1. Introducción
Está claro que las personas aprendemos a expresar nuestros intereses, siendo
la escuela un entorno privilegiado para ello, y la labor del docente, entre otras,
ha de ser la de captarlos del que aprende. Esto lo podemos conseguir de
distintas formas, pero aunque nos pueda parece lógico preguntarle
directamente al alumnado ¿qué te interesa?, ello nos podría llevar
directamente a intereses triviales, pasajeros debido a modas o insustanciales y
de poco calado. Tanto es así, que pensamos, que lo más propicio, a la hora de
acercarnos a los intereses de nuestro alumnado, es que el profesorado sea
capaz de disponer situaciones que despierten su interés.
Ahora bien, no debemos olvidar el notable espacio que ocupa, en todo este
proceso, el compromiso. Involucrarse activamente en lo que se hace es
fundamental, para así poder responder a los pequeños problemas que surjan.
Como decíamos, este compromiso tiene que llegar desde todos los sujetos
(familia, alumnado y profesorado) que intervienen en el proceso educativo, y
aunque esto es bastante complicado por infinitos motivos, el maestro y la
maestra tienen que realizar esfuerzos para conseguirlo como eje motor, de
todo este entramado socioeducativo, que son.
Todo ello, unido a la utilización flexible de los recursos que disponemos, hace
que los PT sean una muy buena propuesta para trabajar con alumnos y
alumnas con un acceso al conocimiento dispar.
2. Contexto