El anuncio de la redencin salvadora en el relato del pecado original (Gn 3, 915). El Emmanuel (Is 7,14). El Dios fuerte (Is 9,5). El rbol de Jes (Is 11, 1-3).
Cfr. CatIglCat, n. 156 Cfr. Ibid. n. 601 4 Ibid. n. 585 5 Ibid. nn. 64 y 489
El siervo doliente de Yhwh (Is 42 y 53). El Hijo de Dios (Sal 2,6-8). El Hijo del Hombre (Dan 7, 13-14).
Los Evangelios, especialmente el de Mateo, recogen el cumplimiento en Jess de numerosas profecas del Antiguo Testamento, para mostrar su Divinidad. He aqu algunos ejemplos: Mt 1, 22: El Mesas es el Emmanuel. Mt 2, 15.23: Su estancia en Egipto (Oseas 11, 1). Mt 8,17; 12,17.39; Juan 1, 29. 36: El Mesas es el Siervo doliente de Yhwh. Mt 13,35: realiza la revelacin en parbolas (Sal 78,2). Mt 21,4: Su entrada triunfal en Jerusaln (Zac 9,9). Mt 27,9: Ser vendido en treinta monedas de plata (Zac 11,12-13; Jer 32,6-9). Lc 4,17-21: El Mesas es el ungido de Dios (Is 61,1-2). Lc 7,22: El Mesas har milagros (Is 35,5; 61,1). Lc 24,25-27: la redencin de los hombres se realiza por la pasin y muerte del Mesas (Dt 18, 15; Sal 22; Is 53).
El propio Jess muestra el cumplimiento de las profecas mesinicas como prueba de su Divinidad: Escudrien las Escrituras, ya que ustedes piensan tener en ellas la vida eterna; pues ellas dan testimonio de m (Jn 5,39). San Pedro, el da de Pentecosts, para demostrar que Jess de Nazaret es el Mesas anunciado por los profetas, a la multitud congregada en Jerusaln recuerda los milagros realizados por Jess, as como su muerte, su Resurreccin y su gloriosa Ascensin a los cielos: A Jess Nazareno, hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, prodigios y seales que Dios realizo entre ustedes por medio de l, como bien saben, a ste, que fue entregado segn el designio establecido y la presciencia de Dios, lo mataron clavndole en la cruz por manos de los impos... A este Jess lo resucit Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Y ha sido exaltado a la derecha de Dios... Por tanto, sepa con seguridad toda la casa de Israel que Dios ha constituido Seor y Cristo a este Jess a quien ustedes crucificaron (Hch 2,22-24.32-33.36).