El eón Hádico.
El eón arqueozoico.
El Eón Arqueozoico es la segunda división geológica del Tiempo
Precámbrico. Comienza hace 3.800 millones de años (después del Eón
Hádico) y finaliza hace 2.500 millones de años (cuando comienza el Eón
Proterozoico).
En este período se produce una evolución de la corteza terrestre, por lo
cual tuvo que haber una tectónica de placas (movimiento de placas) y una
estructura interna terrestre similar a la que conocemos hoy en día,
aunque la diferenciaba el exceso de calor. Se calcula que había más
actividad tectónica debido a la mayor velocidad en que se produce
la litosfera, por lo cual también cabría esperar que hubiese mayor
actividad en las dorsales y un mayor número de ellas, así como mayor
actividad en las zonas de subducción y mayor número de placas y más
pequeñas evidentemente.
Se caracteriza por los siguientes cambios ambientales:
-Colonización de las capas superficiales de los océanos por las bacterias,
al cesar el bombardeo meteorítico, y aparición de las primeras bacterias
fotosintéticas, que producen oxígeno como residuo.
-Enriquecimiento en oxígeno de la atmósfera y del agua de los océanos.
-Disminución de la concentración de CO2, en océanos. Este gas es
utilizado en la fotosíntesis y favorece la sedimentación de calizas.
-Disminución del efecto invernadero, al haber menos CO2 en la atmósfera.
-Enriquecimiento de nitrógeno (N2) en la atmósfera, debido a la acción de
bacterias descomponedoras . Actualmente es el gas más abundante,
constituye el 80% de la masa de la atmósfera.
El eón proterozoico.
El Proterozoico abarca desde hace 2.500 millones de años hasta hace
542,0 ± 1,0 millones de años. Se caracteriza por la presencia de
grandes cratones que darán lugar a las plataformas continentales.
Las cordilleras generadas en este eón sufrieron los mismos procesos a
los fanerozoicos. La intensidad del metamorfismo disminuyó en este
momento geológico. La Tierra sufre sus primeras glaciaciones, como
consecuencia de la reducción drástica de CO2, y se registra una gran
cantidad de estromatolitos. Sin duda, supusieron un importante cambio
en la biota terrestre. El Período Ediacárico de finales del Proterozoico se
caracteriza por la evolución de abundantes organismos pluricelulares de
cuerpo blando.
También comenzó la formación de la capa de ozono, por la acumulación
del oxígeno atmosférico, se produjo la oxidación y la precipitación de los
metales disueltos en los océanos, se produjo también la expulsión a la
atmósfera de gran cantidad de CO2, debido a un intenso vulcanismo
ocurrido al final del eón. Esto invirtió la situación climática y se produjo
una época de calor sofocante. Y por último la colisión de las masas
continentales entre sí y formación de un único supercontinente,
denominado Rodinia.
El paleozoico.
El mesozoico.
Esta era intermedia duró unos 160 millones de años. En sus inicios todos
los continentes, o islas, del periodo anterior se habían reunido en un
único continente gigantesco al que llamamos Pangea, es decir, toda la
Tierra.
El cenozoico.