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INTRODUCCIÓN
CONSIDERACIONES FUNDAMENTALES:
Se denomina candidiasis a una infección originada por una levadura de la
familia de las Cándidas, de las cuales se conocen unas 150 especies, siendo
la Cándida albicans la más habitual y frecuente, seguida por C. glabatra y C.
tropicalis. Puede afectar a la piel, mucosas (orofaringea, vaginal, intestinal)
y tejidos profundos, órganos internos y en casos de gran inmunodepresión
provocar sepsis.
En lo concerniente a las candidiasis de las mucosas, es muy importante
destacar, que esta infección no responde a un fenómeno de “contagio”, tal
como puede ocurrir con los virus, como explicaremos posteriormente. Es
necesario hacer esta aclaración dado que muchas mujeres que manifiestan
candidiasis vaginal, piensan que han adquirido la infección por utilizar baños
públicos u otras razones de carácter externo. En todo caso, el contagio
podría darse mediante el contacto sexual, siempre y cuando existiera una
infección en curso y no se utilizara preservativo.
- Estrés.
- Intoxicación por metales pesados (principalmente mercurio y plomo).
- Estados inmunodeprimidos secundarios a patologías (cáncer, SIDA,
hepatitis......etc.).
- Disminución de las secreciones gástricas.
- Factores carenciales.
- Cansancio
- Malestar general
- Dolor muscular y de articulaciones.
- Hinchazón abdominal.
- Diarrea y o estreñimiento.
- Depresión anímica
- Irritabilidad y o inquietud
- Incapacidad para concentrarse.
- Molestias vaginales o prostáticas
- Dolores de cabeza.
- Dolores abdominales
- Digestiones pesadas
- Disminución de la capacidad de concentración.
- Reacciones alérgicas de diversa incidencia.
- Picor anal.
- Aparición de aftas bucales.
- Inflamación y sangrado de encías.
- laringitis y faringitis recurrentes o crónicas.
- Gases intestinales.
- Desorientación o sensación de borrachera.
- Pérdida de memoria.
Debido tanto a la agresión mecánica como química por parte de las cándidas,
se produce una inflamación de la mucosa intestinal, que a su vez aumenta la
permeabilidad de esta, originando así el síndrome de hiperpermeabilidad
intestinal, a partir del cual surgen gran diversidad de patologías de
carácter inmunitario e inflamatorio (principalmente). De forma consecuente
se da una disminución de la capacidad enzimática del intestino; aunque
también se ven afectadas otras secreciones como las hormonales
(secretinas Pej.), las mucinas, los tripéptidos y factores inmunitarios (como
las lisozimas); con la consiguiente disminución y empobrecimiento de la
capacidad digestiva y defensiva de esta importantísima estructura, y por
ende, del conjunto orgánico.
Como se ve, recapitulando, se produce una cascada de acontecimientos (de
los cuales solo se citan tal vez los más importantes) que generan un círculo
vicioso de incalculable impacto en la salud, y que presenta importantes
dificultades en el diagnóstico dado el extraordinario desconocimiento que
existe, en general, sobre la importancia crítica y sistémica que posee la
estructura intestinal y el correcto equilibrio de su microflora. A esto hemos
de sumarle, que las infecciones por cándida son difíciles de detectar por
medio de biopsias o coprocultivo de heces, dada su localización por colonias
y su extremada adherencia al epitelio. Los métodos serológicos resultan un
tanto imprecisos (aunque pueden ser buenos indicadores orientativos). Por
inducción, se deduce de todo los expuesto, que las pruebas más fiables son
las efectuadas a través de la medición de los metabolitos micóticos (ácidos
orgánicos) en orina, existiendo muy pocos laboratorios capacitados para
realizar dichas pruebas, o también, la determinación de la composición de
microorganismos de las heces realizado igualmente mediante técnicas
avanzadas con la tecnologías apropiadas (laboratorios Great Plains y Great
Smokies en USA). Nótese hasta que punto es difícil el diagnóstico por los
procedimientos habituales y pretendidamente válidos, que incluso en las
vulvovaginitis micóticas, que cursan con síntomas tales como picor,
inflamación, secreciones blancas o amarillentas y dolor, muchas veces los
cultivos realizados a partir del exudado vaginal dan un negativo. También es
válido el ejemplo para comprender los efectos de este organismo en la
mucosa intestinal, donde no tenemos una apreciación directa (inflamación,
dolor, secreción de sustancias irritantes, etc..)