Antes de que empiece el estudio de la estructura y función del cuerpo humano y de sus
numerosas partes, es importante pensar en cómo están organizadas esas partes y cómo
deben, lógicamente, encajar entre sí para funcionar eficazmente.
La organización del cuerpo empieza a nivel químico. Hay más de 100 bloques químicos de
construcción de la naturaleza, llamados átomos (diminutas esferas de materia, tan
pequeñas que son invisibles). Todo ente material de nuestro universo, incluido el cuerpo
humano, está formado por átomos. Las combinaciones de átomos forman agregados
químicos más grandes, denominados moléculas. A su vez, las moléculas se combinan con
frecuencia con otros átomos y moléculas, formando sustancias químicas mayores y más
complejas, denominadas macromoléculas.
Las inimitables y complejas relaciones que existen entre átomos, moléculas y
macromoléculas del material vivo forman un material semi fluido, de tipo matriz, llamado
citoplasma.
Si no se mantienen las relaciones adecuadas entre los elementos químicos, se produce la
muerte. El mantenimiento del tipo de organización química del citoplasma, necesario para
la vida, exige el consumo de energía.
Nivel de organelas
Un ejemplo: Cromosomas
Esquema de cariotipo
humano
Nivel celular
Un ejemplo: Neuronas
Dr. Daniel Herrera: "No es necesario usar embriones para obtener neuronas"
María Laura Favrel / La Capital de Rosario 21 de setiembre de 2005
Por años se sostuvo que las neuronas no se podían regenerar. Sin embargo, un equipo de investigadores de Estados
Unidos dirigidos por un médico argentino, demostró que las neuronas pueden renacer a partir de células madre extraídas
del cerebro. Entre otros beneficios, este descubrimiento demostrará que no es necesaria la clonación ni el uso de
embriones para obtener células madre. Actualmente investigan la utilización en el tratamiento de enfermedades
neurológicas como el Parkinson o el Alzheimer.
El doctor Daniel G. Herrera, investigador de la Facultad de Medicina del Weill Hospital Presbiteriano de la Universidad
de Cornell de Nueva York, Estados Unidos explicó a La Capital los resultados de nuevas investigaciones que
descubrieron que el cerebro adulto sigue produciendo nuevas neuronas a través de un proceso llamado neurogénesis. El
doctor Daniel G. Herrera es argentino; emigró a Canadá en 1987, donde se especializó en Farmacología y
Neurofarmacología y obtuvo el doctorado.
En los últimos diez años los científicos comenzaron a estudiar qué pasaba con las neuronas. Fue un argentino quien
describió el fenómeno de la regeneración neuronal en el cerebro de los pájaros, que en los •90 comenzó a estudiarse en
mamíferos. Así es como se descubrió que en ciertos ventrículos del cerebro así como en la región del hipocampo, había
células primitivas (o células madre) que generaban nuevas neuronas.
El médico argentino estudió específicamente dónde estaban estas células y descubrió que se encontraban en el bulbo
olfatorio, es decir sobre la base del cerebro, encima del tabique de la nariz. Este descubrimiento echó por tierra el
argumento que consideraba que el ser humano adulto poseía células madre únicamente en la médula ósea.
El equipo de investigación que comanda Herrera estudia el tema hace más de cinco años y los resultados de sus trabajos
fueron publicados en Annals of Neurology (1999) y Neuroscience (2000), entre otras revistas científicas.
Los órganos son unidades más complejas que los tejidos. Los órganos son conjuntos de
varios tipos distintos de tejidos, puestos de tal modo que puedan realizar una función
especial.
Por ejemplo, los pulmones son una muestra de organización a nivel orgánico; el músculo y
los tejidos conjuntivos especializados forman los numerosos tubos que transportan el aire
los tejidos epiteliales recubren los sacos aéreos microscópicos y el tejido nervioso permite
controlar el paso del aire y la contracción muscular.
Los tejidos rara vez existen aislados. Por el contrario, forman órganos que representan
unidades operativas independientes, pero funcionalmente complejas. Cada órgano tiene
una forma, tamaño, aspecto y situación en el cuerpo y todos ellos pueden identificarse por
el tipo de tejidos que los forman. Los pulmones, corazón, cerebro, riñones, hígado y bazo
son ejemplos de órganos.
Nivel sistémico
Los sistemas son las más complejas unidades organización que constituyen el cuerpo. El
nivel sistémico de organización incluye un número y clase variables de órganos, dispuestos
de modo que todos juntos puedan realizar funciones corporales complejas (funciones
destinadas a cumplir necesidades esenciales).
En nuestro organismo hay células de las más variadas clases y se agrupan para formar tejidos,
órganos y sistemas. Tienen una estructura básica, muy organizada.
Poseen una envoltura elástica y fina llamada membrana plasmática. En el centro de la célula está
el núcleo, que controla todo lo que está en su interior. Para su estudio se delimitan estructuras
celulares:
Todas las células vivientes poseen
protoplasma, que en términos
simples es el citoplasma más el
núcleo celular. Este está
compuesto de agua, electrolitos,
proteínas, sales inorgánicas,
glucosa, lípidos, entre otros
elementos.
El citoplasma que comprende
todo el volumen de la célula,
salvo el núcleo, es el medio en el
cual ocurren los cambios químicos
y las reacciones metabólicas de la
célula. Está compuesto por una
solución acuosa de aspecto
viscoso, llamada citosol, que
engloba a numerosas estructuras
especializadas y organelas
celulares, es un gel de base
acuosa, donde se producen
muchas de las funciones metabólicas más importantes.
Al igual que nuestro esqueleto da forma al cuerpo, cada una de las células tiene una configuración
a base de finos túbulos y filamentos que se conoce como citoesqueleto.
La estructura más destacada es el núcleo, de 5 y 10 y delimitado por una doble membrana.
2.2.1 Organelas
En las mitocondrias se queman diferentes componentes para recuperar la energía que contienen y
convertirla en ATP, que después de transportarse a otros organelas, es utilizado como combustible
en diversos procesos.
Existen cerca de unas 2.000 mitocondrias por célula, pero hay algunas células que desarrollan
trabajos intensos, como las musculares, que tienen un número mayor de estas organelas.
El retículo endoplasmático liso carece de ribosomas y debe cumplir varias funciones, entre ellas:
el transporte celular, la fabricación de lípidos y la metabolización de otras sustancias químicas.
El retículo endoplasmático rugoso presenta ribosomas en la superficie de su membrana y tiene
como función sintetizar (crear) proteínas y lípidos y almacenarlos antes de ser transportadas a su
destino final.
Todas las células tienen que mantener su propio citoplasma, y para ello deben sintetizar proteínas
para sustituir los elementos gastados, proceso que tiene lugar en los ribosomas. Estas son
estructuras sin membrana, encargadas de crear las proteínas a partir de la información genética
que le llega del ADN. Son de reducido tamaño y están presentes en todas las células vivas (excepto
en el espermatozoide).
Los lisosomas son vesículas englobadas por una membrana, que se forman en el aparato de Golgi y
que contienen un gran número de enzimas degradantes que sirven para digerir materiales de origen
interno (sus propios desechos) o externo (sustancias extrañas que hayan entrado a la célula por
fagocitosis) y luego, eliminarlos a través de la membrana celular.
Los peroxisomas o microcuerpos son organelas pequeñas y esféricas, limitadas por membranas,
muy parecidas a los lisosomas, aunque se distinguen de éstos porque disponen de contenidos
enzimáticos muy diferentes. Realizan la oxidación de ciertas sustancias.
Los centríolos son estructuras cilíndricas, que desempeñan un papel importante en los procesos de
división y locomoción celular.