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El cuarto de los milagros

Dos curaciones se le atribuyen a la intercesión del beato Carlos Manuel. Mira las
imágenes.

Por Marga Parés Arroyo / Mpares@elnuevodia.com

MAYAGÜEZ - En el oeste de Puerto Rico, en la sencilla habitación de un pequeño hospital, se

esconde un misterio vestido de “milagro”.

En los últimos ocho años han ocurrido dos curaciones presuntamente milagrosas en la Clínica
Española que ubica en este municipio. En ambos hechos los pacientes alegan que sanaron
milagrosamente a raíz de la intervención del beato Carlos Manuel Rodríguez. “Creemos que son
curaciones extraordinarias, insólitas y que un suceso va con el otro”, dijo el doctor Julio César
Hernández Vicéns. El cirujano, quien intervino en ambos casos, contó que tuvo que cancelar las
cirugías que iba a realizarle a ambos pacientes ya que, “de un día para otro, ambos sanaron sus
heridas”.

Misma habitación, misma cama

En el segundo piso del hospital que ubica
en el sector La Quinta de Mayagüez se
encuentra la habitación de los supuestos
¿Quién crees que será eliminado hoy de Objetivo Fama?
milagros: la número 402. La habitación
semiprivada consiste de dos camas
José Aníbal
identificadas como “A” y “B”. Los
pacientes de ambas curaciones milagrosas Andrés

estaban admitidos en la cama A.

“Habitación reservada para pacientes
operados” lee un papel sobre la puerta Relacionadas
amarilla del sencillo cuarto que huele a
plástico y a limpiadores y que no tiene
¿Está la Isla a la puerta de una era de portentos?
ninguna cruz o imagen religiosa.

En el mismo piso del hospital de tres

pisos, fundado en la década de 1930 por la Sociedad Española, ubica una sencilla capilla donde
se da misa semanalmente.

Roma investiga
El primero de estos casos está actualmente bajo el crisol investigativo de un grupo de religiosos
católicos que componen la Congregación para las Causas de los Santos. Éstos se dedican a
estudiar fenómenos o curaciones milagrosas que se le atribuyen a beatos. Este es el título que la
Iglesia Católica le concede a personas que han llevado una “vida ejemplar” y que han logrado,
por su intercesión, un milagro.

Oriundo de Caguas, Carlos Manuel Cecilio Rodríguez fue beatificado el 29 de abril de 2001, tras
el Vaticano reconocer su intercesión en la curación de Carmen Santana de Aguiló, una mujer
enferma de cáncer.

A los tres meses de su beatificación, en julio de 2001, surgió la segunda curación milagrosa que

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se le atribuye. Está sujeta a la aprobación del Vaticano como parte del proceso para declarar santo
al primer beato boricua.

Impide amputación
El segundo milagro que se le atribuye al beato trata de un hombre diabético identificado como
José Antonio Crespo Muñoz, a quien se le infectó una herida en su pie izquierdo. Tras desarrollar
gangrena, los médicos que lo atendieron en la Clínica Española, en Mayagüez, recomendaron
amputarle su extremidad. “Recuerdo que el hombre dijo que la noche antes de operarle la pierna
se le apareció (Carlos Manuel) y que luego su imagen se desapareció por la ventana de la
habitación”, dijo el doctor Emigdio Iñigo Fas, director médico de la Clínica Española, quien
atendió a Crespo Muñoz y le refirió el caso al cirujano para operarlo.

A la mañana siguiente, cuando Hernández Vicéns iba a operarlo, Crespo le aseguró que la
operación no era necesaria porque el beato le había dicho que ya estaba sano. Al retirarle la
venda sobre su pierna, los médicos notaron que, efectivamente, había circulación en la
extremidad y que los tejidos estaban regenerándose.

A los dos años del alegado milagro, Crespo falleció de complicaciones cardíacas y en noviembre
de 2006 la Iglesia Católica local comenzó a estudiar el presunto milagro. Tras un análisis de
peritos y médicos, se envió la petición de canonización del beato ante la Santa Sede, en Roma. En
abril del año pasado el sacerdote Oscar Rivera, postulador diocesano de la primera petición de
canonización de un puertorriqueño, viajó a Roma. Allí se reunió con la abogada argentina Silvia
Correala, quien aceptó ser la postuladora de la petición de canonización ante la Congregación.

Aún en espera de que el Vaticano ofrezca su veredicto, surgió otro supuesto milagro, en el
mismo hospital, en la misma habitación, en la misma cama. Según explicó Rivera, se trata de un
policía de treintipico de años que en julio del año pasado fue golpeado por la patada de un
caballo en una de sus piernas. Como la herida no sanaba, el hombre fue referido a Hernández
Vicéns, quien lo refirió a la Clínica Mayagüez para operarlo.

“Cayó en el mismo cuarto por cosas de Dios”, dijo Hernández Vicéns, mientras Iñigo Fas
comentó cómo se le advirtió al paciente “que en ese mismo cuarto había ocurrido un milagro”.
Según Rivera, la tía del paciente prendió una vela y le oró al beato por la salud de su sobrino. A
la mañana siguiente, ya la herida no estaba visible. “No se veía ni el hilito de la cicatriz”, dijo
Iñigo Fas sobre el suceso que ocurrió en septiembre del año pasado. Para notarizar los
documentos relacionados a esta nueva alegación milagrosa, Rivera se trasladó recientemente a
Mayagüez, donde se reunió con el obispo, monseñor Ulises Casiano Vargas, además de los
médicos del caso y el paciente, quien pidió no ser identificado. Según informó, los documentos
de la más reciente curación presuntamente milagrosa serán enviados a Roma en vías de que
fortalezcan la petición de canonización del primer beato boricua.

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