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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

VICERRECTORÍA DE DOCENCIA
CURSO: APRENDIZAJE COLABORATIVO.
Texto 4. Septiembre 2004.
TEXTO 3
El aprendizaje colaborativo: una estrategia de aprendizaje para la vida1

Se entiende el aprender como un proceso amplio, integral y continuo en el cual los


sujetos desarrollan o adquieren conocimientos, habilidades y actitudes para
sobrevivir y responder creativamente a los cambios en el medio, evolucionar,
transformar y progresar. Además, es un proceso de socialización en el cual los
modelos mentales se van estructurando coherentemente para determinar la
manera de pensar, sentir y actuar.

El aprendizaje, aunque es un fenómeno individual, se da en


un marco social de relaciones, interrelaciones y de ayuda
que implican un afecto mutuo. Todo esto hace posible un
saber saber, que está relacionado con el conocimiento, la
comprensión del mundo y la información; un saber hacer,
que pone en práctica el conocimiento y hace posible la
formación integral y el desarrollo de habilidades y destrezas
como comunicarse, argumentar, reconocer al otro y
autoevaluarse críticamente y, por último, el saber ser,
relacionado con la expresión de sentimientos, intereses y
valores, con la capacidad de dar cuenta de los actos, la
autonomía entendida como la relación con la norma, la
aceptación del otro con sus creencias, la personalidad y el
compromiso.

En la dimensión del saber vivir se tiene presente que el


hombre es un ser social que vive en relación con otros, y los grupos son las
formas de expresión de los vínculos que se establecen entre las personas para
sobrevivir, crecer y desarrollarse. Las soluciones a la mayoría de los problemas de
la sociedad contemporánea, que son muchos, difícilmente se logran por
acciones individuales y aisladas. Se necesita de la comunidad de esfuerzos para
lograr el desarrollo. En tal sentido, la escuela debe preocuparse cada vez más por
enseñar a los alumnos a relacionarse y participar (Ferreiro, 2000)

Es así como el aprendizaje colaborativo se presenta como una alternativa (en


tanto metodología dinámica, participativa, de construcción social de la
personalidad) en el uso compartido del conocimiento, en el derecho de todos a
aprender de todos, en el valor de los sentimientos. El aprendizaje colaborativo
hace posible que la igualdad de derechos se convierta en igualdad de
oportunidades, pues permite descubrir el valor de trabajar juntos, privilegia entre

1
Tomado del libro: “CORREDOR, Martha y Otros. Aula Virtual: una alternativa en Educación Superior.
Bucaramanga: Ediciones UIS. 2003”
los estudiantes el respeto, la tolerancia, el pensamiento crítico y creativo, la
habilidad de tomar decisiones, la autonomía y la autorregulación. Por lo tanto, el
aprendizaje colaborativo se puede considerar como un modelo educativo
innovador que propone una manera distinta de organizar lo que sucede en el aula
e implica agrupar a los estudiantes en equipos pequeños y heterogéneos, para
potenciar el desarrollo de cada uno de éstos con la colaboración de los demás
miembros del equipo.

La aplicación del aprendizaje colaborativo en el aula presenta cierta resistencia


entre los estudiantes, y de manera enfática entre los más aventajados, porque
están acostumbrados a involucrarse en una lucha de ganadores y perdedores en
la que quieren ser siempre los mejores, y en los alumnos no aventajados porque
no creen que tengan posibilidades de éxito; ambas situaciones competitivas
desarrollan una interdependencia negativa en el logro de sus propósitos de
aprendizaje. Los estudiantes también prefieren trabajar de manera individual, en
sus propios objetivos de aprendizaje; sus propósitos nada tienen que ver con lo
que hagan los demás y, de igual forma, los propósitos de los demás nada tienen
que ver con él; ésto es consecuencia lógica de la cultura del individualismo que
suele predominar en el entorno educativo.

Realmente el aprendizaje colaborativo implica mayor compromiso del estudiante


en relación con el desarrollo de habilidades personales, lo cual hace necesario
una interacción cara a cara de una manera continua, que exige muchas horas en
común no fácil de lograr, pero ésto puede ser superado con los servicios de las
redes telemáticas cuyas características de asincronismo pueden favorecer dicha
interacción. En este sentido, las tic favorecen la estrategia de aprendizaje
colaborativo, pues hacen posible la visión de “comunidad virtual”, y de “círculos de
aprendizaje” donde se:

Desarrollan diferentes niveles de comunicación.


Supera fácilmente la parte conflictiva que genera la sola interacción cara a
cara.
Recupera la participación masiva de los estudiantes.
Colocan a disposición de los estudiantes, cuándo y dónde lo necesiten, los
materiales de las asignaturas.
Favorece la comunicación del estudiante con su docente y con sus
compañeros.
Supera la dispersión geográfica del alumnado.
Posibilita que un grupo de personas comparta documentos, ya sea para su
elaboración o para tomarlos como base en una discusión.
Permite el acceso de múltiples usuarios que abordan y modifican el mismo
documento.
Facilita la comunicación sincrónica: chat, videoconferencia y tableros
compartidos
Admite ambientes colaborativos integrados, como grupos de discusión y listas
de correo.
[…]

Tabla 2. Comparación entre lo que es, y lo que no es aprendizaje colaborativo

NO ES APRENDIZAJE SI ES APRENDIZAJE
COLABORATIVO COLABORATIVO

Elegir un líder en cada equipo ☺ Aprender que todos somos


Realizar actividades individuales líderes
donde resulte que quien termine ☺ Hacer reestructuración activa del
primero le ayuda a su contenido mediante la
compañero participación grupal
Estructura una tarea que no ☺ Ser responsable del aprendizaje
requiere un trabajo en conjunto individual y del aprendizaje de
Intercambiar información, pero sus compañeros de grupo
no estar motivado a enseñar lo ☺ Aprender a desarrollar
que se sabe. conocimientos habilidades,
Agrupar estudiantes para actitudes y valores en equipo
realizar un trabajo ☺ Aprender en comunidad
Estructurar actividades de tal ☺ Construir socialmente el
forma que los estudiantes se conocimiento
involucren en una lucha por ver
quién es el mejor
(competencia).
Trabajar independientemente,
cada estudiante, a su propio
ritmo, hasta alcanzar el éxito
(individualismo)

En todos los casos, el docente debe vivenciar primero el proceso de aprendizaje


colaborativo para ser capaz de inducirlo y dirigirlo en sus estudiantes como
estrategia de enseñanza y aprendizaje. De igual forma, la práctica del aprendizaje
colaborativo como estrategia en las prácticas pedagógicas requiere mayor
compromiso por parte del docente, quien debe tener la capacidad de generarlo en
el aula a partir de dos premisas: no se trata de un proceso de ejecución mecánica
que produce resultados inmediatos y sólo se madura, y se hace realmente eficaz,
a través de un quehacer reflexivo, planificado y de perfeccionamiento continuo.
[…]

Los cinco principios de aprendizaje colaborativo constituyen sus componentes


esenciales, o sus características propias, que hacen que un grupo colaborativo en
la práctica pueda funcionar de forma eficiente y pueda corroborar que los
esfuerzos colaborativos pueden ser más productivos que los competitivos y los
individuales.
Primer principio. Interdependencia positiva
Es el elemento central del aprendizaje colaborativo,
incluye las condiciones de organización y de
funcionamiento que deben darse al interior del grupo.
Los miembros del grupo necesitan tener claro, en forma
individual, que sus esfuerzos no sólo los benefician
particularmente, sino igualmente a los demás
integrantes. La interdependencia positiva crea un
compromiso con el éxito de otras personas, además del
propio. Lo anterior conlleva a una motivación de cada
uno de los participantes del grupo a esforzarse al
máximo.
Los participantes en grupos colaborativos obtienen resultados que superan la
capacidad individual. Sin embargo, tienen dos responsabilidades: aprender el
material asignado y asegurarse que todos los miembros del grupo también lo
hagan. El estudiante necesita aprender a conocer y valorar su dependencia mutua
con los demás.
El docente promueve la interdependencia positiva al hacer que los estudiantes
realicen tareas comunes y al pedirles cuentas en forma individual y grupal. Si se
desea que los estudiantes disfruten trabajando en grupos colaborativos, es
necesario que sientan que sus esfuerzos son apreciados y que se les
respeta como individuos; esto implica que el esfuerzo que hace un estudiante
por aprender y estimular el aprendizaje de los demás es observado, reconocido,
valorado y festejado.
[…]

Segundo principio. Interacción estimuladora,


Interacción promotora cara a cara.

El segundo principio se relaciona con facilitar el éxito del


otro por parte de los propios integrantes del grupo. La
participación de todos es importante, no hay lugar para las
personas que necesitan opacar a los demás. Los
integrantes de un grupo que cumplen con este principio no
presentan niveles de ansiedad y tensión, saben que todos
se necesitan.
Los estudiantes deben realizar juntos una labor en la que cada uno promueva el
éxito del otro, compartiendo los recursos existentes de una manera eficaz y
eficiente, ayudándose tanto en lo académico como en lo personal, por ejemplo,
explicando al otro lo que sabe y respaldándose en su empeño por aprender.
Según Jhonson y Jhonson (1999) la interacción promotora se caracteriza por:

Brindar al otro ayuda efectiva y eficaz; intercambiar los recursos


necesarios tales como la información y los materiales y procesar
información con mayor eficacia; proporcionar al otro realimentación
para que pueda mejorar el futuro desempeño de sus actividades y
responsabilidades; desafiar las conclusiones del otro y razonar para
favorecer una toma de decisiones de mayor calidad y una mayor
comprensión de los problemas; promover el esfuerzo para alcanzar
objetivos mutuos; influir en los esfuerzos del otro para alcanzar
objetivos grupales; actuar de maneras confiadas y confiables; estar
motivado por esforzarse por el beneficio mutuo y tener un nivel de
excitación moderado, caracterizado por un bajo nivel de ansiedad y
estrés.

Tercer principio. Habilidades interpersonales y de equipo.


Las habilidades sociales son necesarias para el éxito en el
trabajo grupal y se requiere enseñarlas en forma directa,
pues no aparecen mágicamente y aprenderlas no es
diferente a aprender a manipular un voltímetro, aprender
las leyes de Newton, aprender métodos estadísticos;
necesitan un proceso de aprendizaje hasta que se
conviertan en conductas automáticas; es mejor si se
enseñan desde muy temprana edad.
En este sentido, el aprendizaje colaborativo es más
complejo que el competitivo o el individualista, porque
requiere que se aprendan prácticas relacionadas con el
trabajo en grupo como: Saber cómo ejercer la dirección,
tomar decisiones, crear un clima de confianza,
comunicarse, involucrarse en controversias fructíferas y
manejar conflictos.
La enseñanza de las habilidades interpersonales se puede clasificar de acuerdo al
nivel de conocimiento de las mismas, el docente puede sugerir a los estudiantes
una actividad en grupo, para realizar un diagnóstico del nivel de conocimiento que
ellos tienen de las habilidades interpersonales para tomar decisiones con respecto
a su enseñanza. […]

Cuarto principio. Responsabilidad individual y grupal.


El trabajo individual es el elemento básico para la
construcción del conocimiento, por lo tanto, no rivaliza
con el trabajo en grupo, por el contrario, aquello que el
estudiante realiza en grupo puede y debe dar cuenta en
forma individual. Cada miembro del conjunto debe
asumir íntegramente su tarea y, además, tener los
espacios para compartirla con el grupo y recibir sus
contribuciones.
El objetivo del colectivo de aprendizaje colaborativo es fortalecer a cada miembro
individual; es decir, los alumnos aprenden juntos para poder luego desempeñarse
mejor como individuos. Necesariamente cada miembro del grupo asume la
responsabilidad y hace responsables a los demás de realizar un buen trabajo para
cumplir los objetivos en común
La responsabilidad individual y grupal existe cuando se evalúa:
♦ El progreso del grupo en cuanto el logro de los objetivos
♦ Los esfuerzos individuales de cada miembro para determinar quiénes
necesitan más ayuda, respaldo y aliento.

Nadie puede aprovecharse del trabajo de otros. Cuando el estudiante se


acostumbra a la responsabilidad individual, las clases normalmente no presentan
los problemas de falta de participación que tienen las clases comunes. Sin
embargo, siempre hay estudiantes que por una u otra circunstancia no realizan su
trabajo, entonces el docente debe buscar mecanismos para asegurar la
participación en la tarea de todos los estudiantes y, lo primero por hacer es
identificar qué es lo que está obstaculizando la participación. Se puede usar la
evaluación formativa cuando el obstáculo es académico; si es afectivo se puede
mejorar “el clima del aula.”

Quinto principio. Procesamiento grupal.


El quinto principio del aprendizaje colaborativo es la
evaluación grupal, que se entiende como la reflexión que ha
de realizar el grupo de una forma continua para identificar
qué acciones resultaron útiles, para seguir realizándolas, y
qué acciones no fueron adecuadas, cuáles no se realizaron,
se hicieron de manera incorrecta o definitivamente no eran
las apropiadas para realizar la tarea. En cierto modo, es
identificar las “alertas” en un proceso de seguimiento
realizado por cada grupo con el único fin de mejorar.

Todos los miembros del grupo deben evaluar en qué medida están alcanzando
sus metas, determinar las acciones positivas y negativas de cada uno para tomar
decisiones acerca de cuáles conductas conservar y/o cuáles modificar. El docente
debe estructurar algunas actividades en las que pueda comprobar que el grupo
está realizando su procesamiento grupal, por ejemplo: un día sin previo aviso se
les pregunta individualmente que enumeren las actividades que han modificado,
las que han conservado y las nuevas que han propuesto después de una
evaluación grupal. Todos los integrantes deben responder de igual manera si
efectivamente han realizado el procesamiento grupal.

Desde una visión constructivista, el papel del docente es el de un


Rol del guía que acompaña, un mediador (Ferreiro, 2000) que al
docente relacionarse con el estudiante favorece el aprendizaje, estimula el
desarrollo de potencialidades, corrige funciones cognitivas
deficientes, propicia el movimiento de un estado inicial de no saber, no hacer, o no
ser a otros cualitativamente superiores, de saber, hacer y ser por lo que se
trasciende el aquí y el ahora. Elige entre ser un “sabelotodo” o un guía que
acompaña y que cumple unos roles.

En el aprendizaje colaborativo el docente cumple roles (Johnson, 1999) como los


siguientes:

♦ Especificar los objetivos de la actividad, no sólo los objetivos académicos


en su significatividad lógica y psicológica, sino los objetivos que están
relacionados con las habilidades sociales. Es necesario que el estudiante sepa
el qué y el cómo se quiere lograr el aprendizaje.
♦ Tomar decisiones previas a la enseñanza respecto de la formación de los
grupos en lo referente al tamaño, el procedimiento para formarlos y los roles de
los estudiantes, la disposición del aula y de los materiales educativos de
acuerdo a la tarea.
♦ Explicar la tarea y la estructura de objetivos a los estudiante, en lo que se
refiere a la actividad académica, los criterios para el éxito y el sentido de cada
uno de las componentes del aprendizaje colaborativo; es decir, explica qué
conductas quiere ver en sus estudiantes.
♦ Poner en marcha la actividad colaborativa, teniendo en cuenta la necesidad
de proporcionar espacios en el aula para que los estudiantes trabajen
colaborativamente y él, como docente, pueda hacer observaciones e ir
sistematizando información para poder retroalimentar a todos los grupos. La
sistematización se hace desde lo académico con las concepciones de los
estudiantes, los procedimientos en la solución de problemas y todas las
estrategias que se realizan para vivenciar los principios del aprendizaje
colaborativo, lo cual se transforma en conocimiento pedagógico del docente,
acervo que le permite hacer retroalimentación a los mismos grupos y a otros en
futuros semestres académicos.
♦ Controlar la efectividad de los grupos de aprendizaje colaborativo e
interviene cuando es necesario. Algo que siempre debe hacerse es el
seguimiento de la actividad de los grupos de estudiantes a través de la
evaluación formativa; parte del arte de la enseñanza consiste en saber elegir
cuándo intervenir y cuándo no hacerlo. Se interviene para: suministrar o
corregir información que ningún integrante del grupo ha proporcionado, hacer
aportes metodológicos y técnicos, alentar intervenciones que sean
argumentativas, identificar argumentos de autoridad como criterios de verdad
para obviarlos, evitar generalizaciones inadecuadas y, por último, el docente
interviene para asegurar la convivencia, el respeto mutuo y la aceptación de las
características personales de cada uno de los integrantes de los grupos
♦ Evalúar los logros de los alumnos, evalúa la cantidad y la calidad de lo
aprendido por los estudiantes, los ayuda a discutir cómo ha resultado la
colaboración en el grupo, qué limitaciones se dieron y de dónde provienen
esas limitaciones. Estos aportes pueden provenir del docente, de los
estudiantes y de la institución.
La Los estudiantes pueden ser agrupados de varias formas, pero
formación el procedimiento menos adecuado es el de dejar que los
de grupos estudiantes elijan sus propios grupos, a menos que se trate

de un grupo experimentado en el proceso de aprendizaje


colaborativo con habilidades interpersonales ya formadas
y que haya alcanzado el máximo nivel de excelencia.
Los grupos formados por los propios estudiantes suelen
ser en forma general homogéneos; es decir, estudiantes
de un mismo nivel de habilidades, deshabilidades
académicas (bueno, regular, malo), muy amigos entre sí,
sólo mujeres, sólo hombres. Los estudiantes reunidos en
grupos heterogéneos incluyen estudiantes de uno y otro
sexo, diferente procedencia social y habilidades. Cuando
los niveles de desempeño son muy diferentes, el trabajo
en grupos colaborativos se transforma en una ayuda y no
en una debilidad, como suele suceder en la enseñanza tradicional.

En forma general son más efectivos los grupos heterogéneos que los
homogéneos, porque realizan razonamientos más elaborados, dan y reciben
explicaciones más frecuentemente y tienen en cuenta una perspectiva más
amplia. Lo anterior hace que necesariamente un grupo heterogéneo aumente su
comprensión, la calidad de su razonamiento y la precisión de aprendizaje a largo
plazo

El docente puede conformar los grupos heterogéneos realizando un diagnóstico


para explorar las potencialidades que tienen los estudiantes en diferentes áreas
del desarrollo, como el área cognitiva, donde puede incluir procedimientos para la
solución de problemas, el área afectiva y actitudinal; también puede clasificar
estudiantes por estilo de aprendizaje, al azar, azar estratificado, usando como
indicador el promedio que lleva cada uno de ellos en la universidad.

No obstante, el docente debe tomar decisiones cuando identifica estudiantes


aislados dentro del grupo, porque son estudiantes en riesgo que necesitan apoyo;
es necesario involucrarlos donde construyan relaciones positivas. Un estudiante
sin mucho interés en lo académico suele ocuparse más de las tareas cuando
pertenece a un grupo colaborativo en el que sus compañeros se interesan por las
tareas y por él.

Número de estudiantes por grupo. No existe un número mágico ideal, depende


de la tarea; la experiencia de la aplicación de aprendizaje colaborativo en el aula
nos dice que “entre menor sea el número de integrantes, mejor”. Cuanto más
numeroso es el grupo se puede afirmar que existen aspectos positivos y aspectos
negativos que se muestran en la tabla siguiente:
Tabla 3. Aspectos positivos y negativos en los grupos
numerosos
Aspectos positivos Aspectos negativos
Son mayores los recursos Es menor la amistad
que contribuyen al éxito de la
tarea
Hay diversidad de puntos de Es menor la interacción y
vista cohesión grupal
Se tienen más habilidades La participación es no equitativa
disponibles
Es menor el apoyo personal
Son mas complejas las
interacciones
Es menor la responsabilidad
individual

Cuando los grupos son de menor número de integrantes:


Se refuerza la responsabilidad individual
Es apropiado si el tiempo disponible es poco
Es más fácil de solucionar conflictos
Todos tienen que aportar
Aumenta la visibilidad de esfuerzos
Hay facilidad para identificar dificultades […]

De acuerdo con la manera con que el docente especifica


Las la tarea, controla la efectividad de los grupos e interviene,
contingencias puede fomentar la responsabilidad dispersa y se da
del aprendizaje entonces “división disfuncional del trabajo”: Yo
colaborativo pienso..., yo pago el papel...,yo hago una parte y usted la
otra..., lo que sucede cuando algún miembro del grupo
hace todo o casi todo el trabajo

No obstante, los integrantes de un grupo y/o el docente deben identificar


miembros del grupo que tengan baja autoestima y, por lo tanto, creen que son
menos capaces, o los que efectivamente no tienen los requisitos académicos, o
tienen menos habilidades, o se sienten rechazados, o ellos mismos no se atreven
a participar para no dañar el logro de la tarea porque generalmente dejan que los
otros integrantes completen su tarea, modalidad que es llamada “efecto polizón”,
que causa mucho daño a un grupo colaborativo, ya que hace que la
responsabilidad individual sea cada vez menor o que una persona del grupo
adopte toda la responsabilidad y se presenta entonces la modalidad de ”el rico se
hace más rico”
Una forma de eliminar la dispersión de la responsabilidad individual, es
recompensando a los grupos según la suma de los resultados individuales de sus
integrantes en actividades realizadas individualmente. En esta situación los
miembros del grupo comprenden que sería insensato dejar sólo a un miembro del
grupo.
La ganancia de puntos y recompensas grupales ha hecho que nuestros
estudiantes acepten el desafío de ser los mejores, de realizar proyectos de
creación y manifiestan sentirse orgullosos y con gran autoestima, lo que expresan
diciendo: “Ahora soy buen estudiante”

Referencias
FERREIRO R. y CALDERÓN M. El ABC del aprendizaje cooperativo. Trabajo en
Equipo para enseñar y aprender. México: Editorial Trillas, 2000.
JOHNSON David y JOHNSON Roger. Aprender juntos y solos. Aprendizaje
cooperativo, competitivo e individualista. Argentina: Editorial Aique. 1999
JOHNSON David, JOHNSON Roger y JOHSON Edythe. Los nuevos círculos
del aprendizaje: la cooperación en el aula y la escuela. Argentina: Editorial Aique.
1999.

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