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Otitis media aguda

• Qué es? Definición, causas y síntomas


• ¿Qué sucede si el tímpano se rompe?
• ¿Qué se puede hacer para prevenir una otitis media?
• ¿Cómo se trata?
• ¿Cuándo consultar?

¿Qué es?

Es la infección aguda del oído medio que es el espacio que se encuentra detrás del tímpano. Esta
infección es muy común en niños de edades entre los 6 meses y los 2 años. La mayoría de los
niños (70-80%) han tenido una infección de oído antes de haber cumplido los 6 años.
Aproximadamente un tercio de ellos presentan 3 ó más episodios. El 5-10% de los niños que
sufren una otitis padecen una nueva en el plazo de un mes. Las infecciones del oído
frecuentemente van acompañadas u ocurren después de un catarro común. El otoño y el invierno
son las épocas en las que más habitualmente se presenta esta infección.

Causas: las infecciones en el oído medio son causadas por bacterias o por virus. Las otitis no son
contagiosas en sí mismas, pero los resfriados que a menudo las acompañan si pueden ser
transmitidos a otros niños, por ello durante los primeros días no deberían acudir a la escuela o
jardín infantil_sala cuna, y hacerlo sólo cuando el oído no duela, no tengan fiebre y se sientan ya
bien.
Signos y síntomas:

• El dolor intenso de oído es el síntoma principal y con frecuencia nocturno.


Es causado por los cambios que experimenta la presión en la parte interna
del oído de su niño. Tragar, masticar o sonarse la nariz, pueden empeorar
el dolor.
• Su hijo se lleva la mano al oído con frecuencia (es consecuencia del
dolor).
• Fiebre (no siempre presente y más habitual en los más pequeños).
• "Zumbidos" en los oídos.
• Al tocarle la oreja a su hijo le duele.
• Su niño suele llorar más e inquietarse más de lo normal. Llora
especialmente en mitad del sueño y al succionar.
• Además oye menos por ese oído y esta situación puede persistir varias
semanas.

Qué sucede si el tímpano se rompe?

Si hay mucha presión detrás del tímpano, éste puede romperse. Generalmente esta lesión cicatriza
por sí sola. Los signos que indican la rotura del tímpano son la salida de pus (supuración) o sangre
por la entrada del oído. Una vez perforado el tímpano, desaparece el dolor, puesto que ya no existe
la tensión a la que estaba sometido.

¿Qué se puede hacer para prevenir una infección en el oído?

A continuación vamos a mencionar lo que usted puede hacer para disminuir el riesgo de que su
niño contraiga una infección en el oído, si bien hay que tener presente, y esto es "inevitable", que
existe una predisposición personal en ciertos niños a padecer otitis, que habitualmente se hereda
de los padres.

• Lactancia. Su hijo está menos predispuesto a contraer una infección en el


oído cuando es alimentado con leche materna. Déle el pecho, es lo mejor.
• No le dé el biberón al niño mientras se encuentre acostado. Esto puede
permitir que el líquido penetre en las trompas de Eustaquio. Estos
conductos conectan el oído medio con la parte posterior de la nariz.
• Aleje a su niño de las personas que fuman. Los niños que permanecen
alrededor de los fumadores están más predispuestos a contraer
infecciones en los oídos.
• Ayúdele a tener una buena higiene nasal: sonarse con frecuencia y
suavidad, si se tiene mucosidad, y hacer lavados nasales con suero
fisiológico, ayuda a prevenir las otitis.
• No existe nada eficaz para evitar los catarros causados por virus (ni
"defensas", ni "vitaminas", ni los remedios caseros). Su pediatra, en el
caso de otitis recurrentes, le recomendará qué tratamiento debe seguir.
No hay ninguna base para pensar que un gorro que cubra las orejas sirva para prevenir las otitis
infantiles.

¿Cómo se trata?

El pediatra usará un otoscopio para mirar el interior del oído del niño y así saber si tiene o no una
infección.

Los antibióticos
Puede ser que su niño necesite recibir estos medicamentos para tratar la infección; uno de los más
adecuados es la amoxicilina, aunque también existen otros tipos de antibióticos que pueden
indicarse, pero siempre bajo estricta prescripción médica para evitar, entre otros problemas, el
desarrollo de resistencias bacterianas. Nunca administre antibióticos a su hijo por su cuenta.

El paracetamol o el ibuprofeno disminuyen el dolor de oídos y la fiebre. Colocar sobre el oído un


paño tibio, calentado con una plancha, también puede ayudar a aliviar el dolor. No administre gotas
óticas sin indicación expresa de su pediatra.

Recuerde que una vez comenzado el tratamiento antibiótico, la fiebre, si existiera, y el dolor
pueden persistir entre uno y tres días. Si después de este tiempo no cediesen las molestias o el
estado general no mejorase, sería entonces conveniente volver a consultar con su médico.

¿Cuándo consultar?

En los últimos tiempos existen gérmenes que se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos, por lo
que se recomienda no automedicar con antibióticos sino aprender a manejar el dolor y visitar al
pediatra cuando el niño presenta alguno de los síntomas y signos expuestos anteriormente, para
que diagnostique de forma correcta el cuadro e indique, si fuera necesario, el medicamento
adecuado para la infección

REVISTA DE OTORRINOLARINGOLOGÍA

OTITIS MEDIA AGUDA

Es un proceso infeccioso causado por inflamación del oído medio y cuyos


síntomas incluyen: otalgia, hipoacusia, fiebre y malestar general. Normalmente es un proceso con
una duración de 2 semanas o menos.

Es una de las principales causas de formulación de antibióticos en Estados Unidos y se


considera que un gran porcentaje de los niños menores de 7 años, ha tenido por lo menos un
episodio de otitis media aguda. Aproximadamente el 10% de los niños menores de 3 meses
presentan un episodio de otitis media aguda y su pico de incidencia oscila entre los 6 y los 15
meses de edad. Los gérmenes involucrados en la etiopatogenia de esta entidad
son: Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae no tipificables, Moraxella branhamella y
virus como rinovirus y adenovirus (2).

HISTORIA NATURAL

La otitis media aguda usualmente es ocasionada por la obliteración de la trompa de Eustaquio,


estructura que facilita el intercambio gaseoso entre el oído medio y la rinofaringe. Esto
desencadena una serie de acontecimientos patofisiológicos, iniciando con una disminución
progresiva de la presión de los gases dentro del oído medio, producto de la difusión del CO2, O2 y
N2, hacia el espacio vascular, creando una presión negativa en la cavidad del oído que trae un
aumento de la permeabilidad vascular y extravasación de líquido seroso. A medida que evoluciona,
la permeabilidad capilar se hace más severa, convirtiendo el líquido seroso en un exudado
y produciendo un aumento de la presión hidrostática que con lleva a una perforación de
la membrana timpánica.

FACTORES DE RIESGO

Muchos son los aspectos involucrados en los pacientes con otitis media aguda, entre ellos
encontramos: alergias, inmunosupresión, suspensión de la alimentación con seno materno,
fumador pasivo, posición prono al dormir y tal vez uno de los aspectos más importantes es el
cuidado diario. Estudios recientes han demostrado que grupos de guarderías, con un número de
entre 10 y 20 niños, aumenta notoriamente la factibilidad de otitis media aguda (2).

CUADRO CLÍNICO

El paciente con otitis media aguda, usualmente se encuentra con síntomas agudos y severos que
incluyen: otalgia, fiebre, hipoacusia y malestar general. Los signos más notorios son disminución
de la movilidad de la membrana timpánica, la cual suele estar enrojecida, opaca, abombada e
incluso se puede evidenciar salida de material purulento a través de una perforación. Vale la pena
recordar que solamente el 60% de los pacientes con otitis media aguda, después de 2 semanas y
el 80% después de 8 semanas, han presentado aclaramiento del líquido presente en el oído
medio (2).

Se han identificado 4 fases clínicas, que a saber son:

• Fase hiperémica: Caracterizada por un enrojecimiento de la membrana timpánica en forma


difusa.
• Fase trasudado: Se pueden apreciar burbujas o nivel hidroaéreo en el oído medio. Limitación
de la movilidad de la membrana timpánica.
• Fase exudado: Abombamiento de la membrana timpánica con aumento de la
vasculatura radiada.
• Fase supuración: Presencia de material purulento que sale a través de una perforación de la
membrana timpánica.

DIAGNÓSTICO

Tal vez uno de los aspectos más relevantes en el diagnóstico, de otitis media aguda lo constituye
el cuadro clínico y los hallazgos durante el examen físico ya descritos anteriormente; vale la pena
recordar que la otoscopia neumática es una herramienta muy útil en esta patología. La presencia
de hipoacusia conductiva en pacientes con otalgia y documentada con diapasones, es de gran
ayuda. Así mismo el uso de audiometría e impedanciometría en pacientes con otitis media
aguda no es de gran utilidad y se debe reservar para casos muy especiales (4).

TRATAMIENTO

El tratamiento sigue siendo debatido hasta el momento. Los más recientes estudios han
demostrado que los antibióticos ayudan a resolver los síntomas de los pacientes con otitis media
aguda, solamente en 1 de cada 7 pacientes (4); sin embargo, también se ha demostrado que
disminuyen la posibilidad de complicaciones como la mastoiditis aguda, infección intracraneal y la
perforación de la membrana timpánica. Por esta razón se continúa recomendando antibióticos más
acetaminofén como elección en estos pacientes.
Es importante discutir algunos aspectos relevantes de la antibioticoterapia que son controvertidos.
Como: cúal antibiótico seleccionar, tiempo de duración del tratamiento, efectos adversos y si
existen o no cambios en la modificación del curso natural de la enfermedad.

En primer lugar y en vista de que el germen más comúnmente involucrado en la etiopatogenía de


la otitis media aguda es el Streptococcus pneumoniae (5), el antibiótico de primera línea es la
amoxicilina. Sin embargo, a pesar del aumento de la resistencia se considera vital tener en
cuenta algunas recomendaciones: si el paciente es de bajo riesgo para la infección
con Streptococcus pneumoniae (niños mayores de 2 años, sin tratamiento con antibiótico durante
los últimos 3 meses y que no asisten a guardería), se recomienda dosis de 40 a 45 mg/kg/día. Si el
paciente es menor de 2 años, ha recibido tratamiento en los últimos 3 meses con otro antibiótico o
presenta alta posibilidad de resistencia al Streptococcus pneumoniae, se recomienda el inicio de
amoxicilina entre 80- 90 mg/kg/día. Se ha visto que esta dosis de amoxicilina logra unas excelentes
concentraciones en oído medio, no tiene efectos tóxicos y los efectos colaterales son nulos (5). Si
después de 48 ó 72 horas no existe resolución de los síntomas (fiebre y otalgia)
debe pensarse en usar un agente de segunda línea o miringocentesis. Los estudios mencionan
como antibióticos de segunda línea al cefprozil, amoxacilina-clavulinato, cefaclor, ampicilina-
sulbactam, cefixime, cefpodoxime, macrólidos como la azitromicina y sulfas como trimetroprim-
sulfametoxazol, y la eritromicina-sulfisoxazol (5). En segundo lugar se ha documentado que los
tratamientos largos (8 a 16 días) con antibioticoterapia tienen menor incidencia de fallas en el
tratamiento si se comparan con los tratamientos cortos; pero no tienen ningún efecto en prevenir la
recurrencia de la enfermedad (5).

La colocación de tubos de ventilación se recomienda sólo en casos en que la enfermedad persista


por más de tres meses.

En conclusión podemos decir que los antibióticos en otitis media aguda tienen poco beneficio. Su
uso varía entre 31 y 98% en Holanda y Estados Unidos respectivamente. Normalmente la
reducción de los síntomas se hace a las 24 horas; el 41% de los pacientes lo hace entre dos y siete
días. Otros estudios muestran resolución de la sintomatología en el 80% de los pacientes inclusive
sin terapia antimicrobiana. No existe diferencia estadística en el desarrollo de recurrencia de otitis
media aguda entre los grupos de pacientes en tratamiento con antibioticoterapia o sin ella (5).

ALGORITMO
Otitis media con efusión

La otitis media con efusión es un proceso inflamatorio del oído medio, que ocurre entre el 25 y
35% de los casos de otitis media, caracterizándose por la presencia de líquido en oído medio
(seroso, mucoide), sin signos infecciosos. La otitis media con efusión, ocurre normalmente en
forma bilateral. En la mayoría de los casos la otitis media con efusión se presenta como una
complicación de otitis media aguda, resolviendo espontáneamente en un gran porcentaje de los
pacientes en el transcurso de unos pocos meses (4).

HISTORIA NATURAL

Estudios longitudinales de la otitis media con efusión, demuestran la resolución espontánea de la


entidad en más de la mitad de los niños dentro de los primeros tres meses después de establecido
el derrame (4). Después de tres meses la resolución espontánea del derrame permanece
constante, aunque la presencia del derrame en el oído medio después de un año es
extremadamente rara y en la mayoría de los pacientes los episodios de otitis media con efusión no
persisten más allá de la infancia temprana es decir, después de los tres años (4).

FACTORES DE RIESGO

La evidencia científica mostró que los siguientes factores ambientales pueden aumentar el riesgo
potencial de adquirir otitis media con efusión u otitis media aguda. Ellos son:

Alimentar a los niños con leches maternizadas en lugar de alimentación con seno materno,
fumador pasivo y asistencia guarderías. La exposición secundaria al humo del cigarrillo está
asociado con mayor riesgo de otitis media con efusión. Aunque no hay una prueba que dejar de
fumar pasivamente ayude a prevenir la presencia de derrame en el oído medio, hay muchas
razones para no llevar a cabo la exposición (4).

En estudios realizados en niños con otitis media con efusión que son cuidados en casa
comparados con aquellos que asisten a la guardería, se encontró que los niños de la guardería
tienen un riesgo mayor de adquirirla (4).

CUADRO CLÍNICO
La clínica sigue siendo uno de los factores determinantes en el diagnóstico de otitis media con
efusión. El dolor de oído y el malestar nocturno se asocian fuertemente con otitis media aguda; sin
embargo, no sucede lo mismo con el diagnóstico de otitis media con efusión, el cual se debe
sospechar en pacientes con pérdida auditiva leve o moderada y ausencia de síntomas infecciosos
agudos como fiebre, otalgia y malestar general.

Estudios de los efectos de la otitis media con derrame sobre la audición han variado en el diseño y
han examinado varios aspectos de habilidades de la audición y de la comunicación. También es
incierto si los cambios en la audición debido al fluido del oído medio tengan algunos efectos a largo
plazo sobre el desarrollo (4).

La otoscopia neumática es recomendada para la valoración del oído medio porque combina la
visualización de la membrana timpánica con una prueba de movilidad de la membrana timpánica.
Cuando este examen es realizado por un examinador experimentado, la exactitud del diagnóstico
de otitis media con efusión puede estar entre el 70 y el 79% (4).

La prueba de los diapasones es de difícil realización y no tiene validez en niños menores de 3


años. Sin embargo, en adultos su utilidad es indiscutible.

La timpanometría suministra una medida indirecta de movilidad de la membrana timpánica y una


estimación de la presión del oído medio. El valor predictivo positivo de un timpanograma anormal
(curva tipo B), está entre 49 y 99%. El uso de ambas pruebas simultáneamente, mejora
notoriamente la posibilidad diagnóstica de otitis media con efusión (4).

El cambio en el umbral auditivo es un indicador de presencia de otitis media con efusión. Su


utilidad está recomendada en pacientes con otitis media con efusión bilateral con persistencia
mayor o igual a 3 meses y en aquellos pacientes en que se sospeche pérdida auditiva igual o
mayor a 20 decibeles en el oído de mejor audición (4).

Otitis Media Aguda infantil

¿Cuál es su incidencia?

Es una enfermedad muy frecuente. Su incidencia ha aumentado llamativamente en los últimos años, de forma que
se ha convertido en una enfermedad casi-universal que presentan hasta el 20-62% de los niños y entre el 50-83 %
a los 3 años de edad 1,2. Además representa la primera causa de prescripción de antibióticos en la infancia 3.

Se estima que aproximadamente el 5% de los niños está "predispuesto" a desarrollar Otitis Media aguda de
repetición y que hasta una tercera parte de los niños afectos de OMA tendrán un nuevo episodio en un mes 4.

El riesgo de la Otitis Media Aguda reside en sus secuelas, las más frecuentes son las recurrencias y la Otitis Media
Serosa.

¿Cuáles son sus causas?

1. Bacterias. Los estudios se han centrado en las bacterias más que en los virus y por eso las bacterias
emergen como la causa más frecuente. Las más asociadas son el Neumococo, el Haemophilus, y a
continuación la Moraxella Catarrhalis y el Estreptococo ? del grupo A y el Staphylococcus aureus.

Proceden de la nasofaringe y ascienden a través de la trompa de Eustaquio hacia el oído medio.


Los niños suelen estar predispuestos a las reinfecciones, recolonizaciones o persistencia de patógenos 2
semanas después del tratamiento antibiótico. La coinfección de más de un patógeno es también común,
así como la infección por microorganismos productores de ?-lactamasas.

Un estudio evidenció que el 75% de las recurrencias estaban producidas por cepas bacterianas nuevas,
mientras que el 25% eran consecuencia de la misma cepa bacteriana (reinfecciones) o se debían a
fracasos o a incumplimiento del tratamiento 5.

2. Virus. Las infecciones de vías respiratorias altas producidas por VRS, virus influenza y parainfluenza se
complican a menudo con OMA, ya que la respuesta inflamatoria que los virus inducen en la nasofaringe y
trompa de Eustaquio juega un papel muy importante en el desarrollo de OMA, sobre todo en niños con
factores de riesgo.

Se diagnostica una infección vírica específica en dos terceras partes de todas las OMA, y el Picornavirus se
encuentra asociado en más de la mitad de los casos 6.

El proceso inflamatorio asociado con la Otitis Media Aguda es complejo y comprende muchos elementos,
de modo que su manejo se hace también complicado 6.

¿Cómo se diagnostica?

En niños menores de 3 años aparecen síntomas inespecíficos:

• Irritabilidad
• Fiebre
• Rechazo de tomas
• Mucosidad nasal
• Secreción e hiperemia conjuntival
• Llanto nocturno

De ellos el más frecuente es la mucosidad nasal, presente en un 90% de los niños afectos de OMA.

En niños mayores de 3 años los síntomas son más específicos:

• Otalgia
• Hipoacusia
• Vértigo

El diagnóstico debe realizarse cuando un niño presenta uno o varios de estos síntomas y nos encontramos con
signos de inflamación aguda en la otoscopia, indicada por alguna de los siguientes signos:

• Abombamiento de la membrana timpánica


• Nivel hidroaéreo tras la membrana timpánica
• Otorrea
• Opacificación

La técnica más recomendada para atención primaria es la otoscopia neumática 7. El diagnóstico de otitis media
aguda requiere el hallazgo de alteraciones timpánicas como la disminución de la movilidad. La hiperemia timpánica
no se incluye dentro de los criterios diagnósticos. La timpanometría, sin embargo, no es necesaria para establecerlo.
La otoscopia neumática aporta mayor fiabilidad diagnóstica, al valorar la movilidad del tímpano 8.

¿Cómo se trata?

¿A quiénes tratamos?
En los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Noruega sólo son tratados con antibióticos una minoría de los episodios
(31%) por ello, la incidencia de Streptococcus pneumonia y Haemophilus influenzae en estos países es menor del 1
y 6% respectivamente (Dutch National Institute of Public Health and Envaironmental Protection, 1998)

Se trata de una patología que rara vez representa una urgencia, a pesar de que sus síntomas sean a menudo
dramáticos.

Los antibióticos parecen acortar la duración de la fiebre y el malestar, sin embargo, su uso aumenta
significativamente el riesgo de producir resistencias bacterianas y, como consecuencia, la incidencia de organismos
más invasivos 9Se estima que el 70-90% de los episodios de OMA se resuelven sin tratamiento en 7-14 días 10 y que
los antibióticos no disminuyen la necesidad de intervenciones quirúrgicas a largo plazo 11

Existen varios ensayos aleatorios que comparan los antibióticos con un placebo en niños con OMA que no mostraron
reducción alguna del dolor en 24 horas, pero sí entre los 2 y los 7 días, período en el cual el 80% de los pacientes
se recupera espontáneamente. Las revisiones sistemáticas existentes concluyen que los antibióticos ofrecen en el
mejor de los casos un beneficio modesto en la mejoría de los síntomas de otitis media aguda (número necesario a
tratar de 20) a corto plazo, no encontrándose beneficio documentado a largo plazo 12,13.

Además no hubo efectos de los antibióticos sobre los problemas de audición según una timpanometría posterior. Los
antibióticos tampoco influyeron en otras complicaciones (mastoiditis, meningitis) ni recurrencias, ya que la aparición
de complicaciones graves en los países desarrollados actualmente es muy rara e impredecible incluso con
tratamiento antibiótico inicial 14.

Los datos de los que disponemos hoy en día tampoco apoyan el uso de tratamientos con descongestivos,
antihistamínicos o una combinación de ambos 15.

Por tanto, en atención primaria se debería reducir el uso de antibióticos y emplearlos únicamente cuando no tiene
lugar la curación espontánea, salvo en pacientes en los que no se asegure el seguimiento.

La clave del manejo de la OMA se encuentra en hallar unos criterios que determinen qué pacientes se beneficiarían
de un tratamiento antibiótico, es decir, factores predictores de la respuesta al tratamiento, como podrían ser la
fiebre o los vómitos.

En niños sin síntomas sistémicos se recomienda un periodo de observación de 72 horas, en niños con síntomas
sistémicos este tiempo se reducirá a 24-48 horas 16, 17

En ningún caso se aconseja la prescripción inmediata del antibiótico, exceptuando aquellos que presenten factores
de riesgo:

• Edad <2años
• Síntomas graves (otalgia moderada/ severa o fiebre >39ºC) 17

¿Con qué los tratamos?

Analgésicos: la analgesia habitual (paracetamol, ibuprofeno) para el dolor leve moderado, es de elección en el
manejo de la OMA.

Antibióticos: su objetivo es la erradicación de los organismos causales en el oído medio, para ello deben cumplir
dos condiciones: tener actividad frente a dichos organismos y alcanzar el oído medio y mantener una adecuada
concentración durante el tiempo necesario para, como mínimo, inhibirlos.

De la duración de la antibioterapia parece depender el resultado inmediato, pero no el obtenido a largo plazo (4-6
semanas después)18. Puede utilizarse una pauta de 10 días 19 o ciclos cortos de 5 días en niños con bajo riesgo
(niños de más de 2 años de edad sin antecedentes de otitis media recurrente ni crónica y con la membrana
timpánica íntegra) 20,21

1. Antibiótico de elección: Amoxicilina 17


o 40 mg/ kg/ día si bajo riesgo, es decir, en niños mayores de 2 años que no hayan tomado
antibióticos en los últimos 3 meses y no asistan a guardería.
o 80mg/ kg/ día si factores de riesgo o en OMA resistente en la que se inició tratamiento a dosis
bajas, por ser mayor la probabilidad de que sea el neumococo el germen causante.
La Amoxicilina administrada a dosis altas parece ser efectiva sobre 2/3 de las cepas de neumococo con resistencia
intermedia y en 1/3 de las cepas resistentes 22 que son las responsables de los fracasos terapéuticos (10%) La
presencia del Neumococo resistente en la nasofaringe o en el oído medio, determinada a través de diversos cultivos,
indicaría susceptibilidad para desarrollar OMA resistente y por lo tanto para iniciar tratamiento a dosis altas o con un
antibiótico de segunda línea 23

2. Antibióticos de segunda línea. Están indicados en caso de OMA persistente o refractaria, es decir, fracaso
del antibiótico de elección y alergia a Amoxicilina
o Amoxicilina-Clavulánico: a altas dosis tiene una gran eficacia, preferentemente sobre las
infecciones por Neumococo resistente, eliminando el 75% de las cepas con sensibilidad
intermedia y el 40% de las no sensibles. Se prescribe en niños menores de 2 años no vacunados
y en aquellos que no han respondido a la Amoxicilina 24
Su principal inconveniente son los efectos que presenta sobre el tracto digestivo, especialmente
la diarrea.
Recientemente se ha sugerido la utilización de una pauta de Amoxicilina-Clavulánico en dos
dosis, que parece tener similar eficacia y menor incidencia de efectos adversos.
o Cefuroxima axetilo: presenta la ventaja de poder administrarse en dos dosis al día.
Las elevadas concentraciones tanto de Amoxicilina-Clavulánico como de Cefuroxima existentes
en la orofaringe inmediatamente después del tratamiento parecen no influir (o hacerlo de forma
insignificante) sobre la microflora de esta región 25
o Ceftriaxona: intramuscular y en una única dosis al día durante tres días se cree tan efectiva
como la Amoxicilina-Clavulánico para curar pacientes con OMA y no tiene sus efectos adversos
sobre el tubo digestivo. Es una buena alternativa para los casos de intolerancia digestiva
(vómitos, diarrea importante…) y también para los llamados “malos cumplidores” 26
También se ha propuesto la monodosis (menos efectiva) para intentar paliar el incremento de
gérmenes resistentes, pero la recolonización de la nasofaringe por el neumococo una vez
finalizado el tratamiento es muy rápida, aumentando la prevalencia de las cepas con baja
sensibilidad a la Penicilina 26-28
o Azitromicina: sus mayores ventajas son el menor número de efectos adversos y la necesidad de
un única dosis diaria durante menos tiempo. Se discute su eficacia clínica contra el Sreptococcus
pneumoniae y elHaemophilus influenzae, ya que únicamente es válida en 2/3 de las cepas
azitromicin-sensibles y no tiene efecto sobre ninguna de las no sensibles.
En niños con factores de riesgo como OMA recurrente o en aquellos que hayan tomado
antibiótico en el último mes, se propone el empleo de dosis altas 29
La Azitromicina altera el balance competitivo entre los organismos de la nasofaringe al igual que
lo hacía la Amoxicilina-Clavulánico 30 y además selecciona cepas resistentes 31 Se reserva para
los alérgicos y para los “malos cumplidores”.
o Cefaclor.

Algoritmo de manejo
¿Se deben establecer revisiones?

Sí, en cinco semanas, en menores de 5 años o en aquellos niños mayores de 5 años con factores de riesgo como
pueden ser los antecedentes de cirugía ORL o de retraso del lenguaje.

Puede ser necesario una visita de seguimiento a los 3 meses en todos los niños diagnosticados de OMA, para poder
diagnosticar la persistencia del exudado que no tiene significación clínica con un tiempo de duración inferior.

Por supuesto también veremos de nuevo a los niños con OMA persistente, es decir, aquellos en los que persistan los
síntomas más allá de 3-5 días después de iniciado el tratamiento, se debe entonces cambiar el antibiótico por uno
de segunda línea. Si a pesar de este segundo ciclo antibiótico persisten síntomas moderados-severos, nos
encontraremos ante una OMA refractaria.

Si no existe evidencia de derrame o inflamación y/o la membrana timpánica ha recuperado su movilidad se habla de
OMA resuelta o curada.
¿Cuándo remitir al ORL?

Tenemos que valorar la remisión al ORL en estos casos:

1. Malformaciones craneofaciales, síndrome de Down y retraso del lenguaje


2. OMA refractaria
3. Fracaso terapéutico secundario a múltiples alergias medicamentosas o intolerancia
4. OMA recurrente:
o ≥3 episodios en 6 meses
o ≥4 episodios en 1 año
o ≥2 episodios en 2 meses en pacientes con tubos de drenaje o profilaxis
5. OMA supurada ≥1-2 semanas ó ≥5 episodios de supuración en niños con tubos de drenaje en los últimos 6
meses
6. Presencia de complicaciones:
o OMA serosa > 3meses
o Hipoacusia
o Mastoiditis
o Laberintitis
o Meningitis f. Absceso endocraneal

¿Cómo se previene?

Los objetivos de la prevención son disminuir el dolor, la fiebre, la angustia familiar y los costes que esta enfermedad
implica.

1. Se debe recomendar a los padres que eviten en lo posible:

• Lactancia artificial
• Exposición al humo de tabaco
• Guardería
• Mala higiene
• Chupete >10 meses

2. Vacunación contra neumococo:

• Vacuna heptavalente conjugada: está asociada con una disminución en la implantación de tubos de
timpanostomía desde los 2 a los 5 años 32-35
• Vacuna heptavalente conjugada con complejo proteico de la membrana del neumococo: El efecto completo
de esta vacuna se consigue tras la segunda dosis, y además produce células de memoria durante más
tiempo 36Muestra una eficacia del 56% frente a la OMA causada por los serotipos que incluye la vacuna,
sin embargo, genera menos anticuerpos y no protege frente a los serotipos con reactividad cruzada,
pudiendo dar origen a “nichos ecológicos” para los serotipos no incluidos en la vacuna, aunque no se ha
observado un aumento estadísticamente significativo de enfermedades invasivas producidas por estos
serotipos. La conclusión es clara: la vacuna sólo protege de los serotipos incluidos en la vacuna e
incrementa los episodios de OMA producidos por los otros serotipos 37 Por lo tanto, no está indicada la
vacunación generalizada. Los resultados de los ensayos en curso de realización pueden dar más
información para determinar si la vacunación neumocócica es efectiva en grupos de alto riesgo 38

2. Vacunación contra virus Influenza

• Vacuna trivalente: En mayores de 2 años se considera efectiva 39 En niños de 6 a 30 meses se documenta


que la vacunación de la gripe durante la estación invernal conlleva una reducción de los episodios de OM
aguda y de la inserción de tubos de timpanostomía como resultado secundario 40
• Vacuna intranasal: se considera una opción válida para prevenir la OMA recurrente 41

3. Profilaxis antibiótica: Ninguna antibioterapia profiláctica es recomendada de forma rutinaria, ya que no se han
documentado como eficaces en la prevención de la necesidad de inserción de tubos de timpanostomía ni en la
prevención de la hipoacusia. Sin embargo, sí que se ha visto que están relacionadas con el riesgo de adquirir
organismos resistentes.
• Amoxicilina (20 mg/ Kg/ día en una dosis) en niños con OMA recurrente de 2 a 6 meses o durante los
episodios inflamatorios de vías altas. Disminuye la frecuencia de OMA del 40 al 50%, pero no elimina su
recurrencia.
• Ciclo corto de Penicilina V en los cuadros de rinofaringitis 42

• Amoxicilina-Clavulánico en niños con OMA recurrente y en infecciones víricas de vías altas 43

• Azitromicina.

Aviso a pacientes o familiares:

La información de este sitio está dirigido a profesionales de atención primaria. Su contenido no debe usarse para
diagnosticar o tratar problema alguno. Si tiene o sospecha la existencia de un problema de salud, imprima este
documento y consulte a su médico de cabecera.

Bibliografía

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es 9 de julio de 2009
Otitis media aguda recurrente en niños tratados con antibióticos o el
problema de "ir de pesca"

El 30 de junio se publicaron en el BMJ los resultados de un ensayo clínico realizado en Holanda,


de Damoiseaux y colaboradores. Sus autores afirman que los niños que recibieron
tratamiento antibiótico (amoxicilina: 40 mg/kg y día durante 10 días) frente a placebo
tienen más riesgo de desarrollar otitis media recurrente en los tres años posteriores.
Sin embargo, dicho estudio presenta una serie de limitaciones que es conveniente reseñar.

En este estudio se analizan los supervivientes de un ensayo clínico previo de los mismos
autores , publicado en 2000, en el que 240 niños de edad comprendida entre 6 y 24 meses se
asignaron de forma aleatoria para recibir amoxicilina (40 mg/ kg y día durante 10 días) o
placebo. La variable de resultado principal fue la persistencia de sintomatología (otalgia, llanto,
irritabilidad, fiebre superior a 38º) al cuarto día de evolución. Y en base a este objetivo principal
se diseñó el estudio y se calculó el tamaño necesario de la muestra.

Los autores publican ahora los resultados a largo plazo (más de tres años después) de los
pacientes que participaron en el ensayo clínico de 2000. En concreto, miden el porcentaje de
OMA recurrente, de derivaciones a atención especializada y de pacientes sometidos a
intervención quirúrgica ORL. Estas variables de resultado no formaban parte de los
objetivos del ensayo clínico publicado en 2000. La conclusión final es tajante: "La OMA
recurrente ocurre más a menudo en los niños que fueron tratados con amoxicilina. Este es otro
argumento para para realizar un uso juicioso de los antibióticos en niños con OMA".

Es posible que la OMA recurrente sea más frecuente en niños pequeños que han recibido
antibiótico... pero esta conclusión no debería extraerse de los resultados de este estudio. Por las
siguientes razones, entre otras:

1.- El ensayo clínico inicial se realizó para un objetivo diferente (porcentaje de pacientes con
síntomas al 4º día de iniciado el tratamiento). Los pacientes analizados después forman un
subgrupo de niños en los que se miden otras variables no planteadas en el estudio inicial de
2000. Las conclusiones de análisis de subgrupos, o de otras variables no planteadas en el diseño
inicial, deben interpretarse siempre con precaución y como generadoras de hipótesis de
nuevos estudios diseñados expresamente para confirmarla o descartarla. Los resultados
del estudio de 2009 parecen más bien la consecuencia de lo que en metodología se conoce como
"ir de pesca": efectuar múltiples miradas a los datos hasta que estos aporten alguna asociación
que sea estadísticamente significativa. El riesgo estadístico de estos análisis post hoc es que
pueden dar lugar a asociaciones espurias (ver "nota metodológica" de este artículo de la revista
"Nefrología Basada en la Evidencia").

2.- El estudio de seguimiento efectuado tres años después se realizó en sólo 168 pacientes (de
los 240 iniciales) que respondieron a una encuesta. Un 70%. La disminución del tamaño
muestral hace recomendable recalcular los resultados realizando el llamado "análisis del peor de
los casos", que consiste en asumir que todos los pacientes perdidos del grupo amoxicilina no
padecieron OMA recurrente y que todos los pacientes perdidos del grupo placebo sí la
presentaron. ¿Qué hubiera ocurrido? Que los resultados serían radicalmente diferentes: la OMA
recurrente sería más frecuente entre los sujetos que recibieron placebo: 56,9% frente a 40%;
riesgo relativo 1,4 (intervalo de confianza del 95%: 1,1 a 1,9, datos recalculados a partir de los
resultados de los estudios originales). En otras palabras, los pacientes del grupo placebo,
hipotéticamente, tendrían un riesgo 1,4 veces superior de presentar OMA recurrente.

Además de las limitaciones de tipo metodológico, los autores no refieren qué tratamientos
recibieron los nños de ambos grupos durante las sucesivas OMA que padecieron durante tres
años. Al fin y al cabo, la intervención de estudio consistió en sólo 10 días de tratamiento
antibiótico... ¿una sola tanda de 10 días de tratamiento puede por sí sola ser un factor de riesgo
para padecer OMA recurrente?

Cuidado con los análisis de subgrupos, con el análisis de variables que no formaban parte del
protocolo inicial de un estudio y con el problema de las comparaciones múltiples: éstas pueden
dar asociaciones estadísticamente significativas por mero azar.

¿Qué hacemos con la otitis media aguda en niños menores de dos años mientras tanto?
Recientemente se actualizó la revisión sistemática sobre tratamiento con antibióticos de la OMA
en niños de la Colaboración Cochrane. Esta revisión, actualizada en noviembre de 2008, informa
de que los antibióticos parecen más útiles (respecto a edades más avanzadas) en niños menores
de dos años con OMA bilateral, y en niños con OMA y otorrea. Quizá sea más prudente tomar los
resultados de este estudio como punto de referencia a la hora de tomar una decisión sobre si se
ha de prescribir un antibiótico a un niño pequeño con OMA.

Y, mientras tanto, ¿el tratamiento antibiótico de la OMA en niños pequeños predispone a padecer
OMA recurrente? No lo sabemos pero es una buena hipótesis de trabajo que requiere el diseño
específico de un estudio que pueda arrojar luz sobre este problema.
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SINUSITIS
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Contenidos

Definición
Causas
Síntomas
Diagnóstico
COMPLICACIONES
Tratamiento

Definición

La sinusitis es una enfermedad frecuente que se debe a la infección de uno o más de los senos paranasales
(cavidades en los huesos del cráneo).
Causas

La causa primaria que conduce a la sinusitis es la obstrucción de los orificios de los senos. Con esta obstrucción, la
circulación sanguínea y la ventilación de la cavidad sinusal son menores, lo que da lugar a un descenso de la PO2
que favorece el crecimiento bacteriano. La infección puede ser aguda, intermitente o crónica. Los causantes más
habituales son las bacterias, aunque etiologías víricas y raramente micóticas también producen sinusitis.

El Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis son las bacterias encontradas con
más frecuenciaen los cultivos de exudación (pus). Las causas víricas comprenden rhinovirus, virus gripal tipo A y
virus parainfluenza. En los pacientes inmunosuprimidos pueden producirse infecciones de sinusitis micótica, como la
producida por Aspergillus fumigatus.

La sinusitis aguda suele ir precedida de una infección vírica de las vías respiratorias superiores o asociada a pólipos
nasales que han bloqueado el drenaje efectivo. Otros factores asociados a la sinusitis son rinitis alérgica, rinitis
vasomotora, síndromes de deficiencia de anticuerpos, disfunción ciliar, fibrosis quística, cuerpos extraños e
infecciones dentales, etc. ...

Síntomas

Los síntomas más frecuentes de sinusitis aguda son cefalea, secreción mucopurulenta y fiebre. Otros síntomas son
la epistaxis (sangrado de nariz), malestar general, tos, hiposmia (falta de olfato), dolor a la masticación y afonía. En
los niños con sinusitis crónica, la tos es la queja más habitual; la fiebre es menos frecuente.

Los pacientes con sinusitis crónica presentan por lo general secreción posnasal purulenta, congestión nasal y
cefaleas. Otros síntomas son tos, halitosis y rinorrea crónica. El intenso dolor facial es un síntoma infrecuente en los
pacientes con sinusitis crónica. En algunos casos los pacientes no tienen síntomas.

Diagnóstico

La historia clínica y la exploración física son esenciales y pueden identificar la sinusitis purulenta en el 80 % de los
casos. En el examen clínico, puede visualizarse una mucosa nasal roja, edematosa, con secreción nasal purulenta,
asociada con sensibilidad del seno a la presión. Por el contrario, la exploración física en la sinusitis crónica puede
ser normal o revelar pólipos nasales o secreción nasal purulenta. Las técnicas radiográficas de imagen, como la
radiografía de senos y la tomografía computarizada (TAC), deben reservarse para problemas diagnósticos difíciles y
para las sinusitis insensibles a los antibióticos.

La tomografía computarizada es útil para visualizar el contenido y la anatomía ósea de los senos, sobre todo si se
sospecha sinusitis esfenoidal y etmoidal o neoplasia. En los pacientes con sinusitis recidivante, hay que considerar
factores alérgicos y no alérgicos. Además de las pruebas cutáneas de alergia, son útiles las determinaciones
cuantitativas de inmunoglobulina, la prueba de cloro en sudor y los estudios de motilidad ciliar.
Complicaciones

Desde la introducción de los antibióticos, las complicaciones graves de la sinusitis paranasal son infrecuentes. Estas
complicaciones pueden consistir en osteomielitis del seno frontal, empiema extradural subdural y trombosis de seno
cavernoso. La sinusitis etmoidal aguda es más frecuente en los niños que en los adultos y puede causar tumefacción
orbitaria y periorbitaria unilateral y celulitis.

Tratamiento

La terapéutica médica actual se dirige a tratar la infección y a lograr el drenaje de los senos.

Los antibióticos de elección en la sinusitis, tanto aguda como crónica, son la ampicilina y la amoxicilina; sin
embargo, las bacterias productoras de B-lactamasa son un problema constante.

Son alternativas válidas la amoxicilina-clavulámico, el cefaclor, el trimetoprim-sulfametoxazol, la cefuroxima, la


eritromicina-sulfizoxazol y clindamicina.

La duración del tratamiento de la sinusitis aguda debe ser de al menos diez-catorce días y la de la sinusitis crónica
de tres-cuatro semanas.

Los tratamientos de apoyo para reducir el edema tisular y aliviar la obstrucción de los orificios sinusales
comprenden la administración de descongestivos orales y corticosteroides tópicos.

En los pacientes con rinitis alérgica, la combinación de descongestivos y antihistamínicos puede contribuir a
reducir las secreciones. En algunos casos, se usan descongestivos nasales tópicos durante dos-tres días, seguidos
de esteroides nasales tópicos, ya que los descongestivos tópicos a largo plazo pueden originar rinitis
medicamentosa. En algunos pacientes con obstrucción nasal significativa y pólipos nasales, se requiere un breve
ciclo de prednisona de siete-diez días.

Se necesita consulta quirúrgica en los casos de sinusitis aguda complicada, sinusitis insensible a la terapéutica
médica enérgica y sinusitis crónica recidivante (más de cuatro episodios al año). Las intervenciones quirúrgicas
deben ir seguidas de tratamiento médico, que comprende el uso de corticosteroides tópicos para minimizar la
reaparición de pólipos nasales. Las intervenciones quirúrgicas comprenden el lavado sinusal, la creación de un
orificio ensanchado para proporcionar drenaje efectivo y aireación, y la resección del tejido enfermo.

Se denomina sinusitis a la inflamación de la mucosa de los senos paranasales. Generalmente obedece a

una infección por agentes bacterianos, virales u hongos.

Hay una forma aguda y una forma crónica. La forma aguda dura menos de tres semanas y en algunos

pacientes han llegado a presentar fiebres de hasta 39º C. Por otro lado, la forma crónica dura más de tres

meses. También se suele describir una forma subaguda intermedia que dura de tres semanas a tres meses.

El diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente que suele estar acompañada de una enfermedad

bifásica caracterizada por secreción purulenta, dolor por lo general unilateral y una mala respuesta a

descongestionantes. Las radiografías y la tomografía axial computarizada de los senos paranasales no suelen

ser útiles para hacer el diagnóstico inicial.

La sinusitis es una infección fundamentalmente autolimitada en un 40 a 50% de los pacientes,de manera que

los antibióticos de nueva generación que resultan ser caros, no deben utilizarse como tratamiento de primera

línea. Los antibióticos de primera línea como la amoxicilina o trimetoprim-sulfametoxazol son tan eficaces en

el tratamiento de sinusitis como los antibióticos más costosos[cita requerida]. Existen pocas pruebas que
demuestren la efectividad del uso de adyuvantes como corticosteroides nasales

y descongestionantes sistémicos. Los pacientes con sinusitis crónica o recurrente requieren remisión a

un otorrinolaringólogo para considerar una cirugía endoscópica funcional de los senos paranasales.

Contenido
[ocultar]

• 1 Etiología

o 1.1 Sinus

itis aguda

o 1.2 Sinus

itis crónica

• 2 Patogenia

• 3 Cuadro clínico

• 4 Diagnóstico

• 5 Referencias

• 6 Enlaces externos

[editar]Etiología

Algunos casos son secundarios a la infección de una raíz dentaria el cual puede a su vez derivar en

una Hernia de hiato si no se trata correctamente. Otra consecuencia por no tratarse o tratarse de modo

rudimentario, es la evolución hacia rinitis, volviendose más molesta y riesgosa, debido que puede evolucionar,

sino es tratada de forma correcta, en asma.

[editar]Sinusitis aguda
La sinusitis aguda generalmente ocurre secundario a una infección del tracto respiratorio superior, usualmente

de origen viral.1 Si la infección es de origen bacteriano, los tres agentes causales más comunes son

el Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis.2 En el pasado, el Haemophilus

influenzae era el agente bacteriano más frecuente causante de infecciones de los senos paranasales. Sin

embargo desde la introducción de la vacuna contra Hib ha habido una disminución drástica en infecciones

causadas por H. influenza tipo B y ahora se ven con más frecuencia las cepas no-tipables de la bacteria.

Otras bacterias patógenas incluyen el Staphylococcus aureus y otras especies de estreptococos, bacterias

anaerobias y, con menos frecuencia,bacterias gram negativas.3

La sinusitis viral normalmente dura 7 a 10 días, mientras que la sinusitis bacteriana es más persistente. Entre

aproximadamente 0,5 % y 2 % de las sinusitis virales progresan a sinusitis bacteriana. Una hipótesis postula

que la infección bacteriana comienza al soplarse continuamente la nariz.4


Los episodios agudos de sinusitis también pueden ser el resultado de infecciones por hongos. Estas

infecciones son más frecuentes en pacientes con diabetes u otras deficiencias inmunitarias, como los

pacientes con sida o que estén recibiendo fármacos antirrechazo de trasplantes y puede ser potencialmente

mortal. En la diabetes mellitus tipo I, la cetoacidosis conlleva a una sinusitis pormucormicosis.5

La irritación química también puede causar una sinusitis o por el humo de cigarrillos. Ocasionalmente,

especialmente entre la segunda y tercera década de la vida, puede ser causada por una infección dental.6

[editar]Sinusitis crónica
La sinusitis crónica constituye un complejo espectro de enfermedades que tienen en común una inflamación

persistente de los senos paranasales. Se divide en aquellos casos que cursan con pólipos nasales—a veces

denominada sinusitis crónica hiperplásica—y los casos sin pólipos. Las causas aún permanecen

desconocidas y pueden incluir alergias, factores ambientales tales como el polvo o la contaminación, infección

bacteriana u hongos (alérgica, infecciosa o reactivos). Los factores no alérgicos, tales como la rinitis

vasomotora también pueden causar sinusitis crónica. Los senos paranasales anormalmente estrechos,

pueden impedir el drenaje de las cavidades de seno, por lo que también podrían ser un factor

desencadenante, así como la fibrosis quística.1

Se observa una combinación de bacterias anaerobias y aeróbicas, incluyendo Staphylococcus

aureus y Staphylococci coagulasa negativo. Normalmente los antibióticos ofrecen sólo un beneficio temporal,

aunque se han propuesto mecanismos en los que se incluyen una hiperreactividad a las bacterias en la

sinusitis con pólipos.

Un desarrollo más reciente y aún debatido, en la etiología de la sinusitis crónica es el papel que pueden

desempeñar los hongos. Estos pueden encontrarse en las fosas nasales y los senos de la mayoría de los

pacientes con sinusitis, pero también se puede encontrar en personas sanas. No queda claro si el hongo es

un factor definitivo en el desarrollo de la sinusitis crónica y si lo es, cual podría ser la diferencia entre quienes

desarrollan la enfermedad y los que no lo hacen. Las investigaciones con tratamientos antimicóticos han

producido resultados variables.

[editar]Patogenia

La fisiopatología de la afección viene determinada por una oclusión de los orificios por donde habitualmente

drenan los senos paranasales, lo cual hace que se acumulen secreciones en su interior que actúan como

caldo de cultivo para los patógenos antes mencionados.

La sinusitis bacteriana aguda generalmente ocurre después de una infección de las vías respiratorias altas

que resulta en la obstrucción de la cavidad sinusal, depuración mucociliar deficiente y la sobreproducción de

secreciones.

[editar]Cuadro clínico
Caracterizada por dolor e inflamación en la zona del seno inflamado, pudiendo o no aparecer fiebre. En

cualquier caso se requiere la consulta al médico, ya que es una enfermedad generalmente benigna, pero

pueden aparecer complicaciones graves si no es tratada oportunamente. Puede evolucionar en un asma o

rinitis con su progresivo avance, y puede presentar un cuadro de molestias musculares dando la sensación de

tener esa zona debilitada.

La sinusitis crónica está frecuentemente acompañada por un olor fétido. Esto es más notorio en los casos de

sinusitis maxilar crónica de origen dental, donde el mal olor constituye un criterio diagnóstico importante.7

[editar]Diagnóstico

Se realizan exámenes vídeo-endoscópicos, así como un TAC (tomografía axial computarizada). Hay que

destacar que la utilización exclusiva de los rayos X para el diagnóstico de las sinusopatías está
desaconsejada, debido a la alta tasa de fallos que este examen presenta para los senos faciales.

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Sinusitis
La sinusitis es una inflamación aguda o crónica de los senos nasales (cavidades dentro de los huesos de la mejilla
que se hallan alrededor de los ojos y detrás de la nariz). Las principales funciones de estos senos son entibiar,
humedecer y filtrar el aire en la cavidad nasal. También juegan un papel importante en nuestra capacidad para
vocalizar ciertos sonidos.

La sinusitis, que es común en los meses de invierno, puede durar meses o años si no se trata en forma correcta. La
sinusitis puede afectar la nariz, los ojos o el oído medio, y puede manifestarse por una secreción nasal profusa,
espesa y de color, goteo post-nasal de mal sabor, tos, congestión de la cabeza y un dolor de cabeza acompañante.
Los síntomas también pueden incluir nariz tapada, una sensación de hinchazón facial, dolor de muelas, cansancio
constante y, ocasionalmente, fiebre.

Tipos y causas de la sinusitis

Hay dos tipos de sinusitis: la sinusitis aguda, la cual es ocasionada comúnmente por una infección bacteriana y,
generalmente, evoluciona a una complicación cinco a diez días después de los primeros síntomas de una infección
respiratoria viral como el resfriado común; y la sinusitis crónica que también puede ser ocasionada por la infección
viral, pero es más a menudo un trastorno inflamatorio crónico similar al asma bronquial.

Si bien los resfriados son la causa más común de la sinusitis aguda, aquellas personas con alergias también pueden
estar predispuestas a presentar sinusitis. Las alergias pueden desencadenar la inflamación de los senos nasales y
revestimientos de la mucosa nasal. Esta inflamación impide que las cavidades sinusales se limpien de bacterias,
aumentando sus posibilidades de desarrollar sinusitis bacteriana secundaria. Si usted tiene alergias, su médico
puede recetar medicamentos adecuados para controlar sus síntomas, reduciendo así el riesgo de desarrollar una
infección. Las personas con problemas de sinusales y de alergias deben evitar irritantes ambientales como el humo
del tabaco y los olores químicos fuertes, los cuales pueden aumentar los síntomas.

Los problemas estructurales de la nariz, tales como los pasajes nasales estrechos, tumores o pólipos, o un tabique
nasal desviado (la pared entre los lados derecho e izquierdo de la nariz), pueden ser también causantes de la
sinusitis. A veces se requiere la cirugía para corregir estos problemas. Muchos pacientes con sinusitis recurrente o
crónica tienen más de un factor que los predispone a la infección. Por eso, atacar sólo uno de los factores puede no
ser suficiente.

Diagnóstico

Aun cuando los síntomas parezcan ser localizados en los senos, éstos no siempre están infectados. Para realizar un
diagnóstico correcto, el médico reúne antecedentes detallados y efectúa un examen físico. El médico también puede
pedir más exámenes, si corresponde. Estos exámenes pueden incluir pruebas de alergia, radiografías de los senos,
tomografías axiales computarizadas (CT scan) (que presentan imágenes precisas de las cavidades sinusales), o una
muestra de las secreciones nasales o el revestimiento nasal.

El médico también puede realizar un examen endoscópico. En este caso se inserta un endoscopio estrecho y flexible
de fibra óptica dentro de la cavidad nasal a través de las ventanillas de la nariz, lo cual permite al médico ver la zona
donde los senos y el oído medio drenan dentro de la nariz en forma fácil, indolora, produciendo mínima incomodidad
al paciente.

Tratamiento

Las infecciones sinusales generalmente requieren una combinación de medicamentos. Además de recetar un
antibiótico cuando la sinusitis sea causada por la infección bacteriana, el médico puede recetar un medicamento
para reducir el bloqueo o controlar alergias. Esto ayudará a mantener los pasajes sinusales abiertos. Este
medicamento puede ser un descongestionante, un medicamento que diluya la mucosa o un aerosol nasal similar a la
cortisona. Los antihistamínicos, cromolina y los aerosoles nasales de esteroides tópicos ayudan a controlar la
inflamación alérgica.

Para las personas con alergias, el tratamiento a largo plazo para controlar y reducir síntomas alérgicos también
puede ser eficaz para la sinusitis. Este tratamiento puede incluir la inmunoterapia (también llamada “vacunas
antialérgicas”), medicamentos antiinflamatorios, descongestionantes, y medidas de control ambiental. El uso
preventivo de antibióticos de baja dosis y medicamentos para drenaje sinusal durante los momentos de mayor
susceptibilidad, tales como en invierno, también pueden prevenir la sinusitis.
Hay varios tratamientos sin fármacos que también pueden ser útiles. Entre ellos cabe destacar la respiración de aire
caliente y húmedo, la aplicación de compresas calientes y el lavado de las cavidades nasales con agua salada. En
caso de haber pasajes sinusales obstruidos que requieran cirugía, su especialista en alergias puede recomendarle
algún otorrinolarginólogo, es decir, un especialista en oído, nariz y garganta.

Sinusitis y rinitis

Si bien muchos síntomas son similares, la sinusitis difiere de la rinitis alérgica, conocida como “fiebre del heno”, o la
rinitis no alérgica (vasomotora). La rinitis es una inflamación de las membranas mucosas de la nariz, no de los
senos.

La rinitis alérgica es ocasionada por alergias y a menudo está caracterizada por congestión de la nariz y estornudos,
picazón en los ojos, nariz y garganta, así como en el oído interno. La rinitis no alérgica se caracteriza por un
revestimiento nasal hinchado e inflamado y nariz obstruida. Puede desencadenarse por irritantes como el humo, los
cambios en la presión barométrica o la temperatura, así como el uso excesivo de descongestionantes nasales en
aerosol que se adquieren sin receta. La rinitis crónica o recurrente mal controlada puede producir una sinusitis.

Fuente

American Academy of Allergy,


Asthma and Immunology (AAAAI)

Sinusitis en los niños

Dr. Salvador Vera Luna

El término sinusitis se refiere a la inflamación de los senos paranasales. Recordemos que alrededor de la
nariz tenemos estructuras o cavidades que son accesorios del órgano respiratorio. Así, tenemos senos
frontales, etmoidales, maxilares y esfenoidales.

Dependiendo de la inflamación que se padezca, podemos hablar de sinusitis frontal, etmoidal, esfenoidal y
maxilar, que además puede decirse es izquierda o derecha. Hay enfermedades combinadas, sinusitis etmoido
maxilar, fronto etmoidal, fronto maxilar, o en los casos de una inflamación generalizada debemos usar el
término pansinusitis.

La inflamación de los senos paranasales tiene origen de tipo alérgico, vasomotor o infeccioso. En este último
caso, la infección puede ser viral, bacteriana o mixta. En cuanto a su duración, hay sinusitis aguda, subaguda
y crónica.
En la mayoría de los casos de sinusitis infecciosa existe un cuadro previo de tipo contagioso: sea gripa,
anginas, faringitis, otitis o, en los casos de infantes, la adenoiditis.

Como los senos paranasales no están desarrollados desde que nacemos, sino que conforme vamos
creciendo éstos se van desarrollando, es necesario puntualizar algunos conceptos respecto a los niños.

Cuando el cuadro se presenta en un lactante, se hace necesario descartar que en lugar de sinusitis nos
encontremos frente a un cuadro de osteomielitis aguda. Es decir, donde alguna infección llegó a afectar la
porción ósea de la nariz a causa de alguna inflamación nasal, o presentó el bebé alguna infección en otra
parte de su cuerpo que se le contagió a la nariz por la vía hematógena o por esta misma vía pero se trata de
algún germen dentario.

En los niños se desarrolla en primera instancia el seno etmoidal, luego los maxilares, posteriormente los
frontales y el seno esfenoidal. En la primera infancia es bastante común que encontremos entonces a la
etmoiditis aguda como la primera sinusitis del niño.

Casi todo el tiempo encontraremos este cuadro después de que el pacientito cursó con una enfermedad tan
común como la coriza o sea, un simple resfriado. Claro que también se puede ver en el curso de una
enfermedad infecciosa infantil: rubéola o escarlatina.

La etmoiditis aguda, que no es otra cosa sino la inflamación aguda del seno etmoidal, se caracteriza por
presentar la siguiente sintomatología general: aparición frecuente y precoz de signos oculares: edema
palpebral (inflamación de la parte inferior de los ojos), equímosis (moretoncitos) y hasta exoftalmos(ojos
saltones). El niño se queja de lagrimeo, abundante rinorrea anterior, lo que origina salida constante de moco
por su nariz. Son los niños malamente llamados "mocosos".

Siendo la mayoría de los cuadros de origen viral, se acompañará este padecimiento por cefalea o dolor de
cabeza, dolor de ojos, malestar general e hipertermia o elevación de la temperatura corporal.

Algo que siempre llama la atención de los padres del enfermo es que contra la conducta regular del niño, en
lugar de estar jugando y activo, de pronto lo vemos sin ganas de levantarse, abúlico y postrado. Con cara de
enfermo. Su moco, en las primeras etapas, es acuoso o cristalino, abundante. Su cuadro se acompaña
también de estornudos frecuentes y en no pocas ocasiones se presenta sangrado por la nariz.

Como la inflamación del seno etmoidal obstruye al órgano olfatorio, el niño además está sin apetito, porque no
le encuentra sabor a los alimentos.

En los casos de niños mayorcitos o de la segunda infancia, junto con la etmoiditis podemos encontrar sinusitis
frontal o maxilar, o alguna combinación de las tres.

A la sintomatología descrita con anterioridad, debemos agregar el dolor frontal o facial, según sea el caso, y
casi siempre tendremos una secreción abundante tanto anterior como posterior. El niño se queja de que se
pasa mucho moco por la parte de atrás de su nariz.

Esto puede agregar un síntoma mas: la tos por arco reflejo. Al caer el moco, despierta el reflejo en la epiglotis
y causa tos en el paciente.

Vale la pena decir que es en las primeras asistencias del niño a un centro escolar o guardería cuando se
incrementa la incidencia de estos cuadros. No se hace necesario explicar que es por la facilidad del contagio y
su reciente ingreso a grupos escolares, o sea contactos sospechosos.

Cuando el cuadro es bacteriano o mixto, por lo general nos percataremos de un cambio importante en la
calidad del moco del enfermo. Su viscocidad y coloración cambian. El moco se convierte en espeso, pegajoso
y de coloración variable, de blanco a verde, amarillento, cafesoso y ocasionalmente sanguinolento. Desde
luego que también el olor puede orientarnos. Por lo general el moco hialino o claro no tiene ningún olor, en
cambio el moco purulento se hace fétido y molesto tanto para el paciente como para sus familiares.

En cualquiera de estos casos el niño debe guardar reposo y ser sometido a un protocolo terapéutico
profesional. El uso de antibióticos en la primera fase, o cuando se trata de problemas de tipo virales no se
encuentra indicado.
Pero en los casos de secreción francamente purulenta o bacteriana, la utilización de un esquema
antimicrobiano específico se convierte en esencial para poder alcanzar la curación del pacientito.

Además deberán utilizarse medicamentos antiflogísticos, antiinflamatorios, de acuerdo con su cuadro clínico.
Se hace obligatorio la práctica de vaporizaciones nasales, lavados también por la nariz, aseo permanente, el
aislamiento del enfermo, el reposo, la buena alimentación y sobre todo la buena hidratación del enfermo.

Afortunadamente, en la actualidad, con las medidas terapéuticas adecuadas, tratando a tiempo a un niño con
sinusitis, el pronóstico es bastante satisfactorio y las complicaciones no deberán presentarse.

En raras ocasiones se hará necesario practicar algún otro procedimiento para aliviar a estos pacientes, pero
siempre será bueno insistir en medidas profilácticas para evitar los primeros contagios.

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