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Así se formará el nuevo profesor

Radiografía del nuevo máster obligatorio para dar clases en institutos


IGNACIO ZAFRA - Valencia - 16/01/2009

La movilización contra el proceso de Bolonia es compleja. Algunos de los argumentos


son teóricos, e implican una mirada a medio y largo plazo sobre la universidad: es el
caso del miedo a la mercantilización. Otros, en cambio, son de carácter práctico y su
llegada es inminente: es el caso del máster de profesorado, un caballo de batalla de
primer orden en las carreras de Humanidades y Ciencias Básicas, no por casualidad los
dos principales frentes de la protesta.

El máster será obligatorio para todos aquellos que quieran dar clase en un instituto (en
la ESO, Bachiller o Formación Profesional), y sustituirá al CAP (Curso de Adaptación
Pedagógica), que se las ha arreglado para sobrevivir casi cuatro décadas a pesar de
suscitar un rechazo casi unánime por la insuficiente formación que da a los futuros
docentes antes de aterrizar en las aulas. ¿En qué consistirá el nuevo máster?

Tomando el que la Universitat de València tiene en exposición pública hasta la semana


que viene -la estructura universitaria adaptada a Europa concede una relativa libertad a
los campus para confeccionar los títulos-, que prevé ofertar de entrada 1.170 plazas,
tendrá un año de duración (frente a los tres meses del CAP), constará de 60 créditos, y
ofrecerá 15 especialidades además de otras cuatro específicas para la FP. No habrá
restricciones de origen para acceder a las especialidades (aunque lo normal será que
alguien que haya estudiado el grado en Historia elija la especialidad del máster en
Historia, nada impide que un graduado en Química pueda matricularse en la
especialidad de Filosofía). Pero si no puede acreditar unos conocimientos previos sobre
la especialidad (por ejemplo, el diploma de grado) deberá superar un examen de acceso.

El máster se estructurará en tres grandes bloques. "Pero no se impartirán de forma


secuencial, sino que todo ocurrirá a la vez", señala Óscar Barberá, director de la Escuela
de Magisterio Ausiàs March.

El primer bloque (16 de los 60 créditos) tratará sobre "materias básicas" y será común a
todas las especialidades. En él los futuros profesores se formarán en pedagogía;
psicología del aprendizaje; historia de la educación; atención a la multiculturalidad (por
ejemplo: cómo tratar con alumnos que tienen problemas para entender el castellano y el
valenciano); organización del aula; relaciones de poder (entre el docente y los alumnos;
el claustro, la dirección...); desarrollo de la personalidad (los cambios psicológicos que
los alumnos experimentan durante la etapa que van al instituto); sociología; entorno
familiar...

El segundo bloque aborda las "materias específicas" (28 créditos). Los contenidos
varían en función de la especialidad, pero presentan un guión común. De un lado,
conocer los conceptos básicos que tendrán que explicar (en Filosofía, Inglés, Biología y
Geología...); detectar los "obstáculos de aprendizaje" que más a menudo encuentran los
chavales en la materia concreta (por ejemplo: ciertos déficits en matemáticas dificultan
entender conceptos de física) y ofrecer herramientas para afrontarlos. Del otro,
"complementos de formación": todo aquello que, sin pertenecer estrictamente al
programa, puede ayudar al futuro docente y a sus alumnos a entender la materia (repasar
la historia de la ciencia, o conocer, por ejemplo la visión que la literatura ha dado de la
profesión de médico a lo largo de la historia, en el caso de aquellos itinerarios que
conducen a la carrera de Medicina).

El último bloque (16 créditos) se centra en la práctica profesional, cuenta con un doble
tutelaje (en la universidad y en el instituto) y contiene una parte general (por ejemplo, la
organización del centro) y otra específica de cada especialidad.

El máster lo impartirán profesores de Magisterio, de Educación, de Secundaria y


Bachillerato (como asociados), y queda abierta la posibilidad de que participen docentes
de otras facultades de la universidad.

Muy largo o muy corto


"A ser profesor se aprende en el aula, siendo profesor. Yo he elegido la carrera de
Filosofía porque quiero estudiar Filosofía, y no quiero pasarme un año estudiando
pedagogía". El comentario es de finales de noviembre. Corresponde a una alumna de la
asamblea de alumnos anti-Bolonia de la facultad de Filosofía, en Valencia, ante la
pregunta de cómo creía que le iba a afectar personalmente la implantación del Espacio
Europeo de Educación Superior. Pero respuestas parecidas pueden oírse por toda la
avenida de Blasco Ibáñez: en Historia, Geografía, Historia del Arte, en las Filologías; en
el campus de ciencias de Burjassot, y en facultades de Alicante y Castellón.

Para muchos alumnos la cosa está clara: la reforma les quita un curso de carrera (en
realidad Bolonia homogeneiza todos los títulos en cuatro años, de modo que las
diplomaturas y las técnicas durarán uno más). Y, a cambio, si quieren dar clase en
institutos, tendrán que dedicar otro año -en vez de los tres meses del Curso de Aptitud
Pedagógica (CAP)- a estudiar el máster donde, teóricamente, les enseñarán a enseñar. El
máster, además será bastante más caro que el CAP. Y también, si la petición formulada
recientemente por los rectores no es escuchada, más caro (en términos de precio de los
créditos) que la carrera.

El malestar también ha prendido con fuerza entre el profesorado, que ve cómo una de
las pocas salidas profesionales naturales de sus titulados pasa a ser controlada por las
escuelas de Magisterio, lo que puede provocar una caída todavía mayor de su matrícula
(un alumno podrá cursar Derecho y hacer el máster en la especialidad de Historia, por
citar un caso). El CAP, dicen, había que reformarlo, pero no así.

El otro bando, entre tanto, afirma que si para ser maestro hacen falta tres años de
carrera, era absurdo que apenas se exigiera formación para ser profesor, más allá de la
carrera de origen. Y hay quien también de este lado da un paso más: el máster de
profesorado es un avance que mejorará el sistema educativo. Pero para que el cambio
fuera profundo habría que ir pensando en formar a los futuros profesores durante la
carrera: creando grados de profesor de Matemáticas, de profesor de Historia... O, al
menos, introduciendo especialidades para ser docentes en los grados generales.

La reforma deja una paradoja: todos los docentes recibirán formación específica en la
universidad para dar clases, salvo los profesores de universidad.

Datos básicos del máster


- El máster contendrá 15 especialidades ajustadas a las materias que se imparten en los
institutos, además de cuatro especialidades más de Formación Profesional.
- Durará un año,aunque se contemplan adaptaciones del programa para quienes no lo
puedan cursar a tiempo completo. El CAP, al que sustituye, duraba tres meses.

- El precio está por definir. Al ser oficial, tendrá que ser un precio público, pero los
rectores han pedido que todos los másteres necesarios para ejercer una profesión, como
en este caso, cuesten lo mismo que las carreras.

- Se articulará en tres grandes bloques. Uno, dedicado a la formación general de


cualquier profesor (métodos pedagógicos, atención a la multiculturalidad...). El
segundo, sobre la materia de la especialidad (Matemáticas, Inglés...) . Y el tercero,
práctico.

http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/formara/nuevo/profesor/elpepies
pval/20090116elpval_27/Tes

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