Buenos das, o por lo menos as ser cuando recibas esta carta.

Perdona las insolentes palabras que puedan devorar tus ojos con la sutileza del papel perfumado pero no poda dejar pasar esto, esta noche mi vigilia responde a una sola razn y esa eres t. Qu por qu te hago responsable de las sentencias que acaparan mi mente a estas horas? La respuesta es tan simple como mortal, es porque te has apoderado de mi tiempo, de mi mente y de mi vida; y al hacerme tu prisionero me has dado libertad. En este momento, me atrevo a cuestionar al mismsimo autor epistolar y si te preguntas la razn, es porque no me aventuro a dar como hecho de que sea yo quin escribe esto puesto que considero que ahora mi corazn a trascendido este cuerpo caduco para elevarse a un estado superior al cual solo es posible llegar habiendo pisado la entrada del Edn, No te sobresaltes por favor! An pertenezco en cuerpo a los que dicen estar vivos, pero he alcanzado gloria al momento de encontrarte en mi destino; un destino al que le has borrado el camino que llevaba escrito para que yo mismo trazara una direccin, todas las direcciones que me llevasen solo a ti. Debo decir que tu piel de marfil majestad y tus frgiles facciones etreas, me hicieron dudar pero la dureza de tus palabras y la ardiente llama que brota de tus ideas de polmica gracia, me volvieron a confirmar que si eres real, tan real como la belleza de los campos, tan real como la mariposa que se descubre de su crislida tan real que me aterra el haber dejado en evidencia mis confesiones mudas; temo que al leer esto surja de ti correspondencia a mis sentimientos, ya que creono, s que sucumbira ante el amor y de ser posible que sobreviva, volvera a la muerte por devocin a ti.