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anales de psicología © Copyright 1999: Servicio de Publicaciones.

Universidad de Murcia
1999, vol. 15, nº 1, 3-25 Murcia (España). ISSN: 0212-9728

La hipnosis. Una controversia interminable


Francisco Tortosa*,
Universidad de Valencia

Héctor González-Ordi** y Juan José Miguel-Tobal**


Universidad Complutense de Madrid

Resumen: La investigación sobre las características subya- Title: Hypnosis: an unfinished controversy
centes del proceso hipnótico se ha caracterizado histórica- Abstract: Research on the basic underlying characteristics
mente por ser muy controvertida debido, entre otras cues- of the hypnotic process has been historically characterized
tiones, a que la mayoría de los investigadores se adscriben a by its controversial nature due to, among other topics, most
dos concepciones o paradigmas distintos sobre la naturale- of the hypnosis researchers have assigned to different con-
za de la hipnosis: (1) el paradigma tradicional, que presupo- ceptions or paradigms on the nature of the hypnosis: (1)
ne que la hipnosis implica un estado alterado de conscien- the traditional paradigm, which supposes that hypnosis im-
cia; (2) el paradigma alternativo, cognitivo-comportamental plies an altered state of consciousness; (2) alternative, cog-
o sociocognitivo, que argumenta que no es necesario recu- nitive-behavioral or sociocognitive paradigm, which argues
rrir al concepto de estado alterado para explicar el compor- that it is not necessary to resort to the concept of a special
tamiento hipnótico. Ambas concepciones han generado es- state for the explanation of the hypnotic behavior. Both
trategias de investigación y resultados diferentes. En el pre- conceptions have generated different research strategies
sente trabajo se exploran las raíces históricas que han con- and experimental outcomes. In the present paper, the his-
ducido a esta controversia, centrándose especialmente en la torical background which leads to such theoretical contro-
evolución histórica de la hipnosis desde el las teorías del versy are delineated in detail, focused especially on its evo-
magnetismo animal hasta la actualidad. lution since animal magnetism to present time.
Palabras clave: Hipnosis, Historia, Controversia, Estudio Key Words: Hypnosis, History, Controversies, Social Stud-
Social de la Ciencia. ies of Science.

1. Introducción y conductuales (Edmonston, 1986). Lo cierto


es que, en todas las grandes culturas, de una u
Los fenómenos de sugestión, entre ellos la otra manera, deliberadamente o no, ciertos in-
hipnosis, constituyen uno de los aspectos del dividuos han utilizado los efectos de las suges-
comportamiento humano que más han llama- tiones para potenciar la eficacia de ciertas subs-
do la atención desde los albores de la humani- tancias, u otros procedimientos físicos o psico-
dad, hasta el punto que algunos autores (p.e. lógicos de intervención. Sin embargo, y pese a
Sidis, 1898) han llegado a postular que es una que las técnicas hipnóticas son relativamente
de las características más dominantes del ser sencillas de emplear, ha constituido, y sigue
humano, identificando al ser humano como un constituyendo (González-Ordi, Miguel-Tobal
“animal sugestionable.” Dentro de esa catego- y Tortosa, 1992; Tortosa, González-Ordi y
ría de fenómenos, la hipnosis, como procedi- Miguel-Tobal, 1993) , una de las áreas de estu-
miento terapéutico, puede ser considerada dio más controvertidas que existen, donde es
como una de las técnicas más antiguas que se inusual encontrar definiciones claras y operati-
conocen para provocar cambios en los proce- vas y, a menudo, términos como sugestión,
sos cognitivos, psicofisiológicos, perceptuales persuasión, obediencia, imitación, influencia
social o el propio de hipnosis, se entremezclan
y confunden, dificultando seriamente la inves-
*Dirección para correspondencia: Francisco Tortosa. tigación rigurosa sobre estos tópicos, por lo
Departamento de Psicología Básica, Facutad de Psico-
logía (Universidad de Valencia, Espaa), Avda. Blasco que el consenso, o al menos el acuerdo mayo-
Ibález 21, 45010 Valencia (España). ritario, resultan casi utopías (González-Ordi,
E-Mail: francisco.m.tortosa@ uv.es. 1995). Es más, no resulta raro encontrar que,
**
Ambos autores: Departamento de Psicología Básica, Fa- al menos a nivel popular, los conceptos clási-
cultad de Psicología (Universidad Complutense de Ma- cos de “sugestión” e “hipnosis” se han rela-
drid, España).
4 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

cionado con características negativas de los in- haberse comportado como un proceso ondula-
dividuos como “debilidad mental” o “persona- torio sinusoidal, con puntos máximos y míni-
lidad influenciable.” Todo ello ha contribuido mos1. Dentro de la cultura occidental, los
sin duda a que la hipnosis haya sido perdida y momentos cumbre en el comportamiento histórico
descubierta en numerosas ocasiones a lo largo de de la hipnosis coinciden con las últimas déca-
los siglos. das de los siglos XVIII, XIX y XX: la década
El último descubrimiento data de media- de 1770 contempló la puesta en escena del
dos de siglo y, desde entonces, ha habido un mesmerismo o magnetismo animal ; la de 1880 vive
interés creciente por el fenómeno de la suges- la era dorada del denominado hipnotismo, con
tión desde diversas áreas de la psicología, y el estelar enfrentamiento entre las Escuelas de
ello tanto en el ámbito de la investigación bá- Nancy y de la Salpêtrière; y, finalmente, en los
sica, como en el de las aplicaciones clínicas años sesenta de nuestro siglo se inicia el lla-
(Gheorghiu y cols., 1989; Schumaker, 1991; mado período de hipnosis científica.
Lynn y Rhue, 1991a; Gibson y Heap, 1991;
Heap y Dryden, 1991; Fromm y Nash, 1992; 2. Teóricos del Estado vs. teóricos del
Rhue, Lynn y Kirsch, 1993; Lynn, Kirsch y no Estado. Un formato remozado para
Rhue, 1996). Buena prueba de ello es el cre- una vieja controversia
cimiento en el número de trabajos, modelos,
sociedades, grupos profesionales, revistas y El último redescubrimiento de la hipnosis comen-
reuniones que se ha venido experimentando zó a incubarse durante los años de la II Guerra
en los últimos veinticinco años (p.e. Nash, Mundial y la postguerra. La necesidad de in-
Minton y Baldridge, 1988; Graham, 1991; tervenciones rápidas y efectivas reavivó el in-
Rhue, Lynn y Kirsch, 1993). Pese a ese es- terés por el empleo de la hipnosis y, por exten-
plendor, todavía, para muchos (p.e. Rossi, sión, el interés por la posible utilidad de dichas
1986, pg.3), parece imposible encontrar un técnicas en el ámbito clínico en general. Como
acuerdo general entre profesionales e investi- consecuencia, a finales de los años cuarenta y
gadores sobre “qué es exactamente la hipno- en la década de los cincuenta, se fundaron so-
sis.” Y es que, se quiera o no, sigue plena- ciedades profesionales, como la Society for Clini-
mente vigente la controversia teórica que en- cal and Experimental Hypnosis (SCEH, 1949), la
frenta a quienes, utilizando lenguaje actual, de- International Society for Clinical and Experimental
fienden un planteamiento cognitivo- Hypnosis (ISH, 1958) y la American Society of Cli-
conductual o psicosocial con los que mantie- nical Hypnosis (ASCH, 1958) que, con sus res-
nen la existencia de un proceso especial -como pectivas publicaciones regulares (The Journal of
los identifica Spanos (p.e. Spanos, 1986; Spa- Clinical and Experimental Hypnosis, luego The In-
nos y Chaves, 1989)-, o más sencillamente ternational Journal of Clinical and Experimental
formulada la centrada en la dicotomía estado vs Hypnosis, y American Journal of Clinical Hypnosis),
no estado (p.e. Hilgard, 1973, 1975; Fellows, contribuyeron decisivamente al incremento en
1990). el interés y aplicación de la hipnosis; hasta el
En un formato remozado la situación ac- punto que, en 1958, la American Medical Associa-
tual reproduce la que se ha ido viviendo per- tion y la British Medical Association legitimaron
sistentemente a lo largo de los poco más de su utilización dentro del ámbito profesional de
200 años de historia moderna de la hipnosis médicos y psicólogos (A.M.A., 1958; Kroger,
(Roudinesco, 1982; Chertok, 1984). Cierta- 1963). Mas tarde, en 1960, se creaba The Ame-
mente, si tuviéramos que resumir gráficamente
esos dos siglos de continuo debate y agrio en-
1
frentamiento, se podría recurrir a la terminolo- "pocas terapias en la historia de la medicina han disfruta-
gía de la física moderna, diciendo que, al me- do simultáneamente de tan amplio renombre y tan exten-
sa condena como la hipnosis" (Wolberg, 1948, vol. I,
nos hasta el momento, esa historia parece pág.ix).
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La hipnosis. Una controversia interminable 5

rican Board of Examiners in Psychological Hypnosis, A partir de aquí, los estudios de laboratorio
un comité de expertos encargados de cualificar se incrementan notablemente hasta el punto de
a los profesionales de la salud en la aplicación que tan sólo en el período comprendido entre
de técnicas de hipnosis, (A.P.A., 1961, 1993); y 1958 y 1968 aparecieron más publicaciones
posteriormente, en 1973, creaba la División que en los doscientos años anteriores de histo-
30, denominada Psychological Hypnosis (Evans, ria de la hipnosis (Spanos y Chaves, 1970), una
Sexton y Cadwallader, 1992). tendencia, por lo demás, mantenida hasta hoy.
Este cambio ocurrido en los años cincuen- Este estado de cosas llevó a la consolidación
ta acabaría favoreciendo también la entrada de la habitualmente llamada hipnosis experimen-
definitiva de la hipnosis en los laboratorios de tal; esto es, el estudio de los fenómenos de
psicología experimental, lo que formalmente hipnosis y sugestión en condiciones de labora-
daría inicio al llamado periodo de hipnosis cientí- torio, que frecuentemente matizará o criticará
fica. Las líneas maestras que fundamentarían los resultados obtenidos en el campo clínico o
ese desarrollo pueden remontarse a la activi- aplicado por la llamada hipnosis clínica, hasta el
dad investigadora de tres laboratorios que de- punto de presentar, en ocasiones, resultados
fenderían perspectivas propias sobre la natura- notablemente divergentes sobre la eficacia de
leza de la hipnosis e iniciarían fructíferos pro- tal o cual técnica o la veracidad de los efectos
gramas de investigación, lo que en definitiva obtenidos con tal o cual fenómeno hipnótico
contribuiría a que pocos años después se fra- (González-Ordi y Miguel-Tobal, 1991, 1993).
guara de nuevo el núcleo de la controversia. Todo ello ha convertido el panorama ac-
En 1957, Hilgard fundó el primer laboratorio tual sobre la investigación científica de la hip-
de hipnosis en la Universidad de Stanford (Ca- nosis en un complejo rompecabezas del que múl-
lifornia), dedicado al estudio de las relaciones tiples piezas permanecen sin ensamblar. Esas
de la hipnosis con variables como la edad, el piezas conformarían las diferentes teorías so-
sexo, características de personalidad, etc (Hil- bre el funcionamiento de la hipnosis. Teorías
gard, 1965). Dos años más tarde, Barber esta- que enfatizan algunos aspectos pero no otros,
blecía un pequeño pero productivo laboratorio y que pueden aglutinarse en dos grandes blo-
en la Fundación Medfield del Hospital del Es- ques, las psicologistas vs. las fisiologistas (ver Lynn
tado de Massachusetts, con la intención de es- y Rhue, 1991b; Sheehan y Perry, 1976).
tudiar el papel y los efectos de la imaginación, Las primeras inciden sobre la manipulación
las expectativas, las creencias y las motivacio- de la sugestión como elemento principal del
nes y emociones sobre la capacidad para ser estado hipnótico (p.e. Weitzenhoffer, 1980,
hipnotizado, así como las reacciones psicofi- 1985, 1989), la capacidad de relajación (p.e.
siológicas producidas por las sugestiones hip- Edmonston, 1981, 1991; Crist y Rickardt,
nóticas (Barber, 1969). Finalmente, Orne, en 1993), la imaginación (p.e. Tellegen y Atkin-
1960, estableció un laboratorio en la Universi- son, 1974), los procesos de memorización
dad de Harvard, que posteriormente se trasla- (p.e., Toland, Hoffman y Loftus, 1991; Loftus
daría al Hospital de la Universidad de Penn- y Banaji, 1989), los procesos atencionales (p.e.
sylvania en Filadelfia. Este último se interesó Crawford, 1992), las expectativas, atribuciones,
en los factores motivacionales de la hipnosis, actitudes e influencia social (p.e. Bierhoff y
dedicando su trabajo a estudiar diferentes fe- Klein, 1989; Jahoda, 1989; McGuire, 1989;
nómenos hipnóticos como la regresión hipnó- Gould, 1991) y, en general, acentúan que el
tica, la producción de amnesia e hipermnesia comportamiento hipnótico depende esencial-
mediante sugestión, etc (Orne, 1970). Los tres mente de las características del sujeto más que
grupos desarrollaron Escalas para medir la del hipnotizador, siendo este último un mero
hipnotizabilidad o sugestionabilidad (p.e. Wei- especialista que utilizaría y dirigiría lo más
zenhoffer y Hilgard, 1959, 1962; Shor y Orne, efectivamente posible las capacidades existen-
1962; Barber y Wilson, 1978b). tes en el sujeto (Bowers, 1976).

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6 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

Las segundas enfatizan el efecto de diver- El modelo tradicional de la hipnosis, sos-


sos procesos neurofisiológicos y psicofisioló- tenido por los llamados teóricos del estado , se
gicos como variables intervinientes en la apari- apoya en la suposición de que la aplicación de
ción del estado hipnótico. Tal es el caso de la las técnicas de hipnosis llevan a un estado alte-
inhibición cortical generalizada de la que rado de consciencia (el llamado estado hipnó-
hablaba Pavlov (Torres-Norry, 1987), actual- tico) cualitativa y cuantitativamente diferente
mente descartada, el efecto de la dominancia del estado de vigilia. El alternativo, cognitivo-
hemisférica (Banyai, Meszaros y Csokay, 1985; comportamental o sociocognitivo, defendido
MacLeod-Morgan, 1985; Cikurel y Gruzelier, por los llamados teóricos del no estado, postula
1990), o de la restricción del input sensorial y la que los fenómenos llamados hipnóticos tienen
manipulación del arousal fisiológico (Wickra- lugar por la adecuada manipulación de caracte-
masekera, 1988), el control cognitivo de fun- rísticas psicológicas y psicosociales como la
ciones autonómicas (Wickramasekera, 1990), y motivación, las expectativas positivas hacia la
la actividad diferencial de estructuras subcorti- tarea, las creencias, o el rol de hipnotizador e
cales situadas en el sistema límbico (DeBene- hipnotizado; se trataría en definitiva de un pro-
dittis y Sironi, 1988). ceso motivacionalmente inducido que no
Aunque aquí se han separado formulacio- implicaría la necesidad de un estado diferencial
nes teóricas distintas en función del aspecto al de conciencia (ver González-Ordi, Miguel-
cual se le otorga mayor relevancia, psicólogico Tobal y Tortosa, 1992). Ambas aproximacio-
o fisiológico; no cabe duda que, en realidad, nes generaron concepciones muy diferentes de
hoy se consideran dos caras de una misma la hipnosis, así como estrategias de investiga-
moneda. Sería del todo inapropiado formular ción también disimiles. Un análisis detallado
una teoría psicológica de la hipnosis sin tener de estas diferencias sobrepasa las intenciones
en cuenta el substrato psicofisiológico y neu- de este trabajo; no obstante, sí se pueden
rofisiológico del proceso y viceversa (p.e. apuntar los planteamientos básicos implícitos
Crawford y Gruzelier, 1992). en cada uno de ellas.
A pesar de la variabilidad de explicaciones Para el paradigma tradicional, la investiga-
del funcionamiento, en términos generales to- ción de la hipnosis supone implícitamente que
das las formulaciones teóricas intentan res- existe un estado de consciencia que es funda-
ponder, de una u otra manera a tres cuestiones mental y cualitativamente diferente de otros
principales (Lynn y Rhue, 1991b): ¿Es la hip- estados de consciencia como la vigilia, el sue-
nosis un estado alterado de consciencia?, ¿Es ño o los estados de inconsciencia. Este estado
el comportamiento hipnótico involuntario?, diferente y especial de consciencia se denomi-
¿Puede modificarse la capacidad de ser hipno- na hipnosis, estado hipnótico, trance hipnótico, o
tizado o hipnotizabilidad?. simplemente trance. Aunque el estado de trance
De estas tres preguntas, la que da conteni- hipnótico puede ocurrir ocasionalmente de
do a nuestro ensayo es sin duda la primera. forma espontánea, suele ser normalmente in-
Implica responder directamente a la cuestión ducido mediante un conjunto especial de pro-
de la naturaleza de la hipnosis. Pese a la exis- cedimientos más o menos sofisticados deno-
tencia de planteamientos superadores, la ma- minados inducciones hipnóticas. El trance no es
yoría de los investigadores se han adherido, y una condición momentánea del sujeto; por el
todavía se adhieren, con mayor o menor niti- contrario, cuando el individuo es llevado hasta
dez, a un conjunto de planteamientos básicos y ese estado, se mantiene dentro de él hasta que
criterios metodológicos de investigación y el operador decide despertarlo. Los sujetos que
aplicación que conforman las dos aproxima- se encuentran bajo la influencia del estado hip-
ciones -psicológica y fisiológica- dominantes nótico son capaces de responder a una serie de
en la investigación científica actual sobre la pruebas hipnóticas o fenómenos hipnóticos,
hipnosis. como la rigidez parcial de los miembros (cata-
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La hipnosis. Una controversia interminable 7

lepsia), regresiones en el tiempo, fenómenos la controversia, que obtuvo su momento de


de analgesia y anestesia, alucinaciones visuales mayor esplendor en las décadas de los años 60
positivas y negativas, amnesia e hipermnesia, y y 70. Actualmente, parece existir una mayor
sugestiones posthipnóticas. Existen niveles de aproximación entre ambas posiciones, con-
profundidad en el trance hipnótico -niveles formando una versión débil de la controversia
hipnoidal, ligero, medio, profundo y sonambú- que plantearía que, aunque es difícil sostener
lico-. En la medida en que el nivel de profun- el constructo de trance o estado hipnótico, el com-
didad hipnótica aumenta, las capacidades del portamiento hipnótico tampoco podría ser ex-
individuo para producir fenómenos hipnóticos plicado únicamente mediante variables como
cada vez más complejos también se incremen- las actitudes, motivaciones y expectativas, de-
ta (ver p.e. Barber y Wilson, 1978a; Barber, bido a que existen una gran cantidad de dife-
1979). rencias individuales que sobrepasan los plan-
El paradigma alternativo asume que no es teamientos reduccionistas. Los planteamientos
necesario acudir a la existencia de un estado actuales inciden sobre el hecho de que lo que
diferente de consciencia para explicar la natu- llamamos hipnosis serviría para catalogar a un
raleza del llamado comportamiento hipnótico. Tan- conjunto de procedimientos que potencian
to las personas susceptibles como las no sus- ciertas capacidades preexistentes en los indivi-
ceptibles a la hipnosis poseen determinadas ac- duos (González-Ordi, 1992). En cualquier ca-
titudes, motivaciones y expectativas hacia las so, bien sea en su versión fuerte o débil, aún
instrucciones que están recibiendo. Las perso- cuando haya voces afirmando lo bien lo anti-
nas muy susceptibles a las pruebas hipnóticas cuado, bien lo superado de esa dicotomía, la
emplean actitudes, motivaciones y expectativas controversia sobre la naturaleza de la hipnosis
positivas hacia la tarea; o lo que es lo mismo, sigue aún vigente (p.e. Lynn y Rhue, 1991b;
intentan actuar, pensar e imaginar las sugestio- Dixon y Laurence, 1992; Kirsch, 1992; Spie-
nes tal y como el operador espera que lo gel, 1994; Kirsch y Lynn, 1995).
hagan. Las personas poco susceptibles a las
pruebas hipnóticas emplean actitudes, motiva- 3. Afloramiento de la controversia en
ciones y expectativas negativas hacia la tarea; los albores de la modernidad.
esto es, procuran no pensar, actuar o imaginar
las sugestiones en la dirección deseada por el La concepción magnética del tratamiento de las
experimentador. Los tres factores (actitudes, enfermedades no era nueva en la segunda mi-
motivaciones y expectativas) varían en relación tad del siglo XVIII. Algunos planteamientos ya
a un continuo (negativa-neutral-positiva) para modernos se remontan, cuanto menos, al siglo
converger e interactuar de forma compleja, de- XVI con la propuesta de Paracelso acerca de
terminando hasta dónde un individuo puede las influencias cósmicas, continuados, en el si-
imaginar y dejarse llevar por las sugestiones glo XVII, por dos de sus más activos seguido-
administradas. Los llamados fenómenos hipnó- res: Jean Baptiste Van Helmont y Robert
ticos pueden ser explicados dentro de los plan- Fludd. No obstante, la historia atribuye a
teamientos de la psicología cognitiva y la psi- Franz Anton Mesmer (1734-1815) el lugar se-
cología social, sin necesidad de acudir a cons- ñero, al considerarle como el primero en des-
tructos hipotéticos como el trance, el sonam- arrollar, aplicar y divulgar una propuesta, el
bulismo o la alteración de la consciencia. Así, llamado magnetismo animal, con un método sis-
los fenómenos hipnóticos se fundamentarían temático para el tratamiento de diversas en-
en una compleja interacción de variables como fermedades nerviosas, con lo que contribuyó
las actitudes, motivaciones, expectativas y decisivamente al definitivo abandono de la
habilidades cognitivas e imaginativas. demonología o de las curas por exorcismo
Estos son los planteamientos básicos de lo (Wolberg, 1948; Weckowicz y Liebel-
que se podría denominar como versión fuerte de

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8 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

Weckowicz, 1990; Quintana y Tortosa, 1998). revolucionaria) y el cuadro resultante fue un


Subyace al planteamiento mesmérico su caleidoscopio de ciencia popular, bufonadas y
defensa de una concepción magnética de la na- total charlatanería. ” (Hoffelfd, 1980, 378) Su
turaleza: “Todos los cuerpos celestes tienen método se propagó rápidamente entre la clase
una tendencia recíproca de atracción, que está médica, produciendo verdadero furor entre el
en razón de su masa y de su distancia. Esta ac- público que acudía de todos los lugares de
ción se ejerce más directamente entre los pun- Francia para ser tratados por el médico aus-
tos de su superficie que se enfrentan (...) Hay tríaco (ver Louis, 1898). La creciente fama de
pues, una ley constante en la naturaleza, que es Mesmer y de su método llevó al monarca Luis
la de la influencia mutua de todos los cuerpos, XVI a formar dos comisiones de los más repu-
que se ejerce sobre todas sus partes constituti- tados científicos de la época que elaborasen un
vas, y sobre sus propiedades. Esta influencia informe sobre la veracidad de los postulados
recíproca y las relaciones entre todos los cuer- mesméricos y la utilidad de sus técnicas3. Am-
pos, forman lo que se llama magnetismo .” bas fallarían en su contra, excluyéndose de las
(Mesmer, 1931, 66)2. Esta influencia recíproca conclusiones finales el botánico Laurent de
es lo que determina el funcionamiento de los Jussieu que en un informe particular (Jussieu,
organismos animados e inanimados; en el ser 1784) señalaba que en el magnetismo existe
humano equilibrio es sinónimo de salud y des- una parte de verdad, enmascarada por una
equilibrio de enfermedad: “No hay más que abundante especulación y falsas hipótesis.
una sola enfermedad y que un solo remedio. Aquellos informes negativos provocaron una
La perfecta armonía de órganos y funciones amplia polémica (ver Dechambre, 1877), pero
constituye la salud. La enfermedad es la abe- su resultado fue el comienzo del descrédito de
rración de esa armonía. La curación consiste, Mesmer, así como del surgimiento de propues-
pues, en restablecer la armonía quebrantada. tas alternativas4.
El remedio general es la aplicación del magne- “Los autores de este informe [Commissaires de
tismo por los medios indicados (...)” (Mesmer,
1931, 141). En definitiva, el núcleo de su ofer- 3
Una de las comisiones de investigación -la encabezada
ta terapéutica es que, con la ayuda de ciertas por Benjamin Franklin- estaba formada por miembros de
técnicas, es posible restaurar el equilibrio y la Facultad de Medicina -Borie, Sallin, D´Arcet y Guillo-
con ello lograr la recuperación de la persona tin-, y de la Academia de Ciencias -Le Roy, Bailly, Lavoi-
trastornada (Ellenberger, 1976, 85). sier-, mientras que la segunda estaba formada sólo por
miembros notables de la Sociedad Real de Medicina -
Sus problemas en un tratamiento llevaron a Possonier, Caille, Mauduyt, Audry y Laurent de Jussieu.
Mesmer a París, la capital de una Francia Sus frutos fueron dos amplios informes (Commissaires
borbónica que todavía ocupaba el centro de l´Académiee de Sciences et la Faculté de Médecine,
político del viejo continente. En aquellos años 1784; Commissaires de la Société Royale de Médecine,
1784), reproducidos en forma amplia en la documentada
París “parecía atraer y fomentar una variada obra editada por Burdin y Dubois (1841).
colección de embaucadores, farsantes, y 4
Coincidiendo con la aparición de los Informes, un discípu-
aventureros raramente igualada en la historia. lo no médico de Mesmer, A.J. de Chastenet (1751-1825),
El éxito de la ciencia había producido un fértil Marqués de Puységur, ofrecía sus descubrimientos sobre
lo que llamó sonambulismo provocado o artificial (ver Puysé-
caldo de cultivo para casi cualquier idea en gur, 1784-1785). En una sesión de magnetismo produjo
París (probablemente enriquecido por la en una persona un estado parecido al sueño, pero distin-
turbulencia pre-revolucionaria) y el cuadro to del natural, ya que hablaba y andaba como si estuviera
2 despierto, obedeciendo automáticamente las órdenes del
Título original: Aphorismes de M. Mesmer: Dictés à l'assemblée magnetizador. Su descubrimiento iba a transformar este
de ses élèves, y dans lesquels on trouve ses principes, sa théorie et les movimiento; su objetivo inmediato no era la producción
moyens de magnétiser; le tout formant un corps de doctrine, devé- de la crisis, sino el estudio de las cualidades de este esta-
loppé en trois cents quarantequatre paragraphes pour faciliter l'ap- do psicopatológico excepcional. Para una historia intere-
plication des commentaires au magnétisme animal. París: Ber- sante del magnetismo puede consultarse Deleuze (1813),
trand, 1785 y para un análisis interesante de su significado en el trán-
sito hacia la hipnosis (Ellenberger, 1965).
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La hipnosis. Una controversia interminable 9

l´Académiee de Sciences et la Faculté de Méde- ra psicológica” que facilitaba la respuesta del


cine] comprobaron que las causas principales de paciente en la dirección deseada por el magne-
los efectos atribuidos al magnetismo animal se tizador. (2) Actúan las hoy llamadas expectativas
deben al contacto, la imaginación y la imitación. positivas ante la tarea ; estos es, con independen-
También observaron que las crisis ocurren con
cia de las razones que empujaban a los partici-
más frecuencia en mujeres que en hombres (...)
Comprobaron que (...) cuando una mujer entra
pantes a acudir (p.e. como una forma de entre-
en crisis, las demás lo hacen también casi al tenimiento o como último recurso para sus do-
mismo tiempo (...) Las mujeres son magnetiza- lencias), es probable que sus expectativas so-
das siempre por hombres; las relaciones esta- bre los efectos curativos de estas técnicas juga-
blecidas son indudablemente aquellas de un pa- ran un papel primordial en los resultados ob-
ciente hacia su médico, pero éste es un hombre tenidos posteriormente. (3) Existe una especial
y ninguna enfermedad nos despoja de nuestro relación interpersonal entre los que en térmi-
sexo, no nos exime completamente del poder nos actuales se llaman terapeuta y paciente; es-
del otro sexo; las enfermedades pueden debili- to es, magnetizador y paciente establecen un
tar impresiones sin destruirlas. Además, la ma- contacto físico muy estrecho5 y las sugestiones
yoría de las mujeres que se prestan a ser magne-
verbales y no verbales son preponderantes.
tizadas no están realmente enfermas; muchas se
prestan a ello debido al aburrimiento o por di-
Con independencia de cualquier calificación
versión; otras aún no estando totalmente sanas moral, es evidente el papel que durante las se-
mantienen su frescura y su fuerza, los sentidos siones magnéticas juega la sugestión, lo que
no están dañados y tienen toda la sensibilidad puede llevar a considerar el fenómeno bajo
de la juventud; sus encantos son tales que pue- una nueva perspectiva (González-Ordi, 1995;
den afectar al médico, y su salud es tal que Quintana y Tortosa, 1998). De hecho, esta vi-
puede hacerlas susceptibles a ser afectadas por sión alternativa del magnetismo, no como una
el médico, de forma que el peligro es recíproco. emanación especial de fuerzas, sino como la
La larga y continuada proximidad, el contacto influencia de una persona sobre otra, tuvo
requerido, la comunicación del calor humano, también su representación a finales del XVIII.
el intercambio de miradas, son formas y medios
Es interesante destacar que los Informes
mediante los cuales es bien conocido que la na-
turaleza afecta a las comunicaciones de las sen- de las Comisiones no ponían el acento en si el
saciones y los afectos. Generalmente, el magne- magnetismo curaba o no, sino en si existe
tizador rodea las piernas de la paciente con las realmente. El problema básico es dilucidar si
suyas de forma que las rodillas y otras zonas las curaciones producidas por esta técnica
inferiores del cuerpo están en estrecho pueden ser atribuidas a una suerte de fuerzas
contacto. La mano se aplica a la región magnéticas que emanan del mesmerista (quien
hipocondríaca y, en ocasiones, en la zona de los las almacena, canaliza y trasmite), o si por el
ovarios; por lo que, el contacto se realiza en contrario existen otras explicaciones alternati-
muchas partes del cuerpo del paciente, entre vas para los efectos observados (Carlson y
ellas, las más sensibles (...) El tratamiento Simpson, 1970, Quen, 1975; Tatar, 1978; Carl-
magnético debe ser necesariamente dañino para
son, 1989; Gauld, 1992). Específicamente, lo
la moralidad (...)” (Binet y Féré, 1888, 18-25).
El extracto del informe permite descubrir que los Informes parecen demostrar es el in-
ciertos mecanismos implícitos que actúan du- cuestionable poder de la sugestión, ya que lo
rante las sesiones mesméricas: (1) Interviene lo que los comisionados destacan es el singular
que en la actualidad se califica como aprendizaje efecto de la imaginación y la imitación, en de-
por imitación u observación de modelos ; esto es, pa- trimento de la posesión de un poder determi-
rece que resultaba frecuente que los efectos
inducidos en una paciente fueran rápidamente 5
Esta es una de las principales razones aducidas por los
exhibidos por las demás enfermas, lo que su- miembros de los Comités para denostar dichas prácticas,
ponemos favorecía una determinada “atmósfe- argumentando que afectaban gravemente a la moralidad
(ver Bertrand, 1823).

anales de psicología, 1999, 15(1)


10 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

nado por parte de algunas personas6. rados, a las personas aptas les toco la coronilla,
En todo caso ya existía una visión contem- el hueso frontal y la base de la nariz, el diafrag-
poránea alternativa al magnetismo animal, la ma y el corazón, rodillas y dedos de los pies.
encarnada por José Custodio de Faria - El aba- Demuestra la experiencia que, una ligera pre-
te Faria- (1756-1819). Este clérigo de origen sión en tales partes, donde la sangre es extraor-
dinariamente líquida, provoca casi siempre una
portugués planteó con seriedad un intento se- concentración suficiente para la abstracción de
rio de interpretación psicológica de los fenó- los sentidos, con tal que no haya oposición vo-
menos magnéticos. Sustituyó los procedimien- luntaria o falta de entendimiento.” (En Moniz,
tos de pases magnéticos por los de administrar 1960, 77, 82-83).
instrucciones altamente directivas y autorita- Así, parece que no todos los sujetos son
rias a sus pacientes -sugestiones hipnóticas-. igualmente influenciables, siendo algunos -
Así mismo, supeditó la importancia del magne- Faria los denomina epoptas- muy especialmen-
tizador a las variables personales del individuo te sugestionables . El proceso de inducción
magnetizado (ver Perry, 1978). utilizado se basa en la técnica de fijación ocu-
“Nada se desenvuelve en el sueño lúcido que lar más la administración de instrucciones di-
salga fuera de la esfera natural (...) Haremos ver rectivas. La hipnosis es un proceso de aprendi-
que nada hay en este asunto que sobrepase los zaje que puede producirse bien por aproxima-
límites de la razón humana (...) Primero elijo
aquellos que tienen disposición adquirida para
ciones sucesivas, bien por observación de mo-
la concentración ocasional (hipnosis) y luego de delos, bien por efectos físicos. La colaboración
hacerlos sentar en un asiento cómodo, pronun- y comprensión de las instrucciones por parte
cio enérgicamente la palabra ¡duerma!. También del sujeto son elementos esenciales para que la
suelo mostrarles mi mano abierta a cierta dis- hipnosis tenga lugar. Fue uno de los primeros
tancia, recomendándoles que la miren fijamen- en captar la importancia del efecto de las su-
te, sin cambiar la mirada y evitando el pestañeo. gestiones indirectas a través de substancias
En el primer caso, les invito a cerrar los ojos y inertes, el tan conocido efecto placebo7.
les advierto que en cuanto los intime a dormir, Diversos autores (p.e. Perry, 1978; Lauren-
sentirán un temblor en sus miembros y se dor- ce y Perry, 1988; Nadon y cols., 1991) señalan
mirán. Esta sacudida es una prueba cierta de
que Faria hizo depender la respuesta al sueño
franco abandono a la concentración [hipnosis].
En el segundo caso, me fijo que no pestañeen y
lúcido -hipnosis- de la capacidad personal para
les aproximo mi mano abierta desde cierta dis- experienciar el fenómeno (nivel de sugestiona-
tancia. Si observo que no cierra los ojos, les bilidad), en combinación con las exigencias
someto en seguida a otra prueba. Pero antes de contextuales de la situación, así como con las
preparar a los nuevos epoptas, tomo la precau- creencias, expectativas y motivaciones del in-
ción de hacerlos dormir en mis sesiones ante dividuo. Faria ofrece un precoz planteamiento
otros epoptas ya habituados al sueño. El fin de representativo de las modernas concepciones
esta medida no es sino facilitar el sueño a aque- sobre la hipnosis, debido a que acentúa el pa-
llos que ya poseen disposiciones adquiridas. Pe- pel de las diferencias individuales en el com-
ro si este procedimiento no da los efectos espe- portamiento hipnótico en relación con el gra-
do de sugestionabilidad; y también plantea que
6
“(...) el acero no es el único objeto que puede absorber y la producción de la hipnosis se lleva a cabo a
emanar la fuerza magnética. Por el contrario, el papel, el través de un proceso de concentración y la
pan, la lana, la seda, el cuero, la piedra, el cristal, el agua,
los diversos metales, la madera, los perros, los seres
7
humanos, cualquier cosa que yo haya tocado se convierte “Muchas veces, medicamentos simples e indiferentes, pe-
en tan magnética que esos objetos llegan a ejercer una in- ro tomados con confianza, producen efectos más saluda-
fluencia tan grande sobre el enfermo como la que ejercía bles que los reconocidos como más eficaces (...) Es que la
el propio magneto. Yo soy capaz de cargar botellas con convicción íntima, que crea la más alta confianza, regula
materiales magnéticos justamente en la misma forma que mejor los jugos internos, en virtud de la gran fluidez de la
se hace con la electricidad.” (Citado en Goldsmith, 1934, sangre, que todos los medios farmacéuticos." (Faria,
64). 1819).
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 11

administración de instrucciones directivas8. clusiones, en conjunto, muy positivas que aca-


Aunque Faria no llegó a crear escuela, si influ- baban recomendando a la Academia la promo-
yó en toda una línea de autores que mantuvie- ción de la investigación sobre magnetismo, un
ron, desde entonces, un pensamiento psicologista saber y una práctica que, además, debería in-
o subjetivista. corporarse a la medicina oficial. El informe
Su muerte y la publicación de su clásico li- fue mal recibido y, de hecho, no llegó a im-
bro De la cause du somneil lucide: ou Étude de la na- primirse (ver el Rapport fait au nom de
ture de l´homme (Faria, 1819) se produjeron en la L´Academie de Médecine sur le magnétisme animal,
antesala de otro período de esplendor del mo- recogido en Budin y Dubois, 1841). Seis años
vimiento magnético. Su éxito popular consti- después, la Academia nombró una nueva co-
tuía una continua invitación a que los repre- misión -Bouillaud, Dubois (D'Amiens), Roux,
sentantes de la medicina oficial lo tomaran en Emerity, Cloquet y Oudet. En esta ocasión los
serio. Así, en 1820, hubo, junto a acerbas críti- trabajos fueron rápidos, Dubois presentó el in-
cas y nuevos planteamientos9, diversas expe- forme en agosto de 1837 con resultados nega-
riencias sobre el magnetismo en Hospitales de tivos, durante tres años más estuvo la Acade-
París, destacando las realizadas en la Salpêtriè- mia estudiando el tema, hasta que finalmente
re por Georget y Rostan, dos prestigiosos mé- anunció, en octubre de 1840, que no respon-
dicos del Centro. Aunque el Consejo Superior dería más demandas para estudiar el estatus
de Hospitales suspendió dichas experiencias científico del magnetismo, una aureola de des-
pronto, resultaron suficientes para atraer la crédito iba a envolver desde entonces cual-
atención de destacados representantes de la quier intento del movimiento magnético.
profesión médica (ver Dechambre, 1877)10.
Aquella situación obligó a que de nuevo 4. La polemica estalla. Ideas basicas de
“La Academia de Medicina” evaluara el mag- los litigantes
netismo. Tras un estudio y debate previo se
nombró, el 28 de febrero de 1826, una Comi- La medicina científico natural decimonónica,
sión que, tras casi seis años de estudio, ofreció cuya base era el método anatomoclínico, había
sus conclusiones en las sesiones de La Acade- desprestigiado los procedimientos hipnóticos,
mia del 21 y 28 de junio de 1831. Unas con- por lo que, si bien es cierto que el magnetismo
había logrado sobrevivir a los avatares del siglo
8
El primer aspecto constituirá un elemento clave en el de las luces, pocos eran los científicos que en la
planteamiento de H.Bernheim, mientras el segundo defi- segunda mitad del XIX defendían sus postula-
ne el núcleo del método de J.Braid.
9 dos a ultranza (Ellenberger, 1976). Habría que
En aquel ambiente surgió la influyente obra del médico
esperar algunos años más para que el hipno-
Alexandre Bertrand (1795-1831). Este dedicó especial
cuidado a criticar y desautorizar las tesis fluidistas pro- tismo fuera progresivamente aceptado en los
mulgadas por los magnetizadores. Su estudio se centró círculos intelectuales de la ya República fran-
en las experiencias de éxtasis, que este autor consideraba cesa, algo que fue propiciado con el desarrollo
estrechamente relacionadas con los fenómenos de so-
nambulismo provocados por el magnetismo animal (Ber-
del braidismo11 o hipnotismo francés y la asimi-
trand, 1823). Consideraba que estas experiencias se pro- lación de la psicofisiología británica por parte
ducían por una predisposición más orgánica que mental del ambiente científico francés (Barrucaud,
y, por consiguiente, los efectos atribuidos al magnetismo 1967).
derivaban en realidad de un trastorno orgánico y no de
un posible fluido emanado del operador. En este sentido, En cierta medida la historia de la hipnosis
Bertrand delineaba las bases conceptuales sobre las que en las Islas Británicas es coetánea de la prácti-
se apoyarían posteriormente Charcot y sus seguidores ca proscripción por parte de la medicina oficial
para explicar el gran hipnotismo (Gauld, 1992).
10
Gravitz y Gerton (1984) atribuyen al francés Etienne Fe-
11
lix d’Henin la aplicación del prefijo “hipn-” a un conjun- Término acuñado por Durand de Gros, un exiliado a
to de términos utilizados para describir los fenómenos Gran Bretaña que a su vuelta a suelo francés firmó con el
mesméricos (cfr. pg. 109) seudónimo de Dr. Phillips

anales de psicología, 1999, 15(1)


12 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

del magnetismo en Francia. Desde los años predispuestas podían entrar; y, la teoría de la
treinta se van sucediendo las aportaciones de sugestión, que negaba la existencia de un esta-
Elliotson, Laycock, Carpenter o Esdaile sobre do especial, relegando cualquier manifestación
el magnetismo y el hipnotismo, y sus aplica- hipnótica a fenómenos de sugestión y suges-
ciones terapéuticas, lo que acabaría definiendo tionabilidad. Mientras la primera estaba en
una tradición británica. En aquel contexto, franca decadencia, las otras dos mantenían una
Braid (1795-1860) interpretaría el núcleo dura pugna teórica y metodológica
aprovechable del magnetismo desde los su- La mencionada controversia, relevante para
puestos de la fisiología, la psicología y la pato- la historia de la hipnosis pero también para el
logía de su tiempo histórico (ver Bramwell, desarrollo de la psicopatología y la psicoterapia
1896; Reimer, 1935), concretando su plantea- modernas, se mantuvo en el campo de la psi-
miento en el clásico Neurypnologie (1843), don- quiatría y la emergente psicología, alcanzando
de exponía su método y su concepción del dramatismo en la confrontación mantenida por
mecanismo y propiedades de lo que llamaba los representantes de las entonces conocidas
sueño nervioso, siendo el hipnotismo la forma como la Escuela de la Salpêtrière, liderada por
extrema de aquel tipo de sueño. Su concep- Charcot, y la Escuela de Nancy, liderada por
ción del hipnotismo se sustentaba en torno al Bernheim (p.e. Apfelbaum, 1984b; Weckowicz
método de inducción del sueño nervioso, de- y Liebel-Weckowicz, 1990; Barrows, 1990;
cantándose por una explicación subjetiva del Gravitz, 1991; González-Ordi, Miguel-Tobal y
proceso que provoca el estado hipnótico. Tortosa, 1992; Tortosa, González-Ordi y Mi-
Hubo una progresiva psicologización de sus plan- guel-Tobal, 1993; Quintana y Tortosa, 1998;
teamientos, restándole importancia a la fijación Pérez, González-Ordi y Miguel-Tobal, 1999).
de la mirada, y aumentándola a la concentra- Hacia 1870 Jean-Martin Charcot (1825-
ción mental del sujeto en torno a ideas domi- 1893) se encargó de una sala especial del Parí-
nantes (ver López-Piñero y Morales, 1970, sino Hospital de la Salpêtrière, reservada a pa-
129-143). cientes histéricas y epilépticas, motivo por el
Las ideas de Braid, parcialmente traducido cual extendió sus estudios de anatomopatolo-
además, encontraron eco en algunas figuras gía del sistema nervioso a los trastornos histé-
menores del mundo cultural y científico fran- ricos. En su obra culminó, al tiempo que hizo
cés, pero fue el movimiento encabezado por crisis, el enfrentamiento de la mentalidad ana-
Azam, Durand de Gros y otros reputados mé- tomoclínica, cuyos postulados básicos eran la
dicos y cirujanos (p.e. Demarquay, Girard- localización y la reducción a lo anatómico, con
Teulon, Gigot-Suard ...), junto a algunos fisió- el concepto de neurosis, que, desde su origen,
logos (p.e. Brown-Séquard), el que propició la se aplicaba a enfermedades generales y fisioló-
incorporación y asimilación de sus ideas. Sería gicas. Un enfrentamiento que serviría de ante-
el braidismo, junto con la incorporación de los sala a una etapa psicogénica en la explicación
planteamientos básicos de la medicina británi- de la génesis del trastorno y de la hipnosis, y
ca, los que abrirían y prepararían la época do- psicoterapéutica en el tratamiento12.
rada de los años 80, años en los que el hipno-
tismo volvió a ser uno de los centros de inte- 12
Foville en su prólogo a la traducción francesa del libro
rés científico más notables. William James de Tuke escribía: “Lo que tendrá una importancia mucho
(1890), muy interesado por estos fenómenos mayor es que se constituya, dentro del conjunto de mé-
(Kihlstrom y McConkey, 1990), resumía el pa- todos curativos utilizados conscientemente por los médi-
cos más preparados, una rama especial del arte, que con-
norama teórico de aquella década en tres sista en la aplicación al tratamiento de las enfermedades
grandes concepciones del estado hipnótico: el de los conocimientos que actualmente poseemos acerca
magnetismo animal; la teoría de la neurosis, del influjo que la inteligencia, y todavía más la imagina-
según la cual el estado hipnótico era una con- ción, pueden ejercer sobre las funciones del cuerpo
humano (...) La innovación consistirá realmente en dar a
dición patológica en la que ciertas personas esta medicación peculiar una consagración científica ba-
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 13

Probablemente por influencia de Charles do decisivamente, con su reputación, a que el


Richet, Charcot comenzó a utilizar el hipno- tantas veces denostado hipnotismo, rechazado
tismo como una forma de provocar fenóme- una y otra vez como magnetismo por la cien-
nos histéricos en sus experiencias (p.e. Ellen- cia ortodoxa que representaba la Academia,
berger, 1965)13, considerándolo desde el pri- fuera finalmente aceptado. De hecho, las con-
mer momento como “una mina preciosa que clusiones de Charcot y sus discípulos se con-
ha de aprovechar tanto el fisiólogo y el psicó- virtieron en punto de referencia obligado para
logo como el médico.” (Charcot y Richer, gran número de practicantes de la hipnosis.
1881, 310) No obstante, sus objetivos no eran Chertok (1988) resume sus postulados en los
de tipo estrictamente terapéutico, sino que siguientes términos: (1) Los indicadores somá-
mas bien estudiaba la hipnosis como un ins- ticos que tienen lugar en algunos sujetos bajo
trumento para investigar fenómenos somato- hipnosis son de fundamental importancia por-
psíquicos complejos: “en el hipnotismo, con- que proporcionan una evidencia legítima de la
cebido como una neurosis provocada, vieron un ausencia de simulación. (2) Los fenómenos
modelo en el que estudiar experimentalmente hipnóticos pueden presentar un agrupamiento
las neurosis espontáneas, y ante todo la histeria, la especial en tres estadios distintos -catalepsia,
grande néurose" (López-Piñero y Morales, 1970, letargia y sonambulismo-, siendo ésta la forma
188). Charcot afrontó la amenaza que la neu- más perfecta de hipnotismo, la que debe to-
rosis y los fenómenos hipnóticos encerraban marse por tipo -el gran hipnotismo -. (3) Las ma-
para su mentalidad científica, e intentó redu- nifestaciones del hipnotismo y del gran hipno-
cirlos a sus métodos; su consideración del hip- tismo pueden desarrollarse independientemen-
notismo como un fenómeno patológico que te de toda sugestión; tan sólo la gente que su-
solamente se daba en histéricos, le permitía fre neurosis de tipo histérico es susceptible de
explicar la hipnosis desde su doctrina de la his- ser hipnotizada, lo que se reduce la sugestio-
teria, al considerar aquella como una simple nabilidad a un síntoma más. (4) El hipnotismo,
variante provocada de ésta. en su forma más pura, debe ser considerado
A principios de 1882, expuso sus conclu- como un estado patológico.
siones básicas sobre el hipnotismo ante la Mientras, en la ciudad de Nancy, en la Lo-
Academia de Ciencias francesa14, contribuyen- rena, un médico rural, Ambroise Auguste Lié-
beault (1823-1904), iniciaba lo que acabaría
sada en el conocimiento preciso de la fisiología del sis- siendo conocido como la Escuela de Nancy,
tema nervioso, en apartarla del dominio de empíricos y que aunque más pobremente organizada que
charlatanes, para situarla en un lugar legitimo y oficial- su homónima en París, sería el principal con-
mente reconocido dentro de la práctica médica. El doc- trapunto en la controversia sobre la hipnosis a
tor Hack Tuke propone llamar psicoterapia a esta rama
del arte. Si es formulada con precisión y aplicada de ma- finales del siglo XIX (ver Cuvelier, 1953).
nera metódica y consciente, será uno de los recursos más Mientras Charcot y sus colegas sostenían que
eficaces del arsenal médico” (Foville, 1886, XVII-XVIII). la hipnotizabilidad era un signo de patología
13
La relación de Charcot con la metaloterapía ayudó sin mental, los miembros de la Escuela de Nancy
duda a preparar su interés por el estudio de los fenóme-
nos hipnóticos. Charcot presidió, junto a Dumontpallier
mantenían que se trataba de algo perfectamen-
y Luys, la Comisión que la Sociéte de Biologie nombró en te normal, y que todos los seres humanos eran
1875 para estudiar el trabajo de V.B.Burq, un médico que
utilizaba la metaloterapia como procedimiento terapéuti-
co. El informe fue favorable provocando un transitorio gía peculiar. Según mis observaciones estos estados ner-
auge del uso de este procedimiento (ver Petit, 1881), que viosos son tres: 1º el estado cataléptico, 2º el estado le-
incluso propició el trabajo de Charcot y alguno de sus tárgico, y 3º, el estado sonanbúlico. Cada uno de ellos
discípulos. puede presentarse de forma primitiva y persistir aislada-
14
“El hipnotismo considerado en su tipo de perfecto de- mente. Puede también provocarse sucesivamente en el
sarrollo tal como se presenta frecuentemente en mujeres curso de una sola observación de un mismo paciente, en
histeroepilépticas comprende varios estados nerviosos órdenes distintos según el deseo del observador. “ (Char-
cada uno de los cuales se distingue por una sintomatolo- cot, 1882, 403).

anales de psicología, 1999, 15(1)


14 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

más o menos sugestionables y, por tanto, hip- 1889), último gran acto del enfrentamiento
notizables. con Charcot y sus satélites, donde afirmó ex-
En Confesiones de un médico hipnotizador Lié- plícitamente que “todos los procedimientos,
beault describe la evolución de su método15. pases, tocamientos, excitaciones sensoriales,
“Hice uso del método más empleado para pro- son efectivos solamente cuando están asocia-
ducir el sueño artificial, el de Dupotet y Lafon- dos a la idea dada al sujeto o adivinada por él
taine (...) De este procedimiento clásico, al que de que debe dormir.”
encontré inconvenientes, pasé a ensayar el de Su teoría puede ser resumida en varios
Braid (...) Al procedimiento ya conocido por los puntos esenciales. La sugestionabilidad se en-
magnetizadores durante largo tiempo, añadimos
la sugestión del sueño, ya utilizada por el abate
cuentra en personas no hipnotizadas tanto
Faria (...) A partir de esta reforma capital en mi como en sujetos hipnotizados. En cada caso,
manera de hipnotizar mis enfermos se durmie- se encuentra presente en diferentes grados. La
ron tranquilamente y con mucha más rapidez.” hipnosis es el estado de sugestionabilidad au-
(En Liébeault, 1891, 290-293). mentada por excelencia. La hipnosis es un es-
En definitiva, propone un procedimiento que tado fisiológico que únicamente puede obte-
se basa en la contemplación con la ayuda de la nerse mediante sugestiones apropiadas. Esta
mirada, en la sugestión verbal y el instinto de posee grados de profundidad que pueden me-
imitación, siendo o más relevante la definitiva dirse mediante la sugestionabilidad del sujeto
incorporación de la sugestión como procedi- hipnotizado. Con el tiempo, Bernheim llegó a
miento psicoterapéutico. A lo largo del libro dar tanta importancia a la sugestión que fue
(Liébeault, 1891) queda claro que, después de restringiendo el uso de la hipnosis hasta llegar
haber empleado los métodos más extendidos a plantear que cualquier efecto hipnótico po-
(p.e. insuflaciones, pases, consultas a los so- día producirse mediante sugestión en vigilia.
námbulos, tratamientos por ellos prescritos, De hecho, desarrolló una cierta metodología
sugestión) considera básica la sugestión, “que sistemática a tal efecto que denominó psicotera-
los comprende a todos y que resume su quin- pia (Bernheim, 1891). Así, en cierta medida, es
taesencia.” posible que Bernheim haya sido uno de los
No obstante, si bien Liébeault puede ser primeros fundadores de la psicoterapia tal y
considerado como el padre espiritual de la Es- como la entendemos hoy en día (Ellenberger,
cuela, el verdadero arquitecto y teórico fue 1976).
Hippolyte-Marie Bernheim (1837-1919). La
concepción de Bernheim se basa en la suges- 5. Una solucion psicologista para la po-
tión y la sugestionabilidad como elementos lemica
fundamentales de la hipnosis (Weitzenhoffer,
1867). La “(...)sugestión, es decir, la penetra- La emergente psicología mostraba gran confu-
ción de la idea del fenómeno en el cerebro del sión incluso entre las tendencias que caracteri-
sujeto por la palabra, el gesto, la vista, o la imi- zaban la llamada ciencia de la vida mental. Térmi-
tación, me parece que es la clave de todos los nos idénticos, como los de psicología experimental
hechos hipnóticos que he observado. Sin la o psicología fisiológica, identificaban tipos de in-
sugestión no he podido producirlos.” (Bern- vestigación bien diferentes según se tratara de
heim, 1886, 189). Una idea que enfatiza en su un país u otro. De hecho, en el tránsito al siglo
ponencia al Primer Congreso Internacional de XX, coexistieron, al menos, tres prácticas de
Hipnosis Experimental y Terapéutica (París, investigación psicológica (ver Danziger, 1985,
1990) netamente diferenciadas: el modelo ex-
15 perimental sensorial alemán, el modelo dife-
En general suele citarse su primer libro (Liébeault, 1866)
en su segunda edición (Liébeault, 1889), olvidándose su
rencial británico de evaluación de aptitudes
segunda obra dedicada al tratamiento psíquico (Liébeault, mentales, y el modelo clínico francés basado
1891).
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 15

en el estudio experimental y terapéutico de la el nivel de la vida mental la curiosidad científi-


hipnosis (Tortosa y cols., 1998).. ca propendía hacia lo irracional y lo misterio-
En ocasiones los modelos se interfirieron so; incluso investigadores de laboratorio mani-
provocando serios problemas, es el caso carac- festaron una ingenua atracción hacia los fenó-
terístico de la relación que, en algunos mo- menos del ocultismo o del espiritismo, así co-
mentos y contextos, mantuvieron la psicología mo hacia ciertas dimensiones del hipnotismo.
de laboratorio con la psicopatología médica16. En aquel momento de cierta indefinición, en
No debe olvidarse que el romanticismo se el que los contornos de la nueva ciencia y los
manifestó, a nivel científico, por una extrema- perfiles de sus promotores no se dibujaban ní-
da afición hacia las ciencias de la vida, en de- tidamente frente a otras disciplinas científicas,
trimento de ciencias más duras. En especial en en los que muchos de quienes practicaban el
nuevo género de investigación se consideraban
16 a sí mismos cualquier cosa menos psicólogos,
Wundt mantuvo un continuado debate frente a estas
muchos de los que sí se llamaban psicólogos se
tendencias, ponía en guardia contra la superstición en la
ciencia (“Der Aberglaube in der Wissenschaft”) y lamen- interesaban por los llamados fenómenos ocultos.
taba que las sociedades sobre fenómenos ocultos consti- Los pioneros de la psicología científica
tuyesen la cara de la nueva psicología para buena parte francesa, "le nouveau savant à la française"
del público cultivado, algo que acababa reduciendo a un
papel secundario la psicofísica y la investigación de labo-
(ver Carroy, 1993, VIII), inventan sus temas a
ratorio, auténticas representantes de la nueva psicología partir de la reserva que definía la obra de los
experimental. En su Hypnotismus und suggestion (Wundt, alienistas, de quienes experimentaban con el
1892) sus prevenciones frente a la pervivencia de elemen- sueño provocado, y de los hospitales. Lo ex-
tos ocultísticos son palmarias, centra su exposición en
oponer trabas casi insalvables respecto del uso del hipno- traordinario o lo patológico se constituye co-
tismo como instrumento para la investigación experimen- mo vía regia para estudiar y comprender el fun-
tal de los fenómenos psíquicos, aún aceptando sin reser- cionamiento normal. Su psicología es nítida-
vas su valor terapéutico frente a las enfermedades nerviosas mente patológica, enlazada en lo que Foucault
funcionales, una aceptación, eso sí, circunscrita al campo de
la medicina, no al de las aplicaciones pedagógicomorales llama "el circulo antropológico". Consideraban
del hipnotismo. " Si, por todo lo expuesto, no puedo el dominio de los fenómenos psicopatológicos
conceder al hipnotismo el valor extraordinario que sus como una especie de laboratorio para estudiar,
admiradores le reconocen en psicología, creo, en cambio,
que posee en otro terreno, aludo a la medicina práctica,
cuasi-experimentalmente, el funcionamiento y
un valor que no se debe desconocer. Todo el que haya el proceso de estructuración de los procesos
leído la descripción detallada y de carácter de un objeti- psíquicos. La evolución de una alteración psí-
vismo razonado, del director actual de la escuela de Nan- quica muestra, como hacia atrás, la organiza-
cy, Bernheim, a la que se refieren los resultados obteni-
dos por Forel en Zurich, y por Wetterstrand en Esto- ción jerárquica y el funcionamiento normal
colmo, no podrá sustraerse a la idea de que se trata aquí, como un proceso de descomposición que nos
en realidad, de la adquisición de un método terapéutico permite reconstruir el proceso inverso de
de extraordinaria importancia (...) La terapéutica sugestiva construcción:
(...) está limitada, en una parte esencial, a las perturbacio-
nes funcionales; pero esto no le quita nada de su valor y “La enfermedad es una experimentación del ti-
deja suficiente campo a su aplicación, cuando se piensa po más sutil, establecida por la misma naturale-
cuántas existencias están atormentadas por enfermedades za, en circunstancias bien definidas y con pro-
graves de las funciones nerviosas (...) Cuanto mayor valor cedimientos de que no dispone el arte de los
reconozco a la terapéutica sugestiva y más deseo que se hombres: alcanza lo inaccesible. Por lo demás,
extienda para bien de la humanidad doliente, tanto más si la enfermedad no se encargase de desorgani-
temo que el celo excesivo de los aficionados a la hipnoti-
zación y de los que admiran de lejos la hipnosis, entor-
zar para nosotros el mecanismo del espíritu,
pezcan su extensión a los diferentes círculos de la medi- haciéndonos comprender mejor así su funcio-
cina; porque estos hombres creen haber encontrado en la namiento normal, ¿quién se arriesgaría a hacer
sugestión, no solamente un remedio contra todas las en- unas experiencias que la más vulgar moral re-
fermedades morales que padecemos, sino también la pa- prueba? ¿Se encontraría un hombre para sufrir-
lanca del progreso de la civilización destinada a levantar a las, y otro para intentarlas? La fisiología y la pa-
la humanidad a un estado de perfección hasta entonces
desconocido." (Wundt, 1892/1908, 96-97).
tología -las del espíritu tanto como las del cuer-

anales de psicología, 1999, 15(1)


16 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

po- no se oponen una a otra como dos contra- Congreso Internacional de Psicología Fisioló-
rios, sino como dos partes de un mismo todo.” gica (6-10 agosto de 1889) y el I Congreso In-
(Ribot, 1909). ternacional de Hipnosis Experimental y Tera-
Hubo, pues, en los trabajos de la escuela péutica (8-12 agosto)17. Ambos contaron con
francesa clásica una clara inclinación hacia una una nutrida y variada representación de tópi-
aproximación a la psicología por la vía psicopatológi- cos sobre hipnotismo en sus sesiones y nume-
ca.. Este tipo de enfoque se hallaba muy cerca- rosos asistentes y participantes compartieron
no de la aproximación neurológica y fisiológi- ambos eventos18.
ca (ver Beauchesne, 1986; Sos, Civera y Este-
ban, 1998). Este contexto teórico permitiría a 17
Aquel mismo año, entre el 21 y el 26 de octubre, se cele-
las corrientes psicopatológica y psicofisiológica bró, también en París, un Congreso Internacional sobre
francesa realizar una aportación original a esa Magnetismo, que no tendría continuidad (Gérard, 1889).
nueva psicología que, a fines del siglo XIX, estaba Poco después, se celebraría en el París del 1900, organi-
conformándose. Y ello es lo que le daría un zado ahora por la autollamada "École de la Pitié" liderada
por L.Dumontpallier, un II Congreso Internacional sobre
sentido peculiar y propio a la "psicología fisio- Hipnotismo (Bérillon y Farez, 1902), que sería el último
lógica" francesa, bien distinto al que le podría específico hasta que, de nuevo en París, ahora en 1965,
dar el académicamente triunfante (Tortosa y tuviera lugar un nuevo evento internacional. No ocurrió
lo mismo con los Congresos Internacionales de Psicolo-
cols., 1998) modelo de psicología a la alemana: gía que continúan siendo organizados por una Unión In-
“(...) en la Sociedad de Psicología Fisiológica ternacional de Ciencia Psicológica que integra a las diver-
(de París) es el hipnotismo quien desempeña el sas sociedades nacionales de psicólogos (ver Montoro,
papel principal, pero las experiencias y discu- 1982; Richelle y Carpintero, 1992; González-Solaz, 1998).
18
siones sobre la clarividencia y la transferencia Nuttin (1992) hipotetiza que a la raíz de estos Congresos
de ideas ocupan también un lugar bastante des- separados se hallaban dificultades internas a la propia So-
tacado, mientras que todo aquello a lo que no- ciedad anfitriona, y a la negativa del Comité Organizador
sotros llamamos aquí, en Alemania, psicología del I Congreso de Psicología Fisiológica a aceptar traba-
jos provenientes de médicos practicantes del hipnotismo.
fisiológica es allí absolutamente secundario.” Se separa pues el hipnotismo, especialmente el conside-
(Wundt, 1893, 2-3). rado desde el punto de vista médico, del grupo de estu-
La psicología francófona, nacida en un dios de psicología fisiológica. El Secretario General del
contexto médico, utilizó la hipnosis como un Congreso, Richet, escribía: “En lo relativo al hipnotismo,
todas las cuestiones resultarán sin duda de interés para
instrumento básico para la investigación psí- nosotros: pero debemos preservar el carácter científico
quica. Bajo hipnosis inducida en un contexto de nuestro Congreso, y si no olvidarla, si al menos debe-
de experimento clínico se investigaban diver- mos dejar un poco en la sombra la práctica médica, en
sas funciones mentales del sujeto (ver Carroy, especial cuando ella no aporta documentación científica
nueva. Nuestro congreso cuenta con la participación de
1991, 1993). El hipnotismo estaba intentando muchos médicos; pero está constituido en su mayor parte
pasar del mundo del espectáculo al de la medi- por psicólogos que poco tienen que ver con la práctica
cina. Quienes habían inscrito los fenómenos médica. Fisiólogos o filósofos tampoco tienen que ocu-
hipnóticos en el cuadro de síntomas de la his- parse del tratamiento de las enfermedades, ni de atender
a las exigencias de la clientela. En el otro congreso se
teria, integrándolos por tanto en el amplio discutirán cuestiones muy interesantes para la práctica
dominio de la patología nerviosa, se enfrenta- diaria de la medicina, pero ellas tendrán un carácter ex-
ban a quienes utilizaban dichos fenómenos clusivamente médico. Para nosotros en nuestras reunio-
con fines terapéuticos. En buena medida de la nes -es un simple deseo que formulo- será o al menos
puede ser bueno dejar de lado las aplicaciones a la medi-
mano de ese enfrentamiento tendrían lugar, en cina cotidiana, que son siempre muy delicadas y que en-
aquella Francia, eventos clave para la institu- trañan consecuencias extra-científicas de las que nadie
cionalización e internacionalización de la psi- entre nosotros querría asumir la responsabilidad. La res-
ponsabilidad que nosotros hemos de asumir en lo que
cología. nos afecta, es la responsabilidad científica, es decir la de
En un París exultante con la conmemora- nuestras opiniones y la de los hechos que nosotros cree-
ción del centenario de su revolución antimo- mos haber observado correctamente.” (Richet, 1889, 36-
nárquica, y la Gran Exposición Universal, se 37). Puede encontrarse una relación de los miembros ins-
critos en el I Congreso de Hipnosis Experimental y Te-
celebraron, prácticamente al unísono, el I rapéutica en Bérillon (1889, pgs. 10-20), y la de los inscri-
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 17

El Presidente19 del I Congreso Internacio- riesen a las aplicaciones clínicas, médico-


nal de Psicología Fisiológica y presidente de la legales y psicofisiológicas del hipnotismo, algo
Sociedad Francesa de Psicología Fisiológica, que no siempre se consiguió. Prácticamente no
organizadora del evento, fue Charcot, por lo hubo unanimidad en ninguna de las sesiones,
que resulta fácil imaginar que transfiriera parte puesto que tanto el grupo francés, el más nu-
de sus intereses y problemática a este aconte- meroso, como la representación extranjera, se
cimiento. Ciertamente la relación entre el hip- alineaban en la polémica. Figuras bien conoci-
notismo y la psicopatología fue una cuestión das de la psicología y la neurología estaban en-
básica, pero las aplicaciones prácticas de la tre los asistentes -p.e. Déjerine, Delboeuf,
hipnosis no tuvieron un excesivo espacio. En Dessoir, Forel, Freud, James, Van Eeden, Van
el Programa destacaron las secciones dedica- Renterghem, von Schrenk-Notzing-, y, desde
das a las alucinaciones, el hipnotismo, la luego, los miembros más destacados del grupo
herencia y los sentidos musculares. Con todo, de la Salpêtrière -p.e. Babinski, Binet, Gilles de
la Sesión que mayor expectación despertó20 y la Tourette y Janet-, y de Nancy -p.e. Beaunis,
que contaba con mayor número de comunica- Bernheim, Liébeault y Liégeois-.
ciones fue la de hipnotismo, presidida por El enfrentamiento entre la Salpêtrière y
J.Delboeuf. También fue la que suscitó las po- Nancy fue especialmente virulento. El segun-
lémicas más vivas -p.e. Bernheim vs Babinski-, do día (9 de agosto) Bernheim ofreció una in-
ya que "los partidarios de la Escuela de Nancy tervención en la que analizaba el valor de los
eran claramente mayoritarios en las reuniones; distintos procedimientos de hipnosis (Bern-
todos ellos parecían pensar que la doctrina heim, 1889), la respuesta de parte de algunos
original de la Salpêtrière acerca del hipnotismo miembros de la Escuela de la Salpêtrière (p.e.
como una condición patológica definida, con Gilles de la Tourette -Faculté de Médecine de
sus tres estados y las causas somáticas, era cosa París-, Guermonprez - Libre de Lille- y Janet -
del pasado" (James, 1889, 614-615).. Lycée du Havre-) fue violenta, en especial en
Prácticamente al unísono se celebraba21 lo lo referente al concepto de sugestión. La ten-
que Duyckaerts llama un “congrès houleux sur sión fue creciendo hasta alcanzar su cima el úl-
l´hypnotisme” (Duyckaerts, 1989, 53), espe- timo día, cuando se debatió el tema de las apli-
cialmente orientado hacia trabajos que se refi- caciones médico-legales del hipnotismo. Lié-
gois, jurista de Nancy, ofreció una controver-
tos en el Congreso Internacional de Psicología Fisiológi- tida y provocadora comunicación sobre las
ca en el libro de Actas del Congreso (pgs. 6-9). implicaciones médico-legales del sonambulis-
19
El Comité organizador incluía representantes destacados mo y de la hipnosis (Liégois, 1889), de nuevo
de las principales áreas que definían el Programa. La neu- ampliamente contestada por miembros de la
rología y el hipnotismo representados con Charcot (Pre-
sidente), la psiquiatría por Magnan (Vicepresidente), la Escuela de la Salpêtrière (Delboeuf, 1890;
psicología por Ribot (Vicepresidente), la fisiología y el Plas, 1985). A la dureza de los intercambios y
espiritismo por Richet (Secretario General), y la filosofía la absoluta falta de esfuerzos por aproximar las
positivista por Taine (Vicepresidente).
20 posiciones subyacía, probablemente, una opo-
Ya en el discurso de presentación del Congreso, su Se-
cretario General señalaba: “Resulta necesario mencionar
sición básica sobre como integrar el hecho
la cuestión que hoy en día apasiona a todos los psicólo- hipnótico en la medicina oficial (ver Duyc-
gos, el hipnotismo (...) Lograríamos un gran progreso si fué- kaerts, 1989, 62).
ramos capaces de reconciliar esas dos escuelas rivales El debate abierto en torno a la responsabi-
llamadas de la Salpêtrière y de Nancy. Se aproxima el
momento en que esta rivalidad no sea recordada sino lidad penal, que ya se planteó en este Congre-
como un hecho histórico, relegado entre los malentendi- so en toda su crudeza, es correlativo al que es-
dos y errores del pasado.” (Richet, 1889, 36). taban manteniendo, y más tarde mantendrían,
21
Las presidencias de honor recayeron en científicos bien antropólogos y criminólogos (p.e. Lawrence y
conocidos y que, además, se habían ocupado del hipno- Campbell, 1983; Apfelbaum, 1984; McGuire,
tismo en algún momento -el propio Charcot, Brown-
Séquard, Brouardel, Richet, Azam, Mesnet y Lombroso. 1984, 1985; Laurence y Perry, 1988). Un fiel

anales de psicología, 1999, 15(1)


18 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

reflejo de esta segunda área lo encontramos en nes de las entidades patológicas; ausencia de
las Actas de los primeros Congresos de Antro- interés por los backgrounds de sus pacientes y la
pología Criminal, como el que simultáneamen- vida en las salas del hospital; no tomar en con-
te a los que estamos comentando sobre Hip- sideración el peculiar espíritu y ambiente de la
nosis tuvo lugar también en París en agosto de Salpêtrière; el hecho de que las descripciones
1889 (ver Actas Congreso). de Charcot se basaron en un número muy li-
Pese a la acritud del enfrentamiento su mitado de pacientes. Todo ello permitía cues-
suerte estaba decidida. Pocos años después, en tionar las conclusiones y afirmaciones de
el marco del II Congreso Internacional de Psi- aquel, al menos en este ámbito (ver Janet,
cología, su Presidente, el espiritualista Sidg- 1895). .
wick, en su discurso inaugural reconocía pú- Fracasaba así el intento por explicar la his-
blicamente el fin a la disputa, otorgándole el teria (y la hipnosis) desde supuestos anatomo-
triunfo a Nancy: “En el tema del hipnotismo clínicos. No podía reducirse la histeria a una
Francia es nuestra maestra, como Alemania lo enfermedad neurológica, adscribiéndole un
es en los experimentos sensoriales con seres cuadro clínico regular y típico y una patogenia
humanos normales; estamos encantados en te- lesional, basada en la hipótesis de la lesión diná-
ner una tan amplia representación de practi- mica, expresada en unos signos somáticos obje-
cantes de la hipnosis franceses, especialmente tivos. Además, al demostrar Bernheim el ori-
de la Escuela de Nancy. Y es que, sin desear gen puramente sugestivo de la semiología adu-
en lo más mínimo despreciar el valor de los cida desde la Salpêtrière, aparecía como insos-
planteamientos de la Salpêtrière sobre el hip- tenible su pretensión de reducir el hipnotismo
notismo en su aplicación a pacientes histero- a una manifestación patológica de carácter his-
epilépticos, estoy convencido de que son las térico (p.e. Kissel y Barrucaud, 1964; López-
más amplias líneas sobre las que ha trabajado Piñero y Morales, 1970). Se abría así la puerta
la Escuela de Nancy las que se han seguido en de par en par a una nueva concepción de neu-
las investigaciones en Inglaterra -y creo que en rosis, próxima a explicaciones psicogénicas y a
Europa” (Sidgwick, 1892/1974, 8). intervenciones psicoterapéuticas.
Incluso los más firmes seguidores de las Era necesaria una revisión de las teorías re-
tesis de Charcot publicitaron el cambio de lativas a las neurosis y su tratamiento, una ta-
orientación sufrido por sus concepciones. Así rea que dio lugar a diversas tentativas en las
Binet, por ejemplo, pasó a ser muy crítico: que tendrían su origen inmediato la mayor par-
“Al principio, cuando Charcot colocó en sitio te de los planteamientos actuales22. Todo ello
de honor los estudios sobre el hipnotismo y el vino acompañado por la fuerte polémica que
sonambulismo, se produjo un gran movimiento subyació al nacimiento disciplinar de la Psicolo-
de entusiasmo. Desde entonces, tenemos que gía, en que se debatió a fondo la metodología
admitirlo, el entusiasmo ha remitido un tanto; y el estatuto epistemológico del nuevo saber
se ha reconocido frecuentemente que estos es-
tudios presentan gran número de causas de
disciplinar (Tortosa y cols., 1998). Resumída-
error, que muy a menudo falsean los resultados mente, lo que se pretendía poner en claro era
(...) una de las principales causas de incesante
error (...) es la sugestión, es decir la influencia 22
Esa revisión se realizaría en tres niveles complementa-
del operador, por medio de sus palabras, gestos, rios entre sí: (1) La falta de fundamento de una patología
actitudes, e incluso silencios.” (Binet, 1892, 67- orgánica de tipo lesional obligaba a replantear la concep-
68). ción teórica de la neurosis para llegar a descubrir el me-
Incluso Janet acabó explicitando los graves canismo de producción de estas afecciones. (2) También
era necesario replantear la clínica de la neurosis, muy es-
errores metodológicos cometidos por Charcot: pecialmente la de la histeria. (3) Debía buscarse una tera-
trasladar un método que se había mostrado vá- péutica acorde con las nuevas explicaciones, en la prácti-
lido en neurología al ámbito de las condiciones ca se abría la puerta al desarrollo de la psicoterapia, una
puerta por la que irrumpiría con gran fuerza el psicoanáli-
mentales; simplificar en exceso las descripcio- sis.
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 19

si para convertirse en ciencia lo más conve- estudiados según las normas de la metodología
niente era atenerse al modelo explicativo de las experimental más rigurosa. La situación cientí-
Ciencias de la Naturaleza o, dada la singulari- fica de la hipnosis llegó a ser tan precaria que
dad de su objeto, al de las Ciencias del Espíri- Janet, socarronamente, diagnosticó: “el hipno-
tu (Pérez-Garrido, González-Ordi y Miguel- tismo está realmente muerto (...) hasta el día de
Tobal, 1998). Si se nos permite una licencia su resurrección” (Janet, 1925, vol.1, 203); una
histórica, se puede decir que la polémica giró resurrección que se produciría pocos años
en torno al fisicalismo, sobre la posibilidad de después, puesto que se trataba de un muerto
reducir el lenguaje de hechos de la psicología que paradójicamente gozaba de muy buena salud.
al lenguaje cuantitativo y causal de la física. En
general, los nuevos psicólogos optaron, sensa- 6. ¿Una controversia ya superada?
tamente, por seguir las huellas de la ciencia na-
tural. La disputa se zanjó con el triunfo socio- A lo largo de los intermitentes períodos de au-
lógico de una psicología explicativa y naturalis- ge de la hipnosis han existido dos posiciones
ta, lo que llevó a la periferia a los hipnotistas, teóricas predominantes: (1) La que promulga
como también lo haría con los psicoanalistas, y que los fenómenos hipnóticos son función de
con todos aquellos que defendían la validez de un estado especial o alterado al que se accede
modelos epistemológicos alternativos. por procedimientos específicos (teóricos del
Los programas de los Congresos Interna- estado). (2) La que defiende que para explicar
cionales de Psicología, a los que subyace un los fenómenos producidos por la hipnosis bas-
academicismo explícito, reflejan esta situación: ta con recurrir a la capacidad de imaginación y
“A finales del siglo XIX nuestros primeros concentración del sujeto, y/o a un elevado ni-
congresos se vieron inundados por una vaga vel de sugestionabilidad, y/o al grado de ex-
psicoterapia hipnótica mezclada con 'espiritis- pectativas, motivación y actitudes frente a la
mo' que, en un momento dado, amenazó el ca- tarea de ser hipnotizado (teóricos del no esta-
rácter científico de estos congresos. Afortuna- do). Ambas posturas han mantenido un gene-
damente, la reacción fue tal que uno de los ralmente abierto enfrentamiento, al generar
primeros méritos de los congresos, fue justa- marcos teóricos y conceptuales que han evolu-
mente el de contribuir -gracias a las confronta- cionado en paralelo pero manteniendo sus
ciones a que dieron lugar- a la depuración de identidades (p.e. Mesmer vs Faria, Charcot vs
la psicología científica de aquellos elementos Bernheim, o Hilgard vs Barber). Con la entra-
que amenazaban con contaminarla.” (Nuttin, da de la hipnosis en los laboratorio de psicolo-
1992, 8). gía se genera una nueva postura dicotómica:
Hubo una franca recesión en el uso de las hipnosis experimental vs hipnosis clínica. Esta
técnicas hipnóticas por parte de la comunidad postura lleva a que los datos obtenidos por el
de científicos académicos, especialmente los laboratorio no siempre sean coherentes con los
psicólogos. Recesión favorecida también por la generados en los ámbitos aplicados, lo cual
situación creada tras la muerte de Charcot, la promueve una nueva fuente de conflicto en el
aplicación cada vez más generalizada de los campo de la hipnosis (González-Ordi y Miguel
anestésicos químicos y la virtual inexistencia Tobal, 1991, 1993, 1994).
de datos experimentales replicables sobre los Como consecuencia de esta evolución, en
efectos clínicos de la hipnosis. Ayudó a man- el ámbito de la hipnosis hoy existen dos ejes
tener esa situación el progresivo desplazamien- conceptuales predominantes de carácter dico-
to del Zeitgeist desde el interés por la cons- tómico: “teóricos del estado vs teóricos del no
ciencia hacia el énfasis en lo observable, y más estado” e “hipnosis clínica vs hipnosis experi-
directamente cuantificable. En aquellos mo- mental.” Es muy posible que las combinacio-
mentos, la hipnosis no se encontraba dentro de nes entre las cuatro categorías resultantes del
los fenómenos psicológicos susceptibles de ser cruce de estos dos ejes sea la responsable, en

anales de psicología, 1999, 15(1)


20 F. Tortosa, H. González-Ordi y J.J. Miguel-Tobal

última instancia, de la falta de congruencia y una serie de sugestiones encadenadas para


uniformidad de los datos obtenidos por distin- conseguir tal o cual fin (Hammond, 1990); los
tos laboratorios. Aunque como Coe (1989) ha criterios clínicos para determinar si un sujeto
sugerido, a través de una revisión bibliométri- se encuentra en un estado de trance se basan
ca de los artículos sobre hipnosis aparecidos en pruebas de profundidad hipnótica, que
en cuatro revistas especializadas (American siempre son elicitadas mediante sugestión.
Journal of Clinical Hypnosis, International Journal of Incluso las distintas posiciones teóricas so-
Clinical and Experimental Hypnosis, Journal of Ab- bre la naturaleza de la hipnosis incluyen, de
normal Psychology y Journal of Personality and Social una forma u otra, la sugestión como proceso
Psychology), en el período comprendido entre mediador en el comportamiento hipnótico (ver
1981-1983, más que una interacción entre to- Fellows, 1986):
dos los factores, parece existir una relación di- “(...) si consideramos el vocablo ‘estado’ sólo
recta entre trabajos clínicos y teóricos del es- como un término, sin propiedades causales o
tado, por un lado; y estudios experimentales y características definitorias, la cuestión de si la
teóricos del no estado, por el otro. En otras hipnosis es un estado especial de consciencia o
no deja de tener relevancia sustantiva, y los in-
palabras, existiría una tendencia en el ámbito
vestigadores pueden proceder a analizar los fe-
clínico de la hipnosis a conceptualizarla como nómenos hipnóticos y las diferencias individua-
un estado especial al que se accede a través de les en relación con la sugestionabilidad hipnóti-
procedimientos especiales; sin embargo, cuan- ca en términos de sus mecanismos subyacen-
do la hipnosis entra en el laboratorio, bajo ri- tes.” (Kihlstrom, 1985, 405).
gurosos controles experimentales, se hace difí- Finalmente, desde una perspectiva clínica,
cil mantener esta postura en toda su intensi- la hipnosis puede ser considerada como el
dad. Entre otras razones, porque por el mo- grupo de técnicas que utilizan formal y delibe-
mento la investigación psicológica y psicofisio- radamente la sugestión para provocar cambios
lógica no ha podido determinar criterios inde- en la conducta de los individuos (González-
pendientes, diferenciales y replicables en favor Ordi y Miguel-Tobal, 1993, 1994): “Donde la
de la existencia de ese supuesto “estado de hipnosis difiere de otros procedimientos tera-
hipnosis.” (Miguel-Tobal y González Ordi, péuticos es probablemente en el énfasis en la
1984) sugestión verbal y en la imaginería como me-
Durante los últimos 15 años se ha venido dios para modificar directamente la forma en
produciendo un acercamiento entre ambas que un sujeto responde y experimenta su
posturas, con la intención de centrarse más en mundo interno y externo.” (Gibson y Heap,
los mecanismos responsables del comporta- 1991, 52).
miento hipnótico, abandonando planteamien- Parece existir una tendencia hacia la supe-
tos apriorísticos intensos y cuasi-militantes. ración de la clásica controversia entre teóricos
Prácticamente la totalidad de los fenómenos del estado y teóricos del no estado, aproxi-
adscritos a la hipnosis se encuentran en rela- mando estas posturas bajo la concepción de la
ción con alguna forma de sugestión directa o hipnosis como un conjunto de procedimientos
indirecta (ver Gheorghiu, 1989, Schumaker, que potencian ciertas capacidades preexisten-
1991; González-Ordi, 1995). La mayoría de las tes en los individuos. En este sentido, variables
escalas de evaluación (p.e. Weitzrnhoffer y como las expectativas, actitudes, roles, tipo de
Hilgard, 1959, 1962; Shor y Orne, 1962; Bar- instrucciones (sugestiones) administradas,
ber y Wilson, 1978b; Spanos et al., 1983; Bo- creencias sobre la eficacia del operador, capa-
wers, 1993) se basan en la aplicación estanda- cidad de focalización y reorientación de la
rizada de una técnica de inducción hipnótica y atención, capacidad de relajación, imaginación,
la administración de diversas pruebas que uti- implicación emocional, disociación, etc, serían
lizan la sugestión; básicamente cualquier técni- variables a tener en cuenta a la hora de plan-
ca de inducción hipnótica se fundamenta en tear un modelo explicativo consistente sobre la
anales de psicología, 1999, 15(1)
La hipnosis. Una controversia interminable 21

naturaleza del proceso hipnótico (González- tegre diversas variables que intervienen en el
Ordi, 1992). Se tiende a enfatizar los puntos proceso hipnótico. Desgraciadamente sólo
compartidos, aunque haciendo explícito tam- contamos con unos cuarenta años de investi-
bién el cúmulo de cuestiones todavía no re- gación de laboratorio para poder explicar cuá-
sueltas que continúan dirigiendo investigacio- les son los fundamentos psicológicos, psicofi-
nes teoréticamente relevantes (p.e. Kirsch y siológicos y neuropsicológicos de la hipnosis;
Lynn, 1995). El debate parece desfasado, pero por tanto, cualquier intento de integración de-
ciertamente no ha desaparecido, habiéndose, be ser prudente en sus objetivos y aguardar a
como mucho, modificado. Frente a plantea- que existan datos suficientemente consistentes
mientos que todavía mantienen la clásica opo- para atreverse a formular una conclusión defi-
sición entre teóricos del estado y teóricos del nitiva. El futuro del estudio sobre la hipnosis
no estado, hoy parece más adecuado plantear debe construirse en base a aunar objetivos, de-
un continuum de posiciones que tendrían en los finir claramente las variables de estudio,
polos opuestos a los defensores extremos de homogeneizar las estrategias de investigación y
aquellas posturas. esperar a que los resultados señalen un camino
Sin embargo, continúa siendo difícil pro- común para poder interpretar definitivamente
poner soluciones definitivas para esta contro- las características subyacentes del proceso hip-
versia; éstas probablemente deban pasan por la nótico.
elaboración de un modelo explicativo que in-

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