El hostigamiento laboral está constituido por conductas que están fuera de las
experiencias laborales cotidianas y que no son parte de la descripción laboral de ningún
trabajador. Se considera acto hostil cualquier forma de tratamiento irrespetuoso, es una
forma de abuso y falta de respeto que afecta la productividad.
Nada afecta más la moral de los empleados que una situación de permanente hostilidad.
Distrae, agota y genera clima de motín. La negatividad puede estar en la actitud, en la
perspectiva o en una ola de rumores en respuesta a alguna decisión.
Los actos de hostilidad del Empleador afectan la dignidad del trabajador, repercuten en
su desempeño laboral y de alguna forma afectan su estabilidad en el empleo; pues en la
gran mayoría de los casos éstos optan por el “despido indirecto”; aunque la ley les
faculta también emplazar a sus empleadores para el cese de los actos hostiles y si es
que éstos no enmiendan su conducta en el plazo concedido (no menor de seis días)
recurrir al órgano jurisdiccional a efectos de demandar el “Cese de Hostilidad”; pues es
bien sabido que un trabajador que acciona judicialmente contra su empleador es objeto
de represalias por parte de éste.
En nuestra legislación se consideran actos de hostilidad equiparables al despido,
conforme así lo establece el artículo 30° de Ley de Productividad y Competitividad
Laboral los siguientes:
f) Los actos de discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o idioma.
g) Los actos contra la moral y todos aquellos que afecten la dignidad del trabajador.
Cabe indicar que dentro de esta causal está comprendido el hostigamiento sexual, el
cual se investiga y sanciona conforme a la ley sobre la materia, a decir, conforme a las
disposiciones contenidas en la Ley N° 27942, Ley de Prevención y Sanción del
Hostigamiento Sexual.
De igual forma constituye acto de hostilidad la discriminación producida por ser portador
del VIH/SIDA, según lo dispuesto en el artículo 6° de la Ley 26626.
La hostilidad como acto del empleador puede tomar diversos matices, encontrándose la
rebaja remunerativa y la rebaja de categoría, como una muestra de ellos. Pero para
calificarlos como hostiles, dichos actos deben carecer de motivación, por parte del
empleador y constituir un ejercicio abusivo o excesivo del ius variandi.
Es necesario tener presente que el empleador tiene entre sus atribuciones el Poder de
Dirección del Empleador y puede, atendiendo a la necesidad de la empresa, ejecutar
cambios en las condiciones y modalidades de trabajo, todo ello debidamente justificado.
El poder de dirección del empleador, según Alonso Olea, consiste en “la facultad de
moralizar la ejecución del contrato cuando es de duración larga o indefinida, para ir
adaptando sus prestaciones a las necesidades mudables del trabajo que debe ser
prestado, a los cambios estructurales y organizativos de la empresa, a los tecnológicos y
a los cambios o perfeccionamientos en la cualificación profesional del trabajador”
El Plazo para accionar judicialmente es de treinta días naturales vencido, los mismos
que se computan desde el vencimiento del plazo concedido por el trabajador a su
empleador para enmendar su conducta o efectuar su respectivo descargo, en caso de
que el trabajador al formular el emplazamiento por escrito a su empleador no haya
establecido un plazo se computará para estos efectos el plazo mínimo de seis días
establecido en el Decreto Supremo No.003-97-TR
HOSTILIDAD LABORAL
Un asociado nos consultó qué actos efectuados por el empleador
pueden considerarse como actos de hostilidad
Conforme lo determina el artículo 30° del Decreto Legislativo N° 728, Ley de
Productividad y Competitividad Laboral, son actos de hostilidad equiparables
al despido los siguientes:
a) La falta de pago de la remuneración en la oportunidad correspondiente,
salvo razones de fuerza mayor o caso fortuito debidamente comprobados por
el empleador;
b) La reducción inmotivada de la remuneración o de la categoría;
c) El traslado del trabajador a lugar distinto de aquel en el que preste
habitualmente servicios, con el propósito de ocasionarle perjuicio;
d) La inobservancia de medidas de higiene y seguridad que pueda afectar o
poner en riesgo la vida y la salud del trabajador;
e) El acto de violencia o el faltamiento grave de palabra en agravio del
trabajador o de su familia;
f) Los actos de discriminación por razón de sexo, raza, religión, opinión o
idioma;
g) Los actos contra la moral y todos aquellos que afecten la dignidad del
trabajador. Cabe indicar que dentro de esta causal está comprendido el
hostigamiento sexual, el cual se investiga y sanciona conforme a la ley sobre
la materia, a decir, conforme a las disposiciones contenidas en la Ley N°
27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual.
De igual forma constituye acto de hostilidad la discriminación producida por
ser portador del VIH/SIDA, según lo dispuesto en el artículo 6° de la Ley
26626.
Ahora bien, el trabajador que se considere hostilizado debe emplazar a su
empleador por escrito imputándole el acto de hostilidad antes de accionar
judicialmente otorgándole un plazo razonable no menor de seis días naturales
para que, efectúe su descargo o enmiende su conducta, según sea el caso.
Por otra parte, es oportuno indicar que determinadas acciones ejecutadas por
el empleador podrán ser consideradas en su oportunidad como ilícitos
penales; y ello, de conformidad con lo prescrito en el artículo 168° del Código
Penal, el cual determina que será reprimido con pena privativa de libertad no
mayor de dos años el que obliga a otro, mediante violencia o amenaza, a
realizar cualquiera de los actos siguientes:
a) Integrar o no un sindicato.
b) Prestar trabajo personal sin la correspondiente retribución.
c) Trabajar sin las condiciones de seguridad e higiene industriales
determinadas por la autoridad.
La misma pena se aplicará al que incumple las resoluciones consentidas o
ejecutoriadas dictadas por la autoridad competente; y al que disminuye o
distorsiona la producción, simula causales para el cierre del centro de trabajo
o abandona éste para extinguir las relaciones laborales.
LEY Nº 27942