El máster será obligatorio para todos aquellos que quieran dar clase en un instituto (en
la ESO, Bachiller o Formación Profesional), y sustituirá al CAP (Curso de Adaptación
Pedagógica), que se las ha arreglado para sobrevivir casi cuatro décadas a pesar de
suscitar un rechazo casi unánime por la insuficiente formación que da a los futuros
docentes antes de aterrizar en las aulas. ¿En qué consistirá el nuevo máster?
El primer bloque (16 de los 60 créditos) tratará sobre "materias básicas" y será común a
todas las especialidades. En él los futuros profesores se formarán en pedagogía;
psicología del aprendizaje; historia de la educación; atención a la multiculturalidad (por
ejemplo: cómo tratar con alumnos que tienen problemas para entender el castellano y el
valenciano); organización del aula; relaciones de poder (entre el docente y los alumnos;
el claustro, la dirección...); desarrollo de la personalidad (los cambios psicológicos que
los alumnos experimentan durante la etapa que van al instituto); sociología; entorno
familiar...
El segundo bloque aborda las "materias específicas" (28 créditos). Los contenidos
varían en función de la especialidad, pero presentan un guión común. De un lado,
conocer los conceptos básicos que tendrán que explicar (en Filosofía, Inglés, Biología y
Geología...); detectar los "obstáculos de aprendizaje" que más a menudo encuentran los
chavales en la materia concreta (por ejemplo: ciertos déficits en matemáticas dificultan
entender conceptos de física) y ofrecer herramientas para afrontarlos. Del otro,
"complementos de formación": todo aquello que, sin pertenecer estrictamente al
programa, puede ayudar al futuro docente y a sus alumnos a entender la materia (repasar
la historia de la ciencia, o conocer, por ejemplo la visión que la literatura ha dado de la
profesión de médico a lo largo de la historia, en el caso de aquellos itinerarios que
conducen a la carrera de Medicina).
El último bloque (16 créditos) se centra en la práctica profesional, cuenta con un doble
tutelaje (en la universidad y en el instituto) y contiene una parte general (por ejemplo, la
organización del centro) y otra específica de cada especialidad.
Para muchos alumnos la cosa está clara: la reforma les quita un curso de carrera (en
realidad Bolonia homogeneiza todos los títulos en cuatro años, de modo que las
diplomaturas y las técnicas durarán uno más). Y, a cambio, si quieren dar clase en
institutos, tendrán que dedicar otro año -en vez de los tres meses del Curso de Aptitud
Pedagógica (CAP)- a estudiar el máster donde, teóricamente, les enseñarán a enseñar. El
máster, además será bastante más caro que el CAP. Y también, si la petición formulada
recientemente por los rectores no es escuchada, más caro (en términos de precio de los
créditos) que la carrera.
El malestar también ha prendido con fuerza entre el profesorado, que ve cómo una de
las pocas salidas profesionales naturales de sus titulados pasa a ser controlada por las
escuelas de Magisterio, lo que puede provocar una caída todavía mayor de su matrícula
(un alumno podrá cursar Derecho y hacer el máster en la especialidad de Historia, por
citar un caso). El CAP, dicen, había que reformarlo, pero no así.
El otro bando, entre tanto, afirma que si para ser maestro hacen falta tres años de
carrera, era absurdo que apenas se exigiera formación para ser profesor, más allá de la
carrera de origen. Y hay quien también de este lado da un paso más: el máster de
profesorado es un avance que mejorará el sistema educativo. Pero para que el cambio
fuera profundo habría que ir pensando en formar a los futuros profesores durante la
carrera: creando grados de profesor de Matemáticas, de profesor de Historia... O, al
menos, introduciendo especialidades para ser docentes en los grados generales.
La reforma deja una paradoja: todos los docentes recibirán formación específica en la
universidad para dar clases, salvo los profesores de universidad.
- El precio está por definir. Al ser oficial, tendrá que ser un precio público, pero los
rectores han pedido que todos los másteres necesarios para ejercer una profesión, como
en este caso, cuesten lo mismo que las carreras.
http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/formara/nuevo/profesor/elpepies
pval/20090116elpval_27/Tes