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letti muri 16 el 24 de no- (Argentina), su ciu- Tenguas en las uni- " a (Argentina) y 9 se trasladé a Ja Universidad + Ensayo sobre los atomistas ¢ Sociedad Venezolana de + La filosofia de Anaxdgoras (Caracas: Sociedad i Venezolana de Filosofia Lucrecio: la filosofia como liberacién (Cara- cas: Monte Avila Editores, 1987) Protdgoras: Naturaleza y Cultura (Carac: Biblioteca de la Academia Nacional de la His- toria 1987) ‘Las teorias del suefo en ta filosofia antigua (México: Fondo de Cultura Econémica, 1989) Hechos y figuras del anarquismo hispancame- ricano aces, Espaiia: Ediciones Madre * Tierra, 1990) Botcica ANGEL J. CAPPELLETTI i: In Latin America, Positivism has socio-political meaning. On one is an ideological instrument in the strug- “against the hispanic-catholic culture of times, and the vestiges of feudalism. On r by means of science exaltation, up t0 the new religion, it serves both as the ‘avoids 19 the autochthonous masses positivismo tiene en América La- do socio-politico ambivalente. Por oS peaead ideoldgico en ta lu- a hispano-catdlica de la Colo- Por ta exaltacién de ta ciencia, de nueva religion, para evi- de las masas autdctonas y io de las nuevas burgue- Por una pi positiv lar ef orden esclavista y feudal ses colonizados por Espaiia y P Ja monarqufa absoluta y el domin: a. Por otra parte, sin em| 5, desean imped Iglesia cal no menos vigor y emp. liberalismo se transforme ¢ monarquia absoluta sea sustituida pc ‘ea popular; que a la esclavitud y al feud: sucedan el ascenso de las clases inferiore razas no europeas y, eventualmente, w sin clases. Los positivistas lati {pero fuertemente anti-jacobinos; son republicanos pero no demécratas, Su ideal politico sigue siend la-sociocracia, donde el poder, como en la Repi- de Platén, corresponde a las sabios y, de nin- guna manera, al pueblo en su conjunto. Su vision de la sociedad futura esta dominada por la idea de la emancipacién mental: se trata de liberar al e clavo, al siervo y al trabajador por el saber. es de~ cir, por Ja ciencia, sustituyendo las viejas creen- cias religiosas por una cosmovisidn cientificay, al mismo tiempo, de sustraerio a las ilusiones “meta- fisicas” del liberalismo radical y del socialismo. “El positivista latinoamericano -dice Zea- se considera continuador de la accién que para poner fin-al coloniaje ha realizado el liberalismo. Los posi vite son, también liberales, pero realistas. Tibertad no puede confundirse con la anar- POSITIVISMO LATINOAMERICANO “plies, esta oportunidad para demostrar de manera conereia que ta nueva Filosofia es la vinica eapae jonstituirla a cabalidad, No venimos a pertur: den, sino a ocupar un lugar imprecise de- ‘extinciOn gradual y normal de las anti- jas. Vemnos ¢l organismo social como n enfermo, al cual le hemos aplicado tod: ri de medicamentos empiricos y cos y fortificantes, de palia~ stivos, y, ya que el mal continda, sino seri ya el tiempo dle su ‘el raci 10 por el punto de ‘naturalista, tal como lo esti ha- resultados fa medicina moder ‘otras palabras, agotados todos jes de un os todos los engranajé ‘asi durante un siglo ban hecho > Ia sociedad entre la teolo- para salvar el orden, y sada vez. mds impor clab gue tal ficssmo” mmetafisica, ¢ al zetti 0 e) monismo espiritual en Venezuela, 0 ¢ Ingenieros, en Ia Argentina, Pero, sobr debe sorprender que en Brasil y en Chile desarrollado también una Iglesia posit agarrig: De tal manera, el positivismo se conviert ideologfa de una burguesfa en forma enso, que pretende liquidar lo lismo y de la cultura colonial it tiempo, impedir el acceso al poder de las masas populares, es decir, de los campesinos, los ‘artesanos y del incipiente proletariado industrial, Su tarea consiste en destruir la jerarquia social vigente durante tres siglos de coloniaje y la cultu- fa catdlica peninsular que era inherente a dicho or- den social, pero no sin impedir el advenimiento de ‘un nuevo orden democrdtico y socialista. Se trata de combatir el pasado aristocratico conjurando si- ‘multdneamente el amenazador fantasma de un fu- turo proletario y popular. En efecto, nada mds eficaz que la ciencia para poner de relieve los ilusorios fundamentos del de- echo diyino de los reyes y de la mitologia nobi- ‘ligria y para demostrar, sobre todo a partir del evolucion ae lismo y las leyes de la herencia, la nece- justicia) de ta supervivencia del més ANGEL. CAPPELI de Los grandes partidos que divi- mrineipalmente a que no hubo, como “Fevoluicién sino evolucidn de la pidié la formacion del m dio siempre en el il pariipacion preeminente as ese to debe al partido pelucén, f0r- lementos eatdlicos, que apenas ites agitadas de los pensadores al formular Ia constitu- “se parts de tos entusiasmos libe~ 6 ef suftagio restringido, Ia re- fe dle los poderes politicos renoyable cada cinco renoyable cada diez, jusiones”, por su democratis- ‘Brasil y Chile preanun- do en la ciencia. “Por eso tras fas guerras de ta ind aor scientemente, Po més 0 0 ont es de liberta realidades concretas los ide dad proclamados durante aquellas £% “onde el liberalismo amenaza con sacar de sus principios y pue eonsecuenci Mevar a una forma de democ! a directa alli donde el fe ismo pares “I pcbetirti sar los Timi va y del particularismo arse en comunalismo autogestionario tradiciones pre-hispanicas del ayllu y fs como solucin la “dictadu paride de ael contin no ilimita- n Venezuela la teor'a del “gendarme ne mado en la tosudes cazurra de Juan Vicente Gomez. ‘Un brillante escritor positivista, Laureano Henilla Lanz, habla del arismo democratico” y fecoge, ya en las décadas de 1920 y 1930, los elo- igios de fascistas italianos y franceses. Desatrolla Jargamente la oposicién entre las constituciones de papel, ideadas por los doctrinarios liberals, y as constituciones reales, que deben defender los cientificos sociales positivistas. Estas ditimas pro- claman, en Venezuela, e} cesarismo, democratico. Citando a Hipélito Taine, habla asf Vallenilla del “gendarme necesario”: "Si en todos los paises ¥ en todos los tiempos -atin en estos modernisimos en que tanto nos ufanamos de haber cong para la raz6n humana una vasta posiciGn del cerre- fho en que antes imperaban en absoluto los instin mmprabado que, por encima de cuantos estable- Posimiy “un Tefe. Cualquiera que con espiritu desp ea Io historia de’ Venezuela, encuentra después de asegurada la independencia, i6n social no podia de ninguna manera € Tas leyes sino a los caudillos pres- 'y mis temibles, del modo coma habia su- en los campamentos’ iportante advertir, sin embargo, que las del positivismo no corresponden necesa- ‘paises y pocas diferentes, sino que se una misma época y pafs y atin den- 1 de un mismo autor. Asi, por ejem- fenezuela de Gémez, mientras Valleni 12 exalta al caudillo prestigioso y temible, ar Salas lo critica con fuerza (aunque sin Civilizacién y barbarie, obra de ‘sarmientino, elogiada por José In- nla considera “cartilla politica” para de Vallenilla Lanz y reaccionario, una faceta que también “progresista”, ya que, ns reivin- ia de haberse sustraido eca ambivalencia del positivismo lati- cuando se 10 LATINO, MERICANO oda brindar ia ne a fe y constituir una revelacién apta para borar el predominio de la b a criolla, par barter con‘los restas del feudalismo y cl col lismo, para poner radas de la plebe El positivismo latinoame suis fuentes en Francia (Comte): despu: tra (Spencer). Sélo acude en sogunc Alemania (Haeckel) y a Italia (Lombroso por nada su gran modelo y su arque tados Unidos de América del Norte, L pensadores argentinos, a quie far pre-positivistas 0, si se quiere, positivistas au téctonos ¥ espontineos, Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento, asf lo demuestran. El primero de ellos expresaba, en stis Bases, el deseo de que la educacién cient generara en ia Republica Argentina “el yankee hhispanoamericano”, Tres décadas mas tarde, el se- undo, escribfa en su Argirdpolis: * Aloancemos a Tos Estados Unidos. Seamos la América, como el mar es el Océano. Seamos Estados Unidos”, Los positivistas latinoamericanos admiran en fa repdblica del norte ef progreso técnico, industrial y ‘agt{cola, la fuerza de sus iniciativas mercantiles. st ‘economia pujante y expansiva, su eficacia admi- nistrativa; y, en lo politico, Ia continuidad de sus ‘gobiemnos, la paz interna y el orden constitucional. cl federalismo exento de caudillaje. Pero afioran, fencitna de todo, el predominio de una fe ak ue, al superar fos © en Ingl

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