probabilidad de embarazo es
cuando se rompe una de estas tres reglas fundamentales: no tener coito durante
los días de moco claro, durante los tres siguientes al día cumbre de la
fecundidad o durante momentos de estrés. El quebrantamiento de estas tres
normas básicas representa, por si solo, un riesgo de embarazo del 28%, por
cada ciclo menstrual Datos de varias investigaciones en grupos de usuarios que
recibieron una buena instrucción y adecuado seguimiento, y que no emplearon
combinadamente ningún otro método, señalan una (alía real que oscila entre el
20% y el 25%. Un estudio de 1990 revisa diversidad de datos de investigaciones
anteriores; de acuerdo con sus autores, si el método se emplea correctamente,
la talla es de 3,1%, pero el uso Inadecuado puede conducir a una (alía del 86,4 %,
en el primer año de uso.

De acuerdo con información recogida en los estudios, el fracaso se debe,


principalmente, a las siguientes razones: a. El síntoma de moco claro aparece
demasiado tarde. b. El síntoma máximo de moco muy claro y elástico ocurre
demasiado temprano. c. La mujer no percibe el moco o interpreta de manera
incorrecta sus características. En ausencia de seguimiento, la disciplina y la
abstinencia que requiere, provoca mucha deserción, o el uso combinado de otro
método.

3.4 El método sinto-térmico

Como su nombre lo indica, combina la observación de síntomas y signos y cambios en


la temperatura basal corporal. Hay dos variantes: una combina el método del
calendario y el de la temperatura basal corporal; otra, el método del moco cervical y el
de la temperatura basal corporal. Es un método que requiere de adiestramiento muy
preciso y un poco más prolongado y mayor seguimiento; observaciones diarias,
termómetro especial, cuadriculados, anotaciones, gráficos, calendario, gran disciplina,
mucha motivación y abstinencia del coito. La comparación de signos y síntomas
diversos con cambios en la temperatura basal corporal lo hace más exacto que los
métodos que combina, empleados por aparte. Las ventajas y desventajas son
similares a los de los otros métodos de abstinencia periódica. El método es poco
conocido en nuestro medio.

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NOTA: En teoría, el método tendría una eficacia mayor que los métodos
anteriores solos, puesto que mezcla ventajas de dos modalidades distintas. Su
(alía teórica seria de alrededor de un 1%; no obstante, tiene, en promedio, una
(alía real del 15%) Los fracasos se deben a errores de apreciación, medición e
interpretación de signos y a variaciones naturales Imprevistas en los ciclos
menstruales.
En ausencia de seguimiento, la disciplina y la abstinencia que requiere, provoca
mucha deserción, o el uso combinado de otro método.

4. EL COITO INTERRUMPIDO

Consiste en retirar el pene de la vagina antes del orgasmo del varón, con lo cual la
eyaculación ocurre afuera. No es muy eficaz, porque las gotas de líquido claro que
salen por el meato urinario durante la excitación, producidas por las glándulas de
Cowper, pueden contener suficientes espermatozoides como para que ocurra una
fecundación. Por otra parte, si la eyaculación ocurre sobre la vulva o cerca de ella, los
espermatozoides pueden movilizarse, alcanzar la vagina y llegar hasta el útero.
También puede suceder que el varón no consiga retirar su pene a tiempo, y una
pequeña cantidad de semen basta para ocasionar el embarazo.

Ventajas

* Es un recurso disponible siempre, a falta de otro método.

Desventajas

* Requiere gran esfuerzo del varón.


* Entorpece el coito, y lo convierte en fuente de preocupación.
* Empleado con frecuencia, es motivo de frustración para la pareja, por cuanto la
interrupción del coito es causa de insatisfacción sexual, principalmente de la mujer, en
no pocos casos.

NOTA: La tasa teórica de fracaso es de un 9%, pero la talla real es del 20% al
25%.

5 EL DISPOSITIVO INTRAUTERINO, O DIU

Se trata de un pequeño objeto, hecho de plástico flexible de plástico con cobre, con
cobre y plata o de plástico con una sustancia hormonal; en China se han fabricado
algunos hechos de acero inoxidable. La forma ha sido variable: espiral, en forma de T,
Vo Y; en forma de anda, circular y otras. La modalidad más empleada en nuestro país
es la llamada T de cobre.
El médico o la enfermera coloca fácilmente el dispositivo dentro de la cavidad uterina.
Fuera del útero, sobresaliendo del cuello uterino, quedan unas cuerdas muy finas, que
se emplean para retirar el dispositivo.

No se conocen bien los mecanismos por los cuales los distintos tipos de DIU ejercen
su acción anticonceptiva, lo que ha provocado discusiones y gran controversia. Con
base en numerosos datos científicos se han elaborado tres hipótesis, que pueden
resumirse así: 1. Algunos DIU no permitirían la implantación del huevo en el
endometrio, al impedir que éste se desarrollara normalmente en el ciclo menstrual; de
ser así, su efecto sería microabortivo, es decir, provocaría el aborto en las primeras
fases del desarrollo embrionario. 2. Otros tipos de DIU producirían una reacción
inflamatoria en el útero; los leucocitos presentes y el ambiente reinante en el útero

40
destruirían los espermatozoides. 3. Otros tipos más aumentarían los movimientos de
las trompas de Falopio, lo cual impediría que los espermatozoides avanzaran, y
provocaría, al mismo tiempo, un desplazamiento rápido del óvulo hacia la cavidad
uterina, sin haber sido fecundado. Los especialistas médicos opinan que de las tres
teorías, la que parece tener mayor peso, a la luz de numerosos datos de la
investigación es la de la reacción inflamatoria, particularmente en el caso de los
dispositivos de cobre, que son en la actualidad los de mayor empleo en el país y
muchas otras partes del mundo.

Ventajas

• Es un método de alta eficacia.


• Protege del embarazo en forma indefinida.
• Se compra a intervalos muy prolongados.
• Si la mujer desea tener un hijo, el médico retira fácilmente el dispositivo.

Desventajas

* Debe ser colocado por un médico o una enfermera.


* Requiere control periódico.
* En algunas mujeres, ciertos tipos de DIU pueden provocar sangrado irregular, cólicos
y mayor cantidad de sangrado.
* En muchas usuarias, algunos DIU provocan salpingitis, es decir, inflamación de las
trompas de Falopio, principalmente en los cuatro primeros meses de uso; si el
problema no se trata, provoca la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), un
padecimiento que puede provocar esterilidad. Las mujeres que usan un DIU tienen dos
veces más probabilidad de contraer EIP que las que no lo usan. Los dispositivos
modernos de cobre presentan un riesgo mucho menor.
* En una de cada 10 000 mujeres, ciertos tipos de DIU han producido lesiones graves
en el útero.
* El dispositivo puede ser expulsado en algunos casos.

NOTA: La tasa teórica de fracaso es de 1% a 3%; el fracaso real es de un 5%,


cuyas causas no se conocen bien. Por algunos etectos secu~ darlos
Importantes, debe ser extraído en el 10% de las usuarias Según datos de
diversas Investigaciones, desde menos de un 1% hasta un 10% de usuarias
expulsa el DIU en el primer año de uso.

B. MÉTODOS IRREVERSIBLES

Producen esterilidad permanente. Las dos formas más conocidas son la


salpinguectomía y la vasectomía.
1. La salpínguectomía
Conocida usualmente como ''ligadura de trompas", consiste en un procedimiento
quirúrgico mediante el cual las trompas de Falopio se ligan o se engrapan, o se
seccionan y se ligan, o se cauterizan y se ligan. Así, se impide que los
espermatozoides puedan alcanzar el óvulo, o que éste continúe su trayecto hacia el
útero. Se trata de una operación considerada como fácil, que requiere internamiento
por corto tiempo.

Ventajas

* Es un método de alta eficacia.

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Desventajas

* Provoca esterilidad permanente. Únicamente con la práctica de técnicas quirúrgicas


especiales se puede devolver la fertilidad, en algunos casos.
* Aunque no es frecuente, pueden ocurrir algunas complicaciones posoperatorias.
* Puede provocar algunas complicaciones de orden psicológico, particular-mente si la
mujer es de la idea de que la capacidad real y potencial de ser madre es lo que la
define como mujer.

NOTA: La ligadura de trompas no debería tener talla, pero en la realidad tiene un


fracaso del 0,004%. Los pocos casos en que fracasa se deben a una
reunificación ocasional de los extremos seccionados de alguna trompa, poco
después de la cirugía.

En Costa Rica la esterilización femenina está sometida a muchas regulaciones.


En los hospitales del seguro social se practica sólo en situaciones calificadas,
luego de un estudio exhaustivo del caso.

2. La vasectomía

Es procedimiento quirúrgico, por medio del cual se cortan se ligan los conductos
deferentes. Es una operación sencilla que toma de 20 a 30 minutos; se hace con
anestesia local y no requiere internamiento. Al cortar los conductos deferentes, los
espermatozoides no pueden subir más allá del corte; portal motivo, no hay esperma-
tozoides en el líquido eyaculado.

Ventajas

* Es un método de alta eficacia.

Desventajas

* Produce esterilidad permanente. Sólo en algunos casos es posible restituir


la fertilidad, mediante técnicas quirúrgicas especiales.
* A veces se presenta una complicación ligera, debida a la cirugía, como es
la inflamación de uno o dos conductos deferentes.

• Puede ocasionar algunas complicaciones psicológicas en varones algunos varones


que al no ser capaces de fecundar, consideran haber perdido su identidad varonil y su
virilidad.

NOTA: Teóricamente, la vasectomía no tiene falla, pero en la vida real tiene una
falla de 0,15%. Los fracasos ocurren porque algunos espermatozoides
extraviados pueden estar todavía presentes en los conductos deferentes; o
porque los extremos seccionados de algún modo se han reunificado.

La esterilización masculina también está muy regulada en Costa Rica. En los


hospitales del seguro social requiere un estudio de caso y deliberación médica.

42
6. SOCIEDAD Y SEXUALIDAD*

Efraín Valerlo Charpentier

SOCIALlZACIÓN Y CONTROL SOCIAL


Las estructuras e instituciones sociales interactúan con los valores, los conocimientos,
las creencias, etc., en los actores sociales, esto es, las personas. Existen dos
procesos socioculturales que convienen señalar por su importancia: la socialización y
el control social

Socialización
La socialización es el proceso que una sociedad emplea para transmitir la cultura a los
individuos. Mediante ella, los individuos interiorizan valores, normas, creencias,
actitudes y pautas de conducta, todos propios del grupo o la comunidad a que
pertenecen. En el proceso de socialización, se transfieren los modelos sociales,
familiares e individuales de varón y de mujer (papeles de género), las pautas
familiares, los comportamientos sexuales aceptados, el comportamiento reproductivo.
La concepción misma de la sexualidad es producto de un proceso de educación, sea
formal o informal, que constituye una parte de la socialización.

Como proceso de aprendizaje, mediante el cual el individuo interactúa con su grupo


familiar y con la sociedad en general, la socialización presenta etapas y grados.
Durante la infancia y la niñez, es relativamente simple y se relaciona con el
aprendizaje de los desempeños sociales básicos, que son los antecedentes de los
demás. Conforme el individuo amplía su mundo social, el proceso se vuelve más
complejo. En realidad, nunca termina, por cuanto los valores, las actitudes, las
normas, etc., están en constante evolución. Este hecho es el que da sentido a los
programas de educación de la sexualidad, que pretenden modificar aspectos
inconvenientes de conductas sexuales o reproductivas, o sustituirlas por otras, todo
por el bien de las personas y de la sociedad.

Control social
En toda cultura existe el control social, que viene a ser una extensión del proceso de
socialización. Se dice que la socialización es la asimilación de las conductas
socialmente aceptadas. El control social hace permanente el proceso de socialización,
propicia y mantiene la coherencia entre las personas y las pautas de conducta.
Siempre está presente, de una manera

Basado en México, Consejo Nacional de Población, La educación de la sexualidad


humana.. 1/Sociedad y sexualidad, págs. 78 a 82; Ignacio Martín- Baró, Acción y
psicología, págs. 164 a 179.

43
más o menos fuerte, a veces de modo sutil. En general, la influencia más poderosa
proviene de los grupos pequeños primarios, que ejercen una mayor vigilancia que las
asociaciones grandes de tipo secundario.

El control social debe ser tomado en cuenta, si se quieren inducir en él cambios que se
consideran necesarios. Por ejemplo, para lograr un verdadero cambio en actitudes
respecto de la sexualidad, es necesario actuar directamente sobre los factores que
influyen en la conducta sexual. Uno de éstos es el control social; si el individuo toma
conciencia de la manera en que su conducta es influida por el control social, es más
libre para actuar con autodeterminación.

En lo relativo a la conducta sexual, las sociedades difieren notablemente en lo que


consideran deseable o indeseable. Aun así, en la mayoría de las sociedades han
existido formas de control de la interacción sexual entre los individuos. Las más
extendidas y fundamentales son cuatro, que se pueden enunciar así:

Control de la unión Se requiere algún tipo de matrimonio, con lo cual no sólo se libera
a los cónyuges de la competencia en cuanto a cortejo, sino que se les da seguridad y
se les permite dedicar más tiempo y energía a otras actividades. Con el matrimonio se
garantiza, además, el cuidado de los hijos, aunque pueden existir otras soluciones. Si
bien esta regulación prevalece en la mayor parte del mundo, en las sociedades
modernas de occidente y otras con fuerte influencia occidental, se ha venido
produciendo una tolerancia cada vez mayor a las relaciones sexuales entre solteros.

Control de relaciones sexuales forzadas. En general, se dirige a evitar violaciones,


explotación sexual, hostigamiento sexual y otras formas de agresión.

Control en la elección del compañero. Las sociedades fomentan alguna forma de


alianza ideal, comúnmente la pareja, con lo cual se tiende a neutralizar cualesquiera
otras relaciones que se alejen del prototipo, en particular los nexos homosexuales. Las
uniones pueden ser endogámicas (unión dentro del mismo grupo) o exogámicas
(unión con un individuo ajeno al grupo). Prácticamente todas las sociedades presentan
la prohibición del incesto, la cual no se restringe a parientes consanguíneos, sino que
se extiende a personas sin relación genética, como padrastros, madrastras, hijastros e
hijastras. Parece ser que la principal razón de la prohibición del incesto es la
necesidad de evitar que la sociedad se enmarañe y se complique en extremo. Por otra
parte, la relación carnal dentro del grupo familiar originaría una competencia
intolerable entre sus integrantes.

Control de la excepción a restricciones prevalentes. En materia de relaciones


sexuales, las sociedades reconocen que los individuos no siempre son capaces de
ajustarse a lo que su código social estipula. Por esto, establecen, a modo de válvulas
de escape, excepciones. Estas son básicamente tres: 1. Divorcio. Aunque las
sociedades, en general, están a favor de la pareja institucionalizada, se admite que, en
ciertas circunstancias, es mejor disolver la pareja para beneficio de ambas personas,
los hijos y la sociedad. 2. Actividad sexual regulada con ciertos parientes. Han existido
sociedades que toleran o promueven, incluso después del matrimonio, alguna
actividad sexual con parientes, por lo común con la esposa del hermano o con la
hermana de la esposa. En otras sociedades no se admite la intimidad sexual, pero si
relaciones jocosas de contenido sexual entre cuñados, concuñados y primos; en estas
relaciones se permiten ciertas conductas explícitamente sexuales que pueden incluir
bromas, insinuaciones y hasta toqueteos, pero se excluye el coito. 3. Libertad sexual
periódica. En algunas sociedades han existido ocasiones especiales en que se permite

44
la actividad sexual fuera del matrimonio, que van desde la actividad sexual como parte
de un rito religioso, hasta ceremonias y celebraciones durante las cuales las
restricciones sexuales habituales se suprimen temporalmente. De esta clase eran las
festividades denominadas bacanales y los carnavales romanos que tenían lugar en la
Roma Antigua. También están las actividades magicorreligiosas de diversas culturas,
algunas contemporáneas, como son los ritos de primavera, las celebraciones de la
cosecha, las fiestas de la fecundidad; igualmente, los carnavales modernos, ocasiones
en las cuales muchos aceptan, como parte de la diversión, hacer y dejar hacer algunas
cosas que normalmente están vedadas, como es la actividad sexual fuera de la pareja.

EL CONTROL SOCIAL INTERIORIZADO


El control social opera en el interior de los individuos, mediante la interpretación de la
realidad, de lo que creen y aceptan como obligatorio. De aquí la importancia que
tienen para el control social los mitos y los tabúes, las creencias, los conocimientos,
los valores y las normas.

Mitos y tabúes
Los mitos y los tabúes tienen una importancia básica en todas las culturas. Los mitos
son explicaciones o interpretaciones de la realidad, a veces sacralizadas, acordes con
una cultura específica y, más precisamente, con las instituciones sociales que la
caracterizan. Por lo general, se transmiten oralmente, en forma de cuentos o
narraciones populares, los cuales se van decantando, depurando y estilizando hasta
alcanzar una estabilidad y forma clásicas. Muchos mitos se expresan en forma de
narraciones alegóricas en las que participan dioses, semidioses y otros seres sobrena-
turales, héroes o personajes legendarios. Un ejemplo de mito es el de la superioridad
masculina presente en las tradiciones semíticas y en la herencia judeocristiana. Este
mito tiene sus raíces, al menos en buena parte, en el relato bíblico acerca de Adán y
Eva y sus posteriores elaboraciones a lo largo de siglos.

Los tabúes son prohibiciones absolutas y sagradas cuya función principal es la


preservación de las instituciones sociales vigentes. Aun cuando pueden guardar
estrecha relación con los mitos, no encierran una explicación formal; es decir, no
expresan la razón de su existencia. La motivación para que el individuo respete el
tabú, se deriva del castigo que la transgresión acarrea. Por ejemplo, en muchas
sociedades existe la creencia generalizada de que quien falta contra el tabú del
incesto, se expone a la procreación de un monstruo. Los que desobedecen
mandamientos divinos, merecen diversos castigos, algunos terribles, etc.

Los mitos convierten la realidad social en algo aceptable y natural. Los tabúes
condenan o prohíben conductas que pondrían en peligro alguna institución social.
Unos y otros constituyen respuestas sociales a necesidades del individuo, el cual
busca en su cultura explicaciones de la realidad y pautas de comportamiento
aceptables que eviten conflictos con los demás.

En toda sociedad existen mitologías, colecciones de mitos que dan una visión y una
explicación del mundo; también hay tabulogías, esto es, conjuntos de prohibiciones
que contribuyen a preservar el Orden establecido. Ciertos ritos y festejos sociales
cumplen la función de difundir y perpetuar los mitos. Por ejemplo, los ritos de
fecundidad existentes en gran diversidad de sociedades; se afirma que la fertilidad
está manejada de algún modo por fuerzas sobrenaturales a las que hay que invocar
mediante ceremonias de imploración.

Algunos mitos y tabúes acerca de la sexualidad se formaron a lo largo de la historia,


en torno al matrimonio monogámico (y también al poligámico, que en realidad
corresponde a uniones sucesivas y alternantes de corte monógamo). Esta institución,

45
que existe en numerosas sociedades, surgió, según se cree, cuando los varones,
gracias a sus actividades (agricultura y domesticación de animales, principalmente)
llegaron a ser el sexo dominante; cuando, al mismo tiempo, ganaron certeza de su
papel en la procreación. En consecuencia, para efectos de herencia <bienes,
condición social, rango, poder), surgió la necesidad de que la mujer tuviese intimidad
sexual únicamente con su marido, a fin de asegurar que la progenie fuese sólo de ése.
De este modo, nació el tabú del adulterio femenino, mismo que se ha castigado
severamente en distintas etapas de la historia; por ejemplo, entre los hebreos era
causa de muerte por apedreamiento. Un resultado fue el surgimiento del tabú de la
virginidad de la mujer, que se propuso asegurar que ésta llegase al matrimonio sin
haber tenido coitos con otros varones. Al institucionalizarse la familia patriarcal y
monogámica, fue preciso evitar la competencia entre sus miembros, con el fin de
mantener la cohesión interna. Como efecto, el tabú del incesto se vio fuertemente
reforzado.

El dominio del varón sobre la mujer enmarca la familia monogámica tradicional, en la


cual la virginidad y la fidelidad se aplican casi exclusiva-mente a la novia y a la esposa.
En general, los casos de sociedades que se han apartado de estos patrones son
escasos. Hasta las sociedades occidentales cristianas continúan siendo duras con la
infidelidad de la esposa, al tiempo que son indulgentes con la infidelidad del marido.

Las creencias
Las creencias son proposiciones o doctrinas aceptadas emocionalmente por los
individuos, sea que tengan o no algún fundamento objetivo. Cuando las creencias
consiguen difundirse en una sociedad, se convierten en rasgos distintivos de ésa. Un
ejemplo es la común creencia de la superioridad Intelectual masculina y la necesaria e
inevitable subordinación de la mujer respecto del varón.

Cuando las creencias cobran una importancia particular y se convierten en elementos


centrales que explican o justifican las estructuras sociales, pueden adquirir rasgos de
"mitos". A veces están asociadas con narraciones alegóricas.

Los elementos cognoscItIvos


Los elementos cognoscitivos, parte importante de toda cultura, explican tanto el mundo
físico como el mundo social. En las sociedades primitivas casi siempre se refieren a
conocimientos prácticos y necesarios para sobrevivir. Entre muchos ejemplos se
pueden citar cómo obtener alimentos, cómo construir una vivienda; cómo viajar y
transportarse; cómo protegerse de animales salvajes, de fenómenos naturales, gentes
hostiles y otros peligros.

En las sociedades denominadas "primitivas", el cúmulo de conocimientos elementales


se transmite íntegramente a la siguiente generación. Las sociedades modernas
cuentan con un arsenal tan impresionante de conocimientos científicos y tecnológicos,
que resulta imposible que una sola persona pueda asimilarlo; pero en ellas también
existen los conocimientos básicos transmitidos por la familia, la enseñanza formal y el
grupo social.

La transmisión de aspectos fundamentales acerca de la sexualidad es aún muy


deficiente. Un buen número de estudios acerca de la sexualidad han sufrido atrasos,
por la condena social de que han sido objeto. Debido a que numerosos aspectos de la
sexualidad se conciben como algo secreto y prohibido, no se difunden gran cantidad
de hechos y datos de la investigación. Sectores conservadores se oponen a la
discusión abierta de hechos, por considerarlos "peligrosos" o, más
comúnmente,"indecorosos".

46
Las explicaciones e interpretaciones acerca de la realidad que hacen los avances
científicos, han sustituido a los mitos en muchos aspectos; cumplen, además, la
función de permitir el manejo de la realidad y de hacer posible su transformación. En lo
concerniente a la sexualidad, los datos científicos han echado por tierra una gran
cantidad de creencias tradicionales y han permitido conocer con una buena dosis de
precisión , el origen genético del sexo, los sistemas hormonales femenino y masculino,
la fisiología sexual de mujeres y varones, la mayor capacidad orgásmica de la mujer,
el proceso de la reproducción humana, las técnicas para la prevención del embarazo y
la regulación de la fecundidad, entre otras cosas. También han ocasionado, en alguna
medida, la aparición de explicaciones racionales acerca del modo en que se establece
la identidad de género y se construyen y transmiten los papeles diferenciados de
varones y mujeres, frente a las suposiciones tradicionales fundadas sobre prejuicios.
El conocimiento científico ha sido de gran valor, además, para conocer la estructura y
el funcionamiento de distintos tipos de familia; el desenvolvimiento sexual del individuo
en las dimensiones biológica, psicológica y social; los canales de socialización de la
sexualidad; establecer las bases de la educación de la sexualidad., etc. La información
científica es fundamental para que las personas encuentren en ella los elementos que
faciliten la comprensión y el manejo racional de su sexualidad.

Los valores
Los valores, concepciones socialmente admitidas sobre lo que debe considerarse
primordial, digno de alta estimación, son los principios que rigen la cultura: la persona
humana, el respeto a la vida, el amor, la caridad, la solidaridad, la fraternidad, son
ejemplos de valores. En el campo de la sexualidad, es fácilmente observable cómo los
valores han determinado la existencia de pautas de comportamiento. En Grecia y
Roma antiguas, el cuerpo humano era profundamente apreciado, de aquí que en
ambas existiese una creación escultórica notabilísima en la cual el tema del desnudo
era muy frecuente y que el placer sexual tuviese una aceptación muy generalizada.
Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, prevalecieron los "valores del
espíritu", lo cual provocó el deterioro de los "valores de la carne y el placer sexual". En
nuestros días, la influencia del humanismo ha conducido a la paulatina disipación de
las concepciones dualistas y contrapuestas, y a dar a cada cosa su lugar y su
significación en la experiencia humana, tanto colectiva como individual.

Los valores, debido a su carácter, son también elementos básicos en los cambios
socioculturales. Es fácil advertir cómo el rescate de la mujer en las últimas décadas ha
producido una transformación de las pautas que regían las relaciones entre los sexos,
el disfrute sexual, la conducta reproductiva, la estructura y el funcionamiento de la
familia, etc.

Un rasgo sobresaliente de las sociedades contemporáneas es el reemplazo de tabúes,


o regulaciones sagradas, por principios axiológicos que persiguen dar vigencia a
valores apreciados por el grupo y los individuos. Los valores sirven de base a las
instituciones y a las pautas de conducta; la relación de los tabúes con ellos está
implícita. En el tabú de la virginidad de la mujer, está implícita la significación que se
otorga al parentesco o linaje de sangre; éste se vería en peligro con una preñez
ocasionada por una relación sexual con otro varón; también está implícita la
importancia que se concede, dentro del modelo patriarcal, a los derechos exclusivos
del marido sobre su esposa, reflejo del beneficio concedido a la propiedad privada, en
este caso, la consorte. A diferencia de lo anterior, las normas axiológicas hacen claro
su vínculo con los valores a los que se desea dar vigencia. Una norma axiológica
podrían ser "evitar los embarazos cuando no se puede ofrecer al hijo un hogar estable
y una crianza apropiada, puesto que un embarazo en tales condiciones iría contra el
respeto que se debe al hijo en su calidad de persona". En esta norma, el vínculo con el
valor de la persona es explicito.

47
Las sociedades modernas occidentales y aquellas influidas por el pensamiento
occidental, tienen como características bien notables la tendencia a la racionalidad, a
la fundamentación en el conocimiento científico y á la búsqueda de significado claro
para las normas. Su continua evolución hace necesario que las normas viejas, para las
cuales no había explicaciones satisfactorias, sean reemplazadas por otras de tipo
axiológico y vinculadas claramente a valores. Por su carácter racional, estas normas
modernas son más flexibles, están más abiertas a los cambios socioculturales que
resultan de la modificación de pautas tradicionalmente aceptadas; modificación que, a
su vez, puede tener como importante origen los avances en el conocimiento.

Hay que recordar que los valores son permanentes. Lo que puede cambiar es su
interpretación y su vivencia. Así, la distinción entre "valores tradicionales" y "nuevos
valores" no debe entenderse como sustitución, sino como adaptación. No es que valor
entre en crisis o pierda vigencia; lo que puede suceder es que la reinterpretación
señale nuevas orientaciones, nuevas interiorizaciones y conductas, por efecto de que
la interpretación y la vivencia tradicionales hayan perdido fundamento o aprobación,
por modificación de algún elemento cultural. Un ejemplo es el pudor respecto del
cuerpo. Quienes elevan este pudor a rango de valor, dicen que la moderna sociedad
occidental es indecente, porque la desnudez o la semidesnudez están en todas partes.
Lo real es que cada vez más personas, por influencia del conocimiento y la
consiguiente disipación de prejuicios y temores, revaloran el cuerpo humano; por
tanto, la exposición de partes del cuerpo o del cuerpo entero, se vuelve algo
aceptable. Pero el pudor sigue existiendo, bajo nuevas formas de expresión; las
personas tienen sus límites y saben cuándo ponerlos. En general, los
replanteamientos de valores sólo consiguen una transformación generalizada de los
comportamientos después de algún tiempo.

(Cuestión enteramente distinta es la de los antivalores, falsos ideales que en


ocasiones entran en fuerte competencia con los valores auténticos: el consumismo
(incluido el sexual) como señal de "status", frente a la sencillez y la austeridad; el éxito
material egoísta e inescrupuloso como razón de vivir, frente a la prosperidad como
oportunidad de servicio; la astucia mezquina como medio válido para cualquier cosa,
frente a la rectitud y la nobleza como principio de convivencia; el logro inmediato a
cualquier costo, frente al logro a base de esfuerzo paciente y honesto, etc.)

Las pautas o los modelos de conducta


Los valores, los conocimientos y las creencias son el fundamento de pautas o modelos
de conducta, que constituyen puntos principales de referencia que los individuos
tienen para actuar. La existencia de estos modos similares de actuar, hace posible el
campo de la sociología. Una pauta es un modelo ideal, una construcción mental; en la
práctica, se observan sólo aproximaciones o variaciones.

Se pueden distinguir tres tipos de pautas:

a. La norma. Se puede definir como "el comportamiento debido" y social-mente


aprobado. Todo lo que va contra ella es digno de sanción. Con frecuencia adopta una
forma negativa de expresión; por ejemplo, no debe emplearse violencia en el acto
sexual.

En muchos sectores de gran cantidad se sociedades, hay normas que proscriben el


coito antes del matrimonio, muy particularmente en el caso de las mujeres; otras
normas prohíben a los casados el coito con personas que no sean sus cónyuges,
condenan el aborto inducido, la anticoncepción (al menos algunas formas>, etc.

48
b. La costumbre. Generalmente designa "algo que se hace tradicionalmente", que se
espera de los individuos, que hay que hacer para no causar admiración, asombro,
burla o comentarios. La costumbre tiene un carácter obligatorio menor que la norma;
como ejemplos se pueden citar que la mujer no salga sola de noche o que, de ser
casada, salga con un acompañante masculino que no sea su marido. En algunos
sectores la convivencia en unión libre va contra la costumbre de que la pareja esté
casada para poder compartir un mismo techo; en otros, la costumbre establece que la
mujer casada no debe trabajar, etc. Con frecuencia, las normas y las costumbres son
divergentes; citando un ejemplo anterior, puede suceder que se establezca la
costumbre de la unión libre - como ha sucedido en un amplio sector de la población
joven en muchas sociedades modernas- aun cuando la norma formal siga siendo que
el inicio de la vida en común de una pareja, sea subsiguiente al rito matrimonial.

c. El uso o convencionalismo. Forma parte de las llamadas 'buenas maneras" y es


poco obligatorio. Por ejemplo, en muchas sociedades no se habla acerca de la
sexualidad en familia, o cuando hay varones y mujeres presentes; los novios deben
hacerse acompañar por chaperones; un varón debe conducir el vehículo si va
acompañado de una mujer, aunque ésta sepa hacerlo; un varón debe dar paso o
ceder el asiento a las mujeres; un varón debe ser el que invite a la mujer o el que debe
pagar las cuentas en restaurantes y espectáculos públicos, etc.

SOCIALIZACIÓN DE GÉNERO Y PAPEL SOCIAL

Identidad de género
Entre las cosas que se presentan a las personas con una evidencia inmediata, está la
identidad de género: se es varón o se es mujer como dato obvio, un presupuesto
incuestionable de nuestra existencia. Sin embargo, numerosos fenómenos
contemporáneos ponen en tela de juicio este presupuesto del sentido común. Quizá el
más significativo sea la creciente beligerancia asumida por los grupos homosexuales
para ser socialmente reconocidos y aceptados en su esquema alternativo de
sexualidad. Más llamativos aún han sido algunos casos de "cambio de sexo". En el
fondo de estos hechos late la cuestión acerca de la identidad de género. ¿Qué es?
¿Qué significa ser varón o mujer? ¿Son la masculinidad y la feminidad una simple
diferenciación de orden geneticobiológico? ¿Se puede explicar adecuadamente la
naturaleza sexual-genérica como un conjunto de caracteres orgánicos o de la
personalidad individual? ¿En qué medida, para poder entender lo que es la sexualidad
humana, hay que acudir a otros factores de orden ideológico y social? (Ver temas 1 y
4, Primera parte>

Al margen del asunto de la homosexualidad, se puede afirmar que varón y mujer


constituyen dos caras del ser humano. Sobre la base de una identidad de
características fundamentales, se edifica todo un proceso de diferenciación que
comienza en lo biológico y culmina en lo psíquico y lo social. Así, al analizar a los
varones y a las mujeres concretos de nuestra sociedad contemporánea, sujetos
adultos, nos encontramos, a pesar de cambios culturales y psicosociales, con dos
seres claramente distintos, no sólo en sus aspectos biológicos, sino en su manera de
ser, en sus comportamientos característicos, en sus papeles sociales, en sus
aspiraciones personales y hasta en las normas, legales o ilegales, explicitas o
implícitas, que regulan su existencia.

Toda diferenciación puede ser considerada como normal y socialmente deseable, en


la medida en que exprese la diversidad posible de procesos que el ser humano puede
realizar a lo largo de la historia. Que una de estas diferenciaciones se centre en la
sexualidad, nada tiene de peyorativo; desde cualquier punto de vista que se lo
considere, supone enriquecimiento del ser humano. El problema surge cuando el

49
análisis concreto de la diferenciación, tal como se presenta históricamente, pone de
manifiesto algo más que una diversidad. Y lo que de hecho se vislumbra en la
diferenciación de género, en casi todas naciones del mundo, incluidas, por supuesto,
las machistas sociedades latinoamericanas, es una discriminación que, en lugar de
afirmar, niega la alteridad real de la mujer y supedita el desarrollo y el proyecto de vida
de ésta al desarrollo y al proyecto de vida del varón.

Una diferenciación es discriminatoria cuando las características diferencia-doras sirven


para justificar o dar base a una situación desventajosa respecto del desarrollo
humano; es decir, cuando la alteridad establece la subordinación, la dependencia y
hasta la opresión. Es importante, entonces, examinar cuáles son las raíces de la
diferenciación de género y en qué momento o punto, o con base en qué, se produce la
diferenciación discriminatoria. En otras palabras, hay que buscar las raíces de la
identidad de género de las personas, así como las raíces de esta específica identidad
genérica histórica que encontramos y que subordina un sexo al otro. El proceso de
socialización de mujeres y varones es de interés no sólo porque por su medio las
personas adquieren una dimensión de su identidad, que es crucial en la vida social,
sino porque mediante ese proceso, pueden estar produciéndose situaciones de
alienación y deshumanización, en beneficio de unos determinados intereses de clases
o sectores.

Origen de la Identidad de género


Dos raíces se suelen señalar a la identidad de género: las biológicas, determinadas
por efecto de los cromosomas sexuales, y las socioculturales, surgidas a partir de las
características propias de cada medio social.

Quienes consideran que la sexualidad es determinada fundamentalmente por factores


biológicos, indican que las principales características sexuales dependen de la
información transmitida por los genes, de tal manera que los rasgos de
comportamiento que definen al varón y a la mujer, se encuentran ya prefigurados en
los códigos genéticos. Ser varón o ser mujer seria algo predispuesto desde el
momento de la fecundación, independientemente de que el desarrollo ulterior
concuerde con la estructura anatomofisiológica. El papel de la socialización de los
sexos es, para estos teóricos, complementario, no definitorio: se adquieren rasgos
psicológicos y formas de comportamiento coherentes o no con el propio sexo-género,
que ya está biológicamente predefinido.

El enfoque biologista es defendido por algunas corrientes psicoanalíticas que


consideran, siguiendo a Freud, que la "inferioridad" de la mujer se basa en su
inferioridad anatómica. La ausencia de pene, instrumento de poder, constituiría, real y
simbólicamente, la raíz de la desventaja femenina frente al varón. No sin razón, este
criterio de inspiración freudiana encuentra tanta oposición en los movimientos
femeninos, muchos psicólogos, educadores y otros.

Una visión predominantemente biologista, pero de corte más contemporáneo, es la de


Milton Diamond. Según este autor, en su trabajo Human sexual development: biobgical
base of social untolding (1977) (Desarrollo sexual humano: base biológica del
desenvolvimiento social), las diferencias entre los sexos se encuentran asentadas en
la organización cerebral, desde antes del nacimiento. Bajo el influjo de los factores
genéticos y hormonales, entre la cuarta y la quinta semanas después de la
fecundación, el embrión cuenta ya con unos enlaces nerviosos básicos que sirven de
mediadores di sus esquemas reproductivos y sexuales. Entre esos esquemas están
sus formas de actuar, masculinas o femeninas, su percepción como varón o como
mujer, la elección de sus objetivos sexuales y los mecanismos en la ejecución de la
actividad sexual física. Los dos sexos disponen de programas nerviosos masculinos y

50
femeninos, pero los mecanismos masculinos prevalecerán en los sujetos varones
genéticos y los mecanismos femeninos en los sujetos hembras genéticas. Aunque
Diamond reconoce el influjo de los factores ambientales (educación, socialización),
considera que el papel fundamental de ésos consiste en desencadenar la manifesta-
ción de aquellas características comportamentales programadas biológicamente con
anterioridad. Precisamente porque desde antes del nacimiento hay una ya marcada
diferenciación sexual, las respuestas de los dos sexos a los mismos estímulos y
circunstancias sociales ulteriores, serán diferentes. En este sentido, Diamond
considera que las variaciones psíquicas en el ámbito sexual-genérico son posibles,
pero limitadas, y los límites son fijados por factores genéticos.

Quienes consideran que la identidad de género se construye básicamente a partir de


factores socioculturales, argumentan que a partir de una igualdad biológica, se
configura una gran diversidad de formas de sexo-género, incluidas las conductas
homosexuales y el transexualismo. Lo único que permanecería constante sería la
función reproductora, tanto en el varón como en la mujer; pero incluso la manera de
ser padre o madre, fuera de los aspectos estrictamente transmisores de la vida, seria
diferente y mucho más la manera cotidiana o "normal" de ser varón o mujer, hasta el
punto de que lo que en una parte se tiene por masculino, en otra puede ser
considerado como femenino y viceversa. Es conocida la afirmación de Margaret Mead
en su trabajo Male and female (Macho y hembra) (1961), de que "...muchos, si no
todos los rasgos de la personalidad que llamarnos masculinos o femeninos, se
encuentran tan superficialmente ligados al sexo como las formas de vestirse, comer o
peinarse que una sociedad asigna a cada sexo en un periodo determinado".

Casi todas las corrientes psicológicas actuales mantienen este punto de vista que, sin
negar la base biológica, otorga a los factores socioculturales el papel principal en el
proceso de socialización sexual- genérico. A fin de mantener la distinción entre lo
biológico y lo sociocultural, algunos autores han propuesto reservar el nombre de sexo
al dato biológico (sexo físico) y llamar género a los rasgos y comportamientos que
cada sociedad o grupo social considera adecuados para una y otra categoría sexual.
Sin embargo, hay notables diferencias en las explicaciones ofrecidas por las diversas
escuelas acerca de la naturaleza del proceso de socialización genérica y de los
márgenes de variabilidad sociocultural del género.

El psicoanálisis mantiene que el individuo resuelve la contraposición entre el deseo (su


búsqueda de satisfacción) y la ley (las exigencias normativas de la sociedad) mediante
la identificación con la figura paterna correspondiente. Al solucionar así su "complejo
de Edipo", el niño interioriza la ley moral, pero también el modelo socializado que
canalice sus impulsos sexuales, es decir, un modelo sexual. Masculinidad y feminidad
surgen también en la confrontación entre deseo y ley, como una dualidad específica
del carácter humano cuya peculiaridad se define necesariamente er su relación mutua
en el interior de una sociedad y de una cultura.

Para otros teóricos de orientación más sociológica, la identidad genérica de varón y


mujer se explica fundamentalmente a partir de los papeles concretos que varones y
mujeres deben desempeñar en cada sociedad. El origen de las identidades masculina
o femenina se encuentra en las funciones que la organización y la interacción sociales
exige en cada circunstancia histórica. El papel que la persona se ve socialmente
obligada a desempeñar, define lo que llegará a ser. Por ejemplo, se dice que las
sociedades occidentales (pero, además, muchas otras) han encerrado a la mujer en
un papel constrictivo, racionalizado mediante una supuesta mística femenina que sirve
a las necesidades del varón, pero no a las de la mujer misma. Señala Betty Friedan en
The feminine mystique (1963) (La mística femenina): "La mística femenina permite que
las mujeres ignoren la pregunta sobre su propia identidad y hasta estimula que no lo

51
hagan. La mística afirma que pueden responder a la pregunta '¿quién soy?' diciendo
'soy la mujer de Antonio..., la madre de María..."', es decir, remitiéndose a su papel de
subordinación social. Por su lado, Kate Millett, en Sexual politics (1971) (Política
sexual), habla de "política sexual" para referirse a aquellas prácticas socializadoras
que han perpetuado la sumisión y la discriminación social de la mujer, en beneficio del
varón, y que se justifican como algo connatural a la realidad del ser humano.

Los enfoques del aprendizaje toman como punto de referencia los hechos y sucesos
que se pueden discernir en la vida de las personas. Según este enfoque, la conducta y
los valores masculinos o femeninos del individuo, son determinados por su aprendizaje
particular: las personas aprender a ser masculinas o femeninas como aprenden a
actuar moral o inmoralmente, a hablar inglés o castellano. Ahora bien, precisamente
porque en lo referente a la sexualidad se produce una diversificación, el aprendizaje
de género es tipificador, es decir, transmite al individuo patrones de conducta
característicos y diferenciados, masculino y femenino. De acuerdo con Walter Mischel
en The psychology of sex difterences (La psicología dé las diferencias sexuales), de
Eleanor E. Maccoby y Carol N. Jacklin (1974), la estereotipación de género es, por
tanto, el proceso de aprendizaje "...por el que el individuo adquiere patrones de
conducta genéricamente tipificados; primero, aprende a distinguir entre esos patrones;
después, a generalizar estas experiencias concretas de aprendizaje a situaciones
nuevas y, finalmente, a practicar dicha conducta. El proceso incluye, además, el
condicionamiento directo o indirecto de multitud de estímulos que ganan valor
diferenciador y provocan en los géneros distintas respuestas emocionales y de
actitud". De este modo, los individuos adquieren conductas genéricamente tipificadas,
es decir, aquéllas que acarrean diversas consecuencias a los individuos de distinto
sexo- género. Ciertos movimientos corporales son considerados (en nuestras
sociedades occidentales) como muy propios en la mujer y hacen a ésta más atractiva,
pero en un varón desencadenan rechazo; se trata de gestos genéricamente tipificados.

La escuela del desarrollo cognoscitivo enfatiza el papel que juega en la adquisición de


la identidad de género, la imagen cognoscitiva que el individuo adquiere sobre si
mismo. En un momento relativamente temprano de su desarrollo, el individuo
establece un juicio básico sobre su propia realidad física que le lleva a clasificarse
como niño o como niña. Esta identidad sexual, o clasificación de sí mismo, es el
principio organizador de las actitudes que la persona va a adquirir respecto de su
papel de género. Los valores de género, masculinos o femeninos, surgen en relación
con la imagen del propio yo y la necesidad de valorar las cosas que son consecuentes
con el yo. En general, todo el desarrollo de la sexualidad está vinculado con los
procesos de maduración cognoscitiva, más que con los procesos de maduración
meramente anatómica y fisiológica. Masculinidad o feminidad son para Lawrence
Kohlberg en Desarrollo de las diferencias sexuales, de Maccoby y Jacklin (1974), "...el
resultado de la organización evolutiva cognoscitiva por el niño de un mundo social en
que los papeles de género se relacionan con nociones corporales y con funciones
sociales básicas, según moldes relativamente universales".

A pesar de que las síntesis se pueden prestar a graves incoherencias lógicas, el


énfasis de los diversos enfoques mencionados en aspectos distintos de la identidad
sexual, parece exigir un esfuerzo por lograr una visión de conjunto. Se puede intentar
una síntesis crítica en cuatro puntos.

1. Lo anatómico y fisiológico es el condicionante básico de la identidad de género de


las personas, el punto de arranque de cualquier proceso de socialización de los sexos.
Ahora bien, este condicionamiento no es determinante en sentido mecánico, sino que
la persona logra su identidad de género por medio de una historia personal que parte
de ese dato primario, pero en la que juegan un papel también especial los elementos

52
sociales y culturales.

Frank A. Beach, en Sexuality in tour perspectives (1977)* ( La sexualidad humana


desde cuatro perspectivas), expresa que "...resulta razonable pensar que las
diferencias sexuales congénitas en el cerebro no funcionan como 'determinantes'
totales de las diferencias comportamentales subsiguientes, sino como fuentes de
tendencias o predisposiciones para responder diferentemente a programas
genéricamente distintos de entrenamiento social".

2. Cada organización sociocultural determina, explícitamente, las formas aceptadas


como ejemplares y necesarias para cada sexo; estas formas pueden diferir
notablemente de un grupo a otro y de una a otra cultura. Los modelos sociales
respecto de la sexualidad no son consecuencia de una determinación mecánica, a
partir de los datos biológicos, ni una elección arbitraria, sino que corresponden a
intereses, necesidades y experiencias propias de cada sociedad o grupo social.

3. Mediante los procesos de aprendizaje, el individuo humano se va convirtiendo en


varón o en mujer; sus hábitos y comportamientos van siendo característicamente
masculinos o femeninos (adquiere identidad de género). Este aprendizaje es
diferencial, ya que las conductas genérica-mente tipificadas producen diverso tipo de
refuerzo, según el sexo del niño, aunque en ello también cuentan las diferencias
intrasociales.

4. En el desarrollo de la identidad de género, juega un papel importante el desarrollo


de las estructuras cognoscitivas y, por consiguiente, la imagen que de si mismo
adquiere cada individuo, como varón o como mujer. Los valores y las actitudes
aceptados más tarde, están condicionados por la necesidad de correspondencia con
esta imagen propia de cada individuo, aunque ciertas incoherencias formales
correspondan al carácter ideológico de los valores de género.

Una consecuencia importante que se sigue de está síntesis, es que no se pueden


considerar masculinidad y feminidad como caracteres excluyentes; se trata, más bien,
de una polaridad, de un continuo de rasgos y características. De aquí ha surgido la
concepción de una identidad genérica ideal, la llamada "androginia" (del griego anér,
varón y gyné, mujer), que seria la posesión simultánea tanto de rasgos y
comportamientos considerados como propios de varones, como de rasgos propios de
mujeres, en una determinada sociedad. Así, el andrógino y la andrógina constituirían
un tipo sexual- genérico ideal, con capacidad para adaptarse a cualquier situación
social, sin importar las demandas que, en cuanto a identidad. de género, se le
plantearan. Por supuesto, este concepto de androginia resulta muy discutible, como
también es discutible la mayor adaptabilidad de la persona andrógina. Como quiera
que sea, la hipótesis de la androginia subraya en forma dramática la relatividad social
de buena parte de los rasgos de género.

Machismo y hembrísmo latInoamericanos


A pesar de que en algunas caracterizaciones acerca del varón y la mujer los países
latinoamericanos acusan una notoria estereotipación, una excesiva generalización y
hasta una cierta dosis de especulación literaria, no deja de ser cierto que la tipología
machista describe con suficiente acierto algunas características bastante comunes en
la diferenciación de género que ocurre en Latinoamérica. El tipo machista
latinoamericano se puede caracterizar con cuatro rasgos:

•Citado por Strong y DeVauIt, 1988.

53
a. Fuerte tendencia a la actividad genital y gran valoración de ésta (el macho es "muy
gallo").

b. Frecuente tendencia a hacia la agresividad física (el macho "puede").

c. Una sistemática actitud de "valeverguismo" o indiferencia frente a todo aquello que


no se relaciona claramente con la imagen de macho (al macho, "le vale verga" todo lo
que no se relaciona con faldas o violencia).

d. El "guadalupismo", es decir, una hipersensibilidad respecto de la figura idealizada


de la madre y de todo lo que se relacione con ella.

Así como hay este síndrome tipológico del macho, hay uno de la hembra. El
hembrismo se podría caracterizar por los siguientes rasgos:

a. La subordinación instrumental frente al macho; la realización de la mujer sólo se


concibe mediante el servicio al varón, la procreación y la educación de los hijos.

b. La exigencia de virginidad y de enclaustramiento. Mientras es soltera, la mujer debe


reservarse intacta para un varón; una vez casada, debe permanecer dedicada
íntegramente a su hogar. Frente a la genitalidad machista, la mujer debe llegar virgen
al matrimonio, ya que compete al marido ir con experiencia sexual y así moldear a su
esposa en el aspecto sexual.

c. El cultivo de la sensibilidad y la afectividad. Puesto que la hembra es de inteligencia


inferior, a ella no le compete enfrentar y resolver los problemas objetivos, sino cultivar
la emotividad y el sentido de las realidades subjetivas.

d. El conservadurismo y la religiosidad. A la hembra le compete conservar vivas en la


familia las tradiciones culturales y espirituales, para así mantener religada a la familia
con los parientes (vivos y difuntos) y con Dios.

Las tipologías de macho y hembra parecen responder a los rasgos que, en mayor o en
menor medida, muestran un gran número de varones y mujeres, en el medio
latinoamericano. Pero el problema no se reduce a que se produzca esta diferenciación
sexual, sino que, además, se tiende a justificarla atribuyéndola a la naturaleza. Según
esta concepción, el varón es macho "por naturaleza" ,por determinismos genéticos que
le llevan a ser como es y a proceder de acuerdo con esos incontenibles impulsos
natura-les. De este modo, es "normal" que el varón sea macho y la mujer hembra; los
rasgos comportamentales de machismo y hembrismo dependerían de procesos
genéticos y no de causas históricas. En lo relativo a los sexos, lo biológico constituiría
un hado histórico. Lo grave de esta tipología machista es su carácter discriminatorio,
que relega a la mujer a un papel de sometimiento y subordinación a los intereses y
proyectos del varón. Pero la discriminación, como toda forma de opresión, resulta no
sólo deshumanizadora para el oprimido, sino para el opresor. La sexualidad resulta
para muchos varones y mujeres latinoamericanos, una fuente profunda de enajenación
deshumanizante y, por tanto, de mucho sufrimiento.

MitoIogía sexual
Los estudios acerca de las diferencias entre los géneros, llevan a conclusiones mucho
más modestas que las que el sentido común suele asumir. La investigación pone de
manifiesto que cualidades que se asumen como connaturales del varón o de la mujer,
tan sólo se pueden considerar corno rasgos desarrollados histórica y diferencialmente
por los varones o las mujeres de ciertas sociedades, o de ciertos sectores de una

54
sociedad, pero de ningún modo por determinismos genéticos, sino por factores
socioculturales. Eleanor Maccoby y Carol Jacklin, hicieron, en su obra Psicología de
las diferencias sexuales (1974), una revisión sistemática de investigaciones acerca de
diferencias sexuales. Sus conclusiones son muy moderadas y fundamentan la idea de
que la diferenciación de género es, en gran medida, una construcción histórica. Los
datos pueden resumirse así:

A. Creencias infundadas acerca de las diferencias entre los sexos

1. Las mujeres son más "sociables" que los varones.


2. Las mujeres son más "sugestionables" que los varones.
3. Las mujeres tienen una estima menor de sí mismas.
4. Las mujeres son mejores para las tareas sencillas y repetitivas; los varones, para
tareas que exigen procesos cognoscitivos más elevados y la inhibición de respuestas
aprendidas con anterioridad.
5. Los varones son más "analíticos".
6. Las mujeres son más influidas por la herencia y los varones por el ambiente.
7. Las mujeres carecen de motivación de logro.
8. Las mujeres son de carácter auditivo; los varones, de carácter visual.

B. Diferencias sexuales suficientemente comprobadas

1. Las mujeres tienen mayor habilidad verbal que los varones.


2. Los varones se destacan en habilidad visualespacial.
3. Los varones se destacan en habilidad matemática.
4. Los varones son más agresivos.

C. Aspectos sujetos a verificación

1. Sensibilidad táctil.
2. Miedo, timidez y angustia.
3. Nivel de actividad.
4. Tendencia a competir.
5. Tendencia a dominar.
6. Tendencia a someterse
7. Conducta "maternal."

Fuera de estas diferencias, la mayor parte de las creencias acerca de diferencias


"naturales" entre varones y mujeres, no han podido ser verificadas.

A fin de verificar el papel de los factores genéticos en la diferenciación de los rasgos


masculinos y femeninos, John Money ha estudiado durante largo tiempo casos de
hermafroditismo humano, es decir, de sujetos que pertenecen genéticamente a un
sexo, pero cuyos genitales externos corresponden al del otro sexo, o son ambiguos.
Esta condición ha hecho posible que niños genéticamente de su sexo, hayan sido
educados con pautas del otro sexo- género. Money (1972> ha subrayado la
importancia de la historia social del individuo en la determinación de su identidad de
género y en la adquisición de rasgos de uno u otro género, hasta llegar a afirmar que
la masculinidad o la feminidad psíquica no dependen de los orígenes cromosómicos,
gonadales u hormonales, ni de otras diferencias morfológicas. Sin embargo,
posteriormente, Sexuality in four perspectives (Sexualidad desde cuatro perspectivas)
de Frank A Beach (1977)*, señala: "...la proposición básica no debe consistir en una
dicotomización de lo genétice y lo ambiental, sino en su interacción"

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Hay aspectos de la diferenciación sexual programada genéticamente que dejan su
huella, pero que pueden ser alterados desde muy temprano por la< particularidades de
la historia personal. Tras el nacimiento, la diferenciación psicosexual (genérica) se
vuelve función de la historia biográfica principalmente de los aspectos sociales de esta
historia - que deja su huella tan profunda como la programación genética. En esto
juega un papel crucial la asignación de un género ("género asignado") al recién
nacido, que desencadena una serie diferencial de respuestas de los padres y del resto
del entorno social. Así, dice Money, "...la parte predominante en la diferenciación (de
la identidad de género) recibe su programa mediante la transmisión social de quienes
son los responsables de reconfirmar la asignación de un género en las prácticas
diarias de crianza".

El hecho de que las diferencias de género se sigan atribuyendo a la naturaleza y de


que se tomen como base para la discriminación social, es indicador de su carácter
ideológico. Machismo y hembrismo son verdaderos mitos sociales que amparan
prácticas convenientes a los intereses dominantes en nuestra organización social.

El proceso de mitificación de las rasgos machistas y hembristas comienza por su


verificación: se dan estos comportamientos. Continúa por el análisis de su
funcionalidad social: la existencia de estos rasgos diferenciales satisface necesidades
sociales mediante una división laboral de varón y de mujer. Y termina por su
naturalización: se atribuye a la naturaleza lo que es producto de una determinada
historia social. Este proceso de mitificación resulta en ocasiones muy sutil y parece
contar con el sello de lo científico. De hecho, las características presentadas como
naturales del varón y de la mujer son, al mismo tiempo, reales y míticas. Esa
ambigüedad es precisamente lo que mantiene su aparente veracidad; son verdaderas,
porque se dan con gran frecuencia, y míticas, porque se suponen naturales,
inherentes a la esencia de los sexos. El mito se perpetúa mediante la socialización.

El análisis psicosocial tiene entonces que preguntarse no sólo por las raíces sociales
de los rasgos que configuran la identidad y los papeles de género, en una determinada
sociedad, sino por la significación de esas características para el sistema establecido.
En otras palabras, hay que verificar el sentido estructural de esos rasgos de género
discriminatorios, en su funcionalidad para unos intereses concretos, los intereses
dominantes. Podemos hacer este análisis con respecto a los mitos sexuales del
hembrismo, ya que es la mujer la que de ordinario resulta discriminada por la
diferenciación de género en nuestras sociedades.

Examinemos brevemente tres mitos acerca de la mujer: el mito de la esposa amorosa,


el mito de la madre y el mito del "eterno femenino".

a. El mito de la esposa amorosa sublima y naturaliza la sumisión del proyecto vital de


la mujer al proyecto del varón. La misión y el destino de la mujer es servir al varón.
Esta subordinación se encuentra anclada en el convencionalismo social de que el
varón se realiza ejecutando alguna tarea o trabajo social, mientras la mujer se realiza
dedicándose a su matrimonio y a su hogar. Si la realización del varón como tal pasa
por el trabajo, la realización de la mujer como tal pasa por el servicio al varón.
Socialmente, al varón se le mide por sus logros profesionales; a la mujer, por los
logros de su varón. La mujer es esposa "de" y hasta modifica su nombre al casarse, en
expresión de su subordinación. De ahí el aún frecuente sentimiento de fracaso de las
mujeres que no logran obtener un buen matrimonio, o ven desaparecer las
posibilidades de lograrlo.

En la práctica, el mito de la esposa amorosa, dedicada a su esposo, naturaliza y


ensalza una vergonzante situación de esclavitud existencial. La instrumentalización de

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la mujer respecto del varón, supone el bloqueamiento de importantes ámbitos en que
la mujer puede lograr su desarrollo personal; esta condición deja a la mujer en una
posición de permanente subordinación alo que su marido es y hace: la mujer es
"adorno" del varón. De esta manera, el mito de la esposa amorosa consagra una
repartición del poder social y justifica, por lo mismo, una sociedad esencialmente
jerarquizada: la supuesta jerarquía natural entre los géneros muestra la connaturalidad
y la bondad de la jerarquización en el poder social y, en definitiva, de esta jerarquía y
poder social concretos. La discriminación laboral de la mujer que está en la base de
este mito social, se da incluso en sociedades avanzadas, como Estados Unidos, Gran
Bretafla ,Alemania, Japón.

b. El mito de la madre es más sutil. Tratar de desemascararlo puede resultar hasta


peligroso, pues toca fibras sociales muy profundas, colindantes con el tabú. A la madre
se atribuyen, por el mero hecho de ser madre, una serie de características y atributos
idealizados: una madre "siempre" es buena, santa, abnegada, bella, acogedora, fiel...
La madre es lo más sagrado e intocable que puede tener el ser humano y por ello el
insulto más grave es nuestras sociedades es "mentarle la madre" a alguien.

El primer aspecto que encubre el mito sobre la maternidad es el abismo ent re los
atributos idealmente otorgados a la madre y la realidad concreta. Ninguna mujer logra
responder a todos esos atributos que, por el simple hecho de ser madre, le
competerían connaturalmente. El nuestras sociedades, la imagen ideal de la madre
encubre hasta la triste realidad de una maternidad que con gran frecuencia es
producto de la ignorancia, así como de la imposición y la explotación machistas y que
no pocas veces es una maternidad sin amparo social. Muchas de nuestras mujeres
que son madres por accidente sólo pueden ofrecer a las criaturas que traen al mundo
un futuro de miseria, sufrimiento y opresión. Piénsese en las madres violentadas
sexualmente por su compañero o esposo, bajo amenaza de chantaje o castigo físico;
las niñas- madres, víctimas de violación, a menudo incestuosa; las madres
marginadas paupérrimas, las madres alcohólicas o adictas a drogas, las madres
delincuentes y otras.

Con el mito de la madre se sublima también una división social del trabajo
discriminadora, en que la mujer, a partir de su condicionamiento biológico, se convierte
en "ponedora de hijos" y servidora de las tareas hogareñas.

Haciendo un mito de su función de madre como la función social más excelsa, se


justifican, por lo mismo, los valores sociales que reclaman una familia y un hogar
mantenedores del orden establecido, mientras se ignoran las privaciones y las
injusticias reales sobre las que se apoya semejante esquema familiar y social.

c. Finalmente, a un nivel más abstracto y global, se encuentra el mito del "eterno


femenino", según el cual la mujer constituye una especie de misterio insondable, cuyo
comportamiento más significativo brota de los fondos más profundos de la naturaleza,
más telúrica que histórica, más instintiva que humana. Las características y los rasgos
de la mujer son, en consecuencia, producto de este eterno femenino. No hay tanto que
cuestionar esas características, los caprichos y la irracionalidad femeninos: son parte
de ese misterio insondable e inaccesible que es la mujer.

El mito del eterno femenino sirve para enmascarar la instrumentalización corporal de la


mujer mediante todos los ritos de la belleza, la comercialización del erotismo y la
institucionalización de la virginidad. El cuerpo se convierte, así, en la posesión más
preciada de la mujer, su bien más precioso. La mujer entra al mundo de la
competencia, no con el fruto de su capacidad intelectual o moral o laboral, sino con la
belleza de su cuerpo, lo cual la prepara para obtener un buen matrimonio que le

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asegure una digna maternidad. La mujer necesita, por consiguiente, belleza y
virginidad: la una para atraer, la otra para garantizar la seriedad del producto ofrecido y
la privacidad de quien efectúe la adquisición (como propiedad privada).

El mito del eterno femenino encubre y justifica también la exigencia social de que la
mujer no cambie, de que siga siendo lo que es, so pretexto de que su ser más
profundo y auténtico ya está dado en los rasgos presuntamente predeterminados
desde lo genético. La incuestionabilidad del eterno femenino se transforma en
incuestionabilidad de aquellas prácticas sociales que producen la mujer discriminada
al servicio del varón. En definitiva, el mito de la madre esclaviza la mujer al hijo, y el
mito del eterno femenino, a su cuerpo y a su "naturaleza" y a permanecer en una
situación de servidora del varón.

Junto a los mitos de la mujer buena, consagrada por el orden social y el sistema
establecido, están los antimitos de la prostituta. La prostituta es mujer, es decir, tiene
un cuerpo y una "naturaleza" femeninos (eterno femenino) y está llamada también a
realizarse por mediación del varón.

Pero la prostituta no es esposa amorosa (no es propiedad privada, sino pública>, ni es


madre (no tiene familia y aunque la tenga, la sociedad no la acepta como transmisora
de sus valores>. Por ello, una forma común de ofender a alguien es llamarle "hijo de
puta".

Estos son los rasgos que se le atribuyen como naturales a la mujer, dentro de la
concepción del "eterno femenino", según Ander, Egg y Zamboni en Opresión y
marginalidad de la mujer en el orden social machista (1 972)*:

Irracionalidad y emotividad. La mujer razona menos que el varón, es menos intelectual


y lógica, pero más intuitiva que el varón; se deja traicionar por el corazón, es
cambiante en sus estados de ánimo y en sus emociones.

Pasividad, conformismo, capacidad de adaptarse, abnegación, entrega. La mujer es


naturalmente pasiva, se conforma a las cosas tal como éstas vienen dadas; acepta los
acontecimientos, tiene una gran capacidad de abnegación y de entrega a los demás.

Debilidad, necesidad de apoyo. La mujer es un ser débil e indefenso que se lleva por
sentimientos; no sabe hacer frente a situaciones de responsabilidad; necesita centrar
su vida en otro.

Infantilismo, superficialidad. Aunque no se diga expresamente, la mujer es


considerada, de hecho, como algo intermedio entre el varón y el niño, al que no se le
pueden confiar grandes responsabilidades; superficial en su manera de ser, no puede
hacerse cargo de cosas de importancia.

Coquetería. A la mujer le gusta agradar, ser atrayente, coquetear, para lo cual vive
atrapada en un mundo de cosméticos, modas y peinados

Lectura recomendada
Schifter Síkora, Jacobo; Madrigal Pana, Johnny. Las gavetas sexuales del costarricense
y el riesgo de infección con el VIH. San José: Editorial
IMEDIEX, 1996.

'Citado por Martín- Baró, 1990

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