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El grito del oasis

Antonio Martínez i Ferrer

1
La foto fija del holocausto
solo se identifica con los crímenes del nazismo.

Yo pienso que el hombre


tiene implícitas en sus relaciones sociales
los elementos -sub. culturales-
que hacen de la historia humana
un continuo holocausto.

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LAS PLAZAS DEL FUTURO

En su sobrecogedora novela Galíndez, nos recordaba un


personaje secreto de Manuel Vázquez Montalbán que el
fascismo de hoy es más difícil de combatir porque está en el
fondo de nuestros corazones. Y es comprensible, si se mira con
una frialdad imposible, hablar así: demasiado intenso,
demasiado inminente, demasiado extendido el imperio de los
fascismos contemporáneos como para que se haya tratado sólo
de una especie de fugaz desgracia o coyuntura accidental. Hasta
autores tan respetados y razonables como Zygmunt Bauman (en
Modernidad y Holocausto) han puesto hoy las bases para seguir
haciéndonos estas preguntas, como mínimo intempestivas.

En este sentido, Bauman cita a Feingold para recordar sin


ir más lejos que “la ideología y el sistema que dieron origen a
Auschwitz permanecen intactos”. Se dice pronto. Se lee deprisa.
Se vive a ciegas. Mientras tanto, no obstante, seguimos en la
órbita de lo que podría llamarse de forma casi tranquila un
fascismo de baja intensidad: un fascismo cuyo pivote no es ya
tanto el estado de masas como el mercado global, cuya
incidencia criminal no es explosiva y acelerada, sino tan lenta
como constante, y que mantiene sin embargo firmes las pautas

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operativas el fascismo clásico en lo tocante a la hegemonía de la
propaganda, la espectacularización de la política, el racismo y,
quizá antes que nada, el mantenimiento insidioso del aislamiento
como precondición para el totalitarismo cotidiano.

Ante esta agresión ya interiorizada, ya naturalizada por el


transcurso inercial de la historia del siglo XX, no es extraño que
el lenguaje experimente una doble afección, una doble
infección: de un lado se repliega sobre sí en un movimiento
como de defensa desesperada, como ante un daño irreparable, o
como ante un golpe violento se encoge el cuerpo, se ovilla, se
protege de una forma improbable; de otro lado, ese mismo
cuerpo se queda al desnudo, expuesto a la intemperie del
(sin)sentido, disponible para cualquier abrazo, entregado a un
encuentro no menos imposible que necesario. Puede que en
ningún sitio se vea la marca de este doble gesto como en el
lenguaje poético. De hecho, no es extraño que fuera Paul Celan,
el acusado de un habla hermética o supuestamente cerrada sobre
sí misma, quien defendiera en voz alta y contracorriente la raíz
dialógica del poema.

En ese cruce tenso entre el abrir y el cerrar, en esa relación


callada con la violencia del mundo, arraiga la poesía de Antonio
Martínez i Ferrer. Una poesía que, al menos en una de sus

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posibles lecturas, se concibe como una exploración y
extremación de la crisis del mundo, del mundo como vivencia
de la catástrofe. Dice John Holloway en Cambiar el mundo sin
tomar el poder que “si la crisis expresa la des-articulación
extrema de las relaciones sociales, entonces la revolución debe
entenderse, en primer lugar, como la intensificación de la
crisis”. Esto es, que un lenguaje desarticulado, precario,
insuficiente, no es sin más una muestra de impericia o de técnica
incompleta -como querrían pensar algunos para quitarlo cuanto
antes del medio. Un lenguaje desarticulado, rozado por la
abstracción y por los dolorosos hallazgos de las vanguardias, es
ante todo el síntoma de un mundo roto, de una sociedad en
crisis, y a la vez un esfuerzo por intensificar esa crisis para
volverla revolucionaria.

No tiene por qué ser tan difícil entender esto. Ojalá no lo


sea. Antonio Martínez i Ferrer se ha empeñado en esta pelea, y
está dispuesto a jugarse la vida con cada palabra, con cada
verso, con cada pausa. Por esta vía, puede interpretarse entonces
que una “poesía social”, si es que este rótulo sirve hoy todavía
para clarificar algo, no depende sólo de la voluntad
comunicativa y de una pluralidad coral de voces, aunque quizá
también, sino que está, sin remedio, atravesada por el límite de
la falta de voz, de la afonía. Respira en las fisuras de un silencio

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que ha dado un paso más, después de la agonía, dentro de ella.
Como queda la garganta después del grito. Como tiembla la
lengua cuando llega hasta el miedo. Como ha sido y sigue
siendo tantas veces realmente así.

En esa voz sin voz, tal vez, de pronto, oigamos un día


hablar de cómo pasa el tiempo en las plazas del futuro.

Antonio Méndez Rubio

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-2006-

Palestina, Líbano, Irak

La voz escoge un tiempo


para escarbar
dentro de sus angustias.

Tres encuentros
entre los escombros
de la ignominia.

Tres lados del vomito.

Tres lados de la angustia.

Tres lados de la indiferencia,


en medio de un océano
de holocaustos.

7
Al lector.

Estas páginas recorren

tres momentos del sentimiento,

la primera voz, nos recuerda

la tragedia más profunda de la guerra,

la segunda voz ,en negrita, pasa por los vacíos del alma

y la tercera voz, en cursiva, estalla

con un grito de rebeldía

en busca de un futuro sin Holocaustos.

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PALESTINA

50.000 palestinos asesinados por el ejercito ocupante Británico

A consecuencia de la constitución del estado de Israel en


Palestina y la negación de la construcción de un estado Palestino

4.000 muertos palestinos por las tropas israelitas,


la mayoría civiles y de ellos 545 niños.

Varios miles encarcelados


sin acusación formal ni garantías de un juicio
entre ello 348 niños.

4.082.300 expulsados por la ocupación Israelita


y refugiados actualmente en 59 campamentos en El Líbano,
Jordania, Cisjordania y Gaza..

Sus casas y sus tierras expropiadas


por la fuerza del ejercito Israelita.

El resto del pueblo Palestino


viviendo en condiciones de ocupación militar
sin derechos de ciudadanía
y encerrados dentro de un territorio-prisión.

A lo que hay que añadir 1.011 Israelitas muertos


de ellos 697 civiles y 119 niños

Esta es la atroz consecuencia de un Occidente hipócrita


y una O.N.U. en manos del Imperialismo.

9
La soga del amanecer oscuro
tiembla enloquecida
con aliento de barro.

El espanto
se retira a escondidas
gritando distancias
ante la deflagración

Todo huele a silencio.

Yo volveré con mi agonía de desiertos

y antes de caer
arrancare de la locura
el infierno de tu mirada.

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La bestia me acusa del golpe. ¡No entiendo!

Desde sus pájaros


me escupe acero-fuego
gritando su derecho a la vida

Vomita mi condena.

Me juzga, ejecuta y olvida

Retira el dedo del botón y sonríe.

La llaga grita en las pesadillas.

Desde el palmeral olvidado


reclutaré las manos de las dunas.

Su palabra de rabia renacida


sabrá como destruiros.

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Aquel grillo del oasis
finge el trueno.

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Duerme la arteria de la razón
en los despachos
donde nacen las voces dirigentes.

Se ha decretado el final

El asesino es justo.

El asesinado es culpable.

Aleluya y gloria a la bestia.

Un lamento
de abecedarios vacíos, camina.

Encontraré en la transparencia
de los aceros altivos
la plaza donde se edifica
el discurso del alma.

Una mano de niño


te mostrará la victoria.

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La herida es tan profunda.

La herida es tan culpable.

Mano de cuchilla asesina


con veredicto de cólera.

Sobre el dolor que provocas


grabas con fuego
inmundas razones de muerte.

En las esquinas no se encontró el reposo.

Ignoras que soy sendero.

Tu rabia de puente sin orillas


no borrara mis huellas
Los amaneceres nuevos se levantan de mi cuna.

14
¿Tendré que combatir a solas
por tu olvido de noche?

15
Altos,
torres de huesos

Tiernos,
sin abrazos de madre

Ausentes
el futuro no los conoce

Solos
su espacio es el silencio.

Madre de todas las hambres, ¿por qué?

El viento no recuerda las huellas.

Mi saliva de algas
borrará incansable los rumores
de tu ira maldita.

Sonreiré, no dudes, el día que te olvide.

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La plaza de las sombra frescas
reposaba su tarde de juegos.

Entre las encaladas paredes


dormitaba el hombre
con el aliento de perfume a olivo

Amaneció el día vestido de acero.

No existe el olivo
una foto rota de la abuela,
guarda silencio.

Una estrella de muerte ha pasado.

La piedra desnuda se esconde.

En el rompiente
de las victorias largas
lloraran las voces de fuego.

La ventana de horizontes limpios


no conocerá el miedo.

17
La hora rota descubrió
todas las soledades
y sonrió en la tumba.

II
Un soportal escapa de la tarde
escondiéndose
detrás de su sombra.

III
El desprecio
intento suicidarse
saltando por la ventana.

IV
Agazapado, el miedo,
cerró la puerta
para no ser descubierto.

El ácido, en las contraportadas.

Yo me vestiré de ausencia
y entrare por las ventanas de tu sueño

Tu no me esperas.

Solo entenderás cuando el grito


alcance
tu reposo culpable.

18
Agresión del ejercito de Israel al Líbano

1800 Bombas de fragmentación o bombas de racimo.


Sus efectos producen quemaduras terribles causadas por el
fósforo blanco de su contenido.

1.200.000 unidades de munición.


Consumidas en los 34 días de agresión de las fuerzas armadas
Israelitas contra la población Libanesa.

1.187 muertos.

4.060 heridos.

260.000 desplazados

174 pueblos bombardeados y destruidos en parte

19
En la hora rota
los puños del espanto
han encontrado
gargantas donde defecar su odio.

Un camello llora entre las dunas.

El encuentro con el pulso del recodo


me recibe a la llegada.

No comprenderás,
pero mis ojos cerraran tu camino.

20
El martirio,

con sigilo,

arremete
con brazos de hierro
en busca de los intestinos.

Manos con olor de vientres vacíos.

Viajero de los silencios


mi paso es como la brisa.

Yo reuniré la piel del frío


y escribiré silencios en tu tumba.

21
La arteria se estira
entre los contornos del holocausto.

22
La agonía larga
vestida de bestia
clava su estaca de hielo.

No conocerás mi tumba.

No esperes clemencia
todos los retornos se ajustan.

Tu eres el destino.

23
Por su mirada

desanda el holocausto
su cercanía de horrores.

Soy eremita del dolor.

Un temblor reescribe
en los surcos, tú lejanía.

Te recordare el encuentro.

24
La rapiña se revuelca
en su lujuria de muerte.

Cárcel, hombre, desecho,


solo, sombra.

Brillo de puertas
con nombres ausentes.

El viento sueña que sueña espacios.

Tu desprecio flota en los códices

Por las mutilaciones


te diré en donde tu destino.

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Nadie grita por ellos
el pueblo
de los estómagos llenos
escupen
su libertad de rapiña.

Los acusados
se arrancan el corazón.

La vigilia vacía
ventea en el aire
un encuentro con el sueño.

He perdido la placenta de las palabras.

En los mercados
sonríe el perro de las piedras.

La lluvia desaloja el tenderete


asombrada por las multitudes
que vibran en mi voz.

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Agresión de los ejércitos de la coalición Occidental
dirigidos por Norteamérica y Reino Unido
al Pueblo Irakí.
.

600.000 muertos
Miles y miles de heridos y mutilados.
1.500.000 desplazados
de ellos la mayoría refugiados en otros países.

Destrozadas la mayor parte de las infraestructuras


de sanidad, enseñanza, transportes,
comunicación, ocio, alimentación, agricultura, y industria,
saqueados parte de los fondos de sus museos,
expoliado de su riqueza petrolífera
y sumido en una espiral de violencia tribal.
Con el único objetivo de enriquecer
a las multinacionales que gobiernan el mundo.

Un país que poseía en la década de 1.980-90


unas estructuras de comunicación,
sanidad y educación de las más avanzadas
en Oriente Medio
a pasado a ser un país destruido y subdesarrollado,
con la clase intelectual y científica
diezmada por los asesinatos y los desplazamientos
huyendo de la violencia.

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Por todas las calles
pasean los aceros.

El juego, mutilado.

Huella pequeña
vestida de sangre.

Aceras de carne rota.

Alaridos de esquina vigilante.

Nadie presintió
que se llenara el vacío
de olvido y horror.

Escarcha de volcán en todas las vísceras.

Viajeros del encuentro

entre los universos del golpe


la espada espera el horizonte.

Reconocerás mi pasado
en los temblores de tu condena.

28
Desde la ambigüedad
los espacios esperan
unas distancias nuevas.

La cal sin antecedentes


se recita a si misma
entre bloques desesperados.

Acantilados de hielo, están atados al vendaval.

Me reconozco en lo alto
con trazos de aurora.

Mi morada de tormentas
escupirá vacíos en tus mazmorras.

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Rios
de lenguas desconocidas

en los ojales
un silencio nocturno.

La ventisca huele a sangre.

Acortaré el paso
de las llanuras del hielo.

En tu sueño culpable
injertaré mi agonía
hasta que amanezca la calma
en mi mirada.

30
Los muros se suceden
dentro del pánico.

La tormenta cierra el espacio,


entre las cunas.

El escorpión de la noche
ventea en tus sienes.

Conoceré las salidas

Me injertaré tormentas

Y desde los minaretes del viento


secaré el veneno de tu furia.

31
El espacio futuro se deshace
entre la angustia
de las manos alzadas.

32
Alambradas, muros,

recitar de letanías en el almuerzo.

Nadie escapa a la mano del cáliz.

Huellas de locura en tu mensaje.

Voces de acentos encastrados


entre capiteles.

Una catarata. de arterias defecando,


son las palabras.

Tu no me esperas
Mi paso no cruza el altar de tus grilletes

En la razón de las claridades


están mis sueños.

33
¿A dónde,
ha de llegar la crueldad?

Están trillando el espacio


de las orillas
de la vida.

Todos los rincones


de Guantánamo
serán activados,

y reactivados
incesantemente.

El patíbulo de la plaza oculta la fuente.

Mi mano
sujeta la aurora que reza
a la espera
de tu oración desnuda de fuego.

34
La doncella nace viuda,
el hijo huérfano.

El destino, en los funerales.

Despacio el polvo de los entreactos


recita
de la voz
su alma.

Me apuntan desde el temblor


un murmullo de alas.

Colores preñados saltan a la plaza.

35
Yo no conozco
el color de mi llanto

en el camino se ha secado
entre dentelladas
de leche herida.

La raíz moribunda espera la lluvia.

El pañuelo espeso
se reencuentra con lágrimas altivas.

¡Tú no lo sabes!,
pero los ángulos de este universo
comienzan a ignorarte.

36
Me ahoga la sangre.

No quiero ser.

Recoge mi mano el espanto.

En el atardecer de otro tiempo


nuestros hijos
no lloraran
en recuerdo de la bestia.

37
La brutalidad de la raza humana en el siglo XX
Datos aproximados de la tragedia.
187 millones de muertos en guerras, de ellos 130 millones de
civiles, de los cuales alrededor de 40 millones de niños.
Varios cientos de millones obligados a abandonar sus
hogares y lanzados cruelmente a la desesperación ,y al
hambre cuando no a la muerte en campos de exterminio.

Algunas de las grandes ciudades bombardeadas como


objetivos militares.
Dresde, Tokio, Hiroshima, Nagasaki, Madrid y muchísimas
otras de menor tamaño, ejem. Guernica,
La mayor parte del mundo Sufrió la destrucción y la muerte.
Alemania, Reino Unido , Francia España, Portugal, Grecia,
Turquía, Polonia, Hungría, Yugoslavia, Bulgaria Rumania,
Austria, Italia, Finlandia, Unión Soviética, Países Bajos,
Bélgica, Croacia, Japón, Tailandia, Corea, Vietnam,
Camboya, Laos, Angola, Mozambique, Israel, Palestina,
Jordania, El Líbano, Estados Unidos Nicaragua,
El Salvador, Guatemala, Colombia, Chile, Argentina,
Ruanda, Sierra Leona, Argelia, Liberia, Etiopia, Irak, Irán,
Afganistán, India, Paquistan Bangla Desh,
entre otros muchos países.

38
El tiovivo.

39
Se están reuniendo
los tíovivos de la plaza,
¡como corren!,
ríen sus fantasías de colores.

Las playas
con sorpresas de agua
esperan sus juegos.

40
Todos los tíosvivos
se amontonan
en su propia babel de sueños;.

¿Qué ocurre?
¡no tires bombas

¡No son terroristas .


los niños montados
en los caballos del tíovivo!

son niños que chillan en su juegos.

¿Qué haces maldito?


son niños montados en el tíovivo.

41
¿Porqué estallan las bombas
entre los colores del parque?

Los brazos están rodando


sin cuerpo de niño
donde agarrarse.

42
No tires bombas, maldito
no ves que están
todos los niños del universo.
girando en el tíovivo.

Escucha sus risas


jugando
en las plazas del futuro.

43
¿Que haces?,
porqué tu palabra
es fuego y metralla.

Son niños,
maldito seas miserable.

44
No mates la risa
no manches el verde
con sangre de niños.

¿Cuándo acabará
la lluvia de bombas?

Ya no quedan niños
en la plaza.

45
En tu mundo asesino
los niños crecen en el odio

a todos los niños


a todos los colores
a todas las palabras
a todos los del otro lado
a todos los del otro tíovivo.

46
Los otros tíos vivos
se han perdido
entre la niebla
de tu ceguera asesina.

Nadie borra el terror


de las tiernas mejillas.

El miedo nace
en los universos
de tu odio.

47
La muñeca de color lila
se ha fundido
junto al caballo de madera.

48
Detén las bombas,

rompen la música
de las miradas claras.

49
Que más dá
ya no hay niños en las plazas.

Están enterradas las risas

entre escombros de tíovivo.

50
Es una sombra de niño.

No es un terrorista.

Sabes en donde el terrorista,


mírate al espejo
manchado por el bao de tú furia.

Mañana será tu hijo.

Vuestros hijos.

Los tíosvivos de vuestros hijos.

¿Donde jugaran todos los hijos?

51
Destruye las bombas.

Acaba con el aliento


que construye hombres bomba.

Destruye las bombas.

52
De rojo
el dolor
saltó a la plaza.

El hombre miró
hacia el lado del beneficio.

53
El estruendo
no conoció el sueño del niño.

El miedo en la mirada
se abrió camino entre temblores.

Un grito entre las ruinas


marcó el lugar del espanto.

54
Epílogo.

55
¿Nadie pedirá cuentas
de tanto crimen?

Que será de los niños.

Los de arena.

Los de barro.

Los de asfalto.

56
Recogeré el futuro
y lo esconderé
en el olvido de un sueño hermoso.

En la mañana siguiente,

con desvergonzado atrevimiento,

me vestiré de primavera
para tí..

57

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