¿Qué la guerra nació financiada y orientada por los comunistas?
¡Falso! ¿Qué Fidel y Cuba, armaron esta guerra? ¡Falso! Simplemente unos jóvenes aterrorizados, huyeron a los montes en Chaparral, para huir de una policía asesina (Los chuladitas, de la uvita, Boyacá); el caos y el desorden, llevó a un soñador a cargar con un mimeógrafo, para “adoctrinar” a los campesinos liberales y salvarlos de las matanzas…convocó a un grupo desordenado y desorientado, para organizar una defensa; para contraatacar con emboscadas y poderse armar mejor…tomando los fusiles de los “héroes caídos en acción de guerra”…Jorge Hernández se apodó: “El Comandante Olimpo” y bautizó a su grupo” El primer movimiento de autodefensa campesino de Colombia”…poco a poco se cambiaron los machetes y las escopetas de fisto, por fusiles y granadas… muchos ganados en emboscadas y otros…recibidos desde la capital; enfados en taxi “expreso”; para unos por Carlos Lleras…y para los otros por el satánico Mariano...
Aparece el fenómeno del triunfo revolucionario de Castro; entonces
los andrajosos “chusmeros” se uniforman y deciden imitar el modelo, fundando un ejercito popular: Las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia – FARC- y un fundo con idealismos altruistas, un kibutz a lo criollo, una comuna a lo “opita o tolimenso”…una utopía…esa “República Independiente de Marquetalia” no era más que un caserío…al que intenta la CIA macartista borrar del mapa, ordenándole al gobierno enviar a su glorioso Batallón Colombia, a exterminar a los “comunistas”…se ensayan las bombas NAPALM que se inmortalizarían en Vietnam y enriquecerían aún más a la Dupont, “chamuscando aldeas y rojos”…viene la desbandada y la hambruna…se reviven odios…el comandante Olimpo, huye a la costa caribeña…trabaja como vendedor de enciclopedias y libros… escribe…funda los talleres literarios en Colombia…escribe como 14 libros…muere siendo un soñador profesor universitario y militante de su “partido”…después de ver caer a sus mejores amigos y líderes populares en una guerra sucia de exterminio…Me parece ver su rostro pijao transformado por el dolor, cuando se enteraba de la caída de Pardo Leal…Cepeda…fueron entre 2000 y 3000 militantes de la Unión Patriótica…fue una época en la que se impusieron los trajes negros…porque todos los días, habían entierros de sus compañeros…
De esa huida y en medio del peor caos, un joven reclutado, recoge la
bandera caída y con el poco conocimiento que le permite su ignorancia…se enfrenta con una bandera roja, a un ejercito de hermanos campesinos, esclavizados en regiones remotas y sanas del país y manipulados, por los intereses de hienas, de cuervos murtes…y el resto de la historia…por ser contemporánea, ya la conocemos… Las guerras mutan, como todo lo que perdura en el tiempo…así como las circunstancias o los motivos…por ser dinámicos…por ser vivos…
Cuando se dijo por primera vez: “Matar a un liberal no es pecado”, se
confirmó que hay palabras o frases, que pueden tener más fuerza que una bomba nuclear…llevamos más de50 años de guerra fratricida; en el año más violento, al que se le sumo el conflicto armado con el narcotráfico … en ese solo año, tuvimos más muertos y heridos, que los norteamericanos en Vietnam…el conflicto ha mutado en un monstruoso medusa…pero es una realidad y no un mito…sé que este texto no es literario; pero es la historia, que muchas memorias no recuerdan…y que muchas callan…es el eco de los aterradores gritos que muchos…¡nunca escucharon!... son las espantosas imágenes, que se reviven en las pesadillas y en las conciencias de muchos…es ese odio silencioso, que no descansa aquí, ni en Afganistán, ni en Irak, ni en muchos países del África… Bosnia o Kosovo…donde haya una guerra, germinarán odios, así se siembren rosas… el dolor cansa, hastía; se silencia como en Alemania, Francia, Polonia…Inglaterra, Irlanda, España, Italia… Rusia…pero les aseguro que los más viejos: Aún escuchan a las bombas o a las balas, zumbándoles la cabeza o el espinazo…Yo no culpo a los protagonistas, sino a quienes escribieron esos diabólicos guiones…Yo no culpo a los verdugos; sino a los que les pusieron un machete o un fusil, en las manos. Yo no culpo a los astros, sino a los corazones, de algunas banderas absurdas. A esa historia la hemos exorcizado y enterrado, miles de veces y miles de veces han resucitado, por haberse engendrado, diabólicamente. Muchos nunca podrán descansar en paz, así como no podrán hacerlo, las ratas murtes que sobrevivieron.