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Producción de conocimiento,

prácticas intelectuales
y reflexividad* nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 96-111

Uriel Ignacio Espitia Vásquez**

Con base en los resultados del proyecto “Gestión cultural y políticas de lugar: enfoques de desarrollo alternativo en San
Cristóbal y Los Montes de María”***, se enuncian algunas relaciones analíticas sobre lo que significa producir conoci-
miento, desde prácticas intelectuales conjuntadas en una experiencia de coinvestigación con colectivos sociales y las posibles
influencias de los procesos de reflexividad dinamizados para el fortalecimiento y la ampliación de las políticas de lugar
desarrolladas por estas organizaciones culturales.
Palabras clave: producción de conocimiento, prácticas intelectuales, reflexividad, políticas de lugar.

Com base nos resultados do projeto “Gestão cultural e políticas de lugar: enfoques de desenvolvimento alternativo em
São Cristóvão e Os Montes de Maria”, enunciam-se algumas relaciones analíticas sobre o que significa produzir conhecimento,
desde práticas intelectuais conjuntadas em uma experiência de co investigação com coletivos sociais e as possíveis influências
dos processos de refletividade dinamizados para o fortalecimento e a ampliação das políticas de lugar desenvolvidos por
estas organizações culturais.
Palavras-chaves: produção de conhecimento, práticas intelectuais, refletividade, políticas de lugar.
Based on the findings of the project “Gestión cultural y políticas de lugar: enfoques de desarrollo alternativo en San
Cristóbal y Los Montes de María”, some analytic relationships are stated between the significance of producing knowledge
when intellectual practices are getting together with some social collectives in a co-investigation experience, and the possible
influences of invigorated reflexivity processes in the strengthening and extension of the local policies developed by these
cultural organizations.
Keywords: knowledge production, intellectual practices, reflexivity, local policy.

ORIGINAL RECIBIDO: 08-VIII-2008 – ACEPTADO: 10-X-2008

* Este texto se compone tanto de los análisis propios del autor, como de apartes
del informe de investigación no publicado, presentado a Colciencias, en el
cual participaron Juliana Flórez, Uriel Espitia y María Angélica Garzón.
** Psicólogo, Especialista en Comunicación-Educación. Candidato a Magíster
en Investigación en Problemas Sociales Contemporáneos, IESCO-Universi-
dad Central. Docente-investigador de la línea de Comunicación-Educación
del IESCO-Universidad Central. E-mail: uespitiav@ucentral.edu.co
***Realizado entre febrero de 2007 y marzo de 2008 por tres nodos de
coinvestigación: a) el Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea
21 de El Carmen de Bolívar - departamento de Bolívar; b) la Corporación
Promotora Cívico Cultural Zuro-Riente y la Asociación Vecinos Solidarios
(AVESOL) (miembros de la Red de Eventos Culturales de la localidad Cuar-
ta de San Cristóbal - Bogotá); y c) la línea de Comunicación-Educación del
Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos-IESCO. El estudio contó con
el auspicio del Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la
Tecnología Francisco José de Caldas-Colciencias y la Universidad Central.

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Antecedentes del poder y la desigualdad social. Al locales, promueve cambios sociales
proyecto tiempo, se han mitificado los disposi- colectivos y procesos de participa-
tivos tecnológicos, los lenguajes y ción ante las condiciones de discri-
Desde mediados de los años saberes propios de la comunicación, minación y exclusión, y frente a
noventa, la línea de Comunicación- encumbrando un mediacentrismo que distintos tipos de violencias, apro-
Educación de la Universidad Cen- reduce lo comunicativo a los medios, piándose de las propias capacidades
tral intuyó el carácter “estratégico” por lo que desde el punto de vista de para hacer contar sus voces, sus pro-
y no instrumental de la comunica- las prácticas sociales en comunica- cesos de gestión social, la preocu-
ción 1 , que durante la década los ción se vuelve necesario rebasar todo pación por entretejer la cultura con
sesenta fue la vía predilecta para la lo anterior y también aquel margin- las tradiciones comunitarias y la va-
difusión de innovaciones tecnológi- alismo de lo alternativo que cree que loración de los saberes locales3 .
cas por parte del discurso de la mo- una auténtica comunicación pueda
dernización desarrollista de las hacerse por fuera de la contamina- Con base en algunos de estos
agencias de cooperación internacio- ción tecnológica/mercantil de los desarrollos, Armando Durán y Car-
nal, lo que fue analizado y denun- grandes medios o que debería cir- los Eduardo Valenzuela decidieron
ciado críticamente por Freire en cunscribirse a experiencias microgru- estructurar un futuro proyecto de in-
19732 . pales escondidas en el mundo popular vestigación que permita averiguar si
(218-221). las prácticas locales de comunica-
Martín-Barbero (2003) ha mos- ción y cultura preocupadas por el de-
trado cómo los intereses hegemónicos Con el desarrollo del programa sarrollo territorial pueden generar
de la “sociedad de la información” de especialización en Comunica- alternativas críticas localmente si-
hoy avalan un comunicacionismo que ción-Educación desde 1998 hasta tuadas al espacio discursivo del de-
ontologiza la comunicación como el 2006, esta línea de investigación sarrollo (tanto como “desarrollos
motor y el contenido último de la pudo conocer muchos trabajos sig- alternativos”, “alternativas al de-
interacción social, al deponer a un nificativos donde la comunicación sarrollo” o quizá encontrando cami-
registro secundario la cuestión del producida desde las comunidades nos para pensar un postdesarrollo

“Huelga bananera terminó en masacre”. El Tiempo, 1928. Tomado del libro Siglo XX a través de
El Tiempo (1999). Caricatura de Ricardo Rendón (1894-1931).

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(Escobar, 2005a: 20)). A este esfuer- Como conclusión parcial del tra- ante una videocámara, nos permitió
zo le sumamos luego los intereses de bajo de acercamiento realizado en- comprender que la reflexividad no
la política de interacción social del tre los años 2006 y 2007 a algunas es algo privativo de las prácticas
IESCO, que vio en la formulación de estas organizaciones, editamos en “académicas” o una prerrogativa de
de un proyecto de investigación una enero de ese año el video: “Hilos y la institución universitaria, sino que
de las formas de construir y fortale- enredos de lo cultural en el sur- tales capacidades ya están instala-
cer una relación de doble vía entre oriente bogotano”, donde los direc- das como parte de las prácticas in-
el Instituto y algunas comunidades tivos de la Promotora Cultural telectuales instituidas en lugares.
que desarrollan activamente el cam- examinaron de manera autocrítica
po comunicación-educación (C-E). las vicisitudes de la realización del Hay que aclarar que la propues-
Así inscribíamos parte de nuestra in- “XVII Festival del viento y las co- ta de coinvestigación realizada,
quietud por esa política buscando metas” debido tanto al sinfín de guarda cercanías con la Investiga-
superar el imaginario de la “exten- trámites, impuestos y restricciones ción-Acción-Participativa, en la me-
sión” o la “proyección social”, puesto que las políticas de gobierno fueron dida en que el proyecto se propuso:
que a mediados de 2005 a) articular la produc-
discutimos la reiterada ción de un conoci-
definición de la Univer- miento investigativo
sidad como un ámbito con la acción social
solidario de tres funcio- realizada por los invo-
nes académicas, que se lucrados, buscando
saben consustanciales a descubrir relaciones
su institucionalización para co-producir cam-
como organización fun- bios a partir de proble-
damental de la moderni- matizar sus prácticas
dad, caracterización pero atendiendo a que
interrogable desde el los colectivos desearan
equívoco que existe en- realizarlos; b) no pre-
tre función y actividades tendió una observa-
de la Universidad. De ción distante como la
este modo, la forma- Puerta 25 de agosto - entrada principal a la Refinería de Barrancabermeja, Santander. observación-partici-
Foto cortesía de Ecopetrol.
ción, la investigación y pante etnográfica, sino
la extensión, sólo serían tres tipos engendrando sobre las prácticas participación e involucramiento con
de actividades con las que la Uni- culturales de los colectivos sociales, los problemas tratados (pues el de-
versidad cumple su función verte- como a los desencuentros y conflic- safío actual para decolonizar el
bralqueeslade generar conocimiento tos experimentados con las propias pensamiento y la Universidad es
y volverlo accesible a la sociedad comunidades y otras organizaciones establecer una ruptura con ese “pathos
(Botomé, 1996). locales para el desarrollo del festival. de la distancia”, no siendo el aleja-
miento objetivista o la neutralidad
También coadyuvó a la cimenta- En ese audiovisual la cuestión de valorativa la que debe guiar la inves-
ción de este proyecto, la participa- la reflexividad sobre las prácticas tigación, sino un ideal contrapuesto de
ción en las experiencias de formación culturales en San Cristóbal hizo pre- contaminación y acercamiento, porque
docente realizadas por la línea de in- sencia como una táctica de interro- cualquier observación nos involucra
vestigación en el Programa Sectorial gación que supone un trabajo de como parte del experimento, (Cas-
de Educación Ciudad-Escuela-Ciu- explicitación y una puesta en cuestión tro-Gómez, 2007: 88-89)), en ese
dad, que permitió entablar relacio- de la propia experiencia individual sentido, inquirimos cómo construir
nes con algunos miembros de las y colectiva ejecutada en un lugar. teoría a partir de una práctica re-
organizaciones que integran la Red Ese proceso apalabrante, mediado flexionada críticamente y a través de
de Eventos Culturales de la locali- por una entrevista de recapitulación relaciones lo más horizontales posibles;
dad de San Cristóbal. de la historia de esta colectividad c) quiso relacionar conocimiento y

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poder buscando incrementar la lectivos, en aras de que se constru- luchar contra las formas de poder allí
capacidad de decisión e interven- yeran como estructuras hegemó- donde es a la vez su objeto e instru-
ción de los actores con lo compren- nicas 4 ; b) en ningún sentido se mento: en el orden del “saber”, de
dido desde sus propias prácticas suscribió una propuesta de investi- la “verdad”, de la “conciencia”, del
culturales; d) más que divulgación gación militante que asumiría como “discurso” (Deleuze y Foucault,
–como trasposición al vulgo de propios los intereses de los actores 2000: 8-9).
conocimientos y técnicas (Huergo, sociales, ya que está claro que la
2001)–, se propuso una socializa- gente debe y puede hablar y actuar
ción, uso y apropiación de los sabe- por su cuenta, en razón de que las Prácticas culturales
res y conocimientos a través de prácticas intelectuales ya no son una
mediaciones comunicativo-educati- conciencia representante o repre- Contemporáneamente, la no-
vas; e) su estrategia de coinvestiga- sentativa y porque los sectores so- ción de cultura es comprendida como
ción puso en relación investigadores ciales no nos necesitan para saber. recurso, lo que implica su gestión, un
internos y externos or- enfoque que no era ca-
ganizados alrededor racterístico ni de idea
de tres nodos de pro- de la alta cultura ni de
ducción de conoci- la cultura cotidiana.
miento, donde los Este cambio cultural se
actores sociales son ha complejizado aún
interlocutores válidos más, cuando la cultura
en tanto que poseedo- recurso circula global-
res de experiencias y mente, con creciente
saberes sobre sus pro- velocidad. Su manejo
pias organizaciones y hasta ahora, administra-
sobre los contextos do a escala nacional,
donde intervienen. aparece coordinado tan-
to local como suprana-
No obstante, el cionalmente por las
proyecto se alejó de la corporaciones y por el
perspectiva de la IAP sector no gubernamen-
principalmente por- tal internacional. Esto
Construcción de un gasoducto tumbando bosque. Sogamoso-Cib. Agosto 1982.
que: a) la definición Foto cortesía de Ecopetrol. genera una nueva divi-
del problema de inves- sión internacional del
tigación debió ser resuelta en muy Sin embargo, existe un sistema trabajo cultural, yuxtaponiendo la di-
corto tiempo por la Universidad y de poder que intercepta, prohíbe, ferencia local a la administración y la
procurando hacer coincidir el in- invalida ese discurso y ese saber. inversión trasnacionales (Yúdice y
terés investigativo con los términos Poder que no está tan sólo en las ins- Miller, 2004: 16).
de la convocatoria de Colciencias; tancias superiores de la censura, sino
en ese sentido, los actores sociales que penetra de un modo profundo, Dada la injerencia cada vez más
y sus preocupaciones tuvieron un muy sutilmente, en toda la red de habitual y profunda de los actores
estatuto subrogado, lo que intentó la sociedad. Ellos mismos, los inte- trasnacionales en lo local, la ca-
subvertirse, no descifrando de an- lectuales, forman parte de ese siste- pacidad de agencia de los actores
temano los conceptos claves del ma de poder, la propia idea de que locales comporta una práctica refle-
proyecto (prácticas, políticas de lu- son los agentes de la “conciencia” y xiva de auto-gestión frente a los mo-
gar, reflexividad, producto multimedial, del discurso forma parte de ese sis- delos impuestos por una sociedad o
etc.), sino que fueron puestos a fun- tema. El papel del intelectual ya no formación cultural determinada,
cionar como un significante vacío que consiste en colocarse “un poco ade- para que en medio de las voces de
convocara el deseo y la potencia de lante o al lado” para decir la verdad otros, su apropiación consista en
lucha por la significación de los co- muda de todos; más bien consiste en poblarlas con sus propias intenciones

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y acentos, pero a la vez trabajando, mental y por la reconstrucción de los compleja en los procesos políticos y
en el entrecruzamiento de las ma- relatos cruzados de vida que narraron de producción (Escobar, 1997: 135-
trices culturales de los grupos socia- la trayectoria de los colectivos. Con 172). De ahí que haya sido crucial
les y sociedades donde tienen lugar base en esa información, las propias seguir otra tendencia de los estudios
sus prácticas (Ibíd.). organizaciones nominaron sus prác- culturales latinoamericanos que le
ticas de gestión cultural sin seguir un apuesta a aterrizar la discusión en
A partir de tal propuesta, esta patrón homogéneo, ya que algunas campos de lucha concretos donde se
investigación se centró en la noción definiciones identificaron con cer- evidencie el “vínculo entre cultu-
de prácticas de gestión cultural. Tras teza el momento en el que emergió ra, poder e identidad” sin que tales
la revisión de la literatura pertinen- la práctica cultural, mientras que políticas culturales puedan res-
te y la discusión con los nodos de otras se preocuparon más por desta- tringirse a aquellos movimientos que
co-investigación, nos interesó no car cuál es la apuesta política de la son más evidentemente culturales,
tanto una definición estricta y pura organización con el desarrollo de ya que: “la cultura es política por-
de qué es una práctica de gestión una práctica dada. Asimismo, hubo que los significados son elementos
cultural, sino más bien, delimitar al- heterogeneidad en el carácter más constitutivos de procesos que, implí-
gunos criterios claves para identifi- prescriptivo o descriptivo con el que cita o explícitamente, buscan dar
carlas: a) son formas de hacer, pensar se explicaron las prácticas; mientras nuevas significaciones del poder so-
y relacionarnos; b) dan regularidad que algunas de ellas aludieron so- cial” (Álvarez, Dagnino y Escobar,
y mayor estabilidad al campo de lo bre todo al deber-ser de la organiza- 2002: 24-26). Concretamente se es-
social: c) están desarrolladas en el ción, otras se centraron en mostrar cogieron dos ámbitos para anclar el
ámbito de lo cotidiano y micro pero las dinámicas concretas de trabajo análisis de las prácticas de gestión
pueden reproducir funcionamien- que reflejan dichas prácticas. Esta cultural: las políticas de lugar y el
tos abstractos y macro; d) son heterogeneidad, lejos de ser una fal- desarrollismo (Informe Técnico Fi-
configuradoras de relaciones de po- ta, muestra que el momento de la nal a Colciencias, IESCO, abril de
der y, a su vez, están configuradas trayectoria que viven las organiza- 2008: 6-7).
por ellas; e) las caracteriza un fin, ciones marca de maneras distintas
un sentido, una intención; f) tie- el ejercicio de reflexividad sobre las
nen un carácter relacional y afec- prácticas que articulan sus maneras Políticas de lugar
tivo; g) son productoras de saberes; de hacer o agenciar lo cultural.
y, finalmente, h) poseen un trasfon- Como el estudio procuró articu-
do histórico. Pese a esta definición de las lar tres ámbitos de estudio: cultura,
prácticas, no quedaba claro cómo poder y el campo comunicación-edu-
Obtuvimos una aproximación operaban las contradicciones inhe- cación, se desplegó una propuesta de
histórica a dichas prácticas mediante rentes al modo como la cultura y la co-producción de conocimiento al-
la metodología de la revisión docu- ideología se insertan de manera rededor de caracterizar las prácticas

ORGANIZACIONES
Colectivo de
Corporación Promotora
Asociación Vecinos Comunicaciones
Cultural
Solidarios, AVESOL Montes de María Línea
PRÁCTICAS Zuro Riente
21
Pedagogía para la Generación de espacios de Formación de
DE
solidaridad encuentro Formadores
Alfabetización para la
GESTIÓN Arte en clave formativa Cineclub itinerante
ciudadanía
Corresponsabilidad
CULTURAL Alfabetización para la vida Consejos de redacción
comunitaria
Colaboración festiva por Prácticas de
Narración cultural local
la vida investigación

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culturales con las que cotidiana- miríada de prácticas culturales, nar sus experiencias a través de prác-
mente estos actores de base han ve- comunicativas, ambientales, educa- ticas sugestivas como el trueque de
nido negociando, agenciando y tivas y de otro tipo, que procuran saberes mediante “visitancias” entre
resistiendo distintos modos de pre- hacer del lugar espacio de vida y proyectos –para el caso de lo que
sentación hegemónicos del discurso encuentro, un proyecto con vigen- aprendimos entre el Colectivo de Los
desarrollista en lo local. Una prime- cia intelectual y política que es Montes de María y la Escuela de
ra dificultad para su ejecución es muestra de una puja desde lo co- Comunicación “Minga del Sol” de la
que tendría lugar en dos contextos munitario, lo solidario y lo convi- comuna 10 de Neiva–.
dispares: la región de Los Montes de vencial más poético y vitalizante que
María, escenario de guerra abierta, prosaico y necrófilo5 . Estas organizaciones también
masacres selectivas, desapariciones, ejecutan alianzas variopintas para la
secuestros y desplazamiento forzado; Supusimos igualmente que su ejecución de proyectos de asisten-
y el sur de Bogotá, que también for- capacidad de agencia sociocultural cia, protección, promoción, preven-
ma parte de una geografía del mie- comporta una práctica reflexiva que ción, comunicación, investigación e
do que lo circunscribe al imaginario puebla con sus propias intenciones intervención con las poblaciones lo-
geopolítico de la “zona roja” donde y acentos, y desde el entrecruza- cales, donde los colectivos se juegan
predominan otras violencias asocia- miento de las matrices culturales de no sólo su pervivencia y desarrollo
das con las condiciones de pobreza, los grupos sociales, una lucha con- como organizaciones, sino también
la exclusión y la marginalidad social tinua por lugares que en medio de la posibilidad de resultar cooptados
y lugar privilegiado de emigración la globalización no desaparecen o se para los también persistentes inte-
para las poblaciones forzadas a des- desvitalizan a secas para las gentes, reses de sus financiadores, entre
plazarse. en parte, porque ciertas prácticas ellos, los aparatos del Estado, las
locales de las organizaciones socia- agencias internacionales de coope-
A esta condición habría que su- les se empeñan no sólo en resistir de ración o las políticas imperiales que
marle a estas regiones, la reciedum- manera negativa sino en crear otros también avizoran estas mismas loca-
bre de los efectos de la globalización pensamientos, formas organizadas y lidades para sus proyectos estratégi-
neoliberal sobre la explotación de los perdurables, tiempos y sentidos para cos de desarrollo, control militar y
recursos naturales como la univer- la vida; “políticas de lugar”, basa- tráficos capitalistas de toda natura-
salización de la miseria y la pobreza das en saberes y prácticas experien- leza. En tal sentido resulta muy sig-
para vastos sectores sociales, fenó- ciales situadas o concretadas en “sus nificativo la pervivencia, tras más de
menos inseparables de estas irregu- localidades sociales, económicas y diecisiete años, de la Red de
lares guerras regionales contra culturales específicas” (Escobar y Eventos Culturales, conformada por
poblaciones inermes que son prove- Hartcourt, 2002: 5-13). una veintena de organizaciones
chosas para los calculados terrores sociales que así decantan públi-
de las facciones en pugna y que bus- Aunque muchas de estas experi- camente sus invisibles procesos de
can desarticular todo lazo social, con mentaciones sean contingentes, frá- construcción de tejido social, con-
el fin de movilizar gentes, territo- giles, complejas y contradictorias, lo vivencialidad sin precio (Illich,
rios y recursos de manera estratégica común a ellas es que se trata de tác- 1985), formación, educación, comu-
y en pro de todo tipo de dinámicas ticas de producción del mundo para nicación y cultura, junto con la aten-
de acumulación capitalista, que- la generación de nuevos imaginarios ción de las necesidades de varios tipos
brantando la tenacidad de los po- de vida socioculturales que incluyen de poblaciones, que otrora fueran la
bladores o logrando incluso su luchas sistemáticas por la significa- responsabilidad de nuestro precario
exterminio. Como analiza Escobar ción y la reorganización en el lugar, Estado de bienestar.
(2005b), pese a que tal globalidad lo que comporta luchas de poder y
imperial aparentemente prevalece y formas emergentes de política que Tras estos procesos creativos era
avasalla lo local, un reconocimiento afirman una multiplicidad de acto- clave comprender hasta dónde las
de los movimientos y organizaciones res y acciones que operan en el pla- prácticas de gestión cultural des-
que luchan contra la globalización no de la vida diaria (Escobar, 2005b: plegadas por las organizaciones im-
en lo local, permite descubrir una 41), y donde resulta factible herma- plican [sic] un mayor o menor

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distanciamiento de los modelos de betización de adultos con la Uni- visitancia entendida como una prác-
cambios instituidos. Partiendo de versidad Nacional Abierta y a tica de gestión cultural dirigida a la
este interés e intentando ir más allá Distancia, UNAD, que exige meto- formación a partir del continuo e in-
del dilema en el que ha caído la aca- dologías flexibles y activadoras de tensivo intercambio de saberes, ilu-
demia de optar de manera excluyen- resiliencia como dispositivos para la siones y apuestas políticas con otras
te por los modelos de desarrollo inclusión social focalizada sobre po- organizaciones. Se caracteriza por no
alternativo o por las alternativas a blación vulnerable de los estratos mediar el intercambio de dinero, ni
los modelos de desarrollo, se anali- 1, 2 y 3. La organización realiza una el reconocimiento formal de la for-
zaron algunas adhesiones, bifurcacio- negociación de este sentido funda- mación impartida/recibida siendo
nes y oposiciones de las prácticas de mentándose en un proceso de for- una de las experiencias más valorada
gestión cultural frente a los discursos mación pedagógica de educación por las organizaciones.
del desarrollo, lo que puntualmente popular con énfasis en los derechos
permitió identificar tres lógicas que humanos pero que, localmente, Entendemos que estas tres ló-
están re/creando las gicas desarrollistas no
prácticas culturales de son excluyentes. Por el
las organizaciones con contrario, se superpo-
respecto a esta forma- nen de manera comple-
ción discursiva: ja y contradictoria en la
vida de las organiza-
a) Lógica desarro- ciones. Sin embargo, sí
llista institucionalizada: podemos identificar
reproduce los discursos con claridad su pre-
hegemónicos del desa- sencia en dichas orga-
rrollo promovidos por nizaciones. Las más
los organismos multila- frecuentes suelen ser
terales y las agencias de las “lógicas desarro-
cooperación interna- llistas negociadas” que
cional y las teorías aca- por un lado, amplían el
démicas desarrollistas, margen de maniobra
en cualquiera de sus de las organizaciones
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
sucesivas versiones: Foto cortesía Archivo Central e Histórico, c. 1955. al acceder a los recur-
crecimiento económico sos existentes y por
(años sesenta), necesidades básicas busca establecer nexos entre las otro, ofrecen la oportunidad de
(años setenta), desarrollo humano historias de vida de las personas de rediseñar las intervenciones aten-
(años ochenta), desarrollo sosteni- la tercera edad del barrio San Vi- diendo a las demandas, los códigos
ble (años noventa) o, el más recien- cente y sectores aledaños y sus sen- y las formas de funcionamiento y
te, desarrollo participativo (2000). tidos de pertenencia barriales, en relación propias de la localidad. En
En el foro de socialización de resul- pro de una participación más deci- ese sentido, garantizan la permanen-
tados fueron las organizaciones dida en los Encuentros Ciudadanos cia de la organización sin perder de
quienes plantearon los riesgos de re- locales donde las comunidades or- vista su horizonte político. Menos ve-
producir este tipo de lógicas. ganizadas presentan proyectos de ces nos topamos con la lógica desa-
interés social como alternativas de rrollista institucionalizada que busca
b) Lógicas desarrollistas negocia- inversión prioritarias. a corto plazo la permanencia de la
das: resignifican los discursos del organización olvidando, no obstante,
desarrollo a partir de los sentidos c) Lógicas alternativas al desarro- que está corriendo el riesgo de ser
locales atribuidos a la transforma- llo: exigen una ruptura con la visión cooptada por los agentes del desa-
ción social. Por ejemplo: la Promo- decimonónica del progreso como un rrollo (Estado, Agencias de Coo-
tora Cívico Cultural subcontrata la proceso de cambio lineal, ascenden- peración, etc.) y en consecuencia,
ejecución de proyectos de alfa - te y acumulativo. Por ejemplo: la pueden pasar de ser una organiza-

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ción local a ser simplemente otro riencias, cuyo saber y arraigo sobre territorios devienen en un aconte-
“contratista”. Por último, son muy lo local, precisamente les permite cimiento político. Enriquecimos esta
poco frecuentes las lógicas alterna- subsistir y desarrollarse en medio de noción tomando la propuesta de
tivas al desarrollo que apuntan más situaciones opresivas o de “geogra- Oslender (2000) de analizar la es-
hacia la multiplicidad epistémica; es fías del terror” (Garzón, 2008). pacialidad de la resistencia con base
decir, hacia la existencia simultánea en tres categorías propuestas por
y compleja de diversas formas de co- Producir conocimiento bajo es- Agnew (cit. Oslender, ob. cit.): lo-
nocer y estar en el mundo (Informe tas coordenadas de interrelación calidad, ubicación y sentido de per-
Técnico, 2008: 8-9). con organizaciones locales afanadas tenencia. A partir de ahí y de aplicar
por la constitución de identidades la metodología de cartografía social
Por esto, no vemos una “nueva colectivas e institucionales, implica profundizamos en el análisis de las
política en todas partes”, nuevas for- hacer presencia en esos no-lugares prácticas de gestión cultural de las
mas de lucha en mínimos procesos para la investigación tradicional, organizaciones, así identificamos
reformistas, que nos inducirían a dimensionando por qué razones cuatro vías a través de las cuales es-
creer erróneamente que la resisten- para poder realizar este proyecto, tas prácticas de gestión cultural de-
cia es el reverso inevitable del debimos hacer una antesala de rivan en políticas de lugar:
desarrollismo o que no hay más que construcción de confianzas con las
una fuerza vital, donde la política organizaciones sociales, de explo- a) Prácticas de gestión cultural aso-
sería la vida, o las “nuevas formas ración y conciliación de intereses y ciadas a localidades: implican la
de vida”, nunca globalizables o de apuestas institucionales, inter- reapropiación de un escenario coti-
universalizables, sino siempre situa- mediación con amigos mutuos, diano y de uso público cuya existen-
das en lo local (Badiou, 2004), sien- familiarización con la propuesta de cia precede al desarrollo de la
do preciso reconocer que algunas de la Red de Eventos Culturales de práctica de gestión cultural. Por
estas prácticas se han tornado –o tie- San Cristóbal y el modo de funcio- ejemplo, el muro de una de las en-
nen la potencia experimental– para namiento igualmente reticular del tradas principales a San Cristóbal
constituirse en invenciones políti- Colectivo Línea 21 con la Red de (intervenido artísticamente por di-
cas, en pensamientos o en rupturas Comunicadores Populares adscrita versas organizaciones culturales de
subjetivas, que tal vez pueden ter- al Programa de Desarrollo y Paz de la localidad en distintas ocasiones)
minar en procesos organizativos los Montes de María, que conllevó establece un referente espacial de
significativos, con efectos “glocaliza- casi dos años de trabajo previo a los “entrada” en el que se advierte a los
dos” más allá del lugar, en tanto que gestores del proyecto, y donde pese visitantes sobre su historia, luchas y
progresivamente se interrelacionan a toda esta búsqueda de un lugar sueños de la localidad. En Los Mon-
a modo de redes. propicio para anidarlo y de una eje- tes de María encontramos otro ejem-
cución investigativa orientada por plo: el Cineclub Itinerante la Rosa
Pero para saber de ellas, una in- una perspectiva de trabajo cola- Púrpura del Cairo y sus funciones
vestigación interesada en la gene- borativo, de entre-aprendizaje y, gratuitas “bajo las estrellas”, se rea-
ración de “mundos y conocimientos en general, de mucha horizonta- lizan en plazas públicas o parques de
de otro modo” o “globalizaciones al- lidad en las decisiones6 , a la pos- distintos municipios, se dirigen a la
ternativas”, debe comprender lo li- tre, seguimos y seguiremos siendo comunidad en general y buscan que
mitado de estas fugaces estancias extraños para sus intereses y pre- la población recobre la confianza, el
nuestras en lo local posibilitadas por ocupaciones por estos “lugares encuentro y la noche.
proyectos de investigación de un practicados”.
año de duración. También, que el b) Prácticas de gestión cultural
desarrollo de tales espacios investi- Puntualmente, por políticas de lu- constitutivas de localidades: configu-
gativos entraña riesgos imprevisibles gar nos referimos a prácticas que re- ran escenarios cotidianos tanto for-
para los equipos, siendo improbable tan la validación epistemológica y males como informales donde se
para una investigación críticamente política del lugar (Garzón, ob. cit.), desarrollan las relaciones sociales;
comprometida poder sustraerse de que implican un proceso por el cual implican llevar la gestión cultural de
las propias condiciones de las expe- las prácticas culturales ancladas a la esfera privada a la pública. Por

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ejemplo, el “Festival del viento y las (en el sentido de Anderson, 1993) de las organizaciones. Entendemos
cometas” que realiza la organización asentadas en lugares. En el caso de que dicho campo busca recobrar la
Promotora Cultural en la localidad San Cristóbal las organizaciones se articulación densa de la cultura con
de San Cristóbal, implica una serie refieren a la localidad como “nace- lo político, tomando en cuenta los
de talleres, conversatorios, presen- dero de organizaciones sociales y siguientes aspectos: a) un reordena-
taciones artísticas, etc., que se lle- culturales” que trabajan lo cultural miento cultural con las transforma-
van a cabo en escenarios relevantes en aras a cambiar el imaginario de ciones en los sistemas y procesos de
para la comunidad (cerro de las co- la localidad como “zona roja” y “mar- comunicación de la sociedad occi-
mentas) poniendo en juego la pro- ginal” de la ciudad de Bogotá. dental en general y en la relación
moción del territorio como una entre comunicación e información;
construcción social y cultural. Es relevante especificar que la b) la generación de nuevas modali-
potencia de las prácticas de gestión dades, escenarios y prácticas de par-
c) Prácticas de gestión cultural cultural para suscitar políticas de ticipación en lo político y social; c)
enraizadas al lugar: recogen la histo- lugar está condicionada por la crea- la aparición de múltiples referentes
ria de una localidad específica con tividad de las organizaciones frente identitarios, y d) cambios en las ins-
algún grado de enraizamiento; tam- a las lógicas desarrollistas institui- tituciones y en los procesos de so-
bién hacen referencia a la ubicación das. Por ejemplo, cuando predomi- cialización y educación.
(por ejemplo, linderos) y la conexión na la adhesión a la lógica desarrollista
con la vida diaria. Aquí resulta institucionalizada, esta potencia prác- En las tres experiencias comu-
ilustrativa la práctica de formación ticamente se anula puesto que las nicativo-educativas persiste, ade-
de formadores con niños y niñas de prácticas de gestión cultural niegan más de un interés sistemático por
los colectivos barriales ubicados en la validez epistemológica del lugar transformar los imaginarios históri-
los barrios Nuevo Porvenir, Lluvia de como una fuente de saber. En el se- co-sociales y los lugares donde tie-
Estrellas y Florecitas del Mañana, gundo caso, cuando se privilegian las nen influencia, una voluntad de
con población desplazada, vulnera- lógicas desarrollistas negociadas, las inserción en la cotidianidad de las
ble y que intenta retornar a sus te- prácticas de gestión cultural ganan gentes mediante múltiples estrate-
rritorios. El trabajo allí realizado por potencia para derivar en políticas de gias y formas de trabajo para gene-
el Colectivo articula a dichos barrios lugar puesto que exigen una conti- rar desde relaciones de covecindad
al municipio de El Carmen de Bolí- nua revisión de cuál es su sentido y prácticas de convivencialidad una
var, convirtiéndolo en el epicentro en y para el contexto particular en restauración y fortalecimiento de los
cultural donde convergen las poten- el que emergieron. Por último, cuan- lazos sociales trastocados por los pro-
cialidades y los problemas de la re- do la organización logra producir ló- cesos de pobreza, exclusión y margi-
gión de Los Montes de María. gicas alternativas al desarrollo estamos nalidad social, y por varios modos de
frente a prácticas de gestión cultu- violencia.
d) Prácticas de gestión cultural ral con un gran potencial para con-
generadoras de sentido de lugar: vin- figurar políticas de lugar puesto que La forma como estas tres orga-
culan identidad y territorio. Hacen dichas prácticas necesariamente es- nizaciones desarrollan estrategias
referencia a la experiencia de ha- tán ancladas a un lugar concreto de C-E, muestra que las prácticas
ber vivido un lugar concreto y/o a la que llegó a ser tal porque se le ha culturales que ellas se afanan en
experiencia de vivenciar el lugar. Por reconocido su estatus epistémico; o desarrollar,resultanenunaforma-
ejemplo, el sentido de ser “monte- sea, porque se lo considera un espa- ciónsocialarticuladoradeproduc-
mariano” que suscitan la presenta- cio donde se produce saber válido e ción de sentidos y de formación
ción de los cortometrajes en los indispensable políticamente. alternativadesujetosalrededorde
municipios de Los Montes de María. loculturalylopolítico,quetermi-
En este sentido, la práctica de Otro propósito de la investiga- nanplasm ándoseensusterritorios
itinerancia del Cineclub, cuando está ción fue analizar e interpretar las arti- com opolíticasculturalesempeña-
articulada a un proceso de formación culaciones que pueden establecerse das en lograr que la comunidadse
audiovisual, le apuesta a la genera- entre el campo de la Comunicación- congregue “alrededor de la vida
ción de “comunidades imaginadas” Educación y la gestión cultural local- mism a”.

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Por tanto, es en el campo de las económicas e incluso bajo las con- través de este dispositivo occiden-
mediaciones culturales, que entra- diciones de la calculada guerra con- tal de intentar “escribir el mundo”,
ña una confrontación permanente tra la sociedad civil y sus valiosos que Michel de Certeau plantea
por la significación en lo local, y no territorios, puede juntarse con quie- como la matriz fundamental de la
en el mayor o menor uso o apropia- nes hasta ahora comienzan a apos- constitución de las ciencias socia-
ción de los dispositivos técnicos, tarle a producir audiovisualmente les (1999: 203-204).
donde mejor se podría ubicar sus para dar cuenta de sus políticas de
prácticas culturales social-comuni- lugar y de cómo pueden remozar sus Desde nuestras apuestas, las
tarias, ya que esta cuestión cultural prácticas culturales (Informe Téc- prácticas sociales son estructuras
del reconocimiento social encuen- nico: 2008: 9-12). simbólicas de significación de la
tra vías de expresión y pro- agencia social que con-
ducción en términos de juntan representaciones,
comunicación y lo edu- afectos y deseos organi-
cativo, a través de prácti- zados como modos situa-
cas formativas, artísticas y dos de producción de
lúdico-creativas que saber que no son, ni to-
atienden y buscan resolver talmente reflexivos, ni for-
problemas prioritarios de malmente racionales, ni
las gentes, tales como la arraigados en “mentes in-
atención preescolar, la al- dividuales”, por tanto,
fabetización de adultos, la son difícilmente textua-
cualificación artística de lizables, incluso con ayu-
niños y jóvenes, la produc- da de los dispositivos de
ción audiovisual y la bús- registro audiovisual. ¿En-
queda de alternativas al tonces qué sentido tiene
desplazamiento forzado, esta investigación sobre
desde discursos tan di- las prácticas culturales
símiles como los derechos con colectivos sociales?
humanos, la participación
y la corresponsabilidad Retomando esa re-
ciudadana, celebraciones flexión de Certeau, Or-
festivas por la vida, la tega (2004) indaga por la
recuperación del espacio razón de ser de la inves-
La violencia en Colombia. Foto Universidad Nacional de Colombia,
público, la formación de Fondo Jorge Eliécer Gaitán, Archivo Central e Histórico.
tigación social en el país:
públicos y la apreciación por la relación de las ins-
cinematográfica. Al plantear que este tipo de tituciones que la albergan y la sus-
prácticas intelectuales ya existían, tentan con sus resultados –¿por
De otra parte, el estudio puso de y lo siguen haciendo, con dinámicas qué, por ejemplo, ciertos sujetos so-
presente, que la formación audio- propias, afirmamos que investiga- ciales (mujeres, niños, grupos
visual que demandan los colectivos tivamente no quisimos operar des- étnicos) pocas veces ocupan un
sociales para desarrollar el campo C- de el imaginario universitario que lugar protagónico en las investiga-
E, puede no sólo ser surtida por los inicia con un desconocimiento de ta- ciones sociales?–; por los temas ge-
saberes universitarios y las especia- les prácticas, historias y contextos nerales que se proponen –¿qué
lidades técnico-disciplinares, sino de desenvolvimiento, continúa consecuencias tiene enfocar casi
que los desarrollos comunicativo- con un re-conocimiento mediante exclusivamente las maneras como
educativos de numerosas experien- estas interacciones entre la Uni- la sociedad se degrada en ciclos de
cias locales, alcanzados en muy versidad y los colectivos sociales y violencia cada vez más complejos y
distintos lugares de la geografía na- finaliza con la validación de su co- ponerle tan poca atención a los
cional, en medio de las dificultades nocimiento como “decantado”, a modos como cotidianamente el

ESPITIA V ÁSQUEZ, U. I.: PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO, PRÁCTICAS INTELECTUALES Y REFLEXIVIDAD N Ó M A D A S 105


colombiano establece lazos de soli- mente discriminadas, etc., donde yor sea la brecha entre sujeto y
daridad?– y por la autoridad y fun- también se produce un trabajo re- objeto, mayor será la neutralidad
ción social que ésta tiene –¿qué flexivo, de conceptualización, de y la objetividad.
tipo de autoridad interpretativa re- análisis para la intervención pero
tiene al sujeto estudiado (por ejem- sin que necesariamente estén Castro-Gómez (2007) muestra
plo, los desplazados) en relación con orientadas a producir escritos, sino que en realidad se trata de una he-
el científico social que lleva a cabo a otras formas de acción impulsoras rencia colonial arrastrada por la Uni-
la investigación? ¿Cómo determina del cambio social. Tales prácticas versidad latinoamericana con la que
esa relación las políticas recomen- de cultura y poder articulan lo cul- reproduce una mirada de mundo que
dadas por los investigadores e tural (simbólico social) con lo po- contribuye a reforzar la hegemonía
implementadas por los administra- lítico, y lo político (las relaciones del modelo epistémico desplegado por
dores?... (Ortega, 2004: 29)–. de poder) con lo cultural, sin asu- la modernidad occidental, donde la
mir la forma de “estudios”, pero certeza del conocimiento científico
desarrollando formas de produc- sólo es posible en la medida en que
Prácticas intelectuales ción de conocimientos y saberes se asienta en una mirada panóptica,
que, o bien lo hacen “dentro y fue- en un punto de observación inobser-
Estos interrogantes por el sen- ra” de las prácticas académicas, o vado, previo a la experiencia, que pre-
tido de la investigación social nos bien transgrediendo esas fronteras tende hacerse un punto de vista sobre
condujeron a la idea de prácticas sin ceder tampoco a sus trazados los demás puntos de vista y que se
intelectuales propuesta por Mato interdisciplinarios o a los que de- materializó en la institucionalización
(2002), con la que critica y cues- sarrollan otros contextos institu- de dos modelos de Universidad y de
tiona el lugar común que equipara cionales distintos a la academia. función social del conocimiento hoy
la intelectualidad con lo académi- en crisis: las ciencias y las humani-
co, la investigación, el saber o el Es una separación academi - dades y la afirmación de la educa-
periodismo, y que se cimenta so- cista entre intelectuales y practi- ción superior como el lugar privilegiado
bre la hegemonía de la institución cantes la que sugiere que los de producción de conocimientos que fa-
universitaria, la industria editorial académicos funcionarían reflexiva- vorece el progreso moral de la huma-
y la producción escrita indexada mente mientras los no-académicos nidad entera y la realización empírica
bajo los cánones de la productivi- sólo en términos de prácticas, y la detalmoralidad7 .
dad de la bibliometría, donde se que permitiría distinguir entre un
traducen, en parte, las políticas “adentro” y un “afuera” universi- Mato también reconoce que la
modernizantes y de internacio - tario. Así se profundiza una divi- teorización de Bourdieu influyó so-
nalización de la ciencia y de sión del trabajo sobre las prácticas bre su noción de prácticas, en la
normalización de la investigación intelectuales, deslegitimando e medida en que cualquier actor
agenciadas a través de redes socio- invisibilizando las de los movimien- (académico o no) es consciente
técnicas. Lo que busca resaltar tos y organizaciones sociales y las sólo a medias de lo que hace, sien-
este concepto es la multiplicidad prácticas universitarias interesadas do otra característica relevante,
de prácticas de cultura y poder en ensayar formas de mutua cola- haber aprendido a hacer lo permiti-
que no se circunscriben o relacio- boración intercultural con los ac- do por las instituciones y transgredir
nan con la Universidad, como las tores sociales. Subyace a esa con cautela los límites establecidos.
que desarrollan las agencias guber- pretensión una presunción cientifi- Así resalta “la asociación ‘automá-
namentales, ONG y movimientos cista que busca perseverar no sólo tica’ (inconsciente, acríticamente
sociales feministas, indígenas, en la disciplinarización y profesio- reflexionada) de la idea de ‘inte-
afros, artísticos, culturales, de nalización del conocimiento, sino lectual’ asimilada a la de investiga-
creación y comunicación, de de- en la prerrogativa moderna de la ción y/o de escritura ensayística,
rechos humanos; asociadas con el fiscalización de la legitimidad de aconsejando la reflexividad acerca
diseño de políticas públicas, de de- tal conocimiento, distinguiendo de la existencia e importancia de
fensa de los derechos de personas tajantemente entre la episteme y la una gran variedad de formas que
con orientaciones sexuales social- doxa, y suponiendo que entre ma- asumen las ‘prácticas intelectuales’,

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es decir aquello que los intelectua- Reflexividad Tampoco es una simple conciencia
les hacen/mos” (Mato, ob. cit.: 25). o actividad calculante y razonante
Para concluir, abordaremos de para producir adaptaciones más fi-
Creemos que estos procesos manera más amplia esta noción con nas a la realidad, porque esa vía re-
interpelantes de la reflexividad la que abrimos una cierta manera presentaría solamente un medio
puestos a operar en una lógica de de analizar el fenómeno de las prác- para la expansión de los mecanis-
co-investigación con colectivos ticas culturales. Apoyados en Cas- mos de control que encadenan a los
sociales interesados en sujetos a los modos de
constituir políticas de gobierno, a la individua-
lugar, puede producir un lización y a la normaliza-
trabajo de mutua in - ción, sino la posibilidad de
tervención entre prac- que la propia actividad
ticantes intelectuales del sujeto se vuelva obje-
universitarios y comuni- to de explicitación para
tarios, lo que no excluye captarse como actividad
que haya practicantes actuante.
endurecidamente irre-
flexivos, o meros teóricos Todo esto presupone
o meros activistas, en una imaginación radi-
ambos lugares. Este tipo cal como fuente de crea-
de trabajo está fuerte- ción, donde la puesta
mente atravesado por la en cuestión de sí mismo
presencia de lo femeni- y de lo inventado como
no, las distancias ét- forma, determinaciones
nicas, la experiencia, y lógicas que organizan
trayectoria y posiciones las acciones colectivas,
políticas diferenciales de sólo es posible por pro-
los miembros y organi- cesos de escisión y de
zaciones, sus modos de oposición frente a lo ins-
funcionamiento –por tituido, por tanto, de la
momentos–, las expec- puesta en cuestión de
tativas e intereses dis- las instituciones en tan-
pares puestos en juego, to que significaciones
los desencuentros y lu- imaginarias histórico-
chas de poder entre sociales. Esto implica
Desplazados por la violencia en Colombia. Foto Universidad Nacional de Colombia,
personas y círculos, la Fondo Jorge Eliécer Gaitán, Archivo Central e Histórico. que el saber relaciona-
vacilación y la caída do con el hacer siem-
del deseo ante las dificultades de toriadis (2004), entendemos que la pre es fragmentario y por elucidar,
ejecución, el papel central y mar- reflexividad no se reduce a una lo que demanda una capacidad de
ginal a la vez de las nuevas genera- autorreferencialidad del pensa- acción deliberada y de la imagi-
ciones, los líos con la gestión miento y de la subjetividad que nos nación como fuente de creación
administrativa universitaria, etc. permitiría mayores procesos de de otros mundos y sentidos, que
Todos problemas y situaciones difí- explicitación de los saberes que ya tras ciertos periodos, deberán ser
cilmente comprensibles, conci- se saben y, por lo tanto, procesos de demolidos por renovados procesos
liables o re solubles en el corto acompañamiento y co-construcción de problematización e instituciona-
tiempo, y menos explicables única- de los saberes o de reducción de las lización, es decir, una generación
mente desde los sistemas contin- ambigüedades características del permanente de conocimientos,
gentes de interpre tación de los lenguaje como se lo han propuesto subjetividades y sentido de los
actores universitarios. las perspectivas hermenéuticas. lugares.

ESPITIA V ÁSQUEZ, U. I.: PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO, PRÁCTICAS INTELECTUALES Y REFLEXIVIDAD N Ó M A D A S 107


Otros principios relevantes luchas entre los efectos del poder como el de la Red de comunicadores
identificados en el trabajo de Mu- social y el individualismo que sirven sociales en la región de Los Montes de
névar (2004) en este modo crítico de límites y limitaciones para aque- María (de los departamentos de Bo-
de interrogación de la reflexi - llos sectores sociales que se oponen lívar y Sucre) que no olvidan que el
vidad, es que posee dos polos de a las formas de dominación étnica, esclavo negro Benkos (Domingo)
significación complejos relacio - social, religiosa, de género, ante la Biojó encabezó la insurrección cima-
nados con el orden simbólico- jerarquización o burocratización, la rrona contra los españoles en Colom-
creativo: para representar acciones disciplinariedad del conocimiento, bia en 1600 estableciendo en esta
y formular valores, intereses y de- la explotación colectiva; o para pos- región el palenque La Matuna como
seos, y una capacidad de aprehen- turas conscientes donde encontrar el “primer pueblo libre de América”
der la realidad a través de la un arraigo para la propia identidad (Arrázola, 1970); o las apuestas de
sensibilidad y la experiencia a par- (Munévar, 2004: 43-45). la Red de Eventos Culturales de San
tir de historiar las interacciones Cristóbal por resignificar la localidad
asépticas sujeto-objeto en pro de Además de las vertientes teóri- en función de la actividad cultural
reconocer la diversidad (42-43). cas cognitiva, estética y hermenéu- –y más recientemente por un sector
tica que dan cuenta de manera de esa Red–, por resaltar la impor-
La vocación crítica de la refle- abstracta de la reflexividad, Muné- tancia del río Fucha que atraviesa
xividad permite entender cómo las var reseña una cuarta vertiente es- once localidades de Bogotá, por lo
prácticas intelectuales puestas a fun- tético-expresiva que yendo más allá que su contaminación constituye un
cionar como estrategias de coinves- de lo meramente cognitivo, racio- gran riesgo para la estructura
tigación llevan a una redefinición de nal-ilustrado y de lo estrictamente ecológica de la capital.
los modos de conocer y de vivir el normativo, y de construir ciertas for-
conocimiento, al tiempo que inte- mas interpretativas tanto del mun- Hay mucho por hacer a través
rrogan a quienes investigan como do social como del self, ¿puede de experiencias de co-investigación
parte de tal proceso. Cuando se exa- constituir un momento de la estéti- entre la Universidad y los colecti-
mina la propia experiencia se incita ca o de las fuentes estéticas del self vos sociales, otro país para pensar y
a los actores a la retrospección, y a “reflexivas”? que: todo un campo de proyectos man-
que en las actividades de atención, comunados que emprender. Tal vez
percepción imaginación, razona- Aunque suelen aparecer activa- por la manera cuidadosa y respetuosa
miento y emoción que subyacen a mente en la producción y en el con- con que procedimos con las prácti-
las prácticas, emerjan aspectos ana- sumo, sirven para enarbolar su cas y formas de organización del
líticos activadores de lo individual poder de crítica en cuanto fun- Colectivo de Comunicaciones es
y lo colectivo que encaminan subsi- damento de espacios posibles de que ellos decidieron instituir un se-
guientes prácticas sociales. transformación histórica, social y millero de investigación con los jó-
personal” (Ibíd.: 48). venes responsables del trabajo con
La consecuencia inmediata de niños y niñas en comunicación-edu-
la reflexividad en la acción social Este útil panorama nos acerca a cación de los barrios de El Carmen
es un acto de interrogación cuestio- comprender que la trayectoria de las de Bolívar; que AVESOL empren-
nador de los sistemas de interpreta- apuestas culturales en los colectivos dió una sistematización institucional
ción que brinda apertura hacia la de coinvestigación además de mos- del impacto social de sus últimos 18
presencia y matices de la otredad, trar una preocupación por la crea- años de trabajo educativo-cultural
sin que pueda olvidarse que la ción de nuevas formas de vida en el barrio Atenas; y que Promotora
reflexividad también se torna resis- social, implican también un desarro- Cultural decidió replantear su ac-
tencia para dejar escuchar las voces llo de procesos de lo sensible-esté- cionar de veinticuatro años en el
transgresoras de las interacciones tico que actúan políticamente por barrio San Vicente involucrando la
sociales cuando se trata de culturas vías artísticas. Y que su afianzamien- perspectiva del campo comunica-
atravesadas por lógicas sostenidas en to-en-lugares, por un trabajo reticu- ción-educación como forma de ar-
principios estáticos, pero esas expre- lar con otras organizaciones, también ticular sus prácticas políticas y
siones de resistencia constituyen busca fraguar imaginarios culturales culturales; y que además, estos dos

108 N Ó M A D A S NO. 29. OCTUBRE 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


colectivos, junto con otras tres or- presencia curiosa, por lo que “reclama tivos en el Carnaval Soloriental, 2000) y
la reflexión crítica de cada uno sobre el Ruby Stella García Mateus (El Carna-
ganizaciones de la Red de Eventos
acto mismo de conocer, por el cual se val Soloriental, un proyecto de transver-
Culturales estén formulando el pro- reconoce conociendo y, al reconocerse salidad curricular, 2004), permitió saber
yecto colectivo de investigación así, percibe el ‘cómo’ de su conocer y del proyecto Carnaval Soloriental. Una
“Identidad territorial del Fucha” los condicionamientos a que está so- apuesta por la vida nacido en el marco
como forma de ampliar su trabajo de metido su acto” (1973: 28) y la del Movimiento Pedagógico impulsado
potenciación de sus capacidades de in- por FECODE en la década del ochenta,
gestión cultural a otros barrios de la
vención y reinvención sobre lo apren- y que se realiza en varias escuelas de la
localidad de San Cristóbal. dido-aprehendido para producir trans- parte alta de las localidades de Usme y
formaciones sociales realmente nece- San Cristóbal. La interacción sosteni-
Esto muestra que las prácticas sarias y significativas para sus contex- da con esa experiencia nos llevó a inte-
intelectuales interesadas en imagi- tos histórico-sociales. La invasión cul- resarnos por saber de la Red de Eventos
tural de tales programas respecto de fe- Culturales, de la cual forma parte esta
nar y crear otros mundos y conoci- nómenos como la siembra, cosecha, propuesta de construir anualmente una
mientos afianzados en lugar, también erosión o reforestación involucran una parte del currículo alrededor de un tema
precisan de un trabajo investigativo colonización del pensamiento, com- que terminará estructurando el carna-
sistemático sobre lo local como par- puesto de actitudes, valores, saberes, val de cada año.
te de sus prácticas socioculturales y percepciones mágicas y cosmovisiones
respecto de la naturaleza, la religión, la Gracias al trabajo de Clara Victoria Meza
donde la reflexividad , entendida sociedad, etc. Maya y Pilar Marín (Recuperación de la
como capacidad de actividad críti- memoria oral como dinámica de fortaleci-
3 Sin ser exhaustivos, pueden citarse aquí
ca, deliberante e instituyente, sirva miento de la identidad local. Caso resguar-
los trabajos de grado de la Especializa- do indígena de Chía, 2003), estableci-
para reinventar el accionar de las ción en Comunicación-Educación de mos contacto y negociamos un posible
organizaciones y el propio oficio ar- Diana Díaz Soto y Aura Patricia Orozco trabajo conjunto con el Resguardo Indí-
tesano de investigar con el otro. (“Madres comunitarias y televisión: una gena de Fonquetá y Cerca de la Piedra
aproximación a las mediaciones”, 2000) (comunidad muisca del municipio de
integrantes del Proyecto de Comunica- Chía). Junto con esta organización y
ción para la Infancia (PCIN), quienes con la Corporación Centro de Promoción
acompañaron el fortalecimiento de un y Cultura (CPC) del barrio Britalia,
Citas sinnúmero de experiencias de comuni- AVESOL del barrio Atenas y Promotora
cación, especialmente de programas ra- Cultural del barrio San Vicente, se
1 Cfr. el editorial de la revista Nómadas No. diales dirigidos a la población infantil estructuró la propuesta de investigación
5, y el artículo de Humberto Cubides y en el país, y organizaron el Movimiento “Saberes, prácticas y políticas de lugar, en
Carlos Valderrama (1996) “Comunica- Nacional de Niñez y Comunicación para tres experiencias de Bogotá y Cundina-
ción-Educación: algunas propuestas promover el desarrollo social, cultural y marca” que fue presentado a la convo-
investigativas”. educativo de la infancia dando a cono- catoria de Colciencias de 2006, pero no
cer nuestras diferencias étnicas y cultu-
2 Freire analizó cómo la “extensión edu- resultó aprobada.
rales. Por ellas se conocieron las apues-
cativa” agenciada por los técnicos agrí- tas del Colectivo de Comunicaciones, 4 Para Laclau (1996), es un significante
colas que realizaban programas de “re- que desde 1994 desarrolla un proyecto sin significado, simplemente una secuen-
forma agraria” entre el campesinado la- de periodismo social en medio del con- cia de sonidos, pero que continúa siendo
tinoamericano se convirtió en una flicto armado en El Carmen de Bolívar parte integral de un sistema de significa-
forma de agenciar el imaginario moder- y algunos municipios de los departamen- ción; lo que pone en evidencia la con-
nizante del desarrollo a través de pro- tos de Bolívar y Sucre, con el fin de tingencia de toda identidad y la imposi-
cesos de dominación y domesticación, posicionar a niños, niñas y mujeres como bilidad de su constitución plena, o que
transmisionistas, mesiánicos, meca - protagonistas activos de los proyectos cualquier identidad pueda vaciarse de
nicistas y manipuladores puesto que de desarrollo comunitario, recuperar las contenido manteniendo su continuidad
obran como una estrategia para nor- como puro nombre por operaciones
identidades locales y culturales y des-
malizar una parte del mundo conside- pertar una conciencia del entorno local hegemónicas que clausuran los espacios
rada inferior a partir de la cosificación desarrollando y legitimando medios al- sociales de significación, siendo tal cierre
del otro. Tal persuasión propagandísti- ternativos, como la prensa, la radio, los provisorio, hasta que una nueva articu-
ca es antagónica a los procesos de co- altoparlantes o la televisión ( Rodríguez, lación hegemónica la subvierta.
municación y educación liberadores, en 2008: 23-24).
la medida en que el conocimiento no 5 Como aclara Clemencia Rodríguez (ob.
es un acto donde el sujeto pueda ser Las tesis de las maestras del CED Nueva cit.): “Aceptar que estas iniciativas son
convertido en objeto para recibir pasi- Delhi e integrantes del Colectivo Tertu- para contrarrestar la guerra querría decir
vamente los contenidos impuestos por lia Pedagógica, zona 4E, Luz Ángela de que su razón de ser es la guerra misma.
el saber experto, si no es negando su Castro de los Ríos (Procesos comunica- Por el contrario, es mucho más significa-

ESPITIA V ÁSQUEZ, U. I.: PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO, PRÁCTICAS INTELECTUALES Y REFLEXIVIDAD N Ó M A D A S 109


tivo abrir un espacio social y cultural don- una nueva mirada sobre los movimien- ________, 2005a, “El ‘postdesarrollo’ como
de las cosas pasan y la gente se encuentra tos sociales latinoamericanos, Bogotá, concepto y práctica social”, en: Daniel
a pesar de la guerra, al margen de la gue- Taurus. Mato (coord.), Políticas de economía, am-
rra, a espaldas de la guerra” (10). biente y sociedad en tiempos de globali-
ANDERSON, Benedict, 1993, Comunidades zación, Caracas, Universidad Central de
6 “Con relación a eso también [la pro- imaginadas. Reflexiones sobre el origen y Venezuela - Facultad de Ciencias Eco-
ducción de conocimiento], nosotros la difusión del nacionalismo, México, Fon- nómicas y Sociales.
desde nuestras apuestas estábamos muy do de Cultura Económica.
escépticos frente a lo académico, por- _________, 2005b, Más allá del Tercer
que siempre en muchas investigaciones ARRÁZOLA, Roberto, 1970, Palenque, pri- Mundo. Globalización y diferencia, Bo-
que hicieron, siempre llegaba el investi- mer pueblo libre de América, Cartagena, gotá, Instituto Colombiano de Antro-
gador hacía su trabajo y a nosotros no Hernández. pología e Historia, ICANH/Universi-
nos quedaba nada. Un caso particular dad del Cauca.
BADIOU, Alain, 2004, “Entrevista de Héctor
fue una investigación que hicieron, o
Pavón”, en: Revista Ñ, Buenos Aires, El GARZÓN, María Juliana, 2008, “Retando las
están haciendo, no sé, sobre “inteligen-
Clarín, 23 de octubre, disponible en: geografías de terror: estrategias culturales
cias múltiples” con nosotros, y todavía <http://www.revistaenie.clarin.com/no- para la construcción del lugar”, en: Nó-
no hemos conocido ni la primera línea tas/2007/12/04/01556708.html>, consul- madas, No. 28, Bogotá, Universidad Cen-
de lo que pasó, los resultados o lo que tado en mayo de 2008. tral - IESCO.
vieron. O sea, que está investigación nos
permitió acercarnos a lo que dice Leo, a BOTOMÉ, Silvio, 1996, Pesquisa alienada e FREIRE, Paulo, 1973 [1998], ¿Extensión o
lo académico, pero desde otro lente, des- ensino alienante: o equívoco da extensão comunicación?: la concientización en el
de otro punto, y eso es una ganancia universitária, Petrópolis, Vozes. medio rural, Buenos Aires, Siglo XXI.
tanto para la academia como para noso-
tros como grupo social”. (Intervención CASTORIADIS, Cornelius, 2004, Sujeto y HUERGO, Jorge, 2001, “La popularización
de José Luis Oviedo, realizador audio- verdad en el mundo histórico-social. Semi- de la ciencia y la tecnología: interpela-
visual del Colectivo de Comunicacio- narios 1986-1987, Buenos Aires, Fondo ciones desde la comunicación”, en: Se-
nes en el “Seminario interno del de Cultura Económica. minario Latinoamericano Estrategias para
IESCO”, 28 de marzo de 2008). la Formación de Popularizadores en Cien-
CASTRO-GÓMEZ, Santiago, 2007, “Deco-
cia y Tecnología, Red-POP 11años 1990-
7 Este panorama puede complejizarse más lonizar la universidad. La hybris del pun-
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