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Kevin Morán

El sol despertó a Marco, que intenciones no tenia de despertarse en ese


momento ³Es muy temprano´ decía, y el único reloj de su habitación
marcaba ya el medio día. Marco era muy flaco a pesar de que ya llevaba
tiempo practicando natación, parece ser que no funcionaba y esta era la
última forma imaginada por él para conseguir chicas. Se revolvía, estiraba
y contraía sólo en su cama, le picaba la espalda, no dejaba de tener esa
sensación desde la madrugada en que se desp ertó estrepitosamente por una
pesadilla que ya no recordaba. Solo recuerda el sudor frio que sintió al
tocar su hombro derecho. La picazón sería la culpable de no dejarlo dormir
más y de sacarlo de la cama. Ya es molesto, muy molesto escuchar a su
madre decir en voz alta su nombre mil veces hasta gritar, de verdad es
insoportable. Marco posa sus pies en las pantuflas estratégicamente
colocadas para su comodidad.

Marco se empezó a rascar la espalda ya sentado sobre su cama. La


comezón seguía y termino rindi éndose. Se volvió a tirar a la cama, de
espalda, boca arriba, mirando su techo con grietas. Cuando escuchó ³me
estas aplastando´. Marco tiene un buen oído y cuando escucho por segunda
vez el reclamo salto al instante de su cama tocándose la espalda, tratan do
de llegar al centro. ³!el espejo!, si´ pensó, y se fue directo a ver que tenía
en esa parte de su cuerpo. Pero antes, al estirar su brazo un poco más, sintió
una protuberancia, parecían labios. Se asustó.

Necesitó de la ayuda de otro espejo para observ ar bien toda la complejidad


de su espalda humana. Con miedo, ajustó el ángulo del pequeño espejo
para verse a si mismo. Temblaba y la comezón seguía pero en menos
intensidad, quizá por la adrenalina que a duras penas podía producir. Era
horroroso.

²Boo. ²dijo el rostro en la espalda del muchacho Marco

El se quedo pasmado, luego dejo caer el espejo de su mano.

²Para que miras pues²dijo el rostro.

Marco no pudo evitar gritar como una niña. Afortunadamente nadie en la


casa lo escuchó porque no había nadie, ni su perro, mañuco (Q.E.P.D). ²
³¡Una cara!´ pensó. ³En mi espalda, un enorme rostro, demonios´
²Sal, Sal de mi espalda, quien seas, maldito demonio ² dijo empezando a
forcejear con sus propias manos para que lograsen expulsar al descarado
visitante.

Ahora corría en bóxers por el cuarto sin sus pantuflas y si, con un rostro en
la espalda. Lo más curioso es que era deforme por que tenía una enorme
boca y ojos achinados sin huellas de ninguna nariz que él haya podido
divisar en la vasta extensión de su espalda de nadador júnior. Y se volvió a
tirar en su cama boca arriba pensando en que ahogaría al extraño intruso.

²Espera, espera²dijo el rostro a punto de ahogarse. ²no te haré nada,


nada. Solo déjame respirar ²suplicó.
Era Extraño lo que marco acabaría haciendo. Se sentó en la cama y cerro
sus ojos. Quiso, por primera vez, invocar a dios mediante oraciones que ni
el propio Jesús entendería.

²Hey, hey no te haré nada, ok. Ni yo sé como rayos aparecí aquí.

Marco seguía rezando y abrió los ojos solo para verse en el espejo a cinco
metros en frente, haciéndole recordar que tenía el cabello largo al mismo
estilo de una estrella de rock y a la delgadez de su cuerpo en construcción.

² ¿Hola? ²preguntó a la espera de la respuesta de su huésped.

² ¿Qué eres? ²pregunto Marco, incrédulo.

²Soy el rostro en tu espalda, ¿qué?, ¿no ves?




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