POEMA A LA INJURIA

Que infamia tan desmesurada, Que herida tan profunda . El silencio mezquino me carcome. Oh cruenta soledad, no te deseo cercana; en la garganta hay un nudo. Hombres inicuos porque me sealis, Y los que decs ser de Dios porque me persegus; Me tortura la injuria, me carcome el dolor. Yo ped una esposa, Dios me la dio. Ped una hija el me la entrego, Y si a un mi vida demandara se la dara yo. Por qu vosotros me exigs amor cuando, no daias amor, Y si por si acaso resultados cuando infrtiles sois. De hombre falso me sealis, injuris sin temor. Ahora pregunto yo. De dnde vienen vuestros sueos? No creo que sea de Dios, porque a vosotros os habla otra voz. Si fue al que una mujer y una nia me entrego: Por qu perjuris que no. Que ignominia tan grande sufro yo:

Por amar una mujer y una nia que Dios me regalo. Esta las mismas tinieblas se confabulan con vosotros, Para proferir en mi contra ,lo que no es de Dios. Os perjuro hermanas, y no caiga en condenacin yo, El valor sea estandarte y la fe mi escudo. Por qu no volvis a vuestras enmohecidas cortinas? Y me dejis entrar al lugar santsimo. Por lo que a m respecta os ofrezco perdn Y que Dios tenga misericordia si el tiempo ya llego.

RAFAEL DARIO SOSA GONZALEZ.