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LAS MATEMÁTICAS Y EL DERECHO

Por el Lic. Víctor Manuel Fierro Morales.

Se tiene la idea de que las matemáticas poco o nada tienen que ver con la
carrera de Licenciado en Derecho. Nos encontramos que muchos estudiantes
egresados de preparatoria se deciden por cursar una carrera mas relacionada con las
ciencias sociales, bajo la idea de que de esa forma no volverán a tener la necesidad de
encontrarse con problemas que deban resolverse mediante el empleo de fórmulas
matemáticas. Así, hay quienes eligen convertirse en abogados, bajo la creencia de que
en el ejercicio de la ciencia jurídica no tendrán mayores problemas, y que las
matemáticas sólo serán un recuerdo tenebroso de su época estudiantil; cayendo así en
un doble error. Primero, porque los problemas que habrán de enfrentar en el
desempeño de su profesión no sólo serán mayores sino múltiples (el abogado debe
resolver problemas); y, segundo, porque sí se requerirán, en muchos casos, de ciertos
conocimientos matemáticos y de la aplicación de fórmulas; digo, si al menos se
pretende ejercer la profesión de manera medianamente competitiva.

Señala el Doctor en Derecho David Cienfuegos Salgado, quien es catedrático


de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que la matemática
aplicada al Derecho permite realizar los cálculos que el estudio, interpretación y
aplicación correcta del Derecho exige. La ciencia matemática provee al Derecho de
métodos, técnicas y herramientas para determinar cuantitativamente las
repercusiones jurídicas de cierto comportamiento: cálculo de términos, plazos,
intereses, penas, beneficios, horarios, salarios, actualizaciones, prestaciones,
asignación de curules, entre otros.

Luego, si no se tiene la aptitud para realizar esos ejercicios matemáticos, la


aplicación del Derecho será equívoca o incompleta, a menos que se solicite del apoyo
de otro que sí tenga la capacitación requerida. Pero imaginemos la impresión del
patrón que solicita a su abogado que lleve a cabo la liquidación de un trabajador, y el
jurista, a su vez, solicite al patrón que él o el área de contabilidad de la empresa le
determinen el monto de la indemnización y demás prestaciones a liquidar. En otro
ejemplo, el papel en que queda un abogado que obtuvo sentencia a su favor en un
juicio, ante su incapacidad para interpretar el Arancel de Abogados, y se atreviera a
solicitar el auxilio de alguien más para realizar el cálculo de las costas judiciales a las
que se condenó al adversario. Son situaciones por las que los profesionales del
Derecho no deberíamos de pasar, de ahí que se requiere que nos preocupemos por
adquirir los conocimientos matemáticos suficientes para sortear de manera exitosa
cualquier problema de tal naturaleza.

En general, se requieren conocimientos matemáticos dentro de las diversas


áreas del Derecho, ya que, para determinar ciertas consecuencias jurídicas, se hace
necesario el manejo de factores que sufren cambios frecuentemente y que, en muchas
de las ocasiones, dependen del comportamiento de la economía; como los salarios
mínimos, las Udi´s, la inflación, la paridad monetaria, los instrumentos bancarios,
etcétera.

Por ejemplo, en el área fiscal, el caso de la necesidad de determinar adeudos


de un contribuyente o cálculo de contribuciones; en el área penal, para los casos para
determinar la aplicación y ejecución de las penas, determinación de fianzas y multas,
aplicación de los beneficios a los condenados; en el área procesal civil, los casos en
que hay que determinar gastos y costas conforme al arancel; en el área de la seguridad
social, aquellos en que se hace necesario el cálculo para la fijación de cuotas, de
financiamiento para cada seguro, de la determinación de los riesgos de trabajo, de
pagos de pensiones o indemnización en riesgos de trabajo profesional o no
profesional, para el otorgamiento de préstamos a corto plazo, etcétera; en el área
laboral, los casos en que se requiere determinar las indemnizaciones por despido
injustificado o por rescisión imputable al patrón, para el pago de tiempo
extraordinario, jubilaciones o indemnizaciones, para determinar el salario integrado,
etcétera; en el área mercantil, donde se hace necesario tener conocimientos mínimos
de contabilidad para el análisis de inventarios, balance general, estados financieros y
presupuesto de la empresa, cálculo de intereses, etcétera; en el área de comercio
internacional, los casos de determinación de los impuestos (ad-valorem, especifico,
mixto), impuesto al valor agregado, impuesto sobre producción y servicios, impuesto
sobre automóviles nuevos, derechos, etcétera.

Así pues, con un ánimo visionario, reconociendo el poco conocimiento que


tenemos muchos profesionales del Derecho en el campo de las matemáticas, y con el
afán de capacitar a los nuevos profesionales de la ciencia jurídica, la tendencia
educativa va dirigida en el sentido de que en las escuelas de Derecho del país, como
ha venido sucediendo en Europa hace ya muchos años, se incluya en la currícula una
asignatura relacionada con la aplicación de las matemáticas a la ciencia jurídica. Por
ejemplo, la materia de Matemáticas Aplicadas al Derecho incluida en el plan de
estudios de la carrera de Licenciado en Derecho de la Universidad Nacional
Autónoma de México, y la materia de Aspectos Cuantitativos de los Problemas
Jurídicos que se imparte, para la misma carrera, en la Universidad de Sonora, son una
respuesta a la necesidad de corregir las deficiencias de antaño.

Una obra recomendable, que sirve como un apoyo a dicha capacitación es la


de Matemáticas Aplicadas al Derecho del Doctor David Cienfuegos Salgado,
publicada bajo el sello de Editorial Porrúa.

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