Hemeroteca | Anuarios
Por ello, me atrevo a decir: pobre Venezuela, pobre la democracia venezolana, no los venezolanos.
Pese a que al final los últimos pagarán las consecuencias de sus errores, a estas alturas ya lo único
que creo es que se merecen los trances que se vislumbran para hacer de estos verdaderos
ciudadanos democráticos, donde no sólo sepan votar, sino aspectos vitales que otros pueblos
debieron estar a punto de perder, para comprender que la democracia es más profunda que eso y
que los deseos de una sola persona.
http://www.lasemana.es/periodico/noticia.php?cod=22661 23/02/2009