CAMBIO E INNOVACIÓN (I)

El cambio, aunque ya se ha producido, (en caso contrario no podríamos ni tan

siquiera pensar en prepararnos para él), ha sido a niveles muy profundos o
intangibles. La creciente necesidad de cambio manifiesta que el futuro ya está
queriendo cristalizarse, pero es ésta una labor lenta a la vez que rápida, sólida
pero también con estructuras flexibles capaces de romperse/liberarse una vez
absorbido todo el potencial de sabiduría y conocimiento.

Para unir estos conceptos que el modelo mental en que actuamos y vivimos de
forma habitual, contempla como contrarios, es necesario que las personas nos
impliquemos en crecer, en evolucionar, en aprender a ver más de lo que estamos
habituadas a ver, a hacer de modo diferente, a contemplar como complementarios
conceptos y hechos que normalmente nos parecen contrarios. La implicación, el
compromiso, la voluntad de crecer de las personas, es indispensable, porque cada
persona trabajadora es miembro de la sociedad, el mundo es lo que nosotros y
nosotras somos y vemos como fruto de nuestra necesidad. Pero esto, el
crecimiento, también lo contemplamos como “cuanto más se, cuanto más veo, más
responsabilidad tengo, y no quiero responsabilidad, o solo quiero hacer aquello que
sé y que siempre he hecho, con lo que me identifico,… etc…,), por lo que caemos
una y otra vez en la paradoja “quiero cambiar pero sin cambiar”.

Por esto, las Organizaciones tienen que tomar la responsabilidad del crecimiento
de las personas que integran su Organización, empezando por ellas mismas, romper
las paradojas paralizantes a base de desvelarlas y ponerlas de manifiesto una y
otra vez.

No se trata de “enseñar al que no sabe” sino de “aprender todos juntos”. La

necesidad es evolutiva, el momento es clave y el futuro necesita seres humanos
más evolucionados, por lo tanto con nuevas necesidades, estas necesidades
deberán ser abastecidas por empresas, por Organizaciones que las comprendan y
estén preparadas para responder a las demandas de esta nueva sociedad.

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El futuro, el que es realmente futuro, podemos intuirlo, pero tenemos también que
aprender a verlo, a entenderlo, a escuchar de otra manera. Podemos pasar de
vernos forzados y forzadas al cambio por agentes externos, a ser protagonistas
activas del cambio de paradigma empresarial y, como consecuencia, social global.

La cuestión es que con la forma lineal de vivir y hacer las cosas (vemos en tres
dimensiones pero actuamos en una, no hemos aprendido, todavía, a manejar
adecuadamente el espacio y el tiempo), tendemos a que actuaciones como
sensibilización, divulgación y acción, se hagan de forma lineal, una detrás de otra, o
de forma separada para hacerlo a la vez. El caos tiene un orden que debemos
aprender a comprender. La pregunta es ¿hay alguna manera de sensibilizar,
divulgar y hacer el cambio a la vez?, ¿de que mientras esto se está dando podamos
aprender el lenguaje del futuro, de cómo nos habla la evolución?, ¿de que a la vez
estemos siendo capaces de aprender a colaborar, a compartir, a entender que por
encima del objetivo compartido de cada Empresa, está el destino compartido de
todos los seres humanos?

Lo hay, hay maneras, herramientas que tenemos que aprender a utilizar, que
forman parte de nuestra herencia desde que empezamos a ser animales pensantes,
o animales humanos, herramientas que nos ayudan a crecer por dentro para llegar
a ser seres humanos conscientes y coparticipes voluntarios de esta crisis/parto.

Es necesario ir más allá de las competencias meramente emocionales, mezclar

razón con emoción, conocer el vínculo que mueve toda nuestra acción, reacción y
relación, aprender a mirar dentro, todos los “dentro” y cómo las necesidades de
dentro crean todas las dimensiones de fuera, todos los “fuera”. La ética naciente
es un desafío a los conceptos de libro sobre ética y moral, el ser humano crecido
re-crea conceptos que requieren revisar lo que el modelo mental tenía establecido
si queremos establecer una sociedad justa, que nuestras vidas sean un continuum y
que todo lo que hagamos, sea en nuestra vida particular, como en nuestro trabajo,
etc.., tenga el mismo objetivo y se encamine al mismo fin aunque sea cada vez en
distintos escenarios.

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Tenemos que aprender a colaborar cada uno y cada una con lo que puede aportar,
con su diferencia, ayudar en este gran parto y que la Gran Madre Evolución nos
muestre el fruto de nuestro trabajo y que nosotros y nosotras nos maravillemos.
Podemos pasar a la posteridad como una generación de cafres egoístas o como una
que supo poner el andamiaje, transformarse para permitir la transformación y que
podamos contemplar las tres dimensiones Libertad, Igualdad, Hermandad como
una realidad sin que la consecución de una anule a la otra.

Construir un puente entre lo conocido y lo que está por conocer. Un puente basado
en la confianza y en el reconocimiento mutuo, y éstas y otras, son competencias
que no se aprenden, aparecen cuando son activadas adecuadamente. Este puente
es importante, son las piedras sobre la corriente furiosa del río de la evolución y la
innovación.

Se cómo hacer esta parte, ¿podemos ver, con lo que hace cada uno/a de nosotras,
si nos entusiasmamos lo suficiente como para contagiar, sensibilizar, divulgar y
actuar, por separado, juntos/as y a la vez?

Rosana Agudo
TTi – Tecnología para la Transformación Interior
rosanaagudo@gmail.com

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