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Lunes, 27 de noviembre de 2006 » archivo

Informes técnicos de Cultura cuestionaron el uso del


granito rosa en el Puente Romano

FRANCISCO J. POYATO
CÓRDOBA. Dos informes técnicos de la Delegación provincial de Cultura, uno de ellos el que sirvió de
base a la titular de este departamento para firmar el 9 de enero de este año el visto bueno al proyecto de
reurbanización y restauración del Puente Romano, cuestionaron el uso del pavimento de granito rosa que
se está colocando en el paso histórico a tenor del proyecto que dirige el arquitecto Juan Cuenca.
Según la documentación a la que ha tenido acceso ABC, y que sirve de guía al paso de este proyecto por
la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico -cuyo pronunciamiento es preceptivo y vinculante-, la
intervención en sí no sólo desató en la ponencia técnica que la analizó reparos o dudas en el apartado del
pavimento empleado, sino que también la luminaria del mismo, la colocación de una hornacina que
poseía el Puente tiempo atrás (frente al San Rafael), la apertura de un balcón antiguo y la sustitución de
los pretiles colocados a comienzos del pasado siglo XX fueron cuestionados.
En un primer informe técnico abordado por la citada comisión el 22 de julio de 2004 se ponen sobre la
mesa reparos a esos elementos de la intervención, lo que había generado en otra reunión anterior (17 de
junio), según el acta de dicha sesión, «un amplio debate del que no pudo obtenerse un pronunciamiento
de consenso».

Sin embargo, otra reunión del 22 de diciembre de 2005 analiza un proyecto ya modificado por el estudio
de Juan Cuenca que atiende a las sugerencias hechas. Entonces, algunas objeciones son superadas
pero sobre el pavimento y la hornacina, la postura del ponente técnico es la misma que la manifestada en
2004.

Es más, el 9 de enero de 2006, la delegada provincial de Cultura, Mercedes Mudarra, firma la resolución
que da luz verde definitiva a la intervención amparándose en el dictamen positivo de la Comisión
Provincial de Patrimonio que, a su vez, se acoge al informe técnico del 22 de diciembre de 2005 que
mantenía sus dudas sobre el granito y la hornacina.

En su primer análisis, el ponente técnico de la Comisión de Patrimonio en este caso, entiende «correctos
los criterios de intervención del proyecto», si bien, respecto a la restitución de la imagen que el paso sobre
el río tenía en el siglo XIX -que ha sido uno de los argumentos de Cuenca y Obras Públicas para defender
los cambios que se están ejecutando- afirma que «deben tenerse en cuenta tanto las limitaciones que la
Ley de Patrimonio Histórico Español impone a las reconstrucciones como los efectos de las restituciones
previstas en la imagen actualmente consolidada del monumento». Ésta no es otra que la actual.

A renglón seguido expone las «las opciones del proyecto que deben ser reconsideradas», y es cuando se
refiere a cuatro cuestiones principales además de una intervención arqueológica (que se hace).

Pretil, balcón y granito


La primera es el pretil del Puente. «Debe ponderarse el arraigo que el pretil actual, con casi cien años,
tiene a la imagen consolidada del Puente. En todo caso, si se sustituye, el nuevo pretil debe distinguirse
de la fábrica original». La segunda es la reconstrucción de la hornacina y el balcón.
«Aun cuando ambos elementos -prosigue el primer informe- aparecen en la documentación del siglo XIX,
su reimplantación supone un cambio en la imagen consolidada que debe ponderarse, especialmente en la
hornacina, por romper el perfil del Puente. En todo caso, deben distinguirse de la fábrica original».

El tercer elemento es la solería de losas de granito, sobre el que dice, de partida, que se trata de un
«material profusamente» empleado en la nueva urbanización del entorno. «Podría valorarse el uso de otro
tipo de piedra que se distinguiese más del entorno. La reutilización del adoquinado existente, con la
riqueza de textura que aporta su propia antigüedad, también sería una buena opción», subraya.

El cuarto punto de discordancia está en la iluminación prevista, que como ayer avanzó ABC, son farolas
muy parecidas a las dispuestas por el mismo arquitecto en La Corredera. «La iluminación bajo la albardilla
[caballete en muros para que resbale el agua de lluvia] del pretil, si bien la solución permite ocultar las
luminarias, da un tratamiento tecnológico al pretil alejado de las soluciones tradicionales».

Para iluminar los tajamanes (construcción adosada a los pilares y vanos), se plantea empotrar focos
ornamentales, lo que también se rechaza.

Obras Públicas muestra su disposición a perfeccionar el proyecto, que eleva modificado a la comisión,
quien se pronuncia a favor el 22 de diciembre en base a otro informe del ponente. En esta ocasión, el
técnico incide en que el proyecto «ha dado lugar a un amplio debate sobre la conveniencia de
determinadas actuaciones, que podían ser consideradas innecesarias o incluso excesivas».

Las objeciones al pretil y la iluminación quedan subsanadas, a juicio del informe, «de forma adecuada»;
no obstante, se insiste en que «el nuevo se distinguirá de la fábrica original del puente, preservando su
autenticidad».

El pavimento de granito es otro cantar, y la ponencia técnica es tajante al respecto: «se mantiene el nuevo
pavimento de granito, unificándolo con el de toda la actuación; respecto a esto, sólo cabe remitirse a los
argumentos de anteriores informes». Esto es, la recomendación de cambiarlo por otras piedras e incluso
reutilizar los adoquines.

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