“durazno”
Este trabajo fue presentado para la asignatura Dibujo V, la cual tenía como
objetivo el planteamiento de un proyecto individual enfatizando en el lenguaje
del dibujo.
El ejercicio principal era tomar objetos del entorno común, representarlos lo
más parecido a la realidad incluso si se podía, llegar hasta un hiperrealismo.
Posteriormente modificarlos de acuerdo al arte contemporáneo y que jugara
con la ironía o con la obviedad. Luego de esto se escogía una vanguardia y se
reproducía este elemento siguiendo los parámetros de dicha vanguardia.
Lo que me intereso de este elemento en primera instancia fue que visto de una
forma era un simple durazno, pero visto desde otra perspectiva parecía los
glúteos de un cuerpo humano. Por otra parte me gusto físicamente los colores
y la calidad de texturas que tenía el objeto escogido.
La vanguardia que escogí para la realización de este ejercicio, fue sin duda el
surrealismo. De los manifiestos surge claramente que el surrealismo no es
simplemente una escuela literaria o artística; representa ante todo una
concepción del mundo. En esa concepción son los valores vitales del hombre
los que se jerarquizan en más alto grado y entre estos, la imaginación, con sus
resultantes, la acción creadora y el amor. “La imaginación que fabrica por si
sola las cosas reales”. El surrealismo cuenta también con otro eje primordial en
la acción creadora, el automatismo, el cual lo expone André Bretón como “la
renuncia incondicional del artista a diferenciar las funciones de sentimiento e
intelecto, con el fin de reproducir genuinamente la unidad rítmica de la
necesidad interior de creación de las ideas subjetivas” Karin, Thomas. Ediciones del
Serbal. Hasta hoy los estilos de las artes plásticas en el siglo XX, 1988 Barcelona
Este ejercicio fue una aproximación clara e indudablemente para mí, un reflejo
de esos conceptos citados inicialmente y como se comienzan a crear los
esquemas ideales del trabajo, así como el discurso del mismo.
La experiencia más satisfactoria con este trabajo fue concebir el azar como
modo práctico, permitirme que ese azar guiara libremente la parte discursiva de
las exigencias que requería la materia sin tener que reflexionar o basarme en
“conceptos complejos” o “discursos complicados”. De igual forma recortar
fragmentos de diferentes fuentes (enciclopedias, servilletas o cualquier medio
alternativo) y plasmarlos en el medio como un collage.
Como el collage de Max Ernest que se expone en el manifiesto surrealista de
André Bretón.
“concreción artística de fragmentos de imágenes obtenidos casualmente,
intenta en la concatenación poética de materiales heterogéneos la explotación
sistemática de los datos ajenos de percepción y alucinación como metáforas de
imágenes de la vida enigmática, como símbolos de la situación anímica
humana”
Encuentro un referente muy enmarcado dentro del concepto de collage y del
vínculo estrecho con el concepto de cotidiano. Marcel Janco, quien integra el
azar como <nuevo estímulo> en su creación artística al introducir materiales
casualmente hallados, abandonados o en desuso.
Durante el proceso descubrí otro concepto que sustentaba el discurso práctico
del trabajo, y que inconscientemente se ligaba estrechamente a los conceptos
de azar y cotidiano. A saber la memoria.
Henry Bergson plantea dos tipos de memoria: La memoria técnica o
constructiva, que se basa en la repetición y hábitos motores. La memoria vital,
que revive un acontecimiento pasado en su originalidad única. Constituye el
fondo de nuestro ser.
A mi manera de ver, la memoria está presente en cuanto que es un método de
recogimiento del pasado en un proceso de conocimiento y lenguaje creativo
situado en el espacio intimo. La memoria en este caso se fundamente con la
aprehensión de imágenes y experiencias y proyectadas durante el proceso de
creación como una escogencia determinada por la intuición. Otro aspecto
importante es la participación del espectador, este por su parte también está en
medio de un proceso de interpretación subjetiva de las imágenes lo cual reside
en una asociación libre de las mismas.
Uno de los referentes más importantes en que me base al iniciar este proyecto
fue José Antonio Suarez y su trabajo “ningún día sin una línea”
Por otro lado se encuentra la práctica plástica (lenguaje escultórico) en la que
se fundamenta en los mismos conceptos expuestos al inicio de este texto,
aunque en el campo de acción se añade ciertos aspectos.
El dibujo en este proceso tiene como propósito una descripción física, que me
ayudara y me guiara en la construcción del objeto tridimensional, es decir, el
dibujo en esta parte es una herramienta (bocetos) para el desarrollo de las
piezas pero no está concebido como un fin.
En este desarrollo plástico la realización del objeto tuvo como principal objetivo
la miniaturización de situaciones que en gran medida se fundamentaban en la
memoria, en el cotidiano, en el azar y en un impulso creativo. Esta
miniaturización puedo determinarla como ese proceso de interiorización o
subjetivación descrito anteriormente, como una aprehensión del entorno. De
alguna forma la subjetivación transforma el entorno en un espacio íntimo.
Los ejercicios que a continuación voy a presentar tomé como referencia el
modelismo estático y mi necesidad más próxima se acentúa en un juego de
cambio de escala (miniaturización del entorno) así como en el placer de lo que
enmarca el oficio, que indiscutiblemente está implícito en la realización de los
objetos. –es un juego ingenuo entre el entorno y el objeto, como si me
devolvieran a mi niñez, en que cada cosa era capaz de desarrollar una
experiencia, una historia, así como el aprecio extremo que me generaban
estas-.
Dentro de este oficio hay una operación fundamental, la cual es la
manipulación libre del material de los objetos, que en algunos casos son
juguetes prefabricados para armar y que su objetivo inicial es el coleccionismo,
y en otros casos es la pasión que me genera hacer objetos con una intención
casi realista.
Mi mayor preocupación con estos trabajos era no caer en un “maquetísmo” o
simplemente en una imitación de la realidad, que no se confundieran mis
objetivos con la representación de los problemas sociales, como en el caso del
carro, en un problema de movilidad o de accidentalidad. Para no caer en ese
“maquetísmo” decidí instalar estos objetos en el espacio real, y que ese nuevo
elemento instaurado jugara con los elementos del entorno, y que a su vez
generara distintas expectativas y lecturas por parte del público que se
encontraba a su alrededor.
El proceso me incurrió en otro camino que no se distanciaba de forma drástica
respecto al objetivo inicial del proyecto, y era el crear una ficción referente al
objeto y su ubicación en el espacio real. Entonces dicha ficción se convirtió en
un juego de perspectivas que finalmente me condujo a usar la fotografía como
medio de registro.
“Accidente 1/24”