Anda di halaman 1dari 1

Asalto en la noche - Cmo pudo entrar? - Por la cocina. No tuve que forzar la cerradura.

. En estas lides soy bastante habilidoso. - Puedo saber si est armado? - No me ofenda. Siempre averiguo antes de llevar a cabo una operacin. Esta vez no me inform bien, lo reconozco. Pero solo decido operar cuando estoy seguro de que no voy a encontrar a nadie. Y si es as, para qu necesito armas? - Y qu cositas le habran interesado? Me imagino que sabr que a esta hora intempestiva no es fcil largarse con un televisor de 22 o un horno microondas, o una porcelana de Lladr. - Tiene todo eso? Enhorabuena. Pero en estas excursiones de medianoche no me dedico a mercaderas de difcil transporte. Prefiero joyas, dinero en efectivo (si es posible, dlares, o en todo caso marcos), alguna antigedad ms bien chiquita, que quepa en un bolsillo de la gabardina. Cosas as, rendidoras, de buen gusto, de escaso riesgo o fciles de convertir en vil metal. - Desde cundo se dedica a esta profesin tan lucrativa y con tanto futuro? - Dos aos y cuatro meses. - Qu precisin. - Lo que pasa es que mi primer procedimiento lo efectu al da siguiente de mi cumpleaos nmero treinta y cuatro. - Y qu lo impuls a tomar este rumbo? - Mire, seora, yo soy casi arquitecto. En realidad, me faltan tres materias y la carpeta final. Pero me estaba muriendo de hambre. Tal vez usted no sepa que aqu el trabajo escasea. Por otra parte, no tengo padres ni tos que me financien la vida. Ni siquiera padrino. Como dicen en Espaa, estoy ms solo que la una. Y ya lo ve, desde que emprend mis excursiones nocturnas, al menos sobrevivo. Y hasta ahorro. Cuando tenga lo suficiente, creo que me comprar un taxi. S de otros dos casi arquitectos y un casi ingeniero que se decidieron por el taxi y les va bien. - Y en ese caso abandonara estas gangas clandestinas? - No lo creo. El taxi sera solo un complemento. Doa Valentina, viuda de Abreu, entendi que era el momento de sonrer. Y sonri. - Qu le parece si dejamos para ms tarde la eleccin de las cositas que compondrn su amable pillaje de esta noche, y ahora nos tomamos un trago? Al hombre le llev unos minutos acostumbrarse a esta nueva sorpresa, pero al final asinti. Mario Benedetti, de Buzn de tiempo. Seix Barral, Buenos Aires, 1999. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Anda mungkin juga menyukai