CONCEPTO DE PERSONA
ETIMOLOGIA DE LA “PERSONA”
Los actores del teatro antiguo usaban unas máscaras que les servían, tanto
para representar la fisonomía del personaje que encarnaban, como para
aumentar el volumen de sus voces. Precisamente por esta última función, la
mascara se llamaba ¨persona-ae¨, o sea, cosa que suena mucho, ya que la
palabra deriva del verbo ¨personare¨, que significa sonar mucho (de ¨sonare,
sonar y ¨per¨, partícula que refuerza el significado).
Por una figura del lenguaje se pasó a llamar persona a los actores que usaban
esas máscaras y luego el derecho tomó la palabra para designar a quienes
actúan en el mundo jurídico.
DEFINICION DE PERSONA
Persona y cosa.
Menos aun puede considerarse que el Derecho vigente sujete a los animales al
cumplimiento de deberes civiles o penales, aun cuando sus dueños puedan
llegar a incurrir en responsabilidad con motivo de hechos de sus animales.
Las disposiciones protectoras de los vegetales tienen el mismo carácter que las
protectoras de los animales; en realidad protegen intereses humanos que
tienen por objeto tales entes.
Desde otro punto de vista vale la pena destacar que desde hace mucho tiempo
se discute si el Derecho Positivo se limita a reconocer la personalidad jurídica
de los entes que la tienen o si la personalidad de los mismos es creada por el
Derecho Positivo. En otras palabras, se discute si la personalidad jurídica es
anterior al Derecho Positivo, que solo la declara, o si es una consecuencia de
dicho Derecho, que la constituye o crea. Sin examinar las teorías propuestas,
podemos presentar las siguientes conclusiones:
En toda relación jurídica, sea de derecho privado o de derecho público hay dos
elementos esenciales: el sujeto y el objeto. El sujeto es el hombre, la persona.
El objeto es aquel elemento sobre el que se manifiesta la potestad del sujeto
que varía según se trate de derechos reales, de obligación, de sucesión, de
familia, etc.
Son los seres humanos individualmente considerados: Pedro, Juan, María, etc.
PRINCIPIO DE LA PERSONALIDAD
1. LA TEORIA DE LA CONCEPCION
2. LA TEORIA DE LA VIABILIDAD
Exige que la criatura no solo nazca viva, sino que además cumpla dos
requisitos más: a) que tenga figura humana, y b) que viva un tiempo mínimo (el
código de 1852, anterior al vigente que se inspiro en esta teoría, fijaba 24
horas). Actualmente esta teoría tampoco tiene vigencia.
Exige únicamente que el ser nazca vivo. Para esta doctrina, seguida por
nuestro código civil vigente, el nacimiento determina la personalidad. Con este
hecho biológicamente determina la personalidad. Con este hecho biológico
comienza la personalidad jurídica, si bien la ley protege también al que está por
nacer, pero a condición que nazca vivo, se considera nacido al simplemente
concebido que nazca vivo. Se considera nacido al simplemente concebido para
todo lo que le favorezca en diferentes campos del derecho civil, como los
alimentos, la filiación legítima, el derecho sucesorio.
FRAUDES EN EL NACIMIENTO
1. En la ocultación
2. En la suposición
3. En la sustitución
FIN DE LA PERSONALIDAD
El código legisla en un solo título (título VII- libro primero), sobre el fin de la
responsabilidad. El hecho biológico de la muerte pone fin a la personalidad, en
las personas naturales (art. 61). Mientras una persona está viva, nadie puede
privarle de los beneficios que la ley acuerda a la personalidad jurídica.
La situación del que está por nacer es objeto de la preocupación que inspira la
segunda parte del art. 1. El nasciturus queda incurso en una ficción legal, al ser
reputado como si ya hubiera nacido; pero restringida esta ficción por dos
condiciones: la primera es que ella solo es valedera para todo lo que pueda
favorecer al conceptus, la segunda es que llegue ese último a nacer vivo. Por lo
primero, resulta que al concedido se le considera, únicamente para el efecto de
que pueda obtener beneficios, como sujeto activo de ellos. En conexión con
esto se puede obtener beneficios, como sujeto activo de ellos. En relación con
lo segundo, cabe decir que si se frustra la condición (de que nazca vivo),
cualquiera adquisición sobrevenida a favor del concebido, queda extinguida; y
así, quien en nombre del nasciturus hubiera recibido una asignación
patrimonial, no podrá consérvala, pues la adquisición que pueda hacer aquél
está sujeta enteramente a la circunstancia de que el concebido llegue a nacer
vivo; por lo cual se ve que antes del nacimiento el concebido no adquiere
propiamente como tal ningún derecho.
El interés del marido consistirá en que habiendo sido el que está por nacer,
gestando por el marido, quiere saber si nace vivo o no. Hay sobre el particular
la posibilidad de una suplantación, para la hipótesis de que el concebido no
nazca vivo y sea substituido por otro recién nacido. Un ejemplo en relación al
caso ahora contemplado es el siguiente: Pedro se halla casado con María ;se
divorcian o se declara la nulidad del matrimonio la separación entre los
cónyuges se produce el 1 de abril de 1962; la mujer está embarazada el
nacimiento debe producirse en cualquier día - no después de 300 día-; el
marido puede solicitar que para la fecha en que debe producirse el parto,
asista a este hecho una persona que se cerciore que ha nacido vivo el hijo
engendrado durante el matrimonio.
En conexión con lo anterior tenemos, conforme al cual la madre debe dar aviso
de la proximidad del parto a los que puedan usar de la facultad. No se concibe,
por demás, una sanción adecuada sobre el particular.
Si la mujer no da el aviso a que se contrae puede ocurrir que las personas que
pueden usar de la facultad emanante , no puedan enterarse oportunamente de
la proximidad del parto y no puedan hacer que se realice la diligencia de que
se hace mención dicho precepto.
No les quedaría otro recurso que entablar una acción judicial sobre
“identificación de personalidad”, es decir, una acción tendente a demostrar que
un sujeto no es tal, pues el que se supone como existente no llego a nacer
vivo, y que el existente sustituye falsamente a ese individuo que no llegó a
nacer. Sea antes de la inscripción del nacimiento en el registro civil, sea
posteriormente, la acciona judicial es pertinente (en el último caso es una
acción que lleva consigo la anulación del apartida). De producirse juicio de
esta clase sobre “identificación de personalidad”, la prueba de suplantación de
sujeto (deriva de que el concepto respecto del cual había interés en saber si
nació vivo o no, no nació vivo), prueba a favor del actor, que niega la
personalidad atribuida al sujeto respectivo (derecho del marido en los casos de
divorcio o nulidad del matrimonio) desde que es factible recurrir a la prueba
hematológica.
Dice el Art. 2º que la mujer grávida puede solicitar que se reconozca su estado.
Como el estado de gravidez es perfectamente comprobable, cabe que se utilice
la facultad a que se refiere la disposición citada. La mujer podrá entonces
recurrir al juez, quien designará a unas personas, de preferencia facultativa,
para que reconozca el estado de preñez. Tal reconocimiento puede ser útil en
caso de que haya muerto la persona con quine la mujer embarazada tuvo
relaciones, matrimoniales o extramatrimoniales, en conexión con la filiación del
hijo, para el caso de que llegue a nacer vivo. Y también la utilidad de la
comprobación puede presentarse en el caso de divorcio o nulidad de
matrimonio, en cuanto a la misma finalidad.
Según el Art. 4º del código civil vigente los varones y las mujeres gozan de los
mismos derechos civiles, salvo las restricciones establecidas respecto a las
mujeres casadas. He aquí una declaración dogmática basada en la igualdad de
los hombre, sean varones y mujeres, por estimarse que la diferencia por razón
de sexo no importa una diferenciación trascendente en lo que respecta a la
capacidad jurídica en general, dentro del derecho privado. De aquí que por
excepción y únicamente basada en especiales motivaciones de índole
somática y también sociológica, pueda establecerse algunas diferenciaciones
en relación a una determinada situación o actividad jurídica que corresponda al
varón o a la mujer.
Por una ficción legal, puede ser considerado como muerto quien hay dentro de
la situación de una ausencia especial. La situación se presenta cuando dos o
más personas perecen por casa de un mismo evento; por ejemplo en un
naufragio, terremoto, bombardeo o por envenenamiento. Es importante
determinar un criterio en cuanto a si ellas han muerto simultáneamente
(conmoriencia) o una ah sobrevivido a otra (premoriencia), para determinar un
criterio en cuanto a si ellas han muerto hereditarios, en el primer caso, o si la
ah habido en el segundo caso. La ley solo puede establecer una presunción, o
sea, que si se puede probar que entre las personas en cuestión una pervivió a
otra, o que perecieron al mismo tiempo, la presunción, cualquiera que ella sea,
según a lo que la ley determina al efecto, no es operante en cuanto no está de
acuerdo con lo probado. La presunción es en el sentido de la conmoriencia. No
hay, pues, en tal supuesto, transmisión de derecho hereditarios, como lo indica
el mismo precepto. Pongamos un ejemplo de las diferentes consecuencias que
se producirán, según que se considere que hay premoriencia o que hay
conmoriencia. A) Y B) son hermanos paternos solamente: A) tiene un sobrino,
C) que no lo es de B) (es hijo de un hermano materno de A): B) está casado
con D). Si se considera que A) murió primero que B), la herencia del primero se
trasmite al segundo y por la muerte de B) se trasmite su herencia a D); de
modo que el patrimonio dejado por A) no viene a corresponderle a su sobrino
considere que hay conmoriencia, no hay transmisión hereditaria de A) a B) y
consecuentemente la herencia de A) se transfiere a C).
La adopción de cualquiera de las dos teorías a que nos referimos cuando dos o
más personas perecen en un mismo siniestro, servirá de base para precisar si
hay o no sucesión hereditaria entre unas y otras.
BIBLIOGRAFIA