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PROCESOS MINERALIZADORES

Los depósitos minerales metálicos constituyen concentraciones


anómalas de un elemento (u elementos) en la corteza terrestre. Ahora
bien, para que un determinado elemento llegue a constituir un
yacimiento explotable económicamente el metal debe estar concentrado
muy por encima de su abundancia media en la corteza terrestre, el
grado de enriquecimiento varía para cada elemento dependiendo del
valor de cada metal, esto se ilustra en la tabla a continuación (tomada
de Evans, 1980).

La tabla 1 muestra que para que se forme un yacimiento de cobre se


requiere que este metal se concentre al menos 80 veces por encima del
contenido normal en rocas de este elemento; en los grandes
yacimientos cupríferos chilenos que se explotan con leyes de ~1% Cu y
más la razón de concentración es >200 veces que el contenido normal
de Cu en roca.
Además, hay metales que requieren concentraciones varios miles de
veces más altas que el contenido normal en rocas corticales (Ej. el Pb)
para ser de interés económico.

Consecuentemente deben existir procesos naturales que permiten la


concentración anómala de elementos en ciertas partes de la corteza
terrestre y aquí se presenta una revisión de dichos procesos
mineralizadores.

Cabe señalar, que si bien existe consenso respecto a los distintos


procesos que pueden originar depósitos o yacimientos minerales
metálicos, el origen de un tipo específico de yacimientos es en muchos
casos controvertido y distintos autores tienen diferentes interpretaciones
genéticas.
Tal como se resume en la tabla 2 existen procesos endógenos y
exógenos que pueden concentrar metales para formar yacimientos
explotables económicamente.

Procesos ortomagmáticos

1 Procesos Magmáticos: Las masas silicatadas fundidas (magmas)


que, una vez cristalizadas, llegan a constituir cuerpos intrusivos y/o
rocas volcánicas pueden, en ciertas condiciones, concentrar algunos
minerales de interés económico por procesos como:

1.1. Cristalización magmática: Los procesos normales de


cristalización de magmas producen rocas volcánicas e intrusivas,
algunas de las cuales pueden ser explotadas directamente, como por
ejemplo como rocas ornamentales o como áridos para la
construcción. Otras pueden contener minerales de importancia
económica, Ej. Diamantes como fenocristales en kimberlitas,
feldespato o cuarzo en pegmatitas.
1.2. Segregación magmática: los términos segregación magmática o
depósito ortomagmático se utilizan para depósitos que han
cristalizado directamente desde un magma. Los que se forman por
cristalización fraccionada se encuentran comúnmente en rocas
ígneas plutónicas. Aquellos producidos por segregación de líquidos
inmiscibles pueden encontrarse tanto asociados a rocas plutónicas
como volcánicas.

Los procesos de segregación magmática pueden llegar a formar capas


dentro o debajo de la masa de roca ígnea (Ej. Capas de cromita,
sulfuros de Cu-Ni).

a) Cristalización fraccionada:
Esta incluye cualquier proceso por el cual cristales formados
tempranamente no pueden quedar dispersos en el magma en el que
crecieron. Durante el período de cristalización monomineral los cristales
pueden hundirse en la cámara magmática para formar una capa de un
solo mineral. Estos precipitados se denominan acumulados y ellos
comúnmente alternan con capas de otros minerales formando capas o
bandeamiento rítmico en rocas ígneas. Las cromitas (FeCr2O4) y las
ilmenitas (FeTiO3) pueden acumularse de esta forma. Las cromitas en
rocas ultrabásicas y las ilmenitas en anortositas y gabros anortosíticos
(rocas máficas). La asociación de estos acumulados minerales
exclusivamente con rocas ígneas son la evidencia de su origen
magmático directo.
b) Líquidos inmiscibles:

De la misma manera que el agua y el aceite no se mezclan, sino que


forman glóbulos inmiscibles de uno dentro del otro, una mezcla de
magma (mezcla silicatada fundida) con contenido de sulfuros metálicos
formará dos líquidos que tenderán a segregarse.

Se separan gotas de sulfuros y coalescen para formar glóbulos, los


cuales al ser más densos que el magma se hunden para acumularse en
la base de una intrusión o flujo de lava.

El principal constituyente de esas gotas es el sulfuro de hierro (pirita


Fe2S), el cual se asocia a rocas básicas o ultrabásicas debido a que el
azufre y hierro son más abundantes en estas que en rocas ácidas o
intermedias.

Los elementos calcófilos (con afinidad con el azufre; Ej. Cu) también son
incorporados o se particionan en los glóbulos de sulfuros y a veces
metales del grupo del platino.

Los magmas básicos o ultrabásicos se forman por fusión parcial en el


manto y ellos pueden adquirir su contenido de azufre tanto del manto,
como subsecuentemente por asimilación de rocas de la corteza. Para
que se produzca la segregación de sulfuros el magma debe estar
saturado en sulfuros. Si se llegan a formar glóbulos de sulfuros
inmiscibles gran parte del Cu y Ni serán removidos del magma
(particionados dentro de la fase sulfurada).

La acumulación de Fe-Ni-Cu en gotas debajo de la fracción silicatada


puede producir cuerpos de sulfuros macizos, los cuales estarán
sobreyacidos por una zona de enrejado de sulfuros, a veces denominada
mena diseminada o en red.

Esta zona a su vez grada hacia arriba a una zona débilmente


mineralizada que grada a una peridotita, gabro o komatiita,
dependiendo de la composición de la fracción silicatada asociada.

Procesos Hidrotermales

Fases Hidrotermales Hidrotermalismo avanzado Fluidos Hidrotermales


La formación de muchos depósitos minerales metálicos involucra la
participación de soluciones acuosas calientes; por Ej. vetas, stockworks
de varios tipos, depósitos exhalativos volcanogénicos, pórfidos
cupríferos, etc.

La mayor parte de los depósitos metálicos de la Cordillera de Los Andes


son de origen hidrotermal, por lo que estos procesos son muy
relevantes para comprender la formación de los depósitos andinos en
particular.

Los fluidos participantes en estos procesos se denominan soluciones


hidrotermales y existen distintas evidencias que indican su
importancia como mineralizadores, particularmente las que provienen de
inclusiones fluidas dentro de minerales precipitados a partir de
soluciones hidrotermales y alteración hidrotermal de las rocas
encajadoras (las que serán discutidas más adelante).

La homogenización de inclusiones fluidas en minerales de depósitos


hidrotermales ha mostrado que el rango de depositación de minerales
de mena y ganga para todo tipo de depósitos hidrotermales es de
aproximadamente 50° a 650°C. Los análisis de los fluidos muestran que
el agua es la fase más común y el contenido salino es frecuentemente
más alto que en el agua de mar.
Las soluciones hidrotermales tienen evidentemente la capacidad de
transportar una amplia variedad de materiales y depositarlos en
minerales tan diversos como el oro o la sericita (hidromuscovita), lo que
muestra que la fisico-química de tales soluciones es compleja y difícil de
duplicar en laboratorios.

El conocimiento de las propiedades y comportamiento de las soluciones


hidrotermales todavía no está totalmente aclarado, existiendo muchas
ideas sobre el origen de tales soluciones y los materiales que ellas
transportan.

Los problemas principales son la fuente y naturaleza de las soluciones


acuosas, la fuente de los metales y el azufre transportados por ellas,
la fuerza que mueve las soluciones a través de la corteza, la forma de
transporte de los componentes en solución y los mecanismos de
depositación.

Fuente de fluidos hidrotermales y su contenido.

Existen evidencias (sobre todo de inclusiones fluidas) que las soluciones


hidrotermales salinas están ampliamente distribuidas en la corteza. En
algunos sistemas geotermales activos se puede observar como afloran
aguas calientes en superficie.

Los sistemas geotermales son objeto de estudios para comprender la


circulación de soluciones hidrotermales. ¿De dónde provienen las
soluciones? Los datos provenientes de fuentes termales, aguas de
minas, túneles, sondajes, inclusiones fluidas de minerales y rocas
indican que hay cinco fuentes de aguas hidrotermales:

1.- Aguas meteóricas: incluye aguas superficiales y subterráneas


(acuíferos o aguas subterráneas).

2.- Aguas marinas: agua de los océanos.

3.- Aguas connatas o de formación: aguas que quedan atrapadas en los


intersticios o poros de secuencias de rocas y aguas meteóricas de
penetración profunda.

4.- Aguas metamórficas: aguas liberadas por cambios mineralógicos de


minerales hidratados a minerales anhidros.

5.- Aguas magmáticas: aguas primarias derivadas de procesos ígneos


que dan origen a rocas intrusivas y volcánicas.
La medición de abundancias relativas de isótopos de hidrógeno y de
oxígeno provee información sobre la fuente de agua al comparar las
razones isotópicas 18O/16O y D/H (deuterio/hidrogeno) de aguas y
minerales hidratados, los que son comparados respecto a un standard
SMOW (standard mean ocean water).

Sin embargo, la interpretación de datos isotópicos no siempre es simple,


porque la composición isotópica del agua puede variar por reacciones
agua-roca y por mezcla de aguas de distinto origen.

Existe una constante de equilibrio α que depende de la temperatura. Sin


embargo, la aplicación no es tan simple porque el agua en inclusiones
fluidas en minerales que contienen oxígeno, invariablemente
intercambian isótopos con los minerales huéspedes, por lo que cambia
la razón 18O/16O en el agua de la inclusión. Por otra parte, el
fraccionamiento de 18O/16O a alta temperaturas es muy pequeño y las
calibraciones han sido muy difíciles, de modo que las determinaciones
de paleotemperaturas varían, aún para resultados provenientes de un
solo laboratorio.

El fraccionamiento de D/H es lejos mayor que el de 18O/16O, pero por


lo mismo no puede utilizarse como geotermómetro.

Existen evidencias que distintos tipos de aguas pueden formar depósitos


similares y que aguas de dos o más tipos han jugado roles importantes
en la formación de algunos depósitos minerales.

Ahora bien, ¿De donde viene el contenido de materiales disueltos? Los


datos que poseemos provienen de inclusiones fluidas, sistemas
geotermales modernos, fuentes termales y aguas encontradas en
perforaciones profundas en campos petrolíferos.

Los constituyentes mayores son Na, K, Ca y Cl. En cantidades menores


(<1000 ppm) se presentan Mg, B, SO4 -2, Fe, Zn, Cu, He, Pb, Sr. La
fuente de estos componentes en sentido estricto se desconoce, pero en
el caso del He, Pb y Sr los estudios isotópicos entregan indicios de su
fuente.

Los pocos estudios de isótopos de He indican un origen en el manto


(magmático).

Los estudios de isótopos de Pb de yacimientos hidrotermales más


numerosos sugieren que el Pb puede derivarse, al menos en parte, de
sedimentos subyacentes, de rocas metamórficas del basamento,
de rocas ígneas asociadas o directamente del manto.

Sin embargo, los otros componentes metálicos en un depósito mineral


no necesariamente pueden tener el mismo origen que el Pb.

Existen menos trabajos en isótopos de Sr en depósitos minerales, los


cuales tienden a realizarse en las rocas de caja alteradas de los
depósitos.

Resultados de los depósitos de sulfuros masivos de cobre de Chipre


concuerdan con que estos depósitos exhalativos volcanogénicos se
formaron a partir de aguas marinas Cretácicas calentadas y
recirculadas.

Por otra parte, mineralización de molibdeno cerca de Central City,


Colorado, EEUU se indica una derivación magmática de los fluidos
mineralizadores.

El conocimiento actual indica que la mayoría de las rocas pueden


constituir fuentes de elementos geoquímicamente escasos como los
metales (normalmente son elementos trazas en las rocas), los cuales
pueden ser lixiviados (extraídos) bajo condiciones adecuadas por
soluciones hidrotermales.

Por ejemplo, experimentos de laboratorio han mostrado que los metales


pesados presentes en una arenisca se fraccionan hacia el agua de mar
o una salmuera natural a 350°C. Esto significa que las rocas de caja de
una región podrían constituir la fuente de los metales concentrados en
los depósitos existentes en ella, si por las rocas de la región circularon
aguas calientes.

Existe una relación espacial entre muchos depósitos


hidrotermales y rocas ígneas, por lo existe una fuerte escuela de
pensamiento que sostiene que los magmas en consolidación son la
fuente de muchas, sino de todas, las soluciones o fluidos hidrotermales.

Lo seguro es que una masa ígnea constituye la fuente de calor para


establecer sistemas hidrotermales, pero el agua o su contenido metálico
puede venir del mismo magma o de otras fuentes.

Las soluciones hidrotermales de derivación magmática se consideran


fluidos residuales que quedan luego de la cristalización de la masa ígnea
fundida y que contienen metales base y otros elementos incompatibles
que no pueden acomodarse en los minerales que cristalizan dentro de
un magma.

El magma tiene varios roles posibles en sistemas hidrotermales; puede


ser la fuente del agua, de los metales y otros componentes en solución y
provee el calor que hace circular los fluidos en celdas convectivas en
torno a la masa ígnea caliente.

La concentración de agua en magmas félsicos parece variar desde 2,5 a


6,5% H2O en peso con una media de 3% H2O en peso (el contenido es
mayor si se considera en proporción de volumen, dada la relativamente
baja densidad del agua).

La solubilidad de agua en magmas es dependiente principalmente de la


presión y a profundidades mayores de 3 – 5 Km. el agua permanece en
solución debido a la alta presión confinante, pero al ascender el magma
la presión decrece progresivamente y se produce la saturación del agua
resultando en la exsolución de una fase volátil del magma.

Además, al cristalizar los magmas se producen principalmente minerales


anhidros, lo cual redunda en que puede liberarse un enorme volumen de
agua a partir de un magma en enfriamiento.

1 km3 de magma félsico con 3% en peso de agua puede liberar


aproximadamente 100 millones de toneladas (1011 litros) de agua.

Pero el agua no es el único componente volátil del magma, este


contiene también H2S, HCl, HF, CO2 y H2. El H2S y HCl pueden ser de
particular importancia y son componentes que se fraccionan o
particionan fuertemente en la fase acuosa en exsolución del magma.

Todos los metales base y muchos otros pueden ser extraídos


eficientemente de una fase silicatada fundida (magma) hacia una fase
acuosa, siempre que exista suficiente agua para ser liberada.

En teoría con un 3% en peso de agua en una fase silicatada fundida,


podría ser extraído aproximadamente un 95% del Cu contenido en un
magma félsico.

En Diciembre de 1986 el volcán Monte Erebus en la Antártica se


descargó cerca de 0,1 kg de Au y 0,2 kg Cu, lo que extrapolando a
10.000 años equivaldría a 360 ton de Au. Esta evidencia, así como otros
volcanes, demuestra la capacidad de los magmas de generar volátiles
con contenidos metálicos.
Existen depósitos metalíferos asociados a cuencas sedimentarias. Sin
embargo, en muchos campos petrolíferos (asociados a cuencas
sedimentarias) no existen intrusiones que puedan ser fuentes de menas.

Algunos autores han postulado origen en fuentes magmáticas más


remotas, tal como la corteza inferior o, más frecuentemente, procesos
magmáticos profundos en el manto, mientras que otros han favorecido
la depositación de menas a partir de soluciones de formación (aguas
connatas).

Esto es agua que fue atrapada en sedimentos durante la depositación y


que ha sido movilizada por el aumento de temperatura y presión
causado por el enterramiento profundo.

Este enterramiento puede ocurrir en cuencas sedimentarias y las


soluciones de este tipo se denominan salmueras de cuenca ("basinal
brines").

Un gradiente geotérmico normal de 1°C/30m implica que a los 9 Km. de


profundidad hay temperaturas de ~300°C. Las soluciones calientes de
esta fuente pueden lixiviar metales, pero no necesariamente azufre de
las rocas a través de las cuales circulan, para precipitarlos cerca de la
superficie en los borde de las cuencas y lejos de intrusivos o rocas
ígneas.

El modelo anterior es el que corrientemente de utiliza para explicar la


formación de depósitos de baja temperatura de Pb-Zn-fluorita-baritina
hospedados en rocas carbonatadas (calizas-dolomitas) conocidos como
"Missisipi Valley-Type" (MVT) existentes en Norteamérica.

Hay otros autores que objetan que el volumen de aguas de formación


sea suficiente para transportar la cantidad de metal presente en esos
depósitos y algunos sugieren la circulación de agua bajo gradiente
hidrostático (como los pozos artesianos) a través de una cuenca
sedimentaria para producir el fluido mineralizador.

Sistemas Geotermales

Los sistemas geotermales en los que circulan aguas calientes por rocas
y frecuentemente afloran como fuentes termales o geysers, pueden
ser generadores de depósitos minerales.
Estos sistemas se forman donde existe una fuente de calor (usualmente
magmática) a pocos Km. de profundidad que genera la circulación de
aguas subterráneas profundas (celda hidrotermal convectiva).

Esta agua son generalmente de origen meteórico, pero en algunos


sistemas pueden estar presentes aguas de otras fuentes (de formación,
de salares) y puede haber adición de agua magmática desde la fuente
de calor. Los componentes disueltos pueden originarse desde la fuente
magmática en profundidad, así como de las rocas por las que circula el
fluido caliente.

En el sistema geotérmico de Broadlands, en Nueva Zelandia, las aguas


calientes depositan un precipitado amorfo de sulfuros de Sb-As-Hg-Tl
con leyes de oro y plata; asimismo en el cercano el sistema geotermal
de Rotokawa precipitan metales base acompañados de acantita (sulfuro
de plata).

Desde la formación de un cráter de explosión hidrotermal (explosión que


se produce por sobrepresión de agua a alta temperatura, la que al
descomprimirse se transforma violentamente en vapor) hace 6060 años
atrás, donde se ubica el lago de aguas termales de Rotokawa en la
actualidad pueden haber sido transportadas 360 ton de oro en las rocas
debajo del cráter.

Medios de transporte de metales

Los sulfuros y otros minerales metalíferos tienen muy baja solubilidad


en agua, de modo que debe existir otra forma de transporte de metales
en fluidos hidrotermales.

Sabemos que muchos elementos precipitan como sulfuros a partir de


fuentes hidrotermales (los campos geotérmicos son un ejemplo y otro
son las fuentes termales submarinas "black smokers"), pero si los
metales son insolubles como iones simples debe haber otro modo de
transporte y este es como complejos o iones complejos en los cuales
los cationes metálicos se unen a grupos complejos (ligantes).

Los ligantes más importantes son HS- o H2S, Cl- y OH-. Para que los
complejos sulfurados sean estables se requieren altas concentraciones
de H2S y HS- (Ej. PbS(HS)-). Muchos autores favorecen el transporte de
metales como complejos clorurados tales como AgCl2 - y PbCl3-.
En la práctica ambos tipos de iones complejos juegan un rol en el
transporte de metales (así como otros complejos menos relevantes); los
datos experimentales indican que los complejos clorurados son estables
a altas temperaturas en fluidos hidrotermales, pero se descomponen al
bajar la temperatura, mientras que los complejos sulfurados son
estables hasta temperaturas más bajas siempre y cuando exista una
alta actividad de H2S y HS-.

Para ilustrar como los iones complejos pueden transportar metales, cabe
mencionar que el proceso industrial más utilizado en la recuperación del
oro es la lixiviación con cianuro.

Este proceso (cianuración) aprovecha el hecho que el oro forma un


complejo estable a temperatura ambiente que es el dicianato de oro:
Au(CN)2 -. Este anión es altamente soluble y permite extraer el oro de
una pila o de mineral pulverizado a una solución de la cual luego se
precipita el oro, ya sea incorporando zinc en polvo o haciendo pasar la
solución por carbón activado.

Fuente del azufre:

La fuente del azufre que permite la precipitación de sulfuros metálicos


en yacimientos hidrotermales es un problema aparte.

En algunos casos de mineralización (Ej. vetas de sulfuros profundas en


granitos y cuarcitas) es obvio que el azufre debió ser transportado en
solución al igual que los componentes metálicos.

El azufre es un componente notable en erupciones volcánicas (aporte


magmático) y es el principal componente de solfataras en los volcanes
(fumarolas azufrosas).

La evidencia isotópica de sistemas geotermales modernos, fuentes


termales submarinas y datos de inclusiones fluidas muestra que las
soluciones hidrotermales pueden tener concentraciones relativamente
altas de metales y de azufre.

Consecuentemente, para muchos depósitos hidrotermales se favorece


que tanto el azufre y los metales son transportados por el fluido
mineralizador. Si los metales de mena han sido transportados por
complejos bisulfurados, sin duda debe haber existido abundante azufre
para la precipitación de sulfuros en el lugar de depositación.
En los casos en que los metales fueron transportados por complejos
clorurados, que es la hipótesis más favorecida por los estudios de
depósitos Pb-Zn hospedados en carbonatos, se plantea el problema en
lo que se refiere al aporte de azufre ya que los complejos clorurados a
temperaturas inferiores a 150ºC no pueden transportar suficiente Pb y
H2S para formar yacimientos.

Existen tres alternativas para este problema:

a) El azufre se agrega desde otra solución en el sitio de depositación


(modelo de mezcla). El azufre derivaría de la reducción de sulfatos por
materia orgánica en el sitio de depositación.

b) Un solo fluido: metal transportados en complejos orgánicos, lo que


permitiría que el azufre fuera transportado junto con los metales como
H2S.

c) Transporte de metales con azufre como sulfato, el cual sería reducido


por reacción con compuestos orgánicos para precipitar como sulfuros
metálicos.

Precipitación de sulfuros:

Este es un campo complejo de debate.

El ascenso de soluciones hidrotermales hacia zonas saturadas con aguas


subterráneas va a producir precipitación por dilución de los materiales
disueltos y por cambios en el estado de oxidación o pH de la
solución.

La ebullición del fluido al acercarse a la superficie redunda en la


liberación de H2S y aumento del pH de la solución con la consecuente
precipitación de los materiales en solución.

Por lo que la ebullición se plantea como un medio eficiente de


precipitación en algunos tipos de depósitos. El descenso de la
temperatura del fluido también reduce drásticamente las solubilidades,
asimismo cambios en el fluido tales como el aumento de especies
sulfuradas reducidas, aumento de la concentración de metales,
descenso de la concentración de ligantes, oxidación o reducción son
fenómenos que producen precipitación.

Hay autores que asignan un rol fundamental a la mezcla de fluidos


hidrotermales con aguas oxidantes superficiales o con aguas sulfatadas
ácidas, mientras que otros favorecen la ebullición para depósitos
formados a profundidades someras.

En síntesis, cambios físico-químicos de las soluciones hidrotermales


producen la precipitación de los materiales transportados en solución. La
precipitación de sulfuros metálicos en el sector donde ocurren cambios
físicos o químicos de la solución ("trampa de mena") a medida que
continúa la circulación de fluido hidrotermal redunda en la concentración
local de elementos metálicos precipitados que puede dar origen a
yacimientos hidrotermales.

3. Procesos Metamórficos.

El metamorfismo de muchas rocas puede producir materiales que tienen


uso industrial directo.

Un ejemplo obvio son los mármoles, producidos por metamorfismo de


contacto o regional de calizas y dolomitas.

Otro caso son las pizarras muy utilizadas para techos desde tiempos
antiguos, sobre todo en Europa.

Otros minerales industriales de origen metamórfico son: asbestos,


corindón, granate, algunas gemas, grafito, magnesita, pirofilita,
sillimanita, talco y wollastonita.

El metamorfismo puede estar acompañado de metasomatismo y puede


conducir a la formación de depósitos metalíferos tipo skarn que pueden
ser de alta ley.

Metamorfismo: ajuste mineralógico, químico y estructural de rocas


sólidas sometidas a condiciones físicas y químicas impuestas a
profundidad, debajo de las zonas de meteorización y cementación, las
cuales difieren de las condiciones en las que las rocas se originaron.

Metasomatismo:

proceso de solución capilar y depositación prácticamente simultánea


(metamorfismo aloquímico), por el cual un nuevo mineral puede crecer
en el cuerpo de un mineral pre-existente o agregado mineral.

La presencia de líquidos de poro químicamente activos o gases dentro


de la roca o introducidos de una fuente externa son esenciales para el
proceso, el cual a menudo (pero no necesariamente) ocurre a volumen
constante, con escasa perturbación de características texturales.

Nota: los procesos de metamorfismo, metasomatismo y alteración


hidrotermal involucran cambios mineralógicos de rocas pre-existentes,
aunque los procesos difieren substancialmente entre sí los límites entre
ellos son difusos.

Los cambios metamórficos que involucran recristalización o


redistribución de materiales por difusión iónica en estado sólido o a
través de medios volátiles, especialmente agua, pueden resultar en el
transporte de constituyentes de mena móviles a sitios de menor presión,
tales como zonas de cizalles, fracturas o charnelas de pliegues.

Esta es la manera que se han formado vetas de cuarzo-calcopirita-pirita


en anfibolitas y muchas vetas (mesotermales) con oro en fajas de rocas
verdes (facies metamórfica de esquistos verdes).

Estudios recientes de cambios que ocurren en rocas acompañando el


desarrollo de foliación y que consideran balance de masas, han
mostrado que los terrenos metamórficos regionales son grandes
sistemas hidrotermales análogos a los sistemas a menor escala en
corteza oceánica joven.

Estos sistemas tienen la capacidad de lixiviar una amplia gama de


componentes, incluyendo minerales de mena, desde un gran volumen
de rocas de la corteza. Para que exista flujo en estos sistemas debe
desarrollarse una permeabilidad regional. Las zonas de cizalle mayores
pueden proveer tales conductos y este mecanismo permite explicar la
existencia de numerosos depósitos de oro en zonas de cizalle.

4. Procesos exhalativos superficiales:


Existe un grupo de depósitos minerales llamados exhalativos que
incluyen a los sulfuros masivos volcanogénicos (VMS), los que están
asociados a secuencias volcánicas submarinas y a depósitos de sulfuros
en secuencias sedimentarias (SEDEX; sedimentarios exhalativos).
Actualmente existe consenso que estos depósitos se forman por
efluentes hidrotermales submarinos, aunque no hay consenso si las
soluciones que precipitan los sulfuros en los fondos marinos
corresponden a fluidos de derivación magmática o de agua marina en
circulación.

Las fuentes termales submarinas conocidas como "black smokers",


porque parecen humos negros en las profundidades oceánicas, se
descubrieron en los años 70s durante las investigaciones de los fondos
marinos utilizando submarinos que alcanzan grandes profundidades.

Estas son fuentes de fluidos a alta temperatura que son expulsados en


el fondo marino (típicamente a 300 – 350ºC) en chimeneas de sulfuros
– anhidrita conectadas con fracturas en el fondo oceánico. Los efluentes
a alta temperatura forman nubes negras o blancas en las frías aguas de
las profundidades oceánicas; el color negro se debe a la precipitación de
partículas de sulfuros y el blanco a la precipitación de sulfatos de calcio
(anhidrita–yeso) y de bario (baritina).

Al observarse en detalle la emisión de efluentes hidrotermales en el


fondo marino se observa que el fluido caliente es transparente, el color
negro o blanco lo adquiere al mezclarse con las aguas frías del mar y el
enfriamiento y disolución resulta en la precipitación de sulfuros y
sulfatos, los que pueden acumularse y formar depósitos minerales. Este
es uno de los pocos lugares donde puede observarse directamente la
formación de depósitos de sulfuros metálicos a partir de un fluido
hidrotermal.

La acción marina sobre los depósitos de sulfuros de los fondos oceánicos


produce la rápida oxidación y destrucción de los cuerpos de sulfuros,
excepto cuando son cubiertos rápidamente por rocas volcánicas o
volcanoclásticas o sedimentarias que los preservan de la oxidación.

Los procesos tectónicos de acreción hacen que los depósitos de este tipo
sean incorporados a cadena s montañosas y formen yacimientos de
interés económico en áreas continentales. Aquellos depósitos modernos
y actuales de los fondos oceánicos no son económicos con la tecnología
actual.

5. Procesos Sedimentarios:

Los procesos sedimentarios pueden dar origen a concentraciones de


ciertos componentes de interés económico. Esto puede ocurrir como una
concentración mecánica en sedimentos clásticos (sedimentos alóctonos)
o por la precipitación química de ciertos componentes (sedimentos
autóctonos).
Sedimentos alóctonos:

Estos son aquellos depósitos que han sido transportados al ambiente


donde han sido depositados e incluyen a los depósitos clásticos y
piroclásticos.

Los depósitos terrestres de arcillas, arenas y gravas acumulados por


acción aluvial pueden ser de uso industrial como materiales de
construcción. Sin embargo, el tipo de depósitos alóctonos más
importante son los placeres.

Estos son depósitos terrígenos formados por los procesos sedimentarios


normales que concentran minerales pesados. Generalmente esta es una
separación gravimétrica que se produce en agua en movimiento, aunque
la concentración en medios sólidos y gaseosos también puede ocurrir.
Para poder ser concentrados los minerales pesados primero deben ser
liberados de las rocas que los contienen y deben poseer una alta
densidad, resistencia química a la meteorización y durabilidad
mecánica.

Aunque los placeres de oro son los más conocidos de este tipo de
depósitos, los minerales de placeres que cumplen en mayor o menor
medida con las propiedades expuestas incluyen: casiterita, cromita,
columbita, cobre, diamante, granate, ilmenita, magnetita, monazita,
platino, rubí, rutilo, zafiro, xenotima y circón.
Los sulfuros se descomponen fácilmente al oxidarse en ambiente
supérgeno, consecuentemente es raro encontrarlos en depósitos de
placeres. Sin embargo, existen excepciones en secuencias precámbricas,
probablemente debido a la existencia de una atmósfera sin oxígeno en
el Precámbrico y existen raros ejemplos recientes de concentración de
sulfuros en placeres.

Sedimentos autóctonos:

Las rocas formadas por precipitación química de carbonatos pueden ser


de interés económico como minerales industriales (Ej. calizas y
dolomitas): Sin embargo, para los efectos de este curso es más
relevante la formación de depósitos metálicos por precipitación química
tales como las formaciones de hierro bandeado (BIF: "banded iron
formations") del Precámbrico, los depósitos de hierro oolítico
fanerozoicos y los depósitos sedimentarios de manganeso.

Las formaciones de hierro bandeado se presentan en forma de


secuencias que alcanzan centenas de metros de potencia y cientos a
miles de kilómetros de corrida. Constituyendo enormes depósitos de
óxidos de hierro que fueron depositados entre 2.500 y 1900 Ma atrás.

El mineral consiste en finas bandas, de 0,5 a 3 cm de potencia, las


cuales a su vez están laminadas a la escala de milímetro o fracción de
milímetro. Se alternan bandas silíceas con bandas de minerales de
hierro (hematita, magnetita). El hierro habría precipitado en condiciones
subacuáticas por efectos químicos o bioquímicos, lo cual habría sido
favorecido por las condiciones anóxicas (sin oxígeno) de la atmósfera
terrestre en el Precámbrico.

Los depósitos sedimentarios de hierro fanerozoicos son de tipo oolítico,


(sedimentos oolíticos de hematita-chamosita-siderita o de siderita-
chamosita), de los cuales existen dos tipos (Clinton y Minette), pero que
actualmente tienen poca importancia económica, por sus bajas leyes y
dificultad de beneficio debido a su mineralogía silicatada.

Los depósitos sedimentarios de manganeso son la fuente del grueso


de la producción de manganeso en el mundo. Aparentemente, el
manganeso se disuelve en aguas marinas profundas anóxicas y precipita
en cuencas intracratónicas durante la transgresión debido a las
condiciones oxidantes de la zona somera de la plataforma como óxidos
de manganeso. Este sería el caso de los depósitos de manganeso
presentes en secuencias marinas.
Existen también depósitos de cobre asociados a rocas
sedimentarias, entre ellos los ejemplos más notables son los del
Kupferschiefer de Europa y la Faja Cuprífera de Zambia.

Sin embargo, aunque la precipitación directa de minerales cupríferos es


una posibilidad, la mayor parte de los autores sugieren que estos
depósitos tienen un origen post-sedimentario, relacionado a la
diagénesis de las rocas sedimentarias que contienen estos depósitos
cupríferos.

6. Procesos supérgenos:

La acción de la meteorización y de las aguas subterráneas puede


producir depósitos minerales de valor económico, ya sea por efectos
sobre rocas o por modificación de mineralización hipógena preexistente.

Depósitos residuales:

La acción de la meteorización y circulación de aguas subterráneas puede


dar origen a depósitos residuales mediante la lixiviación de ciertos
componentes de las rocas o minerales y dejando un residuo de interés
económico. Para que se formen este tipo de depósitos se requiere que
exista una intensa meteorización química, tal como ocurre en climas
tropicales con altas tasas de precipitaciones.

En zonas tropicales, muchas rocas se meteorizan originando suelos de


los cuales todos los materiales solubles han sido disueltos y este tipo de
suelos se denominan lateritas. Los hidróxidos de hierro y aluminio son
algunas de las sustancias naturales más insolubles y las lateritas están
constituidas principalmente por estos compuestos, los que si están
mezclados no tienen valor. Sin embargo, si las lateritas tienen un solo
metal concentrado, como el aluminio, pueden constituir depósitos
económicos, excepto en las lateritas de Fe que son muy pobres como
para ser de interés económico.

Cuando una laterita está constituida de casi puro hidróxido de Al se


denomina bauxita y es la principal mena de aluminio.

Otros depósitos residuales de interés económico son los de níquel, los


que se forman por meteorización intensa en climas tropicales de rocas
ricas en Ni, tales como peridotitas y serpentinitas que tienen alrededor
de 0.25% Ni. Durante la lateritización de tales rocas se libera el Ni, pero
este rápidamente precipita ya sea con óxidos de Fe o en filosilicatos
niquelíferos en la roca meteorizada debajo de la laterita. El cobalto
también puede ser concentrado de la misma manera, pero
generalmente es fijado en óxidos de Mn.

Depósitos supérgenos:

Las aguas superficiales que percolan a través de cuerpos mineralizados


de sulfuros hipógenos producen su oxidación y liberan solventes que
disuelven otros minerales. La pirita es uno de los sulfuros más comunes
y se descompone en hidróxidos de Fe y ácido sulfúrico. Las soluciones
supérgenas pueden lixiviar cobre, zinc y plata, redepositandolos como
sulfuros supérgenos (secundarios) inmediatamente debajo del nivel de
aguas subterráneas; esto puede producir enriquecimiento del contenido
metálico del mineral pre-existente. Tanto la zona superior oxidada,
como la enriquecida por los procesos supérgenos de los depósitos tienen
importancia económica: la primera porque en general los óxidos son
más baratos de beneficiar y la segunda porque el mineral sulfurado con
enriquecimiento supérgeno tiene mejores leyes que el mineral primario.

Depósitos exóticos:

La migración lateral de soluciones supérgenas a partir de depósitos


cupríferos mayores, tales como los pórfidos cupríferos chilenos, puede
transportar su contenido metálico a través de sistemas de paleodrenaje
hasta distancias de 8 km del depósito fuente y producir mineralización
cuprífera oxidada dentro de sedimentos o rocas del sustrato. Ej.
Depósitos Mina Sur de Chuquicamata (Exótica), Damiana, El Tesoro,
Sagasca, Hiquintipa.

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