Un punto de partida
Ante todo es importante tomar conciencia del punto de partida desde el cual estamos
pensando los ejes temáticos de la matriz curricular que propone Misión Cultura.
Sabemos que la educación no es neutra. Más bien por el contrario, responde al tipo de
sociedad que queremos construir o perpetuar. Así, encontramos diferentes modelos
educativos con su particular forma de entender y desarrollar los procesos de enseñanza -
aprendizaje. Por ejemplo, un modelo educativo que tiene como base de su acción la
supremacía de la memoria frente a la reflexión es un modelo que entiende la educación
como la enseñanza de las ciencias, los valores, la historia, la convivencia a partir de la
memorización de modelos o esquemas externos al ser humano que se educa; y no como
un proceso de creación de estas ciencias, valores, historia y convivencia a partir de la
reflexión conjunta de seres humanos en el activo y dinámico acontecimiento de VIVIR.
Estaríamos ante la sociedad del pensamiento único en la que cada ser humano debe,
como única opción de supervivencia, asumir y adaptarse a las condiciones dadas.
Por supuesto, no es esta la propuesta de Misión Cultura y por eso decimos hoy que
nuestro punto de partida es:
A partir de aquí, descubrimos los ejes que la matriz curricular de Misión Cultura
considera obligatorios, es decir, de importancia fundamental en este modelo educativo
que tiene como horizonte un modelo de sociedad diferente.
Ámbito General:
Lenguaje, comunicación y cultura
Procesos históricos políticos de Venezuela
Aprendizaje por proyecto
Métodos para el estudio y la investigación ¿?
Ámbito antropogógico:
Filosofía, educación y cultura
Teoría y práctica del aprendizaje
Educación popular
Pensamiento educativo de Simón Rodríguez
Ámbito especializado:
Animación, promoción y desarrollo cultural
Formulación y evaluación de proyectos
Políticas culturales
Detengámonos un momento: si estos son los ejes temáticos que la Misión Cultura
considera de fundamental importancia en la formación de educadores/as, ¿en qué
modelo de sociedad está pensando la Misión? ¿hacia dónde y por qué dirige su
formación? ¿qué sistema educativo sustenta?
1. El sistema educativo y los educadores/as que nos han formado no han sabido
responder a la mayoría del pueblo venezolano que se ha visto excluido (deserción,
falta de estímulo y entusiasmo, fracaso escolar, …).
Para trabajar estos ejes proponemos un proceso de profundización del que cada
activador/a se apropiará y personalizará y otro de evaluación que el mismo Equipo de
Sistematización ha de ir concretando y adaptando a su propio desarrollo, intereses,
necesidades.
PROCESO DE PROFUNDIZACIÓN EN TRES ETAPAS
1. Acopio bibliográfico
Se trata de buscar el material de apoyo que sustente nuestra reflexión. Misión
Cultura propone una bibliografía mínima para cada eje. A ella añadimos: el material
de formación sociopolítica para los lanceros, la revista mensual del CONAC “A plena
voz”, la revista “Questión” de perspectiva latinoamericana, el Aló Presidente
dominical, el noticiero de Telesur, programas radiales y televisivos de opinión y
reflexión así como artículos de prensa, la biblioteca temática y la biblioteca familiar,
…
2. Coevaluación
Para cada eje temático convocamos, preparamos y coordinamos un FORO de
reflexión, profundización y debate público y abierto en el que exponer tanto los
aprendizajes obtenidos como la propia postura u opinión respecto al tema.
Animamos así un espacio de formación comunitaria en el que, como educadores/as,
ayudamos a que otros profundicen, aprendan, elaboren la propia síntesis respecto a
temas de interés nacional.
Es claro que como activadores/as nuestro interés se centrará, sobre todo, en los tres
últimos -que, además, están íntimamente relacionados-. Pero, sea cual sea el proyecto
que asumimos con nuestra comunidad, hemos de tener clara nuestra intencionalidad
como educadoras/es: la formación de la conciencia. Así, cuando afrontamos un proyecto
de desarrollo socio-comunitario nuestro interés no está tanto en la meta del proyecto
(sea la formación de un Consejo Comunal o la organización de una cooperativa o la
construcción de una cancha) cuanto en el proceso formativo-educativo que podemos
lograr. De esta forma, los objetivos de nuestros proyectos incluirán el componente
formativo-educativo junto a los otros componentes específicos del proyecto.
Retomamos aquí el organigrama que propone la Misión según el cual hay dos procesos,
aparentemente paralelos, que han de caminar juntos y encontrarse y enriquecerse
mutuamente.
Un proceso es el de la comunidad y el trabajo de diagnóstico comunitario-participativo
que hacemos en ella para descubrir sus necesidades y deseos. A partir de este
diagnóstico podemos alumbrar, elaborar, definir un posible proyecto de desarrollo socio-
comunitario destinado a transformar la realidad.
El otro proceso es nuestro proceso personal como activadores/as, como personas en
actitud de aprendizaje, de formación, de crecimiento como educadoras/es. En este
sentido, elaboramos nuestra autobiografía junto con el perfil de ingreso y prospectivo.
Aquí descubrimos nuestras propias necesidades de aprendizaje, el proceso formativo que
habremos de emprender para ser educadoras/es.
EVALUACIÓN CONTINUA:
Durante el proceso de ejecución del proyecto, cada grupo de trabajo que está
desarrollando un proyecto va dando cuenta al equipo de sistematización, va
explicando el proceso: los aprendizajes, las dudas, las sorpresas, …
COEVALUACIÓN