Rafael Armada va ser un milicià exiliat, quan va néixer Miguel Ángel va retornar a
Espanya, va estar pres, i després va anar a Hongria. Poc abans de morir Franco va
retornar a València i va ser dels primers regidors de l'Ajuntament de Requena; va morir
a València.
L'àvia Nuria es va tornar a casar amb Fulgencio, també exiliat republicà. Fulgencio va
néixer a Barcelona i als 16 anys es va afiliar a la JSU. Durant la guerra va estar a les
milícies en una brigada de telecomunicacions. Després de la derrota republicana a
Catalunya, es va exiliar a França sent reclòs en un camp de concentració. Al sortir del
camp es va embarcar a Burdeos rumb a Casa Blanca, les Antilles i després Santo
Domingo. A Santo Domingo va viure cinc anys i després va arribar a Mèxic, on va
conèixer a l'àvia Nuria que acabava de tenir al pare de Fernando i es van casar.
Els pares de Fernando es van conèixer en una empresa on treballaven, i van viure com
parella sense casar-se.
Fernando sempre va anar al Instituto Luis Vives, va decidir residir a Barcelona a l'any
2002 .
Sus padres son Miguel Ángel Armada y Teresa Ramírez Enríquez -mexicanos- y el
abuelo paterno fue Fulgencio Hernández -catalán- y la abuela es Nuria la Torre
-catalana-.
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La bisabuela paterna de Fernando, tenía una lechería en el barrio de la Sagrada
Familia en Barcelona. Los bisabuelos tuvieron seis hijos de los cuales una fue la
abuela Nuria.
Cuando estalló la guerra, la abuela Nuria que tenía 12 años y uno de sus hermanos,
Jordi que tenía 4 años, fueron enviados a México para salvarlos de la guerra. Llegaron
como “niños de Morelia”. A los 18 años la abuela Nuria se casó con su primer
marido, Rafael Armada con el que tuvo un hijo, Miguel Ángel que sería el padre de
Fernando.
Rafael Armada fue un miliciano exiliado, cuando nació Miguel Ángel se regresó a
España, estuvo preso, y después se fue a Hungría. Poco antes de morir Franco regresó
a Valencia y fue de los primeros concejales del Ayuntamiento de Requena; murió en
Valencia.
Fernando siempre fue al Instituto Luís Vives, decidió residir en Barcelona en el año
2002.
Entrevista
¿Tu nombre, dónde naciste, en nombre de tus padres, su nacionalidad y de tus
abuelos?
Por parte de mi padre, los dos abuelos son exiliados. Mi abuela se casó dos veces, una
primera vez con Rafael Armada, es el padre biológico de mi padre y por lo tanto mi
abuelo biológico, pero nunca lo conocimos, regresó a España, estuvo en la
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clandestinidad y lo arrestaron. Mi verdadero abuelo, digamos el que ejerció de padre
para mi padre es Fulgencio Hernández, segundo esposo de mi abuela y murió en el
2003.
Ellos tuvieron seis hijos de los cuales mi abuela era la segunda por abajo. Cuando
estalló la guerra, mi abuela tenía 12 años y mi tío Jordi tenía cuatro, y para salvarlos de
los bombardeos, como a muchos otros niños, decidieron enviarlos de colonias, hicieron
un conjunto de 500 niños, que aquí los conocen como los niños de la guerra y en
México como los niños de Morelia, porque fueron los que llegaron allá y estuvieron en
un colegio.
Mi abuela iba dentro de este conjunto, era de los niños de mediana edad digamos y mi
tío Jordi era de los más chicos. Mi abuela es un período que recuerda yo diría que con
cierta idealización gracias al tiempo, pero también con mucha tristeza y con
sentimientos encontrados.
Mi tía Mari estuvo en un hospital militar de Sabadell, ella estuvo en una especie de
arresto militar, digamos no estaba en una prisión, estaba obligada a atender pues sobre
todo a militares del bando nacional, los del bando franquista que eran los que tenían
derecho a estar en ese hospital, los republicanos siempre estaban en la cárcel heridos o
no heridos. Y así estuvo varios años hasta que también pues le quitaron el arresto y pudo
salir del hospital y se exilió también a México.
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¿Y cuando llega a México encuentra a sus hermanos?
Mi abuela cuando llegó estuvo en la escuela hasta los 13 años que fue cuando la
cerraron y se tenía que hacer un poco cargo de su hermano mucho menor que ella. Es
decir su papel fue como el de muchos niños de Morelia, más o menos en su misma
situación que eran niños que se tenían que hacer cargo de sus hermanos menores.
Siete años después de haber llegado a México mi abuela estaba sola y ni siquiera tenía
el hermano menor. Toda su familia seguía presa. No es que no quisieran, es que no se
podían exiliar y además el exilio para entonces representaba también un gasto de dinero,
ya no había unas estructuras que lo sufragaran, era mucho más parecido a una migración
económica que al primer exilio en donde la gente se echaba caminando a la frontera y se
organizó de alguna manera. O bien la Generalitat en el exilio o bien el gobierno
republicano, organizó la salida de barcos hacia México, República Dominicana,
Argentina etc., o en Francia mismo. Pero en este caso todas estas estructuras ya tenían
otras tareas y los que se exiliaron poco tiempo después pues se lo tuvieron que sufragar
todo ellos y vérselas como podían.
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Así que mi abuela a los 18 años, tiempo después de estar en la escuela en Morelia,
estuvo acogida en un colegio de monjas de la colonia condesa, una casa en la esquina de
Michoacán y Tamaulipas. En esa época se casó con Rafael Armada.
Rafael Armada era un señor que también había sido miliciano en la Guerra Civil, era un
exiliado. Se conocen porque los dos tenían una
cierta actividad política dentro de los exiliados
republicanos españoles, se conocen pues en los
bailes que organizaba el partido comunista,
supongo, los dos tuvieron una militancia
comunista o en la JSU.
¿Luego sale?
Sale por Cataluña, sale en invierno y sale por los Pirineos completamente congelados.
En la frontera los obliga el ejército francés, las autoridades a dejar todos los pertrechos
militares en la frontera, y lo recluyen en un seudo campo de concentración que en
realidad era un corral, en Francia,
Quien los vigilaba era entre la legión extranjera y soldados senegaleses, entonces era
colonia francesa y pues estuvieron ahí en esa especie de corral, con algunas bestias que
les dejaron conservar y que más pronto que tarde sirvieron para mantenerlos vivos
digamos para comer, porque los primeros tres días estuvieron sin comer, ya se
avecinaba un poco las Segunda Guerra Mundial.
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Claro además un gobierno francés que no veía muy bien a la República Española, es
más hizo todo lo posible por favorecer la derrota del ejército republicano, y pues no los
iba a tratar de otra manera.
Mi bisabuelo fue a París, se exilió antes de que acabara la guerra, cuando ya se veía que
era cuestión de tiempo la
derrota del ejército
republicano, se fue a París
y allá empezó a querer
localizar al resto de la
familia para llevarlos allá.
Pero bueno fue mucho más
pronto, mucho más rápida
la derrota de lo que ellos
pensaban y mi tío Paco y la
yaya Virtudes, también
salieron caminando por la
frontera, y mi abuelo pues
con el ejército.
El viaje trasatlántico
Ya para entonces la Guerra Mundial había estallado, los nazis se habían entrado en
Francia y él sale por Burdeos, en uno de los barcos, no sé el nombre, la ruta que el
siguió, fue Burdeos, Casablanca y las Antillas, Santo Domingo, donde estuvo viviendo
unos cinco años. Pero bueno mi abuelo fue de los que tuvo que hacer una decisión en
algún momento, de enlistarse en la resistencia francesa o irse a Santo Domingo,
Él sale y llega de Burdeos, a Casablanca y está una semana en Casablanca, no los dejan
descender del barco porque incluso llevaba un visado que no iba firmado, no llevaba
pasaporte, el gobierno español no sólo no lo reconocía sino que no mejor no supiera de
su existencia, porque tanto él como mi bisabuelo, estaban condenados a muerte en
ausencia y entonces pues iban como apátridas en el barco y no podían hacer nada más
que quedarse en el barco.
Mi abuelo Fulgencio Hernández, tenía el oficio de peluquero y dice que fue un oficio
que nunca le gustó porque él no lo escogió, los escogió su padre para él, pero que lo
sacó de muchos momentos de necesidad porque de la comunidad agrícola en la que todo
el mundo pasaba hambre, se fue a una ciudad que le llamaban La Romana, cerca de la
capital de Santo Domingo, ahora me parece que es incluso un suburbio de la capital.
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por la huelga o por unas pretensiones comerciales, intentaba vender o comprar cualquier
cosa, en un plan bastante bohemio. De Santo Domingo se fueron a México
¿Cuándo se encuentra tu abuela con sus hermanos que llegan a México, ya estaba
casada?
Ya estaba casada con mi abuelo, con mi abuelo Hernández, mi abuela pues bueno
haciendo números muy generales, yo supongo que serían ocho años después de haber
salido de Barcelona, eran circunstancias excepcionales y demás lo que se diga, pero mi
abuela sentía un poco cierto abandono por parte de sus padres, aunque ellos hicieron
todo eso tanto para ella como para mi tío Jorge, digamos habían hecho esto un poco
para salvarles la vida,
para alejarlos el
bombardeo, de las
circunstancias de una
guerra, de una ciudad
bombardeada y asediada
cómo era Barcelona,
pero bueno mi abuela y
mi tío Jorge eran unos
niños y lo que querían
era estar con sus padres
y eso pues bueno
siempre marcó una
cierta distancia entre mi
abuela, sobre todo entre
ella y su madre.
Paquebot La Salle
¿Sabes si en algún momento entre toda la familia que llegó, cómo se encontraban
en México, tenían intención de regresar?
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con un país en el que tampoco encuentran esos ideales que les habían contado. Y luego
bastante rechazo por parte de mucha población mexicana, y mi abuelo nunca asimiló...
Somos tres, somos tres chicos, mi hermano pequeño ya se casó y tiene dos hijas.
¿Dónde estudiaste?
Estudié en el Vives.
Sí, siempre, cada fin de semana comíamos y dormíamos en casa de mis abuelos y
entonces era la sobremesa que se hablaba siempre.
Sí variaba el fin de semana, unas veces íbamos nosotros, otras veces venían ellos y
bueno es como el “lay out” de mi vida y de mucha gente.
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Bueno ahora cuéntame ¿cómo era tu vida cotidiana? ¿Qué tipos amigos tenías?,
¿eran mexicanos o hijos de exiliados?.
Entonces siempre hay como un cierto, éramos como una tribu, pero claro tanto el Vives
como el Madrid pues ya se ha abierto a gente que no es del exilio y entonces pues era un
combinado.
Además tanto el Vives como el Madrid son como de un círculo de escuelas, de clase
media con pretensiones intelectuales, no sé si decirle progresista porque habrá un poco
de todo, pero
estoy
hablando del
Instituto
Escuela, estoy
hablando del
CIE, digamos
un circuito de
escuelas que
ha hecho
como una
tribu un poco
más grande
como pues
eso, de clase
medieros con
pretensiones
intelectuales.
En la casa se hablaba catalán cuando venía la familia de mi abuela o cuando había que
dirigirse a ciertas personas catalana hablantes, pero un poco la curiosidad es que la
familia de mi abuela es de un pueblo que se llama Fabara, que se habla un catalán
mucho más abierto y hay ciertas palabras que no son exactamente las del catalán
occidental que se habla en Barcelona.
Yo creo que era 70% española y 30% mexicana a pesar de que mi madre es mexicana,
bueno el caso es que la influencia familiar, sí, y sobre todo mi madre decía que quien le
había enseñado a comer era un poco mi abuela, mi abuela paterna. Además era un poco
esto de siempre añorar Barcelona y Cataluña y demás, la comida y un poco las
costumbres que se fomentaban eran mucho más las catalanas que las mexicanas, aunque
bueno no nos escapábamos de la salsa, de los chiles, de las tortillas.
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¿Cómo te veía la gente en
México por decirlo de alguna
manera, te veían diferente o tú
los veías diferente, cómo era
esa relación?
¿Fuiste a la Universidad?
¿Qué estudiaste?
Me gradué en el 2002 en Sociología, acabé los créditos y la tesis, pedí la beca del
CONACYT para ser un postgrado de Ciencias Políticas aquí en la Pompeu Fabra y me
dieron la beca y me vine aquí. Empecé el doctorado, no lo terminé, me metí a una
maestría en Análisis Económico Aplicado y ahora estoy escribiendo la tesis.
Toda la vida.
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¿Y cuando llegas qué impacto tienes, de la Barcelona que tú habías oído en casa,
familiar, y de la escuela, a la Barcelona que encuentras cuando llegas?
Bueno desde luego que hay un contraste entre la idealización de mi abuelo y la imagen
mental que yo me
había hecho de la
misma ¿no?. Pero
no fue un contraste
negativo, en lo
absoluto, la verdad
es que bueno yo
tenía mi idea y
demás, fue un
poco como abrazar
aquella idea, de la
imagen mental y
por fin hacerla
material.
Nunca me he sentido rechazado, claro que hay cosas, hay momentos y momentos, la
verdad es que no me siento menos integrado que en México por ejemplo.
Tampoco me sentía rechazado es decir que mi tribu, está un poco a mitad de camino, mi
abuela dice que ya su abuela le decía “hija mía, nosotros somos de mitad del camino”.
Un poco la única actitud que me choca tanto de un lugar como del otro es que en ambos
lados se rechaza o hay un cierto rechazo a lo, dile inmigrantes, dile extranjeros, dile lo
que quieras, hay un cierto rechazo, que no es generalizado, ni es mayoritario.
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Me dices que estás trabajando ¿te costó trabajo conseguir trabajo?
Sí, un poco, porque mis expectativas del lugar donde quiero trabajar son especiales, soy
sociólogo economista, de hecho ahora estoy trabajando en un despacho de economistas
y trabajé un tiempo también, bueno he trabajado sobre todo como economista más que
como sociólogo. Pero bueno me podía haber empleado de muchísimas cosas y no tomé
esos empleos,
porque pues no
estaban dentro de
mis expectativas y
mientras las
pudiera rechazar.
Me costó trabajo
encontrar cierto
trabajo, con
ciertas exigencias.
Yo a los catalanes los veo un poco dormidos, los veo un poco dormidos porque no es ya
que les pasen la mano por la cara, sino que la política se ha degradado paulatinamente
desde hace muchos años, desde hace mucho tiempo, no hablo sólo de los últimos dos
gobiernos, sino que la política española en general se ha estado degradando y Cataluña
especialmente se está viendo afectada y la gente no sabe qué hacer, y eso hace a la vez
que haya políticos de muy mala calidad, por todos los partidos, ninguno se salva la
verdad. Y eso pues bueno hace también que un país que siempre había sido puntero
dentro de sus pares, ahora pues se esté quedando atrás ¿no? y bueno como mexicano
catalán pues un poco me pica el orgullo.
Bueno yo creo que hay de todo, hay de todo, no es un problema exclusivo de Cataluña
sino que la cultura se menosprecia mucho por parte de mucha gente, en todos lados, eso
ha hecho un poco que la gente haga juicios con demasiada facilidad y con pocas
herramientas. Y entonces la gente de todos lados se ha vuelto más prejuiciosa, y ese es
un problema.
Pero el carácter catalán tiene sus partes positivas y sus partes negativas también, si
hablamos del tópico, que ya sabemos que siempre las generalizaciones siempre son
peligrosas, pero por un lado la sesudez y el gusto por el trabajo, el carácter emprendedor
y demás catalán tiene su parte positiva y por otro pues también un poco la idea del “pez
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alcoba” de mirarse demasiado a sí mismo y no darse cuenta de que es una cultura o que
tiene aspectos en su forma de ser que son extrapolables y muy valorables fuera, pero
como que los guarda demasiado para sí mismo y no deja ser, el catalán es como
carcelero de su propia forma de ser ¿no?, si se dejará como llevar más sería mucho más
exitoso, me parece.
Y por otro lado, para la derecha es muy cómodo negarlo todo y querer repartir culpas
iguales donde no las hay. Decir que todo el mundo tiene culpa y ése entonces
perdonémonos todos, volvamos a ser amigos, y no es verdad.
¿Has ido a visitar las casas o los lugares a donde ha vivido tu familia?
Sí.
Sí, bueno no era su casa, era al último edificio en el que estuvo. Y en el Poble Nou
todavía hay familia, la casa en donde vivió mi abuelo ya no vive ahí nadie de la familia,
entonces sólo la he podido ver desde fuera
No. He estado por la zona pero no nunca he hecho un viaje así. Me queda pendiente
conocer por ejemplo Fabara que es el pueblo de donde viene la familia de mi abuela. La
casa de mi abuela donde tenían la lechería, su casa y donde conocieron también a otra
parte de la familia política, también la conocí, cerca de la Sagrada Familia. Ahí fuimos
la última vez que vino mi abuela de visita, hicimos un paseo memorístico por esos
lugares.
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Por último, ¿qué ha sido para ti o qué ha significado para ti ser nieto de exiliados,
en tu forma de ser en tu vida, en tu forma de actuar?
Bueno yo creo que me ha marcado en el sentido de que pues bueno tengo un sentido de
pertenencia a una tribu especial, a una tribu de mitad del camino, a una tribu que tiene
ciertas características pues bueno que se podrían describir, pero que de alguna forma
también la tribu ha preferido mantenerlas tácitas más que explícitas, en un afán de
mantener un cierto grado de hermandad o de pertenencia a la tribu.
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