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La oscuridad, el silencio, la brisa ligera que entraba por la ventana, la luna destellando,

alumbrando la sala, y su cansancio, le indicaban que era media noche. Parpadeó un par de
veces, pero a pesar de intentarlo, SungMin no pudo quedarse despierto, así que se recostó
en el sillón y se quedó dormido muy rápidamente.

Tan pronto como LeeTeuk llegó a casa, pudo respirar aliviado, sintió que le quitaron un
enorme peso de encima, y no era para menor... con el día tan agitado que tuvo. Suspiró y
sonrió, sabía que la casa jamás podría estar tan en paz en el día, o por lo menos no con los
chicos tan hiperactivos con los que vivía, y de los que a veces tenía que cuidar.

Fue hacia el sillón para recostarse, pero se dio cuenta de que alguien mas estaba ahí. Al
parecer SungMin se había quedado dormido trabajando en una nueva canción.

Se quedó mirándolo... Siempre había pensado en el como un hermano menor... o por lo


menos el 50% del día. Sabía que SungMin tenía algo que haría a cualquiera babear por el,
del género que fueran las personas, siempre caían rendidas ante su encanto natural, y el no
era la excepción.

Su rostro, su cuerpo, su piel, su forma de ser, todo en el parecía tan perfecto. En especial
sus labios.

Esos lindos y rosados labios con los que había estado soñando a diario por la que
seguramente fue la mas tortuosa semana de su vida. Cada vez que el pequeño le hablaba, el
solamente tenia ojos para esos hermosos labios... esos que ahora le gritaban en silencio que
los probara.

Y la verdad el no es de los que se hacen del rogar.

Se inclinó lentamente hasta rozar los labios de SungMin, para, segundos después, comenzar
a hacer un movimiento muy suave. Un movimiento que, sin esperarlo, estaba siendo
correspondido.

-Minnie – se separó al momento de sentir que su dongsaeng le correspondía.

-¿Teuk-hyung? - cuestionó mientras reconocía su voz y sus ojos lograban distinguir poco a
poco su rostro.

-Lo... lo siento – no sabía que decir, o si disculparse estaba bien, puesto que el otro le había
correspondido.

-¿Porque...? - no hacia falta terminar la pregunta pasa saber que era lo que le parecía tan
extraño... después de todo ¿Quien no querría saber porque su amigo le besa?... sobre todo
si ambos son hombres.

-Yo... No lo pude evitar – Si bien eso no era una respuesta concreta, eso bastaba... de todos
modos LeeTeuk tampoco tenía una buena explicación.

El silencio de antes volvió a envolver la habitación, haciéndoles sentir nerviosos.


Aun con ese nerviosismo, LeeTeuk seguía mirando con ansias los labios de SungMin, y su
único pensamiento antes de volver a besarlo fue “Ya lo hice una vez... ¿que mas podría
pasar si sigo?”.

Esta vez en vez de besarlo suavemente, se lanzó sobre el, casi devorándolo. SungMin por
supuesto, no se negó a aquel apasionado beso, y dejó que su hyung adentrara su lengua en
su boca, comenzando a cooperar en el juego en que se encontraban ahora. Después de todo
no podía negar que su hyung besaba muy bien.

LeeTeuk, aprovechando que el posicionarse sobre SungMin, este había enredado sus
piernas alrededor suyo, comenzó a hacer un lento vaivén, y aunque aun ambos estaban
vestidos, podían comenzar a sentir los estragos que toda esa acción causaban a sus
entrepiernas.

El líder tomó suavemente a su dongsaeng por el cuello, cortó el beso y con su lengua trazó
un camino de saliva que iba de la comisura de sus labios, hasta su cuello, donde empezó a
lamer, succionar y morder de vez en cuando, con intenciones claras de dejarlo marcado por
unos días al menos. Aprovecharía marcarlo como suyo mientras pudiera.

Los movimientos de cadera aumentaban de intensidad y los suspiros que anteriormente


salían de sus labios, ahora eran gemidos, que cada vez subían mas de volumen.

Buscando más contacto, LeeTeuk bajó una de sus manos hasta el pantalón de pijama de
SungMin y acarició su entrepierna por encima de la tela haciendo que el mas pequeño
gimiera en un volumen algo elevado. El mayor sonrió ladinamente y comenzó de nuevo a
besarlo apasionadamente.

Las manos de SungMin, inquietas fueron a dar a la bragueta de su hyung, quien al sentir que
el chico lograba llegar victoriosamente a su miembro, gimió por el contacto, apretando
accidentalmente el miembro del menor quien ahora soltó un gemido mayor, fue entonces
que...

-¡Oh por dios! - el grito de Ryeowook logró que detuvieran todos sus movimientos. El líder se
levantó de golpe mientras SungMin miraba a Ryeowook con los ojos muy abiertos - ¡Oh mi
dios LeeTeuk-hyung! ¡¿Que es eso?! - el mayor bajó la vista y se cubrió el bulto que llevaba
entre las piernas.

-Yo...SungMin...No es lo que...

-¿Que están haciendo? - interrumpió su torpe explicación un adormilado DongHae que se


frotaba los ojos – No es hora de estar gritando Wookie – dijo con la voz un poco ronca.

-Ellos estaban... - intentó explicar, pero SungMin interrumpió

-Estábamos haciendo una nueva canción – levantó la hoja que había estado escribiendo
antes de dormir – Debimos despertarlo al practicar las notas altas.

-Pues no deberían practicarlas a estas horas – tomó a Ryeowook de la mano y se dirigió con
el hacia la habitación - ¿Por eso gritabas Wookie? - le reprendió ligeramente en el camino
mientras el menor se preguntaba si estaba teniendo alucinaciones.

Una mirada cómplice y un leve sonrojo acompañó los rostros de LeeTeuk y SungMin,
quienes se prometieron a si mismos guardar silencio la próxima vez.

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