El tema religioso ha sido abordado durante toda la historia del arte como una
temática iconográfica de pintores y escultores, parece difícil hablar de un arte
religioso o arte sacro en nuestro país. Y sin duda que este tipo de expresión
tampoco tiene actualmente, ni aquí ni en casi ningún país, la misma fuerza
productiva que tuvo durante los siglos XVII y XVIII.
En América, el arte sacro alcanza su mayor expresión durante los siglos XVII y
XVIII, con la influencia de los religiosos que venían de Europa. Y los principales
centros donde se desarrolló esta pintura fueron ciudades como Lima, el Cuzco o
Quito, las que funcionaban como centros abastecedores de artículos de arte.
Esta obra se creó entre los años 1670-1680, se le atribuye (aunque no con
seguridad) a Basilio de Santa Cruz, un pintor Peruano de la escuela Cuzqueña. Es
un óleo sobre tela de 140 x 150cm. Su estilo se enmarca dentro del barroco.
La escena que se muestra en la obra contiene música, la que viene dada por una
Vihuela Americana (instrumento que se popularizó en américa y de la cual
descendieron algunos instrumentos típicos de nuestra cultura como el charango),
y que entrega con magnificencia consuelo a San Francisco, lo que contrasta con la
austeridad de la celda y los monjes. El hecho de que el catre de San Francisco
sea estrecho, sumado a la simple manta que lo cubre (que parece tener un diseño
“mestizo andino”) apoyan el contraste humilde y austero del entorno del ángel.
Esta pintura narra, y las otras de la serie, con lujo de detalles la vida del santo en
un ambiente cuzqueño del siglo XVII, donde simbólicamente se busca una
semejanza entre la vida del santo y la vida de Cristo. Esto último es un tópico en el
arte colonial religioso, en donde se busca detallar la vida de los santos.
Todos los cuadros de la serie llevan escrito en castellano de la época un mensaje
del tema tratado. El objetivo es dar a conocer el mensaje franciscano más que ser
fiel a la historia; mostrar el amor de San Francisco a Dios y a los pobres, su
evolución de una infancia lujosa a una vida cada vez más asceta y recogida hasta
llegar a su muerte.