HACIA LAS AGUAS PROFUNDAS
Ing. Ricardo Espinosa Ramos
Sabemos que en el mercado internacional
se toma como referencia el precio del barril
en función al crudo brent. También
sabemos que una situación de sobre
producción en todos los campos del mundo
da como resultado un agotamiento
prematuro de cada yacimiento. Es simple
deducir que los campos actuales terrestres
están y continuaran en declive natural y no
podrán por mucho soportar los mismos
índices de producción, sin embargo estos
son momentos en México para invertir en el
desarrollo de aguas profundas.
En los años cincuenta se hablaba de aguas
profundas como una zona misteriosa y
desconocida, sabemos que los mares y
océanos cubren el 70% de la superficie
terrestre y sin embargo para muchos
científicos de algunos países les pareció
más atractivo investigar otros planetas.
El interés por la exploración en aguas
profundas (mayores de 500 mts) se inicio a
finales de los setenta. El embargo petrolero
decretado por los países árabes en 1973-
1974 acabo de persuadir a muchos
gobiernos y compañías para no depender
energéticamente de ellos y buscar nuevas
áreas por explorar.
A mediados de los ochenta hubo grandes
descubrimientos en Brasil y el Golfo de
México, desplegando estrategias de
exploración y producción en aguas
profundas, introduciendo regímenes fiscales
especiales para favorecer la actividad
exploratoria.
En los noventa se operaba ya en aguas
profundas en 60 cuencas sedimentarias en
el mundo produciendo buenos resultados,
descubriendo nuevos campos casi 120,
donde el 20 % fue de petróleo y el 7% de
gas del total producido a nivel mundial.
En el 2000 la producción era cercana a los
10,000 millones de barriles de aceite
equivalentes (boe) en el Golfo de México
representando el 90% de petróleo, Brasil
ocupaba el segundo lugar con 9,000
millones de barriles de aceite, 75%
correspondían a petróleo, y África
Occidental, con Angola, Nigeria y Guinea
Ecuatorial el tercer lugar con 8,000
millones de barriles de aceite.
Bien es sabido que el precio pagado por el
desarrollo en aguas profundas es alto y para
la década 1990-2000, 250 compañías de
petróleo ya habían invertido 395,000
millones de dólares, para esas fechas el
costo de producción por barril en aguas
profundas era de 5-6 dls mientras que el
promedio en tierra era de 1 para Irak, 2
Rusia y hasta 3.5 máximo en Argelia.
El servicio Geológico de los Estados
Unidos y la Agencia Internacional de
Energía sitúa hasta ahora las aguas
profundas en todo el mundo con un
potencial de reserva del orden de 100,000
millones de barriles, un 9 % mas
equivalente de las reservas probadas.
El ritmo de exploración es cada vez mas
intenso en los países desarrollados,
algunas hablan ya de aguas ultra
profundas (1500 a 2000 mts de tirante de
agua) lo que hará que las prospecciones
se extiendan paulatinamente más allá de
la zona económica de las 200 millas
náuticas, es decir a aguas
internacionales, decretadas en el año de
1982 como patrimonio de la humanidad
por la Convención de la Ley del Mar de
las Naciones Unidas, responsable de
organizar, controlar y redistribuir los
beneficios generados por la explotación
de los hidrocarburos.