Para que un grupo pueda lleva a cabo la tarea, los roles deben ser móviles, si
ocurre lo contrario y en consecuencia éstos se estancan lo mas probable es
que la dinámica grupal fracase y que el grupo se convierta en un grupo de
supuesto básico, y abandone la posibilidad de constituirse y sostenerse como
grupo operativo.
Bion dice al respecto que los grupos tienen entre sus particularidades, la de
poder conformarse como grupo de tarea u operativo, o como grupo de
supuesto básico, Estos se diferencian en que el grupo operativo es aquel que
puede ponerse en tarea y actuar de modo creativo, reflexivo, resolutivo,
autónomo en búsqueda de la concreción del trabajo. Por otro lado, el grupo de
supuesto básico es aquel que esta en permanente relación de dependencia del
líder formal para poder avanzar y que potencia la figura del saboteador
resistiendo la tarea o delegando la actividad grupal a uno o a unos pocos de
sus miembros.
Se puede decir en este aspecto que los grupos operativos son grupos cuya
lógica esta guiada por la racionalidad, mientras que los grupos de supuestos
básicos están guiados por lo emocional.
La racionalidad se liga a lo intelectual, a la posibilidad de poder suspender o
controlar el sentimiento de temor que provoca la tarea, lo nuevo, el
desconocimiento y poder actuar en pro de la ejecución y concreción de la
misma.
Lo emocional se liga a una predominancia de aquellos sentimientos de
inseguridad, temor, intolerancia de lo desconocido, y no posibilita que aprezca
la acción intelectual acentuándose la necesidad de que el líder formal
intervenga sosteniendo la actividad y resolviendo por el grupo la tarea a
realizar.
Al momento de planificar una dinámica grupal deben tenerse en cuenta estos
elementos intervinientes de modo tal que el actuar del líder formal (el docente
en este caso) no potencie la conformación de grupos de dependencia limitando
la autonomía y la responsabilidad grupal.
La forma de coordinación de un grupo determinado, dependerá tanto del estilo
personal del docente, de la actividad que ese grupo tenga que desarrollar,
como así también de los objetivos implícitos y explícitos asignados a la
actividad y al grupo.
El docente debe ser un co-pensador. Su función consiste en crear, mantener y
fomentar la comunicación, a través de un desarrollo progresivo, donde
coinciden didáctica (el cómo), aprendizaje (qué) y operatividad (creación-
concreción).
Las ideas, el aprender a pensar, la creación, estarán para Pichón íntimamente
ligadas al concepto de salud, ya que para él, la misma consiste en una
adaptación activa a la realidad. Un sujeto que puede asumir, resistir y
abandonar roles es un sujeto que puede activamente adaptarse a la vida social
que no es otra cosa que un constante vivir grupal. Cada espacio social es un
nuevo espacio grupal donde los roles a sumir son iferentes en cada uno, y la
mayor parte del tiempo conviven unos y otros y se yuxtaponen. Esta
adaptación al cambio constante modela nuestra conducta y la hace adaptable a
la diversidad que presenta lo social como espacio de accion. En cambio las
conductas, de miedo al cambio, de repetición, las conductas estereotipadas,
darán como resultado, enfermedad, la misma será una adaptación pasiva a la
realidad.
Otra cosa importante a tener en cuanta al momento de diseñar una actividad
grupal es el uso del espacio, el uso del tiempo y la claridad de la consigna.
Estos elementos juegan como posibilitadotes u obturadores de la tarea
dependiendo del objetivo y propósito propuesto. La posibilidad de disponer los
bancos de modo que permita acercamiento entre los miembros del grupo ala
vez que distancia de los demás grupos permite una intimidad que ayuda a
favorecer la tarea, la disposición pautada del tiempo de trabajo sirve como
elemento ordenador junto a los que brinda la consigna. Este punto es crucial,
la consigna de trabajo debe ser clara, precisa y posible. Es decir, no debe
darse nada demasiado complejo ni en explicación ni en elaboración. Esto tiene
dos consecuencias negativas: primero guiara al grupo a actuar como grupo de
supuestos ya que el temor o la inseguridad frente al no conocimiento o la no
comprensión hará que se postergue la iniciación de la tarea y se comience a
recurrir al docente para poder sortear cada paso. Esta dependencia anula la
posibilidad de creación autónoma y acentúa la imposibilidad de actuar del
grupo. Por otro lado, el desconocimiento y la demanda permanente de ayuda
genera frustración, por lo que posiblemente en la próxima propuesta de trabajo,
si se sostiene la conformación grupal del mismo modo, ese grupo reitere el
modo de llevar adelante la actividad y se conforme como grupo de supuestos
básicos reforzando su identidad anterior.
Importante es ver en estos casos como se conforma el grupo, quienes lo
conforman, si esta formación es recurrente, y principalmente, que lugar le da el
docente a este grupo, que mirada tiene de el, que atributos le otorga, que
cosas de índole emocional deposita sobre ese grupo, y ligado a todo esto,
como lo rotula. Una vez analizado esto desde la propia acción como educador
y líder formal, plantearse que hace como líder educador para posibilitar la
constitución de grupos operativos, que posibilidades brindo, que elementos
utilizo, y cuales de mis conductas actúan negando esta constitución o
potenciando la de supuestos básicos. No hay que olvidarse que los lideres
formales también están atravesados por emociones que se filtran al momento
de guiar a los grupos y que es necesario revisarlas para controlarlas y dejarse
llevar por ellas sino por la racionalidad que debe guiar la tarea de educar a
quienes se nos confían para ello. El líder formal en el aula tiene una doble
tarea, la de líder y la de ser educador. Estas dos se unen en una sola, pero
hay que procurar no olvidar que el rol de líder es porque se es primero
educador, y no al revés. Sino, lo mas probable es que lo emocional se
superponga a lo racional y no sea posible generar espacios reales de
autonomía en el alumno.