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MODULO

DE
HOMILETICA

Por

 Eleuterio Uribe Villegas


Y
 Josué Uribe Verduzco
Lic. Eleuterio Uribe Villegas.
© Copyriht 1998
Impreso en México
Derechos Reservados.
Tiraje inicial 1,000 ejemplares.
Segunda impresión 2000.
Culiacán, Sin. México.

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Pedidos en U.S.A. dirigirse a:

Elías Uribe Villegas.


16 W. Brinker Dr.
Avondale, Az. 85323 U.S.A.
Tel. (623) 932-2128
Celular (602) 819-1401

Pedidos en México, dirigirse a:

Lic. Eleuterio Uribe Villegas.


Calle Mariano Escobedo # 3303;
Col. 21 de Marzo.
80280 Culiacán, Sin. México.
Tel. y fax: (67) 18 38-92.

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Presentación

Quienes hemos transitado en la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús


desde ya mucho tiempo atrás, recordamos que para nuestros padres, pastores que
nos antecedieron en el ministerio e Iglesia en general, el púlpito era el lugar más
sagrado e importante del templo. En realidad, la importancia que se le daba al
púlpito era una forma de exaltar y honrar el glorioso ministerio de la
predicación. Así, un predicador, prácticamente, era entendido como un hombre
casi sagrado. Por eso, la predicación era considerada la trinchera espiritual más
importante para proclamar el Evangelio, dar a conocer todo el consejo de Dios y
traer a Cristo a los perdidos. Para pastores y creyentes, la predicación era el
medio por el que Dios hablaba, al hombre, entonces, le correspondía estar atento
a la voz de Dios.

La predicación no ha pasado de moda. Dios sigue hablando a través de ella


al hombre perdido en el pecado, y el hombre, a pesar de su rebeldía, sigue
oyendo su voz. Hoy en nuestro tiempo, hemos sido testigos del surgimiento de
múltiples métodos para evangelizar, para enseñar y dar a conocer el Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo, a fin de traer a los perdidos a los pies del Señor. Sin
que ésto signifique que dichos métodos no sean buenos o necesarios o, incluso,
indispensables para el avance de la obra de Dios, queremos señalar que el
método de traer a Cristo a los perdidos y alimentar a los creyentes con la
predicación de la palabra de Dios sigue siendo indispensable. La predicación
del Evangelio desde el púlpito o desde una mesita debajo de un árbol en un
rancho o una ciudad, o la predicación al aire libre sigue cosechando resultados
positivos para la obra de Dios, y sigue más vigente que nunca.

Siendo, pues, tan importante como es la predicación de la palabra de Dios,


se vuelve necesario una preparación adecuada para llevarla a cabo. Este presente
módulo pretende ayudar a quienes se inician en el ministerio de la palabra, a que
adquieran herramientas, pasos y procedimientos que los capaciten para llevar a
cabo la noble, hermosa y gran tarea de predicar la palabra de Dios con eficacia
en la fuerza del Espíritu Santo. Tal vez al predicador experimentado le resulte
un tanto sencillo el aporte de este módulo. De ellos esperamos que lean el
presente módulo, no para que aprendan algo nuevo que todavía no estamos en

4
condiciones de ofrecer, sino para que nos orienten con sus comentarios sobre
aquello que deba ser incluido en textos como éstos.

El presente módulo consta de cinco unidades, la unidad I, II y IV fueron


diseñadas para impartirse, por lo menos, en tres horas clase. Las unidades III y
V están diseñadas para impartirse, por lo menos, en cuatro horas clase cada una,
incluyendo las tareas de grupo que se deben realizar en aula.

Para situaciones especiales, este módulo está diseñado para emplearse como
curso autodidáctico correspondiente al curriculum de materias del primer nivel
de las escuelas distritales de la Iglesia Apostólica.

Si este módulo logra introducir e inquietar a nuevas generaciones de


ministros, a buscar una mejor preparación para desarrollar con eficacia la
predicación de la palabra de Dios, habré logrado mi objetivo primordial:
conscientizar de la importancia de la predicación y renovar nuestro compromiso
de realizar esta tarea con responsabilidad y efectividad.

Agradezco grandemente el apoyo y el estímulo que la Secretaría de


Educación Cristiana de la Iglesia Apostólica nos ha brindado para llevar a cabo
la elaboración de este material de estudio. Dedico este libro a la memoria de mi
padre, quien sin tener una preparación académica secular, pues sólo llegó al
tercer año de primaria, era un asiduo lector de libros de Homilética y
Hermenéutica, porque deseaba prepararse mejor para predicar la palabra de
Dios, sólo que el único camino que tuvo a su alcance para prepararse fue:
estudiar de manera autodidáctica.

Verano de 1998.
Eleuterio Uribe Villegas.

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CONTENIDO

PRESENTACION.............................................................................................. 4

PRIMERA UNIDAD: Conceptos básicos de la homilética................................ 7

I. Predicación.
II. Homilética.
III. Sermón.

SEGUNDA UNIDAD: Cómo nace un sermón..................................................11

I. El propósito y el objetivo del sermón.


II. El tema del sermón.
III. La base bíblica del sermón.

TERCERA UNIDAD: El plan homilético del sermón.....................................19

I. Divisiones del plan homilético.


II. Principios que rigen las divisiones del plan homilético.
III. Características esenciales del plan homilético.
IV. Finalidades del plan homilético.
V. El uso de ilustraciones en el plan homilético

CUARTA UNIDAD: La introducción y la conclusión del sermón.................. 31

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I. La introducción del sermón.
II. La conclusión del sermón.

QUINTA UNIDAD: Tipos de sermones...........................................................37

I. El sermón textual.
II. El sermón temático.
III. El sermón expositivo.

BIBLIOGRAFIA...............................................................................................44

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PRIMERA UNIDAD

Conceptos básicos de la Homilética

Objetivos de aprendizaje
Al finalizar esta unidad usted podrá:

1. Enumerar por escrito las razones que demuestran lo serio y delicado de la


tarea de predicar.
2. Definir en sus propias palabras que es la predicación de la palabra de
Dios, la homilética y el sermón.

Esta unidad le ayudará a comprender, en forma más clara, algunos conceptos


básicos que nos introducirán en el estudio de la Homilética. Por lo anterior,
examinaremos los conceptos de predicación, sermón, y el término mismo de
homilética. Definir lo más preciso posible el sentido que tienen, o que se les da a
estos vocablos nos ayudará a visionar la tarea de comunicar la palabra de Dios
como una tarea complicada que demanda ser realizada con delicadeza y eficacia,
de tal forma que se cumplan los propósitos de Dios para los que envía su
palabra.

I. Predicación.

Tratando de definir lo que es la predicación, Orlando Costas dice en su libro


La comunicación por medio de la predicación, que “La predicación es un acto
comunicativo”. Ahora bien, como lo que nos interesa es definir lo que es “La
predicación de la palabra de Dios”, esta predicación es un acto de comunicación
de Dios con el hombre.

Por lo anterior, podemos definir también que la predicación de la palabra de


Dios es la comunicación del mensaje divino por medio de una persona, con el
fin de satisfacer las necesidades espirituales, emocionales, físicas e intelectuales
del hombre, buscando persuadirlo a rendir su vida a Cristo para su salvación.
Considerando ésta definición, podemos mencionar al menos cinco elementos
que hacen posible la predicación de la palabra de Dios, los cuales son los
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

siguientes: Dios, el mensaje divino, el predicador, el propósito del mensaje y los


receptores del mismo.
A. El dador del mensaje: Dios.

Tenemos que partir diciendo que toda predicación auténticamente bíblica


viene de Dios. Dios es el origen de todo mensaje que comunique la palabra de
Dios. La predicación de la palabra de Dios es un medio usado por Dios para
comunicarse con el hombre y convocarlo a ser partícipe de su reino eterno de
salvación.

B. El mensaje divino.

El mensaje divino es el contenido de la predicación. Es la palabra que Dios


revela al predicador. La revelación de la palabra conlleva la revelación de la
voluntad divina para el hombre. El mensaje, entonces, también es la revelación
de la voluntad de Dios para el hombre, la revelación de sus propósitos de
salvación. Por lo anterior, podemos decir que la predicación contiene la palabra
de Dios para el hombre.

C. El predicador.

Otro aspecto muy importante de la predicación es el medio humano que


utiliza Dios como heraldo (mensajero), para llevar y entregar fielmente su
palabra: el predicador. El predicador es la persona que Dios usa para comunicar
su palabra y su voluntad. Dios exige del predicador fidelidad al entregar su
palabra a los oyentes; exigencia que deberá tenerse muy en cuenta si se quiere
ser un buen predicador.

D. El propósito del mensaje.

El mensaje que Dios da para que el predicador lleve fielmente a los


receptores (los oyentes), tiene propósitos muy específicos. El más central de
todos es la salvación del hombre. Ya que la predicación contiene la palabra de
Dios, ésta es enviada, parafraseando las palabras de Pablo: “para librar de las
tinieblas al hombre y trasladarlo al reino de Jesucristo” (Col 1:13). El propósito
del mensaje de Dios es convertir al hombre perdido, redimirlo, guiarlo al
perdón, a la reconciliación y salvación divina. En resumen, el propósito del
mensaje divino es: conducir a las personas a la vida eterna en Cristo Jesús.

E. Los receptores del mensaje.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

La predicación de la palabra de Dios está dirigida a receptores muy


específicos: al hombre, a la humanidad entera. El hombre es un ser necesitado
de Dios. Así, Dios a través de la predicación de su palabra enseña el camino que
resuelve la necesidad del hombre: la comunión con Dios. A través de su palabra
Dios convoca al hombre a venir a El, para recrear su imagen y semejanza en él.
El hombre es un ser necesitado de perdón, redención y reconciliación con Dios.
El camino que conduce al hombre a la reconciliación con Dios es desconocido
por el hombre. La predicación de su palabra es uno de los medios que Dios
utiliza para guiar al hombre a esa reconciliación con El. Para resumir los cinco
elementos que conforman la predicación de la palabra de Dios como un acto de
comunicación de Dios con el hombre mostramos el siguiente cuadro, en el cual
señalamos la cadena de comunicación que Dios utiliza a través de la predicación
para comunicarse con el hombre:

DIOS: el dador del mensaje.

EL MENSAJE DE LA PALABRA DE DIOS: El contenido de la predicación.

EL PREDICADOR: El medio humano que Dios usa para que su mensaje llegue
Fielmente a los oyentes.
LOS PROPOSITOS DEL MENSAJE: Son los que señalan el resultado salvífico
Que se debe lograr en los oyentes, como
Tarea del predicador en fidelidad a Dios.
LOS RECEPTORES DEL MENSAJE: Los oyentes del mensaje, la humanidad,
La cual está necesitada de Dios y su
Perdón.

II. La Homilética.

La homilética es el arte de elaborar sermones de una manera planificada,


sistemática y organizadamente. Tiene como propósito principal que todas las
ideas o divisiones de un sermón tengan unidad, es decir, estén regidas y
organizadas alrededor de un solo tema a desarrollar. Asimismo, busca que las
ideas organizadas para el sermón se prediquen en un orden progresivo y lógico,
con la finalidad de obtener resultados y propósitos bien precisos en los oyentes,
tales como: persuadirlos a la conversión, a cambios de conducta, a niveles de fe
que le den victoria en ciertas circunstancias o a la consolación en medio de
crisis, etc. Esta manera inteligente y organizada de elaborar el sermón se puede
aprender, y es el objetivo de este módulo transmitir esta capacidad. Por
supuesto, ésto no significa que dejemos de depender del Espíritu Santo para la
exposición de la palabra de Dios a nuestras congregaciones, sino simplemente
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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

asumir la responsabilidad que nos toca a nosotros en la preparación del sermón,


sabiendo que lo que le corresponde al Espíritu Santo será totalmente cumplido
por él.
Para crear un sermón se necesita llevar a cabo los siguientes aspectos: (1)
Seleccionar el texto bíblico, (2) Determinar el tema del sermón, (3) Determinar
el propósito del sermón, (4) Fabricar la introducción, (5) Determinar las
divisiones del tema del sermón, es decir, el plan homilético o bosquejo y, (6) La
conclusión. Todos estos aspectos serán explicados en las siguientes unidades.
Aquí sólo adelantamos algo de lo que tratará el módulo y de lo que consistirá un
buen arreglo homilético. Debemos ver, pues, a la homilética como una
herramienta para predicar la palabra de Dios de manera sistematizada,
organizada y eficaz, sin olvidar que para ésto necesitaremos siempre el poder del
Espíritu Santo

III. El sermón.

Definimos como sermón a la manera planificada y organizada en que el


predicador entrega el mensaje de la palabra de Dios. El sermón, pues, implica
tanto el mensaje de la palabra de Dios como la forma planificada de predicar ese
mensaje a los receptores. Veamos ésto de la siguiente manera:

El mensaje de la palabra de Dios + El arreglo homilético = Sermón.

La tarea de elaborar el sermón es una tarea importante, aunque a veces


complicada. Implica definir qué mensaje bíblico debemos entregar, y de qué
forma sistematizada lo vamos a entregar de una manera eficaz. El contenido
central del sermón es el mensaje de la palabra de Dios, la forma organizada de
entregar el mensaje tiene que ver con el arreglo homilético.

Tarea de grupo en clase


Divida la clase en dos o más grupos. Encargue a un grupo definir en sus propias
palabras que es la predicación de la palabra de Dios, homilética y sermón. Encargue
a otro grupo señalar la diferencia y la relación que existe entre la predicación,
homilética y sermón.

Tarea para hacerse en casa


A través de la predicación, no sólo Dios habla al hombre, sino dialoga con él. Escriba mínimamente
una página donde explique lo que Dios habla con el hombre, y cuál es la respuesta que el hombre debe
de dar a Dios. Pues el sermón es un diálogo entre Dios y el hombre.

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SEGUNDA UNIDAD

Cómo nace un sermón

Objetivos de aprendizaje
Al terminar esta unidad, usted podrá:
1. Enumerar los pasos que dan nacimiento a un buen sermón.
2. Explicar por escrito en qué consiste cada uno de los pasos que hacen nacer un sermón.
3. Inventar un sermón aplicando los pasos mencionados en esta unidad

Esta unidad buscará explicar cómo nace un sermón. Los pasos o elementos a
desarrollar para inventar un sermón serán la base para que pueda elaborarse la
estructura homilética del sermón posteriormente. Los elementos a los cuales nos
referimos son: El propósito, el objetivo, el tema, y el texto del sermón.

El buen predicador siempre está en búsqueda del mensaje divino que debe
compartir con sus oyentes, y al mismo tiempo, sabe que Dios le dará ese
mensaje que se necesita. Por ello, muchas veces el camino empleado por Dios
para revelar su mensaje, consiste en poner en la mente del predicador el
propósito, el tema, el texto o el objetivo del sermón, incluso, puede ser, que Dios
dé los cuatro elementos a la vez, para que a partir de aquí, el predicador elabore
el sermón sin que se desconecte de la guianza del Espíritu Santo.

I. El propósito y el objetivo del sermón.

Una de las bases importantes de un buen sermón, sin duda alguna, es la


determinación clara y precisa del propósito que se persigue con la predicación.
Todo sermón debe tener para su elaboración y exposición ante los oyentes, un
propósito general y un propósito específico. Cuando un sermón carece de estos
propósitos claros, normalmente no tiene sabor, ni rumbo, ni efecto en la grey.

A. Los propósitos generales de la predicación.

Según Orlando Costas, existen tres propósitos generales de la predicación: el


kerygmático, el didáctico y el pastoral.
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

El propósito kerygmático Implica la presentación clara del Evangelio a fin de


(La proclamación) que el hombre venga a Cristo y sea redimido del
pecado.
El propósito didáctico Consiste en enseñar todo el aspecto bíblico-doctrinal,
(La enseñanza) la formación de la vida cristiana, el desarrollo y
ejercicio de los ministerios, la historia de la salvación,
etc.
El propósito pastoral Alude a la predicación que se presenta con la
(Alimentar, guiar, curar y finalidad de acompañar al hombre en sus diversas
situaciones de sufrimiento, tragedia o crisis para
proteger)
consolarlo, curarlo y ayudarlo, dándole conocimiento
y solución a sus problemas, a través de la palabra de
Dios.
Fig.1

Para determinar el propósito general de un sermón es necesario que el


predicador defina si se propone predicarle a gente inconversa o, a la Iglesia. Ya
que, por ejemplo, los sermones kerygmáticos son para dirigirse a gente
inconversa. Los sermones didácticos, como su nombre lo indica, son dirigidos a
la Iglesia eminentemente, para su formación y crecimiento espiritual. Los
sermones pastorales son destinados también, preferentemente, a la Iglesia.

Ahora bien, no obstante lo anterior, frecuentemente se hace necesario


elaborar el sermón tomando en cuenta dos facetas de los propósitos generales:
sermones kerygmáticos-pastorales, didácticos-pastorales o didácticos-
kerygmáticos. Pues, tanto gente no convertida como los convertidos, podrían
tener necesidad de ser atendidos en esos dos aspectos del propósito general.
Así, por ejemplo, los sermones kerygmáticos-pastorales tendrían el propósito de
atender necesidades evangelísticas, y al mismo tiempo, necesidades pastorales,
ya que frecuentemente personas inconversas no solo necesitan urgentemente ser
evangelizadas, sino también pastoreadas en alguna situación de sufrimiento.

B. El propósito específico del sermón.

1. ¿Cómo se determina el propósito específico?

El propósito general se define respondiendo a las preguntas ¿A quiénes les


voy a predicar? ¿ A la gente inconversa o, a la gente convertida? En cambio, el
propósito específico se determina respondiendo a la pregunta ¿Qué necesidades
espirituales, emocionales, intelectuales, físicas y materiales tiene la gente a la

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

que le voy a predicar? Si las personas a las que les voy a predicar han
descuidado la oración, entonc es, debo predicar un sermón que ayude a resolver
esa necesidad, es decir, un sermón que los mueva a orar. Lo anterior, muestra
cómo se hace necesario definir primero el propósito general, para luego definir
el propósito específico.

2. La esencia del propósito específico.

Mientras que el propósito general alude al contenido que tendrá el sermón, el


propósito específico debe aludir al efecto que el sermón desea lograr en los
receptores u oyentes. El efecto a lograr en los oyentes es la esencia del propósito
específico, sin ésto, no hay tal propósito. Por ejemplo, si hemos determinado
predicarle a la Iglesia sobre el servicio, veamos lo que podrían contener los
enunciados de los propósitos del sermón:

PROPOSITOS DEL SERMON

Propósito General Didáctico: enseñar sobre el servicio.


Propósito Específico Lograr que los miembros conozcan más sobre
el tema del servicio a Dios, reconozcan su
importancia y se involucren en el trabajo de la
Iglesia.
Fig.2

Ahora bien, el propósito específico debe buscar, por lo menos, tres clases de
efectos en los oyentes: uno, de carácter cognoscitivo (conocimiento); otro, de
carácter afectivo; y el tercero, de carácter práctico. Por ejemplo, observe usted
que el propósito específico escrito arriba pretende lograr los tres efectos
mencionados: el de carácter cognoscitivo con el verbo conocer; el de carácter
afectivo con el verbo reconocer; el de carácter práctico con el verbo involucrar.

La razón de redactar el propósito específico de la manera señalada es,


porque el sermón debe llevar a los oyentes del conocimiento a la práctica.
Algunos de los verbos más usuales para buscar en los oyentes un resultado
cognoscitivo son: conocer, memorizar, enumerar, describir y mencionar, entre
otros. Los verbos afectivos normalmente son: reconocer, estimar, apreciar,
valorar, distinguir y considerar; y algunos otros sinónimos. Por otro lado, los
más usuales para lograr un resultado práctico son los que persuaden a los
oyentes a: practicar, usar, emplear, realizar, ejercitar, ejecutar, involucrar y
compartir.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

II. El tema del sermón.

Como se pudo observar en el apartado anterior, los sermones normalmente


empiezan con la determinación del propósito, tanto general como específico.
Una vez que se tiene lo anterior, se hace necesario determinar el tema del
sermón, que corresponda con los propósitos del sermón.

A. Definición del vocablo tema.

El Diccionario enciclopédico usual (Larousse), de la lengua española, define


el vocablo “tema” como el “asunto o materia sobre el cual se habla, escribe o se
realiza una obra artística”. De manera que el tema viene siendo aquello de lo que
se va a hablar de manera central en el sermón.

B. El tema general y el tema específico del sermón.

La mayoría de los autores dividen al tema en, general y específico. Otros, al


tema general le llaman asunto, y al tema específico le llaman simplemente
“tema” como es el caso de Orlando Costas en su libro Comunicación por medio
de la predicación. Para este módulo hemos preferido usar la clasificación
primera: tema general y tema específico. Debido a que esta forma nos parece
más entendible para una mayor parte de quienes lean este módulo. El tema
general abarca siempre muchos temas específicos, o sea que, de un tema general
pueden salir muchos temas específicos de sermones. Normalmente el tema
general se puede precisar con una o dos palabras, por ejemplo: oración, ayuno,
fe, amor, salvación, perdón, reconciliación, crecimiento, santidad, Jesucristo,
Dios, Iglesia, adoración, alabanza, consagración y bautismo; por mencionar
algunos. El tema específico funciona también como título del sermón y al
mismo tiempo delimita y enmarca todo lo que tratará dicho sermón. Veamos a
continuación el siguiente ejemplo:

TEMA GENERAL
“La fe”
Fig.3

TEMA ESPECIFICO TEMA ESPECIFICO TEMA ESPECIFICO TEMA ESPECIFICO


“Los resultados de la “La necesidad de crecer “El poder salvífico de la “El escudo de la fe”
fe en el cristiano” en la fe” fe”

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Tarea para realizarse en clase


Divida la clase en grupos, los cuales tomarán como tema general “La santidad” y partiendo de ésto
definirán dos temas específicos, con sus respectivos propósitos específicos y propósitos generales del
sermón. Recuerde que para definir el propósito general de un sermón se debe determinar a qué clase de
oyentes irá dirigido el sermón (inconversos o Iglesia).

C. El tema como título.

El tema puede ser formulado como título y como proposición del sermón.
Del tema presentado como título del sermón vimos algunos ejemplos arriba. No
obstante, es necesario precisar, que el tema como título del sermón tiene cuando
menos cuatro maneras de formularse: Como tema interrogativo, imperativo,
declarativo y como tema con una palabra enfática. Vea los siguientes ejemplos:

Clases de tema como título Texto bíblico Título


Interrogativo Ro 6:1-11 ¿Qué es el perdón de los pecados?
Imperativo He 12.14. Seguid la santidad
Declarativo Lc 15:20-25. El perdón es una fuente de bendición
Tema con palabra enfática Hch 15:25-33. La experiencia del perdón
Fig. 4

C. El tema como proposición.

Unánimemente, los autores de diversos textos de homilética le dan especial


importancia a la proposición del tema del sermón. Y afirman que la
proposición es indispensable para un buen sermón por lo siguiente:

 Es necesaria para informar en síntesis de lo que tratará el sermón.


 Presenta en forma de tesis lo que se piensa demostrar en el sermón.
 Ayuda al predicador y a la congregación a clarificar y precisar sobre lo
que se va a hablar.

Veamos dos ejemplos de proposición:

Fig.5
Texto: Hch 22:16. Texto: He 12:14.
Tema: “¿Qué es el perdón de los pecados?” Tema: “Seguid la santidad”.
Proposición: Partiendo de este pasaje paulino Proposición: Este pasaje nos enseña sobre las
queremos mostrar las bendiciones que implica razones que muestran la imperiosa necesidad
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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

para el creyente el perdón de sus pecados. del creyente de seguir la santidad.


III. La base bíblica del sermón.

Aunque parezca algo tan sencillo la cuestión de elegir el texto o pasaje bíblico
que nos servirá de base para el sermón, la experiencia ha demostrado que no son
pocas las ocasiones que el predicador se encuentra hojeando su Biblia desde el
Génesis hasta el Apocalipsis sin poder determinar, precisamente, el texto de su
sermón. Muchas veces ha ocurrido ésto momentos antes de que el predicador
exponga su sermón. La dificultad para seleccionar el texto bíblico del sermón,
puede ser resuelta por el predicador si se habitúa a estar en constante análisis de
las necesidades de la Iglesia a la que el debe predicar. Pues, una vez que
identifica las necesidades de su Iglesia, podrá definir el propósito general de su
sermón y el propósito específico, así como, el tema general y el tema específico
del sermón, lo cual le facilitará la elección de la base bíblica de su sermón. Vea
este proceso en la siguiente figura:

IDENTIFICACION DE LAS NECESIDADES DE LOS OYENTES

PROPOSITO GENERAL DEL SERMON

PROPOSITO ESPECIFICO

TEMA GENERAL DEL SERMON

TEMA ESPECIFICO

BASE BIBLICA DEL SERMON

Fig.6

Observe en la siguiente figura como se aplican los pasos mencionados arriba,


que son los que van dándole forma al sermón:

Identificación de las necesidades de los Por ejemplo: “El amor fraternal”


oyentes
Propósito general Didáctico-pastoral.
Propósito específico Persuadir a la Iglesia a que valore y practique
el amor a su hermano como fruto del amor de
Dios en su vida.
Tema general “El amor”.
Tema específico “La fuente del amor fraternal”.
Base Bíblica Juan 13:35.
Fig.7

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

No obstante todo lo anterior, debemos aclarar que no siempre el sermón se


va a dar en el orden mencionado arriba. Frecuentemente sucede, que a través de
la lectura devocional de la Biblia, Dios inspira al predicador a generar de ahí
todos los elementos del sermón mencionados en la figura tres. En otros casos ha
sucedido que la lectura de libros cristianos o, incluso, la lectura del periódico,
por ejemplo, ha generado en la mente de algunos predicadores el descubrimiento
de las necesidades de la Iglesia o sus oyentes, y lo ha llevado a desarrollar los
pasos que generan el sermón.

Lo importante de todo ésto no es, a final de cuentas, que se elabore el


sermón en un orden predeterminado, sino que se desarrollen todos estos
principios fundamentales y esenciales para un buen sermón.

Tarea para realizarse en casa

Analice la situación actual de su Iglesia local e identifique la necesidad más


urgente que deba ser atendida, y tomando como base esto determine: el
propósito general, el propósito específico, el tema general, el tema específico y
base bíblica del sermón que respondería a la necesidad de la Iglesia. No
necesariamente deberá seguir el orden mencionado. Discútase en clase el
sermón.

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TERCERA UNIDAD

El plan homilético del sermón

Objetivos de aprendizaje
Al terminar esta unidad, usted podrá:
1. Identificar los pasos a seguir para el bosquejo de las divisiones y subdivisiones de un sermón.
2. Elaborar y bosquejar un sermón aplicando los pasos que recomienda esta unidad.

Esta unidad se dedicará a explicar los pasos y principios que se deben


observar, a fin de planificar inteligente y adecuadamente el sermón para su
exposición ante la grey. Debemos entender, además, que esta planificación
homilética del sermón no está en contra de la inspiración divina del mismo,
antes al contrario, para la planificación homilética se requiere también de la
inspiración del Espíritu Santo. Por lo tanto, en ningún momento el predicador
debe dejar de orar pidiendo a Dios sabiduría y mensaje divino para planificar
homiléticamente el sermón a exponer. Ya que un sermón bien planificado
homiléticamente, pero sin la inspiración del Espíritu Santo, será un sermón
meramente humano y hueco, aunque pudiera ser un sermón inteligente. Sin
embargo, debemos entender también que nuestro Dios es un Dios de planes, por
ello, la búsqueda de la inspiración divina para planificar homiléticamente el
sermón va de acuerdo con el carácter divino del Espíritu de Dios.

Ahora bien, a la planificación homilética del sermón se le ha dado en llamar


bosquejo, esqueleto, estructura o esquema del sermón. Trataremos, pues de
explicar con claridad cómo desarrollar la técnica y la capacidad de bosquejar
adecuadamente nuestros propios sermones.

I. El contenido del plan homilético.

Llamamos plan homilético o bosquejo a las divisiones y


subdivisiones del tema del sermón, las cuales se realizan para
predicarlas de manera organizada y clara a la grey que nos habrá de oír. James
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

D. Crane, autor del libro, “El sermón eficaz”, recomienda que el tema del
sermón no debe tener más de cinco divisiones principales, ni menos de dos.
Debido a que, un sermón que contiene más de cinco divisiones del tema se
vuelve un tanto complicado asimilarlo, y un sermón con sólo una división, a
final de cuentas no implica ninguna división temática. Así pues, la estructura
formal del plan homilético o bosquejo sería de la siguiente manera:

Título o tema del sermón


Fig.8 Introducción

División (1)
División (2)
División (3)
División (4)

Conclusión

Objetivo del sermón

Las divisiones del tema del sermón (1), (2), (3) y (4) de la figura o
ilustración anterior componen lo que llamamos el plan homilético del sermón.
En un sermón, la división temática de menor importancia para su objetivo
deberá ser la primera división del tema a exponer, y la de mayor importancia
deberá ser la cuarta o última, según la cantidad de divisiones del tema del
sermón. La introducción y la conclusión no son propiamente desarrollo del tema
del sermón, sino una forma de entrar al tema del sermón y una forma de salir del
tema del sermón respectivamente. Con todo, veremos en la siguiente unidad de
estudio la importancia esencial que tienen ambas para el éxito del sermón.
Veamos por ahora como quedaría bosquejado de manera sencilla un sermón
utilizando la estructura homilética señalada en la figura de arriba.

Texto: He 11:24-27.
Tema: “La capacidad que provee la fe para servir”

I. Capacita para el servicio a Dios ayudando al creyente a


renunciar a los valores del mundo.
II. Capacita para el servicio a Dios ayudando al creyente a valorar más
el sufrimiento por servir a Cristo que los placeres, riquezas o
privilegios que el mundo ofrece.
III. Capacita al creyente para ver lo que no se ve por el ojo humano a
fin de motivarlo sostenerlo firme en el servicio a Dios.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Ahora bien, veamos este mismo sermón, pero ahora bosquejado no sólo con
las divisiones de su tema, sino también, con sus subdivisiones temáticas.

Texto: He 11:24-27.
Tema: “La capacidad que provee la fe para servir”
La fe es un medio eficaz para servir a Dios, la fe capacitó a Moisés:

I. Para renunciar a los valores del mundo a fin de servir a


Dios.
A. Renunció a la falsa gloria de títulos o posiciones de
privilegio que le impedían servir a Dios (v. 24)
B. Renunció a las riquezas que le impedían servir a Dios (v.
26)
C. Renunció a los deleites temporales del pecado (v.25).
D. Renunció a Egipto (v. 27).

II. Para tomar decisiones que implicaban sacrificio, sufrimiento y


riesgos personales para servir a Dios.
A. Escogió ser maltratado con el pueblo de Dios (v. 25).
B. Escogió el vituperio de Cristo (v. 26).
C. Escogió enfrentar los riesgos que implicaba la ira del Faraón.

III. Para recibir ánimo y fortaleza con la finalidad de servir a Dios sin
desmayo ni temor.
A. Poniendo su mirada en el galardón (v. 26).
B. Sosteniéndose en el servicio como viendo al invisible (v. 27).

Observe usted que en este sermón el tema está dividido en tres partes
principales, pero además, las tres divisiones principales tienen a su vez
subdivisiones. Las divisiones y subdivisiones del tema del sermón forman lo que
se llama bosquejo o plan homilético del sermón. Además de lo anterior, observe
también como el tema del sermón entrelaza cada división del mismo, dándole
unidad al sermón.

Veamos a continuación el bosquejo de un sermón más, pero con divisiones


naturales que se encuentran subdivididas más exhaustivamente que el anterior.
En este sermón utilizaremos como texto bíblico base Apc 3:7-13. El sermón nos
queda como sigue:

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

“Retén lo que tienes en Cristo”

I. Porque son cosas de incalculable e incomparable valor.


A. Tienes una puerta abierta.
1. Es una puerta de entrada a grandes bendiciones.
a. Al templo.
b. A la nueva Jerusalén.
c c. A la vida abundante y eterna.
2. Nadie puede cerrar esta puerta.
a. Ni el diablo.
b. Ni el mundo.
3. Fue abierta por el poder de Cristo.
a. El es el que abre y ninguno cierra.
b. Y él es el que cierra y ninguno abre.
d B. Tienes su palabra.
e 1. Que contiene promesas fieles y verdaderas.
f 2. Que nos ha dado un conocimiento salvífico.
g 3. Que es una palabra de poder creador; lo que no es lo llama a su existencia.
h C. Tienes la revelación de su Nombre.
1. Que te da autoridad sobre la enfermedad y sobre las huestes de maldad.
2. A través del cual te ha dado perdón de pecados.
3. A través del cual te ha dado poder para ser hijo de Dios.

II. Porque Cristo viene.


A. Viene pronto.
B. Viene a hacer cuentas: a recompensar o a castigar, según sea la obra de cada
cual.
C. Empezará por la Iglesia: por ti y por mí.

III. Porque otro puede tomar tu corona si lo descuidas.


A. Tu lugar y tu premio en la Iglesia.
1. Serás guardado en las pruebas.
2. Y serás guardado de la hora de la prueba que vendrá sobre todos los que
moran sobre la tierra.
3. Serás parte de la Iglesia victoriosa del Señor.
B. Tu lugar y tu premio en el reino de Dios.
1. Serás columna en el templo de Dios, es decir estarás siempre en la
presencia de Cristo.
2. Nunca saldrás de allí.
3. Serás propiedad eterna de Cristo.
4. Ciudadano eterno de la nueva Jerusalén.
5. Conocerás a Dios tal como El es, con su nombre nuevo.

La numeración más usual y recomendada para dividir y subdividir el tema


del sermón, según la opinión de distintos comentaristas del campo de la
Homilética, es la siguiente:

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

 Usar números romanos para las divisiones principales: I, II, III, etc.
 Usar letras mayúsculas para las subdivisiones inmediatas: A, B, C, etc.
 Usar números arábigos para las subdivisiones mediatas: 1, 2, 3, etc.
 Usar las siguientes letras y números en el siguiente orden, si existen más
subdivisiones mediatas: a, b, c, etc.; luego, 1), 2), 3), etc.; y enseguida, a), b),
c), etc.

Es importante señalar, que no es muy recomendable bosquejar demasiadas


subdivisiones. Se aconseja más bien que las subdivisiones lleguen por lo mucho
hasta las que se enumeran con letras minúsculas a, b, c, etc., mencionadas en la
cuarta viñeta de arriba. Aunque algunos recomiendan subdivisiones sólo hasta la
numeración arábiga 1, 2, 3, etc.

II. Principios que rigen las divisiones del tema del sermón.

Como ya lo vimos arriba, la organización homilética del sermón implica


principalmente dividir en forma progresiva y lógica el tema de dicho sermón.
Ahora bien, para lograr dicha capacidad de organización homilética se necesita
conocer los diversos principios que se pueden aplicar para dividir el tema del
sermón apropiada e inteligentemente en un orden gradual. James D. Crane
explica nueve principios que rigen y entrelazan las divisiones del tema, y que
son los que hacen posible que de un tema se deriven una cantidad diversa de
sermones, entre otras cosas. Estos principios son: el de las causas; el de los
efectos; el de las razones; el de los medios para alcanzar un fin; el de explicar el
significado de algo, el de las preguntas lógicas al tema; el de contrastar dos
conceptos o complementarlos; el de las sugestiones naturales de una metáfora; y
el principio de dividir el tema del sermón en base a los aspectos del tema que
presente el texto bíblico. A continuación veamos en relación al tema de la
gratitud un sermón regido por el principio de “la explicación de las causas”. En
este sermón se explican las causas que producen gratitud a Dios en el creyente.

Texto: Mr 1:40-45
Tema: “Experiencias que producen gratitud a Dios”

I. La experiencia personal de que Dios nos ama.


II. La experiencia de diversas bendiciones que provienen
de Dios.
III. La experiencia del perdón de los pecados.
IV. La experiencia de la salvación como un regalo divino en Cristo
Jesús.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Con el mismo tema de la gratitud se puede elaborar un sermón basando sus


divisiones temáticas en el principio de los efectos. Las divisiones del tema
explicarán los efectos que produce en la persona la gratitud a Dios. Aunque la
palabra “efectos” no aparezca en las divisiones del tema, pero estará implícita, o
puede quedar explícita en la proposición del sermón.

Texto: Mr 1:40-45.
“Resultados de la gratitud a Dios”
La verdadera gratitud a Dios produce:

I. Disposición para testificar de las bondades de Cristo.


II. Disposición para recorrer diversos lugares testificando.
III. Disposición para invertir gran parte de su vida y su tiempo en
testificar del Señor.

Con el tema del amor de Dios bosquejamos el siguiente sermón regido por el
principio de “la explicación del significado de algo”.

Texto: Ro 5:8.
Tema: “¿Qué es el amor de Dios?”

I. Es un don o regalo divino.


A. Nadie lo merece.
B. No se puede comprar.
C. No se puede alcanzar por fuerzas humanas.
D. Sólo es posible por la misericordia divina.
II. Es una fuente inagotable de beneficios y bendiciones para el hombre.
A. Por él disfrutamos de la creación.
B. De la bendición y la hermosura de la vida.
C. De la sanidad del cuerpo.
D. Por él disfrutamos de perdón de pecados.
E. Por él tenemos salvación y promesa de vida eterna.
III. Es un acto de solidaridad divina con el hombre que nos compromete
y nos demanda:
A. Amar a Dios con todo nuestro ser.
B. Glorificarle reconociendo su grandeza y amor inmerecido.
C. Servirle con todo lo que somos y tenemos.
D. Obedecerle.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Observe como la palabra clave para las divisiones temáticas de este sermón
reside en el verbo ser conjugado en tercera persona: es. Otros términos que
pueden utilizarse como palabras claves en la división de estos sermones que
explican el significado de algo son: significa e implica. Todo va a depender de
cómo se redacte el tema del sermón. Por ejemplo, si se redactara el tema del
sermón “El significado del amor de Dios”, entonces sus divisiones temáticas
utilizarían la palabra clave “significa...”.

Regido por el principio de división temática de “las preguntas lógicas al


tema”, se puede elaborar el siguiente sermón sobre el amor fraternal.

Texto: Jn 13:34-35.
Tema: “El amor fraternal”.

I. ¿A qué clase de hermanos debemos amar?


A. A los que nos aman.
B. A los que nos odian.
C. A los que están en necesidad.
D. A los ricos y a los pobres.
E. A los que nos deben dinero.
F. A todos.
II. ¿Por qué debemos amarlos?
A. Porque es mandato de Dios.
B. Porque es el ejemplo que Cristo nos dio.
C. Porque es la mejor manera de demostrar que somos discípulos de Cristo.
D. Porque es la mejor manera de demostrar que amamos y conocemos a Dios.
E. Porque donde existe amor fraternal, Dios envía bendición y vida eterna.
III. ¿Qué necesitamos para poder amar a todos nuestros hermanos?
A. Recordar siempre cómo nos ha amado el Señor a nosotros.
B. Desarrollar la capacidad de perdonar como Cristo nos ha perdonado.
C. Orar para obtener victoria sobre nuestras debilidades de odio, venganza o
contención.
D. Poner más la vista en las virtudes que en los defectos de nuestros hermanos.

Las preguntas lógicas al tema de un sermón, siempre tendrán que ver con el
¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿quiénes?, ¿a quiénes?, ¿por qué?, ¿para qué?, etc.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

En cuanto a los ejemplos de bosquejos regidos por los principios de división


temática “de los medios propios para alcanzar un fin” y “de las razones que
apoyan una tesis”, ver los sermones de esta misma unidad titulados: “La
capacidad que provee la fe para servir a Dios” y “Retén lo que tienes en Cristo”
respectivamente. Obviamente, en uno se enumeran los medios para alcanzar el
fin mencionado, y en el otro se enumeran las razones que sustentan la tesis en
cuestión.

Temas con divisiones regidas por los principios: de yuxtaposición de dos


conceptos contrastados o complementarios; de sugestiones naturales de una
metáfora; y, de los aspectos del tema que el texto presenta, escribimos un
ejemplo respectivo a cada principio a continuación.

Sermón regido por el principio de la yuxtaposición de dos conceptos o ideas


contrastadas o complementarias:

Texto: 2 Ti 4:1-8.
Tema: “Dos clases de ministros importantes en la obra”.

Proposición: Los ministros del Señor y la Iglesia en general debemos


aprender, que para Dios es tan importante el ministro joven como el ministro
viejo, y cada cual tiene su lugar y su función que cumplir en la obra de Dios.
Oración transicional: Consideremos esta verdad que aparece en este pasaje donde Pablo es el
ministro viejo y Timoteo el ministro joven.

I. Pablo representa al ministro viejo ideal.


A. Porque llena los requisitos para ser un ejemplo a seguir.
B. Porque no se siente desplazado por el ministro joven, él sabe cuándo ceder su lugar,
cuándo sus energías han menguado.
C. Porque comparte consejo y experiencia a fin de que el ministro joven cumpla su
tarea exitosamente.
D. Trata al ministro joven como su hijo, no como enemigo.
II. Timoteo representa al ministro joven ideal.
A. Está dispuesto a cumplir la tarea que tiene por delante enfrentando todos los retos y
desafíos que vendrán.
B. Está dispuesto a aprender del ministro viejo y reconoce el valor de ellos.
C. Sabe que el trabajo en la obra de Dios no sólo es energía física sino poder de Dios,
ejemplo que ha visto en los ministros viejos.
D. Valora al ministro viejo como a un padre.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

El siguiente sermón está dividido en base al principio de los aspectos del


tema que el texto presenta.

Texto: 2 Ti 4:1-4.
Tema: “La predicación de la palabra”

I. Es un encargo oficial (v. 1a).


A. De parte de Dios.
B. De parte de la Iglesia.
II. Tiene tres finalidades esenciales.
A. Redargüir.
B. Reprender
C. Exhortar con toda paciencia y doctrina.
III. Debe cumplirse con carácter de urgencia.
A. Porque los hombres se van endureciendo a la verdad bíblica.
B. Porque los maestros de la mentira van avanzando en su capacidad
de engañar con sus falsas enseñanzas.

El siguiente sermón está dividido temáticamente regido por el principio de


las ideas naturales que se relacionan con una metáfora.

Jesús es la luz del mundo

I. Porque sólo él alumbra o muestra el camino que lleva a la meta


más importante para el hombre: la patria celestial.
II. Porque sólo Cristo puede evitar que el hombre tropiece o caiga en hoyo del
pecado.
III. Porque sólo Cristo puede sacar de la oscuridad del pecado al hombre.
IV. Porque solo la luz de Cristo tiene poder para que aún los ciegos vean el camino a
la vida.

Observe que este sermón tiene sus divisiones temáticas muy relacionadas
con la metáfora de Jesús como luz del mundo.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Tarea de grupo en clase


Divida la clase en grupos de tres alumnos. Cada grupo escogerá un
pasaje bíblico distinto a los otros y elaborarán el bosquejo de un sermón
utilizando uno de los principios de división del tema expuestos aquí.
Explicar el sermón en clase al resto de los grupos.

III. Finalidades del plan homilético.

Una de las finalidades y razones que demandan la elaboración de un plan


homilético o bosquejo para predicar el sermón, consiste, en que el predicador
debe desarrollar un sólo tema en su sermón. El bosquejo es una herramienta
muy eficaz para darle esa unidad temática a la predicación del sermón.

Por otro lado, la unidad temática del sermón lo hace más comprensible a la
grey, ya que ella viene a oír nuestros sermones porque quiere comprender más
de la palabra de Dios. Un sermón mal hecho donde se hablen de distintos temas
sin ton ni son, no brinda claridad ni comprensión a la grey, como le puede
brindar un sermón con un solo hilo temático que lo entrecruza. Así que, el plan
homilético tiene como finalidad también, hacer más comprensible el mensaje a
los oyentes o receptores de la predicación.

Otra finalidad muy importante que persigue el plan homilético o bosquejo


es, dividir el tema del sermón, de tal manera, que las divisiones del tema puedan
organizarse y predicarse en forma progresiva. Es decir, que las divisiones del
tema del sermón se organicen y se prediquen en orden de menor a mayor
importancia, según el objetivo específico del sermón en cuestión.

IV. Características esenciales del sermón.

Como lo mencionamos en una unidad anterior, el sermón debe elaborarse


para responder a las diversas necesidades de los que vienen a oír la predicación,
tales como: necesidades intelectuales, emocionales, espirituales, físicas y
materiales. Por lo anterior, el sermón deberá contener material de enseñanza que
apele al entendimiento, a los afectos y a la voluntad de las personas que
escuchan el mensaje de la palabra de Dios. Los sermones deben apelar al
entendimiento de los oyentes, debido a que, obviamente, ellos vienen a oír el
mensaje porque desean entender más de la palabra de Dios. Los sermones deben

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

apelar a los afectos (sentimientos) de los oyentes del mensaje, porque sólo así
valorarán la enseñanza del sermón como importante para sus vidas. También es
esencial que la enseñanza del sermón apele a la voluntad del individuo, pues
sólo así el individuo decidirá poner en práctica la enseñanza del sermón.

V. El uso de las ilustraciones en el sermón.

Las ilustraciones son aquellas figuras del lenguaje o relatos


breves que se utilizan para aclarar una verdad del sermón. Son de
gran utilidad, tanto para hacer entendible el mensaje o la
enseñanza, como para despertar el interés de la gente que escucha
el sermón, debido a que, apelan vivamente a la imaginación de
los oyentes del mensaje. Los autores bíblicos, por ejemplo,
recurrieron constantemente a las ilustraciones para aclarar las verdades divinas
que enseñaban a sus lectores. Los diversos tipos de ilustraciones que los
escritores bíblicos usaron, nosotros las conocemos como figuras literarias, por
mencionar algunas anotamos las siguientes: la metáfora, el símil, la parábola, la
alegoría, la analogía, etc.; estas figuras ya se explicaron en el módulo de
Hermenéutica.

Además de las anteriores, la mayoría de los predicadores utilizan con


frecuencia los siguientes tipos de ilustraciones: la anécdota, el incidente
biográfico, la alusión a un hecho de la historia, la fábula y la experiencia
personal. Estos tipos de ilustraciones, a excepción de la fábula, normalmente son
relatos breves que tienen que ver con hechos de la vida real; aunque algunos no
en toda su totalidad.

La anécdota, por ejemplo, es un relato que bien puede estar basada en


hechos reales al cien por ciento, o a veces, prácticamente, rayar en un cuento o
leyenda sobre algún personaje que normalmente es anónimo. Por lo anterior, hay
anécdotas de hechos reales y anécdotas que prácticamente son leyendas de
ciertos personajes. Esto último es lo que lo hace diferente al tipo de ilustración
que llamamos anteriormente “incidente biográfico”. Pues este se basa
directamente en un hecho o incidente real de carácter especial que algún
personaje histórico o actual, de importancia universal, regional o local haya
experimentado.

Las ilustraciones pueden ser empleadas en cualquier parte del sermón,. Es


decir, en la introducción, divisiones del sermón y en la conclusión. Cuando se
utilizan en la introducción o en la conclusión, es aconsejable que las

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

ilustraciones sean ser relativamente más breves que las que se utilizan en las
divisiones del sermón, con la finalidad de que no le roben espacio de tiempo a
dichas partes del sermón, las cuales de por sí deben ser breves.

Algunos cuidados que se deben tener en el uso de las ilustraciones son los
siguientes:

 No se debe utilizar una cantidad desmedida de ilustraciones. Pues, en lugar


de causar interés , posteriormente causa aburrimiento, ya que la grey percibe
que el predicador no los está enseñando, sino que los está entreteniendo.
 No se debe confundir el testimonio personal con la ilustración. El testimonio
personal se convierte a la vez en una ilustración, siempre y cuando con el
testimonio se ilustre una verdad central del sermón.
 El predicador debe luchar por ilustraciones frescas y nuevas. La repetición
constante de las mismas ilustraciones de siempre aburre a la grey, y
evidencia poca preparación del predicador en dicha área.
 No se debe usar reiteradamente de ilustraciones que tienen que ver con
nuestra experiencia personal, pues, suelen parecer presuntuosas.
 Existen datos, investigaciones o hallazgos científicos que pueden ser útiles
como ilustración.
 Se debe tener cuidado de que las ilustraciones no se utilicen para entretener,
sino para enseñar una verdad bíblica.

Tarea individual para hacerse en casa


Escoja un pasaje de la Biblia y bosqueje un sermón, aplicando alguno de los
principios de división del tema. Trate que su sermón contenga materiales de
apelación al entendimiento, a los afectos o sentimientos y a la voluntad de
quienes pudieran oírlo.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

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CUARTA UNIDAD

La introducción y la conclusión del sermón

Objetivos de aprendizaje
Al finalizar esta unidad, el alumno será capaz de:
1. Mencionar los aspectos básicos que contiene una buena introducción y una buena conclusión de
sermón.
2. Distinguir la importancia vital que tiene para el éxito del sermón tanto la introducción como la
conclusión del mismo.
3. Elaborar la introducción y la conclusión de un sermón.

Introducir el tema del sermón y concluirlo exitosamente es de vital


importancia para el éxito mismo de todo el sermón. Esta unidad tratará de
enseñar cómo se puede elaborar una buena introducción y conclusión para la
eficacia del sermón. Veamos éstos dos aspectos.

I. La introducción del sermón.

El éxito o fracaso de un sermón, según la mayoría de los estudiosos de la


homilética, se define muchas veces en los primeros minutos del inicio del
sermón. Es decir, en la introducción misma del sermón. Debido a ésto, veamos
algunos aspectos importantes sobre la introducción del sermón.

A. Contenido de la introducción del sermón.

Toda buena introducción debe incluir las siguientes explicaciones básicas:

1. La introducción debe anunciar el tema del sermón.

La introducción del sermón debe utilizarse para anunciar con claridad el tema
que se habrá de desarrollar en la predicación. Este aspecto es muy importante,
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

pues esta es una manera de despertar el interés del auditorio en la temática


anunciada, e incluso, debe presentar la proposición de su sermón.
Además, anunciar el tema con precisión ayuda a que la congregación ubique
sus pensamientos exactamente en lo que se habrá de desarrollar y le resultará
más fácil entender el contenido, el propósito y el compromiso hacia el que lo
desafía el mensaje.

2. La introducción debe justificar la pertinencia del tema.

Justificar o demostrar la pertinencia del tema del sermón, en la introducción,


es de vital importancia para el éxito del sermón. La mejor forma de justificar la
pertinencia de un tema es, mencionando los beneficios que puede dar, o las
necesidades que puede resolver si conocemos de él y lo ponemos en práctica. Si
el predicador no convence a su auditorio, en la introducción del sermón, de la
relevancia que tiene el tema para sus vidas, para la Iglesia y para sus familias, no
logrará captar su atención e interés, y el sermón quedará sin lograr su objetivo y
eficacia en los oyentes. Un buen predicador no descuidará ésta parte de la
introducción de su sermón: demostrar la pertinencia del tema.

Ahora bien, para que un predicador logre convencer a sus oyentes de la


pertinencia del tema del que va a predicar necesitará primero haberse
convencido a sí mismo de que el tema que ha de desarrollar en su sermón es
muy importante y responde a las necesidades de su Iglesia; solo así podrá
persuadir y convencer a los demás de la importancia de su mensaje para sus
vidas.

3. La introducción debe sugerir el objetivo del sermón

La introducción debe, también, dar a conocer, en forma implícita y a veces


explícita, sin abundar mucho, el objetivo que el predicador persigue al entregar
el mensaje de su sermón. Sin embargo, deberá hacer lo anterior con sumo
cuidado, pues si explica detallada y ampliamente en la introducción los cambios
de conducta que desea lograr, convertirá la introducción en conclusión y el
mensaje perderá sabor y efectividad cuando llegue a esta parte.

4. Formas de introducir el sermón.

Hay tres formas básicas de preparar una introducción. Una de ellas es,
introducir el sermón explicando el contexto que le rodea y que arroja luz sobre
el tema. Otra forma es comentar el contexto que rodea al texto y que, por

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

supuesto, también arroja luz para la comprensión del tema del sermón. Y
finalmente, se puede preparar una introducción comentando aspectos de la vida
cotidiana o utilizar alguna ilustración que tenga que ver con el tema de nuestro
sermón.

Tarea para realizarse en clase


Lea cuidadosamente el ejemplo de introducción de un sermón que aparece en este
recuadro y trate de descubrir lo siguiente:
1. ¿Qué tema se anuncia?
2. ¿Cómo se demuestra la pertinencia del tema?
3. ¿Qué propósito específico u objetivo del sermón se persigue?
Para responder esta pregunta ayúdese de la siguiente forma:

a. ¿La introducción del sermón, qué busca que valore el oyente como importante para su vida
cristiana?
b. ¿Qué busca que practique el oyente como indispensable para su vida cristiana?

Tema: “El poder renovador de la oración”.

Introducción
Vivimos en un mundo lleno de tragedias, quebrantos, sufrimientos, etc., los cuales
desgastan de manera emocional, espiritual, mental y físicamente a las personas. Las
crisis han llevado a algunas personas a perder el significado y el rumbo de sus vidas.
Otros, en cambio, ciertamente luchan por mantener o reencontrar ese significado y
ese rumbo que le da sentido a sus vidas, pero luchan con recursos inapropiados,
acuden a la brujería, a la hechicería, al placer, al dinero, al horóscopo etc. La Biblia
enseña que Dios ha puesto al alcance del cristiano, y de todo el que quiera acudir a
Dios en sus necesidades o tragedias, un recurso renovador, un recurso que da nueva
vida: la oración. Cuando el cristiano o la persona se siente emocional, mental,
espiritual o físicamente mal, es cuando más debe orar, aunque se debe orar en todo
tiempo, pues la oración renueva al que ora. En este sermón quiero compartir contigo
el tema del poder renovador de la oración.

II. La conclusión del sermón.

James D. Crane, en su clásico libro “El sermón eficaz”, afirma que la pericia
del predicador se demuestra principalmente en la exitosa conclusión de su
sermón, aspecto comparable al buen piloto aviador, que demuestra su pericia
como tal, al lograr con habilidad aterrizar felizmente su avión. De nada serviría
un buen viaje en avión, si el piloto no lo hace aterrizar felizmente. Así también,

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

de nada serviría un buen desarrollo del sermón, si no se logra concluir o


terminar exitosamente el sermón.

A. El objetivo de la conclusión.

La conclusión debe ser utilizada por el predicador como el esfuerzo final


que él lleva a cabo, a fin de persuadir a los oyentes a obedecer todo el consejo
de Dios, expresado a través de su sermón. Toda la fuerza persuasiva del sermón
se deberá hacer sentir en la conclusión. Un buen predicador no descuida la
buena preparación de la conclusión de su sermón, porque sabe que las
decisiones de cambios de conducta, de pensamiento, de valores, de fe y de
vida, normalmente las toma el oyente, al experimentar toda la fuerza persuasiva
del sermón en la conclusión.

Para lograr lo anterior, la conclusión deberá elaborarse teniendo presente los


objetivos del sermón, los cuales deberán contener tres finalidades centrales:
inculcar conocimiento, valores y prácticas adecuadas a la palabra de Dios. La
conclusión del sermón, pues, será el esfuerzo final del predicador por lograr
inculcar en los oyentes eficazmente el conocimiento, los valores (afectos) y la
práctica de la vida cristiana.

B. El contenido de la conclusión.

Para que la conclusión del sermón tenga la contundencia persuasiva


mencionada arriba, es necesario que contenga cuando menos lo siguiente: la
recapitulación del sermón, la aplicación del sermón a los oyentes y el
llamamiento o invitación al cambio de vida y al servicio a Dios.

1. La recapitulación del sermón.

Un aspecto importante de una buena conclusión es la recapitulación del


sermón. Esta consiste en repasar de manera sintetizada los puntos principales del
sermón que fortalecen la enseñanza y el argumento central de la predicación. La
recapitulación tiene como finalidad dejar clara y firmemente sembrada la
enseñanza del sermón en la mente de los oyentes. Esto quiere decir, que posee
una finalidad central de trasmitir conocimiento: rememorar con claridad la
enseñanza del sermón.

De esta manera, la recapitulación prepara el terreno para persuadir a los


oyentes eficazmente a la conversión, a los cambios de conducta y cambios de

35
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

actitudes que demanda el mensaje de la palabra de Dios. Más adelante


presentaremos un ejemplo de conclusión.

2. La aplicación del sermón.

La aplicación del sermón consiste en señalar a los oyentes de manera directa,


y respetuosa a la vez, las enseñanzas, cambios de conducta, compromisos y
actitudes que se deben poner en práctica para servir a Dios. Lleva como
finalidad lograr que los oyentes valoren la enseñanza del sermón como
importante para sus vidas y la hagan suya.

Mientras que la recapitulación busca transmitir el conocimiento de la


enseñanza central del sermón resumiéndola, la aplicación busca que esta
enseñanza central sea valorada por los oyentes como de vital importancia para
sus vidas y su relación con Dios, y de esta manera la hagan suya. En la
recapitulación del sermón, el predicador siembra la enseñanza en la mente de los
oyentes, en la aplicación la siembra en el corazón para que sea valorada. Así
que, si el predicador logra en la conclusión que los oyentes entiendan su
mensaje y lo valoren, su paso final será lograr que lo practiquen.

3. El llamamiento del sermón.

El llamamiento es la invitación que el predicador hace a los


oyentes al final de su sermón, a fin de que tomen la decisión
firme de practicar las enseñanzas de la palabra de Dios expuestas
en la predicación. Las decisiones de conversión, cambios de
pensamiento y de vida, así como la sumisión a la voluntad de
Dios y las decisiones de servicio las lleva a cabo normalmente
en esta parte el oyente.

Todo sermón busca transformar a las personas a imagen de Cristo. El buen


predicador buscará la forma de darle seguimiento, después de su sermón, a la
decisión de los oyentes de servir a Dios, de tal manera que se lleve a la práctica
dicha decisión en la vida de ellos.

Como podrá ver usted, la conclusión contiene el esfuerzo final del predicador
por inculcar el conocimiento, los valores y la práctica de la enseñanza bíblica
expuesta en el sermón. El sermón debe llevar a los oyentes de la teoría
(conocimiento) a la práctica de la vida cristiana.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Tarea individual en clase

Analice la siguiente conclusión del sermón “El poder renovador de la oración” e


identifique la parte de la redacción que corresponde a la recapitulación del
sermón, la parte que corresponde a la aplicación y la que corresponde al
llamamiento.

“Como podemos ver, hermanos, hay muchas cosas que pueden interponerse para
impedir que nosotros le sirvamos a Dios hasta el fin y cumplamos la misión que
El nos ha encomendado. Jesucristo tenía una misión en su ministerio terrenal que
cumplir: morir por la redención del mundo. Pero fue atacado en cuanto a su
naturaleza humana, por la tristeza, la angustia, la soledad en medio del dolor que
le esperaba y el miedo al sufrimiento, y a punto estuvo de claudicar diciendo:
“...Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mi esta copa; mas
no lo que yo quiero, sino lo que tu”. Sin embargo, podemos ver también en este
ejemplo de Jesús, que en medio de circunstancias así, hay un recurso poderoso a
nuestro alcance que nos ayuda a vencer estas situaciones: la oración. Orando
Cristo logró vencer la tristeza, la angustia, el miedo y la soledad en medio del
sufrimiento que le esperaba, y así renovó su compromiso de beber la copa de
sufrimiento cumpliendo su misión. Tu y yo ocupamos la oración en nuestras
vidas. Porque tanto tu como yo habremos de enfrentar tristezas en nuestro
camino, angustias en nuestra vida, miedo ante los problemas y soledad. En
situaciones así, nos debilitamos y nos empequeñecemos ante los problemas,
nuestras fuerzas se desmoronan y nos sentimos tentados a claudicar. Por eso
ocupamos la oración, porque en momentos así la oración puede renovar nuestras
fuerzas para seguir adelante y cumplir nuestra misión. La oración tiene poder
para deshacer las tristezas, las angustias, el miedo y la mentira de que estamos
solos en medio del sufrimiento, al contrario ¡Dios está con nosotros! La oración
es un recurso divino que nos comunica con la fuente de poder que es Dios. Por
eso, la oración puede renovar tu vida y la mía. Quiero invitarte hoy a que vengas
a Jesús aquí ante él en el altar. Si has descuidado la oración, pídele perdón,
reconoce que necesitas orar más y comprométete a hacerlo. Si lo haces, podrás
cumplir la misión que Dios te ha encomendado eficazmente, y si enfrentas
tristezas, angustias temores o miedos que quieran hacerte claudicar, no caerás
derrotado, al contrario ¡Vencerás!

Tarea individual en casa


Elaborar por escrito el título de un sermón, la introducción y su conclusión.
Incluya en la introducción y en la conclusión los elementos que esta unidad
explicó que deben contener.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

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QUINTA UNIDAD

Tipos de sermones

Objetivos de aprendizaje
Al terminar esta unida, el alumno será capaz de:
1. Enumerar las distintas clases de sermones que menciona esta unidad.
2. Distinguir las diferencias similitudes básicas entre las distintas clases de sermones.
3. Elaborar las distintas clases de sermones que explica esta unidad.

Las unidades anteriores a ésta han mostrado la variedad que puede tener la
elaboración del sermón. Usted podrá aumentar la variedad de sermones que
puede compartir con su grey, estudiando en esta unidad las distintas clases o
tipos de sermones que se pueden elaborar y llevándolo a la práctica. La
capacidad de elaborar una gran variedad de sermones es tan importante, que de
no hacerlo así, nos pasaría como a la cocinera o ama de casa que sólo supiera
hacer una clase de guisado, fastidiaría a los caseros. La pericia para preparar
hábilmente diversas clases de sermones, dependerá del empeño y esfuerzo que
pongamos en dicha tarea, si lo hacemos nuestra congregación nos lo agradecerá.

I. El sermón textual.

El sermón textual se limita a exponer el mensaje divino basado en un solo


versículo de la Biblia. La elaboración de estos sermones se facilita, por un lado,
porque el tema del sermón salta a la vista sin mucha dificultad, y por otro lado,
porque el mismo versículo aporta las divisiones principales del tema del sermón.

A. Textual ilativo.

La manera de hacer un sermón textual ilativo es, buscar un texto bíblico que
pueda dividirse de manera natural en tres o cuatro frases distintas para que sea
cada una explicada como división del bosquejo sermonario. Cabe mencionar que
no todos los textos de la Biblia son accesibles a éste método homilético. Sin
embargo, existe una gran cantidad de versículos bíblicos que se ajustan a este
Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

tipo de sermón. Con la Biblia en la mano, vea el ejemplo que a continuación se


encuentra:

Texto: 2 Co 10:4.
Tema: “Las armas de la milicia cristiana”.

I. No son carnales.
II. Sino poderosas en Dios.
III. Para la destrucción de fortalezas.

B. Textual analítico.

En la elaboración del sermón textual analítico se sigue el mismo


procedimiento que con el textual ilativo, el texto es dividido en tres o cuatro
secciones naturales del mismo, solo que surge la diferencia de poner un título o
una frase que exprese la idea que cada división presenta.

El ejemplo que a continuación se encuentra nos ayudará a entender de


manera más clara este tipo de sermón:

Texto: 2 Co 10:4.
Tema: “Las armas de la milicia cristiana”.

I. No son como las del mundo.


II. Son como las de Cristo.
III. Son para la salvación de los perdidos.

(compárese con el ejemplo anterior)

C. Textual analítico invertido.

Este tipo de sermón presenta la variante de hacer una inversión con el orden
natural de las palabras del texto. Aquí el predicador está en la libertad de
escoger que idea explicar primero y cual dejar para el último, pero todo de
acuerdo al orden progresivo que conviene al objetivo que se persigue con el
sermón.

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

El siguiente ejemplo ayudará a comprender la forma que puede tomar un


sermón textual analítico invertido:
Texto: 2 Co 10:4.
“La eficacia de las armas del cristiano”

I. Convierten a Cristo al hombre esclavizado en el pecado.


II. Su efectividad no proviene de poder o inteligencia
humana.
III. Sino que se fundamenta en el poder de Dios.

(compárese con los dos ejemplos anteriores)

D. Textual sintético.

Como todos los sermones textuales, el sermón textual sintético se sujeta a


fundamentar la predicación en un solo texto. Aquí se busca descubrir la palabra
clave del versículo, es decir, el tema general, y partiendo de él se elaborará el
tema especifico del sermón. El sermón textual sintético se puede elaborar de dos
formas. Una de ellas es, la que aplica una sola pregunta a la palabra clave y a
partir de ahí derivar tres o cuatro divisiones que respondan a la pregunta
aplicada. Una pregunta bien hecha al versículo base del sermón textual, podrá
convertirse en el título del sermón. Con la Biblia en la mano, vea el ejemplo que
a continuación se presenta:

Texto: He. 12:14.


¿Qué es la santidad?

I. Es apartarse del pecado.


II. Es purificación del Espíritu.
III. Es consagración a Dios.

La segunda manera de construir el sermón textual sintético es, elaborar una


pregunta a la palabra clave del texto, con la finalidad de que cada pregunta se
convierta en una división principal del sermón. Será mejor comprendida esta
forma si estudiamos el ejemplo que a continuación se presenta:

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Texto: He 12:14.
“Seguid la santidad”

I. ¿Qué es seguir la santidad?


II. ¿Por qué se debe seguir la santidad?
III. ¿Para qué se sigue la santidad?

(compárese con el ejemplo anterior)

Aquí es necesario mencionar que el tema general, que normalmente es


descrito por una palabra (a veces dos), algunas ocasiones tendrá que funcionar
como el título del sermón (algunos ejemplos de estos temas son: fe, amor,
Jesucristo, etc.).

II. El sermón temático.

El sermón temático puede basarse en un solo versículo o en una porción de


ellos que encierren un tema o asunto. El bosquejo sermonario no se sujeta
exclusivamente al texto elegido como base, sino que puede recurrir a todos los
pasajes que se encuentren en la Biblia y sean útiles para el desarrollo del tema
que se ha de tratar. De esta forma, entonces, los argumentos que se expliquen en
cada punto del bosquejo deberán ser reforzados por un texto que explique la idea
que se ha de defender. El ejemplo que a continuación se encuentra ayudará a una
mejor comprensión respecto a la elaboración del sermón temático:

Texto: Lc 17:5,6.
“La necesidad de la fe”

I. Es necesaria para el bienestar humano.


A. Para recibir sanidad (Hch.) 14.8-10).
B. Para vencer problemas de la vida (Mt. 21.21).
C. Para alcanzar las bendiciones de Dios ( He. 6.12).
II. Es necesaria para permanecer como cristiano.
A. Da victoria sobre el pecado (Ro 14:23).
B. Da fuerzas para seguir caminando (2 Co 5:7).
C. Da armas para vencer los ataques del diablo (Ef 6:16).
III. Es necesaria para alcanzar salvación.
A. Como medio de reconciliación y justificación (Ro 5:1).
B. Como medio de salvación por gracia (Ef 2:8).

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Autor: Eleuterio Uribe Villegas

El bosquejo anterior presenta las ideas de cada subdivisión reforzadas con un


texto bíblico. Otra manara más sencilla de hacer un sermón temático puede ser
usando el versículo bíblico únicamente para respaldar cada división principal,
por ejemplo, veamos el siguiente bosquejo:

“Bendiciones de la vida de fe”

I. Sanidades (Hch. 14:8-1)


II. Promesas divinas hechas realidad (He. 6:12).
III. Salvación eterna (1 P. 1:9).

IV. El sermón expositivo.

Este tipo de sermón no se sujeta a fundamentar la predicación en un solo


texto, sino que puede tomar un pasaje que abarque varios versículos (por
ejemplo, una parábola). Hay una gran diversidad de sermones expositivos, en
este módulo sólo veremos tres formas básicas que pueden usarse para la
construcción de una predicación expositiva.

A. Expositivo narrativo.

El sermón expositivo narrativo basa la predicación en una historia o en una


parábola bíblica. Sólo se toman los hechos más sobresalientes y que ayudan al
desarrollo del tema para explicarlos. Con la Biblia en la mano, vea el ejemplo
que a continuación se presenta:

¿Quién es el prójimo?
(Lc. 10:25-37)

I. El que se acerca al necesitado


“vino cerca de él” v.33
II. El que cura el dolor del necesitado.
“vendó sus heridas, echándoles aceite y vino” v. 34
III. El que cuida al necesitado.
A. “cuidó de él” v. 34
B. “Y le dijo: cuidádmele” v. 35

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

B. Expositivo analítico.

Esta variante en el arreglo del sermón se basa en una porción de textos. La


exposición del mensaje se da en un comentario que se hace de cada versículo en
el orden que presenta la Biblia. Para estructurar este sermón es necesario tener
una gran capacidad exegética, y habilidad para encontrar en los versículos
elegidos una línea a seguir de manera lógica en la enseñanza que se pretende
dar.

Es conveniente que para que el predicador no se encuentre a la hora de la


predicación presionado por el tiempo, tenga el cuidado de buscar pasajes cortos
y concretos. El ejemplo que a continuación se presenta ayudará a entender el
sermón expositivo analítico:

Texto: Ro 8:9-11.
Tema: “Resultados de la vida en el Espíritu”

I. El cristiano no vive según sus deseos, sino


según la voluntad de Dios (v.9)
II. El creyente se convierte en morada de Cristo (v.10).
III. El creyente tiene garantía de resurrección y vida eterna (v.11).

C. Expositivo sintético.

El sermón expositivo sintético se basa, también, en una porción de pasajes


que puede ser más extensa que la del sermón expositivo analítico, ya que solo
toma las frases más sobresalientes que le ayudarán a desarrollar el tema que se
está manejando. Para una mejor comprensión del sermón expositivo sintético a
continuación se presenta un ejemplo:

Texto: Ef 4:22-24.
Tema: “Qué es la nueva vida en Cristo”.

I. Despojarse del viejo hombre (v. 22).


II. Renovarse en el espíritu (v. 23).
III. Vestirse del nuevo hombre (v. 24).

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Manual de Homilética
Autor: Eleuterio Uribe Villegas

Las frases usadas en este ejemplo son prácticamente tomadas de manera


literal del texto, pero pueden emplearse otras frases que representen cada una de
estas ideas. Cabe aclarar que no siempre la idea principal aparecerá en cada
versículo, sino que a veces se puede necesitar escoger una idea principal que
abarque dos o tres versículos. Esto dependerá del tamaño del pasaje escogido y
del tema seleccionado, incluso, del objetivo que se persigue con el sermón.

Tarea de grupo en clase


Divida a los alumnos en grupos de tres y asígneles un tipo de sermón para
que lo elaboren en clase. Luego lo presentarán y lo discutirán en el aula.

Tarea para hacerse en casa


Escoja un pasaje bíblico y elabore un sermón expositivo sintético como tarea
final. Incluya la introducción y la conclusión, así como los demás elementos
del sermón como: tema general y específico; y propósito general y específico.

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BIBLIOGRAFIA DEL MODULO DE HOMILETICA

CORRIPIO, Fernando. “Diccionario práctico de sinónimos y antónimos”.


México: editorial Larousse, novena reimpresión, 1996.

COSTAS, Orlando. “Comunicación por medio de la predicación”. Colombia:


Editorial Caribe, 1989.

CRANE, James D. “El sermón eficaz”. U.S.A.: editorial Casa Bautista de


Publicaciones, decimoctava edición, 1997.

LIEFELD, Walter L. “Como predicar expositivamente”. Deerfield, Florida:


Editorial Vida, 1990.

PALAU, Luis. “Predicación manos a la obra”. Colombia: editorial Unilit, 1995.

VARIOS autores. “Diccionario esencial de la lengua española”. México:


Editorial Larousse, décima edición, 1994.

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