Autores: Mario Inaudis Fajardo Pérez (1). Roidel Pérez Pérez (2). Hubert Blas Rivero
Martínez (3).Juan Antonio Samper Noa [*] (4). Francisco Pérez Lemus (5).
(1) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. (2) Profesor Instructor de Medicina
Interna. Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Especialista de Primer Grado en
Medicina General Integral. Diplomado en Medicina Intensiva. (3) Especialista de Primer Grado en
Medicina Interna. Especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva. (4) Profesor Asistente de
Medicina Interna. Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Master en Geriatría y
Gerontología (5) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral.
Policlínico Universitario” Dr. Tomás Romay Chacón “. “Facultad Calixto García”. Ciudad de La
Habana. Cuba [*] Hospital Carlos J. Finlay. Ciudad de La Habana. Cuba.
Contenido:
Se define como dolor torácico agudo (DTA) a cualquier sensación álgida localizada en la zona
correspondiente entre el diafragma y la base del cuello, de instauración reciente, que requiere
diagnóstico rápido y preciso ante la posibilidad de que se derive un tratamiento médico o quirúrgico
urgente. El dolor torácico es una de las causas más frecuentes de consulta en los servicios de
urgencias extrahospitalarios.
La exploración física cuidadosa puede acercarnos hacia el origen del dolor. Observar las manos del
paciente cuando describe su dolor es ilustrativo: el dolor referido con la punta del dedo (además
duración prolongada y a diario), casi nunca es de origen coronario. La opresión precordial referida
con la mano extendida o con el puño cerrado (signo de Levine) sugiere cardiopatía isquémica (CI)
1. Registrar las constantes vitales: presión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria
y temperatura. Si están claramente alteradas debe actuarse inmediatamente para intentar
normalizarlas. Si se sospecha disección aórtica, debe tomarse la tensión arterial en los dos
brazos; la diferencia de 15 a 25 mmHg entre ambos miembros superiores indica que hay
compresión parcial de una o ambas arterias subclavias por el hematoma disecante. La
hipotensión puede ocurrir en la angina inestable, infarto agudo del miocardio (IAM) o
tromboembolismo pulmonar (TEP) y en pacientes que han sido tratados con nitritos. La
existencia de fiebre sugiere neumonía o pericarditis como causa del dolor, aunque también
puede aparecer en el infarto pulmonar.
2. Inspección torácica: La presencia de vesículas orientan hacia un herpes zoster como causa
del dolor.
3. En la auscultación cardiaca la normalidad auscultatoria no excluye ninguna enfermedad,
pero la presencia de galope y/o soplo cardiaco (reciente o antiguo) nos orientan a afección
2. Los pasos a seguir, de forma secuencial, son: definir el prototipo de dolor torácico,
considerar factores de riesgo asociados, examen físico, electrocardiograma y exámenes
complementarios en busca de patologías potencialmente fatales.
3. Valorar el estado hemodinámico del paciente; los datos clínicos sugestivos de inestabilidad
hemodinámica son: disnea, síncope, hipotensión o hipertensión arterial, palidez,
sudoración, frialdad de la piel y trastornos graves del ritmo cardíaco.
4. Tratamiento de la entidad nosológica causante del dolor torácico.
• Ordene mantener reposo absoluto, valore la permeabilidad de las vías aéreas e indique
oxígeno por catéter nasal o máscara facial.
• Mida la presión arterial, frecuencia respiratoria y cardiaca, evalúe además el estado de
perfusión periférica a través de la diaforesis, frialdad y cianosis distal; repita esta
evaluación cada 10 ó 15 min.
• Indique la canalización de una vena periférica con trocar de buen calibre (16G), por la que
deben administrarse drogas vasoactivas, vasodilatadoras, antiarrítmicos, analgésicos (según
la causa).
• Monitorización ECG continua.
• Siga de cerca la diuresis del paciente, si es necesario emplee sonda vesical.
• Apoyo psicológico al enfermo, para intentar disminuir la ansiedad acompañante al cuadro
doloroso.
Medidas específicas En la conducta terapéutica el orden a seguir viene establecido por varios
factores, como son: el lugar donde usted se encuentre realizando la guardia, las drogas con que
cuente, la vía más rápida para la administración de medicamentos, así como el estado hemodinámico
del paciente.
• Todo paciente con dolor torácico secundario a patología potencialmente grave (con riesgo
vital), con inestabilidad hemodinámica (hipotensión y/o shock, disnea, cianosis, taquipnea,
arritmias, alteración de la conciencia, ausencia de pulsos periféricos y/o signos de focalidad
neurológica aguda)
• DTA secundario a patología potencialmente grave, aún con estabilidad hemodinámica.
• Enfermo con dolor e imposibilidad de hacer valoración electrocardiográfica en el medio
extrahospitalario.
• Todo paciente con dolor torácico secundario a patología no grave, pero subsidiaria de
ingreso hospitalario.
• Ausencia de diagnóstico a pesar de la valoración adecuada en el medio extrahospitalario y
que necesite exámenes complementarios disponibles a nivel hospitalario.
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