A la G:.del G:.A:.D:.U:.

QQ:. HH:.

SOIS FRANCMASÓN

Pregunta directa al primer vigilante. Por qué se le pregunta esto, si por cierto se trata
de alguien conocido en el taller, que para haber llegado a ser P:.VIG:. debió haber
pasado por todos los grados anteriores, y sin duda es conocido en el taller.

QQ:.HH:. lo que diga a continuación de ninguna manera es un dogma, de ninguna

manera es algo que se deba creer que tiene que ser así, habrá muchas
interpretaciones tanto a la pregunta como a la respuesta, es simplemente una
reflexión personal de lo que siento cuando se me formula esa pregunta, como
P:.VIG:. en el taller.

Y es que, cuando se abren los trabajos en LOG:., debemos comprender que

estamos pasando del mundo profano al mundo sagrado y, en esa medida, tenemos
un ritual, sencillo pero profundo. El V:.M:. antes ha dicho “silencio en LOG:.
HH:.MM:.” Esta es una expresión de fondo, nos llama a todos a dejar de lado lo que
traíamos del mundo exterior, a concentrarnos en un espacio y tiempo únicos que
constituye el taller y cada tenida. La logia trabaja en un lugar sagrado y en un tiempo
sagrado que requiere de una transición del mundo profano a este espacio
consagrado. El llamado del V:.M:. al silencio, a la ausencia de ruido en nuestras
mentes es para concentrarnos, no para que se le rinda homenajes, o por un acto
impositivo del V:.M:., el llamado al silencio es para comenzar este viaje de
transmutación de lo profano a lo consagrado, a la mezcla de la razón con lo afectivo
y la intuición.

El P:.Vig:. está ubicado en la otra punta del triángulo de las luces y es ante quien se
informa primero que todos los presentes son Masones Regulares, este, que recoge
la verificación antes indicada, es quien por sobre todo tiene que ser Masón
reconocido. Es él quien imparte las instrucciones del V:.M:. en el taller, por lo tanto
tiene que estar confirmado que se trata de un Masón.

Sin embargo, ante la pregunta “sois Francmasón”, el primer vigilante no responde

simplemente diciendo que sí, más bien, sustenta su condición de tal en el hecho de
ser reconocido por los hermanos. No es el P:.Vig:. que se autocalifica de Masón, es
que deja eso en manos de los hermanos del taller.

Pero a un Masón no se le reconoce por medallas, o por insignias, o un anillo o algo

que éste deba lucir, no. Se le reconoce por sus obras, por su comportamiento, por
su forma de entender la vivencia masónica.

La respuesta del P:.Vig:. ante la pregunta de “Sois Francmasón”, es: “Todos mis
hermanos me reconocen como tal”, en otros textos dice, “POR MASON ME
RECONOCEN MIS HERMANOS”, probablemente esta es más explícita que la
usamos en nuestro taller. La respuesta contiene tres partes: “POR MASON” + “ME
RECONOCEN” + “MIS HERMANOS”.
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La condición de Masón es la primera parte de la respuesta, esto implica que aquel

que ocupa el puesto de P:. Vig:. debió pasar primero por la iniciación. Paso que
imprime en el ser humano una nueva condición, una condición de vértice entre lo
material y lo trascendente.

Esta condición Masónica imprime un comportamiento que le hace familiar a los

Masones, se vuelve algo reconocible mediante unos rasgos externos de fácil
evaluación por los Masones

Por ejemplo, la asistencia regular a su logia; el conocimiento práctico de ritos y

costumbres; el empleo de un lenguaje común con una serie de locuciones
Masónicas características y otras manifestaciones que deberían ser propias de un
verdadero Masón, como su apego a la verdad, su honestidad, su respeto a la
condición humana y tantos otros valores que debería un verdadero Masón acuñar
en su vida y comportamiento diario.

Será pues de concluir en principio que entre los Masones existe una comprensión en
términos medios de los que significa ser Masón. Sin embargo claramente podemos
decir que la condición de Masón no siempre tendrá tan claras manifestaciones en el
mundo profano y que sin embargo, son manifestaciones claras para los Hermanos
la condición de tal de uno de ellos.

Pero bien vale decir que en el mundo profano, individuos con similares valores, e
incluso mayores, se encuentran por todas partes y no por ello son Masones
regulares, de ahí que se diga de alguien que es un Masón sin mandil. Es entonces
necesario el segundo componente de la respuesta: me reconocen

El P:.Vig:. no está diciendo para sí mismo ningún elogio ni ostentando los valores
que debería tener. Es más bien, que traspasa a los hermanos la responsabilidad de
“RECONOCERLO” como Masón. Y cuando decimos Re-conocerlo, estamos
diciendo que ya le conocen y que de alguna manera los hermanos del taller
conocieron o estuvieron en la iniciación de este hermano, que después de
observarle e instruirle juzgaron válido confiarle la enrome responsabilidad de cuidar
de la columna del mediodía, de ser la segunda luz y el segundo mallete de la logia.

Es el reconocimiento de los hermanos que valida la condición de Masón, no es el

nombramiento, es el reconocimiento como tal lo que realmente cuenta y significa en
esta parte de la respuesta. Es que los hermanos presentes en el taller conocen y
aceptan la condición Masónica del P:. Vig:.

Y finalmente la tercera parte, son los hermanos los que hacen este acto de
reconocimiento. No son personas que conocen bien a este individuo, son los
hermanos masones que asumen también la responsabilidad de reconocer a uno de
ellos para que ocupe el puesto de P:.Vig:.

Toda esta reflexión me lleva a una sola conclusión de vital importancia, el hecho de
que al inicio de la tenida se le pregunte al P:.Vig:. si es Masón, de alguna forma es
comprometerle de manera estrecha a colaborar con el V:.M:., hay que tomar en
cuenta que todas las instrucciones del V:.M:. han de pasar por el P:.Vig:. y, por lo
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tanto, se debe estar seguro que éste es un Masón y que además es reconocido por
los hermanos del taller, de lo contrario, toda instrucción del V:. M: se desvirtuaría.

La condición de Masón, aceptada por los hermanos es legitimada por ese

reconocimiento, no por la autoproclamación de tal. Ser Masón nos carga en la
conciencia de una enrome responsabilidad, no solamente la de cumplir con los
rituales de nuestro taller, sino más allá, la de constituirse en un vórtice de energía
que transforme el mundo en el que nos ha tocado vivir, que aporte a la sociedad
desde una visión de trascendencia para un cambio y transformación regeneradora
de valores. Ser Masón en los tiempos actuales sigue constituyendo un reto de lucha
contra la esclavitud, de lucha por la libertad de pensamiento, por la libertad de la
manifestación de las ideas. Ser masón en los tiempos actuales sigue exigiendo la
lucha contra las tiranías, sigue exigiendo ser la luz en las tinieblas.

Cuidado hermanos míos que en estos tiempos algunos hablan de libertad pero
buscan la esclavitud, algunos hablan de hermandad y fraternidad, pero buscan la
desunión y la venganza, y algunos hablan de igualdad pero buscan su propio
beneficio.

Muchos cargados de gran locuacidad en nuestros tiempos, siguen confundiendo a la

sociedad y cargando de odio y venganza, siguen azuzando a unos contra otros para
mantener bajo su yugo el poder y la riqueza. Muchos alejados del verdadero bien,
amparados en consignas y en creencias desde místicas y religiosas, hasta
puramente materiales, siguen ocultando la luz y la verdad. Es contra todo esto que
el Masón tiene que luchar y mantener el equilibrio y la razón, sin dejarse engañar y
atrapar por el poder, por el odio o la venganza.

Reconocerse Masón y que los hermanos le reconozcan como tal, conlleva un

compromiso serio, una responsabilidad que va más allá de la autoproclamación.
Implica asumir consecuentemente y consistentemente un comportamiento apegado
a la verdad, apegado a la honestidad, comprometido con la búsqueda de la libertad,
comprometido con la lucha por la igualdad y consagrado al fomento de la
fraternidad.

Bien vale responder todos a la pregunta del V:.M:. al inicio de la tenida: ¿Sois
Francmasón?