{
Investigación
1. Introducción
FIGURA 1. Mosaico de remose producido COIl d algoritmo de !\Iackay con dardos y cometas como
figuras básicas.
FIGURA 2. Mosaico de Penrose producido con el algoritlllo de Mackay COIl rombos como figuras
h<isicas.
una malla hipercübica simple de seis dimensiones. Es claro ahora [9,25,26] que se
pueden construir cuasi mallas con simetrías arbitrarias, aunque casi todo el trabajo
se ha orientado a las cuasimallas icosaedrales.
En este trabajo se revisan brevemente algunos aspectos de los cuasicristales. Los
diferentes modelos propuestos para los sólidos icosaedrales se describen someramente
en la sección 2. Ahí se discuten suscintamente las pruebas experimentales que hablan
en favor del modelo cuasicristalino. La sección 3 se refiere a los embaldosados de
Penrase (dos dimensiones; las generalizaciones a mayores dimensiones se denominan
empacamientos dc Penrose) que no sólo tienen importancia como punto de partida
para la generalización a dimensioncs más altas sino que hay la posibilidad de que
aparezcan en la naturaleza [26]. Particularmente la fase T del aluminio-manganeso
se caracteriza por tener periodicidad simple ('Il ulla dirección y cuasi periodicidad
dccagonal en los planos perpendiculares [27,28). En esta sección se revisa también
un enfoque para calcular las propiedades electrónicas de cristales bidimensionales
construidos con átomos colocados eH los vértice:-;de los unidades hásicas de Peorose.
Se discll te SOlitllJ<'lltc
la manera de obtener la densidad de estados electrónicos para el
caso en que la dill<tlllicaelectrónica puede describirse por medio de un hamiltoniano
de amarre fuertc. Los sistcmas cuasi periódicos cn una dimellsión se discuten en la
secci()1I.1. Se prC'sta especial atención a la cadena de Fihonarci que se encuentra
preselltc ('11 los modelos cuasirrist¡llillos de los sólidos icosa('í1ralcs y ('11 los cmbaldo~
378 F. Mejía Lira
Si los cuasicristalcs no son el lÍnico modelo para las aleaciones que, como la
"shechtmanita" [29], muestran simetría icosaedral, sí se les ha considerado el modelo
más radical y a la luz de las pruebas experimentales aparece como clmás viable: un
nuevo estado de la materia sólida. Steinhanlt PO] ha revisado los diferentes modelos
existentes y las pruebas que permiten discriminar entre ellos.
Cronológicamente, el primer modelo fue el de ¡¡vidrio icoso,edra}" [1]' que supone
que los átomos quedan inmovili7,odos CH un arreglo denso y azaroso en el que los
enlaces entre átomos vecinos (o entre cúmulos de átomos) están orientados a lo
largo de ejes de simetría icosaedral [31~331. Las posiciones ocupadas por los átomos
no muestran orden a. largo alcance, pero el orden orient. ... lcional icosaedrol de largo
alcance está presente.
Otra clase de modelos considera las formación de múltiples macias producidas
al empacar pequeñas unidades cristalinas cn arreglos icosacdrales (3.1]. Una posibi-
lidad más son los modelos de gran celda unitaria que consisten en grandes cúmulos
atómicos con simetría icosacdral que se empacan formando un sistema periódico.
Los modelos pueden separarse ell dos clases: a) los que utilizan unidades crista-
linas tradicionales (modelo de macIas illúltiplcs y lIlodelos de gro.n celda unitaria) y
Algullos aspectos de los clUlsicri .••(a/cs 379
FIGURA 4. Semilla utilizada como punto de partida para generar mediante un proceso deflacionario
el mosaico de la figura 1.
que se hacen las divisiones definidas en la figura 7, donde resulta un nuevo mosaico
de Penrose con unidades básicas de área menor [47]. La figura 2 se obtuvo por
deflaciones sucesivas a partir de la semilla de la figura 5 [47]. De manera similar, la
figura 1, de dardos y cometas, se obtuvo por un proceso deflacionario de la semilla
de la figura 4 [47].
Las propiedades electrónicas de cuasicristales construidos con base en los em-
baldosados de Pemose sc empczaron a estudiar hasta después de la aparición de
105 sólidos icosaedrales. Inicialmente se pensaba [48] que la dcnsidad de estados
electrónicos mostraba una singularidad de van Hove. Posteriormente se ha mos-
trado [49-51] que hay un estado localizado en el centro de la banda y se ha obte-
nido [.j2]la función de onda para el estado base electrónico en mosaicos de Pemose
que tienen una transformación de autosimilaridad. Cabe mencionar que la autosimi-
laridad no es una propiedad de todos los cuasicristales. También se ha estudiado la
influencia que tiene el entorno local sobre la estructura electrónica de una cuasired
de Penrase [531.
Como se mencionó en la sección 2, la influencia de las condiciones de frontera al
considerar cuasicristales finitos es determinante. Una posibilidad para estudiar esta
influencia aunque sea en un aspecto restringido es utilizar el método cúmulo más
red de Eethe (MCRE) en el que se trata de tomar exactamente la topología local
mediante un cúmulo dado y luego se simula el resto del sistema mediante una reJ de
382 F. Mejía Liro
ep
,J.. _ I + ¡,rs-
'1"'- 2
FIGURA 6. Generación de las figuras básicas dardo y cometa a partir de un rombo.
FIGURA 7. Forma en que se dividen los rombos básicos para producir figuras del mosaico defla-
donado (algoritmo de Mackay).
" ..
••
ClI
" ,o(D
11l
V V"
.)
plEl
-~ - 2.!l ao 2~ 5.0
ENERGY / t
FIGURA 8. Densidades locales úe estados electrónicos obtenidas para el sitio central con el MeRB
con diferentes clÍmulos centrales.
H =- L tli}(jl, (l)
PCE)
1.0
Q5
-5.0 -2.5 QO 5D
Energía/t
FlOURA 9. Comparación de resultados obtenidos con el MeRn y el método de recursión (línea
discontinua) para el sitio marcado con un círculo lleno en la figura 8.
local de estados es que el pico central crece con el cúmulo y el mínimo inmediato
decrece. Las extrapolaciones de cálculos numéricos [51) han mostrado que hay un
estado localizado en E = O con un peso aproximado del 10%, situado enmedio
de una brecha. Aparentemente, para obtener estos resultados hay que incluir en el
cúmulo mucho más sitios. Los picos que aparecen cerca de los bordes de la banda no
tienen significado físico'y provienen de la conexión del cúmulo con la red de Bethe.
Esta es una característica que aparece en los cálculos de MeRR. En general estos
picos se reducen al aumentar el tamaño del etímulo [58}.
La figura 9 incluye la densidad local de estados calculada en el sitio marcado con
un círculo lleno en la figura 8. COIl línea discontinua aparece un cálculo realizado
para un sitio con el mismo número de coordinación y entorno cercano mediante el
método de recursión aplicado a un sistema de aproximadamente 3 000 átomos [48J.
Las características de la densidad ll¡cal de estados alrededor de E = Oobtenidas en
la referencia 48 ya se encucntra.n presentes en el resultado obtenido con el MCRB.
Puede Dotarse que en estc enfoque de considcri\r una muestra finita para repre-
Algunos aspectos de los cuasicnstales 385
y la (unción 9 es
-5
FIGURA 10. Proyección de una sección de una red cuadrada para..producir una cadena inconmen-
surable.
)1
l' I
,,
:I I
"- ,
1
/
~1/2~
I
/
/
",
\
/ \
I / \
I I / \
I
1
/ \
I I
I
I I
I
I
\
V \
lE ep '"
FIGURA 11. Generación geométrica de la razón áurea.
Algunos aspectos de los cuasicrislales 387
l
,p=I+ 1
1+. 1
1+--
1 + ...
x = al + --~---
a2+----
aJ + ...
donde todas las a¡ son números enteros, se puede escribir en la forma compacta
(4 )
el = [al],
FIGURA 12. Mosaico de Ammann, resultante de un decorado realizado sobre los rombos básicos
de renrase.
z.o
L2 a '-8/13
1.0
tC/t,-1.4
~ 0.8
o
0.6
0.4
1.0 z.o
FIGURA 13. Densidad de estados electrónicos de una cadena infinita con periodo 21 (Nótese que
sólo se incluye la mitad del espectro simétrico de energía): a) se muestra la densidad
total de estados para el valor 1.4 de la razón tc!t¡; b) el comportamiento de bandas
y brechas al variar la razón de las matrices para los enlaces corto y largo.
cientemente alto como para producir superredes con espesores que siguen el mismo
orden [77, 78J.
Se ha sugerido que el espectro ciect:¡ónicode una cadena de Fibonacci consiste
de bandas continuas inmersas en una distribución de brechas de ancho infinitesimal.
Una forma de corroborar esto es estudiar las tendencias de bandas y brechas al apr<p
ximar sucesivamente la cadena de Fibol1accipor cadenas periódicas cuyos periodos
siguen la sucesión de los apróximantes (Ec. 5) [72]. Así, cada aproximan te da la
razón del número de tramos largos al de cortos, y el arreglo detallado de los tramos
dentro del periodo está dado por la ecuación 1. Cada periodo en la cadena infinita
390 F. Mejía Lira
(6 )
5. Conclusiones
,«
.'~ ::tl:
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~ ~
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..•. )-{
.ro
t:I
FIGURA 14. Decorado con aleación ternaria de un mosaico de Penrase: se han usado tres tamaños
de esferas y se ha introducido una. relajación estatica bajo un potencial de Lennard-
Jones (figura reproducida de la Ref. 12).
Agradecimientos
Este trabajo es una reelaboración del material expuesto en una sesión plenaria
del XXX Congreso Nacional de Física que se verificó en Mérida. Yuc.• México, del
26 al 30 de noviembre de 1987. Agradezco la invitación. que para dar esa plática
392 F. Mejia Lira
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13. Aquí no se hace la distinción entre fUlIciolles cuasi y cuasi periódicas. En el segundo
caso la suma de funciou('s que representa a la función cuasiperiódica contiene un
número infinito de términos. Véase: A.S. Bcsicovich. ,1Imo.<;t })f'f'iO(/ic fU1.,;tions
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65. R.K.P. Zia y \V.J. Dallas,.J. P"y.~. JI IR (1085) La.l1.
394 F. Mejía Lira