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Historia de un secuestro.

Cómo se vio influenciada la cobertura


del diario ´El País´ en la toma de la residencia del embajador de
Japón en Perú: quién salió beneficiado y por qué

Silvana Meza Salazar

Resumen
El 17 de diciembre de 1996, 14 integrantes del Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru1 (MRTA) secuestraron a medio millar de personas en Lima, Perú. El hecho se
produjo durante la recepción dada en la residencia del embajador de Japón en honor
al Emperador nipón. Entre los rehenes se encontraban varios ministros de Estado,
congresistas y miembros de la Corte Suprema de Justicia; aunque la mayoría eran
diplomáticos extranjeros y empresarios. Formaban parte de la lista de secuestrados,
Generales de la policía, el director de la Dirección Nacional contra el Terrorismo
(DINCOTE) así como su antecesor y coroneles con altos puestos en instituciones del
gobierno. Se encontraban, también, el director de USAID, el jefe de la DEA e
importantes funcionarios. Y aunque los terroristas hayan descubierto tarde que en el
primer grupo de mujeres liberadas estuvo la madre del Presidente Alberto Fujimori, el
golpe había sido contundente.

A las 20.20, mientras los invitados festejaban, un grupo de jóvenes emerretistas


liderados por Néstor Cerpa Cartolini2 tomaba por asalto la residencia. Parte de los
subversivos lograron traspasar la vigilancia policial infiltrados en el servicio de
camareros y de floristas, un último grupo ingresó a la fiesta fingiendo ser el equipo de
paramédicos de una ambulancia. Minutos después el desconcierto era total. En medio
de balas y bombas lacrimógenas nadie sabía si se encontraban frente a un acto de
delincuencia común o si se trataba de una incursión subversiva. La incertidumbre

1
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) tuvo su origen en los años 80 cuando un
decena de integrantes del MIR EM - la facción El Militante, del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (marxista leninista) que a su vez surgió del descontento de integrantes del
partido aprista peruano – se une al Partido Socialista Revolucionario Marxista-Leninista (PSR
ML) – que era la facción clandestina y radical del que fue en un inicio el PSR –.
2
Néstor Cerpa Cartolini fue uno de los máximos dirigentes del MRTA. Se inició como
sindicalista, época en la que tomó varias empresas. A inicios de los ochenta ingresa a la
clandestinidad y adopta el nombre de camarada “Emeristo” siendo responsable de cobrar
algunos rescates de los secuestros y de las extorsiones. Se convirtió en líder de la agrupación
en 1992, cuando el máximo dirigente Víctor Polay es recapturado e ingresa a prisión junto a
otros dirigentes.
inicial desapareció cuando uno de los jefes policiales exigió la rendición y se oyó la
respuesta. ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

En los días siguientes la mayoría de rehenes fueron puestos en libertad. 71


personas fueron mantenidas en cautiverio durante los 126 días que duró la toma de la
residencia. El 22 de abril, a las 15.23, tres fuertes explosiones marcaban el inicio de la
operación Chavín de Huantar, que duró aproximadamente 25 minutos, y que logró
liberar a 70 de los rehenes; uno murió en el fuego cruzado. En la incursión murieron,
también, dos comandos. La mayoría de terroristas de los terroristas fueron ejecutados.

El siguiente trabajo analizará la cobertura del diario español ´El País´ durante el
primer mes del secuestro, tratando de identificar los factores endógenos y exógenos
que marcaron su tendencia informativa. Luego de lo cual podremos determinar si
existió o no desinformación y cual de los actores salió beneficiado. La metodología
empleada ha sido el análisis de los informes periodísticos del diario español, una
entrevista realizada al enviado especial Juan Jesús Aznárez, consultas a diversos
medios de comunicación, así como diversas consultas bibliográficas.

Antecedentes

El conflicto armado que sufrió el Perú duró 20 años, entre 19803 y el 20004, y tuvo
como actores principales a dos grupos subversivos – Sendero Luminoso y el MRTA –
que ocasionaron muertes y desapariciones, tanto de terroristas, como de miembros de
las fuerzas armadas y de población civil. La Comisión de la Verdad formada en 2001
durante el gobierno de Alejandro Toledo, presentó su informe final en 2003 en el que
estima que el número total de víctimas fatales, a causa del conflicto interno, es de
69,280 personas.

Como varios de los grupos insurgentes que aparecieron en Latinoamérica, el


MRTA surge en medio del descontento social de una clase oprimida, a lo largo de la
historia, por las minorías gobernantes. El objetivo principal de este grupo subversivo
era la conquista del poder político, asumiendo que se trataba de un proceso más o

3
Sendero Luminoso (SL), el grupo terrorista más fuerte que existió en el Perú, realizó la
primera acción armada de lucha contra el Estado quemando ánforas de votación en el pueblo
de Chuschi, en Ayacucho. Este hecho ha sido considerado la primera manifestación de un acto
subversivo en el país andino.
4
El conflicto interno peruano abarca los gobiernos de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985),
primer gobierno de Alan García Pérez (1985-1990) y los dos gobiernos de Alberto Fujimori
Fujimori (1990-2000).
menos prolongado de guerra revolucionaria5. En un inicio su fuerza estaba orientada
hacia la organización “acumulación y desarrollo de fuerzas revolucionarias,
ideológicas, políticas y militares”6 buscando convertirse en un grupo moderno y
visionario, que pudiera fundirse y compenetrarse con las clases mayoritarias peruanas
en las bases trabajadoras.7

Las acciones armadas del MRTA se inician en la década de los ochenta, atentando
contra la vivienda de un Ministro de Estado y contra una cadena norteamericana de
comida rápida, luego seguirían atentados contra empresas eléctricas y de servicios de
agua, el uso de coches bomba y ataques simultáneos a varias comisarías. 1990 fue el
año en que más atentados perpetraron.

El secuestro se convirtió, también, en una característica importante del


movimiento. Para 1996, el MRTA ya había secuestrado a decenas de personas (tanto
de manera individual como colectiva) con la intención de realizar extorsiones. Y,
aunque en sus inicios no se tratara de una política organizada sino sólo de una
herramienta con la cual obtener financiamiento, a partir de 1989 el número de
secuestros aumenta hasta alcanzar el pico en el año 1992, y disminuir en los años
siguientes reapareciendo en 1996 con la toma de la residencia japonesa. Sin embargo,
este último secuestro no se realiza con el objetivo de solicitar un rescate si no con la
idea de exigir la liberación de emerretistas encarcelados8. La mayor parte de los
secuestros realizados por este grupo terrorista, como lo hemos señalado, tenían el
objetivo de recolectar fondos para su causa. Será a partir de 1985 en que se convierta
en un sistema articulado con el objetivo de conseguir beneficios tanto políticos como
económicos.

Un punto muy importante, que también estuvo presente en los secuestros


perpetrados por el MRTA y, que nos interesa, son los fines propagandísticos utilizados
por la agrupación ya que también usaba los secuestros como herramienta
propagandística. Un secuestro significaba, también, la transmisión de un mensaje ya

5
MRTA 1990:75 en Informe de la Comisión de la Verdad de Perú (2003), Pág. 14.
6
Ibíd.
7
Para mayor información consultar documentación publicada por el propio MRTA, «Nuestra
posición» (julio de 1981) y «Situación política y perspectivas» del I Comité Central del MRTA
(enero de 1984) o en Informe de la Comisión de la Verdad de Perú (2003), en el capítulo 1.4.
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
8
Se estimaba que en esa época habían cerca de 5000 mil terroristas presos, cerca de 500 son
emerretistas, los demás son de SL o inocentes encarcelados. De esta cifra, 200 son dirigentes
de ambos grupos subversivos. Víctor Polay Campos, líder del MRTA, así como otros dirigentes
incluida la esposa del propio Cerpa Cartolini estaban presos en cárceles de máxima seguridad.
que los medios de comunicación daban espacios privilegiados al accionar terrorista.
Por ello, la selección de los secuestrados era muy importante: periodistas,
empresarios de medios de comunicación y de reconocidas organizaciones eran el
objetivo de esta banda subversiva.

Desde 1990 hasta el 2000, el Perú se encontraba bajo el gobierno de Alberto


Fujimori Fujimori. Elegido democráticamente en 1990, dio un autogolpe de Estado el 5
de abril de 19929 cerrando el Congreso, alejándose del orden constitucional e iniciando
una etapa en la que gobernó de la mano del asesor del servicio de inteligencia,
Vladimiro Montesinos. Gracias al golpe perpetrado, Fujimori aniquiló a la oposición en
el Congreso pudiendo fortalecer la política antisubversiva mediante decretos que
ampliaron el margen de acción de las fuerzas armadas10. Ello provocaría que las
Fuerzas Armadas cometieran abusos y violaciones a los derechos humanos, llegando
a cometer eliminaciones selectivas11. 1992 fue un año muy importante: el 14 de abril,
se capturó a Péter Cárdenas Schulte, uno de los altos mandos del MRTA; el 9 de
junio, se capturó al máximo dirigente del MRTA, Víctor Polay Campos (quien se había
fugado meses antes de una cárcel de máxima seguridad); el 12 de noviembre Abimael
Guzmán, máximo líder de Sendero Luminoso fue capturado por la policía. Con sus
dirigentes presos, en 1996 el MRTA era considerado un grupo casi extinguido.

Factores exógenos y endógenos presentes en la cobertura del diario ´El País´


en la crisis de los rehenes

9
Ese mismo año se aprueba una ley antiterrorista caracterizada por
10
Los cambios fueron tan radicales que se cometieron muchos delitos. La ley no protegía ni
salvaguardaba las garantías del debido proceso, por lo que esta normativa terminó provocando
innumerables violaciones a los derechos humanos. La ley se hizo para que los militares
actuaran libremente y no hayan mecanismos de control. Encontramos que se establecieron
varios decretos que permitían, entre otras cosas, lo siguiente: cadena perpetua para algunos
casos de terrorismo y ampliación de las penas para otros; creación del sistema de jueces sin
rostro; reducción de la edad de responsabilidad penal de 18 a 15 años; establecimiento de la
figura de traición a la patria para delitos antes tipificados como terrorismo; juzgamiento de
civiles por tribunales militares; reducción de los plazos para los procesos; aumento de
prerrogativas militares, extensión de poder militar en zonas de emergencia y en la actividad
contrasubversiva; permiso para condenar en ausencia a los responsables del delito de
terrorismo. Los decretos aumentaba las licencias del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN),
ampliaba el control policial de los penales, permitían la intervención de las FFAA en las
universidades e intensificaban las operaciones de búsqueda de subversivos en las ciudades.
11
Informe de la Comisión de la Verdad de Perú (2003), Pág. 74. Cecilia Valenzuela, periodista
de investigaciones, descubrió un documento de las Fuerzas Armadas donde se dejaba
constancia de dicho hecho como una política sistemática.
Los factores exógenos y endógenos son los que determinarán el acercamiento
profesional del periodista a un acontecimiento noticioso y a su cobertura informativa.
En la crisis de los rehenes advertimos la presencia de ambos factores.

El enviado especial del diario ´El País´, Juan Jesús Aznárez, detectó dos
problemas informativos fundamentales para la cobertura de la crisis de los rehenes en
Lima. El primero, el acceso a la información era muy difícil porque quien la tenía era el
Gobierno y no quería informar. El segundo, Néstor Cerpa Cartolini contactaba con los
medios pero sólo para informar sobre sus exigencias y no para decir lo que realmente
pasaba. A pesar de ambos, el periodista señala que se cumplió con el objetivo, que
era informar.

Factores exógenos

Los factores exógenos son aquellos que le son impuestos al periodista y que son
usados para tapar o resaltar alguna información que interesa a una de los actores del
conflicto.

El gobierno, el MRTA y la propaganda

Desde sus inicios, el MRTA había considerado necesaria la propaganda como una
efectiva herramienta de comunicación para la difusión de su política y para la
captación de nuevos integrantes.12 Esta preocupación se vio reflejada en su relación
con la prensa, sus comunicados y las declaraciones de sus dirigentes. En los primeros
días de la toma de la residencia vemos la difusión de comunicados a través de los
rehenes que iban siendo puestos en libertad.

El 31 de diciembre, los emerretistas realizaron una conferencia de prensa dentro


de la residencia. Y, aunque no había sido planificada, sacaron provecho de la situación
para enumerar sus exigencias y demostrar ante cámaras el buen estado de los
rehenes13. ´El País´ publicó que Cerpa Cartolini iba ganando a Alberto Fujimori la

12
Había publicado el vocero «Venceremos» e implementado, también, una radio clandestina
que llamaron «4 de Noviembre», y que salió al aire interfiriendo la señal del canal más
importante del país en esa época (Canal 5).
13
El grupo armado y el gobierno habían pactado el ingreso de todos los reporteros gráficos
presentes (300 aproximadamente) en tres grupos. A cambio, los emerretistas prometieron
liberar a 50 rehenes más. En el tercer grupo un fotógrafo japonés se separa del grupo y se
dirige al recinto violando el acuerdo. Resultado de ello se produjo la rueda de prensa y la
liberación de sólo siete de los detenidos.
batalla de la propaganda con su último golpe, que había sido la conferencia de prensa
en la residencia. El editorial del diario ´El País´ del 2 de enero señala lo siguiente:

“Los terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)


parecen estar ganando la batalla de la imagen al Gobierno peruano. Los
asaltantes de la Embajada de Japón en Lima se apuntaron el último día
del año un tanto propagandístico al permitir la entrada de un grupo de
periodistas en la residencia diplomática que ocupan por la fuerza desde
el pasado 17 de diciembre. Las imágenes y las palabras que han
conseguido transmitir al mundo contrastan con las frases fríamente
expresadas a través de las agencias por el presidente Fujimori”. 14

Y aunque el editorial señala que los subversivos lograron sacar provecho de


este hecho, resalta también que se hayan dejado ver como lo que son: terroristas
armados hasta los dientes que privan de la libertad a 81 personas. Aznárez calificará
la conferencia como espectacular. La información no llegaba a estar del lado de los
emerretistas, pero sí presenta una línea suave con los subversivos mientras que con el
Estado se muestra mucho más enérgico y crítico. Y aunque la conferencia no provocó
censura de ningún tipo, sí se criticó mucho la labor de los medios de comunicación.

En cuanto a la postura de Alberto Fujimori frente a los medios, ésta fue de


austeridad comunicacional. Sus primeras declaraciones fueron el 22 de diciembre, 5
días después de la toma de la residencia, a través de un mensaje a la nación
transmitido a nivel nacional tanto por radio como por televisión. De tono enérgico
aunque sereno exigió a los terroristas que depongan las armas. En el diario el Mensaje
fue calificado de positivo por haber roto con el silencio del Gobierno y por ser lo
suficientemente ambiguo como para dejar abierto el espacio a la negociación.

Luego, y antes de la conferencia de los emerretistas, Fujimori había realizado


declaraciones para la agencia española EFE, manteniendo su ermetismo y su
alejamiento de los medios a pesar de que los cientos de periodistas que se
encontraban cubriendo la noticia buscaban información del Gobierno.

El MRTA tenía una visión bastante clara de lo necesario que resultaba la


comunicación y de las herramientas que tenía a su disposición. Así, usaron una
frecuencia radial para anunciar a los medios de comunicación sus condiciones para

14
El País, 2 de enero 1997, Editorial Pág. 8.
dialogar con la Comisión de Garantes15. El mecanismo, según señala Aznárez, fue
hacer llegar claves con la frecuencia por la que iban a hablar para que los periodistas
extranjeros pudieran seguir sus declaraciones. Y, los medios lo sabían.

“Es evidente, sin embargo, que la prensa es una baza decisiva en la


estrategia del MRTA. Los jefes del comando escuchan Radio
Programas, están al tanto del tratamiento informativo de la crisis, se
pronuncian en frecuencias radiales, textos en sábanas o cartones
colocados en las ventanas o entrevistas a quienes burlaron el cordón
policial para hablar con Cerpa, Comandante Evaristo”. 16

El gobierno, por su parte, asumió una posición de silencio informativo que


termina contribuyendo a que el mensaje más difundido sea el de los propios
terroristas. En una nota publicada en ´El País´ el 4 de enero de 1997, se analiza la
situación económica del Perú hasta finales de 1996 y se incluye el deterioro de la
imagen de Fujimori a raíz de la crisis de los rehenes:

“Y mientras el MRTA se impone a punta de pistola en todos los medios


de comunicación y no desaprovecha la ocasión de interesar a los más
de 500 periodistas pendientes de la crisis, Fujimori y sus ministros se
enrocan sin explicar bien el verdadero alcance de la crisis y las
prioridades del Gobierno”. 17

En el artículo se citan, también, algunas declaraciones de Fujimori, aunque


siempre con un ojo más crítico que informativo:

“En la elocución (…) Fujimori dijo cosas ciertas sobre la pobreza,


aunque será de escaso consuelo para quienes la sufren desde hace
siglos (…)”. 18

En la cobertura no se nota un apoyo directo ni a los emerretistas ni a su causa,


sí podemos apreciar un sutil tono de protesta y reclamo – en lugar de un lenguaje
neutro e informativo - usado para describir los malos tratos que sufren los emerretistas
encarcelados. Aunque nos estamos adelantando e incorporando un factor endógeno
que es el de la ideología, nos pareció importante destacar los distintos tonos con que
se escribe la noticia.

15
La Comisión de Garantes era un grupo de personas encargadas de llevar a cabo las
negociaciones con los emerretistas. Formaban el grupo el Ministro de Educación, el Cardenal
de Ayacucho, representante de la Cruz Roja entre otros.
16
El País, 16 de enero de 1997, Internacional Pág. 8.
17
El País, 4 de enero de 1997, Internacional Pág. 4.
18
Ibíd.
Hemos mencionado ya que Fujimori asumió una postura de silencio informativo
aunque si realizó algunas declaraciones. El 30 de diciembre, por ejemplo, Fujimori se
entrevista con la agencia EFE, y el 7 de enero vuelve a romper su silencio para hablar
con un reducido grupo de periodistas y decir que no cederá en cuanto a la liberación
de terroristas presos y que abogará por la prudencia.

Censura - silencio informativo – intoxicación - propaganda - campañas de


desinformación – terminología

A partir de 1992, Fujimori del brazo de Montesinos había creado una red de
corrupción que había tocado a los medios de comunicación. Por ello, la mayor parte
tenía una línea pro-gobiernista y no era necesaria la censura. Sí se producen otros
factores exógenos que repercuten en la información.

El Gobierno mantiene una política de restricción de la información, lo que


dificulta la labor del periodista que no obtiene información oficial de primera mano.
Aznárez señala que no hubo censura como en otros conflictos, pero sí dificultades, en
el caso del secuestro de la residencia se establecieron muchas limitaciones
informativas:

“Sólo dos diarios peruanos, El Comercio y La República, tenían acceso


a la información del Gobierno. Los reporteros extranjeros debían
conformarse con hablar con los periodistas de estos dos medios de
comunicación. La prensa española - La Vanguardia, el ABC y El País -
manejábamos información propia”.

Otro mecanismo exógeno, de presión informativa, fue “inmovilizar” a la prensa.


Así, aduciendo cuestiones de seguridad, el Gobierno ordenó acordonar la zona
aledaña a la residencia prohibiendo el ingreso de cualquier persona. El resultado:
decenas de periodistas atrincherados en pisos y azoteas cercanas a la residencia a la
espera de que en cualquier momento ocurriera el desenlace. Se produjo una especie
de secuestro paralelo. Y, para medios como NHK (televisión japonesa) que contaba
con 19 periodistas quizás era factible dejar a un equipo inmovilizado, pero para otros
diarios, entre ellos ´El País´, que contaba con su enviado especial y algunos
streangers, acampar ahí no hubiera sido la mejor decisión.

El reportero pudo advertir esta situación y optó por alojarse en un hotel


cercano, lo que le permitió continuar con su labor periodística y generar su propia
información. Así, empiezan las notas de contexto y las crónicas humanas: la situación
de los emerretistas en las cárceles, las mujeres comando presentes en la residencia,
los negociadores de la Cruz Roja, entre otros. Y es que estar en la primera línea del
conflicto no necesariamente significa estar en el mejor lugar informativo.

“Se puede ir a la primera línea del frente o quedarse en la retaguardia


inmediata haciendo información sobre los refugiados o sobre un
hospital, que muchas veces aporta tanta o más información que la que
se puede obtener de la zona de combate si la observación que se hace
de los heridos es técnica y no emocional”. 19

Aznárez considera que esa cobertura fue complicada y está convencido de que
sólo se enteraron de la mitad de lo que pasó. El periodista reconoce, también, que el
gobierno de Fujimori fue muy inteligente y que la intoxicación informativa – que hubo
mucha dice - fue muy eficaz.

“Nadie descartaba el asalto a la residencia, pero a diario ocurrían


muchas cosas que hacían pensar lo contrario. Se largaban, por ejemplo
globos sonda para poder excavar el túnel y despistar tanto a los medios
como a los emerretistas. Las negociaciones que se mantuvieron con
Japón desorientaron mucho a los medios de comunicación porque
pensábamos que se lograría una solución pacífica.

El gobierno fue muy inteligente, Fujimori y Montesinos fueron


tremendamente astutos. No sabíamos qué pasaba en las negociaciones
y de lo que pasaba dentro, pues con Cerpa Cartolini no había mucho
contacto. Habían secretos e intoxicación y los periodistas no teníamos
declaraciones. Ni la propia gente de las negociaciones sabía que estaba
siendo utilizada ya que las reuniones se llevaban a cabo para ganar
tiempo. Había mucho de eso, creo que el primer y último objetivo fue
reventarlos a todos para disuadir”.

Factores endógenos

Los factores endógenos son los inherentes al periodista y que sí pueden, o


deberían, ser modificados, condicionados y manipulados por él mismo en la búsqueda
de una mejor transmisión de la información. Encontramos que en la cobertura de este
hecho están presentes, en mayor o menor medida, algunos de estos factores.

19
PIZARROSO, Alejandro, GONZALEZ, Marta y SAPAG, Pablo. (2007). Periodismo de guerra. Editorial SINTESIS.
Pág. 37.
Compromiso ideológico - el medio es el mensaje - formación técnica y
académica

En la cobertura, como lo hemos señalado ya en líneas anteriores, se describió


al MRTA como un grupo de clara estrategia, que se diferenciaba a distancia de
Sendero Luminoso. Se resaltaba, además, la figura de Néstor Cerpa Cartolini como el
guía guevarista que llevaría a buen término el secuestro. Y, el simple hecho de
adjetivar el secuestro como “guevarista” es un simbolismo con el que se acerca a los
terroristas del MRTA a la imagen de un personaje posicionado como un romántico
luchador en la mente de millones de personas. La periodista que escribe es de ´Le
Monde´, y el artículo se publica también en ´El País´20. Aznárez, es conciente de que
los periodistas extranjeros, y muchos de los peruanos también, no veían con buenos
ojos al gobierno de Fujimori.

“La prensa no tenía simpatía por el Gobierno peruano debido a la


violencia y a las violaciones de derechos humanos que se venían
denunciando. Fue por eso que no se cayó en error al informar aunque
hubo cierto cabreo por la terminología y los matices que se daban al
momento de informar”.

Y aunque el periodista crea que su medio respetó en todo momento la


objetividad se prefirió siempre usar términos políticamente correctos como
´guerrillero´, ´subversivo´, ´comando´ y hasta ´asaltante´, antes que llamarlos
por su nombre: terroristas. Hay que tomar en cuenta que el secuestro se
produjo antes del 11S, de lo contrario la cobertura, seguramente, hubiera sido
muy diferente.

El periodista, como toda persona, es libre de tener opiniones de todo


calibre frente a cualquier tema. Y es que todos somos personas antes que
profesionales. Será responsabilidad de un buen profesional, en este caso un
periodista, que sus opiniones no contaminen sus informes. Otro problema que
el propio Aznárez ha detectado, por ejemplo, es que los periodistas emitieron
juicios de valor: “algunos medios justificaban el secuestro porque pensaban que era
una consecuencia de la falta de justicia en el país y del alto índice de pobreza y
corrupción”.

20
El País, viernes 20 de diciembre de 1996, Internacional. Pág. 3.
El compromiso ideológico es el primer factor endógeno descrito en el libro
Periodismo de Guerra, y es quizás uno de los factores que más debe respetar
un profesional de la información.

“Como ser humano, el corresponsal o el redactor de mesa de la


retaguardia tiene opiniones y sentimientos sobre esto y aquello. Sin
embargo, como ser humano, el corresponsal o el redactor de mesa de la
retaguardia tiene opiniones y sentimientos sobre esto y aquello. Sin
embargo, cuando esas opiniones tiñen la práctica profesional y se
convierten en abierto compromiso ideológico el periodista se convierten
en abierto compromiso ideológico con una de las partes en conflicto, la
calidad de la información sufre una merma considerable”. 21

Otro factor endógeno presente en la cobertura fue el desconocimiento. La crisis


de los rehenes, como muchos medios nacionales bautizaron el acontecimiento,
congregó a más de 500 periodistas en el país. Periodistas que hasta ese momento
conocían muy poco o casi nada de Latinoamérica, mucho menos de Perú. “El
conocimiento sobre el MRTA y Latinoamérica era muy poco, los españoles conocían
algo y siempre se juntaban entre ellos”, señala Aznárez.

Él, por ejemplo, era corresponsal en Latinoamérica y tenía su base en


Argentina y desde ahí se movilizaba a diferentes países. Sin embargo, no había
escrito nada sobre el MRTA hasta ese momento, aunque señala que sí lo conocía. Sí
tenía experiencia con temas de terrorismo peruano pero siempre cubriendo temas de
Sendero Luminoso. Y, ¿por qué había cubierto noticias de Sendero y no del MRTA?
Aznárez comenta que “el MRTA no tenía tanto gancho. Informativamente el MRTA no
había dado tanto juego periodístico y en el diario interesaba eso”. Y es que aunque
hasta ese momento ´El País´ no se hubiera interesado en el accionar del MRTA la
envergadura del incidente y, además, la presencia de tantos medios extranjeros
hacían necesaria su presencia en Perú. Y es que a veces es tan o más importante
estar en el lugar de los hechos que cubrir el hecho noticioso en sí, que bien podría
hacerse a través de una agencia de noticias.

21 PIZARROSO, Alejandro, GONZALEZ, Marta y SAPAG, Pablo. (2007). Periodismo de guerra. Editorial SINTESIS.

Pág. 39.
Y, aunque pueda parecer menos importante, un factor que puede determinar la
presencia o no de un medio en un lugar es tener los documentos en regla en todo
momento para poder trasladarse a cualquier parte del mundo. Y esto, a pesar de tener
años de experiencia, no fue lo que le sucedió a Juan Jesús Aznárez cuando le
avisaron de base y le dijeron que debía dejar inmediatamente Buenos Aires y dirigirse
a Lima; había habido un secuestro. Ya en el aeropuerto se dio con la sorpresa de que
no tenía su pasaporte y hubo que movilizar al cónsul español. Y aunque puede
parecer un hecho anecdótico, no haber contado con el apoyo del diplomático le
hubiera significa por lo menos un día de retraso.

Los medios de comunicación tuvieron una ardua labor informativa durante los
meses que duró el encierro de los rehenes en la residencia del embajador de Japón en
Lima, Perú. El silencio informativo oficial del gobierno provocó que en la búsqueda
noticiosa la mayoría de periodistas transforme la imagen de unos emerretistas. Así, de
terroristas adolescentes y temerosos, de la mano de Néstor Cerpa Cartolini pasaron a
ser grandes luchadores sociales que perseguían la justicia para una población
oprimida. Así, Cerpa Cartolini y los secuestradores fueron presentados más de una
vez como gentiles comandos que trataban educadamente a sus prisioneros.

Sin embargo, este silencio también contribuyó a que se sobre informara sobre
las reuniones que sostenían negociadores y terroristas, logrando generar la idea de
una posible salida pacífica a la crisis. Los medios, en ningún momento creyeron de
verdad en la posibilidad de un rescate armado. En el caso del diario ´El País´, vemos
cómo en varias de sus publicaciones – por lo menos en el mes que hemos analizado
utiliza términos que describen más a un delincuente común que a un terrorista cuando
se refiere a los emerretistas. Y, en general, es el grupo terrorista el que
comunicacionalmente sale beneficiado aunque esto no significara mayor cosa.
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Diario El Comercio en www.elcomercio.com.pe

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