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PSICOCOMUNIDAD

    Es un método con soporte psicoanalítico (1) que nos permite la exploración de las
comunidades para poder conceptualizar acerca de ellas, en el objetivo de conocerlas
como referente de materiales teóricos en la enseñanza universitaria y el servicio social,
así como para poder operar en ellas mismas cambios en favor de su desarrollo
biológico, psicológico y social. En la claridad de respeto a las diferentes identidades y
modos de vida, que convergen cuando dos comunidades diferentes se encuentran en
interacción.

   Hemos utilizado este modelo de psicoanálisis social, en el trabajo con una comunidad
ex-campesina emigrante del municipio de Coacuilco en el estado de Hidalgo, México. Y
que forma la mayor parte de la planta de trabajadores de una cadena de restaurantes en
la ciudad de México. A lo largo de los cinco años de trabajo, después del contacto de
grupo a grupo, se empezó a operar involucrando el impacto de la transculturización y
las pérdidas de los espacios originales. Los engaños y las nuevas frustraciones, así como
el resentimiento descargado, masiva y primariamente, contra la empresa y otras
personas. Se evaluó, también, su desarrollo psicomotríz, identificando grandes carencias
en su evolución y hasta detención en el desarrollo. Esto nos llevó a implementar la
educación física y los deportes, tomando como escenarios de trabajo las áreas de los
estacionamientos hasta organizar y efectuar, al final del segundo año, un campeonato de
baloncesto con cinco equipos y en la Ciudad Deportiva.

    Estos primeros conversatorios y dinámicas de grupo también locomocionaron hacia la


atención médica primaria y gestión gratuita de los medicamentos. Se desarrollo la
consciencia sobre su alimentación y sus hábitos integrando el concepto de "alimentación
balanceada" y un desayuno grupal antes de iniciar el trabajo.

   Evolucionando los trabajadores en su capacidad de socialización y participación


grupal lograron, mediante el nombramiento de un grupo "negociador", cambiar la fecha
de la fiesta que los dueños les hacían y a la cual asistían menos del 30% de los
trabajadores, hacia una fecha correspondiente a la de su "santo patrono" de Coacuilco,
dando, de esta manera, mayor sentimiento de pertenencia que se reflejó en que
asistieron hasta las parejas y demás familiares radicados en la Ciudad. 

   Habiendo obtenido el completo involucramiento de los dueños en el programa,


pudimos operar en áreas de capacitación (ahorrándole recursos que querían gastar en
capacitación de moda y que no podría ser asimilada por los muchachos), como la
alfabetización, primaria y secundaria para adultos, así como talleres en donde
aprendieron carpintería, electricidad y manejo de vehículos automotores (obteniendo su
licencia) con el objetivo de mejorar sus viviendas y ampliar conocimientos de mayor
competencia social. Si bien los costos iniciales del trabajo asustaron a los socios de la
empresa, ellos pudieron sentirse relajados cuando a partir del quinto mes de trabajo, el
ahorro obtenido por la mejora del servicio y la disminución de pérdidas (por toda una
serie de razones) pagaron nuestros costos de trabajo.

   Este método de exploración y operación nos ayudó en el trabajo en una comunidad


campesina al sur del Edo. de México, llamada Tonatico en donde intervenimos para la
instalación de energía solar en algunas casas así como la estación de radio en Banda
Civil para la clínica rural de la Cruz Roja (Unidad EM9). La aceptación a la visita
médica y a la utilización de aparatos ortopédicos.

   Al sur de la Ciudad de México se encuentra la delegación de Xochimilco, en un


terreno de 2000 mts2 donde habitaban 100 familias en casitas de cartón y láminas de
chapapote.   Pretendían construir, con el apoyo de ONGs, sus casas de concreto, pero,
por los conflictos internos cargados de mucha violencia, estaban destruyéndose como
grupo. Trabajamos, haciendo PSICOCOMUNIDAD, con pasantes de la facultad de
psicología y una vez presentado un diagnóstico a los dirigentes se operó "jalando" las
asambleas a dinámicas de grupo, involucrando a todas las familias. Y se logró reubicar
los resentimientos para socializarlos organizadamente, como alternativa de salida a la
historia vivida, en la autoconstrucción y la estructuración de espacios colectivos. Así
como la negociación para obtener los recursos... cosa que están disfrutando.

   Conclusión:  Las enfermedades de nuestros países de tercer mundo no las podemos


seguir queriendo abordar en los consultorios o en los grandes hospitales urbanos.
Tampoco podemos seguir estudiando para convertirnos en los disciplinarios de alguna
institución gubernamental  o detrás de un escritorio. El 60% de la población latino-
americana radicalmente pobre (según la OMS) no puede asistir a los centros de ayuda...
de cualquier tipo. Nosotros tenemos que ir a donde puedan ser útiles nuestros servicios;
Pero al ayudar a otros tendremos que tomar en cuenta el derecho a ser diferentes y a
existir con sus propias opciones... es ahí, en lo diferente, donde está la riqueza del
acompañamiento y es en el acompañamiento donde empieza el placer del encuentro.

    PSICOCOMUNIDAD como método de exploración, nos permite conocernos,


conocerlos y conocer lo igual y lo diferente de los grupos para buscar, a partir de esta
consciencia, operar para el desarrollo nuestro y de los otros en una mejor forma de vida.

Psicocomunidad

Psicocomunidad es un método de investigación, influencia y exploración de la


comunidad que toma como marco conceptual los modelos psicoanalíticos de Rappaport.
Este método se planteó para ser utilizado dentro de un contexto de comunidades
marginadas (Cueli, J. Biro, C.), utilizando le presencia y el tiempo del investigador
como instrumento modificador. Es un modelo psicoanalítico a corto plazo, que ha
mostrado ser útil para estudiar y modificar comunidades.

Cómo se realiza:

1. Se selecciona una comunidad marginada para ser investigada, explorada,


estudiada y, si es necesario, modificada.
2. Se conjunta un grupo de exploradores e investigadores que acuden a la
comunidad a cumplir sus propósitos.
3. Dicho grupo de investigadores revisa, antes de asistir a la comunidad, las
fantasías que tiene acerca de ella, como un supervisor.
4. La distribución de la comunidad se realiza por calles o manzanas. Cada
investigador visita entre 10 y 15 familias, durante 10 a 15 semanas La visita
tiene un tiempo estable y fijo de 15 a 30 minutos. Los investigadores visitan esas
casas aunque no sean aceptados por la familia visitada, permaneciendo en el
lugar o cerca del lugar el tiempo establecido, ya que lo que ofrecen es una
relación emocional o sea, su persona, su tiempo y la comprensión de sus
problemas.
5. Después de visitar la comunidad, los investigadores se reúnen con un "tutor"
quien resuelve los problemas técnicos y prácticos que se presentan durante las
visitas que se hagan a la comunidad.
6. Posteriormente, se reúnen con un "supervisor' previamente entrenado, quien
trabaja fundamentalmente los problemas emocionales que enfrentan los
investigadores como resultado de su visita a la comunidad.
7. La función de los visitantes (investigadores) es de dar, y sólo en la tutoría y
supervisión de recibir.

En resumen, el proceso es el siguiente:

a) Elección de una comunidad.

b) Elección de investigadores.

c) Elección de un tutor.

d) Elección de un supervisor.

e) Reunión del grupo con el tutor para recibir indicaciones técnicas.

f) Reunión del grupo explorador con el supervisor para revisar las


fantasías previas a la visita a la comunidad. El tutor pasa a ser observador
silencioso en las reuniones con el supervisor.

g) El supervisor y el tutor comentan acerca del grupo de investigadores


en un tiempo fijado para ello.

Después de cada visita a la comunidad, el grupo se reúne primero con el tutor y después
con el supervisor, por el número de semanas fijadas.

3.1 Introducción

En función de lo que se señalará, puede decirse que la educación es un poderoso


proceso de investigación social en el intento de reproducción de la cultura y la
estructura social.

En los países latinoamericanos, caracterizados por el desarrollo dependiente, las


necesidades de mano de obra especializada a la par que los fenómenos de desempleo y
subempleo estructurales, demuestran no sólo la existencia de un proceso de desarrollo
desigual y combinado, sino también que el sistema educativo ha reforzado dichos
procesos de marginación a gran escala, en tanto que reproductor de la ideología
dominante.
En los países dependientes, el proceso de marginación y la marginalidad estructural,
consecuencia de los modelos de desarrollo, son, por un lado, expresión funcional del
sistema y, por otro, amenaza permanente para el mismo.

A la educación se le ha conferido, por una parte, un papel de socialización (de


adaptación, según la teoría estructural funcionalista); por otra, un papel de
conscientización y de transformación de la cultura y estructura sociales. En el último
sentido cobra más relevancia la educación de adultos, creada en un principio para llenar
los vacíos que deja el sistema educativo escolarizado.

A la vez, la educación de adultos en muchos de los países latinoamericanos está


cumpliendo un papel que es una combinación de esfuerzos para integrar las masas
marginales al sistema económico, reproduciendo las relaciones de producción y
respondiendo en parte a las demandas de mano de obra, con mayor preparación y
especialización, del aparato productivo.

Es indudable que la educación de adultos, sobre todo a través de la modalidad abierta y


no formal, facilita las posibilidades de participación activa, organizada y dentro del
sistema económico y social imperante.

Empero, es sumamente dudoso que la educación de adultos en sí, impulse a un mayor


nivel de desarrollo o provoque cambios sociales. En concordancia con estas
observaciones, los planteamientos se orientan más bien hacia el importante papel de la
educación de adultos en el desarrollo integrado.

Las manifestaciones concretas de este concepto (que no constituye todavía un modelo)


son confusas respecto a lo que puede significar "integrado": a) la integración de varias
estrategias de desarrollo; b) la integración de las acciones de los diferentes sectores
(organismos gubernamentales y no gubernamentales) y e) la integración de la población
marginada en el proceso de desarrollo nacional.

La educación de adultos tendrá que buscar sus bases teóricas en la transformación de las
relaciones de producción, para contribuir a la eliminación de los procesos de
marginación y a la situación de marginalidad. En cuanto a los aspectos metodológicos,
coherentes con las mismas bases teóricas, la participación ofrece elementos para
contribuir a la organización y contrarrestar la alienación.

¿Qué es la participación desde la perspectiva de la marginalidad? o sea, ¿la propuesta de


participación de los grupos marginados ofrece una posibilidad de integración en la
sociedad global, en la estructura existente (la interpretación estructural), o en el sistema
de objetivos, normas y valores?

Participación en relación con la enajenación, es el propósito de ser actor en los procesos


productivos (de bienes y de cultura) o, en términos políticos, la búsqueda de una
democratización en la que se obtiene (como grupo social o clase social) una influencia
real en los procesos de transformación.

La alienación, al igual que la participación tiene: a) un aspecto relacional; quiere decir,


se da respecto a algo; b) una connotación temporal, o sea, se refiere a un proceso
histórico; y c) un aspecto objetivo que comprende la alienación de la actividad de su
esencia humana de los demás.

3. 2 Marginalidad

El término marginalidad es sumamente confuso. No solamente existen grandes


diferencias conceptuales según el contexto histórico, social, económico, político y
cultural, sino sobre todo, la conceptualización de la marginalidad y de la marginación
adquiere características hasta contradictorias según la teoría empleada y el contexto
ideológico.

Murga Franssinetti (1978, pp. 221-222), presenta el siguiente panorama como un


abanico multicolor: "No es extraño pues, en esa dirección, que su significado y su status
varíen según el contexto y que aparezca simultáneamente, como concepto empírico que
describe situaciones ecológicas urbanas, (véase entre otros a Rosenbluth); o que designa
a un estrato fundamentalmente rural, (González Casanova); o que totaliza la falta de
participación activa y pasiva de determinados sectores (Mattelart y Garretón); como
construcción hipotética que atribuye las carencias de la mayoría de la población del
continente a su 'desintegración interna' y a su 'resignación, abulia y apatía' (Desal y
Vekemans); y como concepto teórico que connota conflictos culturales (Chaplin); o que
tematiza ciertas incongruencias de status (Cotler); o que indica un bajo grado de
proximidad a los valores centrales de un sistema social integrado (Germani), o que hace
referencia a formas particulares de inserción en el mercado de trabajo, y por
consecuencia, en la estructura social global, determinadas por la naturaleza dependiente
del régimen capitalista imperante en los países latinoamericanos (Germani)".

3.2.1 Generalidades

Dentro de la variedad de significaciones que adquiere 'la marginalidad' (ver al respecto


Michel, 1979, p. 149 y sig., Solari, 1976, p. 351 y sig., Murga Franssinetti,, 1978,
p.222), existe una que apunta a las causas estructurales de la misma. No se define por
negación como no participación, sino que se la caracteriza por aquellas formas
particulares de inserción de la estructura productiva de la sociedad en general y, en
particular, en los países dependientes de América Latina.

En general se caracteriza como situación social marginal", al modo "no completo de


integración" -en la estructura general de la sociedad- de ciertos "espacios marginales".
Esto implica el carácter contradictorio y, por ende, no estructurado en su totalidad,
respecto al modo de integración e interdependencia de sus elementos", ni en cuanto a
"sus relaciones con el resto de la estructura global" (Quijano, 1968, p. 35).

Formulada en términos de conflicto radical, la situación de marginalidad social no


puede ser superada sin la modificación de la naturaleza de la sociedad como tal. El
sistema de dominación social imperante y algunos modelos de desarrollo requieren
implícitamente un proceso de marginación de vastos sectores de población que no se
incorporan a la estructura dominante.

En general, bajo estos términos puede caracterizarse la marginación social, en tanto que
un proceso en el que se produce la formación de una determinada fuerza de trabajo que,
al no ejercer control sobre los factores productivos ni sobre la riqueza social resultante y
quedar al margen de las decisiones políticas y económicas, tampoco puede gozar de los
beneficios que genera la riqueza social: educación, vivienda, salud, etc.

De esta caracterización general de la marginalidad estructural se desprende la existencia


de una marginalidad cultural, psicológica, social, demográfica (Vekemans y Silva,
1976, p. 36; ver también Bosco Pinto, 1976, p. 10 y sig.).

Por otra parte, la acumulación del capital produce "excedentes" de fuerza de trabajo,
tanto en su fase competitiva ("ejército industrial de reserva") como en su fase
monopolística ("excedente excesivo").

Según esta caracterización, de José Nun (1969, pp. 178 a 235), estos excedentes de
población pueden ser funcionales, disfuncionales y afuncionales. Estos últimos
constituyen la masa marginal de la superpoblación relativa. Bajo esta última
denominación, Nun entiende una "emergencia de nivel económico (que implica
necesariamente lo jurídico-político e ideológico) sobre la cual la estructura global
'inhibe' o 'sobredetermina' su no funcionalidad". (Nun, citado por Vekemans y Silva,
1976, p. 42)

Este análisis, en última instancia pretende situar y caracterizar el fenómeno de la


marginalidad como correspondiente a una determinada etapa del desarrollo capitalista,
específicamente en su fase monopolista. Se precisa así, del concepto de ejército
industrial de reserva para la caracterización de un fenómeno semejante en la etapa
competitiva del capitalismo. Pero, en la situación actual, la masa marginal no tiene
posibilidades de constituir una "reserva", puesto que, por el avance técnico, es
imposible que pueda incorporarse al mercado de trabajo.

Sin embargo, al caracterizarlo como fenómeno específico "nuevo", su análisis no se


deriva entonces de las leyes y conceptos de análisis de los modos de producción en los
países latinoamericanos con un capitalismo dependiente, sino que se sitúa en el plano de
análisis de formaciones sociales concretas.

Por el contrario, por su contenido y significado, el fenómeno sigue siendo una


manifestación -esta vez en proceso de agudización- de la ley de acumulación de capital
y la pauperización de la clase trabajadora, que es ley fundamental del modo de
producción capitalista, caracterizado en la fase monopólica de su desarrollo. En su
forma, este mismo fenómeno adquiere nuevas particularidades en las sociedades
capitalistas contemporáneas. (Véase, Córdoba, 1976, p. 53).

La marginalidad no significa únicamente quedarse al margen del sistema, sino que es


una condición específica de un sector de la población necesario para hacer funcionar el
sistema. Su inserción funcional en éste consiste en no participar en la toma de
decisiones y en no tener poder. La condición de marginado es, pues, la de ser dominado
y explotado por el sistema. Esta condición adquiere diversas características según las
etapas históricas.

En este sentido, los cambios en el concepto de subdesarrollo se ven reflejados


igualmente en las diferentes connotaciones del concepto de marginalidad.
El subdesarrollo no es una condición de un grado menor de desarrollo, sino de un
desarrollo lastrado en una relación de dependencia. Los países subdesarrollados, están
involucrados en el mismo sistema que hegemonizan los países desarrollados , pero
cumpliendo un papel diferente y complementario, como se indica en el Capítulo 2 de
este trabajo. Los países desarrollados necesitan a los subdesarrollados para mantener su
hegemonía, del mismo modo que los grupos dominantes necesitan a los sectores
marginados. La lógica de esta relación de dependencia en los países subdesarrollados
refuerza la gravedad del problema de la marginalidad.

3.2.2 El caso latinoamericano

La coexistencia, en el caso latinoamericano, de un "ejército industrial de reserva" con la


masa marginal, se debe al proceso del desarrollo "capitalista, desigual y combinado".

Las formaciones histórico-sociales latinoamericanas, asociadas constitutivamente a la


dependencia estructural, se fundan en la integración, en un mismo momento histórico,
de fragmentos estructurales que corresponden a etapas distintas de la historia del
sistema global. El proceso de marginalización se "internacionaliza" (Quijano, 1968, p.
64), a partir de los países hegemónicos.

El proceso de marginación que sufre una parte cada vez mayor de la población
latinoamericana, lleva a establecer la diferencia entre marginalidad y este proceso.

Se entiende por marginalidad "una situación caracterizada por la participación en


actividades no relevantes al funcionamiento del sistema" y por marginación "un proceso
que en términos globales, verificará la ampliación de la participación relativa de los
marginados sobre la fuerza de trabajo, el progresivo ensanchamiento del creciente
abismo ("gap") entre los niveles de participación en el consumo y en la producción de
los (sectores) integrados en relación con los marginados, siendo que los marginados
permanecen en situación constante, y finalmente, la progresiva disminución de la
movilidad entre las situaciones de marginalidad y las situaciones de integración" (Lessa,
1975, p. 3).

Dadas las condiciones internas, la etapa de sustitución de importaciones en América


Latina produce un fenómeno contradictorio: aumenta la mano de obra o colabora a su
crecimiento vegetativo, pero al mismo tiempo el sector industrial absorbe sólo una parte
reducida de ella. Desde otra perspectiva, ha existido una correlación entre la
dependencia tecnológica y financiera y el aumento del empleo o de la capacidad de
absorción de mano de obra. Empero, los beneficios de la productividad han recaído casi
exclusivamente en el sector industrial, en el cual el número de trabajadores representa
un segmento muy reducido de la población.

Una vez agotado el proceso de sustitución de importaciones aumenta las restricciones


para la expansión del empleo de mano de obra, junto con la problemática de la
inversión. La hegemonía es ejercida ahora por el capital monopolístico que coexiste, en
las formaciones sociales dependientes, con formas de producción precapitalista con un
capital competitivo, principalmente familiar o cooperativo.

La baja productividad y reducidos ingresos en las áreas rurales, en este contexto, ha


contribuido al subempleo y a la conformación y consolidación de un mercado de trabajo
para el sector industrial y de servicios. Esta característica se considera, generalmente,
como consecuencia de los vínculos del sector agrario con formas de producción
tradicional, y de la nueva dependencia, por la restricción a las importaciones que
imponen los países desarrollados.

Las condiciones de integración en los países de América Latina, están definidas por el
sector económico en su dimensión ocupacional. La revolución tecnológica que se gesta
en la estructura básica capitalista, conlleva una "segregación", la cual se traduce en
relaciones marginales con el sector económico. A su vez, éstas determinan rasgos
peculiares en el mantenimiento de relaciones con el ámbito social y político. Esta
tendencia del mercado de trabajo en América Latina es marginalizante, utilizando los
términos de autores como Nun y Quijano, antes que de formación de un ejército
industrial de reserva.

La marginalidad rural adquiere aspectos igualmente singulares. El proceso de


producción tiende, en un comienzo, a elevar la productividad del trabajo, sin elevar la
productividad física de la tierra, "con lo que se da una expulsión de la mano de obra del
campo y empieza a surgir un sector capitalista en el propio campo". (Lessa 1975, p. 11).

En la mayoría de los países de América Latina, donde no ha habido una revolución


agraria, los lazos con la tierra siguen considerándose como condición natural de la
producción. El proceso de sustitución de importaciones no exigió una reforma agraria
previa, que de alguna manera contribuyera a la reestructuración de dichos
condicionantes.

La escasa planificación y la baja productividad han contribuido a la persistencia del


atraso rural y ello, a su vez, a la dificultad de la expansión de la mano de obra,
generando así un proceso de marginación cada vez mayor.O

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