Introducción
Resulta paradójico que allá, tempranamente en 1924, uno de los más grandes pensadores
peruanos, José Carlos Mariátegui, advirtiera del compromiso social que implica el estudio de
la historia. Resulta paradójico que la mayoría de arqueólogos peruanos, la mayoría
provenientes de las canteras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde
siempre fueron populares los pensamientos del autor antes citado, en su carrera profesional
hayan sido tan ajenos, sino insensibles, al devenir de los pueblos, incluso a los próximos al
patrimonio arqueológico, el cual nosotros mismos estudiamos, en el marco de nuestras
investigaciones y/o labores profesionales.
Pensamos que la investigación arqueológica se encuentra en un punto tal que se la ve
muy desvinculada de la sociedad presente. Esta desvinculación muchas veces se traduce en
cierta expectativa negativa por parte de la sociedad para con el patrimonio arqueológico. Los
procesos de destrucción de sitios arqueológicos en todo el territorio peruano, la falta de
identificación de las sociedades para con su herencia cultural directa, la poca afectación a la
sociedad ante las denuncias de destrucción de monumentos o el respaldo directo al “huaqueo”
(o saqueo de contextos arqueológicos), la falta de respuesta de las organizaciones civiles y
gubernamentales o estatales para con el tráfico de bienes culturales, entre otros problemas,
Estudiante. Escuela Académico Profesional de Arqueología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Lima, Perú.
Pampa Rosario
Se le denomina así dado que el asentamiento se ubica próximo al canal de Rosario, el
cual abastece agua para los sembríos al sector de Chili, en el mismo ramal de Moxeke. Pampa
Rosario, según Shelia y Thomas Pozorski (1987), corresponde al periodo Horizonte
Temprano o Formativo Medio, a juzgar por su crecimiento vertical, característico de este
periodo en contraste con el crecimiento vertical de los asentamientos del Formativo
Temprano, por su evidencia cerámica y los fechados radiocarbónicos obtenidos. Se encuentra
ubicado en la zona de pampa intervalle entre las partes medias de los ramales de Casma y
Sechín. El sitio cubre unas 40 hectáreas y consiste en más de 20 estructuras principales, sin
embargo, el camino que conduce hacia el sector Moxeke desde la ciudad de Casma corta el
sitio en dos partes, una, hacia el oeste, donde se encuentran la mayoría de los componentes
arquitectónicos (llámense plataformas, plazas y recintos), y la parte oeste, donde se encuentra
el montículo principal, el cual se encuentra aislado de la mayor parte del asentamiento
(Pozorski y Pozorski 1987). Hacia el sur de este sitio arqueológico (Fig. 2) se encuentra el
caserío de San Francisco. Este se encuentra sobre un cementerio tardío, el cual no aparece en
ninguna parte de la literatura arqueológica, pero que es claro en muchos de los cortes
realizados en el sitio a partir de la instalación de agua potable en el verano de este año. David
Wilson a inicios de los años 90´s ha realizado una prospección sistemática al valle de Casma,
y ha logrado reconocer muchos sitios enmarcándolos en distintas fases de ocupación cultural,
desde el pre-cerámico hasta la ocupación Inca, sin embargo, y por desgracia, solo un pobre
informe ha sido presentado en 1995 (ver bibliografía) donde no consta la totalidad ni la
especificidad de los sitios arqueológicos registrados. Creemos que el sitio sobre el que se
asienta el caserío en cuestión ha sido reconocido por Wilson incluso antes de que este fuera
utilizado como base del asentamiento moderno, el mismo que en la actualidad ya cuenta con
luz eléctrica.
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Denominamos como Sector Moxeke a este espacio geográfico en base a la subdivisión realizada por el
Ministerio de Agricultura, el cual toma como criterio principal la cuestión de regadío para su delimitación.
Coloquialmente dentro de esta parte del valle, las subdivisiones se dan en función a los linderos de las antiguas
haciendas, así veremos Rinconada de Moxeke, Santa Matilde, Manga Cerrana, Carretería, Cantina, San Rafael,
entre otros, nombres que nunca aparecerán en los registros efectuados por el ministerio antes mencionado.
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Deslizamiento de tierra y agua (lodo) producido por intensos eventos pluviales, mayoritariamente ocurridos
durante Fenómenos ENSO o del Niño.
“empezó en el Intermedio Temprano (ca. 200-600 d.C.) y se extendió hasta el Intermedio Tardío
(1470 d.C.). Actualmente, se sospecha que la ocupación de este sitio podría datar del Horizonte
Medio (600d.C.-1000d.C.), el cual correspondería aproximadamente a la transición entre la cultura
Moche y la cultura Chimú” (Vogel y Vilcherrez 2004: 4).
Una muestra gráfica del sitio en mención ayudará a tener una mejor idea de él (ver Anexo
Fig. 5).
Si logramos ver la cuestión espacial del Sector Moxeke con respecto a sus
poblaciones, tanto dispersas (agricultores poseedores de parcelas o chacras) como nucleadas
(quienes viven en los caseríos), veremos que en la misma planicie aluvial convergen ambos
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El valle de Casma comprende en su valle medio, cuando menos, dos ramales, a decir de algunos, el río Grande
y Sechín, para otros (Ministerio de Agricultura, Carta Nacional), río Casma y Sechín, para el presente trabajo y
en base a Tello (1956), río Moxeke y Sechín. (hay quienes llaman al Sechín como río Loco, dado su caudal en
extremo irregular, que puede variar en cuestión de horas; todos los nombres coloquialmente son válidos). De una
u otra forma, ambos ríos se unen 10 kilómetros antes de llegar a la línea de playa, formando el rio Casma, ya en
el valle bajo.
Problemática Macro
Queremos hacer ver mediante este término la problemática de la comunidad en general
para con los sitios arqueológicos del sector Moxeke antes mencionados (Fig. 1). Vayamos
entonces primero a los antecedentes de la zona en cuestión.
El sector que denominamos Moxeke, en el que se encuentran insertos los caseríos, las
chacras, y los sitios arqueológicos, perteneció antes de 1968 a la Hacienda de San Rafael, la
más grande del Valle, la que pertenecía a la familia Mujica Gallo, familia terrateniente la cual
poseía sendas haciendas a lo largo de la costa peruana.
Antes de la Reforma Agraria en 19684, llevada a cabo bajo el gobierno de facto del
Gral. (EP) Juan Velazco Alvarado, el sistema de distribución y manejo de tierras era distinto
al convencional. El hacendado nunca vivió en sus tierras, de modo que la hacienda era
manejada por el administrador. Había dos clases de tierras dentro de la hacienda, las que se
arrendaban y las que el administrador directamente usufructuaba. La modalidad primera era
prestada a los yanaconas, quienes a modo de alquiler sembraban la tierra y pagaban en
productos de cosecha contabilizados en fanegas o fanegadas a la hacienda de acuerdo al
número de hectáreas explotadas, mientras que bajo la segunda modalidad, al mayordomo se le
entregaba un número de tierras, pocas para el universo de hectáreas, y contaba con peones
pésimamente asalariados, quienes vivían en las inmediaciones de la casa hacienda y
trabajaban de sol a sol en las labores de siembra, mantenimiento de los campos, cosecha y
cuidado del ganado. Las actividades pecuarias eran presentes pero no muy representativas
para la economía local. Se dice que el administrador y la familia tenían tantas reses y demás
animales (ganado caprino y porcino) regados por la ribera del río (llamado Casma, Moxeke o
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En 1968, el Gral. Juan Velazco Alvarado, apoyado por la cúpula militar de ese entonces, derroca al presidente
Fernando Belaunde Terry e implanta el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, direccionando sus
políticas reformistas en base a un documento denominado “Plan Inca”. La primera fase de este periodo,
denominado como Gobierno Militar (1968-1980), se caracterizó por aplicar las reformas históricamente
postergadas por los gobiernos pasados, aliados del capitalismo, del imperialismo norteamericano y con la
burguesía nacional fiel a sus intereses. Las fuerzas armadas, cansadas de ser “el can cerbero de la oligarquía” (en
palabras del mismo Velazco) emprendería el proceso de “revolución nacional”, lo cual implica varias reformas,
llámense Agrícola, Educativa, Industrial, etc. La segunda fase, la del gobierno del Gral. Francisco Morales
Bermúdez, quien derrocara a Velazco en 1975, se encargaría de desmantelar las reformas emprendidas por su
predecesor.
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Durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo Manrique (2001-2006) se ejecutaron varias políticas de
descentralización, y una de ellas fue el cambio de denominación a los Departamentos, los cuales pasaron a
denominarse Regiones.
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El proyecto de irrigación Chinecas implica la construcción de un gran canal que cruce los desiertos intervalle
de los valles de Chicama, Nepeña y Casma, a fines de hacer productivas dichas áreas en base a la agricultura.
Dado que el primero es un río que carga agua todo el año y los dos últimos son estacionales, se utiliza el agua
permanente del Chicama para irrigar todas las zonas antes mencionadas.
Propuestas
Esbozar un diagnóstico acerca de la problemática socio económica de la población
rural en la cual se investiga, y asociar dicha coyuntura para con la situación presente de las
áreas arqueológicas, es crítico para la mejor orientación de planes de proyección social en la
investigación arqueológica. Realizar este tipo de análisis no resulta del todo complicado, ni
demanda la necesidad imperativa de realizar investigaciones bibliográficas fuera del ámbito
de la investigación meramente arqueológica, sino que deviene del simple hecho de interactuar
con los ancianos, o con las gentes que tienen representatividad dentro de las comunidades,
personas que por su experiencia poseen en sus haberes suficiente historia acerca de la realidad
social de sus espacios geográficos.
Pensamos que el arqueólogo, si bien no es educador, no es incapaz de comunicar los
conocimientos que tiene, de una forma menos técnica (obviando un tanto la jerga propia de
nuestra disciplina) y lo más digerida o simple, a las personas que quieran escucharlo. Por lo
general el impacto que genera un proyecto arqueológico es relevante en las poblaciones. Las
Consideraciones Finales
Sabemos que será muy difícil hacer que el colectivo de los arqueólogos nacionales
ejecute este tipo de prácticas, justificando su no realización por motivos de presupuesto,
tiempo, condiciones, etc. Este problema, más que de voluntad, es un problema de formación,
que debe ser abordado, cuando menos, en las aulas universitarias, y solucionado mediante la
formulación de currículas flexibles que aborden este tipo de problemáticas. El profesional de
la arqueología, en tanto científico social, debe tener la capacidad de interiorizar que la
vigencia de la ciencia social en general depende mucho del nivel de aceptación y uso que esta
tenga en la sociedad en general, ya que para esta ella trabaja e investiga. De nada servirá que
estemos imbuidos en cuestiones académicas si no somos capaces de voltear nuestra mirada
hacia atrás y no ser partícipes de lo que adolece a las comunidades en el presente, ni
Quiero agradecer a mi principal informante, Felipe Bazán Soto, mi abuelo, por las grandes
contribuciones en cuanto a la historia del valle de Casma, en especial del Sector Moxeke. También a
mi padre, por haber corregido ciertas informaciones presentes en el texto. A Mario Advíncula por
haber corregido una versión anterior del presente trabajo y a Alex Gonzales por criticar de forma tan
incisiva la versión cuasi finalizada.
Bibliografía
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VOGEL, M. y PACIFICO D. (2004): From Theory to Practice: Public Interest Archaeology in Peru.
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Anexo
Fig. 4. Vista aérea que muestra la totalidad del asentamiento, el cual no solo comprende la
Fig. 5. Subdivisión por Sectores del Asentamiento, el Sector A es el que se detalla en la figura
anterior como colindante con el caserío de Moxeke. Subdivisión de Melissa Vogel.