Por
José Javier León
Universidad Bolivariana de Venezuela
(Este libro recibió mención de honor en el concurso internacional de ensayo Mariano
Picón Salas, del Centro de Estudios Latinoamericano Rómulo Gallegos, (CELARG),
año 2008)
Sólo una alucinación ideológica ha podido convencernos de que el capitalismo es la vía natural, y
la única posible, a la ciudadanía general. Precisamente el mercado capitalista se concibe a sí
mismo como una suma de intercambios aislados y particulares, las dos características que Diderot
atribuía a la relación de “subditaje”, y sólo es capaz de aprehender a los hombres, por tanto, en su
condición de aislamiento y particularidad. El mercado únicamente reconoce “simples hombres
privados”, en permanente estado de naturaleza, que establecen relaciones particulares -sin
embargo- en un medio social histórica y estructuralmente construido a partir del despojamiento
desigual. Estos sujetos ficticios son formalmente dueños de sí mismos allí donde de hecho sólo
pueden “contratar” su redomesticación; allí donde sólo entran precisamente después de renunciar
a la ciudadanía misma y para negociar su condición de súbditos mediante un contrato privado. El
mercado, como la monarquía, generaliza el orden doméstico, el orden de los domesticados, la
extensión y hegemonía de los vínculos familiares sin necesidad de una legitimación exterior
sobrenatural o mitológica: precisamente ese régimen imaginario en el que los esclavos eligen a sus
amos y las mujeres a sus violadores. En este contexto, la ciudadanía o “politeia” se convierte en
una combinación de “politesse” y “policía”; es decir, en un régimen de domesticación en el que los
ricos, alternativa o simultáneamente, educan y reprimen a los pobres. En cuanto al ámbito público,
también ha sido completamente despolitizado o domesticado, identificado con la exhibición en
televisión del gineceo y la ergástula: lo que -fraudulenta inversión- llamamos “publicidad” para
designar la invasión totalizadora del espacio común por parte de los intereses y los deseos
privados.
1
Introducción:
Los medios del capital
mismo tiempo una crisis del periodismo, decía Walter Lippmann en 1920. Brian McNair,
ochenta años después, afirmaría que se trata de una crisis de la comunicación pública. Con
más o menos los mismos argumentos se insiste en que la comunicación es nuclear para la
(29). Como se ve, desde sus orígenes el planteamiento contiene los problemas del futuro,
evidentes en las posiciones divergentes del mismo Lippmann y de Edward Bernays (1891-
es muy distinta si la sustituimos por comunicación y poder, un problema a todas luces más
medios quedan subsumidos en la crítica, pero de ninguna manera la determinan; son parte
2
II. La democracia moderna y el capitalismo que le sirve de fondo y escenario, son sistemas
sociedad de tal modo contenidas que las élites en el poder puedan ejercer su imperio con un
democracias occidentales han procurado mantener a raya los levantamientos sociales que
especialmente al sistema que hizo asombrarse a David Hume de “la facilidad con que son
gobernados muchos por pocos, la implícita sumisión con que los hombres entregan su sino
a quienes los gobiernan”. Esta dominación de muchos por muy pocos es posible gracias a
las formas de control social, coacción y coerción del Estado burgués, en el cual se producen
Ahora bien, para que el Estado pueda ejercer su tarea de arbitraje y concertación “debe
adquirir el monopolio de la fuerza y ser reconocido como la única instancia legítima para
administrar las mentes y los cuerpos, estableciendo los límites del deseo y del sueño”
(Susz: 288). Esto es, sin los medios de comunicación, sin el “control de las mentes” es
insostenibilidad que hoy torna precaria incluso la vida en el planeta. (Resulta sintomático
1
“Evitar el desbordamiento (de las masas, o mejor, del pueblo organizado, que amenaza los límites normativos del sistema
con una fuerza que permite romper las barreras para avanzar en la construcción del nuevo mundo) es el desafío de la
política en la sociedad capitalista y por eso los mecanismos que se ponen en juego se encaminan a la contención, a la
disuasión, y en el límite al envilecimiento, antes de recurrir a mecanismos abiertamente coercitivos” (Ceceña, 2008: 99).
2
Resulta interesante observar que la situación natural capitalista es la insostenibilidad. La abundancia, por ejemplo, no es
sino el signo agresivo y más evidente (pero ciertamente más encubierto) de construcción de escasez; la curva de la
producción es proporcionalmente inversa al agotamiento de los recursos, administrados no racionalmente sino con los
criterios del mercado.
3
que la crisis terminal del capitalismo sea acompañado de aventuradas teorías sobre sistemas
del Pentágono- los intereses corporativos –sobre todo en las áreas de energía, construcción
alguna” (351). Por otra parte, la naturalización del estado de cosas, del modelo imperante,
hegemónico, corre enteramente por los medios de comunicación y extensamente por las
no apuestan por la diversidad sino por la uniformidad que haga posible la libre circulación
de los valores del capitalismo que son los del mercado global.
“¿Por qué una guerra cultural –se pregunta agudamente Fernando Báez (2008)- si
las nuevas tecnologías permiten vencer al enemigo con rapidez y eficiencia? Aquí
reside el gran enigma: Lind creía, como toda una élite estadounidense todavía cree,
que la tecnología facilita la derrota, pero el imponderable cultural es un núcleo
inabordable desde una perspectiva clásica. Ninguna ocupación se sostiene sin
interacción con el pueblo invadido, y el punto es cómo debilitar sus creencias hasta
el extremo de condicionarlas” (264)
diferencias culturales, los modos de ser y hacer distintos a los occidentales, y en todo caso,
reducir hasta la anomia, hasta límites manejables por el turismo y la industria del
3
Opino con Ovejero (2002: 229) que en este ámbito “lo más frecuente es encontrarse con una amalgama de ideas de
segunda mano en la que se confunden teorías y nociones (indeterminismo, caos, impredecibilidad) al servicio de
licenciosas metáforas”.
4
“El propósito de toda guerra debe ser la paz, que sólo resulta de una negociación política. Pero ésta se vuelve cada vez
más problemática porque Estados Unidos no tiene objetivos coherentes y bien definidos. Lo que complica el "paisaje
estratégico", porque Washington tiene muchos enemigos sin una clara identificación territorial pero dotados de un
proyecto político bien definido”, decía Marwan Bishara (2006). “La de Washington –afirma Samir Nair (2006)- es una
estrategia de exportación del caos y consiste en imponer por la fuerza un modelo político, desembocando, de forma
inevitable, en la guerra”.
4
espectáculo la resistencia residual, indigenismos, autoctonías, nostalgias. Desde esta
mercados capitalistas, culturas raigalmente diversas5. Que las mujeres afganas usen de una
buena vez Estée lauder, pasa por volver absurdas, antidemocráticas, contra los “derechos
universales de la mujer” las “burkas”. Ahora, no siempre sabemos –porque los tópicos
manos norteamericanas6- que “La ruta afgana es de crucial importancia para el mercado
asiático, los talibanes son un estorbo, separan las antiguas repúblicas soviéticas de Pakistán
económicos de los países de la zona en colaboración con las potencias occidentales”, como
III. Es desde esta perspectiva global como podemos comprender los modos de operar de
los medios nacionales. En efecto, las televisoras y radioemisoras del país son las
encargadas de traducir a los públicos locales las emisiones del capitalismo global, y por
descontado, las formas de ser y hacer de la democracia (capitalista, liberal) global. Que el
5
locales es más que evidente, y cuando empleo la palabra traducción me refiero a los
aislar. Los esfuerzos de gobiernos locales por reconocer y construir formas económicas y
cultura del consumo global (por cierto, donde se construyen muros para las personas fluyen
No permitirá pues el mercado (y llegado el caso su brazo militar) el apego de millones a sus
sentido y el valor de una cultura es del pueblo y para el pueblo (y en un sentido universal de
los pueblos y para los pueblos del mundo en diálogo intercultural, diálogo mucho más
intenso y fructífero antes de que ocurriera la implantación del capitalismo y sus formas
colecciones privadas, no tiene sentido sino valor económico, el cual se incrementa con el
7
En 1899, en Bolivia, el Tata Mallku Juan Lero estableció el primer gobierno indígena y decretó entre otras cosas el “traje
de bayeta” de la tierra, adelantándose en el gesto, en medio siglo, a Gandhi, que empleó este mismo signo simbólico-
cultural y económico contra los ocupantes británicos.
6
Cuando las culturas musulmanas sean reducidas, si eso llegara a ocurrir, las burkas se
musulmán. (No olvidemos que las caderas de Shakira y los prostibularios de fantasía
aladinesca8 ya han hecho lo suyo, en esto de tornar mercadeables las formas del Oriente no
judeo-cristiano).
IV. Igual como existe sólo una cultura global que traduce allanadas y sin filos sus
El “terror mediático” cesara si los intereses detrás de los medios considerasen que el
8
Nos confirma Said que el árabe en el cine y la televisión “Aparece como un degenerado hipersexual, bastante capaz, es
cierto, de tramar intrigas tortuosas, pero esencialmente sádico, traidor y vil” (379).
9
“Tanto votantes como compradores pueden ser manipulados –dice Galbraith-, y la gestión de la respuesta pública es
formidable y cuenta con una excelente financiación, en especial en la era de la publicidad y las modernas técnicas de
promoción de ventas” (29)
7
más de un criticismo doliente, a veces cínico, sin esperanza. Pero, encontrando resistencia,
los medios de comunicación globales y sus capítulos locales, se activarán hasta que la
inequidad10. Pero la crisis actual tiene unos rasgos que la hacen particularmente interesante
(no voy a decir aún que peligrosa) para los intereses capitalistas globales. El “viraje a la
izquierda” responde (en parte) a movimientos del electorado hacia formas más
participativas, sobre todo a raíz de la crisis de los partidos, los sindicatos y el sistema de
sus formas de “participación”, y en este contexto mediático los reality shows, los videos
exigentes, lo que no excluye –lo sabemos desde la primera guerra del Golfo- construir
noticias para las cámaras, pues estas se encuentran listas para “capturar” y difundir al
10
Explica Emir Sader (2008) que “La actual crisis económica y financiera internacional se inscribe en el marco de un
largo ciclo de recesión, del cual el capitalismo no ha logrado salir, desde su inicio a mediados de los años setenta del
siglo pasado. Sin esa inserción, es difícil la comprensión del carácter de esta crisis, de las consecuencias que puede
producir y del escenario que debe surgir después de ella”.
11
Por cierto, uno de los dueños de la “red social” Facebook Peter Thiel, “filósofo futurista e inversionista de riesgo” es
coautor de un libro llamado El mito de la diversidad (1998), que es todo un ataque detallado al progresismo y la
ideología multiculturalista que dominaba en la Universidad de Stanford. Afirmó entonces que la «multicultura» suponía
una disminución de las libertades individuales.
12
Sin duda los paparazzi, que nos ponen frente a intimidades sin interioridad -y muchas veces sin ropa interior-, son un
fruto opimo del deseo de aproximación, de la angustia que produce la lejanía/vecindad ante la burbuja mediática. La
cotidianidad de los “famosos”, sus ropas de “ocasión”, sus desplantes a las cámaras, sus desajustes hormonales o
sicológicos, sus maternidades, están al alcance, los sentimos nuestros y cercanos, ¡si hasta van a la cárcel!
8
instante preferiblemente en “todo público”. El viraje a la izquierda es asimilable por el
capitalismo desdeña intrínsecamente, pero a los cuales –qué duda cabe- fagocitará si no
palabras, si no destruye los modos de propiedad privada que garantizan los privilegios
seculares de élites en el poder (el privilegio de hacer circular y retornar acrecidos sus
derivándolas del Estado Nación sin eliminarlo (como el apetecido proyecto del Estado
conocidos, se entiende). Si los medios aguantan (si esto aguanta) hasta que las formas de
participación política, las formas de producir, las formas de mantener en circulación los
flujos de capital, sean traducibles para los medios, si estos logran traducir los intereses
“gobernabilidad”14, que permite, por ejemplo, jugosas inversiones de capital, tendrá acaso
otro signo, estará alimentada de otros componentes, será incluso más exótica, pero en
13
Las recientes nacionalizaciones de los “gigantes del mercado de los bonos hipotecarios”, el Fannie Mae y el Freddie
Mac llevadas a cabo por el gobierno de Bush, añaden un ingrediente bien interesante a los discursos vicarios del
neoliberalismo. Según la prédica, la solución no debía ser la nacionalización sino la inyección de “más mercado”.
14
Tal y como la ven las instituciones de Bretón Woods y el Consenso de Washington: “desregulación de los intercambios,
del comercio y de los sistemas de precios, prioridad dada a los inversionistas privados (individuos y empresas) y la
eliminación de la intervención del Estado en materia de otorgamiento de subsidios, medidas necesarias para mejorar y
fortalecer las políticas neoliberales, sin tocar el modelo social… Semejantes medidas descansan sobre la hipótesis que
inversiones y “ayuda” constituyen condiciones esenciales para el desarrollo, ya que la buena gobernabilidad se
considera el vínculo entre las dos” (Bendaña, 2007: 164-165).
9
definitiva potable, consumible por los medios y sus amos. Será distinto si los mercados son
Venezuela es atractiva para los capitales del mundo, no para los financieros exclusivamente
sino también y sobre todo, para los vinculados a la inversión productiva. Que hoy sean los
capitales financieros especulativos los que dominen la escena mundial, que la era post-
mano de obra empobrecida y la ausencia de leyes, hace que democracias capitalistas donde
virulencia de los medios se comprende porque son intolerables a todo vestigio o sombra de
“economía política” que suponga una mínima interrupción en los free flow del capital y no
descansarán hasta reconducir las formas políticas del “poder popular” hacia una
participación (el voto en las elecciones) sin posibilidad real de tomar decisiones en los
Tienen, con razón, que parecerles demasiado peligrosas las comunas, demasiados
“territorializadas”. Saben que los mercados no caminan a sus anchas donde hay
10
crecimiento en prácticamente todos los sectores y que hacen bailotear de contento a los
mercados bursátiles, está irrigado por la producción petrolera, y es en este marco, en este
compás, donde se nos permiten ensayar formas distintas de hacer las cosas. Hasta ese punto
es tolerable lo que en Venezuela ocurre. En otras palabras, la economía enclave del imperio,
distintos a los fabricados por el mercado, si no torcemos la ruta del capital, no habrá
revolución.
“Atacar al neoliberalismo (que no es una política, sino el capitalismo del fines del
siglo XX) es atacar el mando del dinero: no de los bancos, no de un grupo de
capitalistas financieros, o de un partido o una camarilla política, sino del dinero.
Mientras el dinero (capital) no sea atacado, ninguna toma del poder, ninguna
victoria electoral eliminará su violencia. Mientras el dinero mismo no sea atacado,
ninguna liberación ni nacional ni de otro tipo es posible” (Holloway, 2005: 150).
VII.
Sabemos que los mass media tienen un punto de inflexión que los auto-sitúa al mismo nivel
por medio de los medios de comunicación. La democracia construida por los medios entra
medios con las crisis de la “democracia”, y viceversa. Esa confusión está en la raíz del
11
problema, por ello no hemos planteado bien ciertos asuntos que atañen tanto a la
nos alejan de la solución. Se entiende que un problema mal planteado no existe (un primer
problema en todo caso es precisamente que está mal planteado), de modo que, vaya como
La situación a todas luces beneficia a los medios y al cuerpo de los llamados políticos -no
(al) cuerpo (de lo) político-, a sus instituciones y en definitiva al sistema que han creado.
Hay que hacer algunas distinciones a la hora de hablar de estos temas para no caer, pues, en
singularidades, en cambio las acciones de la clase política en alianza con los medios, dista
el grano de la paja, nos será difícil despejar la democracia, la política, los medios de
la política “mediáticas”, que tienen sus particulares problemas y que serán tratados como
Esta distinción, como hemos venido diciendo, es fundamental hoy, toda vez que el poder
global requiere de los medios y las cada vez más nuevas tecnologías de la comunicación.
12
globalmente al unísono. No es exagerado decir como los fascistas: “todo dentro de los
medios, nada fuera de los medios, nada contra los medios”15, toda vez que si “se toma en
serio –explicaba Sartori, no con respecto a los medios sino hablando del Estado- con los
“invasión última de la existencia privada”, lo que precisamente ha ocurrido con los medios
Una verdadera democracia, esto es, una sociedad donde el lugar de la toma de decisiones
no ha sido usurpado por un poder en particular (de intereses particulares), donde los
coacciones, una sociedad que se rige a sí misma de acuerdo a leyes surgidas de un consenso
comunicación social. Otra cosa y especialmente eso que llaman democracia y medios de
comunicación.
13
expresiones del derecho a intervenir en lo nuestro (…) si la democracia pretendiera
organizarse etsi Deus non daretur, derivaría en seguida hacia un etsi homo non
daretur, utilizaría la comunicación –que no sería tal- como expediente de control
por los pocos o los muchos y como instrumento para excluir a aquellos cuyos
derechos no se reconocen” (45).
desaparición de la ética en un mundo donde las decisiones están tomadas de antemano por
y para el beneficio del capital. “El mercado –dice Félix Ovejero (2002: 25)- se muestra
inconveniente en aquellos escenarios que tienen que ver con el bienestar colectivo”. Asumir
hoy como el único horizonte y la única realidad posibles la realidad de la dictadura global
VIII. Se aproxima una síntesis, ni clara ni previsible. No está ni estará en la ciudadanía del
un sujeto popular que encarna la diversidad de voces y rostros en un Estado que alberga y
capital global) por uniformar, estandarizar y uniformar, por borrar toda diferencia, toda
diversidad. “La forma del Estado multiétnico –señala Marcos Roitman- es un dinamizador
16
Cuando hablo de celebración, me refiero a los análisis que no conciben otro escenario que el tecnológico y mediático,
pero menos como fatalidad que como destino manifiesto de Occidente. Para ellos, que son los más, vale la pena
recordar que un 20% de la población activa bastará, el próximo siglo, para mantener la economía en marcha. Un quinto,
producirá todas las mercancías y prestará servicios; de modo que será (sólo) ese 20% quien participará en la vida, el
beneficio y el consumo. Por otro lado, según los informes del Banco Mundial (2003), un 5% de los más ricos del
mundo reciben 114 veces el ingreso del 5% de los más pobres. La mitad de la población vive con menos de 2 dólares
diarios, mientras que una tercera parte de ese grupo, en los países ricos, tienen un ingreso 64 veces superior y se
benefician con el 81% del producto social global (Tujan, 2007: 47). En este escenario, no tiene mucho sentido hablar de
“sociedad de la comunicación”.
14
del nuevo pacto nacional popular-estatal, al quebrantar la lógica de una democracia
Con todo, no es fácil pensarlo, ni siquiera decirlo. Afirma Lewkowicz (2004) que las
formas de pensar estos asuntos se encontraban en el Estado-nación, mas con su caída han
caído también “nuestros esquemas de pensamiento oficiales” (74), y lo que es peor y resulta
insondable, necesariamente también las condiciones en las que se habían forjado “nuestros
esquemas de pensamiento crítico”. Lo que hace falta, musita Ceceña es “dislocar los planos
“Atreverse a imaginar una sociedad sin centros ni jerarcas, pero sin miedo al caos, sin
alternativa”, pues observo que las definiciones ad usum de “comunicación social” suelen
estar ceñidas a lo mass mediático, producto según parece de haber sellado el horizonte y
todo lo visible, apenas se levanta un poco la vista, con la jungla de los medios y tecnologías
17
“Las luchas venideras –dice Gilberto Valdés Gutiérrez (2005)- no serán por simple extensión de la ciudadanía, aunque
la comprenda como momento democrático no satisfecho y necesario. Tampoco por la restitución del Estado-nación que
excluyó y discriminó en nuestra modernidad a los pueblos originarios y a las mujeres, preso de la mimesis desarrollista.
Serán, sí, por otra noción social de país y de región, de integración de naciones y pueblos y desarrollo sostenible e
independiente no totalmente alcanzado, y hoy en vías de extinción” (85).
15
alguna de hablar de “comunicación” sin apelar a las “tecnologías”. No será este el caso. Al
lugar a los mass media18. Ya la distinción la hizo Mario Kaplun (1996) cuando advirtió el
indirecta, articulada sobre el razonamiento de que las decisiones no pueden ser tomadas
entre todos. Los mass media son consubstanciales, pues, a la “democracia”, pero no a otra
sino a la del tipo que los Estados Unidos masificaron menos a través de la política y las
relaciones diplomáticas, que a través del «big stick»20 engranado a las “industrias
culturales”. Lo que ocurrió en la más cruda realidad fue la imposición a nivel global de
18
“Cuando hablamos de comunicación, no nos referimos únicamente a los medios, -matiza y ajusta mi apreciación Rosa
María Alfaro (1993)- aunque reconocemos que éstos son aparatos culturales y no sólo tecnológicos, muy importantes y
que se articulan a la conformación e intercambio de culturas, a la organización económico social y a la construcción de
consensos y disensos políticos en una sociedad. También rescatamos para la comunicación aquellas prácticas sociales
de acción e interrelación de los sujetos, especialmente referidos a los movimientos sociales”
19
Una enumeración de los atributos de la comunicación de masas se puede leer en Apocalípticos e integrados (2004), de
Umberto Eco; los mass media apelan a un público heterogéneo según «medidas de gusto», destruyen las características
étnicas imponiendo una cultura homogénea, promueven la sobreexplotación de la imagen y deprimen el concepto,
resumen el pensamiento en fórmulas fácilmente digeribles, “alientan una visión pasiva y acrítica del mundo”,
entorpecen la conciencia histórica, persiguen el “nivel superficial” de nuestra atención, trabajan sobre “opiniones
comunes, sobre los endoxa”, favorecen proyecciones hacia “modelos oficiales”, aceptados, normales, se presentan
como “el instrumento educativo típico de una sociedad de fondo paternalista, superficialmente individualista y
democrática” (64-67)
20
Recientemente el candidato demócrata a la presidencia de EEUU, Barack Obama declaraba: "Creo que hay
posibilidades tanto para zanahorias como para garrote (incentivos y mano dura) de forma que puedan fortalecer los
intereses estadounidenses en la región”, en una clara demostración de que no piensa modificar las formas históricas de
relacionarse esa nación con los países del Tercer Mundo.
16
gobiernos dóciles a los intereses corporativos y trasnacionales, pro-norteamericanos o
(refrendado con más de 700 bases militares around the world), que servía de mampara y
inflexibles y despóticos, autoritarios y hasta tiránicos para con las alternativas internas.
Acaso paradójicamente, los presidentes norteamericanos son elegidos con menos del 10%
de los votantes, y para el ciudadano –al decir de Ralf Dahrendorf- las elecciones más
importantes son las locales21. Ahora bien, esta imagen del ciudadano norteamericano
participando en formas de poder local no es la que conocemos -ni vemos-; antes bien, se ha
puede llegar a representar nada o casi nada para el ciudadano norteamericano promedio,
pero que sin embargo parece tomar –o está al menos a la cabeza- de decisiones con
consecuencias directas –las más de las veces terribles- para cualquier país o región del
mundo. Existe pues un modelo de democracia de exportación, que los países desarrollados
y menos los Estados Unidos practican; por ejemplo, sería interesante que las agencias de
inglés, para el cual la “separación de poderes” se considera –al decir de Ralf Dahrendorf-
“una extraña idea continental, exportada a Estados Unidos por un autor francés –
Montesquieu- que no sabía de lo que estaba hablando”. “El lord canciller en Gran Bretaña –
nos ilustra Dahrendorf- no encuentra ningún problema en sentarse como juez, presidir una
asamblea legislativa y participar en una reunión del gobierno el mismo día” (76).
21
“En las elecciones locales –comenta Ralf Dahrendorf (2002) hay un fuerte interés popular, y son elegidas un gran
número de personas para cubrir una amplia variedad de cargos, desde el gobierno de la escuela a la dirección de la
policía, desde el juez hasta el sheriff (…) Este es el verdadero corazón latente de la democracia norteamericana, que tal
vez no se ve tan claramente desde Nueva Cork, pero que está todavía vivo y próspero en las pequeñas ciudades de Ohio
o Wisconsin. Además, lo que nosotros llamamos sociedad civil encuentra numerosísimos cauces de participación en la
vida pública y en la iniciativa local” (70)
17
No obstante, el modelo de exportación impone la “separación” como plataforma discursiva
para la deslegitimación de los gobiernos que no depongan los propios ante los intereses
Valga recalcar que la deslegitimación circula básicamente a través de los medios, cuya
de baja o alta intensidad. La guerra ocurre primero y –desde la Guerra del Golfo-
Otro aspecto crucial del debate medios de comunicación y democracia, como modelo
político de representación de las masas por parte de una minoría ilustrada, es lo que
creces a la mayoría cualitativa (de los elegibles) y esta mayoría, que en relación con la
totalidad de la población es una minoría ostensible, impone la naturaleza, los modos, las
características de la “democracia”. De más está decir, que los medios de masas están
diseñados para mostrar los atributos sociales, económicos, culturales de las elites,
configurando un racismo ambiente que expresa los valores y la estética del capitalismo
moderno y modernizante.
La “minoría mayoritaria” -explica Enzo Del Bufalo- está formada por todos
aquellos individuos que encarnan las conductas canónicas que, a su vez, son
prescritas por un grupo más reducido aún de los que detentan el poder
microdespótico en las organizaciones productivas tanto de enunciados como de
bienes y servicios materiales” (2002: 150).
18
medios, que han acompañado la gesta de las élites en el poder, que prácticamente nacieron
por ello y para ellas, iniciarán la destrucción mediática de la diferencia, como prolegómeno
Por todo lo anterior, discutir sobre la comunicación alternativa pasa por el replanteamiento
del poder y la democracia. El modelo que conocemos depende y existe por los medios de
impuesta por los medios, los comunicólogos y los tecnólogos de la comunicación. En cierta
forma es un desafío, pero no existe otro camino; salvo el trillado. El poder pasa por la
Así, no se requiere para la solución de los problemas a los políticos (figura y clase derruida
por los medios, quienes generalizaron que, para ser digno se debía ser a-político23) sino
23
A propósito, los llamados “líderes estudiantiles”, entre los que destaca el ganador del premio “Milton Friedman”, Yon
Goicochea, declaraban a los medios que su actuación y la de sus seguidores no era “política”. Pero, como puntualiza
Slavoj Žižek (2005), partiendo de la clásica definición aristotélica “En la sociedad humana, lo político es el principio
estructurante abarcador, de modo que toda neutralización de cierto contenido parcial como “no político” es un gesto
político por excelencia” (192).
19
como paradigma y destino civilizatorio) prescinde del “diálogo”, una actividad demasiado
Estado. O lo que es lo mismo más mercado y menos ciudadanía. Esta “política” sin diálogo
dinámicas de mercado, los “políticos” son menos miembros de una “clase” que una suerte
de “socios” (de ahí que funcionen como mafias o logias) respondiendo a intereses de clase,
realización de las tareas públicas a unos políticos profesionales”, que se verán obligados a
atender los intereses de los/sus electores, de modo que “la democracia aparece como un
sistema que obtiene el máximo bienestar con el mínimo consumo de virtud, esto es, de
Por otra parte, los medios producen ilusión de ciudadanía confiriéndosela exclusivamente a
demanda26. Para los medios de masas la política no tiene en definitiva nada que ver con los
24
Más adelante llega a afirmar que “las decisiones finales no dependen de razones de justicia (de la deliberación), sino de
la negociación de intereses. Si existen individuos que no tienen capacidad de negociación porque no votan, sus intereses
no serán tenidos en cuenta” (169).
25
“[e]n el mercado sólo se expresan –Félix Ovejero (1994)- las necesidades de quienes tienen poder de compra. La
necesidad de los más necesitados no se muestran”, agregaríamos nosotros, a través de los medios. Y continúa con un
argumento que en Venezuela a partir del incremento del consumo propiciado por una extensa red de mercados
populares (Mercal y PDVAL) va siendo necesario tener bien presente: “No es verdad que la ausencia de «colas» pruebe
que no hay escaseces –necesidades insatisfechas- en el capitalismo. Sencillamente, en lugar de distribuirse según el
criterio «primero que llega, primero se sirve», se distribuye según un criterio de capacidad de compra” (1994: 70).
26
“El consumidor necesita al mercado y el mercado necesita al consumidor; este aparente equilibrio o círculo vicioso no
oculta otra cosa que un gigantesco desequilibrio y una contradicción: la valorización del mercado y la desvalorización
del consumidor-productor; en otras palabras, la desvalorización del obrero y la valorización del capital” (Silva: 109)
20
ciudadanos sino con los consumidores27 (uniformes, estandarizables, sujetos de encuesta),
de modo que no cabe hablar en realidad de política sino más exactamente de management.
afirma Lewkowicz- no gestiona las demandas de todos los hombres sino los encargos de los
“La soberanía no emana ya del pueblo sino de la gente. La gente ya no son los
ciudadanos sino los consumidores. Si el consumidor se inviste como soberano, la
ley será la ley del consumo. Tanto como decir que la ley de la oferta y la demanda
pasará de fantasmagoría categorial de una disciplina a legislación explícita de la
nueva ficción” (37)28
Empero no se nos escapa que la propia noción de ciudadanía responde al proyecto histórico
precisamente esa institución hoy se encuentra en crisis. Las formas de poder conocidas
estaban, entre ellas la soberanía, articuladas sobre ese recorte histórico de la modernidad,
trunco, el poder de la ciudadanía fue usurpado por las elites que se arrogaron la
21
Para Fernández Liria y Alegre Zahonero (2006) un proyecto político como el que se vive en
Venezuela es una actualización del proyecto ilustrado; para estos autores la figura que
tomarse radicalmente en serio el concepto de ciudadanía ilustrada” (64) 29. Afirman que no
pero plausible. Ciertamente no somos sólo hijos de la Ilustración, proyecto que llevó a
pasado. El proyecto ilustrado, asumido por las elites ilustradas, creó vastas regiones de
“democráticamente” a través del voto, el mismo que legitimaba en el poder a las elites, en
un ciclo recursivo que realmente ocultaba el accionar de intereses extranjeros, del capital
internacional en componenda histórica con los poderosos criollos. Desde esta perspectiva,
Pero la reivindicación de este sujeto histórico, el ciudadano, y del proyecto Ilustrado, esta
29
“Lo que está ocurriendo en Venezuela –dicen con hiperbólica efusión y no poca socarronería- es una auténtica fiesta
ciudadana, republicana e ilustrada y como tal sería celebrada por los intelectuales del mundo entero si tuviésemos la
suerte de contar con Kant, con Hegel o con Marx en vez de con Savater, con Rorty y con Habermas” (76)
30
La exclusión no es una consecuencia, algo a superar una vez creadas otras condiciones pero dentro del mismo marco
de relaciones de poder capitalistas, liberales y modernas. Como lo precisa Enzo Del Búfalo la exclusión no se opone a
la homogeneización despótica “sino que es la regla de su organización jerárquica, pero sí es incompatible con la
multiplicidad democrática, cuya única identidad es la diferencia. En una auténtica sociedad de individuos, no puede
haber minorías ni mayorías porque toda la sociedad es una multiplicidad de eventos individuales. En la sociedad libre
no hay discriminaciones, sino acumulación de experiencias diversas que se singularizan” (153).
22
especie de vuelta a los orígenes de lo que nunca ha sido31 pero que se enuncia como
grueso, Grüner (2002) resume: “ha sonado la hora del sujeto cartesiano, del ciudadano
Para García Canclini (2000) la «nación» no tiene futuro. Las culturas nacionales “parecían
territorializado; de hecho los “objetos” de la cultura pierden relación de “fidelidad con los
territorios originarios (32). Parece celebrar el teórico de la hibridez que los bienes se
produzcan en cualquier lugar del mundo (suponemos que no le importan las condiciones 32),
Ante la situación, ¿qué perspectivas ofrece? En principio, niega la “mirada política”, sobre
31
De la ciudadanía que nunca ha sido habló Habermas al celebrar los doscientos años de la Revolución Francesa: “La
Europa de los ciudadanos que está por construirse tiene necesidad de las fuerzas de la fraternidad, de la ayuda mutua y de
la solidaridad, para que de esta manera también los débiles, los necesitados y los desempleados estén en capacidad de ver
en la Comunidad Europea un progreso, en comparación con las condiciones actuales. Este llamado al estímulo de la
fraternidad, en conexión con la idea del ser ciudadano, debe ser el mensaje central de los festejos por los doscientos años
de la Revolución Francesa.
32
“Independientemente del país donde se hallen las ZPE (zonas de procesamiento de exportaciones) –describe Naomi
Klein (2007), la condición de los trabajadores tiene una sorprendente similitud: la jornada laboral es larga; hasta catorce
horas en Sri Lanka, doce en Indonesia, dieciséis en China del Sur y doce en Filipinas. La gran mayoría del personal se
compone de mujeres, siempre jóvenes y que siempre trabajan para subcontratistas de Corea, Taiwán o Hong Kong. Las
contratistas reciben pedidos de empresas de EE.UU, Gran Bretaña, Japón, Alemania o Canadá. La gestión del personal
es de corte militar, los supervisores son a menudo arbitrarios, los sueldos están por debajo del nivel de supervivencia y
el trabajo es poco cualificado y tedioso (…) Estos reductos de industria pura se ocultan tras un manto de transitoriedad:
los contratos van y vienen sin aviso previo; los trabajadores son predominantemente inmigrantes, alejados de sus
lugares natales y con pocas relaciones con las ciudades o las provincias donde se hallan las zonas; el trabajo mismo es a
corto plazo y a menudo no se renueva” (229)
23
sociedad33 sino que la “devoró”, “sometiendo la política a las reglas del comercio y la
Si la eficacia34 se mide por lo que se trasmite como tal en los medios y que día a día
estaríamos menos ante un acto i-rreflexivo que ante la manifestación de una suerte de
totalitarismo teórico (que se vuelve cultural), de aceptación a pies juntillas de una verdad
Hecha su afirmación, por demás desmentida por los hechos, sostiene que “ser ciudadano no
tiene que ver sólo con los derechos reconocidos por los aparatos estatales a quienes
nacieron en un territorio, sino también con las prácticas sociales y culturales que dan
sentido de pertenencia” (35); y tal práctica no es otra que el consumo, por lo que el Estado
–hete aquí el estilete, pues en el horizonte rutilaba el ALCA- debe “garantizar igualdad de
ciudadanía, eliminar sus residuos políticos (sobre todo los que tienen que ver con el
territorio y la cultura), y abrir las fronteras al libre comercio. Las formas de participar (en la
política) son las dispuestas por el “orden del consumo”, y, en efecto, no los sujetos de la
política (los ciudadanos) sino el público (consumidor) ante la desilusión de las burocracias
estatales, partidarias y sindicales, acuden a “la radio y la televisión para lograr lo que las
electrónicos, pero no en el consumo”, por lo que “El derecho de ser ciudadano, o sea, de
33
Según el último informe de la ONU, 84 fortunas personales equivalen al producto interior bruto de China con sus mil
doscientos millones de habitantes; debemos suponer que esa ha sido la forma más eficaz de organizar la sociedad que
ha encontrado el mercado.
34
“El sistema analítico –afirma Gilberto Valdés Gutiérrez- utilizado para expresar las nociones de eficiencia, equidad y
estabilidad es el mercado. Las leyes de la oferta y la demanda que en él actúan se revelan en la creencia liberal como
leyes «naturales» y «justas», como una fuerza anónima y universal, ajena al tiempo histórico” (71)
24
decidir cómo se producen, se distribuyen y se usan esos bienes, queda restringido otra vez a
las élites” (42). Lo que no obsta para afirmar que lo “público” ha pasado a ser el “marco
realidad es lo pasible de transmisión mediática; con otras palabras, si lo real es lo que pasa
que “La tecnología moderna, sobre la que se basan los medios de comunicación de masas,
ha transformado en obsoleta la venerada y antigua máxima: «un lugar para cada cosa y cada
cosa en su lugar»”).
sociocomunicacionalmente, de ahí que sean los jóvenes los que más rápidamente se sientan
Benetton” (49); los jóvenes vivirían en un “presente sin memoria”, en una sociedad
multicultural estandarizada, en la que los conflictos –si los hay- se “resuelven con maneras
Las señales dejadas por García Canclini nos preparan para comentarios como este de
Marcelino Bisbal: “La comunicación masiva de los grandes medios se dice que transforma
ejemplo, será “una de las formas de habitar el paisaje”, como es a su vez “una puerta de
entrada a un mundo creado que nos permite escenificar un entorno en el que nosotros
25
expresión y exposición en el espacio público” (Sánchez V., 2007: 117). Pero también sabe
García Canclini, que el rótulo de “consumidor” no basta, de ahí que convenga que “al
acaso no se está ante “algo que sustenta, nutre y hasta cierto punto constituye un nuevo
modo de ser ciudadanos” (43)35. Aceptado esto, la diversificación de los gustos (que
tradicional, de los partidos y los sindicatos, los teóricos auguran que “Deberá surgir otro
La consumación teórica de la “política del espectáculo” nos exige plantear de otro modo el
las trasnacionales, de las corporaciones, del capitalismo financiero. Pero precisamente por
esta acción masiva existen teóricos como Canclini o Bisbal, encargados de construir un
mundo sin salida, sin alternativas, o en todo caso, con “alternativas” que funjan como tales,
esto es al interior del sistema. El capitalismo ha creado un universo y una realidad; como lo
afirma Guy Debord “la realidad surge en el espectáculo y el espectáculo es real. Esta
35
Llega incluso a insinuar que las protestas, las demandas, las exigencias de la población son la manifestación racional y
política de la nueva sociedad de consumo. “El Caracazo” o los piqueteros en Argentina formarían naturalmente parte de
estos novísimos enfrentamientos toda vez que consumir “es participar en un escenario de disputas por aquello que la
sociedad produce y por las maneras de usarlo” (60)
36
Pero como nos reafirma Naomi Klein “Las soluciones políticas –la responsabilidad ante el pueblo y la aplicación de la
ley por sus representantes legítimos- merecen otra oportunidad antes de que tiremos la toalla y aceptemos los códigos
empresariales, la vigilancia externa y la privatización de nuestros derechos civiles” (2007: 484)
26
27). Con la radio y la televisión, esto es, con la política (del) espectáculo (y el espectáculo
“formas más reflexivas e íntimas de narración” (51), lo que hace imposible la ciudadanía,
en la comunicación.
proceso que le daría forma a las instituciones modernas. Dicha racionalidad –sigo aquí a
Leopoldo Tablante (2007), que sigue a Habermas- sería urbana y disciplinar, base de la
la vida cotidiana”, mas lo interesante es que afirma que tales valores “maduran a lo largo
del devenir histórico y que no pueden incrustarse súbitamente en las sociedades que no han
alcanzado una «madurez» moderna” (143)37. Para este comentador de Habermas la “actitud
apertura de un ámbito de la expresión que, así como puede ser dionisíaco, contiene
(143-144).
37
Precisamente Habermas (1985) sabe como se “incrustó” la modernidad, el progreso y el futuro en Europa:
“La orientación específica hacia el futuro que caracteriza a la Edad Moderna sólo se forma a medida que la
modernización social deshace con violencia el espacio de experiencia viejo-europeo característico de los
mundos de la vida campesino y artesano, lo moviliza, y lo devalúa en lo que a directrices para la formación de
expectativas se refiere. El lugar de aquellas experiencias tradicionales de las generaciones pasadas lo ocupa
ahora una experiencia de progreso, que presta al horizonte de expectativas anclado hasta entonces en el
pasado una «cualidad históricamente nueva, una permanente cualidad global de tono utópico»” (23-24)
27
Para análisis de esta naturaleza, la palabra fuera del contexto urbano, citadino, civilizado,
por ejemplo, quedaría descartada. Por otro lado, sólo es racional la razón moderna, así la
política fundada en el diálogo sólo es posible para y según Occidente. Si esta razón sufre
asistiríamos según esto, a una suerte de barbarie en este caso tecnológica, un mundo sin
política, sin ciudadanos, sin sociedad, entregado a las relaciones de mercado, al consumo
como práctica de vida cotidiana, donde la palabra –dice Tablante- “parece tener valor como
social quienes “llenen los vacíos de un diálogo que no es tal o amplifican nuestras
deficiencias en tanto que agentes comunicantes” (147); este vacío y desencuentro con la
que sobre ella se funde será desacreditado y negado. Esta posición, por cierto, coincide con
los criterios desprendidos a partir de la famosa “pirámide de Maslow” que tanto ha servido
para diseñar “políticas públicas” y campañas publicitarias. En efecto, los más necesitados
memoria, pivotes sobre los que gira y se articula la resistencia y la rebelión, y por ende las
28
formas alternativas de poder popular, suelen presentarse en espacios periféricos y
“acercamiento”, partiendo de la lógica de que es el progreso lo que debe llegar “a todos los
rincones”. Hay zonas sin embargo que el poder necesita alejadas porque son potenciales
territorios explotables, y por lo tanto deben estar despobladas o vacías. Se sabe que no lo
están en muchos casos, pero se trata de invisibilizar la presencia de los pobladores, siempre
reducidos y en difíciles condiciones de vida, toda vez que las mejores tierras están en
manos de “productores” que se han encargado de desviar los cursos de agua y de cercar los
logrado alcanzar visibilidad hasta ocupar las pantallas del occidente civilizado), la
Como vemos, los análisis sobre medios y democracia están soportados sobre la continuidad
histórica de la razón moderna, hija de la Ilustración. El problema que nos hemos planteado
en los mismos términos y, de modo estratégico, observa, no desde afuera ni desde las
márgenes, porque eso sería seguir sosteniendo que el centro y la periferia continúan, sino de
consciente además de la relación entre comunicación y poder, y conscientes más aún de que
29
precisamente un producto de la racionalidad moderna. Por eso nuestro problema es la
en el lenguaje, en la palabra.
¿Qué tenemos para pensar-nos? Desde el pensamiento andino –enumera Benavides Solís:
deja por ello de ser Otro: “Intimidad y familiaridad con la naturaleza –recita Briceño
Guerrero (2007)-. Comunicación personal con los meteoros y los astros. Comunión y
comunidad. Eso es lo mío. Occidente sustituye todo eso por una relación tecnológica de
Sobre la incompletad, cabe observar que recoge una toma de conciencia o comprensión de
la realidad, que parte de la asunción sin soberbia de que no somos capaces de conocer y
abarcarlo todo, que tenemos límites; sabiduría que ya en la antigüedad griega iluminó la
30
tragedia, y que atravesaría a Occidente desde Prometeo hasta el Fausto, como figuras
fue sacada del juego y reducida a expresiones sin capacidad de incidir ni transformar la
infinito, distintas al sentido de fin y fines sobre los que está construido el pensamiento y la
civilización, lo Real según Occidente. En efecto, Occidente afirma que existen modos de
conocer la verdad y alcanzar fines u objetivos, porque parte de un universo finito y cerrado,
menos porque reconozca verdaderamente su finitud, que por meras razones operativas. El
con Blaise Pascal, en el siglo XVII. El fin y los límites determinan para el Occidente
secular el sentido de las cosas. Tiene sentido, es verdadero y real lo que está comprendido
en un marco categorial establecido, que fija sus límites y alcances. Lo que no entra (lo que
38
La tragedia se enuncia más o menos en los siguientes términos: “De lo que se trata es del olvido de Dios. El hombre
está por encima del mundo, pero por debajo de Dios; al olvidar esto último comienza a manipularlo todo como si fuera
Dios y termina manipulado por sus propias creaciones. Al perder la conciencia de estar bajo el poder de Dios, pierde la
rebeldía contra sus propios inventos, porque, paradójicamente, la altivez de la libertad creadora y la soberanía sobre sus
creaciones sólo pueden venirle del reconocimiento de su finitud, de la entre al Infinito amoroso que lo salva de la
muerte respetando su individualidad. Cuando se desliga de la gracia divina, sus obras lo esclavizan” (Briceño G., 2007:
146)
39
Al respecto, se pregunta y sugiere Pasquali (1998) “si la degradación de la urbe moderna no guardará alguna relación
directa tanto con la profanación de espacios otrora sagrados y emblemáticos, como con la de sus principales patrones
topográficos y expresivos de comunicación. Se desprendería de allí, como terapia posible, la necesidad de una especie
de «re-sacralización laica», si así puede decirse, de ciertos espacios ciudadanos y de ciertas formas de comunicación, o
la conveniencia de reintroducir en la ciudad de hoy ambientes, situaciones, momentos y canales participativos de
comportamiento solidario y comunicación dialogal, que «re-enseñen» al ciudadano el ejercicio de una ética
complementaria y solidaria de la convivencia, más que el de una moral eterna y obsesivamente competitiva del costo-
beneficio” (93)
31
Resulta interesante observar que el pensamiento de la Reforma Protestante no era
esencialmente especulativo, puesto que sólo se podía pensar lo humanamente pensable, esto
es, (hasta) lo percibido por los sentidos; la especulación metafísica (latina y católica) es por
La verdad debe responder al marco categorial establecido y para llegar a ella se precisa un
método. Verdadero o falso son los límites, cualquier otra variable entra en el reino de lo
del mundo, necesariamente se deben prefigurar los términos que permitan la comparación;
en otras palabras, la verdad debe existir y caber (existe porque cabe) en el mundo; pero el
La construcción menos racional que laica o secular de los límites del mundo, y que por
moderno con tales instituciones. La ley, el Estado, la nación, sólo se pueden concebir
40
“La máquina tecnológica exige pues un conocimiento segmentado y estandarizado sobre el cual establecer mediciones
variables, una homogeneización cualitativa de la realidad para poder establecer diferencias cuantitativas. Los saberes se
reducen de hecho a un único saber: saber medir (…) Los saberes que no pueden ser reducidos a mediciones, que no
predicen fenómenos, no pueden ser incorporados a la producción tecnológica y son excluidos a priori del laboratorio
corporativo que sólo produce conocimiento como una fase integrada a la producción tecnológica” (Del Búfalo: 169).
32
modernamente desde el momento en que existen fines y términos pre-establecidos que
postulan lo real y verdadero. El Occidente moderno racionalizó el mundo de tal manera que
logró seccionarlo, dividirlo, segmentarlo, mas todo eso fue y ha sido posible porque
convirtió él mismo en administrador de los límites, esto es, dispuso “racionalmente” los
límites de lo pensable; más allá de esos límites nada es pensable ni digno de ser pensado.
moderna”, sobre la que está fundada la ciencia y la tecnología occidental, pero también la
busca fijar fronteras en los confines, en los límites mismos de la vida y la muerte.
Traspasarlos, crear vida, por ejemplo, supone control sobre (lo que se creía) incontrolable;
vencer ese último bastión de los que desafían la racionalidad de Occidente. Uno de los
vida artificial que se mezcle entre nosotros, indistinguible, pesadilla cuya consumación nos
niega estructuralmente41.
41
“La diferencia entre un lenguaje artificial como el FORTRAN, programado por especialistas de la informática y
teóricos de la información, y el lenguaje humano reside en todo un potencial quimérico, en una serie de ambigüedades
vitales y de decisiones imposibles (…) No está lejos de excluir la lógica aplicada: los parámetros son demasiado
numerosos, los órdenes aceptables son demasiado fluctuantes y esporádicos. (‘Es humanamente imposible –afirma
33
A propósito, cuenta Slavoj Žižek: “Cuando vi Matrix en una sala de Eslovenia tuve la
oportunidad única de sentarme muy cerca del espectador ideal de la película –claramente
un idiota-. Un hombre próximo a la treintena estaba tan enfrascado en el filme que todo el
tiempo molestaba a los demás espectadores con exclamaciones como ‘¡Oh mi Dios!
Entonces la realidad no existe” (2005: 149). El sujeto que describe Žižek es demasiado
en otras palabras, está sucediendo a nuestro alrededor una mutilación agresiva y masiva de
pudiéramos pensar a partir del comentario de Žižek- sino ordinario, de un pensamiento –si
cabe- literal, letra a letra, signo a signo; no podemos hablar en efecto, de lectura, de
modo que cada uno apela –no a la memoria del signo- sino a una especie de paradigma
congelado (martillado por los medios, confeccionado y repetido sin desvelo), que le
tautología sin futuro. Esta incapacidad para leer (para hacer conexiones, relaciones, enlaces
no entre datos, entre informaciones, sino entre lo leído y nosotros –y este nosotros no apela
a individuos, sino a culturas, a historias y modos de vida, de pensar y sentir en los que nos
34
puedo sentir nada por algo situado fuera del radio de acción del signo, del dato, de la
información, radio que sabemos ha sido estipulado, establecido, trazado ya por las fábricas
–dice Susz- “de la capacidad crítica, esencial para una adecuada capacidad de reacción y la
que nos hemos ido quedando sin memoria, sin tierra, sin idioma (una cosa lleva a la otra,
pues están interconectadas), sin imaginación creadora, sin pasado, con un presente
(100)
43
El sistema nos i-rresponsabiliza al des-humanizarnos, de modo que ser responsables para con el capitalismo es aceptar
la deshumanización; por el contrario, conquistar la humanidad, es actuar de manera irresponsable para con el sistema.
La rebeldía, la desobediencia, el desorden, son actitudes y prácticas que, sistematizadas, socavan sus bases. Zapar,
corroer, embromar, son expresiones sociales que reclaman sistematización. Cuando decimos entonces que el
capitalismo nos irresponsabiliza es que concibe mecanismos de alejamiento, de separación de lo que nos rodea, de los
demás, de nuestros intereses y necesidades como seres humanos; el proceso llega al dramatismo de hacernos i-
rresponsables de nuestra propia destrucción. Estamos ante un sistema que, fundado en la Razón, destruye lo racional, y
convierte lo irracional, lo desquiciado, en razón normativa y operativa.
35
fracturado y superficial, y por lo tanto sin futuro (porque no son el futuro las imágenes
capitalismo nos deja inermes y nos exime de responsabilidades, no sólo en lo que respecta a
total del sistema. Crea el efecto de que la máquina avanza sola, que no contamos, ni para
que avance ni para que se detenga. Crea la impresión de que bien pudiera existir sin
progresiva de los procesos laborales, evidencia la superación de las fallas derivadas por la
manipulación humana44.
Libres de todo, i-rresponsables, sin nada ni nadie a quien responder, sin muertos ni dioses a
único que le sirve de nosotros, exactamente lo único que nos queda, la “fuerza de trabajo”.
Pero ello fuera algo si no se tratara precisamente, de un trabajo que no nos necesita, que
cualquiera de nosotros (no por humildad sino porque no contamos, porque lo que somos no
innecesaria. Basta una minoría que “resuelva” los problemas46, que piense por nosotros. En
44
Para Renán Vega Cantor (2008) “aparte de la propaganda sobre los supuestos efectos revolucionarios de la informática,
no hay evidencias empíricas que hasta ahora lo comprueben (se refiere a la solución de los problemas de la humanidad),
pues en el único sector donde se ha sentido el impacto de la informática es en la producción de computadores, pero no
ha afectado esencialmente al conjunto de la economía, y sobre todo en su ámbito productivo” (48).
45
Recordemos a Ludovico Silva (1981) cuando enumeraba siguiendo a Marx las características del trabajo capitalista: 1)
“La alienación consiste en que el trabajo le es externo al trabajador: no pertenece a su ser”; 2) Por tanto, “se niega y
arruina su cuerpo y espíritu”; 3) “Fuera del trabajo recobra su personalidad: dentro del trabajo la pierde”; 4) por medio
del trabajo no satisface necesidades propias, sino “extrañas a él”; 5) su trabajo “es propiedad de otro; 6) “El hombre-
trabajador sólo se siente libre en sus funciones animales: comer, dormir, procrear; en cambio, en sus funciones
humanas: trabajar, producir, transformar la naturaleza, se siente como un animal. ‘Se humaniza lo animal, se animaliza
lo humano’” (87)
46
Pero los problemas no serán vistos ni se les prestará interés, si quienes los padecen no pueden “entrar en el mercado
político”, en otras palabras, si no tienen poder mediático: “los faltos de recursos son los que acostumbran a tener los
36
estas condiciones, sometidos a responder preguntas ya respondidas, atrofiada la actividad
temas de elevada conflictualidad que llegan a ser considerados son trivializados en el marco
de un respeto estereotipado de las minorías que excluye toda crítica que no sea inducida”
(125). En este ámbito desolado “Pensar es sufrir un desarraigo vital, una especie de
Nicholas Lescher afirma, que no hay manera de producir lógicamente la frase “estoy cerca
y, como tal, puede estar en cualquier lado, a cualquier distancia espacio-temporal, ni cerca
intuición, en efecto, nos pueden poner justo en ella apenas iniciado el camino. Que se
precisa avanzar y progresar hasta alcanzar ciertos límites, es parte del pensamiento
moderno secular de Occidente; los límites son arbitrarios y los dispone (e impone) el Poder
a través de las autoridades para el efecto: expertos, científicos, políticos, etc. El tiempo
occidental es lineal y progresivo, y determinados los límites, las naciones entran a jugar
roles muy distintos. En el reparto, a los países del Tercer Mundo (más lejos de la verdad y
lo real, esto es más lejos del centro) nos toca proveer materia prima y mano de obra
37
económica, la capacidad de tomar decisiones. De ahí la dificultad que se presenta en
nuestros países multiétnicos y pluriculturales con respecto al tema del “desarrollo”, toda
Con todo, la(s) alternativa(s) siempre ha(n) estado allí, sólo que los acontecimientos
recientes la(s) han puesto a la vista, como sucede con las ruinas o los restos arqueológicos
que quedan al descubierto con los movimientos de tierra48. Han estado allí porque no
un universo aparte, sino al contrario hacen lecturas históricas de los procesos civilizatorios
de la vida, sabe que existe un imponderable, una indeterminación, que deja sin efecto las
enfrascados en un “mundo” cerrado, donde los nacimientos que tienen sentido son los
48
“La diversidad –apunta Gilberto Valdés Gutiérrez- ha estado siempre; pero hoy ha adquirido beligerancia política y
visibilidad epistemológica. Así como ella existe, existen sus lecturas. Lo primero que habría que admitir es que la
emergencia de la diversidad es un dato del sujeto social-popular, entendido como el conjunto de clases, capas, sectores
y grupos subordinados, que abarcan la mayoría de nuestros países y sufren un proceso de dominación múltiple” (2005:
70)
38
temporizados por la racionalidad médica y la muerte ideal e idealizada la que ha sido
dimensión simbólica, esa que nos hace precisamente seres humanos. Sin pensamiento
“Todos los razonamientos por hipótesis o ‘fundados en una suposición’ “se encuentran
irrevocablemente minados por la falta de una ‘existencia real conocida”. Los sí como los
establecidos, sólo que antes hemos establecido los marcos y previsto lo que sería
49
A propósito, véase el siguiente comentario de James Petras sobre las formas de obtención de la “verdad” en torno al
caso del 11S: “[l]a única prueba real de la CIA fue arrancada mediante tortura (la CIA admitió haberle aplicado el
“submarino”, una técnica infame de tortura que produce sensación de muerte por ahogo). El hecho de que Khaled haya
negado repetidamente las acusaciones y que sólo haya confesado después de haber sufrido cinco años de torturas en
cárceles secretas, convierte a este juicio en un modelo de estudio de jurisprudencia totalitaria. No es de extrañar que
después de haber sido sometido a torturas atroces por los investigadores judiciales de USA y de enfrentar acusaciones
basadas en una confesión extraída mediante tortura, Khaled haya rechazado el abogado militar nombrado por el tribunal,
un abogado que forma parte de un sistema de cárceles secretas, torturas y juicios con fines propagandísticos. En lugar de
considerar a Khaled como un fanático que quiere convertirse en mártir porque rechaza un abogado, debemos reconocer su
lucidez al tratar de preservar al menos el limitado espacio en el que se le permite expresar sus creencias y su deseo de
morir por esas creencias [ http://www.aporrea.org/internacionales/a63237.html]
Y sobre esa misma tortura, (en un artículo por cierto publicado el mismo día), comenta Víctor Montoya: “La tortura más
cruel, sin lugar a dudas, era la “prueba del agua”, que consistía en sumergir a la acusada en un recipiente, como en esa
fotografía que me despertó los recuerdos del pasado, pues quien haya sufrido el tormento en carne propia, sabe que ese
acto inhumano y despiadado es más doloroso que la muerte y el olvido. Me refiero al “submarino”, a ese método de
tortura al que fui sometido durante la dictadura militar de Hugo Banzer, y que consiste en sumergir al preso, colgado de
los pies, encapuchado y las manos atadas a la espalda, en un recipiente de aguas servidas”. [
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72138 ]
50
“Para decirlo del modo más crudo, y obviamente figurativo, el mayor porcentaje de los actos de habla comunes, de
palabras pronunciada y oídas, no se inscribe bajo las rúbricas de lo ‘objetivo’ y lo verdadero. El concepto mismo de la
verdad integral –“toda la verdad y nada más que la verdad”- es un ideal artificial cuyo reino se limita a los tribunales o
a los seminarios de lógica” (Steiner: 229)
39
impredecible, en lo que no nos esperábamos, precisamente porque eso real no está ni lejos
ni cerca, sino justo ahí, cuando miramos de otro modo. “En las regiones con las que
tenemos que ver –afirma Benjamín- hay conocimiento sólo a la manera del relámpago. El
“La gama de procesos lingüísticos y auditivos que separa los absolutos teóricos de lo
‘verdadero’ y de lo ‘falso’ es tan variada y rica en matices que ninguna lógica, ninguna
(Steiner: 224). Occidente debe controlar, de ahí que establezca e imponga los límites, mas
cómo controlar una “estabilidad proteica”, una “ilimitación sistemática”. “Lo imposible se
encamina paulatinamente hacia una región imprecisa” (225), dice Steiner. La realidad para
apriorismos. Para una racionalidad no-occidental lo real es existencia cambiante, “lo real es
51
Siguiendo a Spinoza, para Grüner la democracia “sería un perpetuo proceso de auto-reconstitución, de refundación de
la polis, donde lo político quedaría totalmente reabsorbido en el movimiento de lo social (…) Sólo esa situación
imposible –no en el sentido de que no pudiera ser real, sino de que por ahora no puede ser plenamente pensada-
autorizaría a hablar de ‘soberanía’, porque implicaría, entonces sí, un ‘darse a sí misma las reglas’ por parte de la
multitudo. Pero implicaría también la admisión de que lo que hasta ahora hemos llamado ‘política’ es la continuación –
y no la interrupción- de la guerra por otros medios” (344-345)
40
Teóricamente estamos, pues, ante un horizonte abierto52. Para sobrevivir, precisamos de esa
la construcción intersubjetiva, la política. Pero ahí está con nosotros, entre y dentro, la
alejarnos de esta dinámica, de este todo organizado en función del capital, es situarnos en
otro mundo, mirar de otra manera. Trabajar, producir en función de otra lógica supone
plurietnicidad, la multiculturalidad, y su sujeto las etnias, las culturas, los pueblos, nosotros,
fracturas, violencias, pero en el que, pese a todo nos reconocemos y sabemos, hijos del
iba a ser América, como trazó las formas de relación y comunicación entre éstos y la
metrópoli. Una lógica semejante sigue actuando y descubrir su mecanismo acaso nos lleve
a producir una nueva situación, un nuevo orden de cosas. En efecto, los primeros
asentamientos y las ciudades futuras y de hoy existen y se justifican a partir del flujo fácil,
52
“Hoy, como nunca antes, la izquierda requiere elaborar un «nuevo mapa cognitivo», puesto que »es necesario `pensar
en una empresa muchísimo más difícil: la labor histórica de superar la lógica del capital en sí, mediante un intento
sostenido de ir más allá del capital mismo»” (Valdés G., 87)
53
Para Ignacio Lewkowicz (2004) “se trata de un cambio de técnica para afirmar un conjunto de significaciones,
estrategias y esquemas políticos heredados (del siglo XIX y buena parte del XX, en todo caso hasta donde alcanzó la
noción de Estado-nación), o se trata de encontrar un concepto o un nombre político eficaz para operar en esta alteración
del tablero inducida por la globalización” (72)
41
momento las rutas marítimas fueron las vías expeditas, además las únicas, para conectar las
ciudades costeras o situadas cerca del mar, pero hacia el “interior” las poblaciones raleaban,
situación que hoy sigue siendo una característica estructural del país. Esta estructura no
sólo se verifica entre las ciudades, las rutas marítimas y las metrópolis, sino que se
reproduce entre las ciudades que componen el propio país y al interior de las ciudades
mismas. Las rutas marítimas conectaban con Europa, luego serían las carreteras y los
caminos, en el continente las que unirían a las ciudades con los puertos que se abrían al
interconexión. Las capitales gozaban de mejor acceso y salida al exterior. Viajar a la capital
y más residir en ella era/es una forma de aproximarse a (o parecer de) la metrópoli.
Pero esto lo conocemos. Lo importante es reconocer, visualizar, que la lógica que une
función y a favor del capital, por los mejores caminos circularán los más vertiginosos
intereses, las autopistas más rápidas aceleran el flujo de los capitales. Vivir cerca de la
carretera es una manera de estar cerca del dinero, pero sólo si esta carretera es principal, es
decir, si lleva o trae a la ciudad. Muchas economías de pequeños poblados del “interior”
dependen de las carreteras por donde circulan capitales vinculados a la ciudad, de modo
que la estructura misma adquiere la forma, el sentido, la dirección de los capitales que lo
atraviesan. Existe entonces un arraigo cultural al territorio, pero no deja de ser cierto que el
42
capital y sus flujos re (o dimensionan) de manera crucial la apariencia y el contenido de
Cambiar la lógica del capital, cambiar de lógica, nos conduce a modificar nuestra
capitalista, entonces nuestras ciudades seguirán siendo lo que son y cambiarán en la medida
en que cambien los intereses del capital, de la manera en que alguna vez fue importante el
Guaira o Maracaibo.
Ahora bien, si nos interesa otro tipo de flujo, otro ritmo, si nos deja de interesar el capital (y
no mirarán hacia las autopistas terrestres, aéreas o marítimas, sino hacia adentro, hacia el
recóndita, en todo caso muy distinta. A la lógica del capital le interesan los productos de
ello. Los productos marcados con el sello de “exportación” han recibido el pláceme del
comercio internacional y están negados incluso a la población que los produce y a la del
país, y sólo es posible adquirirlos en los Dutty Free Shopp, o como contrabando, o en los
Puertos Libres, de regreso de las aduanas. Lo que es de exportación, aún dentro del país, no
nos pertenece.
Quebrar el capital pasa por quebrar la lógica de su circulación. Como el capital es global
nuestras carreteras nos conectan a él: todos los caminos conducen a Roma. Aligerar
nuestras rutas, limpiarlas, aceitarlas, es decir asfaltarlas, supone acelerar el flujo de capital.
43
Se ansía terrenalmente la velocidad e instantaneidad de los flujos electrónicos, pero la
territorio –salvo los “paraísos fiscales”- y está alejado de obreros y huelgas; capital
aséptico, quintaesencia del dinero) ni aún por la más vertiginosa de las autopistas.
Construir el socialismo pasa por quebrar el movimiento del capital (de persona a persona,
Tenemos, pues, una población dividida, reunida, enfrentada, en razón de las necesidades e
capacidad para enfrentar los nuevos problemas, falta de tierra por privatización pero
situación.
En otras palabras, ¿sobre qué tierra y memoria se levantan nuestras voces y nuestros
catástrofe. Han operado en y sobre nosotros máquinas de destrucción masiva. Como dice
Fernando Báez “el saqueo y destrucción cultural de América Latina no fue un suceso
colateral provocado por los daños que suelen causar las guerras: fue un etnocidio
premeditado por las grandes potencias para apropiarse o eliminar los símbolos más
triunfalista de concepción del mundo sobre los vestigios apesadumbrados de otro modelo”
(207). Esa fractalidad es la que explica que, a donde miremos, sea el evento de la
44
dimensión que sea, de la naturaleza que sea, veamos reproducidas las formas de la
destrucción. Necesitamos, por un lado, descubrir las capas del palimpsesto, raspar las
“ámbitos excluidos” que, como afirma Del Búfalo, “implican prácticas sociales resistentes
los axiomas operativos vigentes” (171); por otro, y desde este grado alcanzado de
destrucción, descripción que opere también de manera fractal de modo que lo podamos
se trata claro está, de procesos mecánicos, pero sin duda que se ha operado en nuestros
Sí. Lo que fuimos es irrecuperable; incluso este plural que empleo nombra un rostro difuso,
cambiante, esquivo. Somos la subjetividad de una nación diversa, plural, pero también
45
destrozada. Que tiene otras fronteras, no las trazadas por el capital. Que tiene otros
intereses. Sí.
expresa un proyecto político; pues no es sólo el lugar de una transición sino que es nuestro
tiempo, hecho de todos los tiempos, de los tiempos de todos. La transición supone tránsito y
llegada, una síntesis, la emergencia de una definición, la captura de un concepto 54. Llegado
ese momento, el concepto será más poderoso que nosotros, y un nuevo fetiche borrará la
memoria de nuestros sacrificios. No sólo somos indefinidos sino que somos lo indefinido,
de ahí que nuestro proyecto sea consubstancialmente rebelde. Somos en ese también lo que
vamos siendo en el camino. El Poder nos ha distraído por mucho tiempo pensando en las
enemigo de la Democracia; ya nos lo decía Ana Esther Ceceña: “Atreverse a imaginar una
sociedad sin centros ni jerarcas, pero sin miedo al caos, sin vértigo”. Cuanto tiempo
“Mi identidad no procede de definiciones sino del enraizamiento, del arraigo en una
tradición que me alimenta. Protejo las raíces no cortadas y quiero multiplicarlas.
Contra el imperio estatal uniformante quiero expresarme y ejercer el derecho a ser
diferente” (Briceño G.: 352)55
La ruta, pues, era un despeñadero. La identidad la fija el poder, y para él reclama su imagen
y semejanza. “El camino a recorrer –nos dice Eduardo Subirats- es el de las diferencias
54
“[n]o se trata –me ayuda a precisar Gillberto G.- de abogar por una prístina imagen incontaminada de «sociedad de
llegada», al estilo de las viejas profecías utopistas”.
55
Con todo, es preciso completar al viejo Briceño: la tradición que nos alimenta no es una sino múltiple, y buena parte
mana de ríos profundos. Además no sólo protegemos las raíces no cortadas, pues nos interesan –y hoy más- las
cortadas, las arrancadas, esas en las que se ha ensañado el poder hasta borrar incluso sus vestigios. Esas nos interesan
sobremanera; si las multiplicamos nos haremos más resistentes, más indefinibles.
46
culturales e históricas”56. Nuestro nombre es plural, y lo nombramos en la plenitud de la
fiesta.) No somos, decía, objetivos ni estamos objetivados por el capital. Sus medios no son
los nuestros, no nos hablan ni nos expresan. Si nos desconocemos en sus medios, ergo nos
desconocemos en sus formas de poder. Nuestro proyecto democrático, esto es, el poder de
De la economía por y para la reproducción del capital, necesitamos pasar a una economía
por y para la re-producción de la vida, no globalizada, financiera ni bursátil, sino real (re-
47
peor, supeditando a ésta todas las demás, entre ellas, por supuesto la política, hasta un punto
en que podemos afirmar con Fernández Liria que “No estamos en “estado de derecho”, sino
en “estado de mercado”, y por lo tanto en las manos del corporativismo económico privado.
aun bastaría una zona wi-fi. Pero para los bienes materiales y para producir lo que hace
posible tales bienes, es condición sine qua non la posesión, usufructo, administración y
explotación de algún territorio (esto incluye desplazar a los nativos y colonizar con propios
las poblaciones nómadas, porque crea pueblos y hasta ciudades que sucumben con los
recursos agotados. Es el destino de las ciudades mineras, pero también de las ciudades
industriales. El capital no tiene territorio (aunque ciertamente prefiera los climas templados
para vivir y los cálidos para explotar), sobre todo porque el modo de vida del primer mundo
se puede hacer realidad en cualquier lugar del mundo (y como si se tratara del aleph, en un
lugar, todos los lugares.) El turista goza por derecho propio de una carta global de
participan en la estructura directiva pueden ser innecesarios, ineptos y egoístas, pero no son burócratas. En la
organización gubernamental, en cambio, son normales las decisiones en grupo y la acción retardada e incompetente; es
aquí, se nos dice, donde encontramos la burocracia, no en la industria privada. Ésta es una pequeña manifestación de un
fraude que, por lo general, es inocente” (Galbraith: 45)
48
relaciones de mercado, competitivas, desiguales e inequitativas, y, al contrario,
un instrumento intercomunitario y Estatal para el comercio, pero éste no estaría sujeto a las
gas por ejemplo, con capacidad de generar rentas suficientes para crear colchones de
resistencia –reservas- que protejan contra los continuos embates producto de las
inestabilidad del capital financiero. Dicha oiko-nomía necesita construirse sobre un modelo
maduración, la valoración objetiva de los momentos y las situaciones, toda vez que la
transformación social –y lo que nos toca en tanto que seres humanos- acontece en un
conocimiento) de todos las formas de re-producir la vida. “[l]a ontología social implícita en
esa otra idea de democracia –afirmamos con Félix Ovejero (2002)- se muestra más propicia
60
“Mientras el tiempo –dice Mészáros- domine a la sociedad en la forma del imperativo para extraer el tiempo de trabajo
excedente de la inmensa mayoría, el personal a cargo de este proceso debe conducir una forma de existencia
sustancialmente diferente, en conformidad a su función como forzador voluntario del imperativo del tiempo alienante.
Al mismo tiempo, la aplastante mayoría de los individuos son degradados a la condición de meros trabajadores
sometidos al trabajo".
49
al respeto a la libertad y, también, al cultivo de la serenidad y el realismo con el que abordar
aquello sobre lo que no hay dudas: que no podemos seguir viviendo como hasta ahora”
(219). Cambia por supuesto la ordenación del territorio y la concepción del Estado. El
Estado nación latinoamericano jamás pudo subsumir las diferencias, y toda idea europea de
unidad se convirtió en anatema para las naciones y pueblos que se expresaban, que ya eran
y estaban siendo, que ya no serían más pero que hasta hoy se expresan entre las grietas que
deja el arrasamiento capitalista de los mundos de vida alternos. Nuestros Estados han de ser
cultural y política. Los medios que conocemos responden al Estado nación racista y
expoliador, diseñado para el sostenimiento de las elites en el poder. Las naciones que hoy
arraigadas, con conciencia histórica del desastre acaecido, con tradiciones, prácticas,
saberes, que unen y conectan con un pasado que es testimonio de rebelión. No somos hoy
lo(s) que fuimos. Hemos nacido, pero expresamos la violencia fundadora, que tiene sin
embargo raíces que se hunden más allá del siglo XVI. De las Antillas a Guatemala, del
continúa. Hoy que las diferencias se han hecho más visibles y que los proyectos políticos y
acompañar los procesos sociales que tienen su expresión en las comunidades, y estas en la
la memoria, expresión de luchas y resistencias, con las formas de un Estado que dialogue
con el mundo, que se exprese con clara y contundente voz, toda vez que no le vamos a
50
pedir al occidente europeo y norteamericano que nos comprenda, pues el esfuerzo de
pensamiento ha sido importante y buena parte de este trabajo lo expresa). Esa comprensión,
que pasa por supuesto por el respeto, supone igualmente respetar nuestros “recursos”,
nuestras “riquezas”. El modelo de desarrollo impuesto al mundo nos niega de plano, nos
excluye y nos borra. Para detener la furia destructora, que en más de cinco siglos se ha
internacionalista pero que recoge nuestras angustias altermundiales, lo dice el Focus on the
Esta otra democracia, no formal sino “participativa”, y que nos abre a otra comunicación,
se afirma como nos-tredad y propicia otros relatos teóricos, otros mapas cognitivos (los
61
En una pulseada histórica contra la derecha, como dice Katz (2007), el ALBA (Alternativa Bolivariana para las
Américas) “ha contribuido a definir el horizonte latinoamericanista que complementarían las transformaciones políticas
registradas en el país (…) El ALBA proyecta hacia Latinoamérica los avances sociales que se han introducido en
Venezuela, a partir de cierta distribución de la tierra, créditos a las cooperativas y una significativa extensión de los
servicios educativos y sanitarios (…) Mientras que la movilización popular y la radicalización política impulsan la
profundización de esos logros, la burocracia, la estructura del viejo Estado y la escasa independencia política de los
movimientos sociales bloquean este progreso” (79)
51
que el sistema al que se oponen niega lo específicamente humano en la medida en que
códigos y su carácter relativamente oculto sino, sobre todo, porque la narración que fluye
Creemos que existe como garantía de sobrevivencia para la especie humana una
singularidades.
“La construcción del espacio común comunitario de ese mundo en el que caben
todos –explica Ceceña- no podría sustentarse en la tolerancia, la suplantación o la
imposición. Es un espacio de intersubjetividades y mestizajes. No hay manera de
imponer consensos no compartidos en un ambiente donde la política es un medio
de relacionamiento y no de ejercicio de poder, en un ambiente sin jerarquías y, en
cambio, con incontables diferencias” (111)
Dicha interacción pasa por diferentes grados, siguiendo dinámicas muy distintas a las
impuestas por los medios de comunicación de masas. Esta comunicación como decimos
extraño, ajeno o diverso elude los marcos categoriales de las disciplinas), buscando o
manifestación de un poder popular (que se expresa local y globalmente), que tiene una
sintaxis distinta no controlada por los gramáticos del poder conocido y cuyas
mapa, con acciones de violencia que los medios de comunicación se encargan antes,
52
De furia acumulada e inarticulada teóricamente, habla Walter Mignolo cuando se refiere al
conflicto que se genera cuando nuestro ejercicio cognoscente (y por extensión nuestra
específicamente
“porque la teoría ha estado siempre del lado civilizador de los legados coloniales,
nunca del lado de la fuerza dividida entre la civilización y la barbarie. Esa
epistemología fronteriza, que quedó siempre reprimida como lo impuro y lo mixto,
frente a teorías que defendían la unidad del idioma, la pureza de sangre y de la
razón (no contaminada por las emociones), comienza a surgir hoy no sólo con la
riqueza de la civilización incorporada a la barbarie, sino también con la furia del
engaño histórico convertido en toma de conciencia. Esta toma de conciencia se
facilita cada día más por lo que se conoce como la última etapa de la
globalización”,
medios globales, a menos que su agenda sea la traducción del mercado-mundo a los
intereses locales, a la diversidad, cada vez más asediada por la uniformidad, cada vez más
allanada, hasta ser reducida a diferencia residual comestible por el mercado del turismo,
convertida en souvenirs. La diferencia que han de construir los medios alternativos pasa por
construir un tipo de comunicación social, popular, que tuerza el camino del capital a escala
petróleo alcanza para eso, si el mundo no se acaba antes, si la vida sobrevive, entonces
53
2. Sobre el conocimiento
prescinde de nosotros y/o de todas las demás cosas para construirse. Si hay que construirlo
en tal empresa no puede trabajar uno solo, en esa empresa necesitamos trabajar todos. El
pre-existe como el mundo, sino que en tanto hechura humana, y no de un hombre solo o
una mujer solos, es social. De modo que el mundo social se sobrepone como una segunda
naturaleza a la naturaleza del mundo. Y este mundo social, claro está, supone conocimiento
formas sociales, esto es, tantos como formas de relacionarse tiene el hombre y la mujer en
que refieren a la realidad pero de manera indirecta, que construye además, su propia y
54
¿Pero qué lee o traduce como extraño? En principio, todo aquello que no calza en la forma
todo al principio sea extraño, y que haya prácticas culturales y sociales que resistan a
abstracto cuando las prácticas sociales lo reproducen de hecho sin necesidad de control,
vale decir, cuando la frontera o el límite del control retrocede, se borra, casi desaparece ante
la naturalidad. Por otra parte, este conocimiento también ha creado una sociedad. Una
naturaleza y origen. Esto es, propia y como derivada directamente del conocimiento (único)
me refiero a una forma y a un modo de pensar únicos. El conocimiento que hace posibles la
arquitectura, la medicina, los vuelos espaciales. El conocimiento que hace posible que lea el
periódico como “reflejo” de la realidad. El conocimiento que me permite tener una imagen
de Dios, de mi trabajo o de mi familia. Ese conocimiento, por demás, permite que las
imágenes de Dios o familia que tengo puedan ser compartidas por otros, o mejor,
compartimos las misma imágenes de Dios o de familia más allá del hecho de que en la
práctica social o cotidiana sean distintas, aun opuestas. Incluso, antes de hablar o del mero
intercambio de imágenes, éstas eran las mismas, por la sencilla razón de que el
cualquier caso son las formas de decir siempre lo mismo.) Esto no excluye el hecho de que
no controle la producción dentro del paradigma, esto es, que no reduzca o lo intente, como
55
dentro del paradigma. Ahora bien, si la práctica teologal construye y suministra una idea
que puede ser –de hecho lo es- distinto y divergente del Dios católico o protestante. Un dios
fuera de la ley, vale decir, que circula fuera del paradigma, o mejor, que circula en otros
falta de los otros, repondrá tal cual el mundo conocido. Recordemos a Robinson Crusoe.
(“Viernes” es una concesión, una facilidad, un hijo de la ficción novelesca.) Para entender
la dinámica del conocimiento único basta el náufrago y la naturaleza. El Dios único es una
conocimiento único es creado por un Hombre único, o mejor, por grupos unificados de
hombres que postulan diversas formas de la misma única realidad. Entre todos, pensando
metáforas y recursos, tal una única comunidad, construyen la realidad (mas no lo real.) Esa
comunidad, por otra parte, ha sido siempre cerrada, exclusiva y exclusivista, obvio
conocimiento único. Si dos hablan lo mismo son la misma persona. Si miles hablan y
piensan lo mismo pues estamos ante una única persona. La dialéctica del conocimiento
convertirán por sólo ello en una única persona, y si muchos (ilimitados y también
controlados pero en este caso en bloque, como si estuvieran rodeados por un alto muro) lo
56
reciben, también serán una única persona. Pero el poder prevé y siempre está preparado
para lo siguiente: si alguien me enseña lo que conoce entonces yo soy él. El conocimiento
entonces aclara continuamente que el conocimiento procede por etapas (la dificultad para
ese espacio cerrado, suerte de coto, ante la llegada de un extraño, considerado casi como un
advenedizo) de modo que sólo se enseña lo que puedo aprender (este poder lo establece de
efecto, los limites de este poder o capacidad los establece el dispensador de conocimiento,
comunidad, allí respira como pez en el agua. El afuera no es su elemento, ya que sus
por ello que sus receptores naturales (como un solo hombre y mujer) lo reciben dentro de su
realidad que es como decir fuera de lo real, esto es, en un espacio irreal, en un salón de
procedimiento, el método, los pasos numerados e ilustrados donde se prevén o anticipan los
resultados. De resultar otros, entonces no habrá duda de que se trata de un error. Para que
haya unidad de criterios y de resultados los educadores o ministros deben tener un mismo y
único discurso, en un sentido, formar todos parte de un solo cuerpo. Es obvio que, en cada
uno, estarán los otros y que por la boca de uno hablarán todos. Este orden de cosas exige
57
que lo mismo ocurra aquí, allá y mucho más allá, esto es, que en todas partes esté
sucediendo lo mismo, con una coordinación de horas, formas y contenidos, tal vez hasta de
gestos, para la plena satisfacción de algún dios monocorde. En estas condiciones resulta
imposible construir conocimiento, si la construcción implica hacer algo que no está hecho o
que no existe.
con lo irreal. Al salón de clases o al estudio de televisión (los reality-shows nos ayudan a
entender que definitivamente el mundo es un estudio de tv, que las cámaras están por todos
lados, de las portátiles y superlivianas hasta los celulares, tecnología que permitió captar,
por cierto, los últimos minutos de Hussein y más recientemente una matanza de civiles en
Afganistán, para hacer extensivo una suerte de globalizado Closed Circuit Television),
suerte de prótesis enquistada en un fragmento del espacio vacío (y que en rigor continuará
vacío aunque sea visitado por personas distintas pero siempre las mismas, con una marcada
esencialidad fantasmal), lo sustituye por espacios reales donde las personas viven. Al
maestro, desencarnado prototipo, lo trueca por uno más entre todos. ¿Qué tipo de
conocimiento es éste que en estas condiciones nace? Uno que le pertenece a todos porque
ha sido hecho entre todos, conocimiento diferente, antípoda al que conocemos, en tanto y
Pero aquí resulta preciso hacer una leve corrección: no podemos hablar de conocimiento
sino de conocimientos. No uno sino muchos. No lo mismo para todos sino lo diverso entre
todos. ¿Cómo se experimenta la unidad necesaria para reconocernos como formando parte,
por ejemplo, de abstracciones como: comunidad, ciudad, estado, país, nación, etc.? Pues no
como parte de una comunidad, de una ciudad, de un estado, de un país, etc., sino de muchos
58
Algunos conceptos como Estado, Soberanía, Nación, borrarían sus fronteras, disolverían
sus límites. Sin reductos, sean del tamaño que sean, será imposible la articulación del
seres humanos, hasta que de tanto borrar límites borremos el de nuestro cuerpo, y la piel y
donde- nos ha tocado vivir, se ha creado desde espacios cerrados y aislados, de ahí la
propia casa y rodeados de los nuestros. Sentimos la ciudad extraña a nosotros, los objetos
que empleamos, la ropa que nos ponemos, nuestro propio rostro, los sentimos como si no
siempre que evadimos el discurso único, siempre que nos hacemos a un lado ante la llegada
de la autoridad y lo autorizado.
Pero esto no puede ocurrir sólo al interior del yo, porque seguiría formando parte del
conocimiento y discurso únicos que lo han previsto, como ha previsto las formas de control
malestar. Decía entonces que el proceso de liberación debe ocurrir más allá del yo, e
59
implicar en su extensión a los otros, a todos. La liberación exige comunidad, no el yo
visión única y uniforme de las cosas; el delito no es otra cosa que el desvío ante lo
Ciertamente, existe la autoridad natural de algunos seres en los que sentimos que el tiempo
reposa, y como si nos dieran sigilosamente, una respuesta semejante al silencio ante las
grandes, las preguntas inminentes. Y he ahí la enorme diferencia con los que se dicen
maestros y no son más que voceros del discurso y el conocimiento únicos, del que apenas
palabras que el viento, la noche, la vida y la muerte atraviesan. Con ellos y en sus palabras
El conocimiento único nos quiso enseñar que el sentido común asegura y promete la
coercitiva, porque el sentido común no tiene límites. La historia registra algunos momentos
autoridad únicos, oponiendo su silencio, su paz, su libertad, a la ley, haciendo que la cicuta
o la cruz, la muerte, en fin, aparezca caprichosa, sin razón, absurda, y logrando que el
murieron –lo que decimos morir- en las manos plenas de la vida, pues sus muertes son una
forma de vida. De ahí también la serenidad, la calma, la aquiescencia con que mueren los
hombres y mujeres que viven dulcemente ceñidos a la malla sutil del sentido común,
60
prendidos a una autoridad sin coacción, libres, sin ataduras. La autoridad del conocimiento
es irreal, intenta someterlo todo pero sólo puede hacerlo en forma parcial, (el) todo se le
Por ello, la sensación inequívoca de que toda ley –hecha desde la autoridad del
conocimiento único- ata, constriñe, impide. La ley así escrita traza y delimita el único
camino posible. Sólo el sentido común puede, en cambio, elevarse sobre el orden impuesto
para declarar, sin menguar un ápice su poder, sin rescindir de su verdad: “Al César lo que es
oponen la armonía, el tejido, la delicada y densa filigrana del sentido común. Además sólo
se puede sentir como verdadera autoridad a aquella que borra sus límites y, en su discurso y
por su discurso, hablan todos. El Dios del sentido común y el líder de un pueblo, en esto se
parecen. Autoridad entonces, será aquella que desaparezca (de tanta presencia u
ocultándose) para ser todos. En Democracia, todos somos autoridad, lo que significa que no
existe discurso ni pensamiento único producido por una única autoridad que usufructúa por
trazado el camino, pues avanzar resulta fácil. Si lo que digo y pienso ya ha sido dicho y
mismo, es sólo que lo que se escribe o dice dentro del sentido común tiende a borrarse, a
las cosas, esto es, no necesita soporte material definido, o en todo caso, requiere algo como
la materia de lo inmaterial, de lo inaprensible pero que está allí, al alcance de unas manos
61
imposibles, siempre cerca del corazón, de la felicidad, de los sentimientos. Persiguiendo
contrario, lo que se escribe y se dice dentro del poder del conocimiento único nace en una
quienes invaden de sentido común la celda disciplinaria. El “todos” del discurso único, por
demás, siempre se referirá al grupo, sea numeroso o mínimo (con respecto al número de los
seres humanos, por muy grande siempre será ínfimo) de los que comparten los códigos, las
formas y los contenidos de ese conocimiento. Pero el sentido común apenas si necesita del
viento y la luz para llegar a todos: “Quien tenga oídos que oiga, quien tenga ojos que vea”.
requiere y necesita para llegar a ser. Sin éste es imposible, y en vez de Democracia
(entendida libremente pero con la acepción nuestra de poder del pueblo) estaríamos
y los alumnos y la escuela (esas cuatro paredes), los mass-media, o la iglesia, el ministro, la
los escenarios, los montajes, las tramoyas, los arreglos ficticios que embaucan al
discursos. La democracia abre la realidad a los ojos de todos, nada queda invisible. La
62
3. La inversión
“…mundo encantado, invertido y puesto de cabeza”
Karl Marx
dormidos y en ropa interior y calificarlo como un acto de “legítima defensa”, forman parte
de la vastísima galería de inversiones (de “mundo al revés”, habla Galeano) que articulan
los medios en el poder y el poder de los medios para componer y modular la realidad de
acuerdo a sus particulares intereses; intereses los suyos que, por inversión, nos quieren
convencer que son nuestros cuando hablan de “interés general”63. “Lo racional –dice
Unos aceptan esta “realidad” de manera fatal, otros completamente convencidos64. Por lo
63
“[n]unca como en el colonialismo capitalista se verifica con mayor exactitud la idea de Marx de que la operación
ideológica por excelencia es la de hacer aparecer los intereses particulares de la(s) clase(s) dominante(s) como el
interés general de la sociedad toda. Y “toda” alude aquí –por eso la idea de Marx se verifica en su mayor alcance
posible- al mundo entero” (Grüner: 190)
64
Niklas Luhmann habla de "la elaboración de autodescripciones de la sociedad, el ejercicio de su memoria". Pero esas
descripciones –como explica Pintos (2000)- no son simples relatos, crónicas o reportajes, son la forma en que hoy se
construye algo como realidad”. “Por tanto, continúa, junto a los habituales sectores productivos en nuestras sociedades
habría que dar paso a un nuevo ámbito en el que se producen nuevas mercancías: el sector de "producción de realidad"
“Hoy son los ‘medios’, dice Pintos desde la perspectiva que aquí hemos seguido- las empresas de construcción de
realidad las que están produciendo de diferentes modos las posibilidades de percibir algo ‘como real’. Éste es su poder,
pero también su flaqueza. Porque estamos asistiendo –y Venezuela, decimos, es un ejemplo de ello- a una permanente
erosión de la credibilidad y plausibilidad de la producción de esas empresas. Ya están dejando de ser el referente último
e indiscutible de la verdad de un suceso. Y aquí tiene un papel preponderante la escala de la referencia. Cada vez nos
fiamos menos de lo que nos dicen acerca de lo que cae absolutamente fuera de nuestro control individual o grupal. Por
eso la atención creciente hacia los problemas cotidianos, cercanos, de nuestro barrio y de nuestro grupo, de la gente
que vive como nosotros. Y por eso la alternativa emergente de lo local. Lo local como camino ineludible de
recuperación de la confianza y la credibilidad.”
63
producida por el mercado y los “medios”, deja sin afuera a los sujetos, entrampados en el
Valga también aquí citar una consecuencia de esta inversión porque sirve de modelo en la
No es fácil pues llegar a los intersticios, atisbar por encima de los muros, ir más allá de lo
trata aquí de iniciar una discusión bizantina con respecto a la palabra y lo real. Nos
poder, no alude a lo que significa sino a otra cosa muy distinta, aunque puesto a definir, el
poder dirá sin vacilación que «democracia es el poder del pueblo» sólo que en la realidad
nada de ello sucede. Se habla por ejemplo de crisis de la democracia en Venezuela, pero no
en Colombia o Pakistán. La confusión cunde cuando ya no el poder sino los políticos, los
64
teóricos, los científicos, los ciudadanos, se refieren a esta palabra y a las prácticas que
y sin ver contradicción, en todo caso atendiendo como dice Hobsbawm, al “significado
político de la irracionalidad”:
“…la vida política –dice el historiador- se ritualizó, pues, cada vez más y se llenó
de símbolos y de reclamos publicitarios, tanto abiertos como subliminales.
Conforme se vieron socavados los antiguos métodos –fundamentalmente
religiosos- para asegurar la subordinación, la obediencia y la lealtad, la necesidad
de encontrar otros medios que los sustituyeran se cubría por medio de la invención
de la tradición, utilizando elementos antiguos y experimentados capaces de
provocar la emoción, como la corona y la gloria militar” (1998: 115).
Se dirá que mucho se discute al respecto, pero sostenemos que dichas discusiones ocurren
en el marco de acción generado por la confusión, es decir, en este adentro donde lo que
importa es mantener la confusión. Un adentro que niega, que oculta, que pretende borrar el
afuera donde tal confusión se disiparía a la luz del contraste, de la confrontación. Como
afirma Almiron (2002) “La mayoría de las personas sólo tenemos una imagen sesgada,
fragmentada que ofrecen los medios, los políticos, nuestro entorno, la realidad más
próxima: el ombligo” (350), sin percepción global de lo que está pasando –dice- somos
Ante la evidencia de una vasta realidad fingida, aceptada como realidad precisamente por la
pero con el ingrediente decisivo de contemplar este vasto sistema de la simulación “desde
afuera”, desde sus límites, y no regodearnos en una discusión intramuros, estéril por
definición. El imperio caerá sí y sólo sí es invadido por los bárbaros65. Sólo que aquí los
65
“El capitalismo actual –señala Grüner- aunque aparentemente imperturbable ante cualquier desafío antisistémico, es en
cambio un poco menos que desesperado sistema de defensa ante la nueva, indetenible y plebeya “invasión bárbara”
65
bárbaros son los ciudadanos, los hombres y las mujeres libres, dignos, que se han escapado
libres, en fin, que cuando hablan de democracia se refieren al poder del pueblo, y cuando
referimos al “poder del pueblo”, es evidente que ello no ha existido jamás, aunque su
aquellos momentos en que el poder (del capital) enmudece (de pronto, súbitamente) ante la
acaece una suerte de restitución del orden, acompañado de una exultación interior (al
interior del cuerpo social), de una conmoción colectiva y desbordada pero acordada69 (esto
entonces, el pueblo no ha alcanzado a tomar el poder porque nuevamente, como la hidra del
(223)
66
“[l]a batalla por la ciudadanización tiene un sentido político alternativo, en la medida en que se enfrenta a la
desarticulación o «secuestro» de la cosa pública por las élites de poder. [Y] En el ámbito global, la existencia de un
gobierno mundial de facto, no regulado por la sociedad civil internacional, de tendencias neofascistas, es también otro
argumento a favor de este tipo de ciudadanización activa” (Valdés G.: 83).
67
Refiere con ironía pausada Ralf Dahrendorf que “[c]uando existió [la democracia ateniense], tampoco era un mundo
tan ideal, ya que, como hemos visto, era un número muy limitado de personas el que ejercía los derechos democráticos
a participar y decidir: el «demos» de la «polis» excluía a los esclavos, a los que no poseían ningún bien, a las mujeres, a
los jóvenes, a los enfermos, etc.” (93-94)
68
Realidad y poder popular son condiciones necesarias y suficientes, toda vez que a la “realidad virtual” y categorial de
Occidente, escindida y fragmentada, se ha de oponer la realidad, el universo-mundo. A propósito, afirma Ceceña
(2008):
“La concepción capitalista del mundo y de lo real se inscribe en el marco de una sociedad escindida de manera
antagónica, y esto marca una primera diferencia sustancial. No se trata de una díada, sino de una polaridad que
tiene como punto de partida la competencia y la negación del otro, no la complementariedad. No busca la
armonía porque su visión temporal es inmediatista (…) Es una visión cósica, materialista, cuya trascendencia no
se plantea en términos temporales sino espaciales, que tiende a una anulación del tiempo por el espacio, y que
parte de la concepción de la naturaleza como ajena a la humano” (23)
69
Atiéndase a la etimología: «a» traduce ‘hacia’ y «cor, cordis» ‘corazón’.
66
mito, surgen las cabezas de la confusión. El poder vislumbrado en el estallido, requiere de
instituciones dinámicas, flexibles, que vayan al ritmo del entusiasmo, del movimiento. El
Estado aun en crisis busca estabilizar porque su poder nace del control de la situación, de la
cotidiana del hacer. El poder que conocemos, al contrario, busca la separación, romper el
acuerdo, segregar, dispersar, que cada quien vuelva a lo suyo. Nuevamente el pueblo pierde
fueran si atendieran a los intereses del pueblo y no a los suyos, personales, familiares,
ocurrirá porque los intereses del pueblo son muy distintos a los de la clase en el poder. Para
que el poder atienda a los intereses del pueblo es el pueblo quien debe estar en el poder, y
relaciones asimétricas, desequilibradas, desiguales: “El desafío –dice Ceceña- de crear una
competencia, la impunidad del poder y la violencia de la represión” (122). Para decirlo con
en las aguas de la ficción social en la que permanecemos todos confundidos. Esta ficción o
“ilusión de legitimidad” 70 nació con la democracia… y los sofistas (Fernández, 90: 2007),
70
De “intenso momento de verdad” habla Naomi Klein (2007) cuando cita una frase de Kalle Lasn que hace referencia a
la descolocación que introduce la mención (e introducción) de la realidad en el discurso publicitario.
67
quienes se vanagloriaban –igual como hoy los medios- en hacer “fuerte el argumento más
débil”. Digamos entonces que existe una definición de democracia, la que circula, se
extiende y entiende, que no se refiere a lo que nosotros debemos entender por democracia.
con Jhon Locke se inicia buena parte de la confusión a la que hoy asistimos. Dice
aunque lo haga en nombre de los derechos humanos” (117). No concede derechos a las
culturas no burguesas, a las que califica de “fieras salvajes”, y les niega el derecho a la
propiedad en tanto las considera enemigas de la propiedad tanto como de la razón. Sobre
Tienen derechos los iguales (“Rectificación: los hombres de piel blanca”)71, de ahí que la
declaración lockeana de EEUU en 1776 de los derechos humanos fue seguida del
después (sólo que hay unos más iguales que otros, recuerda Galeano.) Pero importa aquí
destacar que tal inversión no es tal en el marco de una realidad fingida, de donde debemos
deducir que el “pensamiento de Locke no presenta una teoría sobre la realidad. Es una
situación muy diferente. Constituye un marco categorial para constituir la realidad misma.
71
Henri Guillemin (Grijalbo: 1997) en Los pobres a callar, extraordinario “libelo” sobre la Revolución Francesa, que
reivindica a Robespierre, el líder de la gens de rien, y desenmascara a Danton.
72
La cursiva es mía.
68
La gravedad del planteamiento reside en que sobre el pensamiento de Locke está fundada
buena parte de la modernidad, de modo que pensar una sociedad más allá de este proyecto
debe suceder más allá de este esquematismo. En efecto, afirma Hinkelammert que Locke
“determina, hasta hoy, las categorías de interpretación de los derechos humanos por parte
[donde], esta inversión ocupa en gran medida las posiciones dominantes” (94).
Instrumentos, los medios, para quienes todas las guerras del imperio son consideradas
justas. Tan justas que el adversario no puede reclamar ningún derecho (92).
practican para prevenir o proteger del terrorismo a los hombres libres. Y los medios se
encargan de volver natural y legítimo ante la “opinión pública” este “estado de guerra” total
y sin cuartel contra la diferencia, contra la diversidad, contra las singularidades. Como
“La guerra deja de ser un instrumento a disposición del poder político para ser
utilizado en casos concretos, y ahora la guerra tiende a definir por sí misma el
fundamento del sistema político, a convertirse en una forma de dominación. Ese
cambio se refleja (…) en los mecanismos de legitimación de la violencia a que
recurren los poderes soberanos. Ya no hace falta legitimar la violencia sobre la
base de unas estructuras legales, ni siquiera sobre la de unos principios morales.
La legitimación de la violencia tiende a aparecer una vez consumados los hechos y
se fundamenta en su efecto, en su capacidad para crear y mantener el orden. Desde
esa perspectiva observamos que se ha invertido el orden de prioridades de la
modernidad. Primero viene la violencia, como fundamento, y luego, según sean
los resultados, la sigue una negociación política o moral. La emergencia de las
posibilidades de democracia ha obligado a la soberanía a adoptar formas de
dominación y violencia cada vez más puras” (2007: 388).
Si el proyecto de la Ilustración fue lograr que la razón y la ley ocuparan el lugar del Rey y
del trono, lo que hemos visto es que la razón y las leyes niegan la razón y las leyes,
asumiendo sin réplicas, absolutamente como la única razón y las únicas leyes posibles,
69
aquellas que protegen a los propietarios –protección que ocurre aplicando en muchos casos
una violencia desmedida- de los que no tienen propiedad. Como dicen Fernández y
Zahonero (2007) “no resulta nada razonable que en la cárcel no hay más que gente pobre y
que, en cambio anden sueltos por ahí los traficantes de armas, los productores de
Por definición sólo pueden crear leyes los hombres y mujeres libres, de otra manera se está
ante una dictadura. Pocos momentos conoce Occidente, mirada bien la cosa, en la que
hayan sido formuladas leyes por y para el pueblo. Actualmente un proceso constituyente
Ecuador, Venezuela) están “dándose” sus propias leyes. Los medios por su parte, el imperio
mediático global, lockeanamente, los (nos) sigue considerando salvajes –“¡hay que tumbar
cosas a su antiguo cauce. ¡Habrase visto a los que nunca han tenido nada legislar sobre los
los que los pobres llevan adelante un proceso de legislación que busca vencer la confusión,
razón y democracia.
Por otra parte, cuando los medios defienden la propiedad de los propietarios históricos, a su
vez apuntan a la inversión o confusión entre libertad de prensa y libertad de empresa “que
70
Un proceso constituyente persigue entonces la construcción de la democracia en los
de concertaciones” (33).
Sólo existe el diálogo entre iguales, pero no iguales según la igualdad de Locke, sino en
contraargumentar73. Son ciudadanos mientras la ley, la razón, la libertad, estén por encima
de sus condiciones particulares, las cuales han quedado atrás una vez que han ingresado al
espacio de la ciudadanía, ese espacio que cualquiera –es decir todos- puede ocupar. Al
La ciudadanía está reñida con los medios de comunicación porque en éstos no puede hablar
cualquiera, por lo que no son espacios para el diálogo ni la democracia. Los medios suelen
crear la ilusión de que cualquiera se expresa, pero la evidente diferencia –taxativa y visible,
sin lugar a dudas, con respecto a lo que la televisión, por ejemplo, considera el tipo ideal,
se construye sobre diferencias bien definidas, y esa libertad en la que todos hablan en
73
“Entrar en diálogo es, también, entrar en razón, entrar en el impersonal juego de la argumentación; aceptar la
posibilidad de convencer y de ser convencido, de que el propio punto de vista se puede modificar, Pero, claro está, ése
no es el caso de las preferencias formadas en el interés” (Ovejero, 2002: 204).
71
(generando la apariencia de continuum), pero en televisión el tiempo está rigurosamente
acumulación, de modo que nada más alejado del diálogo, del debate público, de la
televisivo donde las conclusiones ya están envasadas, listas para ser consumidas, incluso
“los media nos proponen el contacto instantáneo, fugaz, pasajero” (365). La democracia “es
un proceso que posee un tiempo propio mucho más lento que el tiempo «moderno» -donde
se delega el poder con el objetivo de ahorrar tiempo…” (Agosto: 53). Si abusamos de una
orientado por la racionalidad medio-fin o causa-efecto. De ahí que, cuando los pobres
“efectistas”) callen74.
74
Atiéndase a la “duración” del programa “Alo Presidente”. No pocas veces le han sugerido a su conductor (para el
ejemplo, un personaje venido del pueblo y lejos del modelo wasp de la TV tradicional) que haga el programa adaptado
al “tiempo de televisión”, e incluso en su más desafortunados momentos lo han conseguido sometiéndolo al rigor del
“estudio”. Chávez, conversador y locutor popular, ostensiblemente no soporta el “encajonamiento”, y lo demuestra
realizando programas maratónicos jactándose de su elasticidad y burlándose de las estadísticas de raiting y demás
variables de medición de audiencia. El fenómeno, me parece, es digno de estudio. “Da la impresión –dice Ramón Reig-
de que Hugo Chávez ha decidido actuar como contrapeso al imperio mediático privado que, sin duda, se ha
extralimitado en sus funciones en forma clamorosa” (301).
72
Los medios de comunicación tienen una compleja y paradójica relación con la realidad. Su
poder, su omnipresencia los conduce hoy a “fabricar” realidades. De las ilusiones, de los
sobre la base de un acuerdo o consenso mediático. Los reality show son vistos por el
público como “realidades”, como espacios donde se “vive” de determinada manera, como
experiencial75.
corazón, encargados de funcionar como puentes o espejos entre la ficción del show y el
punto de no distinguir dónde comienza y termina la estafa, llega a permanecer inerme ante
los montajes con contenido político, toda vez que la estética del reality show trasciende y
contamina la propia realidad (es posible que ya hayamos alcanzado un grado de ironía tal
que permita al público advertir que le están mintiendo pero hace como que cree y sufre y se
alegra al ritmo de la ficción.) No obstante, somos testigos de como los medios “construyen
75
A propósito, Sánchez Vilela (2002) explica sobre el reality seriado Gran Hermano:
“El elemento clave de Gran Hermano consiste en la ambigüedad que remite a dos lógicas
diversas: la de lo real y la de la ficción. Los participantes mostrados en pantalla sufren esta
doble apelación y adquieren entonces un doble estatuto de concursantes y personajes. En
tanto concursantes no son más que ellos mismos, hasta ayer parte del público, enclavados en
un mundo externo a la pantalla, que una vez integrados al juego deben manejar
determinadas reglas y actuar para ganar como en cualquier juego. La naturaleza del juego
sobredimensiona lo real: “la vida en directo”. En tanto personajes, van acumulando
atributos, protagonizando relaciones y conflictos, son parte de una historia en la que el
espectador también hace la trama. Con su conversación incide en la construcción del
personaje y en la opinión colectiva que de él se tiene. Con su voto incide en esa “vida en
directo”, elimina personajes, potencia o salva a otros. Es decir, el espectador moldea, da
forma y en ese sentido también produce ficción.”
73
económicos y políticos determinados76. Luis Britto García (2006), cita a la periodista Luz
Los factores que han adversado al Gobierno de han convertido en una fábrica de
irrealidades que se revientan en la cara de sus seguidores como una granada
fragmentaria […]. Dada la flexibilidad que privó, nada más se publicaba un rumor
o un dato sin confirmar se le otorgaba una especie de certificación a la
especulación que pasaba a formar parte del rosario de cuentos chinos con que fue
alimentada una parte de la población venezolana [“Fábrica de irrealidades”,
Últimas Noticias, 5-09-04, p. 12]
medios, que viven y parecen hoy existir para contribuir activa y preponderantemente en la
las urbes o ciudades del capitalismo boyante77. Afirma Aznar (1999: 191):
compromiso de los medios con el poder de facto del capital. Los medios, menos
para actuar y extenderse y copar la superficie entera del mundo (suerte de urbi et orbi
económico), hasta crear una única y extensa realidad que no admite afuera, otredad,
diferencia78. Medios y capital se funden en una sola experiencia del mundo. “La lógica de la
76
“El problema de la cultura de masas –advertía Eco en la década de los ‘60- es en realidad el siguiente: en la actualidad
es maniobrada por «grupos económicos», que persiguen finalidades de lucro, y realizada por «ejecutores
especializados» en suministrar lo que se estima de mejor salida” (76)
77
En el frugal ensayo citado, John Kenneth Galbraith se ocupa precisamente de “cómo la economía y los grandes
sistemas económicos y políticos cultivan su propia versión de la verdad de acuerdo con las presiones pecuniarias y las
modas políticas de la época, y de los problemas que plantea el hecho de que esa versión no tenga necesariamente
relación con lo que ocurre en realidad” (2004, 11)
78
Como desgrana Ferrarotti (1991) en una desilusionada cantinela, que no está, por cierto, en nuestro ánimo, pero que
sirve como testimonio de una época en la que el neoliberalismo se pavoneaba en las pasarelas de lo efímero con ínfulas
74
alienación es un programa estratégico vital para el capitalismo y goza –dice Fernando Buen
Abad (2006)- del apoyo de los mass media, que en su doble papel como industrias del
sus formas más crudas y oscurantistas de control social y adiestramiento ideológico” (190).
sobre todo en la academia, que ha necesitado teorizar sobre un mundo donde las nociones,
conceptos, verdades, se encuentran en flagrante disolución. Nada queda firme, todo lo real
se disuelve en el aire, todo flota y tiende a desaparecer. Una realidad traslúcida, ingrávida,
precaria, que celebra su autodestrucción como si reventara una burbuja. Este pensamiento
cundió como sabemos en las ciencias sociales, donde se llegó hasta el paroxismo de negar
A una realidad que se soporta sólo en el discurso y cuya única materialidad es el texto, le
sigue una realidad sin materia, sin cuerpo. Al respecto, habla Grüner de un “capitalismo
electrónica”, y en la cultura como “puro juego contingente del significante” (2002: 140).
de eternidad. Recuérdese, si no, que la tesis de Fukuyama sobre el “fin de la historia” se conoció en 1989:
“En una época dominada por los medios de comunicación de masas y por su propia lógica, todo, en cambio
pierde nitidez y se ofusca. Tienden a atenuarse las diferencias entre los sexos; caen las diferencias de edad
entre los varios grupos; resultan menos netas las diferencias entre los jóvenes y adultos; la adolescencia, esta
moderna invención, tiende a prolongarse hasta confundirse en el mundo de los jóvenes adultos y el mundo
adulto. Los lugares y los paisajes tienden a equipararse. Los mismos dirigentes, industriales y políticos, los
«hombres públicos», se transforman en comparsas de teatro, chatos, pierden el misterio y el prestigio de la
distancia, ese margen de «respeto» (respicere: «mirar desde una cierta distancia») que antes garantizaba la
estatura, el poder de mando o tal vez, precisamente, la autoridad. Al mismo tiempo, es apresurado concluir
que con esto los medios de comunicación de masas han desvestido, desmitificado el poder, que lo han
obligado a un irreverente strip-tease. Han simplemente vaciado el problema de la relación entre la historia y
lo cotidiano, entre el poder y las masas. Aplastando todo, han hecho más difícil la distinción, en la cantidad
indiferenciada de la información, entre lo que cuenta y es importante de lo que lo es menos o nada. En este
sentido, han levantado un dique de aparente plausibilidad, hecha de seudoinformativos y de seudorrealismo,
que consagra y eterniza la condición social y política existente” (103-104)
75
Existe, ciertamente, una realidad mediática que, acompañada de los “paraísos fiscales”, de
donde sólo parece real la mentira. Afirma Gabriel Galdón (2002: 60) que “la mayor parte de
los medios informativos no sólo no comunican el saber sobre las realidades humanas
actuales que los ciudadanos necesitan comprender para ser más libres y solidarios, sino que
construyen y comunican una realidad ficticia, artificial y falaz. Que eso sí, se vende con
(aparente) movimiento. Los medios de comunicación están demasiado atenazados por dos
grandes factores: los intereses estructurales (los dueños interconectados que están detrás de
vida en sí mismas corran un serio peligro. Se requiere con urgencia educación integral para
la convivencia, pero los medios están demasiado ocupados en sus negocios para dedicarse a
el “crudo territorio contable” del homo oeconomicus, el sujeto del capitalismo global,
“no tiene interés en asumir el coste del cultivo de los valores, [pero] sí lo tiene en
beneficiarse de su existencia: Pero claro es, si su conducta se generaliza, los
valores y sus beneficios desaparecen. El egoísmo, la mejor estrategia para cual, es
la peor para todos. No sólo el mercado no produce la geografía moral que necesita,
es que las conductas que el propio mercado alienta socavan esa geografía”
(Ovejero, 2002: 67).
79
“Lo primero que debe saber todo Poder (todo receptor que desee explicarse algo o mucho de lo que le rodea) es que ha
de poner en práctica un discurso oficial que oculte, lo más maquilladamente posible, lo que realmente esté sucediendo.
El poder tiene esa condición porque se sostiene sobre este requisito elemental, no puede compartir con los ciudadanos
una realidad porque entonces Poder y ciudadanos se situarían a la misma altura y el objeto del Poder es ocultar para
dominar mejor” (Reig: 142).
76
Ahora bien, este poder de manipulación de la realidad se enfrenta, pudiéramos decir, a la
“dura realidad”, cuando esta no lograr ser distorsionada y trasciende o vence el “silencio de
los medios”. No ocurre con frecuencia, se comprende, pero suele indicar el momento en
que se abre un espacio para la “verdadera” acción política. Lo que he llamado anagnórisis
investigadores que se ocupan de revelar las patrañas, disparates y trapacerías, para decirlo
con un título de Pascual Serrano, protagonizados por los medios en su afán de torcer la
realidad, sino de ese momento social, colectivo, en el que una población abre los ojos,
comprende y actúa de manera conjunta, simultánea, cada quien (en) colectivo aportando lo
suyo para un todos sensible, de manera armónica, solidaria y cooperativa, sin previo
inteligencia de enjambre la llaman Hardt y Negri, lucidez, la llamó en una novela José
Saramago.
Según esto somos sujetos de la política cuando no actuamos de acuerdo a los dictados de
los medios y, lo que es acaso más sutil pero determinante, cuando no actuamos de acuerdo a
la “realidad mediática”, que es –según los hemos venido sosteniendo- la realidad que le
ciudadanos, cuando escapamos de la realidad diseñada por los medios por y para el
La aparición de la verdad silencia abruptamente a los medios. En los días del golpe de
Estado al gobierno de Hugo Chávez en abril de 2002, los medios construyeron una
“realidad” que si bien alcanzó a desplazarlo del poder, no evitó que corriera y se extendiera
en buena parte del país la “verdad” no trasmitida, que a la postre empujaría a una masa
77
civil, “en buena parte constituida por mujeres” nos recuerda Iraida Vargas-Arenas (2007), y
a decisivos componentes militares hacia la retoma del poder en Miraflores. El mundo miró
con asombro como en menos de 48 horas un Presidente depuesto por un golpe de Estado a
todas luces secundado por la CIA retornaba al poder en medio del clamor popular. Caracol
y CNN se hacían eco de lo que no podían ocultar sino con un silencio delator, mientras los
medios nacionales (que horas antes no cesaban de retrasmitir el llamado video de “Los
pistoleros de Puente Llaguno”, montaje que recibió por cierto el “premio” Rey de España, y
que, desmentido y al descubierto, no mereció el retiro público del galardón. Sobre esa
hechos narrados por los comentaristas de los canales privados, como lo dejó en evidencia
otro video, esta vez “Claves de una masacre”, nos recuerda la reiteración, la repetición
Gemelas); los medios nacionales, decía, cogidos fuera de lugar y expuestos por la
Benjamín Durand (2005) escriben: “En 48 horas, medios de comunicación que no dejaban
Este cruce entre realidad y mentira, o en otras palabras, la aparición de la verdad en medio
78
que se vieron conminados a callar o a decir la verdad, lo que pasó con los canales
nacionales (que callaron) y con CNN o Caracol (obligados a decir lo que no podían
ocultar.)81 Por cierto, hay que recordar que el “golpe energético” (llamado “paro petrolero”)
de diciembre de 2002 y que se extendería hasta bien entrado febrero de 2003, con la
fue secundado por una campaña mediática que durante ¡64 días!82 mantuvo fuera de las
soporte de realidad que hace posible la irrealidad de los productos de consumo. Si se pierde
capital se esfuma. Ante semejante situación y en un gesto de todo por nada, ninguna cuña
comercial tenía sentido pues era el edificio lo que se estaba desplomando (la publicidad
violencia por parte de los medios, entregados todos a una a la mentira que maleara, torciera,
mediático fue televisada y seguida minuto a minuto, hasta que lo real “se les escapó de las
manos” a los sobrevivientes de los viejos partidos y alianzas, y a los gerentes petroleros
79
c) Las previsibles o constatadas consecuencias de ideas, proyectos o
acontecimientos; su significado en el devenir histórico y su repercusión en la
realidad de los ciudadanos.
d) La importancia social y la gravedad ética o moral de esos acontecimientos.
e) El estado subyacente de los acontecimientos.
f) Las referencias reales que permitirían una interpretación cabal.
g) Los datos y documentos que faciliten la verificación fáctica y crítica.
h) Los planteamientos, las circunstancias, de las personas y actores sociales sin
recursos para organizar ruedas de prensa, alejados del circuito mediático, u
opositores políticos.
i) Las investigaciones de largo alcance, profundas y rigurosas.83
“[s]i no se consigue –concluye- comunicar la verdad posible, entonces ¿qué queda? Pues
queda la opinión. Su inflación y sacralización” (60-61). Los medios privados, que habían
acompañado todas las fases del golpe de Estado, tuvieron que callar, aplastados por el peso
(2005) afirma: que la señal “de las televisoras venezolanas estaba suspendida o no encontró
televisora del Estado (su señal desapareció circa las 8 p.m. del día 11), por órdenes del
entonces gobernador del estado Miranda, Enrique Mendoza. El 8 volvió al aire por la
comunitaria, que supieron (saber que no exige reflexión ni razonamiento, sino apelación a
importancia decisiva de que VTV trasmitiera a los venezolanos (a la sazón con más de 36
horas sin dormir) la retoma del Poder. La afirmación de Trejo forma parte o es una secuela
del mismo silencio informativo que operó en aquellos días de abril y que hoy –
83
Con estas estrategias de fabricación de desmemoria u olvido, los medios se alían con el poder de la polis (lugar del
poder constituido) que, en términos de Eduardo Grüner, debe hacer olvidar “su cuestionamiento permanente por parte
de un proceso de perpetua refundación”, de violencia originaria e instituyente (310).
84
En estos momentos estamos más cerca de Spinoza que de Hobbes, más cerca de la verdad como construcción que
como institución (Ver aparte 2): “el lugar de la verdad no es el lenguaje, entendido como pura
denominación/representación, sino justamente un proceso de construcción colectiva en el que la racionalidad y las
pasiones están en un vínculo de mutua implicación: las ideas son “afectos” tanto como los afectos son ideas” (Grüner,
2002: 362).
80
en un cerco y un sesgo informativo sin precedentes. Sobre estos hechos, Luis Britto García
se pregunta:
“¿Qué sucedió en realidad? Nadie estaba en todas partes para verlo todo. Pero es
obvio que en su saturativa versión de los hechos las televisoras privadas omitieron
de manera intencional lo esencial. Presentaron las víctimas como agresores, y
ocultaron que los agresores premeditaron sus víctimas” (2006: 121).
Valga recordar otro momento, en otro lugar. Cuando los ataques del 11 de marzo de 2004,
en España, Aznar se apresuró a culpar a ETA, pero en el aire, en los mensajes de texto, se
Volviendo, atrás, no podemos dejar de recordar el “silencio” ante los micrófonos del
Ministro del Interior, “El policía Izaguirre”, cuando los sucesos del 27 de febrero de 1989 85.
Hoy podemos afirmar que, mediáticamente, el país alcanzó en ese momento un punto de
inflexión que debió servir de señal del profundo viraje que ya se iniciaba y que sería
coronado con otro momento –mediático- clave, los 40 segundos cedidos al Teniente
Coronel Hugo Chávez para que se dirigiera a sus compañeros alzados en armas, momento
que aprovechó para anunciarles que «Por ahora», no habían sido alcanzados los objetivos
propuestos.
verdad encuentra –en raros momentos en los que adquiere la vibración del prodigio- medios
para expresarse y torcer los propósitos de los medios del Capital. No siempre ocurre, y
regularmente aparece mucho después, como la certifican los documentos que inculpan
85
Ignacio Betancourt (1999) relata lo siguiente diez años después de los hechos: “Lo mismo que sintió el ministro del
Interior cuando comenzó a hablar, creo que lo sentí yo: un cavernoso vértigo. El ministro de la Defensa escarmentó en
cabeza ajena y ordenó: «A mí me graban». Se intentó cuatro veces y a la quinta resultó. El uso de la tecnología lo
convirtió en héroe nacional. «Ese hombre salvó al Gobierno», decían unos. «Tiene carisma», exclamaban las mujeres.
«¿Que le pasó al ministro Izaguirre?», preguntó Pérez. «Se le bajó el azúcar», fue la respuesta del doctor Téllez. En la
calle se especulaba que «embarró los pantalones». «No, eso fue que no lo dejaron hablar los militares», exponían otros.
La industria del rumor regresaba después de muchos años en recesión. Así son las cosas.”
81
hasta el escándalo a los gobiernos de Estados Unidos en golpes de Estado, asesinatos,
guerras civiles, divisionistas y entre países86. Pero lo que aquí queremos resaltar es ese
discursividad del poder un abismo de silencio, operación que tiene sin duda un componente
mítico que no podemos despreciar, y sí, en cambio, ajustar para la mejor comprensión de
parte de nuestra tragedia, pero lo sagrado retorna, como retornan los oprimidos, los
invisibles, la vida.
multitud que se afirma en su singularidad. Los medios, como instrumentos del poder, son
tecnologías occidentales han configurado una realidad que conocemos precisamente por los
malla, una tupida red que no admite contradicciones, a menos que puedan ser reducidas a
las que proponen una diferencia digamos paradigmática, son invisibilizadas, reducidas o
86
Recientemente supe que los documentos en torno a la muerte de Gaitán en Colombia no han podido ser
desclasificados. Lo que sugiere que la CIA y el Pentágono no consideran prudente que se sepa la verdad porque todavía
existen demasiados, millones tal vez, dispuestos a creerla y cargar dignamente con sus consecuencias. La
desclasificación es una señal de que la “pedagogía del millón de muertos” no ha actuado en el rebelde pueblo
colombiano.
82
eliminadas. Hay una oposición operativa, funcional, que no traba (des-traba, más bien) el
en este caso el silencio está dirigido y coordinado por unos aparatos de poder dueños de los
Mas el silencio de la verdad, que irrumpe, es un silencio incontrolado, no creado por nada
ni por nadie, generado por la imposibilidad de trasmitir de los medios, por la imposibilidad
del poder de “decir” algo. Recordemos que Edipo se arranca los ojos y se destierra.
Algo grita, invisible, estruendosamente, acaso con cierta carencia de forma, o con la forma,
claro, del grito. Ese grito no puede ser articulado por los medios, no está hecho para ellos,
del capital. Es un silencio cuajado en grito que nace del rechazo profundo, arquetípico
“¡Apresúrate, apresúrate, pues los momentos vuelan! ¡Oh, aprisa, aprisa, valiente joven,
pues los crueles cascos de nuestros caballos también se apresuran! Los momentos huyen
83
de prisa; más rápidos son los cascos de nuestros caballos… Golpe de vista, pensamiento
humano, ala de ángel, ¿cuál de éstos tenía bastante rapidez para volar entre la pregunta y
la respuesta y separar la una de la otra? La luz no pisa sobre las huellas de la luz de forma
más indivisible que nuestra llegada avasalladora sobre los esfuerzos del quitrín por
narra su experiencia en un viaje nocturno en un coche a “trece millas por hora” con el
conductor dormido y por el canal equivocado, enfilado contra una calesa –separada apenas
de la “eternidad” por minuto y medio- en la que viaja a una milla por hora una pareja
tiernamente ocupada. Del texto Ítalo Calvino afirma: “El relato de esos pocos segundos no
velocidades ha llegado a ser fundamental en la vida humana” (53). Importa aquí advertir el
velocidades antes del siglo XVIII, pero la conciencia que advierte la velocidad como un
factor visible y luego predominante en la realidad, hasta determinarla, es lo que digo acá
más bajo costo. A la riqueza que se precisa para acumular más rápido más riqueza, más
capital.
El primer producto industrial fue el reloj. “[e]l cronómetro hace posible –dice Jacques
Attali, acompaña y acelera la revolución industrial” (151). La medición del tiempo impulsa
en una nueva designación del fin de ciclo” (170). Todo instante de no-trabajo debe existir
84
para ganar fuerzas para el trabajo. “Es necesario desalojar la ‘vagancia obrera’ de la fábrica,
resistencia del obrero y, más tarde, sus asociaciones y sus sindicatos; en fin, ahí donde no
pueda alcanzar la mirada del amo, confiscarle toda capacidad de controlar su tiempo y de
reflexionar en él” (176). Por ello “Una vez más las pausas (el tiempo de no-trabajo, el fin
de semana, las vacaciones, la noche cuando se llega del trabajo, la jubilación, etc.) se llenan
lavadero y de la vela. Aparecen los del almacenamiento y del uso, de las máquinas
formas de poder. Aquí los primeros siempre serán los primeros, y los últimos los últimos.
insubordinarse contra los flujos de capital. ¡Ay del que se detenga, ay del detenido!
Cuando nos paramos todos, el capital se conmueve. Cuando se para el capital (como
ocurrió en diciembre de 2002 y como ocurre hoy con el acaparamiento y la escasez creada),
cualquiera, sino uno que se precie de revolucionario) esté ahí, el mercado hará lo posible
85
para sacarlo del juego (económico). “En la medida en la cual los estados obstaculizan el
flujo del capital (la huida de la insubordinación), se forman lazos entre capitales específicos
otro se adelante, tome la delantera, nos supere. Ya un valor como la cautela se desprecia por
el de la agilidad aunada al riesgo, por la temeridad, por la aventura (los deportes de riesgo y
el Adventure tourism forman parte de las ofertas). La paciencia riñe con el estrés, la
primero que nos pongamos encima (la moda nos exige incluso un concienzudo manejo de
asume cada vez más como norma y etiqueta, prevaleciendo sobre las formas clásicas,
graves y que suponen consumo inestimable de tiempo de preparación. Andar peinado hoy
86
La acumulación “es la base organizativa de la vida sociopolítica (…) el proceso
pensar toda vez que ésta supone que los procesos son lineales, sucesivos, acumulativos, que
lineal de los procesos es una ficción que lejos de facilitar el análisis y su comprensión, la
dificulta, incluso la niega. Los procesos sociales, donde intervienen múltiples factores, no
aceptan y más bien rechazan lecturas lineales del tipo causa efecto. La racionalidad medio-
sujeto que sostiene dicha acción” (44). En otras palabras, si de capitalismo hablamos
cuando de lo que se trata es de acumular riquezas hasta agotar todas las riquezas: “La
producir para vivir se trata (y no para el mercado y sus fauces), entonces la producción es
irracional en términos humanos, aunque racional para el mercado, que “invisible” como es,
no necesita de la vida de los sujetos para existir. El mercado cuando nos niega en tanto
seres humanos se afirma. Es, cuando nosotros no somos. Nos toma por capital, no somos
“La palabra «trabajo» –cuestiona Galbraith- describe algo que es obligatorio para
uno y, al mismo tiempo, la fuente de prestigio y remuneración que otros disfrutan
o buscan con vehemencia. Resulta evidente que utilizar el mismo término en
ambos casos supone ya un fraude” (37)
87
El trabajo afirma la vida sólo cuando se trabaja para vivir, esto es, para producir lo que
posibilidad de vivir. “El fin es ahorrar, y dejar de vivir es el medio” (63). “Si no se vive, no
conservarse como sujeto que puede tener fines” (66), murmura Hinkelammert.
recurso moderno de acumularla en museos donde deja de ser memoria para convertirse en
Con la velocidad se pierde el sentido del tiempo. Por no perder tiempo, perdemos el tiempo.
“…la economía del tiempo –ironizaba Calvino- es algo bueno porque cuanto más tiempo
Velozmente acumulamos cosas, objetos, riquezas, pero no tenemos tiempo para disfrutarlas,
usarlas, consumirlas, contemplarlas. La vida actual está reñida con la contemplación, con el
disfrute prolongado, con la paciencia, con la espera tranquila, con la morosidad. Debemos,
Todo actualmente pugna por ser consumido rápidamente, usado y desechado sin pausa. Las
88
Nada permanece, y nada es permanente. “Todo lo sólido se disuelve en el aire”, dijo el
viejo Marx.
fracaso, el tiempo privado en cambio circula por encima del tiempo real, en su propia pista,
existe, por eso se crea una realidad otra donde ni la muerte existe. Salvo rarísimas
excepciones, la vida detiene el flujo del tiempo privado. El tiempo privado no se puede dar
total del capital. La vida privada necesita el flujo ininterrumpido del capital. Necesitamos,
pues, organizaciones desprivatizadas, con un manejo público del tiempo, porque su interés
no es el interés del capital. Debemos “perder el tiempo” para ganar el tiempo, para
contemplar, para pensar. El flujo del capital es irreflexivo, por eso lo facilita todo
Lima.
Hemos abandonado todo a las cosas, a los objetos, a la acumulación. Nos hemos perdido y
en el lugar vacío pusimos un yo que ansía para ser, cosas, objetos, nadas. Estelas, ráfagas,
marca del futuro en el objeto recién adquirido; la manifestación de su desaparecer que nos
89
6. Comienzo de la política
(Después de recoger los cadáveres)87
Al grito de la verdad y al silencio de los medios, siguió un espacio vacío. El que llamaron
“vacío de poder” en abril de 2002 estaba muy al contrario lleno de tiranía, la Constitución
había sido borrada y con ella todas las instituciones necesarias para el ejercicio ciudadano.
El espacio que quedó tras el silencio de los medios, y tras esa forma de “grito” cuyos
límites o bordes no podemos precisar, es -ahora sí- el espacio vacío donde ejercemos la
87
Cuando esto escribo, sobre los más de 30 muertos de Pando, se instalaron las “mesas de diálogo” en Bolivia.
90
ciudadanía, el lugar del Estado de Derecho, de la razón, de la libertad o “lugar de cualquier
otro” (Fernández, 2007: 21). Con el grito, y en el silencio del poder mediático, en el espacio
Si seguimos aquí a Eduardo Grüner, vemos que la “violencia” cuyo movimiento deja sin
violencia que avanza sobre la ilusión de realidad construida por los medios, y que instituye
esta realidad resulta inatrapable para los medios tradicionales, incapaces de captar lo
político, el regreso al oikos, “ese fundamento arcaico que excede a la ley y no puede nunca
Los medios que conocemos fabrican un espacio-tiempo vacío de ciudadanía y relleno con
a la buena de Dios, víctimas del darwinismo social que impone el mercado como
Pero una vez silenciados por el movimiento constituyente del pueblo y la verdad, el espacio
de la ciudadanía mediática queda despejado, listo para ser ocupado por “cualquier otro”.
Fue eso lo que sucedió en la madrugada que siguió a la “retoma del canal del Estado”,
cuando desfilaron ante los micrófonos ciudadanos desembozados, iluminados por una
internamente, que se administraba a sí mismo, que es como decir por todos. Fue entonces
un espacio común.
Pero ese espacio donde todo se puede construir, cede su “lugar” al espacio y tiempo
efectivo de construcción. Ese espacio fue el ágora, pero nada se construye en el ágora, que
91
debe permanecer vacía, sin tronos ni dioses. Una sociedad es democrática si resguarda en
su seno ese espacio vacío, un lugar preservado de intereses particulares donde se hacen las
El canal del Estado se convirtió, pues, en Asamblea, pero esta situación extraordinaria, y
que rodeó al futuro TVES), nos sirve para comparar su accionar (claro está, en ese epítome
lugar de la ciudadanía con sus intereses particulares, mientras que el canal del Estado,
después del grito de rebeldía del pueblo que dejó en silencio con su verdad a los medios
“golpistas”, dejó el espacio vacío para que cualquiera lo llenara, convirtiéndose por una
porque nos retorna al oikos, a la casa profunda y de todos, lugar primordial desde donde se
La comunicación que hace posible el ejercicio de la política será abordada en el aparte que
sigue, por ahora sigamos a José Luis Exeni (2005)88 cuando define “comunicación
política”, para que veamos el alcance de lo que el poder mediático y sus intelectuales
observa dos posturas, la de los “mediófobos” y las de los “mediófilos”. Por lo dicho hasta
acá pertenecemos a los mediófobos, que hablan de la “tiranía de los medios” y anunciamos
88
Por cierto, Presidente de la Corte Nacional Electoral de Bolivia.
92
la inminencia de su poder siempre en escenarios catastrofistas “acerca del futuro de la
política y de la democracia”. Pero sobre todo por no creer como los mediófilos, según
Exeni, en medios democratizadores del poder que “centren” la democracia en los medios.89
salvando los matices (como quien se cubre las espaldas), a fin de cuenta son pocos y por lo
preferido son los medios privados y comerciales (53-57). Esa definición como muchas otras
del mismo tenor, nos ponen ante la evidencia de que los medios masivos privados no
pueden dejar vacío el lugar de la ciudadanía, porque están concebidos y hechos para llenar
todo el espacio mediático y aledaño (de poder) con sus intereses políticos y económicos.
Los medios de comunicación han ocupado el lugar de los partidos políticos, desbancados de
nominal, un dudoso prestigio y la carga histórica de una función social sin ejecución en la
sociedad pero que luce bien en la pantalla. Las leyes y la configuración político-económica
(que hacen pública los “partidos” a través de los medios, y que los medios a través de sus
líneas editoriales discuten con aquellos –las más de las veces en un simulacro de debate-
una vez que entre ambos han tomado para sí y por tanto privatizado –y destruido- el
medios de comunicación –dice Enrique Sánchez Ruiz (2005)- son, o forman parte de,
imperativo del lucro y la ganancia” (55). Luego no puede ser sino perversa la relación que
89
Aunque a ciencia cierta nos encontramos más a gusto con la consigna de Indymedia: «No odies a los medios de
comunicación, conviértete en uno de ellos», e incluso más con la venezolana «No somos medios somos completos»,
las cuales no sólo propugnan romper el monopolio informativo de las corporaciones, “sino que además invita a
participar activamente en la producción y la distribución de la información” (Hardt y Negri: 350)
93
los “políticos” llegan a establecer con los “medios de comunicación”. La clase política
deviene lobbysta de las empresas que subrepticia o a la luz “pública” representan. Además,
todo ello se torna comprensible si como dice Castells (Reig: 65): “En este momento, no es
fundamental quien gobierna. Es un factor más, pero las bases de la vida, el trabajo, la
educación, la comunicación y la cultura pasan por mecanismos mucho más altos, sobre los
que la política puede actuar, pero donde no es lo definitivo”. Cuando eso se dice y no pasa
nada, es decir, cuando se asume con naturalidad, es evidente que la política ha sido echada
a un lado como un anacronismo (según la visión de derechas), como una nostalgia (para
una visión de izquierda). No obstante, y pese a los muros y a las bombas, el grito de la
resistencia, silencia la “democracia” de los medios, su tiranía, y por una nueva vez aparece
pasaría si en vez de que “nadie” gobierne –ya sabemos que ese nadie son las corporaciones,
un verdadero Estado de Derecho, esto es una “realidad que estuviera obligada a ser dócil
frente a las exigencias del derecho, que tuviese que obedecer (…) a sus buenas y a sus
malas leyes, en un marco legal en el que la ley pudiera corregir siempre a la ley (a través de
Comienzo de lo común
Al grito de la resistencia y al surgimiento del oikos, ese espacio y tiempo donde se
Derecho, la democracia, el poder de todos. Ese espacio y tiempo, hecho y ocupado con las
94
voces de todos, es esencial y substancialmente comunicativo, y por supuesto “político”.
Siguiendo las ideas de Hardt y Negri (2007) ese espacio y tiempo es el ocupado por la
indiferenciada” del pueblo (127). Por multitud no entenderemos –dicen- algo fragmentado,
el único sujeto social “capaz de realizar la democracia, es decir, el gobierno de todos por
singulares que constituyen la multitud han de hallar siempre su expresión, y nunca nivelarse
tanto como el “interés común” de la multitud se aleja del “interés general” que fundamentó
según los autores citados- el tránsito de la res publica a la res communis (243).
“El Estado del futuro –complementamos con Enrique Dussel (2007)- será tan distinto del
actual que habrán desaparecido muchas de sus instituciones más burocráticas, opacas,
pesadas, etc. Parecerá que no hay más Estado, pero estará más presente que nunca como
Como ya hemos visto y conocemos, el interés general se trasmite a través de los medios de
masas, de modo que forma parte del proyecto político de la multitud crear los mecanismos
para construir una comunicación multitudinaria, que exprese las diferencias, que sea
democrática. En este punto comienza mi desapego por los autores de Imperio y Multitud
95
porque se refugian demasiado en las posibilidades y promesas de la Internet. Me temo que
la multitud vista sólo a través de la lente propuesta por Hardt y Negri resulta un producto
el periódico digital Rebelión en 2004 que para el Socialismo del Siglo XXI
Esto es, sólo se puede calcular el valor socialista precisamente hoy con las tecnologías
pensadas y creadas por la modernidad y para el capitalismo pero que un uso díscolo pone a
disposición de mejores causas. Irnos por allí –sin reflexión, sin cuestionamiento- conduce a
“en una suerte de autojustificación axiológica que limita las preguntas morales en
torno a la ciencia y la técnica al ámbito de su eficacia, entendiendo por esto último
la mera capacidad de las innovaciones técnico-científicas para causar cambios, sin
que estos mismos sean objeto incluso de una pregunta por el sentido” (359-360)
Sin embargo, creemos en la multitud, y por supuesto no podemos sino comprender que
dicha noción existe a partir de una cultura de masas (producto directo del modo de
producción capitalista) que hoy alcanza un momento de inflexión sumamente crítico. Pero
comienzo de la tragedia, ese momento en que la verdad aparece y el poder se silencia ante
la potencia multitudinaria del grito, multitud que tiene menos que ver con número, y más
90
El subrayado es nuestro.
96
posible con o sin Internet (aunque la herramienta hoy la empuje y la eleve a una potencia
comunicación fundada en la “ética del diálogo”, que comience además por nosotros
“La batalla por la supervivencia del hombre como ser responsable en la Era de la
Comunicación –afirma Eco (citado por Susz: 385-386)- no se gana en el lugar de
donde parte la comunicación, sino en el lugar a donde llega… en el momento en
que los sistemas de comunicación prevén una sola fuente industrializada y un solo
mensaje, que llegaría a una audiencia dispersa por todo el mundo, nosotros
debemos ser capaces de imaginar unos sistemas de comunicación
complementarios que nos permitan llegar a cada grupo humano en particular, a
cada miembro en particular. La idea de que un día habrá que pedir a los estudiosos
y educadores que abandonen los estudios de televisión o las redacciones de los
periódicos para librar una guerrilla puerta a puerta, como probos de la recepción
crítica, puede asustar y parecer pura utopía. Pero si la Era de las Comunicaciones
avanza en la dirección que hoy nos parece más probable, ésta será la única
salvación para los hombres libres”.
participación” (504). Sin “centro ni punto focal”, como la que observa la teórica activista
cuando habla del movimiento Recuperar la Calle (RLC)91, (RTS)92 en sus siglas en ingles.
relativamente inequívoco: “granjeros indios, los campesinos sin tierra de Brasil, los
desempleados franceses, los obreros italianos y alemanes y los grupos de los derechos
“Lo que noté –dice un comunicado del RLC de Toronto- es que todos estos actos y
acciones tenían un elemento común: RECLAMÁBAMOS. Ya fuera que
reclamásemos calles libres de automóviles, edificios para los squatters, el sobrante
91
Raclaim The Street (RTS)
92
[ http://rts.gn.apc.org/ ]
97
alimentario para las personas sin hogar, las universidades como sitios para
protestar o para hacer teatro o un entorno visual sin anuncios, siempre
reclamábamos. Que nos devolvieran lo que siempre debió ser nuestro. No en el
sentido que tiene «nuestro club» o «nuestro grupo», sino nuestro como personas. Y
como todas las personas. Nuestro como no del gobierno y no de las empresas, (…)
Queremos que el poder vuelva al pueblo en tanto que grupo. Queremos Recuperar
las Calles (356).
La acción común ha de responder a una decisión tomada en común, como resultado de una
“voluntad política activa” (Hardt y Negri, 2007: 387). ¿Pero cómo ocurre, si las decisiones
hasta ahora han sido tomadas –según reza la doctrina política moderna- por el “soberano”,
es decir por el uno, ese impersonal y abstracto, Pueblo, Estado o Mercado, que usurpa el
lugar de todos? A esa pregunta –elusiva, difícil- responden en Multitud con una respuesta
que adelanta un paso en la dirección que nos interesa: hablan de una “democracia de código
programas de ordenador”:
“Cuando el código fuente se publica de manera que todo el mundo pueda leerlo,
los colaboradores voluntarios contribuyen a corregir sus defectos, y el resultado es
el perfeccionamiento de los programas”.
“Todos juntos, afirman con razón, somos más inteligentes que cualquiera de nosotros en
endeble, soportado casi exclusivamente en la buena fe93), que la sociedad de código abierto
La Red “es más que un instrumento de organización –afirma Klein- ha llegado a ser (…) un
93
“[n]o puede pedírseles –justifica e inquiere Slavoj Žižec- una detallada descripción empírica de la Decisión, o del
pasaje a la “democracia absoluta” globalizada, a la multitud que se gobierna a sí misma; sin embargo, ¿qué pasaría si
este justificado rechazo a embarcarse en predicciones futuristas seudoconcretas esconde una imposibilidad/punto
muerto nocional implícito?” (48)
98
finalmente- ha introducido un cambio en el equilibrio de poder, pues los militantes “ya no
Tampoco conduce a la anarquía, espantajo que el poder constituido saca a relucir como
única alternativa frente a su modelo de poder y toma de decisiones, aterrado como suele
irracionalidad de la guerra o el mercado una simple opción política), por lo que arremete
“La guerra deja de ser un instrumento a disposición del poder político para ser
utilizado en casos concretos, y ahora la guerra tiende a definir por sí misma el
fundamento del sistema político, a convertirse en una forma de dominación. Ese
cambio se refleja (…) en los mecanismos de legitimación de la violencia a que
recurren los poderes soberanos. Ya no hace falta legitimar la violencia sobre la
base de unas estructuras legales, ni siquiera sobre la de unos principios morales. La
legitimación de la violencia tiende a aparecer una vez consumados los hechos y se
fundamenta en su efecto, en su capacidad para crear y mantener el orden. Desde
esa perspectiva observamos que se ha invertido el orden de prioridades de la
modernidad. Primero viene la violencia, como fundamento, y luego, según sean los
resultados, la sigue una negociación política o moral. La emergencia de las
posibilidades de democracia ha obligado a la soberanía a adoptar formas de
dominación y violencia cada vez más puras.” (Hardt y Negri, 2007: 388)
De cualquier manera, cuando la multitud se rija a sí misma, esto es, cuando tome decisiones
Recuperar la tierra
las divisiones y clasificaciones, las sumas y los residuos, generados por la cultura global.
No es casual –vista desde ahí- la identificación con Internet. Sin negar todo lo
99
anteriormente dicho, y sin desestimar la fuerza política de tales movimientos, pienso sin
embargo que la expropiación de la tierra por parte del capital y su recuperación por parte
de la sociedad, son los puntos fundamentales a la hora de establecer las acciones políticas
acceso y usufructo de los mismos. Negar u oscurecer la relación que existe entre la
“A los 500 años del comienzo de la Europa moderna –dice Dussel-, leemos en
Informe sobre el desarrollo humano 199225 de las Naciones Unidas que el 20 %
más rico de la humanidad (principalmente Europa occidental, Estados Unidos y
Japón) consume el 82 % de los bienes de la tierra, y el 60 % más pobre (la
“periferia” histórica del “Sistema-mundial”) consume el 5,8% de dichos bienes.
¡Una concentración jamás observada en la historia de la humanidad! ¡Una
injusticia estructural nunca sospechada en la escala mundial! ¿No es este acaso el
fruto de la Modernidad o del Sistema mundial que inició la Europa occidental?”
100
Se precisa determinar la relación que existe entre el poder hacer (y lo público) y la
campañas contra las marcas, pero si no conectamos las luchas con el problema de fondo, la
desterritorialización, esto es, que pueden expresar sus prerrogativas en cualquier lugar del
mundo. Esto le da a sus luchas un contenido aéreo, propio del topus uranos de Occidente,
“movimientos sociales” por supuesto son mucho menos difusos que la multitud, más
concepto e idea que sujeto social. Y esta visibilidad le viene ganada porque en muchos
94
Decía Locke que la expropiación era “legítima” si no dejaba peor a los excluidos de la propiedad. A todas luces las
expropiaciones nos han dejado peor, pero no lo dicen así los medios de comunicación, encargados de hacer de la muerte
y la destrucción, y aun del fascismo, una expresión de libertad y fiesta democrática. El 2 de junio de 2007, para poner
un ejemplo cercano y doloroso se leía en una nota de la Agencia Boliviana de Información: Unión Juvenil Cruceñista
conforma un "Ejército democrático" para "enfrentar" al Gobierno. “El vicepresidente de la agrupación
denominada Unión Juvenil Cruceñista (UJC), Wilberto Zurita, aseguró hoy que la conformación del llamado "Ejército
democrático" no tiene propósitos sediciosos sino de "defensa" de la autonomía, el estado de derecho, la democracia y la
"libertad". [http://www.constituyentesoberana.org/3/noticias/autonomias/jun2007/020607_1.html]
95
Sobre este aspecto, vale la pena leer el trabajo de Fernando Coronil Naturaleza del poscolonialismo: del eurocentrismo
al globocentrismo (2000): “Incluir la tierra –dice- en la dialéctica capital/trabajo nos permite reconocer que el proceso
de la creación de riqueza implica un intercambio transformativo entre los seres humanos y el mundo natural del cual
forman parte. Desde esta perspectiva, se puede apreciar más ampliamente el papel de la naturaleza como una fuerza
generadora de riqueza y de modernidad, sin reducirla, como hace la economía convencional, a un factor de producción.
Aun desde una perspectiva marxista existe la tendencia a descontar el significado de su materialidad como fuente de
riqueza, y verla sólo como una condición necesaria para la existencia del capital, una limitación para su crecimiento, ó
una fuente de entropía. Como para Marx "tierra" significa "naturaleza" en su materialidad socializada en vez de en su
existencia material independiente, traer a la naturaleza al centro de la discusión ayuda a reubicar a los actores sociales
directamente asociados con sus poderes. En vez de restringir estos agentes a lores feudales en vías de desaparecer, o a
terratenientes en decadencia (el énfasis en El Capital), éstos pueden ser ampliados para abarcar las poblaciones e
instituciones que dependen de la mercantilización de lo que he llamado bienes "intensivos de naturaleza", incluyendo
los Estados que poseen recursos naturales o que regulan su comercialización. Esta visión más amplia dificultaría
reducir el desarrollo del capitalismo a una dialéctica binaria entre el capital y el trabajo que se realiza en los centros
metropolitanos y que se extiende hacia la atrasada periferia. Reconocer que la "fórmula trinitaria" implica no una
dialéctica binaria entre el trabajo y el capital sino una dialéctica triple entre el trabajo, el capital, y la tierra, ubica el
desarrollo del capitalismo dentro de condiciones evidentemente globales desde el inicio. De igual manera, hace más
visible una gama más amplia de relaciones económicas y políticas y ayuda además a conceptualizar la división
internacional del trabajo como una división simultánea de la naturaleza.”
101
casos es expresión de la suma de movimientos que, cada uno en su localidad o territorio, se
expresa con un lenguaje común, semejante o afín a otros movimientos, en otras localidades.
masa que convoca persigue su expresión mediática, sobre todo para romper el llamado
“cerco” que imponen las agencias de noticias. Se da en este caso digamos que una pelea
frontal en el propio terreno de los medios, pero he aquí que lo mediático puede traducirse
posibilidad cierta y concreta de que los sujetos puedan hacer frente a sus necesidades
resistiendo y contra el capital, produciendo no para el mercado sino para ellos mismos,
complementariedad.
más, de ese sujeto nómada, tránsfuga, desligado, que a nada pertenece) como de sujetos
políticos, porque lo son si antes de sumarse en multitud, están, operan, persiguen, buscan,
sistema quien cede u otorga espacios a los “excluidos” para que se expresen, voten o
consuman; en los “espacios” que abre el poder podemos caber todos, lo difícil es encontrar
donde fundar su autonomía, su capacidad de ser y hacer96: “solo bajo unas condiciones
96
Comenta Santiago Alba Rico (2005) que “Es muy fácil reivindicar desde la izquierda, como hace Negri, la
transversalidad, el nomadismo, la deserción, el exilio... en definitiva el viaje, cuando se tiene un territorio al que volver.
Pero cuando te encuentras con decenas de miles de personas encajonadas en pasillitos, en cajas de cerillas, cuando ves
claramente el proyecto de negarles un territorio en el que habitar... cuando los ves desprovistos de un espacio, habitando
algo así como una figura geométrica sin cielo ni suelo... Cuando uno se enfrenta a un palestino privado de tierra, se
comprende que nosotros sí podemos viajar. Pero si podemos viajar es porque tenemos un territorio al que volver. Nos
parece que se puede prescindir de eso y reivindicamos el flotamiento por encima de los territorios, de las tradiciones...
102
socialistas –puntualiza Carlos Fernández Liria (2008)-, o bajo unas condiciones
anticapitalistas radicales, en unas condiciones en las que las condiciones de existencia estén
ideas sin tierra son aspavientos. Sin territorio no hay memoria, y sin memoria no hay
comunicación. (Argüir que el “territorio” es el mediático, que hoy la política se hace desde
forma de construir la realidad, así no sería sólo pelear con sus propias armas sino reproducir
su pelea, que ya tiene integradas al sistema la derrota y la victoria. Sólo podemos vencer si
peleamos desde otro lugar, si nos salimos de la lógica de producción de realidad del capital
y sus medios.)
Por otra parte, sin el territorio y la memoria sobre ese territorio, de los sujetos que lo
habitan y que por eso mismo forman parte del mismo, no puede haber re-producción. Sólo
ciencia y la tecnología; sin éstas, que en principio cada vez menos necesitan de nosotros, el
ningún territorio, de ahí que sus fábricas emigren, igual que sus capitales. La memoria
pero en realidad porque damos por supuesto las nuestras. La identidad nacional hay que dejarla atrás, pero para dejarla
atrás hay que tenerla. Como decía Terry Eagleton, sólo hay una cosa en este mundo peor que tener una identidad, y es
no tener ninguna. Para poder luchar, para poder dejar atrás la identidad, primero hay que forjarse una. Y comenzar por
el territorio. Precisamente porque tenemos que enfrentarnos a un nacionalismo universalista que invoca
permanentemente la transversalidad, la flotación por encima de las fronteras... lo primero que tenemos que reivindicar
es la necesidad de luchar a partir de un territorio.” Franco Ferrarotti habla igualmente de un “paisaje del alma”, de un
ubi consistam, incluso para el nómada impenitente: “Los seres humanos no viven en el vacío. Tienen necesidad de un
territorio en el que radicarse. Se crean un horizonte, un paisaje conocido, puntual a la cita de cada mañana, es el espacio
humano” (1991: 110)
103
asunto exclusivo de la razón, archivable y trasportable, pasible de ser guardado, dispensado,
del primero al cuarto circuito, y los jóvenes, naturalmente, dependen más de los dos últimos
medida en que nos encerramos (y enfrascamos) en la sociedad mediática, más oculto (más
negado) queda el mundo real que la hace posible, la gran mayoría del mundo por demás,
A este reino, sólo por citar un ejemplo, corresponde la suerte de los ogoni, en el Delta del
Níger. Este pueblo se visibilizó en la época del general Sani Abacha, cuando en noviembre
de 1995, y después que entre el 93 y el 94 tras una cruda represión murieron miles de
ogonis, entre ellos al escritor, poeta y fundador del MOSOP (Movimiento para la
sobrevivencia del Pueblo Ogoni), Ken Saro Wiwa, que en sus escritos y poemas arremetía
contra los daños irreparables que suponían las llamaradas continuas de gas 24 horas al día
durante más de 50 años, las fugas de gases altamente tóxicos en la salud de los
104
pueblo. ¿Qué pasa cuando los ciudadanos –se pregunta Naomi Klein (2002)- toman
decisiones antipopulares para los inversores extranjeros?: “Los cadáveres hablan por sí
solos” (64)
Territorio, memoria y trabajo forman una unidad. Esta unidad la destrozó el capitalismo, y
sobre sus ruinas ha construido su modelo de civilización, modelo que, insisto, no requiere
de modo que no se considerarán territorios como tales, sino recursos; y los recursos pueden
encontrarse –en principio- en cualquier parte (sobre todo en los países del Tercer Mundo).
Mientras tanto, los grandes capitales siguen ganando con la promoción de la violencia civil,
memoria y el territorio (y por ende de sujetos sociales, que lo son en tanto están sobre o
peleando un territorio y (con) (por) su memoria) no nos necesita, de ahí que nos preserve
(si hacemos falta -para mover la noria-) o nos elimine. Los movimientos sociales que
sexuales, etc., difieren incluso emocionalmente de las luchas por las tierras y los recursos
llevadas a cabo por campesinos e indígenas, y esto se debe a que el capitalismo tiende a
crear a través de sus medios una imagen “urbana”, citadina, que torna lejanos y a-históricos
los reclamos de tales sujetos. Las carreteras, los medios, las comunicaciones, no llegan a
tan remotos parajes, a donde precisamente han sido arrojados los indígenas y campesinos,
exótico, de un mundo remoto, nos oculta el hecho de que los intereses capitalistas están
105
reivindicar estas luchas es poner en evidencia los desmanes del desarrollismo, en un marco
mediático de actualidad que intenta falsamente desconocer sus intereses en las selvas, ríos y
bosques. Pero esta operación de encubrimiento, puede ocultar también el fondo real de las
luchas que se registran en escenarios citadinos, y el fondo no es otro que la lucha por los
marginalidad) no son analizados a la luz del desastre del modelo de desarrollo que destruye
bosques, montañas y ríos para llevar el primer mundo al mall y por extenso a la TV; con
con sus contradicciones al propio sistema, que puede muy bien continuar “incluyendo” a
cuenta gotas, con cada agitación, a los homosexuales, a los indígenas, a los discapacitados,
trasnacional97, robo, rapiña y expoliación que los medios ocultan, anteponiendo a esta
97
No es este el lugar de abundar en esto, pero valga acotar que la “modernización” requiere de un “cambio de
pensamiento” que sustente –dice Baudilio Mendoza Sánchez (2000)- “la posibilidad de superar las dimensiones de lo
tradicional”. No obstante, en Latinoamérica la modernización “no ha logrado arrasar con lo tradicional” (32-33). La
modernización viene aparejada con una “demanda tecnológica” determinada por modelos “ideológicos, políticos y
económicos que en cada momento histórico han regido las iniciativas de desarrollo agrícola” con “apego al patrón
tecnológico modernizante –de origen foráneo- y desarrollado para condiciones no tropicales”. Esta modernización
forzada se daría –una vez dada la conjunción de las condiciones subjetivas y las objetivas- en el marco de gestación de
106
realidad, la farsa de un boato citadino de primer mundo con sus “complejísimos”
alimentada y sostenida mediáticamente, a tono con el interés del capital, porque en esa isla
lo que se requiere es vivir/consumir sin hacer preguntas (como a los personajes trágicos, la
duda nos expulsa, nos exila de la polis). Estrictamente existe la ciudad como espacio para el
“ejercicio democrático” del consumo; la producción y los desechos son actividades ocultas
y que deben permanecer así (reprimidas) mientras nos convencemos de que el mundo
moderno es una compra venta de servicios, imagen estilizada de la vida moderna que llevó
a Albert Szymanski a decir que los países centrales podrían hoy renunciar tranquilamente a
la explotación de las periferias, sin detrimento para la acumulación de capital (“¿se supone
conexión alguna con la tierra y el trabajo, es a gran escala la misma propaganda que
salvajes de América Latina o África. Estas vastas regiones de comienzos de mundo forman
parte del imaginario real-fantástico con que europeos y norteamericanos nos des-conocen,
(siguiendo el modelo de representación del Otro, pero en este caso el Otro somos nosotros
107
norte de nuestras aspiraciones. “[l]as zonas rurales –explica José Luis Romero (2002)-
fueron concebidas como áreas productoras de riqueza; las ciudades, en cambio, fueron
europea” (435). La ciudad fue una “base de operaciones socioculturales” (374), concentra
el poder, alberga la “masa de opinión pública” y se “hospedan los grupos que ejercen más
El esquema responde también a una idea de desarrollo y progreso liberal y burgués, que
incluso llevó a Marx y Engels (2007) ha celebrar que la burguesía haya sometido el campo
la población de las ciudades en comparación con la del campo, sustrayendo una gran parte
de la población al idiotismo de la vida rural” (13). Tenemos que sobre la imagen pesa un
destino civilizatorio, que encubre la explotación del campo y de los campesinos (la
alimentos en serie según los requerimientos del modelo Wal-Mart); ocultamiento sobre el
que se sostiene la “visión” del occidente desarrollado e industrial, “realidad” que esconde la
Sobre la base, pues, de la destrucción del mundo, se fabrica una imagen global a través de
los medios, que, como un palimpsesto triunfal, deja a oscuras y oculta la podredumbre del
sistema. Al margen, en las afueras de esta imagen, otros tiempos, otras memorias, otros
98
Prácticas altruistas y de solidaridad se encuentran dice Ovejero (1994) ancladas “en culturas campesinas (en relaciones
biológicas o en comunidades marginales) (…) No es tan común en gentes forjadas por dos siglos de competencia”
(139)
108
nuestras comunicación, dialogar desde nuestras diferencias y experimentar un diálogo
fraterno y solidario que nos confirme no en una única manera de hacer las cosas, de re-
producir la vida, sino en la aventura radical de saber que sí existen memorias y saberes en
lenguas diversas, que entrelazadas con la tierra y bajo cada cielo en particular, hacen
capitalista porque las cosas, los objetos y las personas no son necesarios como tales sino en
relación con un elemento externo y extraño –el valor-99, el cual está sometido a su vez a
dinámicas propias, intrínsecas, que prescinden radicalmente de otras cosas, entre ellas de
los propios seres humanos. Para Marx el producto del trabajo capitalista será “un simple
coágulo de trabajo humano indistinto”. Por otra parte, el capitalismo postula un mundo en
el que pareciera que las cosas conservaran su valor aún después de la desaparición de la
cultura –en este caso la civilización que conocemos- que les da sentido y valor, en otras
palabras, como si las cosas tuvieran valor en sí mismas, no como tales, sino ese mismo (y
hasta sometido a los vaivenes de la oferta y la demanda) valor ajeno, extraño, hecho uno
Ir más allá de lo “visible”, despreciar las imágenes falsas de los medios, renunciar a la
“ciudad” como locus exclusivo y razón de nuestra existencia, establecer conexiones entre
los problemas que se expresan en las calles, fábricas e instituciones, y la tierra y los
toca ver la totalidad, establecer la continuidad negada, cortada, rota por los medios y el
capitalismo. Pero como dice Grüner “Nadie puede realmente ocultar ni ocultarse las
99
Sus productos mercantilizados –explica Marx- “[n]o son valores de uso para sus propietarios y valores de usos para
sus no propietarios. En consecuencia, todos deben cambiar de manos y entonces, las mercancías deben ser realizadas
como valores antes de que puedan realizarse como valores de uso" (Mészáros, 2007).
109
consecuencias de lo que ha dado en llamarse ‘pensamiento único’” (286)100; ciertamente no
es que no esté a la vista el desastre capitalista, lo que está rota es la capacidad política de
Vemos el horror, “una catástrofe civilizatoria que desnuda como nunca los fundamentos
películas, pero nada podemos hacer, encerrados como estamos en nuestras ciudades, en
“de hacer tabla rasa, “de poner entre paréntesis y hacer olvidar como irrelevantes
las «raíces» de la presencia humana en el mundo. Los seriales y las soup operas,
en episodios, y las telenovelas, son instructivos al respecto: llegan a combinar un
máximo de evasión de la realidad con un máximo de realismo y cotidianidad (…)
y, a su vez, al mismo tiempo, estas trasmisiones que se suceden de episodio en
episodio, al infinito, producen contradictoriamente una sensación de extrema
irrealidad, de vacío, de escualidez (…) La importancia de la presencia física está
seriamente amenazada. Todo se puede hacer –investigar, analizar, observar- desde
lejos (…) Es un mundo aséptico fuera del lugar y del tiempo” (102-103)
Parece como si la democracia fuera tan solo un asunto urbano (imagen otorgada, facilitada
y sostenida por supuesto por la actividad mediática), y lo seguirá siendo mientras las
de las selvas, los bosques, los lagos, ríos, sabanas y campos, y mientras sigan sosteniendo
lejos (de las conciencias del mundo consumista) “fábricas” con empleados (mujeres y niños
100
“[d]esde los millones de niños que revuelven la basura o se ven transformados en mercancías del negocio sexual
paidofílico, hasta la sistemática destrucción tecnológica de la ecología del planeta, pasando por el espectáculo de países
enteros gobernados por el narcotráfico globalizado, o por la ‘flexibilización’ que atomiza a las masas trabajadoras,
arrojándolas a una competencia salvaje por los recortados espacios laborales, barriendo con los últimos vestigios de
solidaridad social, o por el idiotizante secuestro del deseo colectivo (empezando por el deseo de silencio, de soledad, de
diálogo con el sí-mismo) en los medios de comunicación bien llamados de masas: todo está allí a la vista, en la
“sociedad de la transparencia” (286)
110
especialmente) en condiciones de esclavitud (mientras más explotación, precios más
competitivos, gesto que agradecemos a la hora del shopping mall) en países recónditos
donde se generan los productos que consumimos, vestimos y botamos en nuestras ciudades,
sin más preocupación que la de seguir consumiendo más y mejor; desechos que, por cierto,
desparecen de nuestra vista pero que van a parar a los “rellenos sanitarios”, al mar, a los
debe generar condiciones de explotación (de seres humanos y recursos), de modo que los
países con leyes laborales y ambientales nulas o “flexibles” son marcados con el visto
bueno de las inversiones, esto acompañado con gobiernos dóciles e inflexibles para con las
protestas internas (que con buenas dosis de terrorismo de estado han bajado importante
puntos en el “riesgo país”), que han reducido o eliminado los sindicatos y las
organizaciones que defienden el ambiente, a las mujeres y los niños, a los trabajadores.
111
Por otra parte, podemos hablar realmente de movimiento social si los elementos
constituyentes están articulados, no sólo expresados a una sola voz en un foro virtual, sino
políticos desde las diferencias” (Valdés G.: 72-73). Es entonces cuando la comunicación se
torna un elemento vertebral y cuando aparece con claridad meridiana el abismo que la
al trazado por las corporaciones y el capital trasnacional, media la distancia que hay de la
Gilberto Valdés-, si enlaza diversidad con articulación, lo que supone crear las condiciones
valores fuertes (de reconocimiento, justicia social, equidad, etcétera)”. Necesitamos una
112
8. Comunicación y Poder Popular
Acaso no sea posible eludir el panóptico de los medios, mas respondemos desafiando la
mundo globalizado, pero decir que la globalización es irreversible –afirma con morosa
destruir las nociones de poder conocidas, fundadas todas sobre la base de la alienación, la
como entidades que confluyen aleatoriamente en tiempos y espacios creados por el capital
113
para la multiplicación del capital, sin otras consideraciones que la eficiencia y la eficacia en
rasero donde despunta el “más capaz”, que ha de serlo negando la presencia y a veces la
competidor, pero este encuentro es transitorio, fugaz, decisivo y definitivo. Como dice
(1994: 79).
tiempo es a la vez conciencia del espacio (y más específicamente del territorio), diversas
cosas. Somos cuando somos diferentes y hacemos cosas distintas, no atomizados y según
cooperar y solidarizarnos en un proyecto común que nos implica a todos, cuando el acuerdo
102
“Aunque no están en permanente estado de guerra –esclarece puntualmente Félix Ovejero-, todas las sociedades,
humanas y de primates, mantienen conflictos más o menos periódicos que, en ocasiones, toman la forma de unos
grupos contra otros. Ahora bien, de ahí no se sigue que la agresividad desemboque ineluctablemente en disgregación,
que la conducta agresiva sea necesariamente antisocial. Ante al contrario, con frecuencia «el conflicto es un elemento
integrador en las relaciones cooperativas, de tal modo que la dicotomía entre agresividad y comportamiento social
positivo se muestra de limitado valor». De hecho hay la suficiente base etológica y neurobiológica para conjeturar que
«los comportamientos de ayuda y de antagonismo están recíprocamente relacionados»” (54)
114
“No se trata de introducir la anarquía como planteaba Feyerabend, sino de tomar
en cuenta las paradojas de la vida cotidiana, para plantear una regla paradójica
como respuesta; lo cual permite tratar con la parte inesperada del sentido común
(…) Se trata entonces de trabajar desde lo (im)previsto” (37)
Empero, el poder conocido ha levantado falso testimonio, y aboga por un consenso que,
según él, anticipa la paz. Ha naturalizado el consenso (que no persigue la abolición de las
contradicciones ni ponerlas en crisis ni criticarlas, sino dejarlas tal como están como frutos
La democracia cuando vota niega la democracia (aún más, si seguimos a Félix Ovejero
(19994: 140) es incluso una locura “el generalizado consenso de las izquierdas en torno a la
votos”)103. Esta desviación es cara al poder, quien naturalmente llama democracia –para su
beneficio- a una forma del poder que en sus peores momentos colinda con el fascismo104;
peores, claro, para nosotros, porque para el poder señalan su momento culminante, sobre
todo si pensamos en las dictaduras y en los Estados “democráticos” donde reina con
plácemes mediáticos el control cero (sotto voce “terrorismo de Estado”). “Como bien lo
anota De Sousa –citado por Atilio Boron (2006: 110), en el apartheid social del capitalismo
103
Recientemente, Carlos Fernández Liria (septiembre, 2008) afirmaba “Sin independencia civil no hay ciudadanía que
valga (por eso no eran [Rousseau, ni Locke, ni Kant] partidarios del sufragio universal, precisamente)”.
104
El Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana, de 1979 a 1982, Wayne Smith, llegó a decir sin
tapujos “La democracia y los derechos humanos nos interesan muy poco. Estas palabras las utilizamos simplemente
para ocultar nuestros verdaderos motivos”
115
en los ghettos y los barrios marginales, mientras garantiza las bondades del contrato social
diversidad porque no puede dictar ni ordenar. Por ello, ante la diversidad, y porque le teme,
habla de desorden. Tenemos que decir, hoy, en tiempos de revolución, que el poder popular,
El poder popular desafía, por este camino, todo protocolo, vale decir, no las formas del
poder sino más bien sus formalismos. Desafía las formalidades del poder. A la rigidez, le
El Poder nada puede contra lo informal. Por eso le importa tanto la apariencia, la superficie,
lo visible, ámbitos que el poder uniforma. La prenda escolar que se remonta hasta la
necesario advertir que la moda es la uniformalización de las tendencias y los gustos que
novedoso. La moda, al contrario, es la uniformalización del gusto y para poder ser exitosa,
debe prender en el gusto de todos, en todo caso, hacerse “popular”, masiva. (No olvidemos,
como advierte Ramonet (2006: 44) que “La publicidad se relaciona con la primera y más
grande de las artes: la política, la conducta de los hombres”, o como dice Ernst Dichter,
citado por el periodista español, con la “fábrica de mentes”. Mejor lo dice Pedro Susz,
refiriéndose a la llamada telepolítica, que teóricos como Exeni, aquí citado, celebran sin
rubor:
116
“La telepolítica sustituye ahora en la práctica a la política, los debates en el estudio
reemplazan el lugar donde la política siempre se ejercitó, esto es en el espacio
público, y los interlocutores se convierten en público. La opinión pública,
desvinculada de las funciones propias de la ciudadanía, es temida como una fiera
imprevisible a la que es preciso domesticar. De sujeto político con capacidades de
crítica, control y legislación, el otrora público raciocinante es ahora concebido
como elector irracional –o volátil- a modelar por los políticos, encuestólogos y
formadores de opinión” (2005: 366).
Esta idea de lo masivo como popular es la naturalización de la masa, esto es, la aceptación
sin protesta de la uniformalidad de una población, que por ello ha perdido toda
personalidad, todo rasgo distintivo. Se dirá que todos juntos hacemos masa, mas he aquí la
diversidad:
“En otras palabras –decimos con Georgina Alfonso González (2005: 60)-, ¿qué
hacer para que el individuo se convierta en sujeto real de un proyecto de
emancipación humana? La respuesta será sobre una construcción colectiva y
socialización axiológica de nuevo tipo. No dada «desde arriba», sino pensada,
deseada y, sobre todo, hecha «desde abajo». Esto implica, necesariamente un
ejercicio del poder con nuevas dimensiones éticas y con una amplitud cultural, una
metodología y un espíritu revolucionario radicalmente distintos. Las prácticas
políticas de los actuales movimientos sociales dan cuenta de una repolitización
desde abajo, local, comunitaria, en la que participan todos los nuevos sujetos, con
una nueva conciencia, que incluye a la misma naturaleza”
Lo que está en crisis y termina de poner en crisis el poder popular, son las formas de
y modas electorales. ¿No explica esto la acción de los medios de comunicación, que actúan
simple y llanamente como partidos políticos y no sólo como sus aliados naturales en lo
ideológico?
El poder popular desafía, como se ve, el poder de los medios. Lo niega cuando afirma su
117
masa, o bien, el individuo aislado, solo, triunfante. Desafía además, la ética y la estética de
los medios, empleando, haciendo suyos los medios: Como explica Guillermo Orozco
Los medios del poder popular impersonalizan (en el sentido de que el interés de uno es el
interés de todos: “Las razones aceptables –dice Ovejero (2002)- son impersonales, apelan a
criterios de interés público. Un argumento que vale para todos está reñido con el interés”),
muestran todas las voces, todos los rostros, esto es, los rostros y las palabras de todos, en su
diversidad, en todo caso, diciendo al unísono de una y mil maneras, aquí estamos todos,
distintos pero juntos, luchando por lo mismo, al mismo tiempo, pero de modo distinto.
poder popular le huelen muy mal los medios y su discurso único y uniformador, su “matriz
de opinión”, su “talla única”, como diría Naomi Klein. Hay libertad y comunicación cuando
nos afirmamos en nuestra singularidad y hablamos todos desde ese lugar vacío, sin tronos
Se ha aceptado como natural la mal llamada opinión pública, eso que todo el mundo repite
118
comunicación, “el arma imprescindible para hacerte oír en el espacio público, están hoy día
secuestrados por un puñado de grandes empresas ocupadas, claro está, en la defensa de sus
intereses privados; de hecho, existen fortunas particulares que pueden llegar a monopolizar
todos los medios de lo que se llama la «opinión pública»” (Fernández, 2007: 85) El poder
opinión singular, libre de toda opinión amasada por intereses mediáticos. Voz y rostros
“cada cabeza es un mundo”. La comunicación popular se hace con tiempo, porque las
información sesgada e interesada (en)cubra el accionar del poder, sino para que muestre,
permitan solucionar nuestros problemas y vivir dignamente. Los problemas del capitalismo
son los derivados de la necesidad de acumulación, nuestros problemas son otros, vivir y los
que se derivan del vivir. Pero para vivir necesitamos protegernos y resistir al capital, porque
ciertamente los intereses de acumulación de riquezas atentan contra la vida (en el planeta).
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