la Prensa 2009”, organizada por la ANP. El tema a desarrollar fue ¿Es Internet un medio
maduro? A continuación les presento mi reflexión:
Mientras se siga haciendo esto, se va a seguir perdiendo terreno contra las personas y
empresas que han entendido estas nuevas reglas del juego.
A la luz de mis 12 años de trabajo en medios tradicionales, yo diría que estas nuevas reglas
del juego se pueden observar bajo 4 ejes: Audiencias, empresas, tecnología, modelo de
negocio
1. Las audiencias
Hoy en día cada vez más las audiencias están participando y quieren ser protagonistas de la
creación de contenido. Para describir a estas audiencias se ha acuñado el término de
PROSUMER, productores y consumidores de medios.
Creo que cambiar el estatus o subir una foto de las vacaciones ya es una creación de
contenido. Más aún, tener un blog propio o crear podcast o cualquier otro contenido más
sofisticado. Las audiencias se están acostumbrando a registrar la realidad con sus cámaras,
con sus grabadoras, etc., y se están habituando a compartirlas.
En esta nueva cancha las audiencias tienen mucho más control de lo que tenían antes,
pueden optar más. Se espera más personalización, más mensajes adaptados para mí, y con
esto recordemos la portada de la revista Time de diciembre 2006 (You).
Como dice Lipovestsky, estamos ante un individuo fluctuante, un individuo que va y viene
y elige a la carta, su vida y sus medios, y que lamentablemente para los medios
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tradicionales, está cambiando sus hábitos luego de décadas. Hoy escucho a muchos amigos
que en las noches se acuestan con el laptop y ya no ven TV, sino que están conectados
hasta dormir.
Y en este diálogo, los medios tradicionales tienen una deuda ya que basta ver en general sus
"blogs" en internet, donde las únicas conversaciones se dan entre los lectores, ya que el
creador no conversa con ellos. En realidad estas columnas ni siquiera merecen ser llamadas
blogs. No son bitácoras personales. No hay diálogo.
2. Las empresas
Las barreras de entrada al mercado medial están cada vez más bajas. Cada vez se torna
menos costoso formar un medio o formar un sitio web. De alguna manera las marcas y el
respaldo del que está detrás velando por la calidad de la información, la que siempre fue
delegada en otro, ahora cambia y pasa a ser responsabilidad de la audiencia. La audiencia
debe no sólo formarse una opinión, sino que además detectar a quién creerle y este es otro
cambio fundamental para las empresas periodísticas, porque un gran activo que tenían se
empieza a matizar. En las agencias pasa lo mismo. La dificultad para crear una nueva
agencia es mínima.
Otro cambio fundamental que hay que asentar es el perfil de las personas que están
formando estos nuevos medios. En este nuevo mundo están convergiendo profesionales que
vienen de 3 mundos diferentes: la tecnología (ingeniería, computación), el diseño y el
periodismo. Ahora empezamos a tener un lenguaje donde palabras como pauta, textos,
coberturas, edición, se alternan con algoritmos, SEO, crawlers, flash, joomla, wordpress,
etc. Estas capas se entremezclan y exigen un profesional cada vez más informado en
múltiples competencias. En mi trabajo veo como las nuevas generaciones de periodista
pueden hacer un gran reportaje de texto, pero también tienen que filmar un clip de video, y
grabar un minireportaje audiovisual y editar frases de sonido.
La pregunta que me hago es si están los medios tradicionales preparados para eso. ¿Cómo
van a integrar ambos mundos? ¿O insistirán con las redacciones separadas?
3. La tecnología
Este eje me gustaría abordarlo desde la reflexión interna de la empresa periodística. Como
sabemos, por años las áreas de sistemas o encargados de operaciones de los medios
debieron velar por la modernidad tecnológica. Ellos determinaban cuál era la mejor
tecnología para la empresa; era una tecnología "interna". Recuerdo como me tocó vivir el
cambio del romanticismo de las cámaras spartan y las mesas de pegoteo, de la pre-prensa
en frío, a la llegada de los primeros sistemas editoriales.
Esto mismo sucede en la agencias. El plan de medios se complejizó y nos quedó grande.
También a los avisadores ¿Mi plan debe llevar prensa, TV, radio y vía pública? ¿Y me
meto en Facebook? ¿Hago Twitter? ¿Y cómo lo hago si ni siquiera sabemos bien cómo
funcionan y qué esperar de ellos?
Más aún si en la mayoría de las empresas que visito Internet está bloqueada ya que es “una
pérdida de tiempo”. Si no la conocemos, ¿cómo vamos a entenderla para usarla? Aquí hay
una ventana de tiempo para los medios todavía.
Permítanme apelar a una metáfora. Para mí esto se parece a los tiempos de la Edad Media
cuando los heraldos voceaban las noticias en la plaza del pueblo. Esa era la manera de
enterarse de todo lo que sucedía. En ese período surgieron los primeros impresos. Cómo le
hubiéramos pedido a alguien que diseñase un plan de comunicación en esos incipientes
periódicos si apenas los había visto y menos se entendía cómo funcionaban en la
interacción con las personas, o si la audiencia era capaza de leerlos.
Creo que este período es similar. Escucho como se descarta Facebook o Twitter porque los
gerentes de marketing y las agencias que están decidiendo sobre estos planes no son ni
siquiera usuarios, por lo que menos le podrán encontrar el sentido comercial a estas
herramientas. Sólo nos estamos quedando con los grandes fenómenos, como Susan Boyle,
con 16 millones de visitas en YouTube, pero que no sería un fenómeno mundial sin
Internet.
4. Modelo de negocio
Probablemente aquí está el punto más crítico en el que todos estamos entrampados y que
limita el crecimiento comercial del medio Internet. Hasta ahora prácticamente nadie ha
logrado en nuestro mercado rentabilizar sus inversiones, y además tenemos que luchar
contra la mentalidad de que todo debe ser gratis y que los derechos de autor tienen otra
lógica. Aquí surge la gran decisión, que es si nos agredimos a nosotros mismos,
sacrificando ingresos de corto plazo, a cambio de sobrevivir en el largo plazo.
Probablemente el caso emblemático de esta situación es Craiglist, que hizo que la torta de
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avisos clasificados de San Francisco bajara de valor, pero ellos que eran un operador nuevo,
se quedaron con el negocio.
Seguramente en los clásicos hay inspiración. El artículo de Teodoro Levitt de la década del
60 sigue vigente. La pregunta es ¿en qué negocio están los diarios?, ¿y las agencias"?
porque si seguimos en el negocio de vender pautas de avisos, estamos perdidos.
A las agencias cada vez nos cuesta más vender un servicio anual, o un servicio estable.
Muchos clientes licitan campaña a campaña, con los costos y complejidades que todo ello
implica. Por lo tanto, el modelo de negocio se va haciendo cada vez más complejo y difícil
de administrar. Es un proceso más caro de sacar adelante y con menos ingresos; así cobra
cada vez más fuerza preguntarse en qué negocio estoy, tanto para las agencias como para
los diarios.
Sabemos que el lenguaje crea realidades, que el mapa no es el territorio, por lo tanto
debemos ser inteligentes en crear un mapa único, que diferencie. En el caso de las agencias,
yo veo la oportunidad en las campañas integrales, incluyendo asesoría, y no sólo haciendo
creatividad distintiva.
Por lo tanto, es muy importante preguntarse en qué negocio está mi medio: ¿en el del diario
en papel?; ¿en el de los diarios?; ¿en el de los medios?; ¿en el de la entretención?; ¿en el de
la creación de contenidos?; ¿en el del uso del tiempo libre?; ¿en el de convocar y mantener
audiencias?; ¿en el de la publicidad?; ¿en el de la creación de marcas?; ¿o quizás en una
mezcla de algunos de ellos?
Yo creo que el problema es que se ha diluido la respuesta para una pregunta muy básica,
que antes no tenía muchas opciones: ¿qué es un medio para los avisadores?; ¿qué es un
medio para las agencias de medios?; ¿qué es un medio para las agencias creativas?
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Más allá de iGoogle o MyYahoo, Google como buscador es para mí un mediador, ya que su
algoritmo tiene intrínseco una cierta categorización. A la vez, es una manera de mirar el
mundo al proveer servicios gratuitos que acogen el contenido creado por otros.
¿No será que tenemos que estar en el negocio de simplificarle la vida a la audiencia? ¿No
será eso en realidad lo que los diarios han hecho siempre?
¿Cuál es la ventaja de los medios tradicionales? Que entienden a las audiencias, que las
conocen, que sabe lo que les mueve. Que las audiencias tienen un hábito creado. Que en
general las audiencias son esquivas, pero que llegan a querer a su medio.
Pero como decía antes, hay una desventaja. Que los medios masivos (“One to many”) no
están acostumbrados y que no saben dialogar; que no escuchan y que no saben intermediar
esta comunicación “Many to Many”. El ADN de los medios deberá variar. Es la teoría de la
evolución una vez más.
Una buena noticia: Las marcas tampoco están sintonizadas con el diálogo. También están
ocupadas de emitir.
Recordemos que la madurez viene dada por la penetración, por el uso masivo, pero también
por una cierta estabilidad. Entonces, ¿se puede ser maduro en constante cambio? ¿Podemos
decir que un niño de 5 años es maduro? Puede que algunos...
Más que hablar de inmadurez o madurez de Internet en general, creo que hay que hablar de
los sitios, de los medios y tal como mencioné antes, de la filosofía.En mi opinión, la
filosofía 2.0 o MANY to MANY no está madura, no está incorporada en los que hacemos
medios, ni en las marcas, ni en los clientes avisadores.
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Claramente hay avances, muchos sitios ya permiten catalogar, recomendar, personalizar,
pero todavía queda un gran camino que recorrer. ¿Cuántos de ustedes están usando una
cuenta Twitter? ¿Cuántos de ustedes son capaces de diseñar una estrategia en Facebook?
¿Más allá de poner avisos?
Para mí, esto es como la época de los heraldos, que voceaban en la plaza del pueblo las
noticias en la época. Cómo esperar que se usen y diseñen planes de medios para Internet
cuando apenas somos usuarios.
Yo creo que estamos ante un caso de multicompetencia parcial, que es un fenómeno que
incluye a los medios, pero que va más allá. Tal como mencionaba antes, es difícil hablar en
genérico.
Probablemente nuestros diarios están muy maduros en su propuesta de texto y fotos sobre
Internet, pero en video son todavía novatos.
Esta multicompetencia parcial hace que el sitio de un "diario" compita con el de la radio,
pero también con los sitios de panoramas y con los sitios de viajes. Y allí radica el
problema, por el ADN 2.0 no instalado.
Entre ver una reseña "seria" y leer lo que le pasó a una serie de personas, esta última
produce a mi juicio cercanía y empatía y termina por complementar, o incluso, por
prevalecer a la hora de decidir. Sitios como Trip Advisor o el local La buena vida son una
muestra de ello.
Vemos cada año cómo las curvas de adopción se vuelven más exponenciales, cómo cada
vez se tarda menos en lograr explotar a millones de usuarios, cómo algunas empresas al
alero de Internet tardan cada vez menos en ser una gran marca.
Esta problemática actual es para todos por igual. Para nosotros, que recién hace un año
estábamos haciendo banners y que ahora estamos tratando de hacer campañas virales por
Facebook y Twitter. Quizás qué estaremos haciendo en 6 meses más.
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¿Sabemos encontrar a un Maven? ¿A un connector? ¿Entendemos cómo manejar el
contexto y el factor de expansión de la viralidad?
Creo que lamentablemente para todos, necesitamos volver a poner un pie en la academia,
entender la teoría detrás de los fenómenos, porque si solamente somos practitioners, cada
cambio tecnológico, cada plataforma nos va a ir dejando atrás, con la angustia que ello
provoca.
Entonces, para cerrar, creo que vale la pena preguntarse en qué negocio estoy, más que por
qué canales o medios entrego mi trabajo. Cuál es mi foco como empresa de largo plazo.
Por eso, para mí este año no es el año de Internet, es el año de las Comunicaciones
Integradas de Marketing, que creo llegaron para quedarse. Ya no servirán los planes
parciales, y es clave que los clientes demanden estos planes integrales y los medios
inventen nuevas maneras de hacer modelos de negocio atractivos a partir de su knowhow y
de su patrimonio.
Yo creo que no nos hemos preocupado como medios de mirar al lector en el largo plazo ni
de invertir en él para hacerlo crecer.
En todo caso, esto no es sólo de la industria medial. A diario nos sucede como clientes. Por
negarnos un servicio o una devolución de poco valor, las empresas ponen en riesgo una
relación de años.
Los invito a pensar, hace cuántos años leen el mismo diario, la misma revista, la misma
radio... ¿No valdrá la pena invertir en conocer qué quieren y esperan de nosotros nuestra
audiencia?