INTRODUCCION
De acuerdo con Lewis Sperry Chafer (1974), La Doctrina del Hombre es lo que en la
teología se conoce como antropología, refiriéndose al estudio Bíblico del hombre. La
doctrina o el estudio del hombre se estudia desde dos ángulos completamente diferentes,
sino opuestos: el de la filosofía humana y el de la Biblia. El estudio del hombre desde el
punto de vista de la filosofía humana no tiene ninguna relación con la Biblia y evita
toda clase de relación con la revelación Bíblica. Por otra parte, el estudio Bíblico del
hombre; se confina a la Palabra de Dios y a aquellas experiencias humanas que la
corroboran y que pueden servir de testimonio confirmatorio de la verdad revelada en las
Sagradas Escrituras. La Doctrina del Hombre es la revelación de Dios en el sentido de
que las escrituras se originan en Él y que las Escrituras presentan el informe que el
hombre se muestra reacio a aceptar. La Antropología de la Teología o el estudio del
hombre, aunque le presta la debida atención a las afirmaciones de los hombres, se
estructura solo en las verdades que Dios ha declarado en su Palabra.
Hay una gran diferencia entre el estudio del hombre desde el punto de vista de la
filosofía humana y el punto de vista Bíblico. Esta gran diferencia se encuentra en el
estudio de la parte inmaterial del hombre. La antropología no Bíblica es solo una
penetración en los aspectos emotivos e intelectuales de la vida humana, es decir, en lo
que es psicológico; mientras que la antropología Bíblica penetra más profundamente en
los reinos de lo moral, lo espiritual y lo eterno. La antropología o el estudio del hombre
que no toma en cuenta la Biblia no le da a Dios ningún lugar en el origen del hombre, ni
en su cuidado, ni en su destino. Finalmente la antropología Bíblica, puesto que es un
acercamiento a la revelación divina, afirma verdades sumamente profundas en relación
con todos los aspectos del hombre.
La respuesta al problema del origen del hombre es de una gran importancia, puesto que
de esa respuesta depende toda la estructura de la antropología
Con relación al tema de los orígenes del hombre puede obtener material muy valioso,
especialmente libros gratuitos sobre Creación y Ciencia en la siguiente dirección en
Internet: www.sedin.org/
No es, pues, que la evidencia de que el evolucionismo sea absurdo y anticientífico sea
endeble. En todos los campos (Paleontología, Geología, Biología, etc.) se puede ver con
toda facilidad que no goza de ningún apoyo científico. Y la termodinámica y la
fisicoquímica le asestan un golpe definitivo. La verdadera dificultad ante la que la
mayor parte de las personas se estrellan es que el abandono del evolucionismo
implicaría la aceptación total del Creador y... esto es lo último que se quiere hacer.
Porque aceptar al Creador implicaría aceptar que el Creador ha hablado, implicaría
aceptar Su Revelación y el lugar que nos corresponde como criaturas de Su mano. Y
esto en realidad ya no es un problema científico, sino que es un problema muy personal,
puesto que toca el orgullo humanista, y la soberbia: justamente la verdadera causa de
nuestro alejamiento de Dios, la actitud en que cayó Adán en su acción de desobediencia,
y que nosotros hemos heredado.
uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de
Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de
aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para
condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por
uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de
la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también
la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Los esfuerzos que hacen los hombres para explicar las obras de Dios, parecen a menudo
intentos para impedir que otros crean en Él. El informe que Dios nos da en su Palabra es
digno de Él. Los que desprecian ese informe contenido en la Palabra, también
desprecian a Dios, desprecian sus divinos consejos y rechazan su gracia como dice el
apóstol Pablo en Rom 1:21 “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido”
Con respecto a los capítulos 1 y 2 de génesis hay mucha discusión con respecto al hecho
de que hay dos relaciones de la creación del hombre, esto ha ocasionado mucho error
doctrinal debido a exégesis prejuiciadas. Primeramente los dos primeros capítulos de
génesis son clasificados como una figura literaria de repetición, la cual es conocida
como “paralelismo concéntrico” o “quiasmo palístrofe”, esta figura literaria le da una
estructura característica al libro que consiste en repetir el relato de forma cruzada y
manteniendo una simetría, a fin de que la disparidad de sentidos resulte a su vez
significativa, el propósito es dar valor a una idea central en base a la repetición de las
En el caso de los dos primeros capítulos de Génesis la repetición indica un gran énfasis,
y en un tema como este, teniendo en cuenta la incredulidad humana, sin duda, se hace
indispensable una acentuada amplificación. Deben notarse, sin embargo, ciertas
variaciones en los relatos, y, como se nota a menudo en la Bíblia, los dos relatos son
necesarios y complementan el informe. El capítulo 1 de Génesis es general, el capítulo
2 de Génesis introduce detalles, que si hubieran formado parte del primero, hubieran
echado a perder su majestuoso ritmo y su simetría.
Según el primer relato, el hombre y la mujer son igualmente creación de Dios, veámoslo
en los versos 26 y 27
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”
Según el segundo relato se nos dice que el hombre fue el primero que llegó a existir, y
que fue formado del polvo de la tierra, en tanto que la mujer fue tomada del hombre,
mediante un arreglo especial de Dios que resultó en un ser de la misma plenitud,
leámoslo en los versos 7 y 21-25
Gen 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente
Gen 2:21-25 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y
mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la
costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo
entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será
llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y
a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos,
Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Según la primera narración, en el capítulo 1 del Génesis, del hombre se dice tres veces
en un solo versículo, el 27, que Dios lo creó. En el verso 26 se puede observar que Dios
tenía el propósito de crear al hombre. De igual forma el relato repite tres veces en los
versos 26 y 27 que el hombre fue hecho a la imagen de Dios.
De estas observaciones del texto del capítulo 1 y 2 de Génesis, podemos ver como se
registra el hecho de que el hombre participa de la existencia animal, y sin embargo, en
un sentido especial, fue hecho a semejanza de Dios. El relato del capítulo dos se
caracteriza por los detalles que se le agregan, se declara que el hombre y la mujer son
semejantes en el aspecto físico, por haber sido hechos, el hombre directamente, y la
mujer indirectamente, del polvo de la tierra. Aquí entra la química en lo que tiene que
ver con el cuerpo humano. Se sabe que el cuerpo animal se compone en su organización
de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, cal, hierro, azufre y fósforo, sustancias estas
que en sus diversas combinaciones constituyen una gran parte de la tierra sólida.
Pero un aspecto más distintivo del ser del hombre, como se narra en su creación, es el
hecho de que Dios soplo en su nariz “aliento de vida” como lo expresa Gn 2:7
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”
En el original la palabra vida esta en plural, de tal manera que la traducción literal es:
“Dios sopló en su nariz el aliento de las vidas”. F. Delitzsch escribe sobre esto y dice:
“No es solamente el principio general de vida que se le impartió al mundo que se
individualiza en el hombre, sino que Dios sopla en la nariz del hombre la plenitud de su
personalidad…para que, en una forma correspondiente a la Personalidad de Dios, el
hombre pueda llegar a ser alma viviente.
Dice Génesis 1:27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó”
Por otra parte desde el acto mismo de la creación del hombre, se indican papeles
distintivos para el hombre y la mujer. Por consiguiente, el modelo es el de una igualdad
en el ser esencial y una diferencia distintiva en cuanto al papel o función de cada uno.
Jn 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre?
1Co 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.
Y el Espíritu Santo es enviado por el Padre a testificar acerca del Hijo y a glorificarlo
Jn 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho
Jn 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
Jn 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir.
Jn 16:14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber
Esta revelación Bíblica nos demuestra que la identidad familiar está en Dios, así lo
expresa el apóstol Pablo en
Ef 3.14-15 “14Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, 15de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,”
FAMILIA: La palabra en griego que se traduce aquí como familia es similar a la que se
usa para padre (Familia en griego es patria y la palabra griega patria deriva a su vez de
la palabra griega pater que significa padre). Una traducción alterna seria paternidad. Por
lo tanto, puede decirse que la “familia” deriva su nombre y su existencia del padre.
La gran familia de Dios incluye a todos los que han creído en Él en el pasado, los que lo
han hecho en el presente y los que lo harán en el futuro. Todos somos una familia
porque tenemos a un mismo Padre. Él es la fuente de toda la creación, el dueño legítimo
de cada cosa. Dios promete su amor y poder a su familia, la Iglesia; si queremos recibir
sus bendiciones, es importante que nos mantengamos en contacto con otros creyentes en
el cuerpo de Cristo. Quienes se aíslan de la familia de Dios y tratan de seguir solos, se
privan del poder de Dios.
«Familia» es una palabra que está arraigada en Dios: Dios es Padre, el Padre de nuestro
Señor Jesucristo. Dios es, en sí mismo, una «familia divina». Ello a su vez se expresa en
la manera cómo Dios se relaciona con la gente. La Biblia revela este aspecto de la
naturaleza de Dios en un rico y variado uso de imágenes de la familia: Dios es nuestro
Padre, Dios es el Esposo para su pueblo, Dios es como una madre que cría a sus hijos,
Cristo es el Esposo de la Iglesia.
Estos versos revelan la confianza que Jehová tenía en Abraham. De Abraham se podía
esperar que fuera a gobernar y enseñar a sus hijos y a su casa, después de haber él
cumplido el camino del Señor, que enseñaría a sus hijos y a su casa a hacer justicia y
juicio. Dios sabía que Abraham haría esto y este hecho tendría una consecuencia de
bendición y es que al Abraham enseñar a sus hijos, Dios cumpliría todas las cosas que
había prometido a Abraham. Estos textos de Génesis 18 nos dejan observar que el
llamamiento de Dios no procede de manera individual, sino de manera familiar. Esta
afirmación la vemos confirmada en el pacto de Dios con Abraham en Génesis 12
1
Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la
casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2Y haré de ti una nación grande, y
te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3Bendeciré a los
que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti
todas las familias de la tierra. 4Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue
con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán
Ha esto es lo que la escritura se refiere con hacer justicia y juicio, y sus inicios se dan
en el seno de nuestros hogares
Dios actúa desde arriba para cambiar la condición del hombre aquí en la tierra. Solo
cuando el Espíritu de Dios está entre nosotros alcanzamos la paz y la prosperidad
verdaderas, esto solamente acontece en nuestras vidas cuando damos respuesta a la
persona y la obra de nuestro Señor Jesucristo con arrepentimiento y fe, solamente
confesando a Jesucristo como nuestro único Señor y suficiente salvador, recibimos la
provisión de Dios planteadas en las promesas del pacto con Abraham. A través de Cristo
somos justicia de Dios y a través de la justicia es que se halla la paz y estos cambios
comienzan en el seno de la familia, como dice Zacarías 4:6
“No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos”
Cuando un hombre y una mujer se unen en matrimonio, Dios les otorga este nombre que
en esencia le pertenece: el nombre de familia. El esposo, la esposa y los hijos, viven a la
altura del verdadero significado de esta palabra, cuando reflejan la naturaleza y la vida
de la familia divina en la familia humana. Pero, además de esto, hay un orden familiar
establecido por Dios y es bueno que lo comprendamos, como lo expresa:
1 Co 11.3. “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es
la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”
(Biblia del diario vivir). En la frase «el varón es la cabeza de la mujer», cabeza no se
usa para indicar control o supremacía, sino «la fuente de». Debido a que el hombre fue
creado primero, la mujer deriva su existencia del hombre, como el hombre de Cristo y
Cristo de Dios. Evidentemente Pablo estaba corrigiendo algunos excesos que las
mujeres casadas corintias estaban requiriendo.
Dios llama a la sumisión a todos por igual. No hizo al hombre superior, facilitó las cosas
para que el hombre y la mujer trabajaran juntos. Jesucristo que es igual con el Padre, se
sometió para llevar adelante el plan de salvación. De igual modo, en la forma como el
hombre se somete a Dios, la esposa debiera someterse a su esposo por el bien de su
matrimonio y su familia. Sumisión entre iguales es sumisión voluntaria, no forzada.
Servimos a Dios en estas relaciones actuando con sumisión a otros en nuestra iglesia, a
nuestro cónyuge y a nuestras autoridades.
Dios diseñó y equipó al hombre y a la mujer para realizar diferentes tareas, pero todas
estas tareas apuntan a la misma meta: honrar a Dios. El hombre da vida a la mujer; la
mujer da vida al mundo. A cada rol le corresponden privilegios exclusivos; no se admite
el pensamiento de que un sexo sea superior al otro.
Con referencia al libro de Génesis, es de resaltar aquí una referencia del Targum
hebreo. Targum significa "traducción". Es cualquiera de las traducciones arameas, más o
He 11:3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,
de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía
He 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan
Ef 4:22-24 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra
mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.
Iniciemos hoy y mantengamos una relación personal con nuestro Señor Jesucristo. Si
sientes que no has tenido una relación personal con nuestro señor Jesucristo, repite
conmigo esta oración.