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Formación docente y TICS:

Perfil del docente ante la revolución tecnológica

Héctor Eduardo Padilla Flores


María Del Rosario Zavala Echavarría1

1
Centro de Actualización del Magisterio, Unidad Los Mochis, Sinaloa.
PONENCIA:

FORMACIÓN DOCENTE Y TICS:

PERFIL DEL DOCENTE ANTE LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

EJE TEMÁTICO

EL APRENDIZAJE Y EL EJERCICIO DE LA DOCENCIA COMO PROFESIÓN MÁS ALLÁ


DE LOS BORDES Y GEOGRAFÍAS INSTITUCIONALES

Subtema:
Nuevos modos de formarse de ser y formarse como educador

PRESENTAN:

HÉCTOR EDUARDO PADILLA FLORES


MARÍA DEL ROSARIO ZAVALA ECHAVARRÍA

ASESORES DEL CENTRO DE ACTUALIZACIÓN DEL MAGISTERIO

Los Mochis, Sinaloa a 29 de septiembre del 2008

RESUMEN

Para conducir, guiar o ser un andamio en el proceso de enseñanza-aprendizaje, bajo el


uso de las TIC’s, el profesor deberá primero conocer los riesgos, ventajas y desventajas de
incorporarlas.
Además, es importante que analice si esto le da valor al aprendizaje, sino es así, es
mejor omitirlas, pues podrían generar más que un apoyo una distracción o una desviación de
objetivos.
Por otro lado, el profesor debe estar capacitado en el uso de las mismas, conocer los
procesos técnicos y didácticos que se requieren para hacer uso de ellas, con el fin de orientar al
alumno en su uso. Asimismo, es importante que a la par del desarrollo del curso se ocupe de
dotar al alumno de estas habilidades cognitivas. Asumir que este proceso requerirá mayor
esfuerzo de él, que a través de la enseñanza tradicional.
Debe ser guía en el camino del aprendizaje, cuidado que se enriquezca el proceso a
través del uso de las tecnologías. Fomentar que éste sea renovado y renovador de enseñanza
aprendizaje, donde se empleen en beneficio del desarrollo de competencias que permitan
formar individuos para un aprendizaje a lo largo de toda la vida.
En ese sentido, el desafío de la escuela consiste en asumir las lógicas de producción y
difusión de la información en la denominada sociedad de la información, dominada por el
cambio de paradigma promovido por las tecnologías de la información, para generar pautas de
uso críticas, que distancien a los alumnos del consumo acrítico y alienante de productos y que
permita sacar provecho de estas tecnologías en función de los valores y criterios
indispensables para la formación de los ciudadanos del futuro.
INTRODUCCIÓN

En México, como en otros países de Latinoamérica se han experimentado notables


avances del sistema educativo tanto en su capacidad para ampliar la cobertura en la educación
y asegurar la oferta de las escuelas, aulas y maestros. Con ello, se ha manifestado un
incremento en la matrícula y se ha visto un decremento en el alfabetizmo los niveles de
escolaridad en América latina como en México han aumentado.

Sin embargo, los logros anteriores no han sido del todo satisfactorios en el terreno de la
calidad puesto que estos logros se han obtenido con grandes desigualdades entre países y entre
regiones dentro de los países.

Para Silvia Schmelkes (1995, p. 12) la crisis de la década de los ochentas contribuyó a
la disminución real de los recursos destinados a la educación provocando el mantenimiento
cuantitativo e incluso, el crecimiento del sistema cualitativo del sistema educativo
cualitativamente éste se ha deteriorado, de seguir este deterioro la educación estaría lejos de
cumplir su cometido: formar seres humanos de calidad.

Ante estos resultados se ha buscado por parte de la Comisión Económica para la


América Latina (CEPAL) y la UNESCO han señalado al respecto lo siguiente:
“…Se ha llegado al término de un proceso educativo mediante el cual se han obtenido
abundantes logros cuantitativos a expensas de menoscabar la eficiencia, la calidad y la
equidad. Para pasar de ese sistema a otro que privilegie la calidad y su efectiva difusión a
todos los niveles de la sociedad, así como las correlaciones entre los distintos procesos de
difusión y de generación de conocimiento, entre ellos la economía; constituye la gran tarea de
América Latina para el próximo decenio ( CEPAL-UNESCO. Educación y conocimiento: eje
de la transformación productiva con equidad”. Santiago: CEPAL-UNESCO, 1992).
Considerando lo establecido por dicha comisión en la cual busca trascender a la calidad
de la educación en todos los niveles de la sociedad a través del conocimiento, el sistema
educativo constituye uno de estos pilares para las futuras generaciones de hombres útiles a la
sociedad.
Siendo entonces la educación la base para formación de una nueva sociedad del
conocimiento, esta debe de evolucionar y no permanecer como un sistema aislado en el cual
sólo se instruye a los alumnos sin ninguna relación con la realidad social que éste enfrenta
cotidianamente, tomando en cuenta que los nuevos avances tecnológicos y el fácil acceso a la
información gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s), en
una sociedad altamente globalizada, la escuela no puede ni debe mantenerse al margen de
estos acontecimientos tecnológicos.
En el campo de la formación docente podremos considerar que los profesores en
educación de cualquier rubro, constituyen las sociedades del conocimiento; sin embargo, al
transmitir a sus alumnos esa información, debería de ser el proceso de cambio entre el profesor
alumno; es decir, el docente como un transmisor de la información y el alumno como un
receptor de dicha información, en el entendido de que durante el proceso el primero debe guiar
al segundo, para que éste pase a formar parte de la nueva sociedad del conocimiento y no se
quede como receptor de la información.
Entonces, el papel del docente es de suma importancia para que el proceso de
enseñanza aprendizaje logre su objetivo principal formar individuos útiles a la sociedad.
Aunque en estos días la sociedad actual se encuentra inmersa en un sistema totalmente
globalizado; considerando que la globalización surge como consecuencia de la
internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, los conflictos
sociales y los fenómenos políticos y culturales. Esta plantea la gracia de eliminar fronteras,
diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socioeconómicas o
culturales entre los países y los bloques económicos.

PERFIL DEL DOCENTE ANTE LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA


Rosales Medrano (2004, p. 195), hace referencia a los perfiles exigidos por la
revolución tecnológica y la globalización, menciona que los docentes deben de asumir nuevos
roles en su campo laboral, el cual les exige una sistemática actualización en su profesión
docente o la creación de nuevas profesiones que impacten también a la misma profesión
docente.
Estos roles atienden a las nuevas reformas educativas en numerosos países incluyendo
el nuestro, debemos de considerar que los roles y las funciones impactan en la profesión
docente implicando el uso d nuevas tareas y competencias, para enfrentar estas tendencias los
profesores recurrirán adquirirlas en su formación inicial o en capacitación continua.
Dichas reformas educativas impactan sobretodo en la educación básica, de ahí la
importancia de formar y actualizar docentes en educación básica con competencias en el uso
de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s)
Estos roles tienden a ser expresados en una nueva realidad globalizadora como el
acceso de la información de masas y de la información en el desarrollo democrático de la
sociedad, el peso y el consumo de la tecnología, la ampliación de la cobertura y demanda de la
educación, además de nuevas corrientes pedagógicas entendiéndose como las TIC’s.
Ante estos nuevos retos educativos el profesor deberá contar con las siguientes
características:
PERFIL CARACTERÍSTICA
Un alto grado de capacidad para la Hace referencia a la preparación a ir más
actuación autónoma de los profesores allá de lo que se sabe, no se puede
interactuar de manera tajante de un grupo
a otro, el profesor debe de buscar la forma
de motivar e introducir el conocimiento en
cada grupo.
Capacidad diagnosticar la situación del En este punto corresponde a la
aula y de cada alumno interpretación grupal y particular de los
alumnos, el profesor debe intuir que cada
alumno tiene su tiempo y espacio para
acceder al conocimiento, además de
comprender y distinguir que cada alumno
presenta diferentes estadios emocionales e
interacciona de manera diferente con la
relación maestro-alumno, alumno-alumno
alumno-grupo y maestro-grupo, esta
relación se vincula con lo expuesto
anteriormente y con la siguiente
concepción.
Conocimiento del ritmo de desarrollo y
aprendizaje de los alumnos. Debe tener en
cuenta que no todos los alumnos aprenden
en forma horizontal, es decir, que no todos
al mismo tiempo sino que en forma
individual cada uno tiene su ritmo de
acceder al conocimiento.
Dominio de las exigencias del Se concibe que el profesor debe enseñar
conocimiento académico de las su materia y la deberá relacionar con las
disciplinas en una perspectiva otras materias que le anteceden y le
interdisciplinaria preceden o donde los contenidos de una se
apliquen en las otras, esto se puede
entender como la verticalidad y
transversalidad del mapa curricular.
Capacidad para incorporar las Esta competencia consiste en relacionar la
demandas sociales a los programas asignatura que se imparte con el entorno
educativos social por ejemplo en ciencia y tecnología,
el cuidado de la salud, el ambiente y los
valores sociales.
Criterio para lograr el equilibrio entre En este punto el profesor debe fomentar
la comprensión y la atención a las los valores de democracia, colaboración
diferencias individuales en el aula. con sus compañeros y compañeras y evitar
la discriminación en todos sus sentidos.
Criterio para eliminar o superar Íntimamente relacionado con la
cualquier brote de discriminación competencia anterior el profesor deberá
sexual o racial. fomentar un ambiente de respeto y no
propiciar discriminación de género,
religioso y étnico.
Un docente que logre estas capacidades y
roles en la educación se puede considerar
un profesional de la educación y no se
convierte en un monopolizador de la
transmisión del saber (un técnico
educativo).
Perfiles exigidos por la revolución tecnológica y la globalización propuesto por Rosales Medrano
2004.

EL PROFESOR Y LAS TECNOLOGÍAS PARA LA INFORMACIÓN Y LA


COMUNICACIÓN (TIC’S).
El reto de los profesores ante las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación, es de qué manera hará uso de estas, puesto que se pueden adoptar en tres
vertientes; ya sea como apoyo al proceso de enseñanza aprendizaje, como medio para aprender
y como objeto de aprendizaje.
La incorporación de las tecnologías de comunicación e información al desarrollo
profesional de los docentes es un imperativo, ya no se reduce sólo a que los docentes conozcan
y manejen equipos tecnológicos.
El actual desafío está, sobre todo, en conseguir que los profesores y futuros profesores
reflexionen, investiguen y comprendan cómo los estudiantes de hoy están aprendiendo a partir
de la presencia cotidiana de la tecnología; cuáles son los actuales estilos y ritmos de
aprendizaje de la niñez y juventud, configurados desde el uso intensivo de las TIC’s, ¿cuáles
son las nuevas capacidades docentes que se requieren para enfrentar adecuadamente estos
desafíos y qué cambios deben producirse en la cultura escolar para avanzar de acuerdo a los
tiempos, a las demandas sociales y a los intereses de los estudiantes?
Esto que hasta hace poco se denominaban “nuevas” o “modernas” tecnologías de
información y comunicación, ya son parte de la rutina diaria de las personas, particularmente
de los niños y jóvenes, que acceden cada minuto a formas de comunicación radicalmente
distintas a las de las décadas pasadas.
Los niños y jóvenes de hoy no aprenden sólo desde al alfabeto, lo hacen a través de
nuevos códigos que asimilan o inventan a partir de la imagen, el color, el movimiento.
Las lecturas de los adultos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo han sido
sustituidas por lecturas diagonales, simultáneas, en varios planos y dimensiones. Como
simultáneas y diversas son las formas de expresión y comunicación que desarrollan las
actuales generaciones.
La capacidad de la sociedad y particularmente de la escuela de definir los códigos, los
contenidos y las orientaciones de aprendizaje está interpelada ante la aparición de estas otras
maneras de aprender, pero además, lo está, por el surgimiento de múltiples espacios
educativos que funcionan más allá de la escuela.
Un segundo desafío que involucra a las instituciones educativas, pero que debe ser
asumido por la sociedad en conjunto, alude a la obligatoriedad de generar los mecanismos
necesarios, suficientes y flexibles para fortalecer los valores fundamentales de una sociedad
democrática y equitativa, en la cual las culturas juveniles se construyen y reconstruyen
permanentemente bajo influencias tan poderosas como las TIC’s. Una influencia que supera el
ámbito de la tecnología e implica a dimensiones valorales, de convivencia, de responsabilidad
social, entre otras.
¿Qué tan cerca está la educación, la escuela y los docentes de comprender y responder
a estos cambios? ¿Qué capacidades desarrolla la formación inicial y en servicio de los
profesores para que puedan integrar a su comprensión y desarrollo del currículum la aparición
e influencia de las TIC’s en los entornos de aprendizaje? ¿Cuáles han sido los cambios
curriculares en la formación de profesores bajo el influjo de las tecnologías de información y
comunicación?
De lo anterior se desprende un tercer desafío que alude directamente a la formación de
profesores. La necesidad de desarrollar y fortalecer las capacidades y competencias que los
profesores requieren para lograr los mejores y más pertinentes aprendizajes en las actuales
generaciones.
La tecnología se ha abierto paso en la vida cotidiana más rápido que en las mismas
escuelas, incluso en zonas alejadas y pobres con servicios básicos deficitarios.
La sociedad moderna, paradójicamente, no ha sido capaz de imprimir el mismo ritmo a
los cambios que ocurren en educación, en relación a los cambios que emergen en otras áreas
del conocimiento. Sin embargo, hay esfuerzos destacados que están haciendo los países, los
cuales no siempre han sido investigados y sistematizados, perdiéndose la oportunidad de
aprovechar y compartir el conocimiento que surge desde nuestra Región y que, sin duda,
constituyen valiosos insumos para la formulación de políticas, estrategias y proyectos para el
desarrollo docente que conjugue el conocimiento universal y local con las demandas
particulares.

Las TIC’s y la escuela: una cuenta pendiente


Cuando hablamos de las tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC’s) y su
uso en las escuelas, no podemos dejar de pensar en toda la gama de mitos y prejuicios que
encierran esos avances para la enseñanza. Y esos prejuicios se manifiestan sobre todo en uno
de los actores principales del hecho educativo:
El docente. En ese sentido, podemos identificar históricamente tres posiciones sobre la
tecnología:
 apocalípticos o tecnofóbicos: son aquellos que odian a la tecnología, la ven como la
culpable de todos los males de la sociedad y manifiestan miedo y aprehensión
hacia ellas
 integrados: por el contrario, son quienes aman incondicionalmente a la tecnología y
la conciben como factor determinante en el desarrollo humano y social, confiando
ciegamente en sus promesas
 neutralistas (la posición más popular entre los docentes): son quienes sostienen que
la tecnología no es buena ni mala, depende de cómo se use o quién la use.
Debemos decir que estas tres posiciones –muy comunes durante los primeros años de
toda nueva tecnología- son falsas.
Las tres conceden a la tecnología un poder omnímodo, al cual temer o admirar. Y
puntualmente, respecto de la posición neutralista, Burbules y Callister sostienen que ésta es
una posición externalista de la tecnología, como si fuera algo externo al ser humano,
fácilmente trasladable a cualquier contexto. Así, los efectos de la tecnología aparecen como
algo objetivo, neutral, previsible y manejable por parte de cualquier ser humano. Burbules y
Callister sostienen, en cambio, que la tecnología provoca efectos contradictorios y citan el
ejemplo del antibiótico: si bien en el corto plazo este avance resuelve el problema de defender
al organismo de un virus, a largo plazo va generando en ese agente externo los anticuerpos que
le permiten ser más agresivo en el futuro. De esta manera, podemos decir que una tecnología
como la energía nuclear tiene efectos contradictorios: a la vez que sirve para usos medicinales,
también lo hace para fabricar bombas de destrucción masiva.
Al respecto, es interesante leer la crítica que Marshall McLuhan le hace al general
David. Esta visión sesgada de la tecnología se comparece con lo que Carina Lion, desde el
plano de la tecnología educativa, dice respecto de la mutación del concepto de tecnología a lo
largo de la historia. Lion sostiene que si bien “tecnología” deriva del griego techné, concepto
abarcador que incluye no sólo al producto tecnológico sino al contexto que le da origen y que
finalmente lo va a utilizar; durante la revolución industrial, a raíz de la instauración de los
sistemas que buscaban la economía y eficiencia en la producción, se redujo el concepto de
tecnología al de mero producto, por lo tanto cuando escuchamos hablar de tecnología,
inmediatamente pensamos en productos tecnológicos y más precisamente en aparatos de
última generación, desconociendo todo el proceso histórico de mediación cultural que da
origen y forma a las tecnologías.
Para despejar equívocos sobre esta visión sesgada y ahistórica de la tecnología, nos
parece más adecuada la concepción que sostienen Burbules y Callister sobre la tecnología: el
concepto "relacional". Éste se puede resumir de la siguiente manera: los seres humanos
somos tecnología, producimos tecnología desde los tiempos primitivos para compensar
nuestro déficit frente al medio ambiente. Por tanto, concebir a la tecnología como algo externo
a nosotros, que depende de quién o cómo la use va a provocar efectos planificados, ese es el
error. Entonces, si la concebimos como algo que forma parte de nosotros, y al decir de Mc
Luhan, son una extensión de nuestros miembros, podemos entonces llegar a la conclusión, que
en todo caso, la tecnología va a amplificar nuestras capacidades (de defender la vida o de
destruirla).

Las tecnologías en la escuela


Podemos decir que la escuela sarmientina, fue el elemento fundamental que sirvió de
propagación social al modelo productivo y del país que se construyó a partir de la denominada
Generación del 80´. La escuela, al igual que una fábrica, dispone sus bancos en las aulas en
forma lineal, sus ritmos son marcados por timbres y a cargo de las clases están los docentes,
cual capataces que dirigen la tarea.
|Y la tecnología sobre la cual se cimentó la escuela moderna fue el libro. La cultura
escritural fue consagrada por la escuela como el modo de transmisión de saber y el docente se
convirtió en el aliado más poderoso del libro.

¿Qué sucede con las tecnologías de la información, ya sea la radio, la TV, la videocasetera
y más recientemente la PC e Internet?
Justamente, por estar refugiada en la cultura del libro, la escuela sistemáticamente ha
menospreciado otros lenguajes que no sean el escrito. La variante más extrema de esta
oposición entre, por ejemplo, el texto y la imagen, es esgrimida por el reconocido politólogo
italiano Giovanni Sartori, quien habla de un homo videns, fácilmente manipulable a través de
los medios electrónicos para lograr resultados políticos. Esta posición refleja el prejuicio que
se tiene hacia la cultura de la imagen que, por caso, es la cultura monopólica en la denominada
sociedad de masas del siglo XX.
En contraposición, hay diversidad de trabajos y de investigadores que sostienen las
posibilidades de los nuevos medios para los procesos de enseñanza y aprendizaje. Esta
posición ha provocado que el acceso de las tecnologías a la escuela haya sido de algún modo
tangencial: es decir, no obedece a una planificación sistemática, a una política educativa, sino
más bien a iniciativas aisladas o a la buena voluntad de los docentes o directivos de las
escuelas que quieren animarse a introducirse en estas temáticas.
Un ejemplo de ello es la escasa o nula presencia de las nuevas alfabetizaciones en los
institutos de formación docente del país.
En un texto de reciente publicación compilado por Mario Palamidessi, se sostiene que
la introducción de las TIC’s en los sistemas educativos latinoamericanos, si bien siguió una
política de carácter global y simultánea, adquirió en cada país, un aspecto diferente y en el
caso mexicano, se reflejó una evidente falta de planificación de las autoridades educativas.
Recientemente, con la Ley Nacional de Educación, se le otorga a estas tecnologías un lugar
más importante y de algún modo central, en la definición del proyecto educativo que
queremos para nuestro país.

Hacia una educación tecnológica


La importancia de introducir una educación tecnológica en las escuelas tiene que ver
con el modelo de país y, por ende, el proyecto educativo que nos proponemos establecer.
Como decíamos antes, si la escuela del siglo XX tenía claro el ideal de homogeneizar la
sociedad (dadas las fuertes corrientes migratorias del período) y de formar al ciudadano para el
trabajo en el marco del modelo agro-exportador, también tenía claro el modelo de alumno.
En ese contexto, el alumno recibía en la escuela las armas y elementos que le servían
para desenvolverse en la sociedad. Además, la escuela, hasta avanzado el siglo pasado,
representaba el único acceso a los bienes de la cultura y a diverso material didáctico para
apoyo de las clases (mapas, láminas, libros, etc.).
El nuevo contexto generado a partir de las políticas neoconservadoras de las últimas
décadas del siglo en Inglaterra y Estados Unidos y que en nuestro país se tradujeron en los 90´
en el desguace del Estado, la desregulación de los mercados y el crecimiento inusitado del
sector de los servicios y especialmente el sector de las comunicaciones todo ello en paralelo al
desdibujamiento de la educación técnica, no casualmente relacionado con la virtual
destrucción del modelo industrial nacional, delinearon para la escuela un escenario muy
diferente.
En ese sentido, pareciera que estamos frente a un dilema: la escuela está organizada
en un esquema de trabajo del modelo anterior correspondiente al siglo XIX, pero debe
formar a los alumnos del siglo XXI. Y específicamente hablando de las tecnologías de la
comunicación y la información, es evidente -y existen innumerables muestras de ello, como el
último informe de la OCDE sobre el uso de tecnologías en los países desarrollados- que los
alumnos reciben más "cultura" y pautas de conducta sociales por fuera de la escuela que
dentro de ella.
Y esto tiene que ver con el acceso que estos alumnos tienen a la industria cultural y a
los medios de comunicación por fuera del sistema educativo, lo cual ha provocado que en
muchos casos, por lo menos en los sectores medios y altos, los alumnos acceden a más y
mejor tecnología en los hogares o en los cibers que en el ámbito escolar.
Y esto nos introduce en el problema principal: el tipo de formación que reciben los
alumnos ya no está en manos de la escuela, sino del mercado.
Entonces, si antes la escuela formaba a los ciudadanos para un modelo en la que ella
ocupaba un rol central, hoy se encuentra con la realidad de que es el mercado, con sus pautas
de consumo acrítico, la que forma las mentalidades de niños y adolescentes. Y esto cobra
especial relevancia cuando se trata justamente del consumo de los medios de comunicación y
el uso de las tecnologías. Un ejemplo claro de ello es la utilización de los motores de búsqueda
en Internet, que se limita simplemente a "bajar, copiar y pegar", sin mediar una instancia de
análisis crítico y reelaboración de la información obtenida, para que ésta se transforme en
conocimiento útil.
En ese sentido, el desafío de la escuela consiste en asumir las lógicas de producción y
difusión de la información en la denominada sociedad de la información, dominada por el
cambio de paradigma promovido por las tecnologías de la información, para generar pautas de
uso críticas, que distancien a los alumnos del consumo acrítico y alienante de productos, y
que permita sacar provecho de estas tecnologías en función de los valores y criterios
indispensables para la formación de los ciudadanos del futuro.

CONCLUSION

Para conducir, guiar o ser un andamio en el proceso de enseñanza-aprendizaje, bajo el


uso de las TIC’s, el profesor deberá primero conocer los riesgos, ventajas y desventajas de
incorporarlas.
Además, es importante que analice si esto le da valor al aprendizaje, sino es así, es
mejor omitirlas, pues podrían generar más que un apoyo una distracción o una desviación de
objetivos.

Por otro lado, el profesor debe estar capacitado en el uso de las mismas, conocer los
procesos técnicos y didácticos que se requieren para hacer uso de ellas, con el fin de orientar al
alumno en su uso. Asimismo, es importante que a la par del desarrollo del curso se ocupe de
dotar al alumno de estas habilidades cognitivas. Asumir que este proceso requerirá mayor
esfuerzo de él que a través de la enseñanza tradicional.

Debe ser guía en el camino del aprendizaje, cuidado que se enriquezca el proceso a
través del uso de las tecnologías. Fomentar que éste sea renovado y renovador de enseñanza
aprendizaje, donde se empleen en beneficio del desarrollo de competencias que permitan
formar individuos para un aprendizaje a lo largo de toda la vida.

BIBLIOGRAFÍA

1. Burbules, Nicholas. Callister, Thomas, Educación: riesgos y promesas de las nuevas


tecnologías de la información, (Barcelona), Granica, 2001. 2000.
2. Delors, Jacques. La educación encierra un tesoro; informe a la UNESCO de la
comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. Ediciones UNESCO.
3. Eco, Humberto, Apocalípticos e integrados, (Barcelona), Lumen, 2001. 1968.
En: Litwin, Edith (comp.), Tecnología educativa. Política, historias, propuestas,
(Buenos Aires), Paidós, 2000. 1995
4. McLuhan, Marshall, Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser
humano, (Barcelona), Paidós, 1994. 1964.
5. Palamidessi, Mariano (comp.), La escuela en la sociedad de redes. Una introducción a
las tecnologías de la información y la comunicación en la educación, (Buenos Aires),
Fondo de Cultura Económica, 2006.
6. Por caso, citamos los trabajos sobre televisión elaborados por: Pérez Tornero, José
Manuel, El desafío educativo de la televisión. Para comprender y usar el medio,
(Barcelona), Paidós, 1994; y Ferrés, Joan, Televisión y educación, (Barcelona), Paidós,
1994.
7. Robalino, Magaly. Formación docente y TIC´s; seminario de información en
informática educativa. ENLACES MINEDUC, octubre de 2005. Chile.
8. Rosales Medrano, Miguel Ángel. Revolución tecnológica, globalización y profesión
docente; antología: cultura, sociedad y educación Escuela Normal de Sinaloa.
9. Schmelkes, Sylvia. Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas/Sylvia Schmelkes. p.
cm. (colección interamer, ISSN 1021-4666; no. 32

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